lunes, 30 de enero de 2023

 


PARIS, BAJOS FONDOS.


Notable thriller francés que me he visto con motivo de que hace poco se cumplió el 70 aniversario del estreno (13/03/1952), de los que cala por su poderío emocional, trazando una tragedia con personajes muy buen definidos en sus virtudes y debilidades. Dirige Jacques Becker, adaptando el guion propio junto a Jacques Campanéez, y Anee Wademant, basándose libremente en una historia real, el triángulo amoroso en el lumpen del Ciudad de la Luz, entre la prostituta Amélie Élie, el ex convicto carpintero Georges Manda y el líder de una banda de ladrones Felix Leca, que fue objeto de muchos reportajes periodísticos sensacionalistas durante 1902, aquí respectivamente ella encarnada por una esplendorosa Simone Signoret, y a ellos dan vida al hierático carpintero Serge Reggiani, y al líder de una banda de ladrones Claude Dauphin, inspirándose Becker en grabados antiguos para la escenificación, a traves de ellos se hace una radiografía del amor, de la fuerza del destino, de la integridad, de la amistad, de los celos enfermizos, todo ello adornado por una estupenda ambientación Belle Époque.

 

Confronta la historia el idealismo bucólico de lo rural con lo mundano y alienante de las urbes, esto remarcado por ese preciosista e impresionista (me falta el color) comienzo en la campiña gala, con un paseo en barca por un tranquilo rio, y un baile en un café campestre al aire libre, embebido esto del pictorismo propio del film de Jean Renoir “Una jornada de campo” (1936), no en vano Becker fue ayudante de Renoir en 8 películas, y también está en el tramo en que los amantes se refugian en una casita de campo, la granja de la Sra. Eugene, donde parece el tiempo se haya parado para ellos, la vemos a ella jugar con un adormilado Manda junto a  la orilla del rio, los vemos despertarse tras una noche de amor entre sábanas virginales blancas (por suerte en Francia no hubo Codigo Hayes de censura), como él le trae un café caliente a su amada que le pasa por la ventana, con el campo de fondo evocador de placidez, Marie en un paseo por el pueblo lleva a Georges a una iglesia para espiar una ceremonia de boda, todo muy lírico, es un Oasis antes del tramo final envuelto en una caída constante de sacrificios, traiciones, celos, y venganza. Esto enfrentado al sub mundo del crimen, traiciones, asesinatos, que acontece en la ciudad cual nido de decadencia.

 

Tiene un pastoril a la par que ágil muestra de exposición de caracteres de roles en el arranque, con ese paseo en barcas por el tranquilo rio en un soleado día campestre de varias personas remando y cantando animadamente. Al descender notamos los roces entre una de las parejas, Marie y Roland (William Sabatier), ella ha remado mientras y él ha mirado, y de ello se queja ella (otras mujeres se hacen señas que la cosa no va bien entre ellos).  Descienden y pasan a la terraza de un merendero, en una mesa una mujer se queja a su esposo (supongo) de que dejen que hay fulanas por todas partes). Un par de v carpinteros termina un escenario, tras lo que una banda de música se pone a tocar, varias parejas bailan, traspirando alegría la atmósfera. Uno de los carpinteros es Manda (Reggiani), un lacónico tipo muy amigo de uno de ellos (pasaron cinco años juntos en el correccional, nunca sabremos porque), Raymond (Raymond Bussières), Marie mientras baila con Roland cruza su mirada con Manda, tras lo que Raymond lleva a su amigo a presentar al grupo, Roland hace burla de la profesión de carpintero, pero Marie le pregunta que, si sabe bailar, este se levanta y danzan en círculos, él con el brazo tieso sin tocarla colgando, ambos se miran. En la mesa todos miran a Roland que se siente humillado. Cuando vuelven a  la mesa Roland le hace una jugarreta a Manda y este responde con un golpe seco que lo deja ko y se marcha, pero antes de irse Marie va a despedirse de él, la cámara la enfoca de modo luminoso. Ella vuelve a la mesa y Roland la abofetea. En poco más de 10 minutos se han descrito los personajes (excepto Leca, que lo hará a continuación), mediante sus comportamientos.

 

En esta primera sobre todo dando rienda a la singular relación entre Marie y Manda, en base sobre todo a las miradas, los gestos, las medias sonrisas, relación escasa en palabras donde es ella la que manda (juego de palabras), la que lleva la voz cantante, la que lo escoge a él, la que le coge la mano (antes justificando su visita al taller de carpintería con un ‘Quería verte’), la que le da el primer beso. Marie (el título original “Casque d'Or”, viene de su apodo por su casco dorado de cabello) es una mujer segura de sí misma, necesita alguien que la quiera como es, que no vea en ella a un objeto a maltratar, y lo encuentra en Georges Manda. Basada en las "gigolettes", mujeres que engatusaban a hombres a callejones oscuros, quienes luego son golpeados y robados por los cómplices masculinos de la mujer que acechan tras ella. La actriz francesa de origen germano Simone Signoret encarna a la meretriz con un encanto y fulgor sobresaliente, desprende sensualidad voluptuosa, la cámara la envuelve con luz resplandeciente cual ángel rubio, dispuesta a todo por el amor, hasta dar su cuerpo por salvar a quien ama. Tras su coraza sabe traslucir las grietas de su ajada existencia, una estupenda femme fatale, de las que lleva al fatalismo irremediable, cual lección moralista de si te juntas con mujeres de mala fama tiene consecuencias, en esto me chirría.

 

Este es un tipo serio, que encuentra la ilusión en Marie (aunque su intrahistoria con la hija de su jefe está mal manejada, dejada en el alero sin exprimir ni mínimamente), que la ve con ojos iluminados. Tipo noble, íntegro, no busca peleas, pero tampoco las rehúye. Tiene un estricto código moral de amistad, lo demuestra con Raymond, y al igual que el amor se expresa mucho mediante cruce de miradas, ejemplo tácito es la que se dan en la comisaria y ya se han dicho todo. Serge Reggiani da vida al protagonista con sutilidad en su parca expresividad, siempre adusto en su pose, solo deja entrever sus sentimientos en las miradas a Marie, notable interpretación.

 

Elementos de un amor entre un ex convicto, una prostituta que estaba con un macarrilla, y que a su vez desea el jefe de la banda, un coctel que produce un crescendo dramático con giros bien llevados, con garra e intensidad que cala,  con esa muy realista pelea a navaja en el patio del restaurant, sin coreografía de filigranas, un forcejeo a ver quién aguanta más, dura, tensa, brutal en su desenlace; donde la manipulación artera del retorcido Leca es la constante, todo para desembocar en un rush final muy bien llevado; Becker también sabe introducir notas de humor como cuando uno de los hombres de Leca aduce para no llevar sombrero que no le queda bien y hace la prueba con uno de un colega, o cuando van Marie y Georges a la Iglesia a ver la boda, Georges se huele la indirecta y pide salir de allí.

 

Claude Dauphin da vida a un villano matizado, que nunca va de cara, se cree un maestro de marionetas manejando los hilos de los demás a la sombra, sabe imprimirle esa seguridad del que todo lo puede, hasta que en el tramo final se da cuenta que ha ido demasiado lejos; Raymond Bussieres como el fiel amigo de Georges crea a un tipo pétreo, fuerte, genuino, muy bueno en la química natural que tiene con Reggiani; William Sabatier como Roland, crea con tino al fatuo machista y fanfarrón Roland, le infunde su arrogancia y misoginia posesiva.

 

La puesta en escena resulta buena en su cometido de trasladarnos un estado de ánimo del lugar y tiempo. Con un formidable diseño de producción de Jean d'Eaubonne (“La Ronda”), exponiendo en su dualidad dos mundos opuestos, el puro del campo, con sus ríos, prados, granjas, frente a la gran urbe decadente con sus bajos fondos, pisos deprimentes, restaurantes mugrientos, patios traseros donde hay peleas a muerte, carruajes, con el añadido de un pomposo vestuario, sobre todo el femenino, creado por Mayo (“Los niños del paraíso”), con sus frufrús de faldas, sus plumas; Todo esto filtrado por la gran fotografía en glorioso b/n de Robert Lefebvre (“Cena de acusados”), que adora y ensalza la belleza de la Signoret con primeros planos deslumbrantes en como la ilumina de forma especial, incluso diría que le pone filtros para crear un halo de beldad más pronunciada, se añaden tomas generales preciosistas, como saca partido a los cafés llenos de humo de cigarros.

 

Spoiler:

 

Rush final: Cuando Leca se es requerido por Marie para le ayude a sacar a Manda de prisión, este le dice que depende ella, dejando sutilmente claro que se refiere a que se entregue a él, entonces vemos un primer plano de ella tristemente llorando, el ríe con media mueca y la lanza a la cama, hay una elipsis pero ya sabemos que pasa, volvemos con ellos y Marie (tras haber consumado) le pide cumpla, y el tipejo le responde que no lo hará ella, le llama cerdo a lo que él responde abofeteándola hasta tirarla al suelo, y sale de la habitación satisfecho de su ‘heroicidad’; Marie cuando son trasladados Manda y Raymond escapan con la ayuda de ella, en una escena algo simplista y forzada, siendo herido mortalmente Raymond; Manda en busca de venganza (sabe por Raymond que Leca le delató para él se entregara y así quedarse con Marie) entra en la casa de Leca, no está, pero buscándolo por las habitaciones encuentra en la alcoba las zapatillas de Marie, y sabe que han estado juntos; Leca por la calle es visto por Manda que le sigue, este lo percata y huye a buscar refugio en una comisaría de policía, preguntando por su amigo Giuliani, del que es confidente, pero no está y llega Georges, con rostro serio, Leca pide ayuda a los polis tras el mostrador, estos no llevan pistola, en la percha hay una de un cinto (muy artificioso), Georges la coge, Leca salta por una ventana a un patio, pero este no tiene salida, Manda le sigue y cierra la ventana, Leca es arrinconado (y nunca mejor dicho), y hay un primer plano de Georges disparando con el rostro iracundo. Los polis abren la ventana y vemos caer muerto a Leca; El epílogo es famoso. Marie en la noche llega junto a uno de los hombres de Leca, parece alquilar una determinada habitación por una razón que le revuelve el estómago. En escenas anteriores, Signoret suele obtener un primer plano de enfoque suave con una iluminación etérea, pero no ahora, en este final despiadadamente sombrío. Marie se asoma a la ventana de la habitación, y da al patio donde hay una guillotina, hay una elipsis y amanece, vemos a un séquito llevar maniatado a Georges a su ejecución, donde hay un sacerdote con un crucifijo frente a su aterrado rostro (crítica a la Iglesia?) y vemos lo colocan en la plataforma verticalmente, la bajan y vemos la cuchilla bajar y el rostro en primer plano de Marie queda paralizado, entonces vemos el bauile del inicio en que se conocieron, solo que ahora en el local vacío, solo ellos dos en el mundo.

