sábado, 9 de septiembre de 2023


Jurassic Park 2

 

Entretenidilla secuela de la sobrevalorada infantiloide “Jurassic Park” (1993), compensa su falta de impacto en la originalidad con mejores escenas de acción que la pretérita, una cosa por la otra y como resultado una peli de aventuras amena sin más. Basada libremente en la novela de Michael Crichton de 1995 “The Lost World”, dirigida (como en la primera, no volviendo jamás en las siguientes entregas de la franquicia) por Steven Spielberg a partir de un guión de David Koepp (“Carlito’s Way” o “Misión Imposible”), repitiendo papel Jeff Goldblum, ahora como gran protagonista y héroe, ello conllevando un cambio estridente de carácter con respecto a la primera. También repiten  Richard Attenborough, Joseph Mazzello y Ariana Richard, pero en papeles de poco más que cameo al inicio del film. Entre los secundarios están Julianne Moore, Pete Postlethwaite y Arliss Howard, siendo el grueso de los exteriores (como en la primera) en Kauai-Hawaii. En el Parque Jurásico original, hubo la emoción de ver dinosaurios representados, por primera vez, con un realismo asombroso en la pantalla, en lo que fue una hábil estrategia de cambiar el peligro del Tiburón por el de los Dynos.

 

Cuatro años después de la película original, John Hammond (Attenborough) ha perdido el control de su empresa InGen a manos de su sobrino, Peter Ludlow (Howard). Al borde de la quiebra, Ludlow pretende explotar los dinosaurios de la segunda isla de InGen, Isla Sorna, con planes para un nuevo parque temático de dinosaurios en San Diego. Hammond envía un equipo, liderado por el excéntrico teórico del caos y matemático Ian Malcolm (Goldblum), a la isla para documentar a los dinosaurios y fomentar la no interferencia, aunque los dos grupos finalmente entran en conflicto.

 

Siendo una continuación (empujada por el éxito de la original) Spielberg sube la apuesta, mete más Dynos, se vale de la mejora en estos cuatro años que separan las pelis de los CGI para efectos visuales, superando con creces las tomas digitales más en comparación con la predecesora. Vuelve el maestro en la materia Stan Winston (Cuatro Oscar: “Aliens. El regreso”, “Terminator 2” [maquillaje y f/x] y “Jurassic Park”), creando T. rex, velociraptores, estegosaurios, unas pequeñas e ingeniosas bestias bronto verdes que saltan sobre ti como sanguijuelas, y alguno más. Hay más efectos digitales, más escenas de acción, y ella más allá la interacción de los extinguidos dynos con los humanos, hasta desembocar en un escenario nuevo que salta de isla tropical a una secuencia clímax en una ciudad USA, emparentándose con el gran referente de la historia, ello desde el mismo título, El mundo perdido de Arthur Conan Doyle, con un homenaje la cinta silente de 1925 que la versiona de Harry O. Hoyt, que presenta a un brontosaurio arrasando Londres después de haber sido llevado a la ciudad por exploradores. Pero también son notorias las influencias de films como “King Kong”, “Godzilla” (hay un guiño a esta franquicia cuando unos japoneses huyen del T.rex y gritan en su idioma que fueron a USA huyendo de eso), Koepp dijo que la trama de la película de 1962 “Hatari!” (sobre animales africanos capturados para zoológicos) tuvo "una gran influencia" en el guión, esto se ve en la persecución de unos cazadores a los Dynos, donde utilizan asientos que sobresalen de los vehículos como los del film referente.

 

Por supuesto se vuelve a ahondar (con superficialidad) en los mismos temas de la primigenia, como son los peligros de los arrogantes humanos jugando a ser dioses, los riesgos de colisionar con la Madre Naturaleza e intentar manipularla, se ataca la codicia. Pero todo ello en unos niveles parvulario, con personajes cartón piedra, sin hondura, donde se tira de tópicos del género risibles, como es la inclusión metida con fórceps de la hija adolescente del protagonista, cogiendo el relevo de los ya de por si repelentes hermanitos de la primera parte. Son personajes que te importa entre zero y la nada si muere viven o se van de vacaciones a Torrevieja. Hay algunos que van muriendo, no muchos, más que en la primera, aunque mantenido el apto para todos los públicos en la asepsia con que son vistas las escenas de devoramientos.  

 

El argumento y desarrollo es un batiburrillo de ideas irregularmente engarzadas (lo de los cazadores actuando como berzotas en su avance por la isla es de traca, cuando se suponen experimentados en lo suyo), únicamente como excusa para admirar a los dynos y con ellos algunas secuencias de acción vistosas. Teniendo el acierto de no hacer esperar al espectador tanto como en la primera a que esta se inicie. Como la cacería a lo “Hatari!”, pasando los todoterrenos y las motos entre los bichos mientras intentan cazarlos cual si estuvieran en un safari; la escena del bus partido colgando del acantilado es espectacular (gran tensión con ese cristal que se agrieta con la mujer inconsciente sobre él), aunque hay que darle muchas licencias de inverosimilitud; la secuencia por el maizal  es potente visualmente, con esos surcos que los dynos dejan acercándose a sus víctimas; el tramo en la cascada con el T.rex acosando por la rendija de una cueva; el zenit que se supone la llegada (sin sentido alguno y muy apresurada) del T.rex a la civilización resulta bastante poco imaginativa, como si el director pensara que era buena idea, pero al final no supo darle sentido dramático y se quedó en los clichés. Gente corriendo de un lado a otro, una gasolinera explotando, el desconcierto de una familia común que su jardín es asaltado por el dyno, pero nada que te haga sorprenderte. Ah, meten de rondón una escena en un videoclub (que tiempos aquellos!) para hacer guiños a films coetáneos. Para desembocar en un final muy tosco, que te mueve a ninguna emoción.

