domingo, 17 de marzo de 2024

 


ASTÉRIX Y LAS 12 PRUEBAS.


Divertidísimo film de animación francés a mayor gloria de los populares galos Asterix y Obelix, creados aparecieron por primera vez el 29 de octubre de 1959 en la revista Pilote, creados por el guionista René Goscinny y el dibujante Albert Uderzo. Tercera caricatura adaptada del cómic, la película se basa por primera vez en una historia original, inspirada en los doce trabajos de Hércules, siendo la primera dirigida por los creadores Goscinny y Uderzo, después de Astérix y Cleopatra, es la segunda y última película de animación realizada por los autores originales de la historieta, y la primera producida por los estudios Idéfix, creados por René Goscinny, Albert Uderzo y Georges Dargaud. Tras su estreno, Las doce obras de Astérix cosechó un gran éxito con 2.202.481 espectadores en Francia.

 

Con una estructura de viñetas, cual juego de ordenador pasando por varias pantallas a modo de pruebas, caemos en lo de siempre en estas formas, y es en la irregularidad, con pruebas más incisivas humorísticamente que otras, sabiendo hacer chanzas de todo un arsenal de la cultura pop, generando humor incluso anacrónico, con esa montaña de basura en el bosque al principio, el cohete en que se convierte el corredor griego o la aparición de una estación de metro parisino. Además de los siempre carismáticos Asterix y Obelix destacan de secundarios otros roles simpáticos, como el herrero y su inquina por el juglar, o la arrogancia del líder de la aldea gala, o en el otro lado la soberbia de Julio Cesar, o la gracia de Caius Pupus, maestro de ceremonias de las pruebas, con esos andares y habla tan particular.

 

En el año 50 aC, toda la Galia fue ocupada por los romanos, a excepción de un pequeño pueblo que aún resistía al invasor. Sin embargo, la fuerza sobrehumana de los indomables galos da lugar a creencias relativas a su presunta naturaleza divina. Julio César permaneció incrédulo, pero algunos de sus consejeros retomaron estos rumores. El dictador romano decide entonces resolver la cuestión lanzando un desafío al líder Abraracourcix: para demostrar que son efectivamente dioses, los galos deberán vencer una serie de doce pruebas lejanamente inspiradas en la obra del semidiós Hércules. Si lo logran, César promete admitir la derrota, pero si pierden sólo una de estas pruebas, todo el pueblo tendrá que someterse a la autoridad de Roma. Abraracourcix acepta y luego designa a Astérix y Obélix como sus campeones. César les envía un árbitro honesto llamado Caius Pupus, hombre bajo con andares de paloma.

 

La primera prueba consiste en vencer en una carrera a pie a Merino el Griego, atleta olímpico de Maratón. Gracias a la poción mágica, primera de las tres que se utiliza en las 12 pruebas, Astérix alcanza a su oponente sin esfuerzo aparente, tomándose también el tiempo para recoger flores y setas por el camino. En reacción, Merino acelera, se transforma en cohete y rompe la barrera del sonido; Aquí comienza la cinta a hacer un mosaico de personajes de territorios conquistados por el imperio de Roma, y con ello confiriendo condiciones referentes al cliché de la cultura popular. En este caso aprovechando que en la Antigua Grecia se hacían los Juegos Olímpicos (años más tarde se hizo una cinta de Asterix y Obelix en los Juegos Olímpicos). Muy jocoso como Asterix se sabe vencedor de antemano y hace recados por en medio de la carrera.

 

Segunda prueba: Consiste en lanzar una jabalina más lejos que Kermes, un persa con el brazo derecho muscularmente hipertrofiado. Con un gesto vigoroso, este campeón lanza su jabalina volando hasta América, hazaña que accidentalmente descubre el hacha entre los nativos americanos. Obelix será aquí su oponente, que sin esfuerzo, pues eso, desternillante lo que sucede, muy fantasioso como acaba; Hay un cameo de Oumpah-pah, personaje creado por Goscinny y Uderzo.

 

Tercera prueba: Deben ganar una pelea contra Cylindric el alemán. Descacharrante como todos esperamos a un gigante fornido que aparezca tras unas enormes puertas cual las de Skull Island que guarda a King Kong, y sin embargo aparece un tipo bajito rubio, regordete y con bigote, ataviado con un traje de judo, jugando con la percepción del espectador al sorprenderlo. Obelix siente lástima por él y pide a Asterix le dé un poco de poción (¿?). Obelix será el rival del teutón, pero las apariencias engañan, y termina siendo más un duelo de ingenios que de fuerza; Es una caricaturización del sub género de cine que triunfaba en esta década, el cine de  artes marciales; Jocoso!

 

Cuarta prueba: Deben cruzar un lago embrujado, pues en medio está la Isla del Placer, habitada por las sacerdotisas del placer. Cuando cruzan Asterix y Obelix son hipnotizados por el canto que proviene de la isla y reman hacia ella. Allí hermosas mujeres les agasajan e invitan a que pidan cual placer desean, pero no están preparadas para la gran pasión de Obelix; Prueba picantona, algo subidita de tono para el público infantil, epro que se resuelve de modo desternillante.

 

Quinta prueba: Los galos deben soportar la mirada insoportable de Iris, hipnotizador egipcio capaz de hacer creer a la gente que son animales. Sin embargo, desconcertado por las interrupciones de Astérix, que le interroga incansablemente sobre sus ojos luminosos ("Puedes encender uno a la vez?"), el egipcio acaba ordenándole que repita: "Soy un jabalí, soy un jabalí". ¡Jabali!" », y… pues eso; Parodia divertida de los hipnotizadores tan de moda entonces.

 

Sexta prueba: Consiste en comerse toda la comida preparada por el belga Mannekenpix (nombre parodia de la icónica fuente de Bruselas), el cocinero de los Titanes. Este desafío le conviene perfectamente a Obélix, cuyo apetito se ha abierto con todas las alusiones a los jabalíes durante la prueba anterior (sobre todo porque son las doce). El repartidor de menhires devora sucesivamente: un jabalí adornado con "  manzanas que crecen en la tierra" , un rebaño de gansos, un rebaño de ovejas, una tortilla de ocho docenas de huevos, todo un banco de peces, un buey, una vaca y dos terneros ( “Sí, porque separar familias no es bueno, eh!” , explica caritativamente el cocinero), una montaña de caviar (con su tostada) , un camello disecado, un elefante relleno de aceitunas,  etc. Y… pues lo esperado.

 

Séptima prueba: Los galos deben ingresar a la "Guarida de la Bestia", siniestra caverna alberga una criatura desconocida, y salir con vida. Imperturbables, Astérix y Obélix van allí y se encuentran con extraños pájaros con alas membranosas, asisten a un espectral partido de tenis jugado con una calavera, se topan con una grosera aparición fantasmal y luego se encuentran por un corto tiempo en la estación de metro de Alésia; Puede que la más floja de las set-pieces, sin chispa alguna, y no sabiendo acabarla; Esta prueba es una referencia a las catacumbas de París, tema central de la colaboración anterior entre René Goscinny y Pierre Tchernia, “Les Gaspards”.

 

Octava prueba: Astérix y Obélix deben obtener el pase A-38 en la “casa que te vuelve loco”. Este laberinto burocrático cortesano alberga a un recepcionista sordo, empleados procesales y secretarias parlanchinas que redirigen constantemente a los dos galos de una oficina a otra, prolongando a sus anchas los interminables trámites necesarios para obtener el pase en cuestión. Después de calmar a Obélix, víctima de un violento ataque de nervios, hasta que Astérix planea su propio juego; De la docena de pruebas, esta es en la que más sufren los protagonistas; Abracadabrante parodia de la kafkiana burocracia a la que en muchas ocasiones nos vemos abocados; Obélix rompe los brazos de una estatua de mujer que en realidad representa a Venus de Milo. Este gag será utilizado en la película “Astérix y la sorpresa de César”, así como en “Astérix en los Juegos Olímpicos” de 2008.

 

Novena prueba: Apela a la agilidad de los dos galos. Deben cruzar un barranco caminando sobre un cable invisible suspendido sobre los cocodrilos del Nilo. En medio de la travesía, Astérix y Obélix pierden el equilibrio; muy Looney Toones esta prueba. Divertidilla sin más; Es la segunda vez en que Asterix toma la poción mágica.

 

Décima prueba: Astérix y Obélix deben a escalar las empinadas laderas de un imponente nevado para resolver el enigma del “Venerable de la Cumbre”. Este último desafía a Astérix, con los ojos vendados, a reconocer qué montón de ropa lavada fue lavada con “Olimpo, la ropa de los dioses”; En lo que es una descacharrante parodia de los spots publicitarios televisivos; No s insertan al final una secuencia en el Olimpo con los Dioses donde estos discuten sobre las capacidades de los galos, y al igual que las imágenes de la Isla del Placer me han sido algo subiditas de tono por las mujeres desnudas tumbadas (entre ellas una indisimulado dibujo de la sensual Brigitte Bardot), que se ven, no viene a cuento.

 

Undécima y penúltima prueba: Los galos deberán pasar la noche en la llanura de Trépassés. Sin embargo, el lugar no es propicio para el descanso porque sigue perseguido por los fantasmas de los legionarios caídos en combate. Nada asustado, Obélix lucha en vano por noquear a los fantasmas inmateriales y a su oficial, hasta el punto de que el ruido nocturno despierta a Astérix; Otra parodia del cine de terror  muy bien acabada. Además de ser buenas las animaciones de estos espíritus.

 

Finalmente, la duodécima y última prueba: Consiste en participar y sobrevivir a los juegos del circo. Con razón, los dos héroes se despiertan inexplicablemente frente al palacio de Julio César en Roma Todos los caminos llevan a Roma). Allí encuentran a todos los miembros de su pueblo, invitados a luchar en la arena del circo Maxime; Aquí se rompe sin sentido la tónica de que deben ser Asterix y Obelix los que deben afrontar todas las pruebas, para ser ahora todo el pueblo, acudiendo por tercera vez a la pócima mágica de Panoramix; Hay un delirante giro cómico sobre como el Circo de Gladiadores pasó a ser el Circo de artistas, equilibristas, malabaristas, acróbatas, payasos o domadores de fieras.

 

Todo para terminar con un epílogo satisfactorio en su tono irreverente de romper la cuarta pared, para reírse con el espectador de lo visto.

 

En el apartado técnico hubo muchas mejoras respecto a los 60s. Se pasó al formato panorámico, los movimientos son más suaves y el diseño de los personajes es tan sublime que, a pesar de las limitaciones de la época, se mantendrá prácticamente intacto en las próximas adaptaciones al cine.

 

La banda sonora Gerard Calvi es Homérica en su tono distendido y pegadizo, destaca por su tema central, todo un clásico indeleblemente unido a la franquicia gala, un leit-motive que desde mi infancia ha permanecido unido al humor desenfadado.

 

Spoiler:

 

Epílogo: Julio Cesar se ha retirado a vivir cuidando del huerto junto a Cleopatra dejando a los galos de dueños del Imperio. Caius Popus está retirado en la Isla del Placer (¿?). Tras lo que vemos a los galos en su aldea en un festín de comida, cuando Obelix pregunta: "Somos realmente los dueños de Roma?", Astérix responde: "Seamos realistas, esto es una caricatura y todo vale". Genial complicidad con el espectador. Encantado, Obelix se teletransporta a Pleasure Island para disfrutar de su jabalí, en brazos de la suma sacerdotisa.

