miércoles, 8 de junio de 2022



1492: LA CONQUISTA DEL PARAÍSO. (Tributo a Vangelis 17/05/2022)

 Evángelos Odysséas Papathanassíou, más conocido como Vangelis (Volos, 29 de marzo de 1943-París, 17 de mayo de 2022​), fue un teclista y compositor griego​ de música electrónica, orquestal, ambient, new age y rock progresivo. Entre sus obras más conocidas destacan las bandas sonoras originales de las películas.​ Carros de fuego (ganadora del Oscar a la mejor banda sonora en 1981),5​ Blade Runner (1982)​ y 1492: La conquista del paraíso (1992).

Cinta infravalorada que ha ganado con el tiempo, más que interesante acercamiento a uno de los acontecimientos épicos más grandes que han marcado la Historia de nuestro mundo, irregular pero en su conjunto un apreciable intento de radiografiar a uno de los visionarios más grandes que la Tierra ha parido, Cristóbal Colón. Ridley Scott dirige esta coproducción europea rodada entre España y Costa Rica, la más costosa hasta la fecha para un fracaso en taquilla, se hizo para conmemorar el 500 aniversario del encuentro entre los dos mundos. Está centrada en la figura del navegante, es contada a través de la visión del hijo de Cristóbal, Hernando, quiere colocar en su justo sitio a su progenitor, pues la Historia tergiversada estaba colocando a Americo Vespucio como el ‘iluminado’ que descubrió el Nuevo Continente, y corría el peligro de perderse el legado de Colón. El guión de Roselyne Bosch trata de humanizar al mito Colón, héroe cuasi-Santo o un conquistador-sanguinario y lo que refleja es a un utópico soñador que se cree un iluminado elegido para un Misión Divina, triunfa en crear una ruta de ida y vuelta a lugares inmensos y desconocidos, pero fracasa una vez allí, no parece ofrecer motivos para instalarse allí, el tiempo demostró que si los había.

La narración naufraga en describir como Colón llega a la idea de que por ese itinerario se llega a Nuevas Tierras, esto es una nebulosa que no se toca, se nos hurta información crucial, es una elipsis cobarde para decantarse por ninguna de las hipótesis que hay.