 

El rodaje tuvo lugar en los estudios de Billancourt y, para los exteriores, en Annet-sur-Marne, Meaux (el muro de la prisión) y Ménilmontant (en particular, en el 44 de la rue des Cascades para la casa Leca). Parte del rodaje tuvo lugar en el distrito 18 de París, más precisamente en la Rue des Gardes, vemos una carrera en las escaleras exteriores durante unos segundos en la pantalla.

 

La película es objeto de una denuncia por "daño a la memoria de Amélie Elie" presentada por el marido de esta última. La demanda se perdió el 5 de mayo de 1952.

 

Laguna que tenía era este film, y que se ha saldado muy satisfactoriamente con un thriller muy atractivo. Gloria Ucrania!!!

martes, 17 de enero de 2023

 


TODO A LA VEZ EN TODAS PARTES.


Lo primero a decir es que el título de la película hace justicia a lo que vemos. Sugerente comedia alocada, con sus lastres, pero alabable en su valentía de ofrecer algo diferente. Escrita y dirigida por el binomio Daniel Kwan y Daniel Scheinert (conocidos colectivamente como "Daniels") que me ganaron para su causa en su debut en un largometraje con la bizarra a y a la vez enternecedora “Swiss Army Man” (2016), obra de una inventiva delirante, esta vez con la producción de los hermanos Russo (“Vengadores: Endgame”), y esto se nota en la buena puesta en escena, con unos vistosos efectos especiales. En esta su siguiente película han vuelto a dar una vuelta de tuerca a su irreverencia y humor singular absurdo, con un film descacharrante, imaginativo, arriesgado, confuso, trepidante, una de esas cintas que por partes es sensacional pero en conjunto es desequilibrada en muchos aspectos, con una trama centrada en una inmigrante chino-estadounidense (una gran Michelle Yeoh, Kwan y Scheinert comenzaron a escribir el guión de Jackie Chan en 2016, luego reelaboraron el papel principal y se lo ofrecieron a Yeoh) que, mientras es auditada por el IRS , descubre que debe conectarse con versiones de universo paralelo de sí misma para evitar que un ser poderoso destruya el multiverso.


Comienza en modo comedia costumbrista folk asiática. En China, Evelyn Quan Wang (Michelle Yeoh) se enamora de Waymond Wang (Ke Huy Quan) y, en contra de las objeciones de su padre (James Hong), se fuga a los Estados Unidos. La pareja abre una lavandería y tiene una hija, Joy (Stephanie Hsu). Años más tarde, la lavandería está siendo auditada por el IRS. Al mismo tiempo, Waymond está tratando de entregarle los papeles de divorcio a Evelyn, el padre exigente de Evelyn, Gong Gong [a], está de visita para una fiesta de Año Nuevo chino preparada por ella, y Joy quiere que su madre acepte a su novia no china Becky (Tallie Medel), de quien Evelyn habla le miente a Gong Gong. En una reunión conflictiva con la inspectora del IRS Deirdre Beaubeirdre (Jamie Lee Curtis), Alpha-Waymond, una versión de Waymond del "Alfaverso" (y se acaba la comedia costumbrista), se hace cargo brevemente del cuerpo de Waymond. Alpha-Waymond (cuial Morfeo en Matrix)le explica a Evelyn que existen muchos universos paralelos porque cada elección de vida crea un nuevo universo alternativo.

 

Volvemos, al igual que en su primera película a mezclar la comedia surrealista-metafísica con temas más profundos, en este caso sobre el (inabarcable) sentido de la vida, la reconciliación familiar, la superación personal, sobre el aceptar dejar marchar a quien quieres, el choque generacional, sobre saber cuáles son las prioridades de la vida, ello en abracadabrante miscelánea con el humor más disparatado (lo delos luchadores con tapones anales es épico), con escenas de acción de artes marciales, con cruce de mundos fantásticos dominados por un Donut (amenaza con tragarse toda la creación en su vacío infinito cual Ojo de Sauron), nunchakus-riñoneras, gente con dedos enormes sin huesos, hasta personas manejadas cual hacían el ratón de Ratatouille por los pelos (supongo el salto a este multiverso tiene que ver con la manipulación hacia los hombres), pero cambiando al roedor por un mapache (y en el final se fuerza aún más la situación), en el colmo del humor abstracto con protagonismo con dos rocas con sentimientos que oímos en medio del desierto (protagonistas de una escena intertítulos finales). Y ello mayormente en el escenario de un complejo de oficinas donde todo es posible. Pero donde todo al final se reduce al poder del amor.

 

Donde la protagonista pasa a de ser una empresaria de lavandería a una cantante de ópera china, una alumna de kung fu, la estrella protagonista de un remedo de Deseando amar (2001), una piñata antropomórfica y hasta una piedra con sentimientos. Todo esto para ahondar en el nihilismo existencial, con referentes de cine tan claros como “Matrix”, “Spider-Man: Un nuevo universo”, “Tigre y Dragón”, “Terminator”, “Kill Bill”, “2001”, “Ratatouille”, “Deseando amar”, “El señor de los Anillos”, o “Scott Pilgrim contra el mundo”, un coctel iconoclasta muy al estilo desmadrado de Charlie Kaufman combinado al mundo de ‘Rick & Morty’.

 

Los cineastas se notan en ebullición volcánica con todas las ideas que vuelcan en esta película, un aluvión con el que otros habrían aprovechado para otros films, ellos las meten aquí, y eso al final resulta extenuante en su ritmo frenético que no da respiro, imagínate 2 horas y media montado en una montaña rusa, al principio te sientes imbuido de adrenalina pero con el paso de los minutos puede llegar a ser cansino. Es una acumulación que por momentos encandila y en otros tramos abate, con movimientos de cámara nerviosos, una edición de editor Paul Rogers (“No podréis matar a David Arquette”) electrizante que no da tregua. A veces menos, es más, y este puede ser un buen ejemplo, pues el haber metido tijera seguro habría mejorado la solidez de su apresurado y atiborrado metraje, donde hay mucho michelín a liposuccionar, quizás se han venido arriba creyéndose todo era buen para el convento y no es así. Tanto cambio de universo llega a producir confusión, quedando en algunos tramos farragosa. No ayuda la alta velocidad si freno de la propuesta, una vez tomamos cuesta abajo ya no hay parón, todo es efecto bola de nieve donde cuanto más avanzamos más corte y más multiversos se añaden: Propio del axioma de abarcar demasiado, apretar poco, y es que se podría haber contado lo mismo, haber dejado el mensaje pro-familia que se quiere poner en mucho menos de 140 minutos. Y encima de este excesivo metraje los personajes resultan un tanto clichés poco profundizados. Tampoc ayuda un final demasiado edulcorado, previsible a la par que almibarado.

 

La Evelyn que conocemos resulta que está viviendo el peor de sus multiversos, sus otros yo alternativos tienen una mejor y más exitosa existencia, cual si las decisiones de las otras alter egos hubieran tomado mejores decisiones que ella. En uno de los multiversos es una gran estrella de acción de Hong Kong (transfigurándose en metacine al ser claramente un remedo de la Yeoh real), en otro es gran en cantante de ópera, en otra es chef de estilo teppanyaki.

 

La cinta es un caudal de elementos chistosos descacharrantes, algunos tan desconvcedrtanytes como ese final a los 85 minutos, pareciendo los créditos de sopetón y quedándote en medio-shock, y luego vemos son un trampantoljo de metacine. También es significativa la forma en que se puede saltar entre multiversos, realizando algo estadísticamente improbable, como comerse un lápiz labial, ponerse los zapatos en los pies equivocados, o empalarse por sálvese la parte los Premios al Empleado del Mes del Servicio de Impuestos Internos con forma sospechosa un juguete de sex-shop, esto último provocando una de las más desopilantes secuencias vistas en los últimos y tiempos, con esos guardias peleando seriamente contra la protagonista con esta cosa colgando (pixelada graciosamente) de sus bajos, un hito de lo escatológico.

 

En las interpretaciones cabe poner en letras mayúsculas a una gran Michelle Yeoh, la actriz malaya de origen chino es sensacional en la forma que emite emociones, en una poderosa y empática expresividad, con un arco emocional que nos llega, estremeciendo por momentos en su relación con su marido e hija, conmoviendo  como deja relucir sus grietas, amén de estar a sus resplandecientes 60 años colosal en las escenas de acción. Interpretación que ya le ha generado el Globo de Oro y seguramente este en la terna al Oscar; Todo un soplo de aire fresco es volver a ver en pantalla al niño prodigio vietnamita Jonathan Ken Quan (Tapón y Data, respectivamente en “Indiana Jones en el templo maldito” y “Los Goonies”), retirado de la actuación desde hace 20 años (entre tanto ha sido coreógrafo de escenas de acción para “X-Men” y “El único”), aquí está notable en su complicado rol con varias facetas; Jamie Lee Curis hace de una villana donde se nota se ha divertido mucho haciendo de fea y obesa, le faltan matices, pero deja buena impronta; La joven Stephanie Hsu (vista en la estupenda serie “El maravilloso mundo de la Sra. Maisel”), da bien con otro rol con varios roles; Me ha gustado mucho James Hong como un malo malísimo carismático.

 

La fotografía es de Larkin Seiple (“Swiss Army Man”), se mueve con enorme vigor por las escenas, con tonalidades cromáticas alegres; La música es obra de la banda angelina Son Lux, compusieron ecléctica partitura, no especialmente recordable, lo digo especialmente por que la de “Swiss Army Man” era parte indisoluble de emocional de la trama, una banda sonora de las mejores que recuerdo este siglo; Cuenta con varios músicos destacados, incluidos Mitski, David Byrne, el flautista André 3000, Randy Newman, Moses Sumney, Hajnal Pivnick y Music. Dos canciones, "This Is a Life" con Mitski y Byrne y "Fence" con Sumney. La película presenta varias instancias, tanto en audio como en diálogo, de la canción de Nine Days de 2000 "Absolutely (Story of a Girl)". Cuando Daniels contactó al vocalista de Nine Days, John Hampson, sobre el uso de la canción, Hampson aceptó con entusiasmo grabar tres versiones alternativas de la canción para usar en la película.

