martes, 24 de mayo de 2022

 


EL ANGEL EXTERMINADOR. Feliz 60 aniversario (16/Mayo/1962 


168/29(22/05/22) Con motivo del 60 aniversario del estreno (16/Mayo/1962 en el festival de Cine de Cannes) de esta cinta parteaguas, lka he vuelto a revisionar y no ha perdido ápice de su mordacidad. Una de las grandes Obras Maestras del director aragonés Luis Buñuel (junto a “Los Olvidados” o “Viridiana”), film epítome del surrealismo del realizador y guionista de Calanda. Sobre una historia que sigue a un grupo de invitados adinerados que, tras escuchar tocar piano a una mujer, por una razón inexplicable no pueden irse después de una lujosa cena y el caos que sigue. Producción mexicana que es una sátira cargada de simbolismos y alegorías (Buñuel, inteligentemente, nunca dijo lo que representaban los elementos a discernir, apuntando: "Quizá la explicación de EL ÁNGEL EXTERMINADOR sea que, racionalmente, no hay ninguna") en las que se ataca la indolencia de la burguesía acomodada (uno de los mantras del anarquista Buñuel), su decadencia moral, sus instintos darwinistas, su ociosidad, su superficialidad, añadiendo ataques sutiles a la Iglesia (con los adornos de la habitación-prisión), pero sobre todo en su coda. Buñuel reescribió una pieza compuesta con el extremeño Luis Alcoriza (“Los Olvidados” o “Él”), “Los náufragos de la calle Providencia”. El título quedaba largo y pidió al escritor madrileño José Bergamín el de una obra de teatro suya aparcada, “El ángel exterminador” (Buñuel: ‘El título me pareció magnífico, si yo veo eso en un cartel, entro inmediatamente en la sala”). Este le dijo que lo cogiera, que no era suyo, era sacado de la Biblia, del Apocalipsis. Con el productor azteca Gustavo Alatriste (“Viridiana” o “Simón del Desierto”; Alatriste, cuando vio el film, recién terminado: “No he entendido nada. Es maravilloso”; Alatriste entonces marido de la bella Silvia Pinal, protagonista d este film coral), Buñuel tenía libertad sobrada para trabajar a su manera más personal.

 

Una especie de revisión vitriólica de “El señor de las Moscas” de William Golding (1954), donde la isla se torna aquí en un salón comedor, y los niños pasan a ser hedonistas burgueses, pero donde la convivencia en un lugar cerrado les llevará a situaciones de darwinismo, donde saldrá a flote lo peor de la Condición Humana, pero todo esto filtrado por el sentido juguetón kafkiano de Buñuel. Un relato donde se dan cita el clasismo, la superficialidad, el hambre, el suicidio, las pesadillas, la muerte, la mano (cual de la familia Addams), corderos, cansancio vital, repeticiones continuas, fetichismo, etc. Todo surtido con diálogos ingeniosos, mordaces, puntiagudos, con dobles sentidos, con mucho humor negro, y con muchas situaciones delirantes. En un desarrollo ágil, con un crescendo dramático muy bien llevado para proyectar la degradación moral en este interior, donde la grácil cinematografía del gran Gabriel Figueroa “Que viva Mexico!” o “Los Olvidados”) transmite la claustrofobia vital de estos disfuncionales reos, con un deterior físico que cual capas de cebolla van cayendo hasta el rush final. Con continuos choques fruto de este encierro que entronca con el (nauseabundo) programa ‘concurso’ Gran hermano, donde todo se magnifica (¿?), con la angustia, la sed, el detrimento mental, donde la ambigüedad resulta incisiva.

 

En México D.C. en la Calle de la Providencia (¿?), está la mansión Nóbile, con el número 1109 (premonición del aciago 11S?), donde un adinerado muy religioso (las paredes de su hogar así lo atestiguan), que incluso llama al salón su ‘Paraíso Terrenal’, por los buenos momentos pasados allí con sus amistades. Y esto se tornará en una broma del destino cuando precisamente en esta sala, tras una fiesta de ricachones quedarán recluidos, cual muro invisible que les impide salir de allí, convirtiéndose el Paraíso en el Infierno. Mientras afuera la policía y curiosos observan, sin tampoco poder entrar, intentándolo con la inocencia de un niño (fracasan). En lo que será un descenso vertiginoso hacia el cainismo humano, al atavismo (rompiendo paredes con hachas), al egoísmo (queriendo beber agua sin dejar al que más lo necesita, pisándose unos a otros), al paganismo, donde estaos burgueses tornaran en ‘Lobos’ cuando sacrifiquen a inocentes corderos, aun con su condescendencia, cuando vemos poner un pañuelo en los ojos al becerro antes de matarlo (cual si fuera a ser ejecutado), tras lo que los asan con la madera del parqué.

 

La tensión crece a medida que pasa el tiempo, las rencillas van aflorando entre estos flemáticos seres, los celos, el libertinaje, donde el tedio nos va calando (para ello es crucial el recurso de repetir las mismas acciones en varios m omentos para implementar la rutina cual hámster en una noria. Ejemplo es dos de los invitados presentándose en repetidas veces; Buñuel indicó que hay como veinte repeticiones idénticas en el film), el sopor, la agonía vital, las máscaras de hipocresía autoimpuestas por la etiqueta aristócrata van cayendo cual capas de cebolla, mientras los instintos básicos emergen. Un retrato de la clase alta endogámica, hermética, tribal, que no va a lado alguno, demagoga, irritante.

 

Durante el transcurso de esta interminable velada se van sucediendo todo un tropel de situaciones entre el absurdo y el surrealismo propio de Buñuel: Como que el servicio de la mansión decida abandonar la casa, cual si la clase baja no tuviera que ver con los pecados de la burguesía; Como una mujer que guarda patas de gallo en su bolso como amuleto (fetichismo buñueliano); La superficialidad de estos burgueses con diálogos delirantes, como cuando un doctor comenta que una mujer de las invitadas tiene una enfermedad incurable y se quedará calva dentro de una semana (¿?); El modo en que los protocolos de conducta van colapsando, ejemplo cuando una pareja se perturba cuando los invitados se quitan las chaquetas (están sudando por el calor), con lo que atacan los códigos de etiqueta (¿?), pero esto es imparable con un hacha de adorno antiguo se maneja como mazo, un arco de violonchelo se convierte en una sierra, los jarrones de flores en improvisadas jarras de agua, etc.; Una mujer invoca la magia negra provocando el caos (se sugiere es judía, Buñuel antisemita?; Un anciano Sergio Russell (Antonio Bravo), muere y su cuerpo se coloca en un gran armario (alegoría de cómo se apartan a los muertos, cual bajo la alfombra); Unas pareja de novios por no poder consumar termina suicidándose y terminan... en el armario; Tenemos a un oso que aparece no se sabe de dónde, es la mascota de los Nóbile?; Hay un robo de morfina destinada a aminorar el dolor de una enferma; Y ya en el clímax de lo irrespirable, hay un intento de linchamiento de resonancias paganas contra el chivo expiatorio de sus males ("Muerta la araña, la tela se deshace", sugieren); Para desembocar todo en una conclusión tan surrealista (*spoiler) como lo es la película, y coronado todo por un epílogo ingenioso (**spoiler), y que han copiado muchos, lo de dejar coleando una posible secuela.

 

Spoiler:

 

Tras atacar al anfitrión como culpable de su cautiverio, queriendo sacrificarlo, el Dr. lo impide, pero es el propio Nóbile el que se ofrece a matarse si es por el bien del resto. *Entonces la invitada extranjera, apodada Leticia ‘La Valkiria’, cae en la cuenta de que todos están en las mismas posiciones que cuando ella tocó el piano justo en el fin de la velada original. Solo falta que ella toque la misma pieza, cosa que hace, y tras lo cual pueden salir alborozados de la sala. Porque se da esto? Pues porque sí. En realidad este recurso cogido con pinzas tiene trampa, pues ha habido tres muertos que no ocupan sus respectivos lugares, ni tan siquiera hacen por colocar los cuerpos o algo que los reemplace) ** Tras ello asistimos a un Te Deum en la catedral (no se sabe sin con los invitados que quedaron enterrados o no, pues no los vemos). Cuando termina el servicio el cura con su séquito se dispone a salir a fuera, pero... La situación en la iglesia es seguida por un motín en las calles y los militares intervienen para reprimir brutalmente, disparando contra los alborotadores. La última escena muestra un rebaño de ovejas entrando en fila a la iglesia, acompañado por el sonido de disparos. Brillante final, propio de una franquicia de terror.

 

El crítico de cine estadounidense Roger Ebert escribió una interpretación extensa del simbolismo de la película, que incluye el siguiente párrafo: "Los invitados a la cena representan a la clase dominante en la España de Franco. Habiendo establecido una mesa de banquete para ellos al derrotar a los trabajadores en la Guerra Civil española, se sientan para un banquete, solo para descubrir que nunca termina. Están atrapados en su propio callejón sin salida burgués. Cada vez más resentidos por estar aislados del mundo exterior, se vuelven mezquinos e inquietos; sus peores tendencias se revelan".

 

El académico Robert Stam señala en su libro Reflexivity in Film and Literature: From Don Quixote to Jean-Luc Godard que la película "está estructurada sobre la fórmula cómica de un lento descenso de la normalidad a la anarquía... El 'Ángel exterminador' ejecuta una misión de la justicia social, un apocalíptico abatimiento de los nobles y los poderosos".

