miércoles, 1 de junio de 2022

 



BOWLING FOR COLUMBINE.


El paso del tiempo no le ha hecho ningún bien a este manipulador documental, tendencioso, donde con cuasi el McGuffing de la masacre de Columbine, el izquierdista Michel Moore despliega toda su ‘artillería’ contra la sociedad estadounidense, tan mal país que tienen que poner un muro con México para que no lo invadan emigrantes, que seguro son masoquistas y desean vivir peor que en sus países de origen (ya ha salido el demagogo que llevo dentro, perdón!). Film documental que he revisionado por dos motivos, uno es mi afán de recuperar cintas en sus efemérides para ver como resisten el paso del tiempo (por supuesto, siempre desde mi percepción evolutiva), esta producción se estrenó el 16 de mayo de 2002 en el Festival de Cine de Cannes, y el otro motivo ha sido la reciente masacre, el 24 de mayo de 2022, en la escuela primaria de Robb en Uvalde, Texas-USA, donde un desalmado (al que no nombraré) de 18 años provocó 22 muertos (incluido el asesino), y 18 heridos, el tercero más mortífero de la historia en USA (referente a estos infames que se producen cíclicamente en los colegios, cual plaga omnipotente, tras uno en Virginia en 2007, y otro Connecticut en 2012). Esto me retrotrajo al famoso tiroteo en el colegio de Columbine-Colorado el 20 de abril de 1999, donde una pareja de jóvenes perpetró otra carnicería humana matando vilmente a 13 personas (12 niños y un profesor).

 

Obra escrita, producida, dirigida y narrada por Michael Moore, ‘explora’ desde su particular punto de vista muy parcial y tergiversador (ya desde el título, pues se dice que los asesino de Columbine jugaron a bolos antes de la masacre, y esto es algo que ha sido negado posteriormente), las causas principales de la masacre de Columbine High School en 1999, así como otros actos de violencia armada. Se centra en los antecedentes y el entorno en el que tuvo lugar la masacre y algunas opiniones públicas comunes y suposiciones sobre temas relacionados, también analiza la naturaleza de la violencia en los USA, ello como posible germen de estos actos salvajes. Fue un éxito comercial y de crítica, la película atrajo la atención internacional de Moore como un cineasta en ascenso y ganó numerosos premios, incluido el Oscar a Mejor Película Documental, el Premio Independent Spirit a la Mejor Película Documental, un Premio especial del 55 Aniversario en el Festival de Cine de Cannes de 2002, y el Premio César a la Mejor Película Extranjera.

 

En su momento me resulto un mordaz estudio de los orígenes de la violencia en la sociedad USA, pero visto hoy día las costuras se deshilachan en su tendenciosidad, tanto que llegan a darme grima algunos pasajes. Ello además narrado de modo caótico, anárquico, saltando de una información a otra sin sentido orgánico, pero siempre queriendo lanzar sus puyas en plan poner la mierda frente al ventilador y hacerlo funcionar. En la cinta solo hay un punto de vista, el del Michael Moore, esto se nota que en las entrevistas que comparten sus ideas (Matt Stone de Soth Park, Marilyn Manson, escritor Barry Glassner, autor de "La cultura del miedo) es todo masaje y pleitesía, y cuando tiene enfrente a los que no son de su cuerda (un comercial de una compañía armamentística [al que Moore hace una pregunta hedionda sobre si no tiene relación los asesinatos de Columbine con que si allí se fabrican misiles para matar eso no es diferencia con masacrar niños, eso es cuando menos asqueroso], empleados de un supermercado, o un Charlton Heston [clímax del metraje cuando entrevista entonces al presidente de la Asociación Nacional del Rifle] que le abre cálidamente la puerta de su casa y el vejador Moore se aprovecha para atacarlo de modo virulento, cuasi culpabilizándolo de los asesinatos de Columbine, o de que un niño mate a una niña en un colegio, y esto me es despreciable), faltando y humillando, cual Demiurgo dogmático que se cree en poder de la razón absoluta.