 

Jeff Goldblum pasa aquí a ser la brújula moral, no tiene dudas, es un héroe de una pieza, va al rescate de su novia (menuda novia, que va a una isla con Dynos y no se lo dice!), pero si en la primera era un simple matemático chistoso! Aquí le queda grande el traje de protagonista, no se le ve cómodo, no se lo cree; Julianne Moore es una heroína plana, sin sustancia alguna, desaprovechada, realmente como todos; Vince Vaughn otro encorsetado en un papel liso; Peter Stormare haciendo el mismo papel pro el que pasó a la fama el año anterior en “Fargo” (1996), como un sádico psicópata demente, pues eso aquí; Arliss Howard como un caricaturesco empresario avariento; solo Pete Postlethwaite es capaz de sacar petróleo de un rol tan escasito, aporta enorme intensidad a su rol de cazador intrépido con su cabeza rapada y un arete, derrocha carisma a borbotones, especie de émulo del Quint (Robert Shaw) de ”Tiburón”, lástima que el rush final se olviden de él; Vanessa L. Chester como la hija del héroe resulta un parche chirriante que llega dar dentera cuando da una patada acróbata voladora al velociraptor (puaj!).

 

La cinematografía es del polaco Janusz Kaminski (con Spielberg desde “La Lista de Schindler”, con el que ha ganado en sus colaboraciones dos Oscar, por el referido film sobre el Holocausto y por “Salvar al soldado Ryan!”), siendo más oscura que la de la primera, con muchas escenas nocturnas para crear un halo a cien de terror más acuciante; La música, como casi siempre en Spielberg y como en la primera entrega es del maestro neoyorkino John Williams, versionando su propio y épico tema de la original, añadiendo melodías de tambores para atomizar la tensión en determinadas secuencias.

 

Llama la atención el cambio de tono de Spielberg con respecto a la primera, donde las pocas muertes humanas que había eran de los malos. Aquí Spielberg abre la mano y en esta lotería caen buenos y malos, de hecho el primero que vemos devorado por un dyno, lo es cuando intenta ayudar a unos humanos de perecer. Esto se agradece, pues es más realista, y con ello la posible tensión aumenta.

 

Spoiler:

 

Los supervivientes humanos de la isla son salvados por un helicóptero. Y sin solución de continuidad, a empellones nos metemos en San Diego, con la espera de un barco que traerá al T.rex a un espectáculo a un ‘circo’, cual King Kong, que puede salir mal? Pues todo! Resulta que el carguero con el T.rex llega atravesando el puerto. Cuando investigan al navío ven a toda la tripulación muerta, incluso en el puerto de mando, sobre el timón vemos un brazo mutilado. Sin embargo el T.rex está preso en la bodega de carga. Como leches ha muerto toda esa gente. El T.rex incluso por sus proporciones no podría haber deambulado por los pasillos del barco y menos meterse en el puerto de mando. Es un sin sentido, un insulto a la inteligencia (creo que era un homenaje a “Drácula” con su llegada a Inglaterra en barco, pero les ha quedado como el culo). Igual es que iban a meter en el barco a velociraptors y luego pensaron lo contrario, pero se dejaron los extravíos de los bichos, Esperpéntico! El T.rex es liberado por san Diego, la gente huye gritando, pero la policía o la Guardia Nacional no actúa en estos casos? No alertan de algún modo a la población? Pero resulta que Ian (Goldlum) y Sarah (Moore) están allí, y son los único que piensan que puede ir tras su bebe. La pareja va al ‘circo’ a por ella, las medidas de seguridad son de Mortadelo y Filemón, una ridiculez. Se llevan al bebe, siendo perseguidos por el T.rex. Van al barco y lo meten en la bodega. Pero Ludlum (Howard) actúa de forma estúpida, y se pone en la boca del lobo y es devorado para regocijo de los anticapis. Mientras Sarah quew había saltado del barco, aparece de la nada con un rifle con dardos somníferos y se lo dispara al T.rex al llegar al barco a por su bebe, y ya está. El bicho se duerme con su bebe y es trasladado de vuelta a la isla Sorna. O sea, que hubiera bastado un dardo adormilante contra el T.rex para que no hiciera el caos en San Diego.  

 

Spielberg y Koepp descartaron muchas de las escenas e ideas de la novela, eligiendo en su lugar idear una nueva historia incluyendo las dos ideas de la novela que le gustaron a Spielberg: una segunda isla poblada de dinosaurios y una escena en la que la mitad de un El remolque parcial cuelga de un acantilado después de ser atacado por T. rex. También se mantuvo la idea de un comportamiento de crianza y crianza entre los dinosaurios, así como un bebé T. rex y un niño que se esconde en el remolque El personaje de Robert Burke está basado en el paleontólogo Robert Bakker, quien cree que el T. rex era un depredador.