 

Samuel Pierce, que escribe para el sitio web de películas de terror Bloody Disgusting , señala la influencia de “El ángel exterminador” en las películas de terror contemporáneas y escribe: " Vemos que el aislamiento conduce a la locura. Vemos cómo se forman tribus en tiempos de conflicto. Vemos que el asesinato se vuelve cada vez más atractivo. Sin embargo, más que nada, “El ángel exterminador” explora la hipocresía de la élite social y los delgados hilos de la sociedad que los protegen de la depravación total".

 

Buñuel comentó sobre su film:

Buñuel no quedó del todo contento, le habría encantado contar con un presupuesto mayor y poder exagerar más la vida pomposa de estos burgueses acomodados.

Un magnífico título: “Al principio se titulaba Los náufragos de la calle providencia. Pero el año anterior José Bergamín me había hablado de una obra de teatro que quería titular El ángel exterminador. El título me pareció magnífico y le dije: ‘si yo veo eso en un cartel, entro inmediatamente en la sala’, Le escribí desde México para pedirle noticias de su obra... y de su título. Me respondió que la obra no estaba escrita y que, de todos modos, el título no le pertenecía, que estaba en el Apocalipsis. Podía cogerlo, me dijo, sin ningún problema. Cosa que hice, dándole las gracias. (...) Yo primero pensé que el título tenía una relación con el argumento, aunque no sabía cuál. A posteriori lo he interpretado así: en la sociedad humana de hoy, los hombres se ponen cada vez menos de acuerdo, y por eso combaten entre ellos. En la película sucede lo mismo: ¿Por qué no llegan juntos a una solución para salir de la sala?”

Repetición de escenas: “Por lo que a la repetición de acontecimientos se refiere... hay como veinte repeticiones idénticas, de acuerdo con la idea de mi padre. Él dijo: Todos los días de nuestra vida nos repetimos. Cada mañana nos levantamos, nos lavamos los dientes con el mismo cepillo y con los mismos movimientos de la mano, nos sentamos en la misma mesa a desayunar, vamos a la misma oficina, encontramos a las mismas personas... y cuántas veces ha ocurrido que en una fiesta saludamos a una persona y una hora después le damos otra vez la mano, le decimos hola y después exclamamos: ‘Oh, qué estamos haciendo, acabamos de saludarnos hace un minuto’. El hecho es que, quiéranlo o no, la sociedad está inmovilizada. Creo que ésta es la única interpretación simbólica que uno puede hacer”

El WC en el armario (una de las mujeres, al salir del armario, explica: “Al levantar la tapa, he visto un gran precipicio, y antes de sentarme, un águila cruzó a dos metros debajo de mí”): “Metí un recuerdo de mi infancia. En Molinos, pueblo aragonés y también de Cuenca, hay precipicios hasta de cien metros de profundidad. En uno hay en lo alto un retrete de madera: el agujero da al abismo. Yo he visto un halcón volando debajo de mí mientras cumplía con una necesidad fisiológica”.

Objetos como símbolos: “Se me ocurrió que Silvia vendara con un pañuelo los ojos del cordero y le diera el puñal a Nobile. Así quedó. Todo improvisado, sin pensar en que los objetos fueran símbolos. Buen símbolo de nada. A pesar de eso, algunos críticos hicieron varias interpretaciones. El cordero, es decir el cristianismo; el cuchillo, la blasfemia... Y no había nada de eso, todo era arbitrario, se trataba de provocar sólo alguna inquietud...”.

Condenados de por vida: “En el final de la película no hay liberación. Sólo es momentánea. Pero la situación de encierro se va a repetir infinitamente. Regresarán a la situación inicial, volverán a hacer los mismos gestos. Han salido del encierro en casa de los Nóbile, pero se quedan encerrados en la iglesia. Y ahora será peor, porque ya no son veinte personas, sino doscientas. Es como una epidemia que se extiende hasta el infinito”

Un final anarquista: “Quizá en El ángel exterminador la carga de la policía no tenga relación con el encierro en la iglesia y sean dos hechos coincidentes por casualidad. Pero yo no sentí la imagen de otra manera, sino así: la fachada de la iglesia, tiros, gritos, los corderos que entran en el templo. Si no se les ocurre a los críticos otra explicación, podrían decir que me gustan las situaciones de caos, que soy un anarquista”.

La imposibilidad de explicarlo todo: “La gente siempre quiere una explicación para todo. Es consecuencia de siglos de educación burguesa. Y para todo lo que no encuentran explicación, recurren en última instancia a Dios. Pero de qué les sirve? A continuación tendrían que explicar a Dios”

El director autocensurado: “Si no llegué más lejos fue porque me autocensuré. Ahora lo haría mejor. Dejaría a los personajes un mes hasta llegar al canibalismo, a la pelea a muerte, para mostrar que tal vez la agresividad es innata”.

 

-Piensa permanecer mucho entre nosotros?

-Y usted?

-No, dígalo usted antes.

-Yo vivo aquí. -Me lo esperaba…

 

Film Icónico, de los que recuerdas por siempre, con un calado arrollador. Gloria Ucrania!!!

 

 



Pam & Tommy


Atractiva serie que va de más a menos, sintiéndose que va decayendo conforme avanza, sintiéndose que 8 capítulos son excesivos para lo que se cuenta, seguramente con la mitad o incluso con una película se podría haber dado más solidez narrativa. Comedia gamberra con ribetes de reflexión que son los primeros capítulos, dejarse llevar por el drama seco en su devenir. Cuenta la historia del convulso matrimonio (desde que se conocieron hasta que se casaron tardó 4 días) de famosos (la playmate vigilante de la playa) Pamela Anderson y (el batería de los Mötley Crüe) Tommy Lee, y de cómo le sustrajeron una cinta con material íntimo (el primer video viral de la historia), como afectó esto a sus vidas, a la par que se da un retrato del tipo que robó dicha cinta. Basándose en el artículo de Rolling Stone de 2014 "Pam and Tommy: The Untold Story of the World's Most Infamous Sex Tape" de Amanda Chicago Lewis, la serie fue creada para Hulu por Robert Siegel. Pamela Anderson no quiso participar en la serie, Tommy Lee tampoco lo hizo, pero si la apoyó (mal asunto, pues esto resto saña con este más que violento tipo).

 

La irregularidad del devenir de la serie seguro tendrá mucho que ver que los tres episodios son dirigidos por un mordaz realizador australiano, como Craig Gillespie (“I, Tonya”), aportando un ritmo trepidante (muy a lo Scorsese), en los que demostraba un sentido del humor vitriólico (epítome, por supuesto, la muy comentada escena de Tommy con su [aclamado] pene, escena sacada de su auto-biografía), mucha comedia sexual, mezclado con el drama ingenioso y agudo, humanizando a los protagonistas. Mientras que el resto de los 8 capítulos los dirigen de modo desigual Lake Bell (4º y 7º), Gwyneth Horden-Payton (5º y 8º), y Hannah Fidel (6º), dejando la esencia de lo que quieren contar en su deconstrucción de las celebridades endiosadas, y a pesar de ello son humanos que sufren, entrando por supuesto en la violación absoluta de la intimidad y como se le da Patente de Corso al que desee invadirla, una ácida crítica a como por ser famosos se llegan a difuminar los límites entre vida pública y vida privada. Pero cuando Gillespie deja la serie parece que se dispersan en el tono, no sabiendo si es comedia o drama, si tirar por la sátira en que se hace una semblanza narcisista de las celebrities o poner todo para ser seria. Asimismo, vale como lienzo del cambio de los tiempos en los 90 que supuso la llegada de internet y como lo cambió todo. Serie que habla de egolatría, complejos, traiciones, pornografía, nuevas tecnologías, machismo.

 

Tiene entre sus méritos las notables caracterizaciones del trio protagónico. Tenemos a una sensacional Lily James como la sex symbol canadiense Pamela Anderson, transmutada tras un formidable maquillaje en la mítica vigilante de la playa, te olvidas de la actriz y ves a la Anderson. Pero es que esto lo adorna con un rol que derrocha empatía en su fragilidad e ilusión vitalista, una dulce espectacular mujer, se la ve con virtudes y defectos, con energía sensual, pero también sufriendo en su avatar ‘videocaseril’ (estremecedora durante el interrogatorio, con preguntas humillantes; también excelente durante la entrevista de Jay Leno). Se erige en imprevista defensora de los derechos de las mujeres, intentando que la tomen por actriz y no como mujer florero. Donde en lo que respecta al viral video de marras, él es un ‘machote’ y ella un ‘putón’ (¿?); Su partenaire es un electrizante Sebastian Stan (conocido por ser en la factoría Marvel ‘soldado de Invierno’) dando vida la arrollador Tommy Lee, un ‘Bigger Than life’ en su personalidad desbordante, altiva, egocéntrica, clasista, al igual que la James, su metamorfosis en el baterista de Mötley Crüe es impresionante en su imagen. Pero es que a esto le acompaña como se hace con el rol real, con sus gestos, poses, manera de moverse, forma de hablar, con su visceralidad, impulsividad, nervio, componiendo un carácter poliédrico, capaz de lo peor y de ser cariñoso (muy buena la escena en el avión tras casarse y se preguntan por sus gustos). Teniendo un gran momento (el que da sentido a la serie) cuando se enfrenta a Rand (con una valla por medio) y le dice que él si se merece lo que le pase, pero y ella? (Aunque la serie evita la polémica del consumo de drogas, que no aparece por la serie, cuando era algo sabido que Tommy era un drogadicto); Y entre ambos hay una excelente química, con ententes chispeantes, inundando la pantalla con su carisma, haciendo creíbles sus momentos de amor y sus enfrentamientos, dos seres que residen en una burbuja que parece infinita de felicidad, pero que los pecados de uno de ellos hace que su Edén se agriete.