 

En los años 1960, la exitosa tira cómica francesa Astérix vio sus primeras adaptaciones a dibujos animados. La primera, Astérix el Galo, adaptación del primer álbum del mismo nombre, fue producida por los estudios belgas Belvision, bajo la dirección del editor Georges Dargaud, sin informar a los dos autores de la serie, René Goscinny y Albert Uderzo. Éste sólo descubrió la película durante una proyección privada, pero no se opuso a su estreno en salas, que fue un éxito. No convencidos por la calidad artística de esta primera adaptación, decidieron supervisar ellos mismos la dirección artística de la segunda adaptación, Astérix y Cleopatra, basada en el álbum del mismo nombre, todavía producido por Belvision. Uderzo dibuja el guión gráfico y Goscinny cuenta con el apoyo de Pierre Tchernia para adaptar el guión. A pesar de su implicación en la realización de la caricatura, Goscinny y Uderzo quedaron algo decepcionados por el aspecto visual de la película, aunque realizaron numerosos viajes a Bruselas, a los estudios Belvision, para controlar la calidad de la animación y el respeto por los gráficos de la película. personajes. Para ellos, estos viajes siguen siendo insuficientes y necesitarían una presencia casi permanente con los facilitadores para realizar numerosos controles y correcciones. En el otoño de 1973, René Goscinny, Albert Uderzo y su editor Georges Dargaud unieron fuerzas para crear su propio estudio de animación, los estudios Idéfix. Ser propietario de su estudio de dibujos animados ha sido durante mucho tiempo un sueño para Goscinny y Uderzo, que quieren convertirse en el Walt Disney francés. En aquella época, lanzar la creación de un largometraje de dibujos animados en Francia era una aventura compleja y casi sin precedentes, ya que Francia no tenía un gran estudio de animación desde el cierre de los estudios Les Gémeaux de Paul en 1952. Grimault, arruinado por el proyecto de La Bergère et le Chimney deshollinador.

 

René Goscinny decidió que el primer proyecto de los estudios Idéfix se basaría en un guión original, adaptado directamente a la narración cinematográfica. Albert Uderzo encuentra el punto de partida de la historia y se la cuenta a Goscinny mientras esperan en una sala de espera del hospital americano de Neuilly donde Gilberte Goscinny se somete a exámenes médicos: “Al explorar las leyendas clásicas de la Antigüedad , me detuve en los doce trabajos de Hércules . René aprovechó la idea porque vio la posibilidad de realizar doce bocetos injertados en un tema central» —Alberto Uderzo.

 

Cuando Brutus está jugando con un cuchillo al comienzo de la película, César le dice: "Brutus, deja de jugar con ese cuchillo, terminarás lastimando a alguien"» Esta frase es un guiño a la muerte de Julio César que fue apuñalado por Bruto (entre otros). Además, Brutus se lastima; En la escena del circo, vemos una gallina aplastada por el casco de Abraracourcix, lo que es un guiño al cómic, en el que una gallina del pueblo está enamorada del casco del líder, que a menudo se encuentra en el suelo tras sus innumerables caídas. Esta idea también se confirma ya que en la película, la gallina comienza a poner huevos llevando el casco de Abraracoucix (además de hueveras, la cabeza de Donald, chisteras, etc.); Al final de la película, cuando Julio César, obligado a entregar su poder y su imperio en manos del pueblo galo, se encuentra retirado, se encuentra haciendo jardinería en su casa de campo, con un sombrero de paja. Se trata de una alusión al álbum “Los laureles del César” (1972), donde los dos héroes viajan a Roma para hacerse con el famoso tocado del dictador. Al encontrarse en prisión, reciben la visita de su abogado que les informa de la inminente llegada de César. Y cuando Astérix le pregunta si llevará su corona de laurel, el abogado responde: “Nunca lo he visto con sombrero de paja, amigo”; La escena en la que Astérix tira de Obelix mientras es atacado por un águila es un guiño al ataque del cóndor en el álbum de “Tintín, El templo del sol”.

 

No puedo ser objetivo con este film que recuerdo de la infancia y que me marcó en su inventiva y desparpajo ligero, sin sentimentalismos, simplemente destinado a hacerme reír, y a fe que lo consigue. Gloria Ucrania!!!

 


Sherlock: El coche funerario vacío


Entretenidísimo primer episodio de la tercera temporada de la serie de televisión de la BBC Sherlock, una maravillosa actualización de las aventuras del más famoso detective de la historia, seguro que su creador el escocés Arthur Conan Doyle estaría encantado con la transposición a nuestros días que han hecho Mark Gatiss (se reserva un genial papel como el hermano sibilino del titular Mycroft) y Steven Moffat. En esta ocasión el guion es de Gatiss, y la dirección corre a cargo de Jeremy Lovering (especialista en tv con capítulos dirigidos en series como “Spooks”, “Doctora Foster, o sobre todo siendo responsable de toda la segunda temporada de la notable “Slow Horses”). Por supuesto protagonizado por los ya mimetizados con sus roles Benedict Cumberbatch como Sherlock Holmes, y Martin Freeman como el Dr. John Watson, apareciendo también los recurrentes secundarios de la serie Gatiss como Mycroft Holmes, Una Stubbs como Mrs. Hudson, Rupert Graves como el inspector Lestrade, y Louise Brealey como Molly Hooper, siendo la primera aparición de Amanda Abbington como Mary Morstan. Es un capítulo inspirado en "La aventura de la casa vacía" y "El especial perdido" de Sir Arthur Conan Doyle, el episodio sigue el regreso de Sherlock Holmes a Londres y su complicado reencuentro con John Watson, ello aderezado por el MacGuffin (no hay siquiera un antagonista de fuste)  de una sub trama criminal sobre una red terrorista clandestina inspirada claramente en el intento de atentado histórico de Guy Fawkes al parlamento ingles en que se intentó asesinar al rey Jacobo I en la fallida conspiración de la pólvora en 1605.

 

La sustancia y jugo del capítulo está en la chispeante y emocional relación entre Sherlock y Watson, la sub trma mencionada es una excusa para mantenerlos en juego a ambos. Todo ello desarrollado con las clásicas señas de identidad de la serie, desde los créditos con la pegadiza música de David Arnold & Michael Price en los créditos iniciales, sumados a una edición de Charlie Phillips (responsable desde el inicio del enérgico montaje, siendo responsable además de 5 episodios de la serie, así como de la serie también muy dependiente de su edición, la estupenda “Psychoville”) fragmentada que añade ritmo vertiginoso, sobre todo en lo referente a como se reflejan las diferentes formas en que Sherlock pudo haber sobrevivido al ‘suicidio’ del capítulo último de la segunda temporada, o como siempre, cuando entramos en las vertiginosas deducciones del perspicaz detective. Tenemos un humor ingenioso, chispeante, inteligente, mordaz, combinando la esencia de estos dos protagonistas antagónicos en carácter, chocando el pragmatismo cuasi misántropo de Sherlock con la emocionalidad de Watson, mediante esta amistad Sherlock comienza a tomar conciencia de lo que es sentir, algo para él lejano, en una relación bromance cercana al homoerotismo por cómo se desenvuelven a algo cercano a una pareja romántica, sin cruzar nunca la línea a ello. Y como siempre (otra vez) tenemos, acción, intriga, y un final atractivo en su sentido de contrarreloj manejado con pinzamiento emocional, en un vagón de metro cargado de explosivo a punto de estallar, y donde con gran sentido emocional el guion es capaz de incorporar toda una carga de sentimientos de amistad profundos y a la par combinarlo con equilibrio con humor.

 

Dos años después de su supuesta muerte (representada en “La caída de Reichenbach”), Sherlock ha sido absuelto de las acusaciones difamatorias en su contra originadas por Jim Moriarty. Lo vemos cual film de John Rambo cuasi irreconocible colgado a pecho descubierto, con una melena mugrienta y varaba asquerosa, mientras es torturado por un tipo con acento ruso en un calabozo, cuando en un giro desternillante sale a relucir el ingenio de Sherlock y le susurra al oído a su verdugo que su mujer está en su casa con su mejor amigo poniéndole cornamenta, el verdugo sale corriendo a su casa dejando a Sherlock allí junto a otro tipo, que resulta es Mycroft. Ambos regresan en secreto a Londres para descubrir un aparente ataque terrorista inminente.

 

John ahora tiene bigote y novia, Mary Morstan (Amanda Abbington, pareja en la vida real de Martin), a quien pretende proponerle matrimonio en un restaurante. Se puede especular con que a ‘Rey muerto, rey puesto’, es decir, como se siente solo Watson decide intentar reponer este vacío con la novia. En este punto, Sherlock, disfrazado de camarero francés, se acerca a la pareja, pero John no lo reconoce de inmediato. Cuando Sherlock revela su identidad, le explica lo que ha pasado, "Versión corta: no muerto", le dice. John lo ataca tres veces en tres restaurantes diferentes, en lo que es un running gag desternillante de como cualquier reaccionaríamos por la rabia contenida por el engaño. Cuando John se niega a aceptar sus explicaciones, Sherlock recluta a Molly (Louise Brealey) para que lo ayude en su siguiente caso, el de un esqueleto subterráneo detrás de un escritorio que contiene un manuscrito: Cómo lo hice de Jack el Destripador, que se revela hacia el final del episodio como un Fake colocado por Anderson para sacar a Sherlock de su escondite. Más tarde ese día, Mary recibe un mensaje de texto en un código de omisión (primera y cada tres palabras) que le dice que John ha sido secuestrado por asaltantes desconocidos y que morirá si no lo rescatan a tiempo, junto con una ubicación codificada. Sherlock y Mary acuden a su rescate en motocicleta en una espectacular carrera sin rumbo seguro.

 

Me ha gustado la sub trama de cómo pudo Sherlock escapar a su muerte por suicidio al lanzarse desde lo alto de un alto edificio a la calle. Se juega con la percepción del espectador, ya avezado en estrás guisas de tener que comulgar con ruedas de molino en resurrecciones cogidas cuando poco por los pelos, teniendo que dar muchas licencias a estas salidas de emergencia para dar veracidad a estas ‘vueltas a la vida’. Ingeniosamente se dan varias versiones sobre como pudo driblar a la Parca. La primera que si un arnés retráctil; Otra pintoresca del club de fans, encarnado en un excelente Sharon Rooney que sabe dar gran sentido como ejemplo de los seguidores de la serie. Dándose la mano la meta ficción de como los fans de la serie especularon durante tiempo en las redes sociales sobre como volvería a la vida Sherlock, hermanándose estos con los fans de los libros que tras “El Problema Final”, donde Sherlock cae por la cascada helvética de Reichembach (junto a su némesis el Dr. Moriarty), pudieron especular como Doyle podría (ante la demanda popular) hacerlo renacer; Y la tercera que más parece el making off homenaje al equipo de efectos especiales y los especialistas; Todas las versiones tan rebuscadas y aparatosas que son en sí una broma hacia el espectador, sabiendo ninguna lo contentará, deciden ofrecerles una acumulación que no son más que gags en si, por lo aparatoso de cada una, creando, entiendo yo, comunión con el espectador. De hecho, el leit-motive de esta sub trama es como bien dice Watson, no importa cómo lo hizo.

 

Sigue tenido momentos vigorosos en como especulan sobre casos, la también vibrante interrelación amor-odio entre Mycroft y Sherlock. Como puntazo está la escena trivial en que conocemos a los padres de Sherlock (los verdaderos padres de Benedict Cumberbatch, Wanda Ventham y Timothy Carlton).

 

Cumberbatch como ese Sherlock sociópata, brillante hombre desprovisto de empatía, que con su amistad con Watson se da cuenta de que puede haber emociones, encarnado con un carisma fulgente en su electricidad contagiosa; Freeman como John Watson es el alma humana de la serie, nuestra brújula moral, brillante como sustituto de las emociones de las que adolece Sherlock, sus choques son todo un caudal de chispas; Mark Gatiss hace de un inglés modelo, ha crecido en la serie como el prototípico british flemático, de sonrisa cínica, compite con Sherlock en inteligencia, aquí con ententes tan punzantes como la partida de ajederez.

 

Spoiler:

 

‘Finalmente, aquí hay una explicación de la caída (de Reichenbach). Sherlock saltó a una especie de bolsa de aire de castillo inflable, oculta de John por un edificio. John se distrajo de presenciar la retirada del castillo inflable por una colisión que lo involucró a él y una bicicleta. Mientras tanto, Sherlock aplicó sangre falsa y asumió la posición de muerto. Con una pelota de squash, con la que jugaba antes, recuerdas? – debajo de la axila para detener temporalmente su pulso. Es eso entonces? sigue tonteando? De nuevo, realmente no importa. Alguien sugirió la teoría de la pelota de squash en un foro. Acertaron? O tal vez Gatiss lo robó del foro? O de El Mentalista, que también hizo el truco de la pelota de squash? Puedes siquiera hacer eso, detener tu pulso, con una pelota de squash?’

