domingo, 12 de junio de 2022




EL CASO MATTEI. Feliz 50 Aniversario dele streno (26/06/22)

Con motivo del medio siglo del estreno de este film, me lo he visto, y me he encontrado con un atractivo biopic dirigido por el combativo políticamente Francesco Rosi, radiografiando al controvertido Enrico Mattei (en la cinta escuchas que en la post-guerra Italia sufrió un milagro económico y fue gracias a Mattei, pero también se oye a otro personaje decir que si Mattei hubiera seguido, la democracia en Italia habría terminado), empresario italiano que después de la Segunda Guerra Mundial logró evitar la venta de la naciente industria italiana del petróleo y los hidrocarburos a empresas estadounidenses y las desarrolló en Eni, compañía petrolera estatal. Mattei al promover el gas metano como uno de los grandes recursos naturales, pudo llevar a Italia al mercado mundial y hacerse a la vez poderoso y odiado. Desde su omnipotencia en el Eni, un organismo estatal formado para el desarrollo de los recursos petroleros. Era socialista por convicción, llevaba una vida privada modesta y tenía conflictos con los poderosos capitalistas petroleros estadounidenses (esto reflejado en una escena en que Mattei se reúne con un arrogante magnate [excesivamente caricaturizado en su imagen] del Oro Negro, donde este lo infravalora), que consiguió rivalizar con las llamadas 'Siete Hermanas' (nombre que dio Matttei a las siete empresas que dominaban el negocio petrolífero mundial, que funcionaban  según él, como un cartel) en acuerdos de petróleo y gas en países del norte de África y Oriente Medio. Todo esto le llevó a granjearse magnos enemigos.

 

El guión de Rosi y Tonino Guerra (“La Aventura” o “Amarcord”), lo muestran como un adanista endiosado (se auto erige en Mesías para Italia cambiando su estatus rural, "de una tierra de canciones y bailes a una nación industrial", así se definía; desde USA se lo definió como el italiano más poderoso desde Julio Cesar), de modo paralelo al retrato al popular mandamás se analizan las causas de su muerte en un ‘accidente’ de avión en lo que es un atractivo docu-drama muy en la onda del subgénero crítico de izquierdas que surgió en Italia en los 60 (el germen fue “Salvatore Giuliano” le siguieron, varias más, *spoiler) y tuvo su continuidad en los 70, y del que otros cineastas cogieron el relevo en otros países como Costa-Gavras u Oliver Stone.

 

Narración dual en que pasamos del pasado, donde seguimos a Mattei en entrevistas, discursos, encuentros con empresarios, donde suelta sus soflamas, su ideario beligerante, su patriotismo, sentenciando su integridad, un trabajador estajanovista, que el magnífico Gian Maria Volonté encarna con radiante carisma. Aunque me falta la intimidad del hombre, su vida más allá de su trabajo, esto hubiera dado más humanidad al personaje, y que no se quedará en lo público; y tenemos el presente, donde hay un proyecto para hacer una película sobre Enrico, deriva en una investigación llevada a cabo por el propio Rosi, derivando en un ejercicio de meta-cine curioso (donde la ficción se incrustó en la realidad cuando el amigo de Rosi, el periodista de L’Ora, Mauro De Mauro, desapreció mientras indagaba para el film; Las investigaciones de los carabinieri concluyeron que fue asesinado por la mafia siciliana). Con lo que la estructura se asemeja por ejemplo a “Ciudadano Kane” (1941), de hecho, comienza como esta con la muerte del protagonista, mezclado en su estilo al neorrealismo italiano. Aquí el petróleo no es el fin, es el medio para obtener el poder, para manipularlo, para financiar partidos políticos y medios de comunicación, y esto bajo el paraguas del estado (como era el Eni, transalpino, es muy peligroso), esto para un lienzo incisivo sobre el poder, sobre cómo manejarlo, sobre desafiar a lo establecido, sobre el arrojo de un Hombre para querer mover montaña.