 

Este concepto de los Multiversos fue formulado por primera vez en 1895 por William James (psicólogo y unos de los padres del pragmatismo en la filosofía y el funcionalismo en las ciencias), y se ha usado en astrofísica con variaciones tales como “universos paralelos”, “universos cuánticos”, “dimensiones alternas” o “líneas de tiempo alternativas”.

 

Los codirectores Dan Kwan y Daniel Scheinert comenzaron a investigar el concepto de multiverso ya en 2010, después de haber sido expuestos al concepto de realismo modal en el documental “Sherman's March” (1986). Kwan describió el lanzamiento de la película animada “Spider-Man: Into the Spider-Verse” (2018), también trata sobre un concepto multiversal, como "un poco molesto porque pensamos, 'Oh, mierda, todos van a vencer esto en lo que hemos estado trabajando'". También afirmó: "Ver la segunda temporada de Rick and Morty fue realmente doloroso. Yo estaba como, 'Ya han hecho todas las ideas que pensamos que eran originales!' Fue una experiencia realmente frustrante. Así que dejé de ver Rick y Morty mientras escribíamos este proyecto".

 

El universo en el que Evelyn y Joy son rocas fue influenciado por el libro infantil Sylvester and the Magic Pebble (1969) y el videojuego Everything (2017).

 

Ha obtenido 6 nominaciones Globos de Oro, entre ellas Mejor Película - Musical o Comedia y Mejor Director y gana para Yeoh y Quan.

 

Al final todo se reduce a que la protagonista está en crisis con su marido, al que no presta mucho caso, y la tirantez a su relación con su hija. Y los multiversos se pueden ver como que su convulsa mente lucha metafísicamente contra estas situaciones creando buenos y malos, pero todo es demostrar amor por su esposo, y aceptar lo que es su hija.

 

Me queda una película que aun con sus taras me ha resultado estimulante, la rabia es que con recortes habría mejorado y mucho, ejemplo haber extirpado todo lo referente al futuro con ese Donut, o el multiverso de las personas con dedos de enormes salchichas. Pero siempre hay que agradecer obras que quieran salirse de lo normal apostando fuerte. Gloria Ucrania!!!

 

PD. Fabulosa la escena en que la protagonista corre sobre los hombros del chef manejándolo por los pelos.

lunes, 16 de enero de 2023

 


LOS FABELMAN.


Spielberg: 'Esta fue mi forma de traer de vuelta a mi mamá y a mi papá'

Bonita película, con sus altibajos, pero dejando un reguero de momentos especiales de los que se recuerdan. Spielberg (en su 34 largometraje en la dirección) con 75 años se encuentra en el apogeo creativo-prolífico estrenando prácticamente un film por año (el año pasado fue el remake de “West Side Story”), ha realizado su obra más personal e íntima, ha entrado en la moda de los cineastas que se miran el ombligo de sus vidas e intentan utilizar los rodajes como terapia de aceptación y homenaje a su pasado, exorcizando fantasmas y loando las virtudes de su niñez y adolescencia. Algo que ya hicieron directores como Ingmar Bergman en “Fanny y Alexander”, Truffaut en “400 golpes”, Fellini en “Amarcord”, Woody Allen en “Dias de Radio”, o más recientemente Cuaron en “Roma”, Brannagh en “Belfast” o la que para mí más entronca con esta que comento, la de Sorrentino “La mano de Dios”, también está la coetánea (aun no la he visto) de Iñárritu “Bardo”. Film semiautobiográfico (semi por darse la libertad de cambiar aspectos a su antojo dramático, para ello lo de no ponerse el mismo nombre y apellido al protagonista) de los que indagan en el despertar a la madurez donde se pueden elementos de su filmografía a lo largo de las décadas (en varias de sus obras explora a familias desestructuradas, con relaciones paterno-filiales complicadas), y como ha evolucionado su punto de vista ‘spielbergiano’ con respecto a sus padres con películas. Película que Spielberg coescribió (marcó su primera aventura como escritor en una película desde “AI Artificial Intelligence” de 2001); y coprodujo con Tony Kushner (“Múnich” o “Lincoln”), adentrándonos en la historia de Sammy Fabelman, joven que en la primera escena conoce el cine a través de sus padres y con ello despierta su pasión de cineasta que explora cómo el poder de las películas puede ayudarlo a ver la verdad sobre su familia, y con ello va madurando su carácter. Explorando la fascinación del futuro Rey Midas del Cine por el poder de las imágenes, exponiendo como fue creciendo el ingenio visual del protagonista con sus films amateurs (en los que se homenajea a varios géneros de acción desde el de catástrofes, terror [el divertido tramo envolviendo a sus hermanas en papel higiénico cual momias], westerns [por que no ha hecho aún un western Spielberg si su director más admirado es John Ford?], guerra [imposible no ver la conexión en “Escape to Nowhere” con “Salvar al soldado Ryan”), e incluso montajes festivos-domésticos. Pero donde priman los problemas familiares por los roces afectivos entre la muy sentimental madre y su más pragmático padre, también hay lugar para el antisemitismo, el bulyng, y para el despertar sexual.

 

Comienza en la noche del 10 de enero de 1952, en Haddon Township (Nueva Jersey), la pareja judía Mitzi (Michelle Williams) y Burt Fabelman (Paul Dano) llevan a su pequeño hijo Sammy (en esta primera fase Mateo Zoryan Francis-DeFord) a ver su primera película, el niño tiene miedo de entrar, y sus padres le convencen con unos argumentos que son una carta de amor al cine que va dirigida sobre todo al espectador. La película es “The Greatest Show on Earth” (recordada como una de las peores películas en ganar el Oscar a la mejor película, siendo una herejía que no se lo llevara la fordiana “El Hombre Tranquilo”) de Cecile B. DeMile. Deslumbrado por una escena que involucra un choque de trenes, Sammy pide un juego de maquetas para Hanukkah, que choca tarde una noche. Mitzi tiene una conexión especial con su hijo, ella es una bailarina frustrada, una aficionada a tocar el piano, y cree ver en su retoño inquietudes artísticas y le permite filmar otra escena del accidente con la cámara de 8 mm de Burt (puede sonar ‘sacrílego’, pero puede Spielberg conecte los orígenes del cine del clip “Llegada de un tren en la estación de La Ciotat” de los hermanos Lumière de 1896 con la vuelta de tuerca en modo thriller del tren colisionando de modo aparatoso, Spielberg mirándose en el espejo de las raíces del cine). Sammy pronto comienza a filmar regularmente, a veces involucrando a sus hermanas menores Reggie, Natalie y Lisa en sus tomas.

 

La película también puede servir para ese pasatiempo cinéfilo de encontrar referencias al cine de Spielberg, que estaba por llegar, desde cine bélico que nos retrotrae a “Salvar el soldado Ryan”, secuencias de boy scouts en el desierto con efluvios al grandioso prólogo de “Indiana Jones: La última cruzada”, el antisemitismo en el colegio nos recuerda esta lacra que Spielberg proyectó en la magna “La lista de Schindler”,a visita a la playa puede anteceder las visitas al mar de “Jaws”. Pero también se pueden ver la génesis de técnicas mantra del cineasta de Cincinnati como por ejemplo mostrar en zoom la reacción en primer plano de un rostro ante algo extraordinario. Se puede ver cómo era un hombre orquesta de niño editando sus propios films de forma perfeccionista, como inventando técnicas de efectos visuales (bien sean artesanales, como más técnicas como son los destellos de disparos realizados en postproducción pinchando con un alfiler los fotogramas), aprende como puede manipular la realidad con recursos estilísticos y el montaje (ejemplo claro es la edición que hace del día en la playa escolar, Ditch Day, y que con los ángulos de cámara y manejo del tempo provoca emociones en su proyección durante el baile).

 

Asimismo es inevitable ver referencias a otros films famosos, sobre todo en la mejor escena del film cuando Sam hace una edición de una película doméstica y descubre en los márgenes una dura verdad, algo similar ocurre en la aclamada cinta de Michelangelo Antonioni “Blow Up”. Queda también el homenaje que Spielberg hace a dos tipos de cámara pioneras en las filmaciones domésticas, como la Super 8 mm y la Arriflex de 16 mm.

 

Spielberg crea un halo de comprensión en todos los personajes, los hace humanos, en sus defectos y virtudes, aquí no hay buenos o malos, solo seres con sus luces y sus sombras, no carga las tintas sobre el adulterio de la madre, la hace una mujer con sus motivaciones emocionales, manteniendo una cercanía enternecedora con Sammy (preciosas las escenas en que se meten ambos en el armario a ver películas a oscuras. También el padre, que ve el gusto de Sammy por el cine como un pasatiempo pasajero, prefiere se dedique a otra cosa profesionalmente, discute con él por que prefiere su film de aficionado a montar una película familiar, pero aun con esto es un padre cariñoso y atento, preocupado por los problemas familiares.

 

Spielberg demuestra la maestría de los años de cine en muchas fases. Tenemos el hermoso tramo de campamento en el desierto de Arizona, todo con un aire muy bucólico, teniendo su zenit en la hermosa e hipnótica danza nocturna de Mitzi, con camisón y alumbrado lírica y sensualmente por los focos del auto que transparentan su figura, ello filmado por el ‘voyeur’ Sammy con su cámara (mm; Este tramo tiene su trémula contraparte cuando, tras la insistencia de su padre, Sammy edita lo filmado en el campamento. Un estremecedor tramo donde se alternan con vigor dramático dos escenarios en la casa, por un lado está Sammy observando las imágenes, vemos también sus muy expresivas reacciones, y es que tras las rutinarias imágenes descubre algo que lo impacta en varios momentos, y es que su madre y el ‘tío’ Benny (no era familiar suyo, pero por la amistad así lo llamaban) mantiene algo que amistad según lo que escudriña por los bordes de los fotogramas en segundo plano, nota intimidades que sobrepasan la línea sin retorno, los roces, miradas, sonrisas, y hasta abrazos rebelan una dura verdad, Benny es amante de Mitzi, y esto lo vemos in crescendo en varios cortes, hasta que Sammy queda shockeado y cae contra la pared. Todo esto sin palabras solo con el poder de la imagen, y de la música, pues se alterna este infausto descubrimiento del secreto, con que en la sala de la casa la madre toca al piano un melancólico trema clásico, adornando de fondo la secuencia, ello mientras la escucha Burt con pasión, emociónate el que sepamos que este es víctima de la infidelidad de su amada. Hermoso y neurálgico tramo que marca todo el devenir del resto del metraje, donde la familia irá saltando de un hogar a otro, intentando dejar atrás los problemas, fruto principalmente de una madre voluble sentimentalmente, que lucha por equilibrar sus sentimientos entre el amor a su familia o su amor furtivo.

