miércoles, 1 de junio de 2022

 


TOP GUN.


Con motivo del estreno de la segunda parte de “Top Gun” (“Top Gun: Maverick”), me he decidido a revisionar este éxito comercial de 1986 (el de mayor taquilla de ese año con 356 millones 4 contra un presupuesto de 15), elevando a los altares del estrellato a su protagonista Tom Cruise a sus radiantes 23 años. Ya entonces no me hizo ‘tilín’, y me he dicho que igual era mi mentalidad. Pues vista 36 años después mi opinión, sí que ha variado, a peor. Film de acción bélica-aérea, dirigido por el artesano Tony Scott, siendo producida por los dos especialistas en bockbusters Don Simpson y Jerry Bruckheimer, con guión escrito por Jim Cash y Jack Epps Jr., inspirándose en un artículo titulado "Top Guns", publicado en la revista California tres en 1983. Protagonizada por Tom Cruise y Kelly McGillis, con Val Kilmer, Anthony Edwards y Tom Skerritt en papeles secundarios.

 

Cruise interpreta al teniente Pete "Maverick" Mitchell, joven aviador naval a bordo del portaaviones USS  Enterprise. Él y su Oficial de Intercepción de Radar, LTJG Nick "Goose" Bradshaw (Edwards) tienen la oportunidad de entrenar en la Escuela de Armas de Combate de la Marina de los EE. UU. en la Estación Aérea Naval de Miramar en San Diego, California.

 

Un producto macilento, un videoclip alargado, de hecho los productores ficharon a Tony Scott sobre la base de un comercial que había hecho para el fabricante de automóviles sueco Saab a principios de la década de 1980, donde se muestra un Saab 900 turbo compitiendo con un avión de combate Saab 37 Viggen. Esto da pie a que la cinta se pueda ver como un encadenado de spots para vender motos, chupas de cuero, gafas Ray Ban, sonrisas profident, pectorales sudorosos, pero sobre todo para servir como reclamo para jóvenes para alistarse en el ejército USA, mostrando con descaro el glamur de ser un piloto de cazas, la camaradería, la fiesta, las mujeres guapas que caen rendidas a tus pies, la emoción de la velocidad, los códigos marcados por la testosterona, la lucha de gallos, el enaltecimiento de los valores familiares, los trajes militares blancos relucientes, todo un compendio de alicientes que embelesaron tanto a los jóvenes estadounidenses que la armada USA tenía stands frente a los cines que se proyectaba el film para los emocionado espectadores que salían ávidos de convertirse en el nuevo ‘Maverick’. Hay que tener en cuenta que la Armada prestó su colaboración no desinteresada en la producción, tanto que alteró partes del guión para remarcar su ideario (ejemplos son que el inicio originalmente era en Cuba y aquí torna al aséptico océano Índico [nunca se dice de quien son los enemigos Mig, ni nada referente a la Guerra Fría]; el interés romántico de Maverick en el original era militar y aquí pasa a ser civil; había en el guión un accidente sobre un portaviones, pero no lo permitieron los gerifaltes).

 

Es una historia maniquea, superficial, sin garra, prefabricada, predecible, utilizando tropos mil por mil veces manidos, donde la química entre Cruise y McGillis (buena actriz, pero aquí desubicada) resulta entre cero y sonrojante (lo de ella encorvándose sutilmente para no aparentar ser mucho más alta que él es el mejor chiste del film), elemento eliminable, pero estamos en los 80 y esto se tenía que meter. Y es que la película es clara brillante hija de los peores vicios surgidos en la peor década de la historia del cine, la era que coincidió no por casualidad con la presidencia Reagan, con diálogos rancios (entre ñoños y cursis, con la pompa constante de ser los mejores del Mundo, así, buenos NO, los mejores del Universo), peleas de machos sonrojantes en sus argumentos ridículos, con cuerpos bonitos que daban bien en pantalla (que más daba que las caracterización es fueran penosas), con muchos sexo gratuito, donde la mujer suele ser muleta del hombre (cuando no mujer florero directamente), con mucha acción (en este caso tengo el inconveniente de que visualmente serán muy bonitos los cazas a contra luz, con coreografías espectaculares en sus movimientos, pero me cuesta bastante seguir lo que sucede en el caos de primeros planos de los pilotos y planos generales, me pierdo, y más con el lenguaje técnico que utilizan que me saca de pantalla), con humor casposo, y donde la música tenía gran importancia para intentar ocultar todas las carencias, aquí una famosa banda sonora repleta de éxitos pop techno, pero sobre utilizada hasta llegar a molestar. Una glorificación del héroe rebelde que tiene que aprender de sus errores para ser aún mejor, ósea, el Mejor de todas las Galaxias. Donde todo lo que no es Tom Cruise son apósitos para destacar su carisma interplanetario, nadie excepto él tiene matices o carácter. De lo que más me gusta de la película es como se le han buscado reflexiones sobre el romance homoerótico entre Maverick y el rol encarnado por Val Kilmer, ‘Iceman’, de cómo sus enfrentamientos fanfarrones no son más que la excusa que oculta su atracción sexual.