 

La novela de Crichton gira en torno al equipo de Malcolm y un equipo rival liderado por el rival corporativo de InGen, Biosyn, que fue eliminado de la adaptación cinematográfica a favor de dos equipos de InGen competidores. Varios personajes de la novela fueron excluidos de la adaptación cinematográfica, incluido Lewis Dodgson, el líder del equipo Biosyn, y el ingeniero de equipos de campo Doc Thorne, cuyas características se implementaron parcialmente en la versión cinematográfica de Eddie. Dos nuevos personajes que no aparecen en la novela fueron Nick y Roland. Spielberg lamentó haber excluido una escena del guión que habría representado a personajes en motocicletas intentando huir de las aves rapaces, similar a una secuencia de la novela. Se agregó una versión alternativa de la escena a la película de 2015, Jurassic World. Si bien la novela de Crichton presentaba dos personajes infantiles, Kelly y Arby, Koepp los combinó en un solo personaje también llamado Kelly. Arby es un personaje negro y la actriz negra Vanessa Lee Chester fue elegida para interpretar a Kelly en la película.

 

La escena inicial de la película proviene de un capítulo temprano de la primera novela que no se usó en la adaptación cinematográfica, donde un Procompsognathus muerde a una niña en una playa. La primera novela también incluía una escena donde los personajes se esconden detrás de una cascada de un T. rex; Esta escena no se usó en la primera película, pero se agregó a El Mundo Perdido: Jurassic Park, por la escena en la que el T. rex se come a Burke. Durante más de un año, Spielberg y Koepp estuvieron inseguros de incluir una escena que involucrara a un dinosaurio en una ciudad. Koepp creía que una escena así sólo funcionaría durante un corto período de tiempo antes de volverse increíble.

 

Semanas antes de que comenzara el rodaje, Spielberg decidió cambiar el final para que el T. rex arrasara San Diego.  Estaba interesado en ver dinosaurios atacando el continente, y creía que el público disfrutaría del alboroto de San Diego. Inicialmente, Spielberg quería que esa escena se guardara para una tercera película, pero luego decidió agregarla a la segunda cuando se dio cuenta de que probablemente no dirigiría otra película de la serie. La secuencia es similar a una escena de ataque que involucra a un Brontosaurio en Londres en la versión de 1925 de El mundo perdido, adaptada de Sir Arthur Conan Doyle. La novela homónima de 1912, las cuales inspiraron el título de la novela de Crichton. Para la secuencia del alboroto, Spielberg hizo referencia a películas de monstruos como La Bestia de 20,000 Fathoms y Gorgo.

 

Aunque la secuencia tiene lugar en San Diego, sólo se rodó una escena allí. En él, un helicóptero InGen sobrevuela el muelle y se inclina hacia la ciudad. Todas las demás secuencias se rodaron en Burbank, California. Se crearon un muelle a escala de ocho y un barco en miniatura para la escena en la que el T. rex llega a San Diego. Koepp acreditado como "Bastardo desafortunado" devorado durante escena ambientada en San Diego.


Mientras que Jurassic Park presentó principalmente dinosaurios animatrónicos construidos por el equipo de Stan Winston, The Lost World se basó más en las imágenes generadas por computadora (CGI) de Industrial Light & Magic (ILM). Esto significó que la película presentaba tomas más grandes que ofrecían mucho espacio para que los artistas digitales añadieran los dinosaurios. La película presenta 75 tomas generadas por computadora. Una escena en la que los cazadores reúnen a un grupo de dinosaurios se realizó casi en su totalidad con criaturas generadas por computadora. Una excepción fue un puñado de disparos de Pachycephalosaurus.


Pachycephalosaurus, un dinosaurio que mide cinco pies de alto y dos metros y medio de largo. Se crearon tres versiones de la criatura para el rodaje: una marioneta completamente hidráulica, una cabeza y una cabeza-mantequilla. Este último fue construido para soportar un alto impacto para una escena en la que el dinosaurio golpea con la cabeza uno de los vehículos cazadores. El títere Pachycephalosaurus, uno de los más complejos, se utilizó para una escena en la que se captura al dinosaurio. Las piernas del títere se controlaban mediante sistemas neumáticos.


El bebé Stegosaurus medía 8 pies (2,4 m) de largo y pesaba 400 libras (180 kg). Fue enviado al bosque de secuoyas para filmar en el lugar. Los estegosaurios adultos medían 7,9 m (26 pies) de largo y 4,9 m (16 pies) de alto.

 

Me queda un film pasarratos, con el que tienes que suspender los niveles de realidad (no por los dynos), y no te aburrirás. Gloria Ucrania!!!


viernes, 8 de septiembre de 2023

 


La Tierra contra los Platillos Volantes.

 

Ameno sin más este afamado film de ciencia ficción serie b (en realidad entonces todo el scifi lo era), más por sus efectos especiales creados por el maestro en la materia Ray Harryhausen rompedores entonces, con mucho de su especialidad en el stop-motion, que por su banal argumento, pues este sigue un patrón muy sobado en el sub género que germinó en los 50 en USA, donde se aprovechaban del temor de los norteamericanos al apocalipsis nuclear, aquí se hace una alegoría sobre la invasión extraterrestre extrapolable a que estos eran los soviéticos atacando la nación de Estados Unidos, estábamos en plena Guerra Fría, y films como este contribuían que el estadounidense viera el poderío armamentisco de su nación frente a cualquier fuerza hostil exterior que pudiera poner en peligro su modo de vida. La historia tiene a un científico que defiende una idea que la gran mayoría tacha de imposible, en este caso que la Tierra está siendo acosada por platillos volantes, como siempre en este sub género el espectador sabe que el científico dice la verdad, en este caso porque hemos visto con él platillos volantes (que ya es casualidad, que con los miles de millones de personas en la Tierra este científico involucrado en el ejército USA sea testigo de ello), tenemos que USA será la salvadora de la Tierra, tenemos el sempiterno romance-parche sin nada que aportar entre el héroe y su churri-florero, tenemos arcaicos efectos visuales, en este caso de mucho valor en ser un escalón más en la creatividad, y tenemos un clímax donde los Humanos y los Invasores chocaran, en este caso con el hermoso telón de fondo de Washington D.C. (La Casa Blanca, el Capitolio, el Obelisco, o el Monumento a Lincoln), escenas en este tramo míticas con los platillos chocando contra los monumentos de la capital USA, elemento este novedoso, el de símbolos mundiales atacados para ser destruidos. Tenemos actuaciones que van de lo cumplidor a lo chusco (protagonizan unos insípidos Hugh Marlowe y Joan Taylor), encarnando seres de cartón piedra. Y por supuesto agujeros argumentales cual queso gruyere. Dirigido por Fred F. Sears sobre una trama sugerida por el libro de no ficción más vendido de 1953, “Flying Saucers from Outer Space” del mayor Donald Keyhoe.