 

En el tramo último saltaremos a una película ochentera para quinceañeros típica de John Hughes, donde el protagonista llega a una escuela secundaria en California y allí es objetivo del bullying por parte de dos cafres típicos con sus chaquetas deportivas de instituto, Logan (buen Sam Rechner, sobre todo en la escena donde echa en cara a Sammy como lo ha reflejado en una grabación; Divertido cuando este le dice a Sammy que no cuenta que ha llorado, Sammy le dice que solo lo hará si hace una película, pero que esto no ocurrirá, con lo que podemos ver tras la cámara la sonrisita pícara de Spielberg precisamente contándolo) y vilipendiar a Chad (inane Oakes Fegley), utilizando como arma para humillar el antisemitismo (aunque tratado esto de forma muy superficial, sin ahondar en ello). También tiene la que puede ser su primera experiencia amorosa (no nos han mostrado otra anterior), en este caso cosa con una ‘gruppi’ cristiana, Monica (correcta Chloe East), donde lo más destacable es como ella lo besa en la cama mientras Sammy, un judío, observa sobre él en la pared un crucifico que parece mirarlos; Esta parte me resulta manida y muy facilona, poco estimulante, solo por el final que se le da con la película que Sammy filma, edita y proyecta en la fiesta escolar. Y que nos hace ver el poder de manipular a las masas del cine.

 

Para todo desembocar en un muy buen rush final, primero con la conmovedora charla de Sammy con su padre Burt, con unas fotos de por medio. Y como colofón ese encuentro entre mitos, el veterano y el que está por llegar, los dos con el ‘horizonte’ como meta. Y coronado con ese grácil epílogo de metacine*.

 

Hay una entrada fulgurante en la cinta, apenas unos minutos antes de la mitad del minutaje. La del tío Boris que viene de visita a los Fabelman. Un tipo mayor que ha trabajado en el cine mudo y en el circo, es una especie de Oráculo griego que viene terminar de abrir los ojos en su vocación a Sammy, lo hace antes de irse a dormir (al suelo, no sin antes romperse la camiseta en señal de luto), lo hace con un apasionado monólogo sobre el poder del arte, ‘Somos adictos!... El arte es nuestra droga… (y también le advierte) El arte te dejará solo’, El arte no es un juego. El arte es como poner la mano en la boca del león’, y le pregunta Sammy si esto es arte, y Boris le responde, ‘No! El arte es que no te muerda’. Todo este volcán que irrumpe en la trama es embestido por un sensacional Judd Hirsch con 87 años demuestra una vitalidad y electricidad envidiables, mientras está en pantalla se roba la película, ello en una escena arrolladora. Esto inspirado en el verdadero tío abuelo del mismo nombre de Spielberg, que al parecer inspiró a este en sus sueños de celuloide.

 

Y hablando de las actuaciones, son de alto nivel en conjunto. Empezaré por una gran Michelle Williams como Mitzi, encarnada con muchos matices, con una gran sensibilidad, con una gran química con el actor que hace de su hijo en la adolescencia, con dilemas morales, débil mentalmente entre seguir a su corazón como mujer o a su sentido de madre, tiene momentos desgarradores, a pesar de ser una mujer adúltera consigue empaticemos con su convulso mundo interior, con escenas tan fulgentes como el baile nocturno, o como la enternecedora de la reconciliación con el hijo tras ver lo rodado por su hijo. Su gran interpretación viene a paliar (en parte) la acusación a Spielberg de que su filmografía es pobre en personajes femeninos (aunque, a bote pronto recuerdo los de “El color púrpura” y “Always”), cosa de la que se ríe en el film, cuando comentan gente que ha visto el film bélico que no hay personaje mujeres. Gran frase la que le dice a su hijo en el rush final: “Haces lo que tu corazón dice que tienes que hacer para no deberle la vida a nadie”; Paul Dano es muy bueno como el cariñoso padre, emite calor humano, generosidad, comprensión, y destila un gran amor por su esposa, hombre que vemos abocado a un callejón si salida con su mujer, lo vemos roto por la incomprensión de lo que le sucede, empatizamos con su sufrimiento, aun no simpatizando con el ‘hobby’ de Sammy, si es capaz de entender. El actor tiene una capacidad expresiva impresionante; Seth Rogen en un papel secundario complicado de cuasi-villano al ser el elemento de discordia paternal, dota de alma a su rol, tenido su grane escena con Sammy cuando le compra una cámara, derrocha humanidad en un regalo que en realidad tiene que ver con su madre; A Sammy le dan vida dos actores, de niño un estupendo Mateo Zoryan Francis-DeFord, derrochando inquietudes que las emiten con su maravillosa luz en los expectantes ojos. De adolescente y con más tiempo en pantalla es Gabriel LaBelle (con un gran parecido físico con su alter ego Spielberg), notable en su actuación, proyectando los cambios en esa etapa tan crucial del crecimiento personal, donde lida con los problemas familiares, con su afición de dirigir cine, con los roces en el instituto, o su primer amor, todo ello emitiendo emociones, ejemplo la escena solo expresiva de cuando encuentra la infidelidad en lo grabado en la acampada; Hay otra centelleante aparición encarnada por David Lynch, de las que dejan huella con solo apenas un par de  minutos en pantalla (no quiero spoilear con su rol), magnífico.  

 

La puesta en escena por supuesto es propia del veterano maestro, destacando el gran trabajo del DP polaco Janusz Kaminski (el cinematógrafo de siempre de Spielberg desde “La lista de Schindler”), crea un halo de estar en ese tiempo y lugar con los tonos pastel con preciosos primeros planos, con detallismo, creando tomas tan lindas como el baile nocturno de Mitzi; La banda sonora es obra de John Williams (el de 29 pelis de Spielberg, cuasi-inseparables en el 50 Aniversario del comienzo de sus colaboraciones ), junto con su estilo orquestal habitual, Williams optó por una partitura basada principalmente en el piano, con Joanne Pearce Martin, pianista principal de la Filarmónica de Los Ángeles, proporcionando los solos de piano, me resulta algo intrusiva, y no es de las mejores del músico neoyorkino, no trasciende. La película también presenta música clásica de origen seleccionada por el propio Spielberg, algunas de las cuales son interpretadas al piano en la película por el personaje de Mitzi Fabelman, de compositores como Friedrich Kuhlau, Muzio Clementi, Johann Sebastian Bach y Joseph Haydn.  Asimismo presenta canciones pop del período de tiempo de la película como "Walk On By" de Dionne Warwick y "Goodbye Cruel World" de James Darren, la última de las cuales se utiliza para acompañar el montaje  secuencia de Sammy Fabelman documentando en una película el Ditch Day de su escuela secundaria.

 

Encuentro que en realidad la historia es algo muy visto, pues si la analizas es la de un joven familiar que se encuentra en medio de un matrimonio de sus padres que se resquebraja hasta separarse, nada nuevo bajo el sol, no hay nada especial u original en el argumento. Solo que Spielberg es este Sammy, pero su vida es la de miles de jóvenes; También hecho en falta que nos hable Spielberg de sus influencias, me falta de dónde le viene la inspiración para su modo de hacer cine, parece venir por combustión espontánea, pues en el cine solo lo vemos al inicio con la mencionada película, y luego con la fordiana “Quien mató a Liberty Balance”, pero no le vemos con dudas con si hacer de un modo u otro una toma, como tampoco lo vemos siquiera viendo tv, me faltan sus influencias; Lo del ‘tío Benny’ me ha resultado metido con calzador, me resulta complicado de creer el padre no viera lo que se intuye, o que era un ‘cornudo’ consentido y no se explica; También le encuentro una duración excesiva para lo que cuenta, lo que cuenta no es capaz de mantener un ritmo equilibrado durante dos horas y media, provocando arritmias en el metraje, y es que Spielberg se nota en este aspecto pretencioso al colocarnos un metraje épico, cuando su vida no es precisamente una Epopeya, más bien, por mucho que él crea otra cosa, normalita. Lo que es extraordinaria es mucha de su filmografía.

 

Spoiler:

 

Rush Final: A la mañana siguiente del baile en el instituto, Sammy y su madre mantienen una enternecedora charla. Ella le anima a no dejar sus sueños (de cine) al igual que ella no puede renunciar Bennie; Al año siguiente, Sammy vive con Burt en Hollywood. Sammy considera abandonar la universidad, pero Burt, aceptando a regañadientes la pasión de su hijo después de ver una fotografía de Mitzi y Bennie juntos, le dice que siga su camino si lo hace feliz. Sammy finalmente recibe una carta de CBS, quienes le ofrecen trabajo en la comedia “Hogan's Heroes”. Sabiendo que Sammy está más interesado en el cine, un ejecutivo de invita a Sammy a conocer al director de cine John Ford, le ofrece a Sammy consejos breves sobre el encuadre del horizonte. Recién fortalecido, Sammy camina por el backlot del estudio mientras la cámara encuadra el horizonte hacia el centro, contrariamente al consejo de Ford, antes de terminar persiguiendo el consejo y volviendo a enmarcar el horizonte en el fondo.

 

Sobre el significado detrás del apellido "Fabelman", Kushner (a quien se le ocurrió ese nombre) dijo: "Spielberg significa montaña de juegos; 'spieler' es un actor en yiddish, y 'spiel' puede ser un discurso o puede ser un jugar ... Quería tener algo de ese significado, y siempre me ha gustado la palabra alemana 'fabel', que significa fábula. Y porque la película es autobiográfica para Steven, pero no es una autobiografía, no es un documental, así que también hay un elemento ficticio. Así que pensé que 'Fabelman' era un guiño a eso".