 

El tercer vértice de esta historia es Rand Gauthier, el tipo que al sentirse estafado (y con razón, según vemos en pantalla) roba la caja fuerte de Tommy, y esta lleva ‘premio’. Seth Rogen está maravilloso como ese perdedor al que todo le sale mal, un bonachón del que todo el mundo se aprovecha, el actor borda el personaje con una gran vis cómica, proyectando el patetismo de su carácter, actúa por venganza, mientras el mismo cava su propia fosa arrastrado por cómo no es capaz de dominar la Caja de Pandora que ha abierto y que amenaza con aplastarlo. Estupenda actuación. Cercenable la metida con calzador historia con su ex.

 

Resto son secundarios que aprovechan sus momentos. Andrew Dice Clay aterrador como el violento prestamista Butchie; Nick Offerman como el tío Miltie, es una serpiente ladina y traicionera avarienta; Taylor Schilling como la ex de Rand, actriz porno orgullosa y soberbia, sobre todo parece estar para el discurso final que da a Rand sobre la diferencia entre un video porno que ella hace y el video robado de entidad sexual, un alegato bueno, pero se nota algo artificioso; DeMike Seely como Hugh Heffner, dueño de Playboy, en una sola escena con una tierna conversación con Pam Anderson se erige en especie de guía espiritual de ella, le dice: conversación con Hugh Hefner (Mike Seeley) en Pamela in Wonderland (T1E6): "La gente te pagará por ser la Pamela que quieren ver. Pero esa cifra nunca representará lo que vales", le dice el dueño de Playboy. (sabiendo lo que sabemos del ‘pájaro’, estos e antoja inventado)

 

Curiosamente, el primer episodio se centra en Rand Gauthier, un ex actor porno, que ahora se dedica a la carpintería, estando en un trabajo para Tommy Lee en su dormitorio, este no hace más que cambiar sobre la marcha lo que desea: Tommy se pasea por su casa como la imagen de un narco, en gayumbos, con un batín y armado con rifles de asalto, tremendo. Rand tiene que aguantar todos los caprichos de la estrella del rock, incluso deben escuchar el sexo que tiene con la Anderson. Todo esto en un tono de comedia negra. Con la catarsis de cuando Tommy humilla a Rand despidiéndolo por llamarle (más o menos) un chapucero en su trabajo, y echándolo a punta de arma de la mansión. Esto provoca la ira de Rand que decide robar la enorme caja fuerte que hay en el garaje. Ello en una secuencia muy bien trabajada mezclando suspense y humor, pues los métodos de Rand no son parecidos precisamente al Ethan Hunt de “Misión Imposible”; El segundo capítulo es sobre cómo se conocieron y casaron (en una playa de Cancún) Pam & Tommy, cada uno con su carácter, los dos realmente muy infantiles en su comportamiento travieso, con una jocosa escena en la disco, luego el cortejo feroz de Tommy que acaba con ambos en México (Tommy a Pam: "A tu lado, Carmen Electra es una bruja!" ¿?), tenemos la escena de la disfuncional (y descacharrante) charla entre Tommy y su ‘Dick’ (v.o. de Jason Mantzoukas), implorándole no le falle, y por supuesto fornicando salvajemente (necesaria escena para sintamos la electricidad sexual que había entre ellos); en el tercero se mezclan las dos sub tramas. Por un lado Rand intenta vender sin éxito la cinta a medios para adultos y todos reniegan por los peligros de ser demandados, pero Rand descubre internet. Por otro lado está Pam Anderson que está cansada de la serie “Baywatch”, de cómo la denigran en sus aspiraciones dramáticas, solo es un cuerpo que lucir en bañador rojo, y prepara su salto al cine con “Barb Wire”; Pero entonces los mandos los deja Gillespie y la cosa, sin ser mala, si se nota cierto bajón. El nivel bizarro tipo ‘habalr con el pene’ se deja a un lado, se empieza a tomar en serio. Donde las desventuras de Rand resultan desequilibradas y alargadas, aun teniendo sus buenos momentos (Rand psicoanalizándose sobre como todo el mundo se aprovecha de su bondad y decide romper con ello para ser ‘cobrador de deudas’), y donde la batalla de la pareja de celebrities emprende una odisea por conseguir no se emita la cinta, y teniendo buenos momentos (me encanta en el 7º cuando Pam & Tommy van a ver de incógnito a un cine “Barb Wire”, y escuchan al público ridiculizar el film; o la entrevista que Jay Leno [un pasadísimo de maquillaje protésico Adam Ray]), también hay mucho michelín a liposuccionar (sobrándome la idealización de la Mansión Playboy); Llamándome la atención como justifican (subliminalmente) que no le den a Pam los papeles que le dieron a Kim Basinger y a Liz Hurley respectivamente en “L.A. Confidential” y “Austin Powers”, por el susodicho video erótico (no cuela!).

 

Y todo acaba de modo un tanto in media res.

 

Spoiler:

 

Tommy acepta presionado por Pam vender los derechos de la cinta a un ‘tiburón pornográfico’, Seth Warshavsky (notable Fred Hechinger, sobre todo en el enfrentamiento con Pam & Tommy, muy seguro de sí mismo en su diabólico plan) de internet, para que este pueda cobrar por ver el video, y de este modo lo vea menos gente. Pero esto fue poner puertas al campo. Lo que no nos cuentan es que Pamela Anderson tuvo el bebe que se ve en la serie, pero otro más. Y lo más importante, que la relación Pam & Tommy no fue precisamente una balsa de aceite, pues la violencia de Tommy con ella fue la nota predominante, siendo incluso encarcelado Tommy por ello (acusado de pegar a Pam con uno de los hijos en brazos de ella). Por lo que uno se siente un poco (siendo benévolo) estafado por el reflejo buenista de esta tormentosa relación.

 

Seth Warshavsky, pionero de internet dedicado a la industria pornográfica vendió los derechos del video casero a Vivid Entertainment por 15 millones de dólares.

 

Serie recomendable, pero que podría haber sido mucho más si se hubiera sintetizado más y haber puesto más mordacidad en la segunda mitad, donde pierde fuelle. Gloria Ucrania!!!

domingo, 22 de mayo de 2022

 


Salvatore Giuliano

Con motivo del 60 aniversario (01/03/1962) del estreno de este film seminal (influyó en directores como Gillo Pontecorvo, Costa-Gavras, Glauber Rocha, Francis Ford Coppola y Martin Scorsese, para este último uno de sus 10 mejores films vistos) me lo he visto. Notable film dirigido por el napolitano Francesco Rosi, que mediante un incisivo estilo documental hace una acerada radiografía sociopolítica de la convulsa Sicilia de la post-WWII. Obra cargada de neorrealismo (tema arraigadamente social, rodada en marcados grises, en escenarios naturales donde sucedieron los hechos, y la mayoría de actores son no profesionales), con magnífico guión de Franco Solinas (“La Batalla de Argel”), Suso Cecchi D’Amico (“Ladrón de bicicletas”) y Enzo Provenzale (“El Gatopardo”), que de modo no lineal deconstruye y proyecta el estado de ánimo del momento, ingeniosamente salpica flash-backs (costando un poco al inicio seguirlos; aunque durante el juicio ya si son más claros conforme a lo que se cuenta en el mismo) indagando con saña (con voz en off del propio Rosi) en la connivencia entre los poderosos terratenientes (temiendo por sus prebendas), la mafia (para apuntalar su terror), los políticos (sirviéndose del bandolero para sus objetivos de anular al rival de izquierdas), y el guerrillero protagonista (para endiosarse).

 

Historia del bandido siciliano Salvatore Giuliano, pero sin mitificarlo (cual si hiciera Michael Cimino en su versión adaptada del libro de Mario Puzo, mostrándolo de modo romántico como una especie de Robin Hood), tanto que su presencia es marginal, nunca lo vemos hablar (lo oímos solo en una ocasión y nunca suelta algún discurso que lo pueda embestir de carisma o afán idealista), se ataviado con su icónica gabardina blanca entre gente, y también muerto en el inicio (tirado en el suelo).

 

Arranca en 1950, el cuerpo sin vida del bandido Salvatore Giuliano es encontrado en Castelvetrano. Un flashback lleva la narración a 1945: los líderes separatistas deciden contratar al bandido Giuliano y su banda para la causa de la independencia de Sicilia; los bandidos luego atacan el cuartel local y se enfurecen contra la policía. La narración se remonta a 1950: los carabinieri dan versiones contradictorias sobre el final del bandido, no convencen a los periodistas que acudieron al lugar del crimen (“Su camiseta está empapada en sangre, pero apenas hay sangre en el suelo”, comenta uno de ellos). Otro flashback que nos retrotrae a 1945-46: la guerrilla separatista provoca la intervención del ejército, habiéndose instalado en Montelepre (ciudad natal de Giuliano), es "bienvenido" por bandidos con el asesinato de un soldado, lo que desencadena severas restricciones hacia el población local, que culminará con el arresto de todos los hombres del país para desalentar el bandolerismo; la concesión de la autonomía siciliana pone fin a la causa separatista, induciendo a la banda de Giuliano a aumentar los secuestros en concierto con la mafia. La narración se remonta a 1950: tiene lugar la desgarradora escena del reconocimiento del cuerpo de Giuliano por parte de la madre. Otro flashback se remonta al 1 de mayo de 1947: durante un mitin en Portella della Ginestra para celebrar la victoria del Bloque Popular en las elecciones regionales, los bandidos comandados por Giuliani disparan contra la multitud, causando numerosos muertos y heridos. Otro regreso a 1950: tras la muerte de Giuliano, la policía arresta a su lugarteniente Gaspare Pisciotta (Frank Wolff); comienza en Viterbo el juicio para identificar a los responsables de la masacre de Portella, tiene como acusados a Pisciotta y todos los demás bandidos, que se retractan de sus confesiones anteriores y fingen convulsiones en la sala del tribunal; sorprendentemente, Pisciotta se acusa a sí mismo del asesinato de Giuliano.