 

Es extraño que cuando todo es diáfano que va hacia una gran colisión bélica no veamos a gerifaltes políticos opinando sobre qué hacer, con las típicas posturas de los que quieren negociar para contemporizar y los halcones que quieren armas, aquí los debates morales de si guerra sí o no son nulos. Esto habría dado relieve humanista al film, pero reniegan de ello en pos de la acción pura y dura de su rush final. Nadie pone en duda que si ven a extraterrestres bajando de un platillo volante lo que hay que hacer es dispararles y punto, esto me hace torcer el ceño. Es una cinta que tiene su encanto en las escenas de extraterrestres, estamos ante la nostalgia de los pioneros de la ciencia ficción, con sus aciertos en los espectaculares platillos volantes, su parabólica rayo desintegrador, pero también sus defectos, como esos risibles extraterrestres con esos traje (copiados del film “Golem” de Paul Wegener de 1920, pudiera ser un guiño anti-judío?) que parecen pingüinos en sus andares torpes, trajes ridículos. Tengamos en cuenta lo que dijo Harryhausen, afirmó que ésta era la que menos le gustaba entre las películas para las que contribuyó con efectos especiales, aunque estos han sido homenajeados por directores como Tim Burton en su “Mars Attacks!” (Los platillos volantes y el rayo desintegrador es el mismo) o por Emerich y su “Indendence Day”. Los efectos especiales mezclan con imágenes de archivo de acorazados explotando, incluso tiran de escenas ‘robadas’ de otros films, como es el caso de “La Guerra de los Mundos” (1953), con un edificio explotando.

 

Tenemos un desarrollo atrompicado, con una primera parte donde la tensión es latente sobre una fuerza exterior que ataca en la sombra y que pocos ven. Tenemos ‘accidentes’ de cohetes inexplicables, mensajes crípticos grabados a extraterrestres, hasta que tenemos la primera escena de guerra cuando un platillo ataca una base militar USA y ya vemos las características del armamento alienígena. Tendremos batallas en el mar, tirando el montaje de imágenes de archivo, con explosiones, fuego y muertos. Tras ello tendremos la típica escena aclaratoria en que los extraterrestres aclaran a unos pocos humanos sus intenciones (tendrán mucha tecnología avanzada, pero de estrategias militares andan cortitos, pues avisar de que vas a tacar es poco inteligente), con esa máquina precursora del traductor Google, y con ello vemos algo después muy manejado en el cine, como es el lavado de cerebro. Tenemos un absurdo interludio donde no sé a cuento de que nos cuelan una subtrama climática sobre el sol que al parecer tiene que ver con los aliens (se explica esto entre mal y fatal). Para en el rush final llegar a la batalla que da sentido a toda la cinta. Debió ser espectacular en su tiempo, hoy día, casi 70 años después, son buenas, cine de catástrofe a gran escala, con la icónica secuencia del platillo destrozando la cúpula del Capitolio, otra nave echando abajo el obelisco, o la que cae en el estanque del Memorial a Wasghington. Batalla donde tendrá gran importancia un arma creada por el protagonista, que funciona a través de ultrasonidos (¿?). Pero me pregunto que si atacan la capital USA, como es que hay tan pocos militares? Esto denota la escasez de presupuesto, que intentan ocultar tras unos muy efectivos efectos visuales.

 

Por cierto, es una peli donde mueren supuestamente cientos de personas (creo), o así debiera por la magnitud del ataque, pero sin embargo nadie vemos sufrir por ello, es como si estos figurantes fuesen de caucho y rellenos de aire.

 

El mayor de los platillos tenía treinta centímetros de diámetro y los tres más pequeños ocho centímetros. Dispuso de otros tres para los primeros planos. En total, un mini escuadrón de siete platillos volantes que en la pantalla bastarían para conquistar el planeta entero. O intentarlo, al menos.

 

Spoiler:

 

Porque los extraterrestres no secuestran al presidente USA y le lavan el cerebro para que haga a su antojo?

De verdad esperaban con esas pocas naves conquistar la Tierra? Es ridículo! Pero si ni son capaces los extraterrestre de hacerse con una ciudad, como iban a hacerse con países, luego con el planeta. Acaso estaba al mando de estos invasores el hermano tonto de Forrst Gump?