 

Guiños a los libros: Resulta que en los últimos dos años, Sherlock ha estado viajando por el mundo, desmantelando la red criminal de Moriarty. Como dice Mycroft, en Serbia Sherlock se enfrentó al Barón Maupertius, villano nunca visto en las historias de Conan Doyle, en realidad apareció en la novela Death Cloud de Andrew Lang sobre el joven Sherlock Holmes; El texto codificado el villano que arrojó a John en una hoguera le envía a Mary, incluidas las líneas 'Santo o pecador? Jacob de Juan?', es un astuto guiño a las historias originales; Escondida en la historia hay en realidad una adaptación muy corta de la aventura de Doyle 'A Case of Identity'. Cuando una mujer acude a Sherlock sobre la desaparición de su novio en línea, él rápidamente deduce que el novio es en realidad su padrastro, muy parecido a la trama del original; El tren perdido que desaparece durante un viaje en metro está basado en el misterio no canónico 'The Lost Special' de Arthur Conan Doyle, en el que un tren privado desaparece en su camino a Londres. La historia no presenta categóricamente a Sherlock, sino que un 'experto' anónimo en tales asuntos resuelve el caso...

 

La fuente más obvia de este episodio, al que alude su título, es "La aventura de la casa vacía", en la que Sherlock Holmes regresa de su "Gran Pausa", habiendo permitido todos lo creyeran muerto para desarraigar el resto de la organización criminal de Moriarty. Tanto en la historia como en el episodio, Mycroft ayuda a Sherlock a fingir su desaparición. El villano Moran de este episodio lleva el nombre del coronel Sebastián Moran, villano de la historia original. En "La aventura de la casa vacía", Watson se encuentra por primera vez con Holmes disfrazado de vendedor de libros barbudo y con mucho acento en una tienda en la esquina de Church Street, le ofrece algunos libros a Watson. En el episodio, John se encuentra con un hombre como paciente que posee una tienda de DVD en el mismo lugar; el hombre se ofrece a venderle DVD pornográficos con títulos casi idénticos a los libros que el Holmes disfrazado le ofreció a Watson en el cuento ("Tree Worshippers", "British Birds", "Catalysts" y "Holy War"). John asume falsamente es Sherlock disfrazado, con resultados embarazosos. También es una referencia a una escena de La Mujer Araña protagonizada por Basil Rathbone y Nigel Bruce. Moffat y Gatiss han citado la serie de películas como otra fuente de inspiración al escribir Sherlock. El resto de la historia del episodio es en gran medida original.

 

Sherlock Holmes alude a un "sistema de lucha libre japonesa" como el segundo de trece escenarios que podrían haberle permitido sobrevivir a su encuentro en la azotea con Moriarty. Esta es una referencia al arte marcial ficticio de "baritsu" utilizado por Holmes para derrotar a Moriarty en la historia original.

 

Además de "La aventura de la casa vacía", el episodio contiene alusiones a muchos otros cuentos de Conan Doyle: Sherlock llama a Lord Moran con el nombre en clave "rata gigante de Sumatra Road" debido a su condición de topo para Corea del Norte, referencia a "la rata gigante de Sumatra” mencionada de pasada en "La aventura del vampiro de Sussex" y porque el ataque terrorista planeado por Moran involucra una sección abandonada del sistema de metro de Londres llamada "Sumatra Road".

 

En "La aventura del Reigate Squire", Watson menciona de pasada el caso de la "Compañía Netherland-Sumatra y de los colosales planes del barón Maupertuis". El episodio hace referencia a esto y a la mención repetida de "Sumatra" al presentar de manera similar a un miembro de la Cámara de los Lores, Lord Moran, como el villano intrigante. Además, al comienzo del episodio, después de que Sherlock y Mycroft regresaron a Londres desde Serbia, Mycroft menciona al barón Maupertuis por su nombre.

 

En un momento, John le pregunta al hombre barbudo que vende DVD si su médico de cabecera habitual se llama "Dr. Verner", quien, en "La aventura del constructor de Norwood", es primo de Sherlock Holmes, quien compra la consulta de Watson para poder regresar a su hogar sus antiguas habitaciones en Baker Street al regreso de Holmes. Sherlock se refiere a un personaje invisible llamado Profesor Presbury y a "glándulas de mono", ambos del cuento "La aventura del hombre rastrero".

 

En "La aventura del intérprete griego", la primera historia que presenta al hermano de Sherlock, Mycroft Holmes , Sherlock menciona que su abuela era hermana del artista francés Horace Vernet . El hecho de que Holmes se haga pasar por un camarero francés al comienzo del episodio puede ser una referencia a su herencia francesa. La escena en la que Sherlock y Mycroft intentan superarse mutuamente en el apartamento de Sherlock también es una referencia a una escena de "El intérprete griego" donde participan en una competencia similar mientras están sentados en el Club Diógenes de Mycroft.

 

La competencia de Sherlock y Mycroft consiste en analizar un sombrero de punto en particular, una referencia a "La aventura del carbunclo azul" donde Holmes también dedujo varios hechos sobre un hombre a partir de su sombrero. Además, en el episodio, cuando Mycroft determina que el gorro tejido pertenecía a un hombre, Sherlock pregunta: "Por qué, tamaño del sombrero?", a lo que Mycroft responde con reproche: "No seas tonto. Algunas mujeres tienen cabezas grandes, también." La posterior mirada de culpa de Sherlock es una alusión satírica a la controvertida y pseudocientífica frenología involucrada en el cuento original, donde Sherlock Holmes dedujo que el dueño del sombrero era inteligente basándose en el tamaño de su cabeza, comentando "un hombre con una cabeza tan grande". El cerebro debe tener algo dentro."

 

El episodio presenta el compromiso de John con Mary Morstan, quien aparece en la novela “El signo de los cuatro”. Se ve a Mary leyendo el blog de John, y el pasaje que lee en voz alta es un extracto casi palabra por palabra del capítulo seis de El Signo de los Cuatro ("[t]an rápidos, silenciosos y furtivos eran sus movimientos, como los de un sabueso entrenado recogiendo un olor...").

 

En un momento, Mary recibe un mensaje de texto en su teléfono móvil que comienza con la frase "John o James Watson", una referencia a "El hombre del labio torcido", en el que Mary llama a su marido "James" en lugar de John (lo que provocó la teoría de los fanáticos de que la inicial del segundo nombre significa "Hamish", una variante de James, una teoría incorporada en el episodio anterior " Un escándalo en Belgravia "). Mary dice que el mensaje de texto antes mencionado es un código de omisión, un tipo de código donde cada palabra del mensaje secreto se da como cada tercera palabra del mensaje aparente, una referencia a "La aventura de Gloria Scott" donde Holmes muestra y le explica a Watson un mensaje con el mismo tipo de código. (El hecho de que Mary sepa que es un código de omisión contribuye a que Sherlock identifique más tarde su verdadera identidad).

Mark Gatiss se inspiró para utilizar el metro de Londres como escenario en la serie de Doctor Who de 1968 “The Web of Fear”, una historia que se desarrolla principalmente en el metro después de que Londres es evacuada debido a la propagación de un hongo mortal parecido a una red a través de la red de metro.

 

No es el mejor episodio de la serie, los hay Homéricos, pero si es un muy ameno pasatiempo, que cumple con creces su cometido, acompañando a unos seres que ya nos son tan cercanos en su humanidad, unos protagonistas formidables en cómo se confunden de modo espléndido con sus roles, ello apoyado en la química formidable que hay en todos los ententes. Gloria Ucrania!!!


sábado, 9 de marzo de 2024

 


PLATOON.


Mítico film sobre la Guerra del Vietnam, fue una exitosa producción tanto taquillera como de crítica, siendo nominada a ocho Oscar (incluidas las candidaturas a Mejor Actor de Reparto para Berenger y Dafoe), ganó cuatro: Mejor Película, Mejor Director, Mejor Montaje y Mejor Sonido. Una cruda radiografía de la deshumanización a la que nos lleva el Jinete del Apocalipsis de la Guerra, despojando de todo miticismo y heroísmo la contienda bélica, para adentrarnos en un relato humanista sobre la sinrazón. Escrita y dirigida por el ‘enfant terrible’, el neoyorkino Oliver Stone, basada en su experiencia en esta guerra como soldado de infantería, en 1967, Stone se alistó en el ejército USA durante la Guerra de Vietnam. Sirvió de 1967 a 1968 en la 25.ª División de Infantería y resultó herido dos veces en combate. Por su servicio, recibió honores militares como la Estrella de Bronce con el Dispositivo "V" al valor, el Corazón Púrpura con Racimo de Hojas de Roble, la Medalla al Servicio de Defensa Nacional, la Medalla al Servicio de Vietnam con una Estrella de Servicio de Plata. El argumento del film sigue a un nuevo voluntario del ejército estadounidense (Sheen) que sirve en Vietnam mientras su sargento de pelotón y su líder de escuadrón (Berenger y Dafoe) discuten sobre la moralidad del pelotón y de la guerra misma.

 

Stone dijo haber escrito el guion para contrarrestar la visión de la guerra retratada en “Los boinas verdes” de John Wayne.Platoon” (Pelotón) fue la primera película de Hollywood escrita y dirigida por un veterano de la guerra de Vietnam. Esta fue la primera película de una trilogía de la guerra de Vietnam dirigida por Stone, seguida de “Nacido el 4 de julio” (1989) y “El Cielo y Tierra” (1993). Protagonizan Tom Berenger, Willem Dafoe, Charlie Sheen, Keith David, Kevin Dillon, John C. McGinley, Forest Whitaker y Johnny Depp. Stone utiliza el dispositivo narrativo dela voz en off del protagonista exponiendo sus pensamientos, siguiendo su deterioro físico por las extasiantes marchas por la selva, y sobre todo la degradación mental por vivir en este averno, con constantes choques con el enemigo, tiroteos, heridos, muertos, provocando en el pelotón el terror en diferentes modos de afrontarlo, desde la simbiosis con el terreno, disfrutando de la espiral de violencia, o los que desena salir de allí como sea, aunque sea auto lesionándose. Stone consigue que el espectador se sumerja en esta selva asquerosa, hace que sudemos, que nos aterremos, nos hastiemos, nos envuelve en una pesadilla, que no es más que el despertar de la inocencia de su protagonista, que pasa del idealismo de ser un voluntario a sentirse intoxicado por la experiencia, esto ya se siente desde su aterrizaje al aeropuerto de Saigon, donde se cruza con las bolsas de cadáveres que son enviados a USA, los recién llegados novatos no son más el reemplazo de los muertos, y quizás (miles lo fueron) vuelvan también en bolsas mientras también llegan otros en una cadena que no parecía tener fin. Seguimos la labor ordinaria de un batallón en el frente de Guerra.

 

En 1967, Chris Taylor (Sheen), voluntario del ejército estadounidense, llega a Vietnam del Sur y es asignado a un pelotón de infantería de la 25.ª División de Infantería cerca de la frontera con Camboya. Aunque el pelotón está oficialmente bajo el mando del joven e inexperto teniente Wolfe, los soldados ceden ante dos de sus subordinados mayores y más experimentados: el cínico sargento Barnes (Berenger) y el más compasivo sargento Elias (Dafoe). Taylor está desplegado con Barnes, Elias y otros soldados experimentados para una emboscada nocturna a una fuerza del ejército norvietnamita. Aparece una patrulla del EVN, lo que provoca un breve tiroteo. Taylor resulta herido mientras otro nuevo recluta, Gardner, muere. A su regreso a la base desde el puesto de socorro, Taylor se une a Elias y su círculo de fumadores de marihuana, mientras se mantiene distante de Barnes y sus seguidores más acérrimos. Durante una patrulla posterior, dos soldados mueren por una trampa explosiva y otro por asaltantes invisibles. Ya nerviosos, el pelotón se enoja aún más cuando descubren un alijo de suministros enemigo en una aldea cercana. Barnes interroga agresivamente al jefe de la aldea sobre si los aldeanos han estado ayudando al EVN.