 

Se indaga de modo imparcial en las circunstancias que llevaron a su muerte en Castelvetrano la mañana del 5 de julio de 1950, exponiendo un potente rompecabezas de escenas notablemente filmadas para en este mosaico hacernos ver este complicado entorno, y mediante ello salen a colación un puñado de secundarios que conforman con sus opiniones y comportamiento el carácter de Giuliano. Un fresco desesperanzador de como los poderes en la sombra loa maniatan todo, por ello pretende el metraje concienciar al espectador sobre esta tiranía encubierta. Estando el presente localizado en el macrojuicio (gallinero) en Viterbo contra Gaspare Pisciotta (Frank Wolff), lugarteniente de los bandoleros independentistas, y el resto de los imputados por la matanza de Portella della Ginestra. Para Rosi este Giuliano es el McGuffin (un peón del que seguir sirviéndose los mandamases) para mostrar este micromundo empobrecido siciliano, y la podredumbre moral con que se manejaba, como lo manipulaban los políticos, militares y mafia para que se mantuviera estancado en la nada.

 

Rosi muestra una Sicilia cual territorio ocupado por una fuerza exterior, ello por los muchos militares se ven por todos lados, siendo el epítome de esto el tramo en que ‘invaden’ los militares Montelepre, con hileras interminables de soldados por las calles del pueblo, mientras allanan hogares para sacar a los hombres, provocando la angustia y dolor en las mujeres.

 

Todo esto potenciado por la gran puesta en escena, proyectando realismo crudo. Ello desde el fenomenal diseño de producción de Sergio Canevari (“La Batalla de Argel”), y Carlo Egidi (”Divorcio a la italiana”), llevándonos por los lugares reales de los hechos, además de saber crear el caos en la sala del juicio, con los acusados enjaulados cual gallinero bullicioso (peleas, discursos, abucheos, gritos, rebeliones,...), en alegoría del desorden que reina en Sicilia; Está la formidable cinematografía en glorioso b/n de Gianni Di Venanzo (“Fellini 8½”), creando todo un tapiz de imágenes incisivas, desde esos planos generales maravilloso de las montañas sicilianas o de los rurales pueblos, todo con un nivel de documental donde nada parece dramatizado, con tomas impersonales tras personas, no fijando el objetivo en muchas ocasiones, fuertes contrastes de grises, calando el sol permanente en exteriores, con mucha profundidad de campo, con profusión de tomas aéreas cual Ojo de Dios, sabiendo jugar con lo subliminal y el fuera de plano, y creando algunas postales de resonancias pictóricas, epítome de esto es cuando la madre de Salvatore identifica el cadáver, visto por el objetivo con el cuerpo en escorzo que recuerda indefectiblemente al cuadro renacentista de Andrea Mantegna "Lamentación sobre Cristo muerto" (1475-1478). También sobresaliente en la escena de la Masacre de Portella della Ginestra. Asimismo fue muy alegórica el tramo en que el jefe de policia se reúne con uno de los jefes mafiosos en las ‘catacumbas’ de una bodega, cual haciendo la metáfora de que los ‘contubernios’ oscuros se hacen a nivel subterráneo/Infierno cloacas.

 

Se le puede achacar que en su afán verité de documental pierde la introspección personal, todo es el escaparate de lo que vemos, no hay mínima profundidad de roles, si acaso lo más cercano es el ‘Judas’ Gaspare Pisciotta, el lugarteniente de Giuliano, al que da vida de modo vigoroso Frank Wolff, todo es expuesto sin hondura, sin reflexiones íntimas que hagan de lo micro lo macro.

 

Spoiler:

 

Momento recordable el tramo en que Pisciotta (Frank Wolff) traiciona a Salvatore, lo hace desde la visión de la policia que espera fuera, vemos el semi oscuro encuentro en una mísera habitación (oímos la voz de Giliano atacando a Pisciotta), y luego pasamos a fuera en la nocturnidad de la calle, oímos dos disparos, la policía corre a ver qué ha pasado, y Pisciotta sale asustado. Ya lo ha matado de modo miserable.

 

Pasamos al veredicto y sentencia del juicio de Viterbo, finalmente termina con duras sentencias contra los bandidos. En la corte, Pisciotta promete nuevas revelaciones sobre los instigadores políticos de la masacre de Portella della Ginestra, pero es envenenado en prisión en 1954. En el final, la película da un salto en el tiempo hasta 1960, y termina con el asesinato del confidente de la mafia que hizo arrestar a los bandidos.

 

Salvatore Giuliano (Montelepre, 16 de noviembre de 1922 - Castelvetrano, 5 de julio de 1950) bandolero e independentista siciliano, que ganó notoriedad en el desorden propiciado por la invasión de las fuerzas aliadas, en septiembre de 1943, durante la II Guerra Mundial. Durante años, las fuerzas de la policía italiana emprendieron una incesante búsqueda para atrapar a Salvatore, debido a los numerosos asaltos y robos cometidos en toda la región italiana. Paulatinamente, consiguió adeptos a su causa, tantos que se formó una imagen idealizada en la cual era visto como un Robin Hood. Eric Hobsbawm lo describió como el último de los bandidos populares y el primero de la era de la TV. El fin de sus días le llegó al ser traicionado por su compañero de armas Gaspare Pisciotta, quien finalmente acaba con su vida, presa del temor que le infundía el creer que Giuliano sabía de su traición.

 

En Les Lettres françaises del 4/03/1962, Francesco Rosi declara efectivamente sobre su película: “Salvatore Giuliano no es en modo alguno una película biográfica, sino un discurso sobre el cadáver de Julio César. Casi nunca vemos al héroe excepto muerto, en una historia en la que me he cuidado de romper constantemente la cronología. Sin tomar la precaución de un crossfade, paso de 1950 a 1954 o 1944 o 1948, porque evoco hechos una vez resonantes, y de los cuales el público italiano ha guardado el recuerdo. Mi tema real es un país infeliz, oprimido, perdido y rebelde. No pretendo exaltar o abrumar a Giuliano. Quiero mostrar que él fue fruto de su tierra, de las condiciones sociales y políticas de los años cuarenta»

 

Presentada en competición en el Festival de Cine de Berlín de 1962, ganó el Oso de Plata al Mejor Director y tres Cintas de Plata.

 

El rodaje de la película se llevó a cabo en los mismos lugares donde ocurrieron los hechos narrados (Montelepre, donde nació Salvatore Giuliano; Castelvetrano En la casa de Castelvetrano donde el fugitivo pasó sus últimos meses, y en el patio donde una mañana se encontró su cuerpo sin vida, y en Portella della Ginestra, donde se produjo la Masacre ocurrida el primero de mayo de 1947, de la que Giuliano fue culpado junto a varios de sus lugartenientes); durante la realización se utilizaron principalmente actores no profesionales tomados del lugar gente; entre otros, el bandido Giuliano fue interpretado por el conductor del tranvía de Palermo Pietro Cammarata, quien en la película siempre aparece de espaldas o en la distancia.

 

Film cautivador en muchos aspectos, teniendo el atractivo extra de ser el inicio de un tipo de cine semi-documental de denuncia social cruda emparejada al neorrealismo italiano. Gloria Ucrania!!!

 


E.T. EL EXTRATERRESTRE.

 

Con motivo del 40 aniversario (Festival de Cine de Cannes el 26 de mayo de 1982) del estreno de este icónico film lo he vuelto a revisar, cinta que pertenece a la cultura popular, quedándome algo arrugado por el paso del tiempo, dejando en muchos momentos al aire sus costuras típicas ochenteras. Rezumando demasiada inocencia en muchos tramos, donde los niños son los buenos y los mayores los malos, rozando lo sensiblero en otros, pareciendo un film navideño de buenas intenciones al que solo le falta que la nave espacial en su haz de luz escriba ‘Paz en el mundo’.

 

Mítica película dirigida y producida por el Rey Midas de Hollywood (y más con este film, el más taquillero de la historia, superando al de su amigo George Lucas “Star Wars”, y descollado por el mismo 11 años después con “Parque Jurásico), Steven Spielberg, con el guión nominado al Oscar de Melisa Mathison (“Kundun”), en lo que es un relato del despertar de la inocencia, centrado en un niño que se hace amigo de un extraterrestre apodado ET, este extraviado en la Tierra cuando su nave debe huir tras ser acosada por agentes de la NASA. Spielberg tomó mucho de su vida para volcarlo en esta película que siempre ha dicho que es su trabajo más personal. El concepto de la película se basó en un amigo imaginario que Spielberg creó después del divorcio de sus padres. En 1980, Spielberg conoció a Mathison y desarrolló una nueva historia a partir del proyecto no realizado ‘Night Skies’. En menos de dos meses, Mathison escribió el primer borrador del guión, titulado “ET and Me”, que pasó por dos reescrituras. El proyecto fue rechazado por Columbia Pictures, que dudaba de su potencial comercial (menudo ojo!”). Universal Pictures finalmente compró el guión por $ 1 millón. El rodaje se llevó con un presupuesto de 10,5 millones de dólares.

 

A diferencia de la mayoría de las películas, ET se filmó en un orden cronológico aproximado para facilitar actuaciones emocionales convincentes del joven elenco. Los animatrónicos de la película fueron diseñados por el maestro en la materia Carlo Rambaldi, que ya había trabajado con Spielberg en “Encuentros en la tercera fase”, precisamente una de las ideas iniciales era que “E.T.” fuera una secuela de esta. Pudiendo verse como una revisión de la misma centrándose en una familia suburbana estadounidense, pero en esta ocasión desde el punto de vista de los niños (y con padre ausente por separación), y donde también el encuentro con seres de otros mundos actuando de deux machine.