 

El 24 de junio de 1947, el piloto Kenneth Arnold sobrevolaba el estado de Washington cuando presenció la aparición de nueve objetos brillantes volando a toda velocidad por el cielo. Una vez en la tierra, describió estos objetos misteriosos a un periodista como «platillos» deslizándose por el agua, indicando más bien su velocidad y trayectoria que su forma. Inadvertidamente, el término «platillo volante» acababa de ser acuñado, dando paso a lo que fue literalmente una avalancha de avistamientos similares al de Arnold y un pico brutal en el interés público por el fenómeno OVNI a finales de los años cuarenta y principios de los cincuenta. Apenas dos semanas después del avistamiento de Arnold, muchos creyeron que el Gobierno de los EE. UU. había recuperado y encubierto un platillo volante estrellado en la localidad de Roswell, Nuevo México. Si bien es cierto que objetos misteriosos en el cielo habían sido descritos desde que el tiempo es tiempo, y que la especulación sobre la vida inteligente más allá de nuestro planeta había sido moneda común de filósofos y científicos durante siglos, la intensa popularización del término «platillo volador» y las oleadas de avistamientos en los años siguientes a la Segunda Guerra Mundial suponían la primera vez que el fenómeno era intensificado por los crecientes medios de comunicación de masas, y el impacto de estos incidentes sería imposible de determinar sin su mediación por la radio, los periódicos y, muy señaladamente, por el cine.

 

La voz de los extraterrestres fue producida mediante la grabación de Paul Frees —en un papel no acreditado— en una cinta de audio de carrete a carrete. Luego, el control de velocidad se subió y bajó rápidamente con la mano mientras se reproducía la cinta, lo que tuvo el efecto de hacer que la voz de Frees oscilara tanto en tono como en velocidad.

 

Ray Harryhausen utilizó animación stop-motion para crear las escenas de la nave espacial voladora. Para aumentar el realismo en las escenas que representan platillos chocando contra monumentos y edificios gubernamentales, también animó la caída de mampostería. Se utilizó alguna animación de figuras para mostrar a los extraterrestres emergiendo de los platillos. Se utilizaron muchas imágenes de archivo, incluidas las tomas, durante la invasión, del lanzamiento de un misil y de baterías de cañones M3 de 90 mm disparando. Se utilizó una película de la destrucción del HMS Barham durante la Segunda Guerra Mundial para representar el hundimiento de un destructor. Las escenas que muestran lanzamientos de satélites utilizan imágenes del despegue de un cohete Viking y de un fallido Lanzamiento del cohete V-2. Una escena que muestra aviones estrellándose después de ser alcanzados por un rayo alienígena utiliza una película de un accidente de 1944 en una exhibición aérea cerca de Spokane, Washington, que involucró aviones militares.

 

El icónico diseño del platillo volante de la película (una cabina central estacionaria rodeada por un anillo exterior giratorio con paletas ranuradas) coincide con las descripciones de los testigos presenciales registradas por el mayor Donald Keyhoe en su libro de no ficción más vendido sobre ovnis. En un homenaje a Harryhausen celebrado en Sydney-Australia, el animador dijo que consultó con el conocido " contactado "ovni de los años 50, George Adamski, sobre la representación de los platillos voladores en la película. Observó que Adamski se había vuelto bastante paranoico en ese momento.

 

Me queda una película con grandes valores de producción, teniendo en cuenta es seri b, de las que hay que ver por su influenca posterior en el género. Pero que como historia es muy simple. Gloria Ucrania!!!

miércoles, 6 de septiembre de 2023

 

Gertie the Dinosaur

 

Film seminal en la animación que tiene su atractivo en ser un paso de gigante en las técnicas de animación, aunque su visión resulta primaria, es un corto que tiene su fama en como influyó posteriormente en cineastas de prestigio como Walt Disney. Este año cumple 109 años (28/12/1914) desde su estreno creado por el dibujante y animador estadounidense Winsor McCay. Fue primera película animada que presenta un dinosaurio. McCay utilizó por primera vez la película ante audiencias en vivo como parte interactiva de su acto de vodevil. Gertie desde la pantalla interactuaba a las órdenes de su maestro. El jefe de McCay, William Randolph Hearst, limitó las actividades de vodevil de McCay, por lo que McCay agregó una secuencia introductoria de acción real a la película para su estreno en cines y pasó a llamarse Winsor McCay, el famoso dibujante y Gertie, escena sin mucha inventiva donde un grupo de amigos llegan por accidente al Museo de Historia Natural de Nueva York, y allí Winsor apuesta a los otros que en una semana dará vida por animación a un dyno, hay una elipsis, vemos parte del arduo proceso de dibujar miles de caricaturas, con un empleado derramando miles de páginas supuestamente esto hará reir (¿?),otra elipsis y se reúnen a una cena y allí les proyecta a Gertie.

 

Aunque popularmente se piensa que Gertie es la primera película animada, McCay había hecho anteriormente “Little Nemo” (1911) y “How a Mosquito Operates” (1912). El estadounidense J. Stuart Blackton y el francés Émile Cohl habían experimentado con la animación incluso antes. Gertie fue la primera película en utilizar técnicas de animación como fotogramas clave, marcas de registro, papel de calco, el visor de acciones Mutoscope y bucles de animación. Influyó en la siguiente generación de animadores como los hermanos Fleischer, Otto Messmer, Paul Terry, Walter Lantz y Walt Disney. El maestro animador de Warner Brothers, Chuck Jones, comentó una vez que "las dos personas más importantes en la animación son Winsor McCay y Walt Disney, y no estoy seguro de cuál debería ir primero". Sólo han sobrevivido 10 de los cortos de McCay, algunos de ellos sólo en fragmentos, pero no se puede subestimar su influencia. Es casi demasiado perfecto que prácticamente todos los animales de dibujos animados que afectan emocionalmente puedan rastrear sus raíces hasta una criatura prehistórica.

