BOWLING FOR COLUMBINE.
El paso del tiempo no le ha hecho ningún bien a este
manipulador documental, tendencioso, donde con cuasi el McGuffing de la masacre
de Columbine, el izquierdista Michel Moore despliega toda su ‘artillería’
contra la sociedad estadounidense, tan mal país que tienen que poner un muro
con México para que no lo invadan emigrantes, que seguro son masoquistas y
desean vivir peor que en sus países de origen (ya ha salido el demagogo que
llevo dentro, perdón!). Film documental que he revisionado por dos motivos, uno
es mi afán de recuperar cintas en sus efemérides para ver como resisten el paso
del tiempo (por supuesto, siempre desde mi percepción evolutiva), esta
producción se estrenó el 16 de mayo de 2002 en el Festival de Cine de Cannes, y el otro motivo
ha sido la reciente masacre, el 24 de mayo de 2022, en la escuela primaria de
Robb en Uvalde, Texas-USA, donde un desalmado (al que no nombraré) de 18 años
provocó 22 muertos (incluido el asesino), y 18 heridos, el tercero más
mortífero de la historia en USA (referente a estos infames que se producen
cíclicamente en los colegios, cual plaga omnipotente, tras uno en Virginia en
2007, y otro Connecticut en 2012). Esto me retrotrajo al famoso tiroteo en el
colegio de Columbine-Colorado el 20 de abril de 1999, donde una pareja de
jóvenes perpetró otra carnicería humana matando vilmente a 13 personas (12
niños y un profesor).
Obra escrita, producida,
dirigida y narrada por Michael Moore, ‘explora’ desde su particular punto de
vista muy parcial y tergiversador (ya desde el título, pues se dice que los
asesino de Columbine jugaron a bolos antes de la masacre, y esto es algo que ha
sido negado posteriormente), las causas principales de la masacre de Columbine
High School en 1999, así como otros actos de violencia armada. Se centra en los
antecedentes y el entorno en el que tuvo lugar la masacre y algunas opiniones
públicas comunes y suposiciones sobre temas relacionados, también analiza la
naturaleza de la violencia en los USA, ello como posible germen de estos actos
salvajes. Fue un éxito comercial y de crítica, la película atrajo la atención
internacional de Moore como un cineasta en ascenso y ganó numerosos premios,
incluido el Oscar a Mejor Película Documental, el Premio Independent Spirit a
la Mejor Película Documental, un Premio especial del 55 Aniversario en el
Festival de Cine de Cannes de 2002, y el Premio César a la Mejor Película
Extranjera.
En su momento me resulto un
mordaz estudio de los orígenes de la violencia en la sociedad USA, pero visto
hoy día las costuras se deshilachan en su tendenciosidad, tanto que llegan a
darme grima algunos pasajes. Ello además narrado de modo caótico, anárquico,
saltando de una información a otra sin sentido orgánico, pero siempre queriendo
lanzar sus puyas en plan poner la mierda frente al ventilador y hacerlo
funcionar. En la cinta solo hay un punto de vista, el del Michael Moore, esto
se nota que en las entrevistas que comparten sus ideas (Matt Stone de Soth
Park, Marilyn Manson, escritor Barry
Glassner, autor de "La cultura del miedo) es todo masaje y pleitesía, y
cuando tiene enfrente a los que no son de su cuerda (un comercial de una compañía armamentística [al que Moore
hace una pregunta hedionda sobre si no tiene relación los asesinatos de
Columbine con que si allí se fabrican misiles para matar eso no es diferencia
con masacrar niños, eso es cuando menos asqueroso], empleados de un
supermercado, o un Charlton Heston [clímax del metraje cuando entrevista
entonces al presidente de la Asociación Nacional del Rifle] que le abre
cálidamente la puerta de su casa y el vejador Moore se aprovecha para atacarlo
de modo virulento, cuasi culpabilizándolo de los asesinatos de Columbine, o de
que un niño mate a una niña en un colegio, y esto me es despreciable), faltando
y humillando, cual Demiurgo dogmático que se cree en poder de la razón absoluta.