 

Moore mete en una coctelera su difuso y deslavazado totum revolutum donde cualquier motivo le parece bueno para sacar partida a su ideario político, desde que Clinton atacara Kosovo para defender a civiles, que apoyara regímenes dictatoriales USA, que una empresa de armas haga armas, que un banco regale un rifle de caza (esto, según los empleados comentaron posteriormente, como se ve en el film, es manipulado), que se den clases de jugar bolos, tilda de paranoico (porque mientras filma no hay violadores en los alrededores, menuda idiotez faltona) a un angelino que tiene una reja en su puerta (riéndose de él de modo paternalista diciéndole que aún pueden atacarle con una lanza que se cuele por las rendijas), o que en Los Ángeles no se pueda ver por la polución el icónico cartel de Hollywood (bochornosa la arrogancia cuando en medio de un tiroteo Moore le pregunta a un policía si no pueden detener a alguien por la contaminación del aire).

 

Todo vale en su maniqueo metraje, que a pleno día anda por Los Ángeles South sin que nadie les ataque, le vale para (entiendo yo) para decirnos que lo de la violencia de las bandas no es real. Mete morcillas supuestamente graciosas, que para el que no sepa nada de historia pueden impactarle, pero al que tenga conocimientos le son un insulto a la inteligencia. Ejemplo el corto de dibujos animados que pretende resumir la historia USA (que a Matt Stone no le gustó, por estar metido esto tras su aparición, y pudiendo dar a entender que por el tipo de dibujo es obra suya. Lo cual hizo que se tomara justa venganza caricaturizándolo en uno d ellos capítulos de South Park), retorciendo la verdad de modo chusco, empezando porque pone a los puritanos que viajaron en el Mayflower como que lo hicieron casi por turismo, cuando lo fueron empujados por la violencia imperante contra ellos en Europa, habal del esclavismo como si hubiera dado en todo USA, y es una mentira más grande que la barriga de Moore, habla de que USA despegó económicamente debido a la mano de obra esclava, cuando el boom económico fue tras precisamente la Guerra Civil que acabó con la esclavitud, da a entender que NRA fue creada por el KKK, cuando lo fue por Ulises S. Grant, el General que comandó el ejército yanqui contra el esclavista sur. Todo una sarta de embustes, donde ocultar la verdad también es jugar a mentir, como que Lincoln era republicano, y que fueron los demócratas los que más lucharon por impedir se derogaran las leyes segregacionistas del sur. Para llegar a la visión torticera y cliché racista de que son los blancos los que se arman en sus urbanizaciones de lujo (pues según esta teoría todos los blancos somos ricachones) para defendernos en este enfoque s caucásico de que los negros son hordas de orcos. Osea que los dos tipejos que masacraron Columbine lo hicieron por esto?

 

En todo este maremágnum, hay algunos elementos apreciables, como el homérico monólogo de Chris Rock (quien lo iba a decir que 20 años después sería famoso por un acto de violencia ‘oscariana’ entre negros), sobre como si las balas costaran 5,000 $ en vez de 17 centavos la gente se lo pensaría a la otra de disparar; están las espeluznantes imágenes de cámaras de seguridad y voz que se oyen de la masacre de Columbine; como cuando indaga en la cultura del miedo (nos habla de la leyenda urbana de cuchillas en manzanas, o en las abejas asesinas) que nos quieren inculcar desde los estados para mantenernos atrincherados en nuestras casas armados; Habla de cómo los medios manipulan la realidad, ello apoyándose, por ejemplo, en cómo los delitos disminuyen, pero sin embargo en las teles se habla más de ellos, provocando la sensación de que hay más (eso si la información es real, lo cual pongo en cuarentena con Moore). Por cierto, esto como casa con un  documental que habla de la cultura de la violencia, si por otro lado nos dicen que ha disminuido mucho?; Indaga en las milicias paramilitares que germinan por USA, cual supra justicieros de una USA pura. Colateralmente se entrevista a James Nichols, hermano de Terry Nichols, individuo condenado junto con Timothy McVeigh por el atentado con bomba en Oklahoma City en abril de 1995, con una furgo-bomba provocando cientos de muertos, un loco que gusta de jugar a apuntar su pistola en la sien; Hace un estudio comparativo entre Canadá y USA, sobre como aun con sociedades parecidas, y con muchas armas las dos en una casi no se producen actos de violencia armada (se obvia la diferencia de población), apoyándose eso sí, en argumentos un tanto peregrinos y poco creíbles, como que en un pueblo Moore encuentra puertas abiertas de hogares (ridículo); Hay comentarios e información incisiva, como por ejemplo que sepamos que en Virgin-Utah, es obligatorio todos los residentes tengan armas (!!), o ver a un ciego entusiasta de las armas; Pero sobre todo el mayor éxito es cuando Morre junto a dos heridos de la masacre de Columbine, por su presión hacen que la cadena de supermercados K-Mart deje de vender munición. Pero en realidad esto una mota de polvo en el Sahara, pues esto debería ser algo legislado, pues lo que no venda K-Mart lo hará el súper de al lado.