 

Relato que mezcla la ciencia ficción (ya desde el inicio cuando vemos aterrizada una ve espacial con Aliens a su alrededor en un bosque, el drama (superficial) de una familia donde el padre acaba de dejar la casa por separación, la comedia (esos disfraces que ponen al pobre E.T.; la borrachera;...), la aventura (esos niños ayudando a escapar de las garras del gobierno al pobre Alien), y todo ello revestido con un halo de ternura emocional en la relación fraternal entre el niño y E.T., para desembocar en un final visto hoy día (los años igual me pesan) almibarado y complaciente.

 

Es apreciable como Spielberg gotea guiños cinéfilos por todo el metraje, ya desde el nave extraterrestre muy similar a la “Encuentros en la tercera fase”, los guiños  a “Star Wars” con los muñequitos que tiene Elliot y le enseña a E.T., también en la divertida escena en que E.T. disfrazado de fantasma con una sábana por la calle ve a un niño disfrazado de Yoda y corre tras él gritando ‘Mi casa, mi casa!’; También Spielberg da su particular homenaje a su gran referente John Ford con una escena legendaria de “El Hombre Tranquilo”, la de estando en Blanca Mañana Maureen huye tras limpiar la casa y John Wayne en medio de una ventisca la coge del brazo y la arrastra a dentro, donde le da un beso, escena que reproduce el director con Elliott y una compañera de cole; También hay una referencia literaria, a su vez llevada a cine multitud de ocasiones (Una de ellas por el propio Spielberg con su secuela “Hook”), cuando escuchamos el relato de ‘Peter Pan’ (contado por la madre a Gertie), con el que este film  tiene paralelismos encarnado en E.T. ese ser venido del más allá, cargado de candidez e inquietudes, pero que no puede vivir en nuestro mundo, y donde los piratas se tornan en agentes de la NASA; Yendo más lejos hay quien ha visto en la historia una alegoría del cristianismo, con es ese ser puro de corazón, venido del cielo, capaz de hacer resucitar a lo muerto (ocurre con las plantas), y algo más (no quiero spoilear); También se han visto algunos paralelismos con obras tan conocidas como “Mary Poppins” (alguien que viene de fuera para revolucionar un hogar disfuncional, “Pinocho” (el ser extraño en un hogar desestructurado, que causa el caos), “King Kong” (por del ser ‘monstruo’ a ojos de los adultos que quieren sea un producto de feria/investigación), e incluso de “El Mago de Oz” (hay quien ha visto en E.T. a Dorothy llegando a un lugar extraño para él y que anhela regresar a su mundo, y en el trayecto encuentra a amigos).

 

Posee un inteligente inicio con siete minutos sin palabras, desde la filmación del basto espacio estrellado, pasamos a la acción, unos extraterrestres en la noche, bajados de una nave espacial con decenas de luces, estamos en medio de un bosque buscando plantas y rocas, seres a los que vemos a medias, entre sombras y entre vegetación, entrelazado a coches y personas buscándolos por los alrededores, la tensión se palpa en la nocturnidad, con las linternas y el ajetreo. La acción se precipita y la intensidad se rasga, cuando vemos que la nave despega y deja aun pobre Alien allí, este corre y se oculta como puede de los perseguidores. Hasta que pasamos a una casa suburbana con un grupo de niños jugando imitando a los mayores.

 

Especial mérito del film es que el espectador conecte emocionalmente con el extraterrestre, para ello  la imagen de desvalido del ser interplanetario es crucial, temeroso, pacífico, frágil, de pasitos cual pingüino, de un enorme cabezón telescópico, con unos ojos enormes (esto siempre despierta empatía), con un larguísimo dedo que se le ilumina cuando quiere regalar su Don, que es siempre que ve algo herido, y que se comunica o bien por mimo o por gruñidos agudos. Amén de tener un corazón que se le ilumina translucido de su piel. Siendo un gran éxito como el transalpino Rambaldi crea una enternecedora expresividad en E.T., lo hace grácil en su relación con Elliot, transpira humanidad (¿?); Y es que la actuación de Henry Thomas dando vida a Elliot es un aliciente por la humanidad que transpira, haciendo su relación con E.T. creíble, con sus ententes cargados de inocencia, tiene la difícil misión de con su interpretación hacer veraz al extraterrestre, y lo consigue con sus naturales reacciones en sus encuentros, así como emocional cuando sufre por lo que le pasa a E.T.; Robert MacNaughton como Michael, el hermano mayor de Elliot cumple sin más; la que sale triunfadora como secundaria es la que hace de hermana menor, con solo 6 añitos Drew Barrymore (que hizo una prueba no superada para “Poltergeist”, producido por Spielberg, pero este la escogió para “E.T.”), la que da una lección de frescura y proyección de inocencia pura; Dee Wallace como la madre da una buena actuación demostrando sin subrayados su zozobra ante la separación del esposo; Peter Coyote durante la mayor parte del metraje es una especie de ‘Tiburón’ de Spielberg, en el modo en que su figura solo se ve a trozos y sin serlo su rostro, aunque cuando en el tramo final se ve queda un tanto deshinchado su carácter, un villano sin serlo plano, quiere tener buena relación con el ‘socio’ de E.T., no es un clásico Mad Doctor, lo cual es de agradecer no caer en la caricatura.

 

Llama la atención como Spielberg quiere inducirnos al punto de vista de los niños con el recurso (en la primera parte del film) de que todo sea visto a su altura (excepto cuando aparece la madre, cual ente superior), sintiéndonos al nivel de ellos; Tras conocer Elliot a E.T. en el cobertizo, comienza la relación entre el ser venido de otro mundo y un niño, con recursos de como lo esconde, como se comunica con él con mímica, como aparecen elementos mundanos que E.T. los convierte en icónicos, la tele (con la escena referida de “El Hombre Tranquilo”), por supuesto el teléfono, como se lo comunica sus hermanos, como tiene E.T. telepatía emocional y traza un vínculo invisible con Elliot, provocando una escena paralela con E.T. en casa ocioso (viendo la tele y emborrachándose) y Elliot en clase provocando el caos con ranas a punto de ser sacrificadas.

 

Es un film que indaga en los sueños de los niños, como es poder tener un amigo especial, como es vivir aventuras al margen de los mayores, poder volar con tu bici, ser un héroe al que todos admiren.

 

La película dista (no sé si entonces, pero hoy día) de tener un ritmo un tanto discordante, con sub tramas eliminables, algún michelín liposuccionable, que podría aportar más ritmo, así como un nivel de infantilidad que por momentos resulta de trazo grueso (lo de los astronautas invadiendo el hogar de Elliot resulta disparatado).

 

La fotografía es de Allen Daviau (“El Imperio del sol” o “El color púrpura”), sabiendo amoldarse a la mencionada visión de los pequeños, jugando mucho con la escasa luz, jugando con las sombras y los contraluces, y sobre todo dejándonos una mítica imagen con la bici voladora con E.T. en el manillar surcando la silueta de la Luna (imagen logotipo dela compañía spielbergiana Amblin), toda una oda a los sueños infantiles. La banda sonora es compuesta por el maestro neoyorkino John Williams (el de siempre de Spielberg, salvo contadas excepciones), regalándonos una melodía orquestal que proyecta el sentido entre épico emociónate que requiere el tono de la cinta, auqnue lejos de sus obras maestras (“Superman”, “Star Wars”, “Tiburón”, “Indiana Jones”, “Parque Jurásico”, “La lista de Schindler”, “Harry Potter” o “Solo en casa”).

 

Carlo Rambaldi, quien diseñó a los extraterrestres para Encuentros cercanos del tercer tipo , fue contratado para diseñar los animatrónicos para la propia pintura de ET Rambaldi Mujeres de Delta lo llevó a darle a la criatura un cuello extensible único. Su rostro se inspiró en los de Carl Sandburg, Albert Einstein y Ernest Hemingway. Se crearon cuatro cabezas para la filmación, una como animatrónico principal y las otras para las expresiones faciales, además de un disfraz. Un equipo de titiriteros controló la cara de ET con animatronics. Dos personitas, Tamara De Treaux y Pat Bilon, así como Matthew DeMeritt, de 12 años, que nació sin piernas, se turnaron para usar el disfraz, según la escena que se filmara. DeMeritt en realidad caminó sobre sus manos y representó todas las escenas en las que caminaba torpemente o se caía. La cabeza se colocó por encima de la de los actores, y los actores podían ver a través de las rendijas en su pecho. Caprice Roth, un mimo profesional, llenó prótesis para jugar las manos de ET.  El títere fue creado en tres meses a un costo de $1.5  millones.

 

El principal trabajo de voz de ET para la película fue realizado por Pat Welsh . Fumaba dos paquetes de cigarrillos al día, lo que le dio a su voz una calidad que le gustaba al creador de efectos de sonido Ben Burtt . Pasó nueve horas y media grabando su parte y Burtt le pagó $ 380 por sus servicios. También grabó a otras 16 personas y varios animales para crear la "voz" de ET. Estos incluyeron a Spielberg, la actriz Debra Winger, su esposa dormida enferma de un resfriado, un eructo de su profesor de cine de la USC, mapaches, nutrias y caballos.