 

Tiene un comienzo donde marca las cartas del tono de la cinta, ya con uno de los dos temas mantra de la película, sonando a toda caña el “Danger Zone”. Estamos en los cielos del Índico, allí unos cazas USA que han partido de un portaviones, y el protagonista Maverick exhibiendo su valentía y audacia con esa maniobra imposible quedando invertido sobre un Mig para echarle una foto polaroid, ello con maniobras que se suponen complicadas (no tengo capacidad de opinar sobre ello), para después mostrar su rebeldía a la par que su gran compañerismo cuando desobedece unas órdenes para ayudar a un caza estadunidense, aunque esto es una morcilla, pues en realidad no hace más que ir a su lado, es un sin sentido, pues el único capaz de hacer algo es el compañero de caza para hacerle reaccionar, si no lo es el que tiene justo detrás, lo va a ser alguien que está en otro avión? Un pegote!

 

Tras ello entramos en otra fase. La de una competición sin chicha alguna para mí, entre supuestos súper-pilotos. Como esto no tiene punch, deben meter con calzador una rivalidad bluf que no va a lado alguno, con punzadas en modo de replicas y contra réplicas propias de niños de infantil. Hay un bromance entre Maverick y su compañero de caza, manufacturada en su simpatía todo dependiente de Maverick, al que cuando aparece la esposa (la debutante y hermosa Meg Ryan) con el hijito ya sabes cuál es el futuro del secundario chistoso. Y como todos estos clichés desinflados de cualquier hondura son pocos, nos cuelan con fórceps un romance sin compenetración alguna, de los de por Imperativo del guión. Hay una escena de vóley-playa en que se enfrentan las dos parejas rivales, que solo está ahí para que los cuerpos masculinos luzcan torso y sudores de macho, pues ni siquiera termina, Maverick tiene cosas más importantes, como lucirse en la moto a toda velocidad.  Para hacer avanzar el relato nos meten las dudas del protagonista en una catarsis dramática que se le supone hace madurar a Maverick, en un ramalazo de ansia freudiana (de ligereza Match-3), que tiene la terapia exprés con alguien que oh, casualidad azarística, tiene las respuestas perfectas. Para pasar apresuradamente a un clímax inverosímil por el modo de darse, donde volvemos a los cielos del Índico para otro enfrentamiento contra Migs. Y todo importándome entre un pepino y un bledo lo que les pase a los personajes acartonados.

 

La banda sonora fue uno de los puntos que hizo popular el film. Siendo la música obra del experto en el techno Harold Faltermeyer, quien anteriormente trabajó con Jerry Bruckheimer y Don Simpson en “Beverly Hills Cop” (1984). Pero lo que hizo reventar hits discográficos fueron los temas pop, donde Giorgio Moroder y Tom Whitlock trabajaron en numerosas canciones, incluida la ganadora del Oscar y Globo de Oro  "Take My Breath Away", interpretada por la banda Berlin. Kenny Loggins interpretó dos canciones en la banda sonora, "Playing with the Boys", y "Danger Zone". La lástima es que se hace un uso mega-intrusivo de los temas de Loggins y Berlin.

 

La película venía a contrarrestar el pesimismo reinante en muchas producciones con respecto al patriotismo USA, con raíz en la derrota y retirada de Vietnam, con films desalentadores como “El regreso”, “El cazador”, o la coetánea “Platoon”, pero había otra corriente fluyendo en el lado contrario, ejemplo es “Oficial y caballero” de 1983, o más agresivamente la saga “Rambo”. Esta cinta venía a reivindicar el orgullo de ser estadounidense, tanto como para ‘sutilmente’ reclamarte para la causa de defender a tu país. Me llama la atención el juego de vasos comunicantes paradójicos. Tenemos a Tom Cruise dando respuesta al desencantado Charlie Sheen de “Platoon” de Oliver Stone, y resulta que este mismo termina parodiando al Cruise/Maverick en la comedia bizarra ZAZ “Hot Shots” (1991), pero a su vez Cruise tres años después de “Top Gun”, protagoniza otro film que ataca el patriotismo militar USA con otra cinta precisamente de Oliver Stone como “Nacido el 4 de julio”.