 

Mayormente estamos en medio de la selva con el batallón, donde el enemigo es un ente cuasi-invisible, sentimos la sensación de cansancio, de miedo, de peligro latente. Los soldados son una bomba de relojería a punto de estallar por las diferentes fases por las que pasan, hasta que el afán revanchista todo explota en una aldea de campesinos vietnamitas, tramo brutal por el salvajismo empleado por los soldados, segmento este claramente inspirado en La Matanza de My Lai. Entre 347 y 504 civiles fueron asesinados por soldados estadounidenses. Entre las víctimas había hombres, mujeres, niños y bebés. Algunas de las mujeres fueron violadas en grupo y sus cuerpos mutilados, la mayor masacre de civiles perpetrada por las fuerzas estadounidenses en el siglo XX de la que se tiene público conocimiento. También en la vida real hubo un choque entre el que lideró la matanza, el segundo teniente Calley y el oficial de helicópteros Thompson, que ordenó disparar a su tripulación si continuaba la carnicería. Esta del film no llega a los niveles de My Lai, pero en menor escala si deja patente el grado de violencia malsana, donde cualquier moralidad, cualquier asidero humano se pierde en pos del salvajismo más atávico, liderados por el sargento Barnes (con cicatrices que le hacen ver como el monstruo que es) en su brutalidad asesina, y con ello entendemos porque los norteamericanos no tuvieron nunca las simpatías de las zonas rurales en esta guerra. Pero Stone también ofrece un halo de esperanza cuando muestra que hay un sargento, Elias, que si demuestra tener conciencia moral y colisiona con los métodos de Barnes. Este duelo de razones llega a su zenit en otro entente contra el enemigo, que dará origen a la escena mítica del film. Son el Bien vs el Mal, la Brújula Moral contra el Instinto Básico de matar y preguntar después.

 

Todo un desarrollo donde Taylor se encuentra en medio de las dos visiones de la Guerra. El muchacho se irá curtiendo conforme avanzan las semanas, encuentra refugio en el grupo de Elias, fumando marihuana con ellos para huir de la dura realidad. Y ello surtido por diálogos inteligentes sobre la guerra, sobre las motivaciones de unos y otros, siendo el leit-motive la reflexión final desde el helicóptero. Todo en un crescendo gradual muy bien llevado por Stone, con gesto sutiles, sorbe todo en las miradas que en silencio dicen mucho, que desemboca en un clímax apoteósico donde la barbarie macro de la guerra se entrecruza con lo micro del animal emergiendo del protagonista en su pugna contra el mal, pero sobre todo contra sí mismo.  

 

Una inmersión fascinante en este lar perdido de la mano de Dios. Gracias en parte a la gran puesta en escena que nos imbuye del pesaroso estado de ánimo reinante en estos bosques monzónicos. Con un sobresaliente diseño de producción de Bruno Rubeo (“Nacido el 4 de Julio” o “El mercader de Venezia”), filmándose la cinta en Filipinas, en sus selvas, todo un prodigio de sensación de estar allí; azuzado esto por la formidable cinematografía del tri-oscarizado Robert Richardson (“JFK”, “El Aviador” y “La invención de Hugo”), sabiendo ser cámara en mano uno más entre el pelotón, haciéndonos sentir el sopor, jugando con lo velado de la semioscuridad, provocando sensaciones en como confiere un halo fantasmagórico a los norvietnamitas, ello adornado por algunos recursos un tanto artificiosos en algún slow para enfatizar emociones dramáticas, gran trabajo cutáneo; pero sobre todo es omnipresente la banda sonora del maestro galo Georges Delerue (“El desprecio” o “El Conformista”) que dirige a la “The Vancouver Symphony Orchestra” para ejecutar la mejor pieza de la banda sonora, el “Adagio for strings” de Samuel Barber, un epicúreo tema que en comunión con la historia se te opone el vello de punta en varias ocasiones, el contraste cuasi místico del tema entrelazado al carácter salvaje de la violencia a la que asistimos.

 

Charlie Sheen borda su papel, puede que su mejor actuación en cine, transmite todo un arco de desarrollo acompañado de emociones que nos llegan en su dualidad de protagonista y narrador, desde la desorientación inicial, al veterano ajado del rush final, buen rol; Willem Dafoe es estupendo como el sargento Elias, es la luz en la oscuridad, camina entre la fina línea entre ser un chacal en primera línea, buscando enemigos en los famoso túneles vietnamitas, y no volverse un loco asesino. Su rol tiene en su escena final un icono del Séptimo Arte (spoiler); Y está el tercer vértice de es te triángulo sobre el que pivota el joven, el veterano sgto. Barnes, encarnado por un arrollador Tom Berenger, con su rostro marcado por heridas le dotan de una dureza adusta, con un nervio y crudeza que lo convierten en un guerrero desalmado dispuesto a todo, la personificación de la perdida de cualquier moralidad en la guerra, brillante su interpretación; Entre el resto del elenco se hace un hueco Kevin Dillon (hermano de Matt Dillon; actor que se hizo un lugar en los corazones catódicos en los 2000 con su ‘Johnny Drama’ de la popular serie de la HBO “Entourage”), como un joven aprendiz de sgto. Barnes, un psicópata que disfruta matando, muy bueno.

 

Spoiler:

 

Momentos recordables: El tiroteo primero nocturno en medio de la selva; La masacre del pelotón en el poblado rural vietnamita; Pero sobre todo queda la secuencia en que el pelotón se retira en helicópteros de una zona de combate por la llegada de los norvietnamitas, y desde el aire vemos a estos perseguir cual hordas al sargento Elias, que Barnes decía haber visto muerto. Escena a cámara lenta para potenciar el dramatismo teatral, ello flanqueado por el sempiterno tema del Adagio para cuerda de Barber (0pus 11), siendo acribillado ante la impotencia de sus compañeros huyendo, de rodillas y lanzando sus brazos en alto, Épico. Aunque hay un par de elementos que me hacen torcer el ceño. El primero es que, si Barnes ha encontrado a Elias muerto, sui deber de compañero es haberlo recogido para ser enviado a USA. Y segundo, es que, si los helicópteros en su huida ven a un compañero asediado por cientos de enemigos, sui deber es intentar ayudarlo, y en el peor de los casos recoger el cadáver por orgullo y no dejarlo allí.

 

Es muy bueno el rush final con la batalla en la noche, una carnicería de enfrentamientos cuerpo a cuerpo, van cayendo muertos todos los del pelotón. Hassta que se da orden a la aviación que disparen contra sus propias posiciones, provocando el Apocalipsis en el campo de batalla. Hay una elipsis y ya es de día, el panorama es de decenas y decenas de cadáveres esparcidos por la selva. Taylor, que quedó inconsciente tras el bombardeo se recupera, toma un rifle enemigo y encuentra a Barnes arrastrándose lentamente por el suelo. Barnes le ordena que llame a un médico, Taylor no responde. Después de desafiar a Taylor a matarlo, Barnes le dispara varias veces hasta matarlo. Vemos a Francis (Corey Glover, soldado que ansiaba salir de Vietnam como fuera) que se apuñala en la pierna y le recuerda a Taylor que, como han sido heridos dos veces, pueden regresar a casa. Mientras un helicóptero se lleva a los dos hombres, Taylor se despide de Rhah. Sargento (Francesco Quinn). O'Neil (John C. McGinley), lacayo de Barnes que se escondió debajo de un cadáver durante la batalla, recibe el mando del resto del pelotón. Abrumado, Taylor rompe a sollozar mientras mira fijamente los múltiples cráteres llenos de cadáveres y narra cómo la guerra lo ha cambiado para siempre, en off oímos como Taylor piensa que el verdadero enemigo está dentro de cada uno y que la guerra nunca lo abandonará, mensaje del film.

 

Refugiados vietnamitas que vivían en Filipinas en ese momento fueron reclutados para actuar en diferentes papeles vietnamitas en la película. Stone hace un cameo como comandante del 3.º Batallón, 22.º de Infantería en la batalla final, se basó en la histórica Batalla del Día de Año Nuevo de 1968 en la que había participado mientras estaba de servicio en Vietnam del Sur. Dale Dye, interpretó al Capitán Harris, el comandante de la Compañía B, es un veterano de la Guerra de Vietnam del Cuerpo de Marines de los EE. UU. que también se desempeñó como asesor técnico de la película.

 

El rodaje de exteriores comenzó en la isla de Luzón en Filipinas en febrero de 1986, Las escenas se rodaron en Mount Makiling, Laguna (provincia) (para las escenas del bosque), Cavite (para las escenas del río y del pueblo) y la base aérea de Villamor cerca de Manila. aunque la producción casi fue cancelada debido a la agitación política en el país, a causa del entonces presidente Ferdinand Marcos . Con la ayuda del conocido productor asiático Mark Hill, el rodaje comenzó, según lo previsto, dos días después de que Marcos huyera del país. El rodaje comenzó en febrero y duró 54 días y costó 6,5 millones de dólares. La producción llegó a un acuerdo con el ejército filipino para el uso de equipo militar.

 

A su llegada a Filipinas, el elenco fue enviado a un curso de entrenamiento intensivo, durante el cual tuvieron que cavar trincheras y fueron sometidos a marchas forzadas y "emboscadas" nocturnas, en las que se utilizaron explosiones con efectos especiales. Dirigido por el veterano de la guerra de Vietnam Dale Dye , el entrenamiento sometió a los actores principales, incluidos Sheen, Dafoe, Depp y Whitaker, a un régimen de entrenamiento inmersivo de estilo militar de 30 días. Limitaron la cantidad de comida y agua que podían beber y comer y, cuando los actores dormían, dispararon balas de fogueo para mantener despiertos a los cansados ​​actores. Dye también tuvo un pequeño papel como el Capitán Harris. Stone dijo que estaba tratando de doblegarlos, "meterse con sus cabezas para que pudiéramos cansar a ese perro, que no les importe la actitud, la ira, la irritación... el acercamiento casual a la muerte".

 

Fue un éxito de taquilla tras su estreno, recaudando 138,5 millones de dólares a nivel nacional frente a su presupuesto de 6 millones de dólares, convirtiéndose en la tercera película nacional más taquillera de 1986. En 1998, el American Film Institute colocó a Platoon en el puesto 83 en su encuesta " 100 años de AFI... 100 películas". En 2019, la película fue seleccionada para su conservación en el Registro Nacional de Películas de los Estados Unidos por la Biblioteca del Congreso por ser "cultural, histórica o estéticamente significativa".

 

La música de la película fue de George Delerue. La música utilizada en la película incluye Adagio for Strings de Samuel Barber, "White Rabbit" de Jefferson Airplane y "Okie from Muskogee" de Merle Haggard (lo cual es un anacronismo, ya que la película está ambientada en 1967, pero la canción de Haggard fue no publicado hasta 1969). Durante una escena en "Underworld", los soldados cantan "The Tracks of My Tears" de Smokey Robinson y The Miracles , que también apareció en el avance de la película. La banda sonora incluye "Groovin'" de The Rascals y "(Sittin' On) The Dock of the Bay" de Otis Redding.

 

Notable film bélico anti-bélico, la fina línea entre un concepto y otro es muy difusa. Gloria Ucrania!!!

 

SUCEDIÓ UNA NOCHE 

Cautivadora comedia romántica, todo un clásico atemporal, que no pierde frescura a pesar de los 90 años desde su estreno, precisamente la he (re) visto por este motivo (18/02/1934), plagada de elementos pícaros propios de estar realizada antes de la instauración del Código de Censura Hays, que añaden salsa a una divertida historia de lucha de sexos. Dirigida y coproducida por Frank Capra, adaptando el ingenioso y chispeante  guión de Robert Riskin (colaborador habitual capriano: el año anterior había escrito para él “Dama por un día”, y posteriormente “El secreto de vivir”, “Vive como quieras”, y “Horizontes perdidos”), se basa en el cuento de 1933 "Night Bus" de Samuel Hopkins Adams, teniendo de cabecera a una brillante pareja en Claudette Colbert como snob caprichosa hija de un millonario, y Clark Gable como un reportero en horas bajas que encuentra un filón en la dama de la socialité, versando la historia en estilo road-movie sobre un viaje por USA que por azar les une desde el sur floridano a Nueva York.