 

La película fue nominada a nueve Oscar, incluida la de Mejor Película. “Gandhi” ganó ese premio, pero su director, Richard Attenborough, dijo: "Estaba seguro de que no solo ganaría ET, sino que debería ganar. Fue ingenioso, poderoso [y] maravilloso. Hago películas más mundanas". Ganó cuatro premios de la Academia: Mejor banda sonora original, Mejor sonido (Robert Knudson, Robert Glass, Don Digirolamo y Gene Cantamessa), Mejor edición de efectos de sonido (Charles L. Campbell y Ben Burtt) y Mejores efectos visuales (Carlo Rambaldi, Dennis Muren y Kenneth F. Smith); En los Globos de Oro, la película ganó Mejor Película en la categoría Drama y Mejor Banda Sonora; también fue nominado a Mejor Director, Mejor Guión y Mejor Nueva Estrella Masculina para Henry Thomas.

 

Duda que me asuiste, para que le hacen falta los amigos (estos sin carácter alguno) que acompañan a Elliot y E.T. en su huida hacia la nave? Lo que hacen lo podrían haber hecho sin ellos solo van de séquito.

 

E.T. y Jesucristo: Los dos vienen de los cielos; Los dos son pacíficos; Los dos reviven lo muerto; Los dos resucitan; Y los dos se elevan tras la resurrección a los cielos.

 

La especie a la que pertenece E.T. hace un cameo en el Senado Galáctico de Star Wars en el Episodio III, en un guiño que da a entender que provienen nada menos que de la república galáctica. Haciendo de vasos comunicantes cuando en E.T. se hacen referencia a la saga “Star wars.

 

Los médicos que trabajan en el Centro Médico de la USC fueron reclutados para interpretar a los que intentan salvar a ET después de que los agentes del gobierno se apoderaran de la casa de Elliott. Spielberg sintió que los actores en los papeles, interpretando líneas de diálogo médico técnico, parecerían poco naturales.

 

El equipo rodó en un bosque de secoyas cerca de Crescent City en el norte de California durante los últimos seis días de la producción. La escena exterior de Halloween y las escenas de persecución de la "bicicleta voladora" se filmaron en Porter Ranch.

 

Según Spielberg, la escena en la que ET se disfraza de muñeco de peluche en el armario de Elliott fue sugerida por su compañero director Robert Zemeckis después de leer un borrador del guión que Spielberg le había enviado.

 

Hubo acusaciones de que la película fue plagiada de The Alien, un guión de 1967 del director indio Satyajit Ray, quien declaró: "ET no habría sido posible sin que mi guión de The Alien estuviera disponible en todo Estados Unidos en copias mimeografiadas". Spielberg lo negó y afirmó: "Yo era un niño en la escuela secundaria cuando su guión circulaba en Hollywood". El amigo de Spielberg, el director Martin Scorsese, también alegó que la película fue influenciada por el guión de Ray. Revista Star Weekend cuestionó la afirmación de Spielberg, señalando que se graduó de la escuela secundaria en 1965 y comenzó su carrera como director en Hollywood en 1969. The Times of India señaló que ET y Close Encounters of the Third Kind (1977) tenían "notables paralelos" con The Alien, incluida la naturaleza física del extranjero. En su guión, que Ray escribió íntegramente en inglés, describió al extraterrestre como "un cruce entre un gnomo y un niño refugiado hambriento: cabeza grande, extremidades delgadas, un torso delgado. ¿Es hombre, mujer o neutro? No lo hacemos". Lo que su forma transmite básicamente es una especie de inocencia etérea, y es difícil asociarle un gran mal o un gran poder; sin embargo, hay una sensación de inquietud debido a la semejanza con un niño humano enfermizo".

 

Las referencias a la infancia de Spielberg ocurren a lo largo: Elliott finge estar enfermo acercando un termómetro a la bombilla de su lámpara mientras se cubre la cara con una almohadilla térmica, un truco frecuentemente empleado por el joven Spielberg. Michael molestando a Elliott se hace eco de las burlas de Spielberg hacia sus hermanas menores, y la evolución de Michael de torturador a protector refleja cómo Spielberg tuvo que cuidar de sus hermanas después de que su padre se fuera.

 

En 1994, la película se agregó al Registro Nacional de Películas de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos, que la consideró "cultural, histórica o estéticamente significativa".

 

Film que despierta en mi la nostalgia de la niñez, tiene momentos icónicos del cine, como las primeras palabras de E.T., pero vista hoy día queda muy azucarada, epítome de esto es su no apto para diabéticos rush final en que E.T. no termina de marcharse en una despedida sin fin de los humanos, donde resulta que el que lo perseguí asiste de convidado de piedra a la escena sin hacer nada. Aun así, tiene cosas sugestivas que la hacen buena. Gloria Ucrania!!!

sábado, 14 de mayo de 2022

 


EL CUARTO PODER.


Notable film que homenajea con vigor a la reivindicable profesión del periodismo como ese poder que debe ser crítico con el poder, el que debe destapar sus corruptelas. Siendo una obra que no ha perdido potencia en sus 70 años desde su estreno (14/05/1952), siendo su idea transportable a nuestros días, donde ya los periódicos a papel están en desuso, y son las webs las que han tomado el poder, pero su idea de cómo los poderosos intentan manipular para que sus vergüenzas no salgan a la luz sigue siendo actual, y como frente a ella están los sensacionalistas, los ‘abrazafarolas’ del poder, o el dique de la pureza del periodismo independiente de investigación que no se deja manosear, la Libertad de Información, la imparcialidad vs La Prensa Paniaguada. Advirtiéndonos (diáfanamente en el febril discurso del protagonista ante el juez del peligro de que la prensa se concentre en unas pocas manos, y es que en la diversidad está la competencia por buscar la Verdad, los Monopolios (en este caso el mediático) no son buenos.

 

Film escrito y dirigido por Richard Brooks (Brooks, quien en sus inicios fue periodista en prensa y radio) en un tono de cine negro que riega el metraje de diálogos y monólogos incisivos, con secuencias vibrantes, con humor, drama, intriga, y un desarrollo fluido, muy ingenioso en cómo va entrelazando sub tramas para unirlas luego. Historia de un editor de un periódico que encarna de modo magno por Humphrey Bogart, embarcado en el probable último día de su periódica ‘The Day’, mientras debe lidiar con un caso de un sindicalista mafioso (al que da vida con fuerza Martin Gabel, aunque hay una escena en que me da la impresión en que durante una llamada telefónica desvía la mirada a la cámara en repetidas ocasiones), con que su amada ex (buena Kim Hunter) está prometida a otro, mientras el periódico pende de un hilo al estar pendiente de la decisión de un juez para su venta aun magnate de los medios o que se lo quede la viuda (gran Ethel Barrymore) del dueño y con ello mantenerse en pie el “The Day”.

 

Arranca de forma ágil, con el objetivo en la redacción del ‘The Day’, saltando de un periodista a otro, exponiendo el caos que allí se vive, presentando a los secundarios, hasta desembocar en el despacho del protagonista Ed Hutchenson (Humphrey Bogart). Y es que es una cinta muy dinámica que no llega a la hora y media, sintetizándolo todo de forma estupenda para tener al espectador (ósea, yo) imantado a la pantalla, con una descripción del mundillo periodístico formidable en como muestran las redacciones como una aparente anarquía maravillosa, con reporteros yendo y viniendo, el repiqueteo de las máquinas de escribir, con contrastes de opiniones, con peleas, con llamadas telefónicas, con tensiones, donde el árbitro el redactor jefe que pone orden en este aparente desbarajuste. También exponen las interrelaciones en las redacciones, sus roces, pero sobre todo su camaradería, y nunca más espléndida que en la escena coral del ‘funeral’ al ‘The Day’ en el bar, con los periodistas allí de forma mordaz haciendo su particular panegírico por el ‘recién fallecido’, una devastadora farsa muy al estilo irlandés entre alcohol y risas que esconden el drama.

 

‘The Day’, un periódico en el que el director es nuestro protagonista principal, Ed Hutchenson. ‘The Day’ es uno de los pocos periódicos donde se busca una visión que vaya más allá de la mera información, sin amarillismo (epítome cuando Ed coge un periódico de la competencia y en portada tienen la foto de un cadáver, él dice que venderá muchos, pero ese no es su estilo, no son sensacionalistas; esto no ha perdido un ápice de vigencia con hoy día) y podríamos decir que practican el periodismo libre.

 

Hay una muy buena sub trama sobre como los herederos del dueño del periódico deciden venderlo a la muerte de su padre (y con ello siendo engullido por un poderoso de la competencia que lo hará desaparecer), enfrentándose a su madre, mostrando con ello el choque generacional, donde los mayores se atienen a principios morales y la juventud se acoge a lo material crematístico. En el lado de los mayores está Margaret Garrison a la que da vida con gran carácter Ethel Barrymore, que mantiene excelentes ententes con Ed/Humphrey. En esta sub historia queda patente como el dinero intenta torcer la información, anulando al rival y con ello imponiendo una idea menos que confrontar, y esto es muy peligroso.   

 

Está la sub trama criminal, centrada en el mafioso Tomas Rienzi, tipo con poder que intenta mover los hilos para que no se le investigue, para anular que vayan a por él, como otra vez el dinero compra voluntades, en este caso de políticos y con ello pretenden autopistas de corrupción y crímenes impunes.

 

La sub trama romántica no estorba como en muchos films que se nota metida con calzador, aquí sirve para limar la personalidad del protagonista, para veamos su nobleza, y a la vez veamos su enorme vocación por el periódico, expuesta en los comentarios que una Kim Hunter punzante hace a Ed.