 

Historiadores del cine podrían argumentar que GERTIE fue precedida como caricatura por muchos otros contendientes: HUMOOUS PHASES OF FUNNY FACES (1906) de James Stuart Blackton, los numerosos cortometrajes de animación de Émile Cohl (llamados “El padre de los dibujos animados”) y muchas obras de uno de los pioneros del cine moderno, Georges Méliès. Aunque todos estos trabajos estaban en el ámbito de los "caricaturas", GERTIE es el primero en utilizar esta técnica particular de animación cuadro por cuadro que sería la base de todos los procesos de caricaturas venideros. Winsor McCay (1867-1934) había trabajado prolíficamente como artista comercial y caricaturista cuando comenzó a hacer tiras cómicas para periódicos como Dream of the Rarebit Fiend (1904–11) y su firma tira El pequeño Nemo (1905-14). En 1906, McCay comenzó a actuar en el circuito de vodevil, dando charlas con tiza, actuaciones en las que dibujaba ante audiencias en vivo.

 

El resultado de este corto es rudimentario, toon plano, sin dimensión, sin relieve, simplemente la silueta del dyno sobre un fondo blanco delineado por un lápiz negro, interactuando de modo tosco con su creador, con los adornos de la aparición de unos bichos más (un mamut al que lanza vengativamente a un lago, un dyno volador, o una serpiente acuática), y come una roca y un árbol. Y al final aparece en la animación McKay para mostrar a Gertie cual si fuera un jockey. Pero todo en un nivel de pintura simple rupestre, sin color. Por lo que para disfrutarla hay que ver en los márgenes, teniendo en cuenta el contexto temporal, de como la animación del cine estaba en la prehistoria cual Gertie, y este corto es un escalón para subir a la cima a la que con los años se ha llegado, dando ya el salto a la animación por ordenador. Por lo que a un profano le puede resultar algo trivial. Tiene el valor histórico, pero carece de narrativa, de carácter, de seres de dimensión. Brilla en su estética por lo básico, por la reiteración de acciones.

 

La animación: Cuando su creador McCay llama al dyno, Gertie (parece anatómicamente al esqueleto de Apatosaurus, completo con el cráneo más ancho de Camarasaurus) aparece de una cueva, avanza hacia el espectador a la vera de un lago . Su maestro que maneja el látigo le pide que haga trucos como levantar el pie o inclinarse cuando se le ordena. Cuando siente que la han presionado demasiado, le devuelve el mordisco a su amo. Ella llora cuando él la regaña y él la apacigua con una calabaza. A lo largo del acto, los habitantes prehistóricos, como un lagarto volador, distraen continuamente a Gertie. Ella arroja un mamut al lago; cuando se burla de ella rociándola con agua, ella le arroja una roca mientras se aleja nadando. Después de que ella calma su sed drenando el lago, McCay le pide que lo lleve fuera del escenario mientras él se inclina ante el público.

 

El esqueleto de Dinosaurus es el Apatosaurus (en ese momento incorrectamente llamado Brontosaurus) con un cráneo incorrecto. El museo montó los huesos en 1905 y, al no tener cabeza para el esqueleto, montó un cráneo de Camarasaurus, para disgusto de los paleontólogos durante décadas. Solo lo reemplazó con un cráneo de Apatosaurus cuando el museo restauró sus exhibiciones de dinosaurios en la década de 1990).

 

Inspirado por los libros animados que su hijo trajo a casa, McCay "llegó a ver la posibilidad de hacer imágenes en movimiento" de sus dibujos animados. Afirmó que "fue el primer hombre en el mundo en hacer dibujos animados", aunque fue precedido por el estadounidense James Stuart Blackton y el francés Émile Cohl. La primera película de McCay estuvo protagonizada por sus personajes de Little Nemo y debutó en los cines en 1911; pronto lo incorporó a su acto de vodevil. Lo siguió en 1912 con Cómo opera un mosquito, en el que un mosquito gigante, con una animación naturalista, chupa la sangre de un hombre dormido. McCay le dio al mosquito una personalidad y un humor equilibrado con el horror de la situación de pesadilla. Su animación fue criticada por ser tan realista que debió haber calcado a los personajes a partir de fotografías o recurrido a trucos utilizando cables; Para demostrar que no lo había hecho, McCay eligió para su siguiente película una criatura que no podría haber sido fotografiada. McCay consultó con la Sociedad Histórica Estadounidense en 1912 y anunció planes para "la presentación de fotografías que muestren los grandes monstruos que solían habitar la tierra". Habló del "trabajo serio y educativo" que el proceso de animación podría permitir. McCay había introducido anteriormente los dinosaurios en su trabajo de tiras cómicas, como un episodio del 4 de marzo de 1905, de Dream of the Rarebit Fiend en el que un esqueleto de Brontosaurio participó en una carrera de caballos, y un 25 de mayo de 1913, Rarebit Fiend episodio en el que un cazador apunta sin éxito a un dinosaurio; el diseño del fondo de este último tenía un gran parecido con lo que apareció más tarde en Gertie . En el episodio del 21 de septiembre de 1913, de la tira de Little Nemo de McCay En la tierra de los sueños maravillosos, titulado "En la tierra de los antediluvianos", Nemo se encuentra con un dinosaurio azul llamado Bessie que tiene el mismo diseño que Gertié; Tres viñetas de una tira cómica.  Un cazador dispara a un dinosaurio de cuello largo.  En el primer panel, el cazador, sentado y visto desde atrás, dispara su arma con una enorme nube de humo al dinosaurio, que se está tragando un árbol entero.  El cazador dice: "Esto acabará con él!"  En el segundo panel, el dinosaurio está ileso y se traga el tronco del árbol junto con las raíces.  El cazador vuelve a disparar y dice: "Le daré en un lugar diferente!".  En el tercer panel, el cazador ha dejado de disparar cuando el dinosaurio comienza a llenar su boca con grandes rocas.  El cazador dice: "Ahora se está comiendo la piedra suelta que hay por ahí. Dispararé?"