 

La heredera mimada Ellen "Ellie" Andrews (Colbert) se ha fugado con el piloto y cazafortunas King Westley (poco más que un cameo de Jameson Thomas) en contra de los deseos de su padre extremadamente rico, Alexander Andrews (Walter Connolly), quien quiere anular el matrimonio porque sabe que Westley en realidad sólo está interesado en el dinero de Ellie. Ellie abandona el barco en Florida y se escapa y sube a un autobús Greyhound a la ciudad de Nueva York para reunirse con su marido. Conoce a su compañero de viaje Peter Warne (Gable), un periodista que recientemente perdió su trabajo. Pronto, Peter la reconoce y le da una opción. Si ella le da una exclusiva sobre su historia, él la ayudará a reunirse con Westley. Si no, le dirá a su padre dónde está. Ellie acepta ayudar.

 

Obra maravillosa de la que han bebido desde entonces muchas comedias, homenajeando-plagiando sus escenas más populares, desde la jocosa descripción del reportero sobre los tres métodos infalibles de Peter de hacer auto stop, la respuesta de ella a la forma efectiva de parar un coche (la transgresora latente sexualidad imperante en el film), como se mantienen separadas dos camas en una habitación con un no matrimonio (“Las Murallas de Jericó”), como él le muestra con narrativa como se desviste un hombre (tuvo que ser la monda para el espectador de entonces el striptease del famoso galán) como la forma en que el protagonista ‘acojona’ a un ‘listillo’ pasajero (estupendo Oscar Shapeley) que pretende sacar tajada de una recompensa, la lección sobre cómo se come un buñuelo con leche, la improvisada discusión de matrimonio de paletos para despistar a unos detectives, la forma en que cruza la parejita un rio (mención especial a como el reportero ‘castiga’ a ella), todo el running gag de comer zanahorias (soy muy retorcido, o esto tiene un doble sentido tirando a lo fálico?), momentos esto que quedan para siempre en el subconsciente cinéfilo.

 

Habiendo un gran equilibrio entre la comedia y mostrar la entonces reinante Gran Depresión USA, donde Capra no solo no la elude, muestra una secuencia en que el protagonista saluda con entusiasmo a unos vagabundos que viajan en un tren de mercancías, se sirve de ella para mostrar el espíritu indomable de la sociedad norteamericana, mostrándooslos como gente alegre que hace frente a la adversidad con optimismo, como lo demuestra la canción popular que cantan en el bus los pasajeros a coro, o la solidaridad reinante cuando una mujer hambrienta es ayudada con dinero. Todo ello con un desarrollo trepidante, con ritmo fluido, con diálogos inteligentes, mordaces, corrosivos, con situaciones agudamente hiladas para provocar al espectador, ello evolucionando emitiendo alegría de vivir. Primando mantras caprianos sobre la libertad individual, la solidaridad, la loa de las clases necesitadas, el ataque al hedonismo de los ricos, ello con solidez narrativa.

 

La película juega con sinergia la batalla de sexos, poniendo virtudes y falencias en cada lado de la balanza, donde la mujer no es un ente pasivo mujer- florero, despliega carácter, tiene ideas buenas, tiene inventiva, sabe improvisar, es solidaria, se rebela ante las injusticias, se rebela ante quien quiere controlarla, y frente a ella un hombre ingenioso, valiente, habla de compartir su vida con una mujer, no de que sea su mansa ama de casa. Entre los dos intérpretes surge una química extraordinaria, de esas que traspasan la pantalla con su vigor. Colbert con su frágil figura derrocha ternura y encanto, así como sabe proyectar picardía, también un gradual arco de desarrollo de amor por su partenaire compañero de viaje; Gable, pues es Gable, un macho Alpha arrollado con su encanto natural, con una expresividad sutil maravillosa; Entre ambos hay chispas vigorosas que nos llegan. 

 

Tiene buenos actuaciones de apoyo, como Walter Connolly como Alexander Andrews, el padre millonario de Ellie, emite la arrogancia de un tipo omnipotente en su dinero; el siempre efectivo Alan Hale como Danker, un conductor simpático que recoge a la pareja; Charles C. Wilson como Joe Gordon, editor de un periódico y jefe de Peter, se hace un lugar en unas pocas escenas.

 

Entre lo negativo está su apresurado rush final, que da la impresión Clark Gable se le acabó el contrato de préstamo a la Columbia cedido por la Metro y ya no pudieron sacarlo más, esto provoca grima por la forma chusca en que nos quieren hacer ver que está cuando es evidente que no. No es un final satisfactorio. Hay otro detalle políticamente incorrecto, pero esto es debido al contexto de hace 90 años, pero no por ello es menos chirriante en su machismo paternalista, ello, que no se había dado en el resto del metraje se da y hace torcer el gesto, cuando el padre de Ellie le pregunta a Peter si realmente la ama, él responde: "Lo que ella necesita es un chico que la golpee una vez al día, le venga bien o no", y el padre queda encantado con esta visión de violencia machista hacia su retoña (¿?).

  

La puesta en escena destaca por ofrecer un mosaico naturalista de la USA de la Gran Depresión, por lo que destaca la dirección artística del no acreditado Stephen Goosson (“La Dama de Shanghái” u “Horizontes perdidos”), emitiendo un gran sentido humanista en como sentimos la realidad ambiental, con sus estaciones de bus, bares de carretera, moteles, granjas, oficinas de prensa, e incluso la naturaleza de bosques y ríos; ello enaltecido por la vigorosa fotografía en glorioso b/n de Joseph Walker (“La Dama de Shanghái” o “Que bello es vivir”), colaborador habitual de Capra en los 30 y 40, con contrastes de grises dramáticos, con descriptivos travellings, con sentido bucólico inherentes a alguna tomas, como la del rio con el sol pegando fuerte, siendo cálida en el interior del bus. Transmitiendo compañerismo vitalista entre los pasajeros; Sobre la música destacan dos canciones tradicionales: "The Man On The Flying Trapeze" (cantada a coro en el bus, en un jolgorioso interludio) y "Who's Afraid Of The Big Bad Wolf" (canta Gable).

 

Spoiler:

 

Escena catarsis: En el último motel, una vez los dos acostados con Las Murallas de Jericó de por medio, Peter admite su sueño de estar en una isla desierta con una mujer para experimentar "noches en las que tú, la luna y el agua se vuelven uno, y sientes que eres parte de algo grande y maravilloso". Es en ese momento cuando Ellie rodea Las Murallas. Al principio, el plano medio parece bastante normal desde la perspectiva de Peter. Luego pasa a un primer plano filtrado suavemente, lo que sugiere que Peter ahora ve a Ellie como interés amoroso. Ella se acerca a él con lágrimas en los ojos. “Llévame contigo”, solloza, declarando su amor. Pero él la envía de regreso al otro lado del muro.

 

Los dueños del Motel en el que se hospedan notan que el auto de Peter ya no está (se ha ido de madrugada a Nueva York a pedir dinero prestado a su ex jefe por la historia que ha vivido con Ellie). Esto me es estridente, pues a que viene esas prisas de é? Para que necesita plata tan rápidamente? Como si debiera algo. Porque no le deja una nota a Ellie por sis e despierta? Esta parte queda regularmente trabajada orgánicamente. La echan a Ellie del Motel, ella creyendo la abandonado Peter llama su padre, que ya accedido a que se case con Westley, ella por despecho a Peter lo hará. Peter ha tenido éxito en su visita a su ex jefe, pero cuando vuelve se cruza con Ellie que va en el gran auto de su padre, uy él piensa que ella lo ha abandonado. El día de la boda, finalmente le cuenta toda la historia a su padre. Cuando Peter llega a la casa de Ellie, Andrews le ofrece el dinero de la recompensa, pero Peter insiste le paguen sólo sus gastos, 39,60 dólares por artículos que se había visto obligado a vender para comprar gasolina. Cuando Andrews presiona a Peter para que le explique su extraño comportamiento y le exige saber si la ama, Peter primero intenta esquivar las preguntas, pero luego admite que ama a Ellie y se marcha furioso. Westley llega a su boda en un autogiro, pero en la ceremonia, Andrews le revela a su hija Peter la negativa de su hija Peter a recibir el dinero de la recompensa y le dice que su auto está esperando en la puerta trasera en caso de que cambie de opinión. En el último minuto, justo antes de decir "Sí, quiero", decide no seguir adelante con la boda. Ellie deja a Westley en el altar, sale corriendo hacia su auto y se aleja mientras las cámaras del noticiero encienden. Dejando constancia de la libertad y carácter de una mujer que hace lo que quiere. Unos días más tarde, Andrews está trabajando en su escritorio cuando Westley lo llama para decirle que aceptará el acuerdo financiero y no impugnará la anulación. Su asistente ejecutivo le trae un telegrama de Peter: "Qué está retrasando la anulación, lento? Los Muros de Jericó se están derrumbando!". Con la anulación en la mano, Andrews envía la respuesta: "Déjenlos caer". La última escena muestra el maltratado Modelo T (robado a Danker ¿?), estacionado en un patio de automóviles en Glen Falls- Michigan. Los dueños de la familia hablan y se preguntan por qué, en una noche tan cálida, los recién casados ​​(había visto la licencia de matrimonio) querían un tendedero, una manta extra y la trompeta de hojalata que él les había comprado. Mientras miran la cabaña, la trompeta de juguete suena una fanfarria, la manta cae al suelo y las luces de la cabaña se apagan. Pues bien, tras hablar Peter con Alexander Andrews ya no vuelve a salir más en pantalla. No vemos el reencuentro entre la pareja, nos hurtan el momento, solo debemos intuir que están dentro de la habitación del Motel, esto me cruje.

 

Fue la primera de sólo tres películas (junto con Alguien voló sobre el nido del cuco y El silencio de los corderos) en ganar los cinco premios principales de la Academia: Mejor Película, Mejor Director, Mejor Actor, Mejor Actriz y Mejor Adaptación. Guión. En 1993, la Biblioteca del Congreso la seleccionó para su conservación en el Registro Nacional de Películas de EE. UU., por considerarse "cultural, histórica o estéticamente significativa".

 

Me queda una notable película de las que deja una sonrisa agradable por tiempo. Gloria Ucrania!!!

 

CARGO 200.


Perturbador film ruso dirigido y guionizado por Alekséi Balabánov, un thriller agrio, con toques malsanos de humor que te dejan mal cuerpo, un retrato putrefacto de la sociedad soviética cuando se cernía ya el colapso que provocó la llegada al poder de Gorbachov y su Perestroika. La acción se desarrolla durante la culminación de la guerra soviética en Afganistán en 1984. El título alude al número de muertos de esta guerra que cargaba un avión militar. Los desembarcaban de 200 en 200 y se calcula que la URSS tuvo alrededor de 15 mil bajas metidas en ataúdes de zinc en esa guerra considerada El Vietnam soviético, maravillosa en este sentido la escena en que vemos llegar los ataúdes y en estos mismos aviones se montan los jóvenes que van al matadero centroasiático. Es un lienzo desolador de una sociedad enferma de corrupción, un descenso a lo peor de la naturaleza humana, un desarrollo con trazos al cine de terror, donde hay cabida para los abusos de poder, asesinatos, violaciones, ejecuciones, secuestros, todo ello de la forma más brutal, para un sub mundo poblado por seres patéticos, miserables, dementes, seres presos de lo peor de sus bajos instintos. Obra que te deja mal cuerpo, te provoca incomodidad en sus situaciones aberrantes muchísimas de ellas.