 

Arranca en modo formato telediario, mostrando el lugar donde se estrelló el avión en el que viajaba Mattei, justo antes de llegar al aeropuerto de Milán (se estrelló cerca de Pavía). Mattei venía de Sicilia, escuchamos a varios testigos del incidente, uno de ellos afirma el avión lo vio explotar en el aire, lo cual es prueba de un atentado, pero este, posteriormente, cambió su declaración, y negó lo dicho, dejando abierta la pregunta del porqué de la retractación (la teoría es clara). Saltamos al pasado para conocer al popular hombre que murió, un tipo seguro de sí mismo, intrépido, con una labia proverbial (genial cuando lo oímos comparar a Italia con un gatito que quiere beber leche de un cacharro custodiado por perros rabiosos [Las Siete Hermanas]). Lo conoceremos en sus enfrentamientos, también en sus entrevistas, donde maneja al reportero como nuestros ojos, me refiero al tramo con el periodista con el que tiene una interview en un lago, esto nos lleva a que Mattei lo pasee por diferentes lugares del mundo para exponerle su filosofía de trabajo en las extracciones petrolíferas, sea en el desierto (Túnez, Argelia o Libia, con los que haciendo dumping había llegado a acuerdos comerciales beneficiosos para estas naciones norteafricanas, con el yo pongo los medios del Eni y me llevo un 25%, y vosotros el 75%, mientras ‘Las Siete Hermanas” era su trato del 50%-50%), o en plataformas en medio del mar, en realidad este recurso es para hablarnos a nosotros de lo que era su labor, de su comunión con el tercer mundo (este discurso queda muy bonito sobre ayudar a estos países, pero la realidad es que la riqueza de estos pozos siempre queda en manos de unos pocos, y casi nada se filtra abajo, ejemplo es Nigeria, una de las naciones más ricas en petróleo del mundo, y sin embargo pobres para su población), ese pequeño espacio que le dejaba el encubierto monopolio de ‘Las Siete Hermanas’, diciéndonos que no le importa de donde venga el combustible, si lo echan irá a la India o a Australia. Donde hace una deconstrucción un tanto retorcida del capitalismo frente a las (para él) necesarias nacionalizaciones (imprescindible esto para sectores de primera necesidad). Lo que más me gusta es cuando se indaga en las fuentes de energía de la propia Italia, como consiguió explotar pozos de gas y petróleo en el norte del país (en el Valle del rio Po), y esto directamente trajo el empleo y la prosperidad a una zona desolada en la ociosidad y el paro. En el tramo final vemos legar a Mattei a una región pobre de Sicilia donde va a anunciar que han encontrado petróleo, allí Enrico es recibido cual Emperador Romano tras una conquista, el pueblo lo loa cual segundo advenimiento de Dios. Este les corresponde con un sentido discurso sobre como la riqueza ha llegado para quedarse, e incluso los hijos de los allí presentes que emigraron podrán regresar. Exhibiendo con ello el nivel al que había llegado este líder que trascendía lo empresarial.

 

Me falta en la cinta que se entre en las contradicciones del protagonista, alguien que luchó con los demócratas cristianos (con los socialistas no), pero que luego como pragmático (y demagogo) pactó con los neofascistas italianos (MSI) para llegar al Eni, tipo que manejaba a su antojo y sin fiscalización el dinero público (cuando digo a su antojo me refiero en beneficio de su ideario político), creó un diario para el autobombo de los parabienes del Eni, ósea, para elevarse a los altares él mismo). En su hipocresía fue uno de los años 50 uno de los aliados políticos más sólidos de Washington, y por otro lado negociaba con la Unión Soviética para una prolongación de un oleoducto soviético que llegaría a Italia a través de los Balcanes. Faltan matices al personaje, apenas se entran en sus contradicciones. Tampoco llegamos a saber que piensa el políticamente de los países árabes con los que pactaba. Y lo más importante Mattei queda cual escaparate, siempre en su trabajo, y nunca sabemos quién es realmente, queda como un símbolo, pero no sabemos lo que detrás de ese escaparate.