 

Gertie fue la primera pieza de animación de McCay con fondos detallados. La producción principal comenzó a mediados de 1913. Trabajando en su tiempo libre, McCay dibujó miles de fotogramas de Gertie el 6+1 ⁄ 2 -por- 8+Hojas de papel de arroz de 1 ⁄ 2 pulgadas (17 cm × 22 cm), un medio bueno para dibujar ya que no absorbía tinta, y al ser translúcido era ideal para el laborioso calcado de fondos, un trabajo que recayó en el vecino estudiante de arte John A. Fitzsimmons. Los dibujos en sí ocupaban un área del papel de 6 por 8 pulgadas (15 cm × 20 cm), marcada con marcas de registro en las esquinas para reducir la vibración de las imágenes cuando se filman. Fueron fotografiados montados sobre grandes trozos de cartón rígido. McCay estaba preocupado por la sincronización y el movimiento precisos; cronometró su propia respiración para determinar el ritmo de la respiración de Gertie e incluyó detalles sutiles como el suelo hundido bajo el gran peso de Gertie. McCay consultó con el personal del museo de Nueva York para garantizar la exactitud de los movimientos de Gertie; el personal no pudo ayudarlo a descubrir cómo un animal extinto se levantaría estando acostado, por lo que en una escena en la que Gertie se puso de pie, McCay hizo aparecer en pantalla un lagarto volador para desviar la atención de los espectadores. Cuando se terminaron los dibujos, fueron fotografiados en los estudios Vitagraph a principios de 1914.

 

McCay utilizó originalmente una versión de la película como parte de su acto de vodevil. La primera representación fue el 8 de febrero de 1914, en Chicago en el Palace Theatre. McCay comenzó el espectáculo haciendo sus habituales sketches en vivo, a los que siguió con Cómo opera un mosquito. Luego apareció en el escenario con un látigo y sermoneó al público sobre cómo hacer animación. De pie a la derecha de la pantalla, presentó "el único dinosaurio en cautiverio". Cuando comenzó la película, Gertie asomó la cabeza fuera de una cueva y McCay la animó a pasar al frente. Reforzó la ilusión con trucos como arrojar una manzana de cartón a la pantalla, momento en el que le dio la espalda al público y se guardó la manzana en el bolsillo, tal como aparecía en la película, para que Gertie la comiera. Para el final, McCay salió del escenario desde donde "reapareció" en la película; Gertie levantó al animado McCay, lo colocó boca arriba y se alejó mientras McCay se inclinaba ante la audiencia. El espectáculo pronto se trasladó a Nueva York. Aunque las críticas fueron positivas, el empleador de McCay en el New York American, el magnate de los periódicos William Randolph Hearst, estaba disgustado porque la agenda de vodevil de su caricaturista estrella interrumpió su trabajo ilustrando editoriales. Por orden de Hearst, las reseñas de los programas de McCay desaparecieron de las páginas del American. Poco después, Hearst se negó a publicar anuncios pagados en el Victoria Theatre, donde McCay actuaba en Nueva York. El 8 de marzo, Hearst anunció la prohibición de que los artistas empleados por él actuaran en vodevil.  El contrato de McCay no le prohibía sus actuaciones de vodevil, pero Hearst pudo presionar a McCay y sus agentes para que cancelaran las reservas y, finalmente, McCay firmó un nuevo contrato que le prohibía actuar fuera del gran Nueva York. En noviembre de 1914, el productor de cine William Fox ofreció comercializar Gertie the Dinosaur en salas de cine a cambio de "efectivo al contado y los precios más altos". McCay aceptó y amplió la película para incluir un prólogo de acción real e intertítulos para reemplazar su patrón escénico. La película viajó con éxito por todo el país y llegó a la costa oeste en diciembre. La secuencia de acción real probablemente se filmó el 19 de noviembre de 1914. Presenta a McCay con varios de sus amigos, como los dibujantes George McManus y Tad Dorgan, el escritor Roy McCardell y el actor Tom Powers; El hijo de McCay, Robert, tuvo un cameo como asistente de cámara. McCay utilizó una apuesta como recurso argumental, como lo había hecho anteriormente en la película Little Nemo; Al comienzo de la película, McCay y sus amigos sufren un pinchazo frente al Museo Americano de Historia Natural. Entran al museo y, mientras ven un esqueleto de Brontosaurio, McCay apuesta en la cena a que puede darle vida a un dinosaurio con sus habilidades de animación. Se muestra el proceso de animación y sus "10.000 dibujos, cada uno un poco diferente del que lo precede", con escenas humorísticas de montañas de papel, algunas de las cuales deja caer un asistente. Cuando termina la película, los amigos se reúnen para verla en un restaurante.

 

McCay abandonó una secuela, Gertie on Tour (1921), después de producir aproximadamente un minuto de metraje.