 

Asistimos al derrumbe del monolítico régimen soviético ser miembro preminente del Partido Comunista ya carecía del poder de antaño. Los jóvenes, los políticos, la policía, la justicia (lo del juicio farsa sumarísimo, y como se ejecuta la sentencia es aberrante), el ejército estaban ‘sembrados’ de podredumbre moral. Ser parte del apparatchik ya no rentaba, los jóvenes ya no tenían de referentes a estos (lo veían como parte de la decoración chic, como demuestra la camiseta del joven Valera), veían el vellocino de oro en los negocios espurios (las destilerías clandestinas o el tráfico ilegal de pieles; las mafias floreciendo en Rusia), y estos serán más tarde los oligarcas de hoy día.

 

Artemy (Leonid Grómov), profesor de ateísmo científico en la Universidad Estatal de Leningrado, visita a su hermano en un pueblo pequeño. Allí conoce a Valery (Leonid Bichevin), un joven que está saliendo con su sobrina y ha venido a llevarla a una fiesta. En el camino de vuelta de Léninsk a Leningrado, el automóvil de Artemy se descompone y entra en una granja aislada para obtener ayuda. Artemy habla con el dueño de la granja, Alexey (Alekséi Serebryakov). Los dos beben alcohol casero y discuten sobre la fe en Dios y la retribución de los pecados, el profesor que defiende la cosmovisión ateísta soviética. Artemy también se encuentra con la esposa de Alexey, Antonina (Natalya Akímova), así como Sunka (Mijaíl Skryabin), un trabajador vietnamita que trabaja en la granja, que parece ser prácticamente un esclavo personal de Alexey, y un tercer extraño que no se explica en el momento. El trabajador de Sunka (cróitrivcca a como incluso en el ‘paraíso’ del proletariado comunista había racismo, pues a este hombre lo tiene semi-esclavizado, al menos eso parece), finalmente arregla el automóvil de Artemy y el profesor conduce. Como está demasiado ebrio, prefiere volver con su hermano. Mientras tanto, Valery va a una fiesta solo, ya que su novia (la sobrina de Artemy) necesita estudiar. En el concierto, Valery conoce a otra amiga estudiante de su nombre, Angelika (Ágniya Kuznetsova), hija de un alto funcionario del Partido Comunista, y beben juntos. Después de la fiesta, en busca de más alcohol, Valery conduce con ella a una granja de moonshiners, que resulta ser la misma granja que Artemy había visitado antes. Valery le dice a Angelika que se quede en el auto mientras él toma el alcohol. Sin embargo, en lugar de regresar directamente al automóvil, se emborracha sin sentido con el alcohol ilegal, Alexey. Angelika, esperando en el auto, se da cuenta de que está siendo observada por un hombre extraño. Ella se asusta y trata de obtener ayuda de Antonina, que le da a la niña una escopeta y la esconde en un granero. El extraño, que resulta ser un oficial de policía, el Capitán Zhúrov (Alekséi Poluyán), entra al establo y le quita el arma.

 

Película de una sordidez seca, que muestra la grieta generacional entre la vieja guardia bolchevique y los advenedizos jóvenes, estos se mueven por el estilo de vida occidental (estadounidense), su vestimenta, las discotecas, la música rock frente al folk tradicional ruso. En este sentido es aleccionador el inicio, donde dos hermanos de mediana edad, uno coronel del ejército, el otro profesor de ateísmo científico en una universidad marxista leninista, comen lo que ha llevado el segundo, discutiendo sobre la actitud irrespetuosa de los jóvenes. Ven llegar a la hija del coronel con su novio Valera, este viste con jeans y chupa de cuero, el militar comenta que gana más que el en sus trapicheos, luego vemos al jovenzuelo melenudo hablar con displicencia a estos mayores del apparatchik.

 

Es un film donde el hilo conductor es disperso, solo parece interesado Balabanov en mostrarnos una radiografía ácida y maloliente de este tiempo y lugar como epítome de toda la URSS, proyectarnos un estado de ánimo edificado sobre el feísmo, en el marco de la crisis de referentes morales soviética, un reflejo de la decadencia de un Imperio que se autodestruye. Nos pasean, gracias a la climática fotografía de Aleksandr Simonov (“Paraíso” o “El cartero de las noches blancas”) por paisajes ocres-macilentos para hacernos sentir en los 80, exteriores donde nunca se ve el sol, solo cielos grisáceos, interiores con poca luz, ello en el mugriento cuasi ruinoso escenario de la ciudad industrial de Leninsk, edificios colmenas asquerosos, cochambrosos, con el horizonte de fábricas, autos antiguos que se estropean, discotecas clandestinas en naves abandonadas de paredes desconchadas, donde nadie quiere hacerse cargo de los féretros de los caídos por la URSS en Afganistán. Los jóvenes queman sus penas en alcohol prohibido.  

 

Un juego perverso donde se interconectan los dos mencionados apparatchik, un advenedizo joven oportunista y cobarde, un corrupto policía secuestrador y violador, una infortunada joven, un pobre vietnamita, un traficante de vodka ilegal, una madre atolondrada por los programas de tv (seguramente el director pretende criticar este opio del pueblo con programas atontadores), y hasta un cadáver heroico que en un giro perturbador se convierte en un pelele con ínfulas necrófilas. Y con ello lanzando un torpedo contra el patriotismo ruso, es desolador este tramo en que sacan al muerto en la guerra de su ataúd como si fuera una lata de sardinas y ver como lo tiran junto a una mujer violada es de los momentos que te hacen incomodar y removerte.

 

Hay incluso lugar para que se diserte sobre la existencia o no de Dios, ello en un debate extraño (es decir poco) entre un profesor de ateísmo que se emborracha con vodka, y el traficante de alcohol ilegal creyente que limpia su escopeta, este sueña con crear una comunidad granjera utópica, mostrando en el choque de ideas la grieta existente en Rusia entre las ciudades más manipulables por el estado soviético frente a la ruralidad más hermética y tradicionalista con su fe religiosa arraigada.

 

Balabánov construye un film adusto plagado, edificando una tensión y violencia latente que termina explotando en varios crueles escenas. Epítome de esto es el tramo en la cabaña de los ‘vodkaleros’. Como por casualidad (esta licencia es complicado de otorgársela en como juega el azar de modo singular como poco) primero llega allí el mencionado profesor de ateísmo. Pero también llega el novio de su sobrina a comprar vodka ilegal, dejando muestras del alcoholismo innato de los rusos, esto primero lo exponen en una escena de humor negro cuando el joven alardea de como se bebe vodka como un hombre y conforme lo hace cae desvanecido por el vodka al suelo. Lo malo es que el joven llevaba en su auto a una chica, la hija de un alto mandatario político ruso, esta aterrorizada por ser acosada en el coche por un tipo va pedir ayuda a la granja, allí su pareja está en el suelo desmayado. Una mujer la ‘ayuda’ dándole ‘refugio’, pero la cosa termina de forma, primero asesina y luego con una violación aterradora con una botella. Donde la joven se muestra como muy idiota, no sé si es que el director pretende nos provoque risa la secuencia, pero lo que me provoca es una mueca de irritabilidad.

 

El director decide dejar su film in media res, da un final nada complaciente, pienso que no por no saber acabarlo, si no por querer decirnos que no hay esperanza.

 

Aleksey Poluyan como el capitán Zhurov es impresionante, aterrador en el modo flemático en que se comporta, amenazante sin armar ruido, te crees el dominio que tiene sobre la joven; Leonid Gromov comoe l profesor ateísta está muy bien en su patetismo, reflejando el precisamente la alegoría de un régimen que viraba según el viento que venía; Leonid Bichevin como el advenedizo Valera borda su rol de símbolo de los emergentes vividores que buscan oportunidades en este mar revuelto, y que en su cobardía calla saber la verdad de la desaparición de Angelika; Agniya Kuznetsova como la joven Angelika vejada y violada, estremece lo que padece, emite una fragilidad que te cala, excelente. En realidad, hay quien la puede ver como que ella es Rusia, una hermosa joven en flor de la vida abusada por la corrupción, moral más extrema, a la que incluso le llevan sus héroes para ridiculizarlos.

 

Spoiler:

 

Momentos recordables: La violación con la botella de vodka a una Angelika virgen; Cuando ponen el cuerpo sin vida del novio de Angelika junto a la joven desnuda y esposada; El tipo que le ha ayudado al secuestrador a llevar el cuerpo del novio le deja violar a la joven y mientras lo hace, fuera de campo (la cámara observa a la demente madre del raptador viendo la tv), le pega un tiro que oímos, luego vemos el cuerpo desangrado junto a la joven y también el féretro del novio, ello mientras el Zhurov lee las cartas del novio (que ha conseguido con arteros métodos) a ella mientras esta solloza. Menuda escena retorcida, donde decir que te deja mal cuerpo es quedarse muy corto; Aparte queda el proceder de Zhurov y las charlas con su madre sobre la chica secuestrada, al que el raptador llama novia y comenta a la madre que no le quiere (¿?), esto quizás pretendiendo que nos provoque risa (¿?); Está el juicio a Alexei, un teatrillo burdo, y como acaba todo con un disparo en un pasillo en la nuca; El rush final en que Antonina, esposa de Alexei , desentierra una escopeta, va a visitar a Zhurov con ella, y mientras este lleva  las cartas a Angelika lo sorprende y dispara, matándolo y dejando una escena propia del Averno, gritando a una desnuda Angelika rodeada y esposada con tres cadáveres, y en la habitación e al lado una atolondrada vieja viendo la tv, espeluznante es quedarse a varios pueblos; Vemos al profesor de ateísmo en el final, ingresar en una iglesia pidiendo ser bautizado, aunque esto no es de donde viene y porque (¿?). Entiendo el mensaje del viraje de Rusia, pero no porque lo hace Artemy; Valery (que escapó ileso de todo el asunto y sin que nadie sepa que él sepa nada), se muestra discutiendo propuestas comerciales con un amigo suyo (el hijo de Artemy, eslavo). Los dos están entusiasmados con la cantidad de dinero que se puede hacer en el país en desintegración.

 

Me queda una cinta malsana, que imperfecta, con taras evidentes en un guion artificioso, pero que en sus metáforas cala, con un retrato agrio de la Rusia que venía. Gloria Ucrania!!!

 

 


LADY SNOWBLOOD.

Entretenido y por momentos bello film japonés adscrito al género jidaigeki (películas de época en Japón; transcurren en el período Tokugawa o período Edo entre 1600-1868). Dirige Toshiya Fujita, con guión de Norio Osada (colaborador casual de Fukasaku, “Bajo la bandera del Sol naciente” o “Nihon boryoku-dan: Kumicho”), basándose en la serie de manga homónima de Kazuo Koike y Kazuo Kamimura, cuenta la historia de Yuki, mujer que busca venganza contra tres de las personas que violaron a su madre y mataron a su esposo. Siendo protagonizada por la famosa cantante entonces en el País del Sol Naciente, Meiko Kaji.  La narrativa de la película está contada fuera de orden cronológico, saltando entre eventos presentes y pasados. Además de Kaji, el reparto de la película incluye a Toshio Kurosawa, Masaaki Daimonm, Miyoko Akaza y Kō Nishimura.

 

El director exhibe gran sentido estético-sensorial por lo pictórico gracias a la miscelánea entre el excelente diseño de producción de Kazuo Satsuya (“Hausu”) y la cinematografía de Masaki Tamura (“Moe no Suzaku”), jugando con elementos naturales como la nieve, el mar rompiendo contra la playa o rocas, el viento azuzando los cuerpos el humo, o las flores, contrastando en ello la belleza con el salvajismo atávico. También en este sentido hay incluso un tramo de narrar acontecimientos con dibujos, en (entiendo yo) homenaje al anime. Film de bella factura visual destacando sus escenas sobre el manto de nieve, donde el rojo de la sangre contrasta de forma cruda, o la turbadora ejecución en la playa, vista desde las alturas, cual Ojo de Dios. Ello adornado por el tema que abre y cierra el film, "Shura no hana" interpretado por la propia Meiko Kaji (protagonista).