 

Spoiler:

 

Tiene momentos bochornosos el film, de vergüenza ajena, por ejemplo la escena de sexo entre Crusie y la McGillis, rodada a contraluz con los dos lamiéndose con la lengua puntiaguda, intentando emular de modo ridículo las escenas de “Nueve semanas y media” de ese mismo año; Otra escena penosa es cuando tras morir Goose el rol encarnado por el gran Tom Skerrit va a consolar a Maverick a los vestuarios, estando este en gayumbos blancos transparentes, queda la secuencia grimante.

 

En 2015, la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos seleccionó la película para su conservación en el Registro Nacional de Cine, encontrándola "cultural, histórica o estéticamente significativa".

 

El actor Matthew Modine rechazó el papel de Pete Mitchell (que fue para Tom Cruise) porque sintió que la postura pro militar de la película iba en contra de su política. Aunque esto lo negaron posteriormente los productores que dijeron que Cruise era su única opción para Maverick.

 

Durante la filmación, el director Tony Scott quería filmar el aterrizaje y el despegue de los aviones, iluminados por el sol. Durante una secuencia de filmación en particular, el oficial al mando del barco cambió el rumbo del barco, cambiando así la luz. Cuando Scott preguntó si podían continuar con su rumbo y velocidad anteriores, el comandante le informó que costaba 25 000 dólares estadounidenses (equivalente a 63 000 dólares estadounidenses en la actualidad) virar el barco y continuar en curso. Scott le escribió al capitán del portaaviones un cheque de 25.000 dólares estadounidenses para que el barco pudiera girar y continuar disparando durante otros cinco minutos.

 

El futuro astronauta de la NASA, Scott Altman, pilotó un avión F-14 para muchas de las secuencias de acrobacias de la película, habiendo estado estacionado recientemente en NAS Miramar en el momento de la filmación. Altman fue el piloto visto " volteando el pájaro " en la conocida secuencia de apertura de la película, además de pilotar el avión que se muestra "zumbando la torre" a lo largo de la película.

La mayoría de las secuencias de la aeronave maniobrando sobre tierra fueron filmadas en la Estación Aeronaval de Fallon, en Nevada, utilizando cámaras montadas en tierra. Las tomas aire-aire se filmaron utilizando un Learjet, pilotado por el inventor de Astrovision y piloto legendario Clay Lacy (su nombre está mal escrito en los créditos finales, como "Clay Lacey"). Paramount Pictures encargó a Grumman , fabricante del F-14, que creara cápsulas de cámara para colocarlas en la aeronave que pudieran apuntar hacia la parte delantera o trasera de la aeronave y proporcionar tomas exteriores a gran altura.

 

El renombrado piloto acrobático Art Scholl fue contratado para hacer el trabajo de cámara en vuelo para la película. El guión original requería un giro plano, que Scholl debía realizar y capturar en una cámara en el avión. Se observó que la aeronave giraba a través de su altitud de recuperación, momento en el que Scholl transmitió por radio "Tengo un problema ... Tengo un problema real". No pudo recuperarse del giro y estrelló su biplano Pitts Special en el Océano Pacífico frente a la costa sur de California cerca de Carlsbad el 16 de septiembre de 1985. No se recuperó ni el cuerpo de Scholl ni su avión, por lo que se desconoce la causa oficial del accidente. Top Gun fue dedicado a la memoria de Scholl.

 

Las nuevas tomas posteriores a la filmación de Top Gun terminaron en conflicto con “Made in Heaven”, en la que McGillis protagonizó con cabello castaño. Los cineastas de Top Gun se vieron obligados a ocultar el color de su cabello, lo que, por ejemplo, dio como resultado que la escena filmada en un ascensor mostrara a McGillis con una gorra de béisbol.

 

Iceman menciona sus problemas con Maverick, pero la intensidad casi paródica de la actuación de Kilmer, su desprecio burlón y lascivo por Cruise, parece provenir de algún lugar muy profundo y puede ser una respuesta a su irritación con la película. En las memorias de Kilmer de 2020, “Soy tu Huckleberry”, recuerda haber sido "torturado" para reunirse con Scott y bombardear su audición a propósito antes de que el director lo acorralara y admitiera que el guión de la película apestaba, pero no importaba porque los jets "lo dejarían sin aliento". Top Gun es una película cuyos componentes se sincronizaron tan cuidadosamente que el director usó una letra de la banda sonora para convencer a Kilmer de participar.

 

Además de ganar el Oscar a Mejor Canción, 'Take My Breath Away'; la película también fue nominada en otras tres categorías: Mejor Montaje, Sonido y Efectos Sonoros.

 

Un film más importante por su fama que por su calidad. Fenómeno a estudiar por como llevó a millones de espectadores al cine, siendo algo apolillado. Creando todo un boom popular que dio origen a toda una mercadotecnia que recuerdo hizo muchas chicas llevaran sus pegatinas (Mayormente de Superpop o Teleindiscreta) en libretas y carpetas de Maverick. Gloria Ucrania!!!

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