El relato está partido en dos partes bien diferenciadas, en la primera cuenta las dificultades de un pasional Colón para conseguir financiación para una expedición para llegar a las Indias Occidentales, de cómo su fuerte carácter su fe en un sueño le granjeó enemigos pero también adeptos, entre ellos a la Reina Isabel, se hace un fresco deprimente de este tiempo con la omnipresente inquisición que quemaba a los herejes, era un tiempo supersticioso, temeroso a lo desconocido, anclado a los grilletes del fanatismo religioso y aquí un aventurero pretendía saltarse las reglas y asaltar los límites de lo establecido, sus profundos ideales lo llevaron a comandar desde la Santa María el mítico trío de carabelas, una de las Odiseas más grandes que la humanidad haya conocido. En este tramo se esboza la fuerte personalidad del marinero, vemos como da charlas sobre su ansiado proyecto oceánico, su peculiar relación con sus hijos y su pareja, esta subtrama es muy floja, confusa y muy inconsistente, no se entiende que no esté casado y se dé en este tiempo como si nada, chirriante, asistimos a tejemanejes políticos, intrigas palaciegas, hasta que se reúne con la Reina y esta accede a financiar la enigmática travesía convencida por su consejero Sánchez (buen Armand Assante) por la simple razón que el riesgo económico era mínimo, según él, el presupuesto equivalía a dos banquetes reales y el premio podría ser cuasi-infinito en riquezas e imperiales, esto más la ayuda de Martín Pinzón (buen Tchéky Karyo) y se llega al viaje, lo mejor del film, Scott imbuye al tramo de un halo místico, donde la extraordinaria música de Vangelis (‘Blade Runner’ o ‘Carros de fuego’) y la fenomenal fotografía de Adrian Biddle (‘Thelma & Louise’) se elevan a niveles celestiales, las secuencias son rodadas con un mimo excelso, la espectacular salida del Puerto de Palos el 3 de agosto de 1492, los barcos en alta mar flotan cual naves celestiales, y entre una cortina de niebla aparece poco a poco las imágenes del Paraíso, la exuberante naturaleza se desborda ante nuestros ojos, son sibaritas lienzos, el 12 de Octubre de 1492 desembarcan unos botes en una playa de Guanahani (Las Bahamas), descienden a cámara lenta, las emociones nos impactan, fascinante la comunión entre belleza visual y música, las pisadas en la Nueva Tierra es una experiencia elegiaca, como exploran el territorio desconocido y se produce el encuentro entre nativos y conquistadores, aquí gira la película para dar paso a su segundo segmento. El choque entre dos culturas, Colón vuelve a España con más promesas que realidades, gran ceremonia-recepción, Colón vuelve a las Indias Occidentales con muchas más pioneros, y la colisión ha explotado, la gente que dejó allí ha sido exterminados, ‘La Civilización’ ha llegado, comienza a construir la primera ciudad, como metáfora de la evangelización ansiada vemos el estremecedor alzado de la grandiosa campana hacia las alturas de la torre, cargada de sentimiento alegórico de la dureza que espera. El villano es Múxica (buen Michael Wicncott), reflejo simplista del mal despótico, abusivo y humillante que está por destrozar culturalmente un continente, y el hombre orquesta Colón que anhelaba controlarlo todo con sus hermanos se le escurren sus sueños entre los dedos, cae en desgracia, no es capaz de equilibrar lo que todos quieren, en ningún lado del océano, ni con los indígenas (bonita la escena en que el indígena traductor desvestido de ropas occidentales en medio de la tormenta Divina se dirige a la selva, Colón lo ve y le pregunta que a donde va, le responde <Vos nunca quisisteis hablar mi lengua> y desaparece en la espesura, alegórico de que los del Viejo Continente nunca quisieron entender a los del Nuevo), ni en Europa donde los nobles llegan a encarcelarlo por no ser dócil. Se produce un precioso y turbador epílogo, tras una reunión con la Reina, uno de sus fieles consejeros, Sánchez (buen Armand Assante) y crítico con el Almirante tienen un trémulo encuentro: (continua en spoiler)
Sánchez le espeta despectivamente: -Sois un soñador.
Colón le responde: -Sánchez, mirad ahí (hacia el exterior donde hay una ciudad): Qué es lo que veis?
Sánchez: -Veo iglesias, veo palacios, veo campanarios, veo la civilización y veo torres que se llegan hasta el cielo.
Colón:- Todo ello creado por gente como yo. No importa el tiempo que viváis Sánchez, hay algo que nunca cambiará entre nosotros. Yo lo hice y vos no.
Colón asiste al éxito de Américo Vespucio, un reputado clérigo mandamás da todo el mérito del descubrimiento de un Nuevo Mundo a Americo (una licencia dramática, pues Colón murió sin saber que había descubierto un continente), Sánchez observa a Colón a distancia, el clérigo se percata y se produce un turbador diálogo:
Clérigo: Que tragedia, una vida desperdiciada.
Sánchez: Desperdiciada. Si vuestro nombre o el mío son recordados alguna vez… lo serán gracias a él. (abrumador)
Por cierto, en la película de Roland Emmerich de 2011, ‘Anonymous’ se produce un diálogo calcado, vergüenza de plagio.
La puesta en escena es sobresaliente, la antes mencionada música de Vangelis es antológica, una de las mejores de la Historia, unos coros angelicales nos conmueven y empequeñecen, unos sonidos sublimes nos ponen el vello de punta, pocas veces una música se ha fundido tan bien con los fotogramas un deleite epicúreo para nuestros oídos, sumado a una espléndida fotografía de Adrian Biddle (‘Los Duelistas’, ‘Alien o ‘La Princesa Prometida’) con hermosos manejos de la luz y el cromatismo, el verde la naturaleza virgen nos apabulla, en interiores juega con iluminación natural desprendiendo realismo. Gerard Depardie compone a un buen Colón, irradia pasión, ilusión, carácter, genio, empatía, bien es cierto que yo lo he visto doblado y tengo entendido que en versión original chirría su acento galo entre angloparlantes. Tiene taras que le impiden subir nota, esta su desequilibrado ritmo, dientes de sierra, hace que por momentos desconectemos, es que quiere abarcar demasiados temas quedándose muchas veces en esbozos, ejemplo la antes mencionada de su relación amorosa, tampoco se le da peso a algún secundario, quedan difusos, también es notorio el hurto que nos hacen de su último viaje en que pisa el continente americano en lo que hoy es Venezuela. 
Desde luego no es redonda, pero tiene elementos muy apreciables y recomendables. Fuerza y honor!!!

P.D. En Valladolid (España), 20 de mayo de 1506, muere el Navegante, Cartógrafo, Virrey, Almirante, y Gobernador General de las Indias al servicio de la Corona de Castilla Don Cristóbal Colón.

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