 

Las joyas que Michelle Williams usó como parte del vestuario de Mitzi Fabelman eran de hecho algunas de Leah Adler, incluido un brazalete con dijes que tenía fotografías de sus cuatro hijos. Según una entrevista que le hizo a la Hollywood Insider en el estreno de TIFF, Julia Butters recibió el anillo de la escuela secundaria de Anne Spielberg para usar mientras interpretaba a Reggie Fabelman.

 

LaBelle no estaba al tanto del casting de David Lynch como John Ford hasta el día en que se filmó la escena que tenía que ver con él. Recordó que una vez que Lynch llegó al plató, le permitió encarnar a Sammy y cómo se sentía, y recordó que "[Lynch es] un gran tipo. Pero antes, Sammy está nervioso, así que me estoy poniendo nervioso". La escena en sí fue escrita para que coincidiera históricamente con la forma en que se desarrolló el encuentro real entre Spielberg y Ford, con el diálogo de este último escrito exactamente palabra por palabra, sobre todo el consejo de Ford a Sammy sobre el encuadre: "Cuando el horizonte en la parte inferior, es interesante. Cuando el horizonte está en la parte superior, es interesante. Cuando el horizonte está en el medio, ¡es aburrido como la mierda! La escena en sí fue recibida positivamente por la crítica y el público y ganó el premio a la Mejor Escena en los Premios de la Asociación de Críticos de Cine St. Louis Gateway de 2022. La última toma de la película, donde la cámara rompe la cuarta pared y vuelve a encuadrar el horizonte en la imagen de Sammy caminando en el estudio, ya estaba en el guión antes de la filmación. Drew Taylor de The Wrapla nombró la mejor toma final del año, diciendo que deja la película con "una nota tan feliz y esperanzadora" y representa metafóricamente la "admisión" de Spielberg de que podría ser el cineasta más venerado en la historia del medio, pero aun así mete la pata y todavía tiene mucho que aprender. El maestro todavía es un estudiante. Es fácil olvidar lo que John Ford te gritó hace tantos años". Matthew Jacobs de The Hollywood Reporter también calificó el momento como uno de los mejores planos finales de la carrera de Spielberg.

 

Spielberg había concebido el proyecto ya en 1999, con su hermana Anne escribiendo un guión titulado I'll Be Home. Tenía reservas sobre explorar la historia de su familia debido a la preocupación de que sus padres resultaran heridos y el proyecto se retrasó durante 20 años. Spielberg revisó el proyecto con el guionista y colaborador frecuente Kushner en 2019 mientras hacían West Side Story, y completó el guión a fines de 2020.

 

Película nombrada una de las diez mejores películas de 2022 por el National Board of Review y el American Film Institute. Sin embargo, la película fue un fracaso de taquilla, recaudando $ 17,3 millones en un presupuesto de $ 40 millones. Recibió 5 nominaciones en los Globos de Oro, ganando Mejor Película - Drama y Mejor Director para Spielberg.

 

Buena película, pero con altibajos, y donde realmente quedan buenas escenas, pero no una historia trascendental. Gloria Ucrania!!!

 

PD. El 23 de junio de 2022, Williams reveló que esta e Indiana Jones and the Dial of Destiny pueden ser las dos últimas películas que compondrá antes de retirarse.

 

PD2. La película está dedicada a los recuerdos de los padres de la vida real de Spielberg, Leah Adler y Arnold Spielberg, murieron en 2017 y 2020, respectivamente.


 

 

lunes, 9 de enero de 2023

 


Bajo la bandera del sol naciente.


Notable muestra de cine antibélico que arraiga y penetra en el espectador por su gran capacidad de atravesar tus entrañas sobre como la Guerra deshumaniza hasta niveles desgarradores. Film japonés que he visto con motivo del 50 aniversario de su estreno (12/03/1972), siendo para mi todo un hallazgo su solidez narrativa, que mediante una estructura episódica consigue ser cohesionada y de calado. Dirige un director al que ya me pongo a escudriñar su filmografía, como es Kinji Fukasaku, se basa en dos de las historias de la colección de cuentos del mismo nombre ganadora del Premio Naoki de Yūki Shōji. Alrededor de 1970-1971, Fukasaku usó su salario de “Tora! Torá! Torá!” (1970) para comprar los derechos de la novela homónima de Yuki, que luego produjo y dirigió para su estrenó en 1972. Película que se adentra en el revisionismo desmitificador del guerrero nipón, radiografía el dolor, la perdida, hace una autopsia del trauma de la WWII para los del Imperio del Sol Naciente, se sumerge en los horrores del conflicto, realiza un punzante mosaico de la conciencia japonesa sobre la guerra, exhibe lo peor de la decadencia humana cuando se llega a condiciones extremas en todos los sentidos, la tiranía de los mandos (incluso les obligan a pelear con palos, en un ejemplo del atavismo a que se abocan los personajes), falta de escrúpulos, su abuso del poder, como también las consecuencias de intentar sobrevivir en medios hostiles, donde el hambre hace acto de presencia para llevar a estos soldados hasta el canibalismo, Atroz. Ello Fukasaku lo transmite con recursos setenteros muy bien manejados dramáticamente para emitir un estado de ánimo pesaroso y desesperanzador, con zooms nerviosos sobre fotografías en b/n que parecen reales de archivo de guerra, con turbadores congelados de instantáneas, con flashes penetrantes de color rojo sangre que inundan puntualmente la pantalla, provocando un efecto inquietante de metaficción. Toda la narración comandada por una sensacional Sachiko Hidari como esta peculiar heroína que lucha contra los Molinos de Viento de un aparato burocrático sin sentimientos, y contra una ‘omertá’ de los testigos que buscan entre olvidar y no sacar a relucir sus propias miserias.

 

Con imágenes de archivo, de la primera ceremonia por las víctimas, celebrada el 2 de Mayo de 1952 en el gran parque de Shinjuku, donde vemos a Hirohito Michinomiya ofreciendo las flores. Para el marido de Sakie no hay flores, caído en algún punto y lugar durante la sangrienta campaña de Nueva Guinea (esto entroncará circularmente con el final). Una viuda de guerra de la WWII, Sakie Togashi (Sachiko Hidari) cuyo esposo, el sargento Katsuo Togashi (Tetsuro Tamba), murió en Nueva Guinea en algún momento alrededor de la rendición japonesa el 15 de agosto de 1945, veintiséis años antes de la actualidad de la película. Desde 1952, que fue cuando se promulgó la Ley de Beneficios para Sobrevivientes Militares, ha presentado repetidamente reclamos para sus propios beneficios, solo para ser rechazados una y otra vez. La razón de sus repetidos rechazos se deriva de las misteriosas circunstancias y la posible desgracia que rodea la muerte de su marido. El aviso que recibió no incluía la fecha de la muerte, y el motivo anotado se había cambiado de "Muerto en combate" a un "Fallecido" más ambiguo y descuidadamente garabateado. Las autoridades afirman que, de hecho, el sargento Togashi fue ejecutado por deserción, pero la señora Togashi quiere pruebas más convincentes de su destino. Le dan los nombres de cuatro hombres que sirvieron en la unidad de su esposo, pero que no respondieron a la llamada inicial para obtener información sobre el caso. Ella visita y pregunta a cada uno de ellos para ver si puede saber la verdad.

 

Sakie comienza una cruzada personal por rehabilitar y conocer la verdad sobre su esposo, donde ni los hijos la apoyan, en clara señal de como la juventud quiere pasar página por encima de todo. Con lo que se inicia un relato fragmentado, donde el tiempo es voluble en sus diferentes flash-backs apegados a los relatos un tanto poco fiables de los testigos, en lo que recuerdan claramente a la Obra Maestra japonesa de Kurosawa “Rashomon” (1950), en lo que es una narración no lineal, construyendo el puzle Sakie de los últimos días de su amado, adentrándose en el sub mundo de la desesperación y la sinrazón del ocaso de la guerra. Sakie busca limpiar y restaurar el nombre de Togashi, y lo que haya entre los escombros de las narraciones es el Averno de lo peor de la naturaleza humana, una tragedia que deconstruye el horror, donde la clara alegoría es como se extiende este Infierno hasta ese vertedero donde vive uno de los testigos a modo de expiar culpas cual monje fustigándose. Aflorando la brutalidad, la crueldad, ello en secuencias que destilan atavismo, con ejecuciones, linchamientos, medio-decapitaciones. Es destacable como el director no hace lo fácil de entronizar a Tatsuo, es un ser soldado con sus virtudes y defectos, lo humaniza, en medio de enfrentamientos, órdenes absurdas, rebelión contra el tiránico mando, traiciones, conspiraciones, asesinatos, enfermedades (la malaria), desesperación con el hambre (en un primer nivel llegan a matar y comer rata) hasta llegar a la antropofagia (el nivel máximo), una odisea de salvajismo en el escenario precisamente de un lugar dado a ello como la selva. Todo ello desarrollado a un ágil ritmo, atrapándote en sus malsanas redes, queriendo saber con Sakie la verdad, hasta desembocar en un final muy satisfactorio, nada facilón o complaciente.

 

El recorrido para ir a interrogar a los testigos sirve para hacer un lienzo descorazonador del Japón del momento, reflejando un crisol de comportamientos y situaciones que dejan en mal lugar a la nación. Tenemos a Terajima, el ejemplo de la persona asolada por sus recuerdos de guerra, es preso de su pasado que sobrelleva como una losa viviendo de modo marginal, primero le cuenta a Sakie era un tipo noble que les salvó de los abusos del oficial al mando que su marido cayó honorablemente en combate de batalla, pero como todos los testimonios su fiabilidad es puesta en cuarentena. Le da vida al rol Noboru Mitani de forma maravillosa en como emite de modo emocionante su tormento interior; El cabo Tomotaka Akiba, ahora actor que interpreta una caricatura cómica de la derrota japonesa, exponiendo el poco respeto y lo lejano que los nipones del momento sentían por su reciente pasado, ahora convertido en chanzas. Le dice a Sakie que recuerda que le dispararon a un sargento por robar papas del suministro militar, pero no está seguro de si fue el sargento. Encarnándolo Takeshi Seki con gran sentido cínico; El sargento de la policía militar Nobuyuki Ochi, ahora ciego por beber alcohol del mercado negro de la posguerra conocido como "bomba", le dice a Sakie que recuerda a un sargento que mató a soldados para comer y vender su carne, pero no está seguro de si fue el sargento. Vive con una esposa (Sanae Nakahara) que claramente le engaña, aunque él lo sabe. Le da vida de modo estoico y amenazante Shonosuke Ichikawa tras sus gafas negras; El segundo teniente Tadahiko Ohashi, ahora profesor de literatura de la escuela secundaria, lo que sirve para que el director Fukasaku muestre su izquierdismo mostrando protestas juveniles en el centro donde imparte clases, contra las bases militares USA en territorio nipón, a la par que el aeropuerto cercano sirve para lucir el ‘síndrome de estrés postraumático’ por como afecta el ruido de aviones a su mente que lo traslada a la guerra: El profesor le dice a Sakie que se reveló información después de la guerra de que el mayor Senda, oficial de personal de la división, había ordenado el asesinato de un piloto australiano capturado por el segundo teniente Goto (excelente en su perfidia cerril Shinjiro Ehara). Taketoshi Naito encarna notablemente a Ohashi; Sakie termina enfrentándose al fatuo y pomposo mayor Takeo Senda (muy bueno Kanemon Nakamura en como expone a la casta que siempre, da igual si blanco o negro están arriba, ellos cual buenos acróbatas siempre permanecen en lo alto, pueden sortear sus crímenes de guerra, insiste en que siguió el procedimiento adecuado para el consejo de guerra y ejecución de Togashi.