 

Film que cobró fama cuando Tarantino dijo le sirvió de inspiración para su bilogía “Kill Bill”, habiendo muchas similitudes, como es una mujer embarcada en una espiral de venganza contra varias personas, sus métodos para ello son de artes marciales con katana, la narrativa es fracturada en su no linealidad, tenemos un duro aprendizaje con una especie de monje con barba blanca, hay escenas de lucha en la nieve, como un duelo clímax en “Kill Bill”, incluso QT tomó el tema principal, “The Flower of Carnage”, cantado por la propia Meiko Kaji, como tema de su heroína La Novia. Aunque esto de la influencia en “Kill Bill”, también lo había leído de dos films más, como el francés “La novia vestía de negro” (1968) protagonizado por Jeanne Moreau y del western inglés “Ana Caulder” (1971), liderado por la vengadora Raquel Welch.

 

En 1874, una mujer llamada Sayo (Miyoko Akaza) da a luz a una niña en una prisión de mujeres. Sayo nombra a la niña Yuki (Mayumi Maemura) por ver la nieve afuera y les confía a los reclusos que ayudaron a dar a luz cómo fue brutalmente violada por tres de los cuatro criminales que asesinaron a su esposo Tora y a su hijo Shiro hace un año. Si bien logró matar a puñaladas a su captor Shokei Tokuichi (Takeo Chii) cuando se presentó la oportunidad, fue arrestada y encarcelada de por vida. Luego, Sayo sedujo a muchos guardias de prisión para concebir a Yuki. Debido a dificultades durante el parto, muere poco después de contar su historia. Sus últimas palabras son que la niña sea criada para llevar a cabo la venganza contra los tres verdugos restantes. En Meiji 15 (1882), la niña Yuki se somete a un entrenamiento brutal en la lucha con espada bajo la dirección del sacerdote Dōkai (Kô Nishimura) para convertirse en la encarnación de la ira de su madre. Hay una elipsis, y ahora Yuki (Meiko Kaji), tiene veinte años y es una asesina llamada Shurayuki-hime, que comienza su diáspora vengativa.

 

Una historia cargada de simpleza, estructurada en cuatro capítulos, sin buscar dobles lecturas, directa al mentón, con personajes clichés en los que nunca se ahonda, una historia de venganza, donde la particularidad es que la ejecutora es la hija de la agraviada, que fue engendrada única y exclusivamente para este vengativo motivo. Las peleas son rápidas, sin acrobacias, sin alardes físicos.

 

Aunque pretende en los márgenes criticar (en modo esbozo) la corrupción que sufrió la nación nipona cuando entró en tratos con las potencias extranjeras. Arremete contra la política en la convulsa era post-Tokugawa. La restauración Meiji no trajo para los japoneses la prosperidad que esperaban, asintieron que la infiltración occidental y progresivo saqueo de riquezas del país por parte de la nueva casta burguesa parasitaria y plutocrática. Aquí se muestra como los criminales medraron en este panorama de cambios. Con ello se perdieron valores tradicionales en favor de la decadencia foránea (reflejada en la vestimenta y sobre todo en las armas de fuego). Ambientada en la era Meiji, a finales del siglo XIX, época de gran transición y cambio, los valores tradicionales japoneses chocaron con la creciente influencia e incursión de la cultura occidental, uno de los objetivos de la protagonista es un traficante de armas que pretende vender armamento moderno al Imperio, en este sentido es muy alegórica una secuencia de muerte en que uno de los malos cae ensangrentado deslizándose sobre las banderas de Japón y USA.

 

Tiene un enervador inicio el film, cuando vemos en una mugrienta prisión de Tokyo dar a luz un bebe en condiciones insalubres, la madre va a morir por el parto, no sin antes aleccionar a las compañeras de celda sobre que futuro debe tener el bebé, ser la vengadora de los males que la madre ha sufrido. Tras lo que aparece el título bañado en rojo sangre. Tras lo que nos adentramos en una odisea desmitificadora de las vendettas, una cruel travesía descarnada en el dolor, paseándonos por un japón desesperanzado. Comenzando su huida hacia adelante la vengadora por poderes en una hermosa visualmente escena sobre la nieve, cuando la protagonista se cruza con varios hombres que llevan un rickshaw con un hombre en él, Shibayama. Ella no les deja pasar y los portadores deciden acabar con ella y sacan sus katanas, y entonces vemos el gadget que ella lleva para su espada, el mango de un bonito paraguas japonés, ejemplo de su carácter contradictorio, acabando secamente ella con ellos, sin grandes alaracas coreográficas, secamente y rápido les asesta letales tajos, y también entonces vemos otra de las marcas del film, el híper realismo de que con los cortes brota la sangre cual geiser de los cuerpos, cañones de hemoglobina cual volcanes, en realidad algo muy propio de esa era nipona en el cine chambara.

 

Tras ello seguiremos las andanzas de esta anti-heroína de modo fragmentario cronológicamente, pasamos a su niñez en su adiestramiento para ser una gran luchadora, para luego pasar a las tres venganzas que le quedan, Takemura, Kitahama y Tsukamoto (Eiji Okada). Ello desarrollado de modo fluido, con encuentros tangenciales a la misión principal, como el encuentro de la protagonista con el grupo de pedigüeños organizados jerárquicamente criminal; el que tiene con Kobue (Yoshiko Nakada), hija de una de sus potenciales víctimas, Takemura Banzō (Noboru Nakaya). Esta parte parece un film sintetizado en sí aparte por su tono de melodrama con sabor a Mizoguchi; o el que acontece con el reportero Ryūrei Ashio (Toshio Kurosawa), que pretende narrar sus ‘aventuras’ en un periódico para atraer a uno de los objetivos; Añadiendo estas sub tramas sustancia a la historia. Todo sin caer en sensiblerías, todo directo y seco en su objetivo de entretener al espectador.

 

Tenemos también las raíces de todo, relatándonos de donde viene el afán vengativo de la madre, narrado con gran sentido de la historia de Japón, con unos estafadores surgidos de una nueva ley imperial, que deriva en un brutal asesinato (por el color de vestimenta ¿?) y posterior violación de la madre. Esto se encadena con el plan maquiavélico de la misma de engendrar una hija entre rejas, para ello se convierte en una gata en celo permanente.

 

Todo desembocando en un rush final con claro sentido de ataque a las alianzas extrajeras de Japón, pues el escenario de sangre y muerte será un baile de amistad entre Japón-USA, ello en una nación menos de 30 años atrás fue ocupada por la nación norteamericana después de hacer caer las dos bombas H. Una especie de juego de matrioshkas el último objetivo, con máscaras a lo Misión Imposible, con espejos secretos, y con la aparición de para muchos tradicionalistas japoneses de la representación de los males de occidente, una pistola (había ya aparecido en otra escena anterior), dando un enfrentamiento padre-hijo, para acabar la cinta en una vigorosa escena sobre la nieve, con una coda nada acomodaticia (Spoiler), dejando un grato sabor de boca cinéfilo.

 

La gran protagonista es la hermosa Meiko Kaji como la vengadora Yuki, ataviada con un kimono y pertrechada de una sombrilla púrpura con mango-katana, su dualidad de dulce ‘geisha’ se transforma cuando saca la espada. Ofece una buena actuación como la fría vengadora, exhibiendo vacío interior, no es más que eso, sin fondo, siemptre hac ia el siguiente objetivo. La cantante y actriz Meiko Kaji, célebre en la época por su rol de mujer rebelde e inconformista que lograra gracias a las sagas de "Stray Cat Rock" y "Joshu Sasori", presta su preciosa voz (para el mítico tema principal).

 

Spoiler:

 

Momentos recordables (aparte de los ya mencionados): En la casa de apuestas, Banzo es pillado haciendo trampas. Yuki intercede para salvarlo del castigo al que los yakuza van a someterlo (porque quiere ser ella quien lo mate). Banzo es un despojo humano, para el cual el mayor castigo sería en realidad seguir viviendo. No obstante, Yuki lo ultima con su katana a la orilla del mar, y las olas se tragan el cadáver tiñéndose de sangre. Visto el asesinato en una dramática toma cenital; Okono (Sanae Nakahara) envía hombres a secuestrar a Ashio, amenazándolo con torturarlo para saber la ubicación de Yuki, Ashio se niega a decírselo. Yuki entra en la propiedad de Okono y mata a varios de sus hombres mientras lo persigue. Yuki y Ryūrei encuentran el cuerpo moribundo de Okono ahorcada en una habitación, se ha suicidado para no ser matada por Yuki. Al escuchar los últimos latidos del corazón de Okono, Yuki la corta por la mitad; Ashio le dice a Yuki que Gishirō es su padre y que había fingido su muerte cuando se enteró de la misión de Yuki. Encuentra a Gishirō en un baile de máscaras y mata a un hombre (con un máscara) que actúa como su señuelo. Ashio y Yuki encuentran y siguen al verdadero Gishirō, quien le dispara a Ashio. Herido, Ashio lucha con Gishirō y le impide dispararle a Yuki mientras ella se balancea sobre una lámpara entre los balcones. Yuki apuñala a Ashio en el pecho de Gishirō. Luego le corta el cuello a Gishirō mientras él le dispara. Cae por una barandilla y cae a la planta baja llena de invitados. Yuki, herida, sale a trompicones donde es apuñalada por Kobue (a su padre lo mató Yuki en su espiral vengativa) que la estaba esperando, quien ha estado persiguiendo a Yuki todo este tiempo en su propia búsqueda para vengar el asesinato de su padre. Yuki logra escapar, sólo para colapsar sobre la nieve, aparentemente muerta. Sin embargo, a la mañana siguiente abre los ojos.

 

Muy entretenido film de acción chambara, cumple sin más pretensión que hacerte pasar un rato ameno. Gloria Ucrania!!!

 

El éxito del film dio lugar a una secuela, “Love Song of Vengeance” (1974).

domingo, 3 de marzo de 2024

 


La Gran Prueba.

Deliciosa dramedia, que aun con sus defectillos (sobre todo en su atrompicado tramo final), deja un grato sabor de boca cinéfilo en la enternecedora radiografía de una familia. Produce y dirige el perfeccionista William Wyler, adaptando el guión del (miembro de la execrable por del pérfido senador McCarthy) Black List (no le dieron crédito oficial hasta 1996) Michael Wilson basado libremente en la novela de 1945 “The Friendly Persuasion” de Jessamyn West, contando la historia de una familia cuáquera en el sur de Indiana durante la Guerra Civil USA y la forma en que la guerra pone a prueba sus creencias pacifistas.

 

Protagonizada por un excelente Gary Cooper como el patriarca, derrochando carisma, humanidad, sentimientos encontrados, fabuloso en la química que tiene con su partenaire; Dorothy McGuire como la dura matriarca de armas tomar, que demuestra grietas en sus convicciones, maravillosa; Anthony Perkins como el voluble hijo preso de su conciencia, en su segundo papel en cine está espléndido trasluciendo todo un maremoto interno de dudas; Richard Eyer bordando es poco su rol de benjamín familiar en disputa con la ganso Samantha, una presencia que apabulla con su naturalidad; Phyllis Love como la hija enamorada de un soldado, desprende candidez pura en su amor, trémula en su carrera; o Robert Middleton como el amigo familiar en competencia dominical con sus calesas y equinos, con una brillante cómica compenetración con Cooper.

 

Un lienzo cargado de frescura de una prole fundamentalista religiosa en colisión con las tentaciones ‘pecaminosas’ que la rodean, tu radical fe vs los placeres de la vida, poniendo en ristre sus convicciones morales, que a veces deben torcerse para compaginarlas con lo mundano. Todo ello Wyler sin faltar el respeto a los cuáqueros, mostrando su costumbrismo, llamándome la atención que una mujer sea especie de sacerdote de su religión, su modus vivendi pacifista, su particular forma de expresión (esto solo se percibe en versión original y si sobre todo sabes ingles).