 

La puesta en escena destaca por cómo se funde con el estilo semi-documental que imprime Rosi, ya desde la excelente cinematografía en granulado color de Pascualino De Santis (“Fellini 8 y medio” o “Muerte en Venecia”), ejerciendo de a modo de reportaje televisivo, con tomas aéreas desde la mirada de Mattei contemplando se ‘Imperio’, o con ese reflejo del ensalzamiento del nuevo Emperador en el pueblo siciliano, con las calles atestadas de gente vitoreando al Mesías; Como también reseñable la formidable banda sonora creada por Piero Piccioni (“Salvatore Giuliano” o “El desprecio”), ejerciendo de impulsor de emociones vibrantes, mezclando en tramos  lo ominoso con la sensación de contrarreloj (sonido similar a un segundero).

 

Spoiler:

 

En 1977, cinco años después del estreno de este film. 15 después de la muerte de Mattei, la Fiscalía de la ciudad de Pavía (norte de Italia) probó el hecho de que esto había sido un atentado terrorista. En las indagatorias practicadas se realizó una autopsia a los huesos del cuerpo de Mattei y se descubrió en ellos la presencia de restos de explosivos. También quedó probado que el ganadero que, en su momento, aseguró haber visto explotar el avión en pleno vuelo (antes de que tocara suelo, por tanto) cambió posteriormente su versión al declarar ante la Justicia. Aunque no dio quienes fueron los responsables, en el film se sugiere estuvieron involucrados los servicios secretos franceses y la mafia italiana.

 

*La Batalla de Argel (Gillo Pontecorvo; 1966); Investigación de un ciudadano por encima de toda sospecha (Elio Petri; 1970); La Clase Obrera va al Paraíso (Elio Petri; 1971);  Mimi, la metalúrgica (Lina Wertmuller; 1972); El monstruo de la portada (Marco Bellocchio; 1972); Golpe de Estado italiano (Mario Monicelli; 1973); Nosotros que tanto nos queríamos (Mario Monicelli; 1974); Cadáveres ilustres (Francesco Rosi; 1976); Tengo miedo (Damiano Damiani; 1977).

 

En los últimos días de julio de 1970 el director se pone en contacto con el periodista de L'Ora Mauro De Mauro para reconstruir las últimas horas de vida de Mattei vividas en Gagliano, en la zona de Enna. La intención del director Rosi era obtener pequeños detalles para incluirlos en el guión. De Mauro, atraído por la importancia de la tarea que se le encomendaba y por la buena remuneración prometida por Vides, inició de inmediato sus investigaciones. Fue a Gagliano donde, gracias al Sr. Puleo, gerente del cine local, logró conseguir la cinta con el último discurso pronunciado por Mattei; también pidió conversaciones con Graziano Verzotto, político y administrador de la Sicilian Mining Body (indicado por muchos como muy cercano al clan de Giuseppe Di Cristina) y con Vito Guarrasi, personaje muy ambiguo cercano tanto a Amintore Fanfani como a los Servicios Secretos estadounidenses. El 16 de septiembre de 1970, De Mauro fue secuestrado justo debajo de su casa en Viale delle Magnolie en Palermo y nunca más fue encontrado. El elenco de la película también incluye al periodista Furio Colombo en el papel del joven asistente de Mattei.

La película compartió el Gran Premio con “La clase obrera va al paraíso” en el Festival de Cine de Cannes de 1972. La estrella italiana Gian Maria Volonté fue el actor principal en ambas películas.

 

Más que interesante cinta, pero a la que le faltan mostrar las aristas que todos tenemos, y que se aleje de la peligrosa hagiografía. Gloria Ucrania!!!

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