 

Teniendo la cinta escenas de una gran consistencia emocional, siendo uno de los clímax la visita al ‘The Day’ que una anciana madre (maravillosa Kasia Orzazewski) de una mujer asesinada (mujer emigrante). Siendo uno de los mensajes del poder de la prensa y como es parte de la sangre de las venas que corre por USA, esta mujer le dice a Ed que ella aprendió a leer leyendo su periódico, conoció las formas del país a través de leer las noticias, y si estaba allí y no ante la policia u otro medio, es porque el ‘The Day’ trató con respeto la muerte de su hija, y no la sacó en portada asesinada. Ed le pregunta que si no tiene miedo, y ella le responde: ‘Usted no tiene miedo. Su periódico no tiene miedo. Yo no tengo miedo’. Devastadora muestra de orgullo y dignidad. Todo en un crescendo dramático muy bien llevado hasta su satisfactorio final, de los que te deja con una mueca de placer, sin ser complaciente.

 

Humphrey Bogart da vida al editor jefe Ed, con un carisma y personalidad tremendos, íntegro, incorruptible, honesto, se sabe con la responsabilidad hacia sus 1500 trabajadores del ‘The Day’, pero sobre hacia sus fieles lectores, a los que nunca da basura amarillista, brillante actuación con varios picos impresionantes, como el discurso que le suelta al juez ponderando la valía atemporal de la Prensa Independiente como contrapeso a los tejemanejes de los corruptos en las altas esferas, como en el encuentro en el coche con Tomas Rienzi, en la visita nocturna a su ex, o como un feroz interrogador con el hermano (notable Joseph De Santis). de una víctima, siendo el colofón la llamada telefónica con Rienzi al final, sensacional actuación. Siempre con un punto de cinismo sardónico peculiar (ejemplo la frase referida al pretendiente de su ex: "No me gusta. Pensaré en una razón más tarde"); Entre los secundarios, aparte de los ya mencionados destacar al siempre buenísimo Ed Begley.

 

Se le puede achacar cierto tono patriotero que deja caer durante el metraje (los discursos ante el juez, se escuchan notas del Himno de la República, o en los comentarios de la Sra. Schmidt ensalzando USA), pero yo lo siento como un aviso a navegantes para salvaguardar la esencia de una nación que tiene ese enorme Cuarto Poder de los medios de comunicación, sobre todo en un tiempo oscuro en USA con el daño que hizo la ‘Caza de Brujas’ del siniestro senador McCarthy, entonces en su ferviente candor, siendo uno de los más beligerantes contra esta ‘tiranía paranoica’ precisamente el protagonista de este film, Humphrey Bogart.

 

El periódico utilizado como fondo de la película, llamado The Day, se basa libremente en el antiguo New York Sun, que cerró en 1950. El periódico Sun original fue editado por Benjamin Day, lo que hizo que el nombre del periódico de la película de 1952 (que no debe confundirse con el periódico de la vida real New London, Connecticut del mismo nombre) un juego de palabras; Tough as Nails, biografía de Brooks escrita por Douglass K. Daniel, cita la muerte en 1931 del periódico New York World como base para la película, incluida la decisión de los hijos de Joseph Pulitzer de vender el periódico en lugar de ejecutarlo ellos mismos. The World se vendió a Scripps Howard, que lo fusionó con su New York Telegram para formar New York World-Telegram. Veintiún años después, Scripps-Howard también adquirió el New York Sun para formar World-Telegram y The Sun.

 

Gran parte del metraje se filmó en las salas de prensa del NY Daily News.

 

Spoiler:

 

Momentos recordables (aparte de los ya mencionados): El reportero deportivo Harry Thompson (buen Paul Stewart) está retenido por unos peligrosos tipos, este dice no ser poli, que es periodista, el tipo que le amenaza con una pistola con el ‘The Day’ en las manos le pide que reproduzca la crónica que supuestamente ha escrito, y Thompson toma aire, tras lo cual recita al pie de la letra su artículo; Cuando falsos policías sacan detenido a Herman Schmidt del despacho de Ed, lo llevan por la nave donde imprimen los periódicos, el reo se resiste sabiendo n o son polis, entonces le disparan, cayendo sobre las rotativas en una imagen con mucho simbolismo con un cadáver sobre el papel del periódico.

Me ha agradado ese final donde en la última edición se trabaja a contrarreloj para dar la noticia de acusación contra Rienzi, nada de nostalgia o melancolía, el sentido del deber ante todo con sus lectores, ello mientras ‘charla’ por teléfono con Tomas Rienzi que le coacciona para no publique lo que sabe, en un momento dado coge el teléfono y lo pone fuera de la cabina para se oigan las rotativas a pleno rendimiento imprimiendo los periódicos, Rienzi pregunta a gritos que es lo que se oye, tras lo que Ed le dice que ya n o hay vuelta atrás y cuelga. Fin.

 

No he entendido bien la escena donde Ed llega al periódico por la acera y observa (de forma triste) en grande las palabras ‘The Day’, y vemos como un coche de los ‘malos’ en la distancia lo vigilan, pensaba le iban a disparar y con ello tener un final dramático, pero sin embargo no ocurre nada.

 

Más que apreciable film, que se podría ver en una doble sesión con la película del año anterior de Billy Wilder “El Gran Carnaval” (1951), que aborda el periodismo sensacionalista de forma extraordinaria. Son dos caras de la misma moneda. Gloria Ucrania!!!

viernes, 13 de mayo de 2022

 

TWIN PEAKS: THE RETURN.


Con motivo del quinto aniversario del estreno de esta serie (14/03/2017), la he visto y me ha sido una experiencia cargada de ambigüedad, pues hay cosas muy buenas alternadas con otras no tanto (siendo benévolo). Creada por mark Frost y David Lynch dando continuidad a la serie del mismo nombre producida por la cadena ABC entre 1990 y 1991, siendo 18 episodios dirigidos en su totalidad por David Lynch, repitiendo en el reparto gran parte del elenco original y del film precuela “Twin Peaks: Fire Walk with Me” (1992), por supuesto a la cabeza Kyle MacLachlan como el agente especial del FBI Dale Cooper, también hay caras nuevas, como Laura Dern, Naomi Watts, Robert Forster, Chrysta Bell, Jim Belushi, Tom Sizemore, Jennifer Jason Leigh, Tim Roth, Ashley Judd, Amanda Seyfried o hasta David Bowie.

 

Serie que en su origen fue un gran éxito en tv con su juego de ‘whudunit’ para dar con el asesino de Laura Palmer en un pueblo singular fronterizo con Canadá, plagado de seres disfuncionales, aunque había elementos supra normales, estos se integraban con la historia, pero ahora Lynch parece sentirse libre de cualquier atadura y nos sumerge en el surrealismo más descarrilado (Phillip Jeffries convertido en una tetera gigante parlante?), lo sobre natural lo engulle casi todo, incluso episodios enteros (epítome el octavo). En el origen el espectador se podía comportar de modo dual con la serie, estando por un lado los que buscaban respuestas uniendo las piezas del muy desordenado puzle que exponían los guiones y por otro los que simplemente se dejaban llevar por el poder fascinante de los sensorial. Aquí montar el puzle resulta misión imposible, para mí entrar en el juego de desentrañar las pajas mentales de Frost & Lynch me resulta una trampa. Cuando dejamos la segunda temporada ya sabemos que el asesino (spoiler para el que no la haya visto) de Laura Palmer es su padre Leland Palmer (Ray wise), pero se deja caer está poseído por una entidad llamada Bob. Esta tercera entrega viene a responder quien es Bob, o más o menos.

 

Ahora los escenarios se han ampliado, de hecho Twin Peaks es un lar muy secundario durante gran parte de la serie. Ahora se divide la acción entre Las Vegas, Dakota del Sur (donde encuentran un cadáver en una cama con el cuerpo de un hombre decapitado y la cabeza de una mujer), La habitación Roja, y por supuesto Twin Peaks. Aunque también hay algo de una habitación en Nueva York custodiada por un joven (quizás en especie de parodia de estar guardando una pseudo- Caja de Pandora epatada como una caja de cristal enorme con un agujero a no se sabe dónde), pero la desidia/o lujuria (el paraíso roto por el pecado original?) hace que esta se abra dejando un espectáculo dantesco en medio de una tórrida escena de sexo (inverosímil todo, desde que le hagan traer un café y sea una top model la que se lo lleve, y esta seduzca sin más al tipo (parece el guión de una peli porno).

 

Lynch entiendo lo que quiere es que te dejes llevar por el desafío de esta estructura picassiana de mezcla de realidades y experiencias extra dimensionales, con mucho de onírico. Aquí se han abandonado los folletines de amoríos cruzados del material de origen, tampoco hay género de lo procedimental policial, todo es más directo en este aspecto, se destapan secretos del pasado que inciden en que lo que vimos en las dos temporadas estaba realmente condicionado por una realidad superior que nos habían hurtado. No faltando a la cita generosas dosis de humor negro regado durante todos los episodios, no siempre acertado. Ello poblando (marca de la casa Lynchiana) los capítulos de seres a cual más pasado de vueltas en lo bizarro, donde hay quien escudriñará en el significado de esto o aquello. Siendo una deconstrucción (entiendo yo, y otro entenderá otra cosa, y es lo bueno) de los productos televisivos, pues veo a Lynch atacando lo que se hace en tele ahora, riéndose de los géneros policiales, de los héroes, de las escenas de acción, e incluso hace una genial parodia del (manoseado) género de Superhéroes (con ese joven con el puño verde ¿?). Y más capas que se escapan. Ello cornado por un final que se suponía (la verdad es que no se quien) vendría cerrar las respuestas y lo que abre más.