 

Spoiler:

 

Momentos recordables: Vemos un proyectil que atraviesa una foto familiar mientras la pantalla se vuelve carmesí para registrar una revelación espantosa: Cuando un oficial ordena la decapitación de un prisionero de guerra australiano, y como el teniente Goto se rebela como un fanfarrón incapaz de dar muerte rápida al reo, y le asesta golpes que le hieren únicamente, hasta que el superior saca su pistola y lo mata disparándole en la cabeza; El mayor Senda en el crepúsculo de la guerra pronostica que en 30 años Japón volverá a ser potencia mundial, esta profecía del pasado se intercala con desfiles militares en el presente, dejando patente su acierto, cual si la situación no hubiera cambiado mucho; Terajima es dejado atrás aquejado de malaria, acosado por el hambre decide cruzar una línea moral y fríe en una lumbre una mano del asesinado (por sus abusos de poder) Goto. Esto lo conbfiesa a Sakie, espetándole con dolor: "Me comí un hombre... y el mundo no cambió"; El rush final de los tres condenados, pidiendo Togashi como última cena arroz, como símbolo del amor a Japón. NO pueden proporcionársela y deben rapiñar por todos lados para conseguir un poco, que se comen. Por la mañana vemos la estremecedora ejecución de los tres en la playa desierta, mirando a Japón y agarrados de la mano. Togashi le dedica sus últimas palabras al Emperador en un grito de llamada de atención. Al enterarse Sakie no sabe si este es de amor al Emperador o de reproche.  

 

En el final vemos a la viuda camina derrotada entre la multitud en la escena final de la película.

 

“El gobierno no pidió permiso a nadie para iniciar esta guerra, pero somos nosotros los que tenemos que pagar por todo”. Siendo estas palabras finales el epitome leit-motive del film, Bravo!!!

 

Más de 30 millones de muertos para Japón en la Segunda Guerra Mundial es un número devastador que ha marcado a fuego el SXX del país asiático. Es por ello que hay una larga historia de cine nipón que explora las consecuencias psicológicas de la nación en los años inmediatamente posteriores al entente bélico, como “El harpa birmana” (1956) de Kon Ichikawa, “Pigs and Battleship” (1961) de Imamura, la épica trilogía The Human Condition (1959-1961) de Masaki Kobayashi, Hiroshima Mon Amour (1959) de Alain Resnais e incluso Isao Takahata obra maestra animada, “La tumba de las luciérnagas” (1988) – todas las películas que reflejan la complejidad y diversidad de la actitud japonesa hacia la guerra. El espíritu de la época de los años de la posguerra presenta una mezcla intrincada de culpa, ira, vergüenza, orgullo y perseverancia que es quizás imposible de deconstruir, o incluso entender, por cualquiera que no sea quien lo experimentó.

 

Film seleccionado como la entrada japonesa a la Mejor Película en Lengua Extranjera en los Oscar, no fue aceptada como nominada.

 

Épica humanista desgarradora. Gloria Ucrania!!!

 

Soy Cuba


Obra Monumental en su estética, absolutamente Épica en su arrolladora y fascinante visualidad. Fue dirigida por el georgiano Mikhail Kalatozov (entonces de 61 años, cuya "Las grullas vuelan" de 1957, había ganado la Palma de Oro en Cannes), siendo una coproducción internacional entre la Unión Soviética y Cuba. Película de una calidad técnica asombrosa, donde tiene más importancia la labor de cinematografía que la historia, gracias al epicúreo DP Sergei Urusevsky (aprovechó su experiencia en el ejército con cámaras de mano) en miscelánea con su operador de cámara Alexander Calzatti, filmaron con grúas y lentes de gran angular, experimentaron con película infrarroja para lograr imágenes filtradas y filmaron el 97 por ciento de la película con cámaras de mano,  con planos secuencia vertiginosos, secuencias que desafían la física en como la cámara flota por lugares inverosímiles para componer planos absolutamente Antológicos, travellings prodigiosos que se adentran en lo cuasi-imposible. Rodada en glorioso b/n, a veces usando película infrarroja obtenida del ejército soviético para exagerar el contraste (haciendo que los árboles y la caña de azúcar sean casi blancos, y los cielos muy oscuros, pero obviamente soleados). La mayoría de las tomas son en gran angular extremo y la cámara pasa muy cerca de sus sujetos, mientras evita en gran medida esos sujetos miren directamente a cámara. Un metraje de momentos Síndrome de Stendhal, alucinógenos, oníricos, extasiantes en como te envuelven de modo lisérgico cuasi-místico. Ya dejando huella desde ese inicio en un montaje aéreo sobrevolando el tropical litoral paradisiaco, para seguir a una canoa que navega por un río que cruza un pueblo, impulsada por la pértiga del barquero. Film donde su calidad visual está muy por encima de lo que cuenta (apenas hay diálogos), pura propaganda comunista simplona, sin matices, ni aristas, los estadounidenses muy malos, los capitalistas horrendos, y los cubanos estudiantes y agricultores muy buenos. Quedando un tributo bello a Cuba y sus gentes.

 

Justo después de la Revolución Cubana de 1959 y la caída de la dictadura de Fulgencio Batista, el gobierno socialista de Fidel Castro, aislado por los Estados Unidos tras romper relaciones diplomáticas en 1961, miró hacia la Unión Soviética en busca de apoyo. En el ámbito audiovisual, el gobierno soviético, interesado en promocionar internacionalmente el sistema comunista, se mostró de acuerdo en financiar y apoyar una película cubana de propaganda. El rodaje duró más de un año. El director, el experimentado Mijaíl Kalatózov, obtuvo grandes dosis de libertad para llevar a cabo su cometido; igualmente recibió mucha ayuda de ambos gobiernos. Hicieron uso de técnicas fílmicas innovadoras, tales como sumergir una cámara y añadirle lentes herméticas con un periscopio especial. En un momento dado, más de un millar de soldados fueron trasladados a un remoto lugar para filmar una escena, a pesar de que la Crisis de los misiles estaba sucediendo en ese momento. En el guion colaboraron el cineasta cubano Enrique Pineda Barnet y el poeta soviético Yevgueni Yevtushenko. El pintor cubano René Portocarrero elaboró el cartel de la película y participó en su dirección artística. Los soviéticos desplegaron un equipo de asesores de primera clase para ayudar en la producción. La música fue compuesta por Carlos Fariñas.​ A pesar del enorme apoyo dado, la película fue recibida fríamente por el público.

 

En La Habana fue criticada por mostrar el lado más estereotipado de los cubanos, y en Moscú fue considerada naíf y no lo suficientemente revolucionaria. La película no fue capaz de atravesar el Telón de Acero debido a la Guerra Fría. Cuando la Unión Soviética se derrumbó, Soy Cuba era completamente desconocida. Cayó casi en el olvido hasta que fue redescubierta por cineastas estadounidenses treinta años después.

 

La película consiste en cuatro historias cortas sobre el sufrimiento de los habitantes de Cuba durante la dictadura de Batista y sus reacciones, variando del asombro pasivo a la marcha de la guerrilla. Entre las historias, una narradora (una enardecedora voz de Raquel Revuelta, representando “La voz de Cuba”) dice cosas tales como "Soy Cuba, la Cuba de los casinos, pero también de la gente". Todos los personajes son clichés: María (Luz María Collazo; maravillosa la toma de ella cabizbaja después de haber sido sometida, incapaz de mirar el rostro de su futuro marido) que es una prostituta para un adinerado cliente, Jim (Jean Bouise), que a su vez está ella con un vendedor ambulante de fruta, René, que la idealiza. Llama la atención como a María le cuesta más vender un crucifijo de su cuello que su cuerpo, seguramente una crítica la Iglesia). Segmento que arremete sin sutilidad contra los adinerados turistas USA que disfrutaban de los placeres caribeños abusando de ellos. Mostrando el contraste entre el desenfreno ocioso de la noche en clubs nocturnos con los poblados de chabolas de la periferia; deslumbra con ese plano de gran angular de comienzo de en lo alto de una azotea en medio de un concurso de belleza con jóvenes en bikini, la cámara desciende cinco pisos hasta una fiesta con numerosos turistas junto a la piscina, la cámara se acerca a un bar y luego sigue a una camarera mientras entrega una bebida a algunos turistas, después de lo cual uno de los turistas se levanta y camina hacia la piscina, y la cámara la sigue, por lo que la toma termina con la cámara bajo el agua, todo esto se hace en una toma ininterrumpida. Un plano que al parecer proseguía haciendo emerger de nuevo la cámara a la superficie pero que finalmente Kalatozov cortó en la sala de montaje finalizándolo bajo el agua para hacer más efectiva la transición hacia la siguiente secuencia, desarrollada en un lujoso club nocturno de la ciudad.