Moore mete en una coctelera
su difuso y deslavazado totum revolutum donde cualquier motivo le parece bueno
para sacar partida a su ideario político, desde que Clinton atacara Kosovo para
defender a civiles, que apoyara regímenes dictatoriales USA, que una empresa de
armas haga armas, que un banco regale un rifle de caza (esto, según los
empleados comentaron posteriormente, como se ve en el film, es manipulado), que
se den clases de jugar bolos, tilda de paranoico (porque mientras filma no hay
violadores en los alrededores, menuda idiotez faltona) a un angelino que tiene
una reja en su puerta (riéndose de él de modo paternalista diciéndole que aún
pueden atacarle con una lanza que se cuele por las rendijas), o que en Los
Ángeles no se pueda ver por la polución el icónico cartel de Hollywood
(bochornosa la arrogancia cuando en medio de un tiroteo Moore le pregunta a un
policía si no pueden detener a alguien por la contaminación del aire).
Todo vale en su maniqueo
metraje, que a pleno día anda por Los Ángeles South sin que nadie les ataque,
le vale para (entiendo yo) para decirnos que lo de la violencia de las bandas
no es real. Mete morcillas supuestamente graciosas, que para el que no sepa
nada de historia pueden impactarle, pero al que tenga conocimientos le son un
insulto a la inteligencia. Ejemplo el corto de dibujos animados que pretende
resumir la historia USA (que a Matt Stone no le gustó, por estar metido esto
tras su aparición, y pudiendo dar a entender que por el tipo de dibujo es obra
suya. Lo cual hizo que se tomara justa venganza caricaturizándolo en uno d
ellos capítulos de South Park), retorciendo la verdad de modo chusco, empezando
porque pone a los puritanos que viajaron en el Mayflower como que lo hicieron
casi por turismo, cuando lo fueron empujados por la violencia imperante contra
ellos en Europa, habal del esclavismo como si hubiera dado en todo USA, y es
una mentira más grande que la barriga de Moore, habla de que USA despegó
económicamente debido a la mano de obra esclava, cuando el boom económico fue
tras precisamente la Guerra Civil que acabó con la esclavitud, da a entender
que NRA fue creada por el KKK, cuando lo fue por Ulises S. Grant, el General
que comandó el ejército yanqui contra el esclavista sur. Todo una sarta de
embustes, donde ocultar la verdad también es jugar a mentir, como que Lincoln
era republicano, y que fueron los demócratas los que más lucharon por impedir
se derogaran las leyes segregacionistas del sur. Para llegar a la visión
torticera y cliché racista de que son los blancos los que se arman en sus
urbanizaciones de lujo (pues según esta teoría todos los blancos somos
ricachones) para defendernos en este enfoque s caucásico de que los negros son
hordas de orcos. Osea que los dos tipejos que masacraron Columbine lo hicieron
por esto?
En todo este maremágnum, hay
algunos elementos apreciables, como el homérico monólogo de Chris Rock (quien
lo iba a decir que 20 años después sería famoso por un acto de violencia
‘oscariana’ entre negros), sobre como si las balas costaran 5,000 $ en vez de
17 centavos la gente se lo pensaría a la otra de disparar; están las
espeluznantes imágenes de cámaras de seguridad y voz que se oyen de la masacre
de Columbine; como cuando indaga en la cultura del miedo (nos habla de la
leyenda urbana de cuchillas en manzanas, o en las abejas asesinas) que nos
quieren inculcar desde los estados para mantenernos atrincherados en nuestras
casas armados; Habla de cómo los medios manipulan la realidad, ello apoyándose,
por ejemplo, en cómo los delitos disminuyen, pero sin embargo en las teles se
habla más de ellos, provocando la sensación de que hay más (eso si la
información es real, lo cual pongo en cuarentena con Moore). Por cierto, esto
como casa con un documental que habla de
la cultura de la violencia, si por otro lado nos dicen que ha disminuido mucho?;
Indaga en las milicias paramilitares que germinan por USA, cual supra
justicieros de una USA pura. Colateralmente se entrevista a James Nichols,
hermano de Terry Nichols, individuo condenado junto con Timothy McVeigh por el
atentado con bomba en Oklahoma City en abril de 1995, con una furgo-bomba
provocando cientos de muertos, un loco que gusta de jugar a apuntar su pistola
en la sien; Hace un estudio comparativo entre Canadá y USA, sobre como aun con
sociedades parecidas, y con muchas armas las dos en una casi no se producen
actos de violencia armada (se obvia la diferencia de población), apoyándose eso
sí, en argumentos un tanto peregrinos y poco creíbles, como que en un pueblo
Moore encuentra puertas abiertas de hogares (ridículo); Hay comentarios e
información incisiva, como por ejemplo que sepamos que en Virgin-Utah, es
obligatorio todos los residentes tengan armas (!!), o ver a un ciego entusiasta
de las armas; Pero sobre todo el mayor éxito es cuando Morre junto a dos
heridos de la masacre de Columbine, por su presión hacen que la cadena de
supermercados K-Mart deje de vender munición. Pero en realidad esto una mota de
polvo en el Sahara, pues esto debería ser algo legislado, pues lo que no venda
K-Mart lo hará el súper de al lado.