 

Relato ambientado en el condado de Jennings, Indiana, en 1862. Jess Birdwell (Gary Cooper) es un granjero y patriarca de la familia Birdwell cuya religión cuáquera entra en conflicto con su amor por los placeres mundanos de la música y las carreras de caballos. La esposa de Jess, Eliza, (Dorothy McGuire), ministra cuáquera, es profundamente religiosa y firme en su negativa a participar en la violencia. La hija de Jess, Mattie (Phyllis Love), quiere seguir siendo cuáquera, pero se ha enamorado del apuesto oficial de caballería Gard Jordan (Peter Mark Richman), amor que va en contra de los deseos de su madre. El hijo menor de Jess, "Little" Jess (Richard Eyer), es un niño con una divertida y cómica enemistad con el ganso mascota de su madre. El hijo mayor de Jess, Josh (Anthony Perkins), se debate entre su odio a la violencia y la convicción de que para proteger a su familia debe unirse a la guardia local y luchar contra los invasores. Enoch (Joel Fluellen), un esclavo fugitivo, trabaja en su granja; sus hijos todavía están esclavizados en el Sur. 

 

Wyler nos regala un prodigio de inicio en la presentación de la familia Birdwell, todo ello imbuido de un cálido humor que hace que empatices con ellos, con lo que provoca nos importe lo que les pase. Estamos en domingo, primero vemos al pequeño Jess jr. en la granja en pugna jocosa con Samantha (el ganso en una actuación de mérito), como este ataca bélicamente al chico, y cuando aparece la matriarca el animal se comporta inteligentemente de modo manso. El matrimonio Birdwell se dirige en calesa a la reunión dominical cuáquera, y por el camino tenemos una delirante carrera de Jess contra su amigo (un metodista que va a su iglesia) Sam Jordan (Robert Middleton), el rostro de Gary Cooper haciendo ver que no compite, cuando se nota miente, es descacharrante. Tenemos la reunión de la comunidad cuáquera en silencio, mientras Wyler hace ingeniosos cortes a la Iglesia Metodista donde cantan alegremente, contrastando el jolgorio con el ascetismo cuáquero. Hasta que varios cuáqueros pronuncian loas a la vida, dando gracias pro diferentes parabienes (cual concurso de Misses). Pero este remanso de paz es socavado por la irrupción de un oficial militar yanki que pretende remover las pacifistas conciencias cuáqueras para que se unan al ejército de la Unión los hombres, haciéndonos ver que tras este bucólico panorama pastoral está cerca el Jinete del Apocalipsis de la Guerra. Varios cuáqueros se muestran inflexibles en su No a la Guerra, mientras el hijo Birdwell, Josh, se muestra dubitativo, siendo este el eje por el que se moverá el film en el rush final. Tras ello, la película vuelve a su tono de comedia costumbrista.

 

Con un tramo chistoso en la feria del condado, donde habrá varios conflictos entre las tentaciones placenteras del mundo contra el radicalismo cuáquero, donde la juez es la adusta matriarca. Tenemos a Mattie enamorada de un soldado, romance no del gusto de la madre, que en la feria acaba bailando felizmente con su amor en un escenario, ello en una aguda secuencia vemos a la (inquisitorial) madre observando mientras mueve los pies siguiendo el ritmo (las debilidades del cuerpo son ingobernables!); Josh disfruta de una competencia de lucha libre, acaba con una trifulca entre unos abusones frente a la mansedumbre cuáquera (seguro el guionista de “Único testigo” bebió de ella para una clásica escena de su libreto); Y por otro lado el patriarca queda maravillado por como suena un harmonio, y acaba comprándolo (lo que derivará en un conmovedor tramo tras una batalla de voluntades con su esposa), tras disfrutar con el comprador y su amigo Jordan de sus melodías; Hay una muy graciosa visita de Jess y Josh a una familia para venderles semillas, esta proel solo compuesta por mujeres sedientas de hombres (¿?), al final el que hace negocio son ellas vendiéndole a la yegua Lady (¿?); Hay un trémulo tramo cuando el amado de Mattie la visita y la ofende por haberla espiado, acaba en una carrera de la que se pone el vello de punta (y no me considero fácil de emocionar) en como transmiten el amor puro; Y este clima idealizado se ve bruscamente cortado por una imagen hábil de fondo, una estruendosa columna de humo en el horizonte como presagio del Mal. Tras lo que Josh llega narrando lo que ha visto, los rescoldos calcinados de la guerra, los horrores de los muertos y la destrucción. Alterado por lo visto, Josh decide que debe unirse a la milicia que defienda sus tierras del invasor sudista, lo que provocará la colisión con la guardiana de las esencias cuáqueras que es su madre, purista que incluso le dice que luchar contra cualquiera es luchar contra ella.

 

Este conflicto entre el pacifismo cuáquero puesto frente a la amenaza violenta a tu familia, se convierte en el leit-motive emocional del film. Y termina siendo la tara de la historia, pues es muy ambiguo el tratamiento de la disyuntiva entre la conciencia individual y tu sumisión a una idea de fe, no termina de decantarse y se queda en tierra de nadie, y para ello incluso hace trampas al solitario para no tener que proponer dramatismo final que nos posicione en un lado u otro, acaba en este sentido muy blandito para quizás no ofender. Cuando debería haber sido el despertar de la inocencia de un joven, un relato iniciático sobre la nueva generación mejorada, se queda no queriendo ahondar. El enfrentamiento entre fe pacifista y sui hay motivos excepcionales para romperla, no termina de definirse y se me queda plúmbeo esto.

 

Lo que prima es la maestría de Wyler en su dominio del ritmo, hace que más dos horas se te pasen sin darte cuenta, sabiendo atraparte con esta familia, filmado con elegancia, creando vínculos afectivos con los Birdwell por la humanidad que transmiten, Y es que eso es sobre todo el film, un fresco humanista (con sus taras) estupendo. Sobre todo por lo bien que entrelaza el drama, el romanticismo y el humor de modo sinérgico formidable. Moviéndose por el fino hilo del humor y no demonizar una religión. Ejemplo es el sensacional tramo en que van a visitar a los Birdwell unos ancianos guardianes de las esencias cuáqueras, Mattie se esconde con su amor en el ático con el harmonio, se ponen a tocarlo, y se oye abajo, para ‘esconder’ el sonido Jess se pone a lanzar loas bíblicas en voz alta. Lo que es tomado por los ministros religiosos con regocijo. Estos se marchan, Jess y Eliza escuchan como tocan Mattie y su novio, ella escandalizada por ese aparato del demonio vanidoso. Pero lo peor es cuando este ya no se oye, entonces Eliza se pregunta que hacen (¿?), todos sabemos que pasa, se besan, y Jess decide que él también lo hará con Eliza, entonces son ‘pillados’ por Mattie que se escandaliza por la muestra efusiva de amor, sintiéndose ruborizada Eliza. Todo un prodigio de manejo de los tiempos de Wyler, habiendo varias escenas más de estas maravillosas, como la reconciliación en el granero de Jess y Eliza.

 

Con una fenomenal puesta en escena. Sobresaliendo la cinematografía de Elsworth Fredericks (“La invasión de los ultracuerpos” o “Siete días de mayo”), componiendo tomas de una gran beldad, cuadros de valor dramático que cala; Esto adornado por la grácil música del ruso Dimitri Tiomkin (“Solo ante el peligro” o “Gigante”), que eleva el valor emocional de muchas escenas.

 

Spoiler:

 

Tramos recordables (aparte delos ya mencionados): Tras comprar Jess un harmonio sin el consentimiento de su mujer, ella le espeta que o ella o el harmonio en la casa, y Jess entra el harmonio en casa, provocando que Eliza se destierre al granero. Tras acostaerse los hijos, Jess coge una manta para acompañar a su esposa en el granero. Allí vemos como ella a dado calor al lugar poniendo una rosa sobre un tonel. Vemos a Jess tumbarse en el heno. Hay una elipsis, y ya es por la mañana, y vemos al matrimonio volver abrazados al hogar con sus mantas, mientras Jess le pregunta pícaramente a Eliza si podrían volver alguna vez al granero, dejando entrever la noche de sexo que han tenido. Tras lo que el amigo Jordan llega a la granja, este pretende le enseñe su nueva adquisición de yegua Lady. Jordan ve indicios de lo que ha pasado por la noche en la rosa del tonel y en las briznas de paja en la camisa de Jess partiéndose de risa. Homérico; Maravilloso como Jordan defiende a su amigo Jess de los ataques de un cuáquero que lo acusa de egoísta por no querer luchar en la guerra, Jordan arremete contra la hipocresía del atacante; Como capea Eliza la irrupción de un grupo de soldados confederados al hogar, ofreciéndoles de comer en su hogar y que cojan lo que quieran del granero. Estos aceptan sin hacer daño a ella, su hija y benjamín, pues Josh y Jess han ido a la batalla. Acaba con Eliza golpeando violentamente con una escoba a un sudista que pretendía estrangular al ganso Samantha, haciéndonos ver que las convicciones morales  buenistas implosionan ante la dura realidad de brutalidad, cuando se ataca lo que quieres. Pues bien, este tramo me resulta artificioso y torticero en su mensaje, pues si lo que se debe hacer sin luchar, es dar lo que posees en bien de tu físico es aberrante, pues además ello no implica que te dejen en paz estos salvajes, un chantajista abusón se retroalimenta de tu miedo para aumentar la apuesta. Y es que además es un insulto a la inteligencia, que entre el grupo de desarrapados sudistas ninguno haga por abusar sexualmente la joven hija o la atractiva madre, no me lo creo, muy aséptico esto. Que hubiera hecho Eliza si hubieran intentado violar a Mattie? Darle con la escoba? Y si lo hubieran intentado con ella misma? Pero al final todo me ha sido muy esponjoso en que la única violencia es que quieran matar a un ganso, venga ya!; El tramo de la milicia escondida a la espera de los sudistas, y como cuando llega el invasor Josh se acobarda y esconde, mientras el que tiene al lado dispara, pero alguien de los confederados le balea matándolo, haciendo que Josh reaccione cogiendo el fusil para disparar al enemigo, haciéndolo mientras llora; Tenemos el rush final en que la familia se dispone a ir a su reunión dominical, por el niño Jess se entera del altercado de Eliza con la escoba y el sudista, por lo que este hace la broma de coger la escoba a modo de rifle ante el paso de Eliza.

 

Jessamyn West pasó un año en la producción como escritora y asesora técnica (acreditada). Su novela cubría un lapso de cuarenta años de la historia de la familia Birdwell y esencialmente no tenía trama, por lo que para que la película fuera efectiva, organizó las secuencias seleccionadas para filmar en torno a la viñeta de la novela de la Guerra Civil (alterándola significativamente para lograr una acción dramática) y comprimió el conjunto en un solo año, 1862, utilizando la guerra como argumento central del conflicto. Creó nuevos personajes (principalmente los Jordan) para reemplazar a otros que tuvieron que ser eliminados, y escribió por completo a Laban, el segundo hijo mayor de la novela, sustituyendo a un nuevo personaje, el amigo de Josh, Caleb Cope (John Smith), como un sustituto de dos escenas. El personaje Mattie era una combinación de las dos hijas Birdwell supervivientes de la novela. Wyler quería que su hermano, el productor asociado Robert Wyler y la autora Jessamyn West recibieran el crédito por reescribir el guión (incluido también a Wilson), pero la WGA dictaminó que Wilson merecía el crédito exclusivo por su guión.

 

Ronald Reagan regaló la película al líder soviético Mikhail Gorbachev, simbolizando la búsqueda de soluciones pacíficas a los conflictos; El lugar de rodaje de la película se trasladó del sur de Indiana a una combinación de un estudio de Republic y una finca del Valle de San Fernando.

 

Llama poderosamente la atención lo que ocurrió en el Festival de Cine de Cannes de ese 1956, y es que ganó el gran premio este film llamado aquí “La Gran Prueba”, es un buen film, pero que se impusiera rivales obras maestras como “El séptimo sello” de Ingmar Bergman, “Don Quijote” de Grigori Kozintsev, “Las noches de Cabiria” de Federico Fellini  o “Un condenado a muerte se ha escapado” de Robert Bresson, parece, con la perspectiva del tiempo un mal chiste, y no es denigrar a la ganadora, es que las referidas son cumbres del Séptimo Arte y esta está escalones por debajo, siendo por momentos cautivadora. Gloria Ucrania!!!