Tenemos a un alegre y entusiasta trabajador en la caña de azúcar, Pedro (José Gallardo), lo vemos cortar caña de forma armoniosa, que el terrateniente arrendatario vende sus tierras de caña de azúcar a una corporación USA (United Fruit Company) para dejar sin trabajo a su familia de agricultores. Sirve para mostrar el despertar de la conciencia contestaría; Destaca por la dramática técnica del ojo de pez, de los contrapicados, creando una comunión entre el cultivo y el campesino, todo ello con unos filtros que dan un patinado blanco asolado; esta el bucólico tramo del baile de la hija con la jukebox; pero sobre todo el momento furia desatada con la quema de las tierras y vivienda, cuatro minutos infernales de plano-secuencia envueltos en llamas que todo lo devoran.

 

Enrique (Raúl García), un universitario idealista en La Habana que se une a la causa de Fidel Castro tras la represión policial de una manifestación. Aquí vemos a marinos USA que persiguen lascivamente a mujeres indefensas cubanas. Sirve el bloque para sin subterfugios, mostrar que la juventud intelectual cubana estaba a muerte con la Revolución. Pero también nos hablan del terrorismo bueno para la causa, cuando el objetivo del protagonista es asesinar al jefe de policía, aunque en última instancia se comporta como un noble tipo al no querer herir a inocentes niños. Habiendo una escena que bebe directamente de Eisenstein cuando una escena importante acontece en una gran escalinata, evocando la icónica filmada en la escalera de Odessa en “El acorazado Potemkin” (1925). Hablan de la censura de ideas, ello con el tramo en la imprenta con libros de Lenin (el genocida), con esa salida heroica del joven al balcón a lanzar octavillas a la multitud, siendo disparado y con ello lanzado al exterior en una toma espectacular en subjetivo en su caída. Como si Fidel Castro no hubiera censurado libros; Pero sobre todo este segmento es recordado por el puede mejor plano-secuencias de la Historia del Cine, así sin anestesia. La cámara sigue una marcha fúnebre de un mártir tapado con al bandera cubana, partiendo de un primer plano de su joven amada, Gloria (Celia Rodríguez), para elevarse súbitamente hasta introducirse en una pequeña fábrica de tabaco, atravesando toda la estancia hasta salir por un ventanal y sobrevolar majestuosamente la angosta calle por la que discurre la comitiva. Plano sostenido que da igual la ideología del film, da igual el resto del metraje, hace buena la visión de la película, donde las palabras no pueden abarcar la Maestría hallada en la secuencia, de un lirismo y fuerza emocional sublime, con una coreografía que fluye de modo Magno; Estas tomas fueron realizadas por el operador de cámara con la cámara adherida a su chaleco, como versión primitiva de una Steadicam, también usa un chaleco con ganchos en la espalda. Una línea de ensamblaje de técnicos enganchaba y desenganchaba el chaleco del operador a varias poleas y cables que se extendían por los pisos y los techos de los edificios.

 

Mariano, un agricultor que se niega a unirse a los guerrilleros, pero tras ser bombardeada su tierra, con consecuencias trágicas para su familia siente la epifanía (que alguien me explique por qué querrían bombardear los de Batista un campo sin importancia estratégica alguna). Sub trama que vale para mostrar que, aunque no quieras las consecuencias de la guerra te llegan y debes tomar partido por el Bien, que por supuesto es Castro; Quizás el menso destacable de los bloques, aun conteniendo poder visual, quizás ya el cielo se ha tocado en el plano secuencia del cortejo fúnebre, y este es demasiado simple por lo visto. Aunque sirve para el colofón victorioso en que es el devenir orgánico de las historias (el primero es la furia contra el sistema Batista nace; el segundo es las vejaciones pro-imperialistas en el campo que provocan la rabia del campesinado; el tercero es la sociedad tomando conciencia de la opresión; y el último la unión a la Revolución) , con el alistamiento de Mariano con los revolucionarios de Sierra Maestra, para desembocar en un contrapicado triunfal con la edición de la marcha triunfal hacia La Habana para proclamar la revolución. Lo que se llaman secuencias panfletarias.

 

Reflejando en su devenir una Cuba súbdita de USA, el patio de los recreos de ricachones hedonistas (ahora no hay turismo sexual en Cuba con las llamadas jinetas [ataque de cinismo]), lugar a expoliar por las ‘endemoniadas’ compañías extranjeras (ahora no hay compañías extrajeras en Cuba [ataque de cinismo]), por ejemplo en Hoteles), donde las rebeliones son sofocadas con la violencia policial (En la Cuba post-Batista las manifestaciones contra el régimen se han sofocado con flores [ataque de cinismo]). Influenciado por su compatriota Sergei Eisenstein, Kalazatov no realiza un film exaltando la figura de líderes revolucionarios como podrían ser Fidel Castro o Ernesto Guevara, como en Octubre (1927) de Eisenstein, es el pueblo el que se levanta y lleva a cabo una revolución.

 

La banda sonora también es un elemento notable, con ese vibrante ‘Loco Amor’ que cantan en el club nocturno, el hermoso tema de amor, que entona el vendedor de fruta, y por supuesto la hipnótica voz de Raquel Revuelta como nexo de unió poético de las historias, no en vano fruto del guión de dos poetas, uno ruso y el otro cubano.

 

En 1992, el escritor cubano Guillermo Cabrera Infante visionó la película durante el Festival de Cine de Telluride, en el marco de una retrospectiva de las obras de Kalatózov. El Festival Internacional de Cine de San Francisco, la programó en 1993 llevando a tres profesionales del cine que tuvieron la oportunidad de verla a contratar a Milestone Films en Nueva York; esta pequeña distribuidora, que lleva a la pantalla cintas perdidas u olvidadas, visionó una cinta sin subtítulos en VHS, tras lo cual mostró su interés por adquirir los derechos de distribución en Rusia. En 1994, un amigo invitó al afamado director norteamericano Martin Scorsese a un visionado privado. Scorsese se maravilló con la cinta y cuando Milestone lo contactó al año siguiente para solicitar su presencia en la presentación de la película, no lo dudó. Otro admirador de Soy Cuba, el director norteamericano Francis Ford Coppola, también colaboró en la presentación de 1995. Para el décimo aniversario de la reedición, Milestone rehabilitó el metraje de 35mm.

 

En 2005, un documental sobre la producción de Soy Cuba fue lanzado con el nombre Soy Cuba: O Mamute Siberiano. Dirigido por el brasileño Vicente Ferraz, el documental analiza el proceso de creación de la película, explica algunas de las hazañas técnicas de la misma e incluye entrevistas con mucha de la gente que trabajó en ella.

 

La película con la perspectiva de casi seis décadas de su estreno, y con más de 60 años de comunismo férreo en Cuba, resulta de una inocencia pastoral en como si algo ha cambiado el país caribeño con la Revolución es a muy peor, con escasez de todo, con la vida en el estraperlo, con tráfico de dólares, con represión policial, con presos políticos, y con miles de personas huyendo arriesgando sus vidas para llegar a Florida. Un país donde su gente huye no es porque se viva bien precisamente.

 

Aunque si sabemos separar el polvo de la paja, nos queda una propuesta parteaguas en el Cine. El contrapeso de su pueril argumento me hace no considerarla de 10, pero su poder pictoral casi me hace olvidar que es un panfleto comunista. Gloria Ucrania!!!

 

PD. Colón: "Esta es la tierra más hermosa jamás vista por ojos humanos".

 



La guerra de Vietnam.  (Serie TV Doc 2017 Ken Burns & Lynn Novick)


Muy valiosa serie documental de 10 episodios sobre la guerra de Vietnam escrita por Geoffrey C. Ward, dirigida y producida por los especialistas en el género doc histórico Ken Burns y Lynn Novick (habían colaborado previamente en The War en 2007, “Baseball: The Tenth Inning” de 2010, y “Prohibition” 2011), siendo narrada por la voz de Peter Coyote. La serie costó alrededor de $ 30 millones y tardó más de 10 años en realizarse. Es una epopéyica serie que presenta entrevistas con 79 testigos (trémulo oír a uno de ellos, John Musgrave, veterano de la guerra que estuvo a punto de pegarse un tiro tras volver y que fueron sus perros los que le hicieron desistir; ahora asesora a soldados con PTSD), incluidos muchos estadounidenses que lucharon en la guerra o se opusieron a ella como manifestantes contra la guerra, así como combatientes vietnamitas y civiles tanto del norte como del sur. Burns evitó deliberadamente "historiadores u otros expertos parlantes" y "entrevistas en pantalla con nombres polarizantes en negrita como John Kerry, John McCain, Henry Kissinger y Jane Fonda". Las entrevistas tenían la intención de proporcionar una visión desde cero de la Guerra desde la perspectiva de la gente común que la vivió. Los investigadores accedieron a más de 24.000 fotografías y examinaron 1.500 horas de imágenes de archivo. Dentro de las 17 horas y cuarto de la serie, hay escenas cubren 25 batallas, 10 son escenas detalladas documentan y describen acción desde varias perspectivas. Resulta un trabajo canónico-divulgativo para el conocimiento de todo lo que rodeó al conflicto asiático. También sirve como tributo a todos los caídos durante el entente bélico.

 

Un relato donde hay cabida para las buenas intenciones, el pan-colonialismo francés, la eterna batalla comunismo-capitalismo, la corrupción, las conspiraciones en la sombra (como Nixon torpedeó las negociaciones de paz en París en su favor para ganar réditos electorales), la deshumanización con las atrocidades que nos cuentan (el asesinato de un Viet Cong en plena calle de Saigón con un tiro en la sien por parte de un mando survietnamita es aterrador), las masacres (devastador el relato de la infame masacre de My Lai, el 16 de marzo de 1968, 407 vietnamitas inocentes fueron asesinados en un lapso de cuatro horas. 97 de los asesinados eran aldeanos. Muchas mujeres fueron violadas antes del asesinato. Asesinato en masa que indignó a todo el mundo; como curiosidad Burns y Novick describieron esta depravación indescriptible como un "asesinato". Después de meses de debate entre los cineastas, decidieron no usar la palabra “asesinato”. Burns y Novick afirman que matar civiles es algo que “sucede en todas las guerras”), violaciones (oímos de voz de unos de los testigos directos de una de esas aberraciones que el ser humano perpetra alejándose de toda moralidad, con el secuestro de una joven aldeana vietnamita por unos soldados USA para tenerla de entretenimiento sexual y que al final mataron, esto se cuenta en el film de Brian De Palma “Casualties of War” de 1989), imagines icónicas (la de la niña desnuda corriendo por una carreta cubierta de heridas de napalm es Apabullante, contándose la historia de la fotografía. Pero cuantas como esta sucederían y no tuvieron una cámara para inmortalizarlo), órdenes absurdas de altos mandos, arribismo político, y aquí no hay bandos, pues todo lo comenzó IKE, y lo continuó JFK con su ayuda militar, fue paulatinamente en ascenso hasta desembocar en ayuda en bombardeos aéreos, y ya cruzando la línea a enviar tropas de infantería que recrudeció la guerra.