 

Moore lanza teorías sobre la cultura USA de las armas, cual máquina que lanza bolas de beisbol, le vale un popular programa reality “COPS”, para echar en cara al creador lo que hace y porque no lo hace de otro modo más buenista; Hay un tramo innecesario y que no sé qué aporta, más alá del sensacionalismo y amarillismo vomitivo, me refiero al encadenado de asesinatos y suicidios filmados in situ; Se habla de la pobreza como causa del clima de violencia, pero esto cae por su  propio peso cuando los dos asesinos de Columbine no pertenecían a familias pobres. Aun así se indaga en la madre de un niño de 6 años que mató con una pistola que llevó al colegio a otra niña de su clase. Se hace un semblante de una mujer que debía todos los días viajar en bus 120 km para ir de Flint-Michigan (lugar de nacimiento de Moore) a Detroit para dos trabajos, y yo me pregunto, porque no se iba a vivir allí, si tampoco tenía casa de dónde provenía? Se dice que aun con dos trabajos no tenía para pagar el alquiler, y esto me parece una mentira como las camisetas de Moore. Dos curros y no puedes pagar el alquiler? Venga ya! Pero es que encima se abstiene Moore de comentar que la pistola el niño la cogió de la casa del tío que es un narcotraficante, muy educativo por parte de la madre meter al chico en este hogar (ataque de cinismo). Ah, esto le sirve a Moore para atacar a Dick Clark de modo grotesco.

 

Hay un montaje turbador con el mítico "What a Wonderful World" de Louis Armstrong de fondo para hacernos ver que USA es un país agresor (no como le dice un empleado de una fábrica de armas, que dice son de defensa), cuando USA ayuda derroca al primer ministro Mohammad Mosaddegh de Irán y coloca a Shah Pahlavi como monarca absoluto; respalda el asesinato del presidente de Vietnam del Sur, Ngo Dinh Diem; El ejército estadounidense mata a 4 millones de personas durante la guerra de Vietnam; organiza (¿?) el golpe de Estado chileno de 1973 en Chile, siendo sangrante que pongan que USA asesina al presidente Salvador Allende, cuando este se suicidó; Y más tropelías del Imperio USA; como que ayudó a reponer en el poder al monarca kuwaití, tras ser invadido por Irak (que pretendía Moore, que el mundo quedara quieto?); se dice que USA financió a los rebeldes yihadistas afganos que luchaban contra los soviéticos, acabando con una grabación domestica el ataque a las Torres Gemelas, en una analogía repulsiva de que USA tuvo su merecido (así lo entiendo yo); A este manipulador orondo se le olvida que USA estaba en plena Guerra Fría contra la URSS, y que por este Imperio comunista puso misiles en Cuba para atacar USA, se le olvida que los tentáculos soviéticos estaban en muchos de los lugares donde Moore hace ver que los malos son los USA (que también lo fueron en muchas cosas), es un hipócrita al que se le ve el plumero.

 

Es un documental que toca muchos palos, pero nunca termina de dar respuesta alguna, aunque el malo si lo tiene claro, la NRA, defienden las armas por tanto son culpables del clima de violencia. Pese a ser tildado de demagogo (puede que lo sea), como hay accidentes de coches mortales, las fábricas que los producen son las culpables y habría que cerrarlas, como las Torres Gemelas fueron derribadas por dos aviones deberíamos de cerrar todas las fábricas que los construyen, dejemos de fabricar cuchillos (que pasó en algún atentado reciente en Londres), pues con ellos la gente se mata, como en el mar la gente se ahoga, deberíamos drenar los océanos, como en la televisión se ve violencia que puede incitar a ella, cerremos las teles, etc. El que quiere matar encuentra la forma de hacerlo, que ocurrió en la parisina Bataclan, o en la isla de Oslo donde mató un ido a casi 100 personas, o en las Ramblas barcelonesas con una furgo asesinaron a las personas.