Moore lanza teorías sobre la
cultura USA de las armas, cual máquina que lanza bolas de beisbol, le vale un
popular programa reality “COPS”, para echar en cara al creador lo que hace y
porque no lo hace de otro modo más buenista; Hay un tramo innecesario y que no sé
qué aporta, más alá del sensacionalismo y amarillismo vomitivo, me refiero al
encadenado de asesinatos y suicidios filmados in situ; Se habla de la pobreza
como causa del clima de violencia, pero esto cae por su propio peso cuando los dos asesinos de
Columbine no pertenecían a familias pobres. Aun así se indaga en la madre de un
niño de 6 años que mató con una pistola que llevó al colegio a otra niña de su
clase. Se hace un semblante de una mujer que debía todos los días viajar en bus
120 km para ir de Flint-Michigan (lugar de nacimiento de Moore) a Detroit para
dos trabajos, y yo me pregunto, porque no se iba a vivir allí, si tampoco tenía
casa de dónde provenía? Se dice que aun con dos trabajos no tenía para pagar el
alquiler, y esto me parece una mentira como las camisetas de Moore. Dos curros
y no puedes pagar el alquiler? Venga ya! Pero es que encima se abstiene Moore
de comentar que la pistola el niño la cogió de la casa del tío que es un
narcotraficante, muy educativo por parte de la madre meter al chico en este
hogar (ataque de cinismo). Ah, esto le sirve a Moore para atacar a Dick Clark
de modo grotesco.
Hay un montaje turbador con
el mítico "What a Wonderful World" de Louis Armstrong de fondo para
hacernos ver que USA es un país agresor (no como le dice un empleado de una
fábrica de armas, que dice son de defensa), cuando USA ayuda derroca al primer
ministro Mohammad Mosaddegh de Irán y coloca a Shah Pahlavi como monarca
absoluto; respalda el asesinato del presidente de Vietnam del Sur, Ngo Dinh
Diem; El ejército estadounidense mata a 4 millones de personas durante la
guerra de Vietnam; organiza (¿?) el golpe de Estado chileno de 1973 en Chile,
siendo sangrante que pongan que USA asesina al presidente Salvador Allende,
cuando este se suicidó; Y más tropelías del Imperio USA; como que ayudó a
reponer en el poder al monarca kuwaití, tras ser invadido por Irak (que
pretendía Moore, que el mundo quedara quieto?); se dice que USA financió a los
rebeldes yihadistas afganos que luchaban contra los soviéticos, acabando con
una grabación domestica el ataque a las Torres Gemelas, en una analogía
repulsiva de que USA tuvo su merecido (así lo entiendo yo); A este manipulador
orondo se le olvida que USA estaba en plena Guerra Fría contra la URSS, y que
por este Imperio comunista puso misiles en Cuba para atacar USA, se le olvida
que los tentáculos soviéticos estaban en muchos de los lugares donde Moore hace
ver que los malos son los USA (que también lo fueron en muchas cosas), es un
hipócrita al que se le ve el plumero.
Es un documental que toca
muchos palos, pero nunca termina de dar respuesta alguna, aunque el malo si lo
tiene claro, la NRA, defienden las armas por tanto son culpables del clima de
violencia. Pese a ser tildado de demagogo (puede que lo sea), como hay
accidentes de coches mortales, las fábricas que los producen son las culpables
y habría que cerrarlas, como las Torres Gemelas fueron derribadas por dos
aviones deberíamos de cerrar todas las fábricas que los construyen, dejemos de
fabricar cuchillos (que pasó en algún atentado reciente en Londres), pues con
ellos la gente se mata, como en el mar la gente se ahoga, deberíamos drenar los
océanos, como en la televisión se ve violencia que puede incitar a ella,
cerremos las teles, etc. El que quiere matar encuentra la forma de hacerlo, que
ocurrió en la parisina Bataclan, o en la isla de Oslo donde mató un ido a casi
100 personas, o en las Ramblas barcelonesas con una furgo asesinaron a las
personas.