 

Hasta que llegó el llamado incidente del "Golfo de Tonkin" donde, bajo la presidencia de LBJ, hubo un ataque contra dos destructores de la Armada por torpederos norvietnamitas dos días después de un ataque abortado contra un destructor estadounidense. La Armada afirmó que sus dos destructores dispararon contra torpederos norvietnamitas que realizaban un ataque (esto ha sido polémica, pues se dice que esto nunca ocurrió, y fue una excusa inventada para el envío de tropas a Vietnam del Sur), hasta llevarla a la muerte de tres millones de vietnamitas y sesenta mil americanos, encadenado esto a la polarización cruenta de la sociedad estadounidense, como no se había visto desde la Guerra de Secesión, con manifestaciones, represión policial-militar (punto álgido las muertes en el campus de una Universidad por disparos de Guardia Nacional; y como muestra de la grieta entre estadounidenses es ver una encuesta posterior que declara que la mayoría de los ciudadanos USA estuvo de acuerdo con el asesinato de los estudiantes), este se entrelazó orgánicamente a la Lucha por los Derechos Civiles de los Afroamericanos, y es que un gran porcentaje de negros eran reclutados para ir a guerrear a la nación indochina. Dando lugar sacar a la luz los llamados ‘Papeles del Pentágono’, que dio paso al Watergate, todo de algún modo encadenado a la guerra asiática.

 

Pedagógicamente arranca a mediados del SXIX durante la colonización francesa, para poco a poco ir fraguándose el conflicto de querer independencia los vietnamitas, lo que los llevó a su partición Norte-Sur/Comunismo-Capitalismo, lo que hizo que para defenderse del comunismo USA se implicara en efecto bola de nieve. Para entender los antecedentes también hay que tener en cuenta la Guerra de Korea, con un conflicto similar Norte-Sur/Comunismo-Capitalismo, donde USA consiguió contener a la dictadura izquierdista por encima del paralelo 38 en pro de la civilización occidental (eufemismo para hablar de la democracia capitalista), con lo que creyó que podría hacer lo mismo en Vietnam, aquí era el paralelo 17.

 

Pero el choque se fue recrudeciendo en una escalada de muertos y atrocidades insoportable, como bien exponen en la serie. Documental que expone diáfanamente con diferentes puntos de vista lo acontecido, como a la dictadura comunista de Ho Chi Min (nos enteramos su trayectoria hasta llegar al poder; incluso durante la WWII fue curado por médicos USA) no le importaba perder a miles y miles de personas en sus campañas de guerra, no les importaban la proporción fuera escandalosa perdiendo ellos, siempre había más y más para lanzar al Sur, esto apoyado por el oscurantismo y la manipulación de los medios. Esto con la derivada en el país norteamericano con cómo se contaminaron en la Guerra en modo cresciente (en el llamado efecto dominó, por el que si caía Vietnam del Norte sería cual mancha de peste asolaría el comunismo todo el sudeste asiático hasta llegar al gigante de la India, no llegó a tanto, pero si lo hizo en Laos y Camboya, derivando en genocidios de un millón y medio de laosenses y y tres de camboyanos, este el mayor genocidio de la historia con respecto al porcentaje de su población) hasta cuatro presidentes de EE. UU. (Eisenhower, Kennedy, Johnson y Nixon).

 

Ello con un reguero incesante de material de archivo que nos hace vivido los acontecimientos, salteado por vigorosos y emocionantes testimonios, con una fenomenal edición, que proyecta un extraordinario estado de ánimo, donde nos llegamos a sentir por momentos reporteros de guerra insertados en el tiempo y lugar, con los bombardeos de cazas (Avernales es quedarse corto con las secuencias de las explosiones del Napalm), tiroteos, cadáveres, helicópteros disparando, las aldeas vietnamitas, los infinitos arrozales, la asfixiante selva, la vida en las ciudades. Todo esto adornado con energía brillante con la música de Yo-Yo Ma y Trent Reznor y Atticus Ross, amén de un apoteósico reguero majestuoso de temas pop, rock & roll y folk que nos meten de lleno en la refriega. Todo un deleite melómano escuchar entre otros a Bob Dylan, Miles Davis, Sam Cooke, The Rolling Stones, Johnny Cash, Simon & Garfunkel, Jimi Hendrix, Janis Joplin, Jefferson Airplane, The Beatles, Buffalo, Otis Redding, Led Zeppelin, Creedence Clearwater Revival, Santana, Joni Mitchell, Crosby, Stills, Nash & Young, Joan Baez o Ray Charles.

 

Dando como resultado una comprensión amplificada de un conflicto complejo, mediante la ayuda de imágenes de tv, grabaciones de archivo, videos caseros y enorme cantidad de poderosas fotografías. Narrada cronológicamente (menos al inicio que alternan un poco hechos de los galos en Vietnam con otros del posterior USA allí), con cada capítulo recogiendo un periodo de tiempo, donde el primero recorre más de un siglo, desde 1958 con la colonia francesa en Indochina a 1961, con las primeras ayudas USA al Sur. Es de agradecer que no toma posición, intenta ser imparcial, y por algunas críticas que he leído lo es, pues he visto ataques de la izquierda y de la derecha por no ser partidaria de sus enfoques. Ken Burns y Lynn Novick al comienzo de su serie documental comentan que la guerra "fue iniciada de buena fe por personas decentes, a partir de malentendidos fatídicos".

 

Se hace una deconstrucción aleccionadora de cómo funcionaba el poder en el Sur, mediante USA ir colocando presidentes títeres dictatoriales afines a ellos, amenazando si no con retirar su ayuda militar necesaria para la contención de los norteños, hablándonos de lideres corruptos, tiránicos, y que incluso eran intolerantes a la religión budista (estremecedor el tramo dedicado a las luchas de los monjes quemándose a lo bonzo ante las cámaras; con el sangrante apéndice de escuchar en tv a Madame Nhu, cuñada del líder nominal, Ngo Dinh Diem, acusó a los monjes budistas que se prendieron fuego en protesta de usar gasolina importada). Asistimos al cruento episodio del asesinato de los hermanos Diem, y lo relatan de forma vitriólica en que en un cúmulo de malentendidos y sobreentendidos llevó a JFK de vacaciones a tomar la decisión de derrocarlos, un despropósito caótico. Se nos comentan los corsés que se auto imponía USA de no invadir Vietnam del Norte con su infantería, una línea roja que se autoimpuso, se atacaba territorio enemigo por aire con bombardeos (incluso a Laos y Camboya), esto a la larga hizo que los americanos solo estuvieran para defender el país, era un aguerra de desgaste que solo podía perder USA, pues la opinión publica norteamericana era el peor enemigo de las tropas USA. A los norvietnamitas no les importaba morir en masa por sus objetivos, mientras el goteo constante de ataúdes llegando a USA hizo mella en la sociedad estadounidense.

 

Salpican el desarrollo con las pujantes protestas en USA por toda la nación, que derivaron en situaciones kafkianas, como que atacaran a los militares que volvían de Vietnam, cunado la gran mayoría eran soldados de reemplazo obligados a ir allí. Vemos una brutal protesta en que veteranos de guerra condecorados en Vietnam lanzan sus medallas al interior de la Casablanca.

 

Se comenta la vida en el Norte, pero muy de pasada, me falta equilibrio entre las dos facciones, llega a parecer que las aberraciones del sur con los americanos eran muy superiores a los del norte, no digo que debiera haber una competición, pero si más sinergia entre lados. Se ahonda poco en su régimen tiránico, donde el hambre, muertes, brutalidad imperaban. Se comenta la dura vida d ellos prisioneros de guerra USA, como vivan en condiciones infrahumanas (ejemplo el episodio del gato de uno de los mandos de un campo de prisioneros). El comunismo es todos iguales, todos pobres, menos para los que mandan. Y para imponerlo es necesario el Terror. No olvidar que, al igual que en la Guerra de Korea, fue el norte comunista el que invadió el sur para por la fuerza asolar con sus ideas venenosas, en contra del mandato de la ONU. Echo en falta a modo apéndice (por lo menos) que se comenten los genocidios de Camboya de los jemeres rojos, ello por el abandono occidental de Indochina. Se comenta, pero se hace poco énfasis primero en las miles de represalias en modo asesinatos contra supuestos disidentes, o el desastre de administración comunista tras la victoria, que llevó con sus planes agrícolas a la inanición y muerte de miles de vietnamitas.

 

Todo para desembocar en un final infernal, primero con la salida de las tropas USA de Vietnam del Sur, y dejando a los poco preparados militares frente a los vecinos hostiles norteños. Fueron dos años en que el país sureño intentó en vano detener lo imposible. Curiosamente en este tiempo no se habla del Imperialismo USA, pues ya solo eran vietnamitas vs vietnamitas, unos queriendo imponer a los otros su régimen de Horror comunista. Llegando a esas imágenes épicas de la huida de miles de vietnamitas ante la llegada de los del sur, con sus mochilas de purgas de ‘regalo’ a los nuevos conciudadanos, vemos a soldados que se quitan los uniformes en masa para evitar las represalias. Vemos la Icónica imagen del helicóptero USA sobre la azotea de la embajada con un reguero de gente queriendo ascender a él, cual, si fuera la entrada al Paraíso, o la escena del montacargas que lanza fuera del portaaviones un helicóptero por falta de espacio. También los barcos que huyen con miles de desesperados vietnamitas, que provocaban hundimientos de navíos, el miedo a los invasores era superior a la peligrosa travesía. Desembocando todo en el episodio décimo epílogo, "El peso de la memoria", cuando estos hombres y mujeres que hemos conocido comparten su primera experiencia con el Monumento a Vietnam, pone el vello de punta. Como paradójico es escuchar a un vietnamita comunista residente en el país asiático que habla con orgullo de enviar a sus hijos a estudiar a Estados Unidos, esto es sangrante, pues esto solo puede hacer un gerifalte comunista, la casta.

 

Gran documental, aun con sus taras, un excelente documento del controvertido conflicto en Vietnam. Gloria Ucrania!!!