 

El supuesto punto álgido es la entrevista que Moore le hace a un confiado Charlton Heston, que se aprovecha de la bondad del protagonista del mítico Cid de Anthony Mann, para asaltarlo con preguntas complejas que nunca tienen un respuesta clara, y pretende que Heston le dé un tratado sociológico que él mismo no ha sido capaz ni de medio responder en dos horas de documental. Heston esperaba una interview amable, y por ello no la se había preparado, llamándome la atención como es el mismo el que responde al portero, quien guía a Moore, no teniendo secretario, ni nadie que le asesore. Moore arremete contra un anciano de 79 años de modo rastrero, alguien que poco tiempo después se declaró con alzhéimer, cual si fuera el asesino más buscado de América. Heston no esperando el ataque comete algún desliz oral que Moore utiliza para hacerlo sentir más in cómodo. Pues son se puede tildar a Charlton de racista cuando en los peores años de la lucha por los Derechos Civiles en los 60 el actor fue un firme y combativo pro igualdad. El colmo es cuando le torpedea achacándole que hiciera un mitin durante la convención de la NRA en Flint, pocos días después de la muerte de una niña de 6 años disparada por otro niño, como si Heston le hubiera apuesto el arma en las manos. Entonces Moore comienza a ser un fiscal buscando que su acusado confiese de modo furibundo y denunciable, y Heston responde levantándose y yéndose, Moore actúa de un modo deleznable enseñándole a lo lejos la foto de la niña muerta, dejando patente lo ruin que es Moore, erigiéndose en ‘adalid’ de la justicia cuando deja la foto en el jardín.

 

El izquierdismo de Moore pregona que el ser humano individualmente no es culpable de nada, son fuerzas superiores las que nos manipulan y hacen hagamos cosas que no deberíamos. Igual los dos tipejos que entraron en Columbine matando a todo lo que se le cruzaba son malas personas, y por eso lo hicieron; Igual el niño que mató a otra niña en el colegio, si no hubiera tenido una madre que lo lleva a vivir con un traficante de drogas con pistola que le sustrajo no hubiera muerto la niña; Mi padre tenía tres escopetas (de caza) en casa, compraba munición en la ytienda del barrio, y  nunca de niño se me ocurrió salir a disparar a la gente por la calle; Igual si USA no se arma Putin le estaría invadiendo ahora como a Ucrania, pero igual Moore sería feliz con esto. Pues alguien que pone de ejemplo de buena persona a Gandhi es más que discutible (se le dice al hermano de uno de los terroristas de Oklahoma City), pues si se las das de listillo, debería saber que Gandhi era un gran defensor de Hitler y Mussollini, pidiendo a las gentes de los países que invadía que los dejarán pasar, que no valía la pena pelear contra esas buenas gentes. Incluso pidió a los judíos resistencia pasiva en Alemania.

 

Tampoco se sabe muy bien que pide Moore, es como un agitador que no sabe lo que quiere, lanza diatribas manieristas, pero al que solo le falta decir ‘sostenme el cubata’ que estos se van a enterar’.

 

John Alberts, diseñador de sonido y mezclador de gran parte del trabajo de Moore. Inicialmente había sido contratado para hacer el trabajo de sonido en la película, pero se suicidó con un arma en enero de 2001; Herbert "Sluggo" Cleaves, Jr., el hijo mayor de dos de los amigos más cercanos de Moore. Recibió un disparo en el estómago en un tiroteo desde un vehículo y murió en un hospital del área en febrero de 2001; Laura Wilcox, víctima de la violencia con armas de fuego que murió en el tiroteo del condado de Nevada en 2001. Su muerte llevó a la implementación de la Ley de Laura, que permite el tratamiento obligatorio de pacientes con trastornos psiquiátricos violentos.

 

Y con todo lo dicho, estoy ferozmente en contra de la cultura de las armas en USA, el modo en que armas de asalto se venden resulta algo deleznable, cual banalizando para que sirven, embelleciendo los chasis de las mismas para hacer algo para matar atractivo, con publicidad de mujeres en bikini portando fusiles de repetición cual fuera algo trivial. Y es que este documental es loable en su intento de entrar en las causas, pero el sendero general que toma es parcialita, muy político, tiene cosas buenas, pero lo contrapesa mucha morralla partidista creyéndose superior moralmente a los demás y no dejándoles opinar, aunque estas opiniones pudieran ser erradas.

 

Lo bueno queda engullido por un panfleto pro-Michael Moore!!!

 

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