El supuesto punto álgido es
la entrevista que Moore le hace a un confiado Charlton Heston, que se aprovecha
de la bondad del protagonista del mítico Cid de Anthony Mann, para asaltarlo
con preguntas complejas que nunca tienen un respuesta clara, y pretende que
Heston le dé un tratado sociológico que él mismo no ha sido capaz ni de medio
responder en dos horas de documental. Heston esperaba una interview amable, y
por ello no la se había preparado, llamándome la atención como es el mismo el
que responde al portero, quien guía a Moore, no teniendo secretario, ni nadie
que le asesore. Moore arremete contra un anciano de 79 años de modo rastrero,
alguien que poco tiempo después se declaró con alzhéimer, cual si fuera el
asesino más buscado de América. Heston no esperando el ataque comete algún
desliz oral que Moore utiliza para hacerlo sentir más in cómodo. Pues son se
puede tildar a Charlton de racista cuando en los peores años de la lucha por
los Derechos Civiles en los 60 el actor fue un firme y combativo pro igualdad. El
colmo es cuando le torpedea achacándole que hiciera un mitin durante la
convención de la NRA en Flint, pocos días después de la muerte de una niña de 6
años disparada por otro niño, como si Heston le hubiera apuesto el arma en las
manos. Entonces Moore comienza a ser un fiscal buscando que su acusado confiese
de modo furibundo y denunciable, y Heston responde levantándose y yéndose,
Moore actúa de un modo deleznable enseñándole a lo lejos la foto de la niña
muerta, dejando patente lo ruin que es Moore, erigiéndose en ‘adalid’ de la
justicia cuando deja la foto en el jardín.
El izquierdismo de Moore
pregona que el ser humano individualmente no es culpable de nada, son fuerzas
superiores las que nos manipulan y hacen hagamos cosas que no deberíamos. Igual
los dos tipejos que entraron en Columbine matando a todo lo que se le cruzaba
son malas personas, y por eso lo hicieron; Igual el niño que mató a otra niña
en el colegio, si no hubiera tenido una madre que lo lleva a vivir con un
traficante de drogas con pistola que le sustrajo no hubiera muerto la niña; Mi
padre tenía tres escopetas (de caza) en casa, compraba munición en la ytienda
del barrio, y nunca de niño se me
ocurrió salir a disparar a la gente por la calle; Igual si USA no se arma Putin
le estaría invadiendo ahora como a Ucrania, pero igual Moore sería feliz con
esto. Pues alguien que pone de ejemplo de buena persona a Gandhi es más que
discutible (se le dice al hermano de uno de los terroristas de Oklahoma City),
pues si se las das de listillo, debería saber que Gandhi era un gran defensor
de Hitler y Mussollini, pidiendo a las gentes de los países que invadía que los
dejarán pasar, que no valía la pena pelear contra esas buenas gentes. Incluso
pidió a los judíos resistencia pasiva en Alemania.
Tampoco se sabe muy bien que
pide Moore, es como un agitador que no sabe lo que quiere, lanza diatribas
manieristas, pero al que solo le falta decir ‘sostenme el cubata’ que estos se
van a enterar’.
John Alberts, diseñador de
sonido y mezclador de gran parte del trabajo de Moore. Inicialmente había sido
contratado para hacer el trabajo de sonido en la película, pero se suicidó con
un arma en enero de 2001; Herbert "Sluggo" Cleaves, Jr., el hijo
mayor de dos de los amigos más cercanos de Moore. Recibió un disparo en el
estómago en un tiroteo desde un vehículo y murió en un hospital del área en
febrero de 2001; Laura Wilcox, víctima de la violencia con armas de fuego que
murió en el tiroteo del condado de Nevada en 2001. Su muerte llevó a la
implementación de la Ley de Laura, que permite el tratamiento obligatorio de
pacientes con trastornos psiquiátricos violentos.
Y con todo lo dicho, estoy
ferozmente en contra de la cultura de las armas en USA, el modo en que armas de
asalto se venden resulta algo deleznable, cual banalizando para que sirven,
embelleciendo los chasis de las mismas para hacer algo para matar atractivo,
con publicidad de mujeres en bikini portando fusiles de repetición cual fuera
algo trivial. Y es que este documental es loable en su intento de entrar en las
causas, pero el sendero general que toma es parcialita, muy político, tiene
cosas buenas, pero lo contrapesa mucha morralla partidista creyéndose superior
moralmente a los demás y no dejándoles opinar, aunque estas opiniones pudieran
ser erradas.
Lo bueno queda engullido por
un panfleto pro-Michael Moore!!!
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