 

Arrancamos tras 5 lustros de impasse, tenemos al mítico agente del FBI Dale Cooper estancado en la Habitación Roja con la icónica cortina púrpura, la llamada ‘Black Lodge’, ese limbo suspendido en ninguna parte. Pero al mundo ‘Real’ emergen dos Cooper doppelgänger (y nos damos cuenta tiene pulsiones sexuales, cosa que en las temporadas 1 y 2 parecía asexual), uno el Mal, ya queda claro con su melena, su vestimenta y su forma expeditiva de comportarse, tipo que se junta con prostitutas y gente de mal vivir en sus pesquisas hacia no se sabe dónde; por otro lado está el Cooper Bueno, que paradójicamente ‘renace’ cual torbellino de Muerte, provocando una masacre, para posteriormente hacerse con el cuerpo de Dougie, un agente de seguros de Las Vegas, casado (con la bella Naomi Watts, que todos recordamos de la también lynchiana “Mullholland Drive”), con un hijo. Pero por el contrario del malo, este es un cascarón sin personalidad alguna que se mueve cual autómata, no sabe ni hablar, ni vestirse, ni comer, pero incomprensiblemente nadie se da cuenta de que algo le pasa. Esta sub trama me resulta grimante por cómo se desarrolla de forma aparatosa en medio de situaciones excesivas (Dougie con la corbata en la cabeza, cuando tiene sexo, cuando garabatea en su trabajo,...), donde las reacciones de los que alternan con Dougie me recuerdan a las que tienen con el rol de jardinero encarnado por Peter Sellers en “Bienvenido Mr. Chance” (1979), pero aún más exagerado. Por no hablar de la relación que tendrá Dougie con los hermanos Mitchum, propietarios del casino a los que dan vida unos caricaturescos James Belushi y Robert Knepper, dos risibles mafiosillos estafadores a los que siempre acompañan tres señoritas vestidas de modo fachoso de criadas (impagable la conga que se pegan, puaj!). Por no hablar del running gag de la tarta de cereza y el gusto por el café (herencia de las dos primigenias temporadas). Esto se puede ver como una crítica a la incomunicación entre los matrimonios, en el trabajo o en la vida. También puede subyacer una crítica al capitalismo salvaje con epicentro en la promesa de dinero fácil del casino, o en la estafa al seguro para conseguir millones. En esta sub trama me llama la atención el desperdicio  que se hace con el gran actor Tom Sizemore.

 

Tenemos lo más parecido a una trama policial con personajes de vuelta como el sorderas agente FBI Gordon Cole al que da vida un (se nota disfrutando) David Lynch, el FBI Agent Albert Rosenfield al que da vida Miguel Ferrer, o el cuasi-cameo de David Duchovny como el FBI transexual Denise Bryson, y en esto por fuin conocemos a la mítica secretaria del agente dale Cooper, esa a la que grababa mensajes una y otra vez el agente Cooper en las dos entregas o5riginales y que nunca ni vimos, ni oímos, era una presencia etérea y que aquí toma el cuerpo de otra actriz fetiche de Lynch como es Laura Dern, como un divertido rol que siempre está soltando soeces.

 

Hay multitud de sub tramas que no llevan a lado alguno sobre el epicentro, se notan están ahí como elemento nostálgico para conectarnos 25 años atrás con la serie, o simplemente como relleno para completar 18 episodios de casi una hora. Me refiero por ejemplo a la de la dueña de la cafetería RR, Norma (beuna Peggy Lipton), con una sub historia donde se arremete contra el capitalismo (salvaje), enfrentado a la verdadera fuerza del amor (que cursi me he puesto). Tiene un pretendiente (Jean-Michel Renault) que llevas la ahora exitosa franquicia que le pide rebaje la calidad de sus famosas tartas para obtener mayores beneficios y ella se niega, ello mientras el noble ‘gasolinero’ la pretende (Everett McGill); Está fachosa sub trama del tipo (proviene de las primeras dos temporadas) con una emisora pirata que vende palas pintadas por el en oro que tenemos que tragarnos varios minutos como lo hace (relleno puro y duro); Tenemos la sub trama del joven Richard (correctillo Eamon Farren), delincuente y criminal de Twin Peaks, un macarrilla que acaba en asesino, hijo de Audrey (Sherilyn Fenn) y Charlie (Clark Middleton), estos con una relación cuasi-sadomasoquista; Tenemos el pegote del ‘Roadhouse’, donde en casi todos los episodios Lynch nos lleva en el tramo final para colarnos un número musical de varios minutos (le han exigido casi la hora y la cumple, aunque sea con parches ¿?); Esta la aparición del homérico Harry Dean Stanton como el sardónico nihilista dueño del parque de caravanas, aparecía en “Fuego camina conmigo”, su presencia se nota como amor del director a este gran actor que con 91 años (moría el mismo año del estreno de la serie) aparece jovial; Está la sub trama de la mujer drogadicta que se encierra en su casa tras la explosión por bomba de un coche, esto se abandona; Hay muchas más sub historias que parecen series dentro de la serie.

 

Está La Habitación Roja, auténtico cuartel General de David Lynch, donde depósito su alma y cerebro surrealista, ese que bebe de lo abstracto buñueliano, donde residen los seres disfuncionales como el Gigante, la ‘muerta’ Laura Palmer (en un momento dado se quita el rostro para dejar ver su infinito fondo), Phillip Gerard (turbador Al Strobel), o ese escalofriante árbol ‘The Arm’. Donde de vez en cuando nos lleva Lynch para soltarnos críticos mensajes con los que seguro disfruta como gato con un ovillo de hilo, o pensando en cómo el espectador se devanará los sesos intentando dar respuestas a sus constantes pajas mentales. Siendo epítome de todo este surrealismo kafkiano paradójicamente un episodio donde paradójicamente no acontece en la Habitación Roja, por supuesto me refiero al Capítulo 8 (‘Gotta Light?’) en b/n y sin palabras, donde se da respuesta a de donde surgió Bob (nombre que Lynch da al Mal), siendo ingenioso que surja de como el hombre juega a ser un Dios Malo, y es que germina durante una prueba nuclear en Nuevo México, tres semanas antes de los icónicos bombardeos a Hiroshima y Nagasaki, se origina del Humo Negro (se sentirán plagiados los creadores de la serie “Lost”), emergiendo de una esfera (homenaje a “2001”?), y con él sus adláteres, su metamorfosis en maligno insecto para infectar lo bueno de este mundo (o más o menos). Todo esto narrado auto influenciado por la lynchiana “Eraserhead”.

 

Ah, mi opinión sobre la serie es que ha provocado en mi contradicciones, por un lado ha habido tramos que han rozado lo mágico-fascinante (ejemplo el tramo en que en que van a una coordenadas en un bosque y allí dan con un agujero inter dimensional, coronado con la aparición de una desnuda mujer n posición fetal con los ojos tapados con carne, el mencionado episodio 8, la subtrama del Cooper malo me ha gustado (aunque se nota una parodia del cine de acción). Han jugado bien la baza de la nostalgia en el espectador que al vio en su tiempo y que ve el contraste del paso del tiempo en los mismos personajes (Lady leño es un ejemplo, o Bobby Briggs y sus lágrimas por Laura Palmer, siendo impactante la aparición de esta en el último capítulo. Posee un goteo de humor que en muchos casos resulta brillante (El sueño que cuenta Gordon Cole que tuvo con Monica Bellucci resulta delirante. En el episodio 14; o la parodia del cine de superhéroes), habiendo tramos de violencia shockeante (ejemplo el atropello de Ricahrd Horne a un niño en un paso de cebra, Brutal); así como nostalgia del tema epicúreo creado por Angelo Badalamenti para la intro de la serie), así como la grieta generacional con los jóvenes; Por otro ha habido muchos michelines a liposuccionar, un estiramiento del metraje con mucha morralla, con situaciones que se alargan sin más motivo que rellenar el metraje contratado (da esa impresión), ejemplo notoria son las codas en el ‘Roadhouse’. Ha habido mucho humor infantiloide que me ha rozado la grima, ejemplo todo lo referente a Dougie y sui relación con su esposa y los Mitchum, de una puerilidad enorme.

 

Spoiler:

 

El rush final del episodio final 18. Tras Cooper salvar en la dimensión Habitación Roja a Diane, vuelve al mundo ‘real’ para ir a visitar a LAURA PALMER! Ahora con 25 años más y VIVA! Aunque en esta realidad paralela se llama Carrie. El agente le pide la acompañe, ella sin preguntas (¿?), le dice que bueno, pero que espere que tiene que vestirse, el agente pasa a esperar en su casa y allí el decorado es el normal de todo salón, vamos, hay un tipo sentado en el sofá con un tiro en la cabeza y con sus sesos desparramados en la pared, Cooper se sienta al lado como si no estuviera. Laura se larga con él y no hay un solo comentario sobre el muerto, es más nos tiramos con Laura y Cooper viajando en auto durante varios minutos interminables en los que no se dicen palabra ¿?. Llegan a una casa, donde vivió la Laura asesinada, tocan y allí no saben nada de los Palmer. Están los dos en medio de la calle, Cooper mira a su alrededor intuyendo algo (no se sabe qué), pregunta desconcertado que en qué año están, y de pronto Laura suelta un estridente grito, y ahí acaba; Pues que cada uno saque sus conclusiones, yo me atengo a disfrutar de lo disfrutable, y a hacer una mueca ante lo no tanto. Ah, por cierto, al duro y brutal agente Cooper malote (brutal su escena durante el pulso a muerte que tiene, uno de los buenos puntos de la serie), lo mata la angelical e inocentona secretaria Lucy (la chillona Kimmy Robertson).

 

Me queda una serie desequilibrada, pero que tiene suficientes virtudes como para hacerla buena, pero sin ser redonda, ni mucho menos, tiene lastres que la impiden elevarse. Gloria Ucrania!!!