 

Obra parteaguas en el proceso creativo de la animación, inane en su historia. Pero hay, para valorarla, entender el momento de su estreno. Gloria Ucrania!!!

martes, 5 de septiembre de 2023

 

Asteroid City.


Irregular, aunque en su conjunto atractiva nueva obra de unos de los cineastas con un universo propio, eso tan complicado de conseguir, como es un sello distintivo propio, como es el cine del texano Wes Anderson. Una dramedia imaginativa, juguetona, una especie de juego de matrioshkas divertido. Dirige y produce Anderson, con guion propio junto a su colaborador habitual Roman Coppola (“Moonrise Kingdom”, “Isla de perros” o “La crónica francesa”), siendo una de las marcas del realizador un reparto extenso de nombres reconocidos famosos, aquí con Jason Schwartzman, Scarlett Johansson, Tom Hanks, Jeffrey Wright, Tilda Swinton, Bryan Cranston, Edward Norton, Adrien Brody, Liev Schreiber, Hope Davis, Steve Park, Rupert Friend, Maya Hawke, Steve Carell, Matt Dillon, Hong Chau, Willem Dafoe, Margot Robbie, Tony Revolori, Jake Ryan y Jeff Goldblum. Para una trama de meta ficción, narrando los eventos de una convención Junior Stargazer en una versión retrofuturista de 1955 en el pueblo titular en el desierto USA, representada como una obra de teatro, y dentro de ello la creación de la obra (ello por mor de la narración de demiurgo de Bryan Cranston), subyaciendo una carta de amor al arte de narrar historias, uno de los mantras en varios de los últimos films del texano (“Gran Hotel Budapest”, “Moonrise Kingdom” o “La Crónica Francesa”). Un relato que denota ser un homenaje a los films de sobre todo los años 50, los que nacían de la paranoia de la Guerra Fría y su vertiente del miedo a la Bomba H, de ahí el sub género de monstruos mutantes y de extraterrestres, de ahí sus elementos con gran sentido retro como los cohetes, el armamento o este peculiar desierto. El rodaje tuvo lugar en España entre agosto y octubre de 2021. Se utilizaron varios decorados en Chinchón, que asemejan un paisaje desértico y una estación de tren simulada.

 

Wes Anderson continua moviéndose en ese micro universo particular, donde sobresale su epicúreo sentido sensorial, toda una inmersión en un sub mundo de una esmerada planificación visual simétrica, tirando de sus colaboradores habituales, como con el DP Robert D. Yeoman (“Gran Hotel Budapest” o “Crónica Francesa”), planos híper mimados, con una color pastel prodigioso, con mucha toma alargada en plano general, con un ambientación que parece sacada de un cuento infantil donde se desplegaban bocetos en 3D, todo muy caricaturesco, muy de sentido de cuento para niños en sus decorados por mor del fabuloso diseño de producción de otro de sus inseparables como Adam Stockhausen, divertidamente gritando cartón piedra, donde todo resulta orgullosamente falso, creando para el espectador una grácil sensación de meta ficción de estar en los años 50, ello con el añadido del manejo dramático del b/n (todo lo que no es la parte Asteroide City) y el color, estos cromatismos en maximizados tonos azules-verdes-terrosos, así como los cambios entre formatos de pantalla para diferenciar entre las ‘matrioshkas’ (esto ya usado por Anderson en “El Gran Hotel Budapest”).Todo ello adornado por una deliciosa banda sonora creada por el galo Alexandre Desplat (en su sexta colaboración consecutiva con el director); Amén del elemento del vestuario creado por la 4 veces oscarizada la turinesa Milena Canonero.

 

Un relato sin un protagonista definido, se mueve en la coralidad, aunque con personajes entre su maremágnum de roles que se destacan en cada ‘matrioshka’. En realidad, entre estas decenas de personajes es complicado que las actuaciones sobresalgan, de hecho, resultan estas algo ataráxicas, muy flemáticas. También este pandemónium de historias hace que ninguna tenga fuerza de calado emocional, Anderson atrapándome en su bonito caramelo con su envoltorio deslumbrante estéticamente, no consigue equilibrar esto con una narrativa que te hinque el diente. Es un film que me cautiva en su primera parte, pero a medida que avanza pierde ese punch, pues le falta sustancia para mantener la garra, pues tras su fascinante puesta en escena la historia es esquemática, te ríes, te conmueve en algún momento, pero adolece del factor de trascendencia. Wes firma aquí cheques que no puede avalar su guion, su proyección del existencialismo de sus personajes resulta impostado, lo intenta potenciar con el hieratismo de los mismos, pero me resulta forzado. Esta narración anidada una dentro de otra y así sucesivamente hace que pierda fuerza siempre la de adentro, sientes que al final el dramatismo se pierde al estar viendo a actores y no a personaje. Ya sé que hablan de la dificultad de las conexiones humanas, pero al contarlo de esta forma se pierde el foco de lo real, siéndome al final de ligereza, grácil, pero reitero, ligera, donde precisamente la conexión, en este caso la emocional se diluye entre tanto artificio atmosférico. Y es que tampoco es que me cuente algo original, es volver por los temas ya ajados del cineasta, parece plagiarse a sí mismo por momentos.

 

Ambientada en una versión retrofuturista de la década de 1950, un presentador de televisión (Bryan Cranston) presenta una producción televisada de Asteroid City, una obra del famoso dramaturgo Conrad Earp (Edward Norton). En la obra, se lleva a cabo una convención de astronomía juvenil en la ciudad ficticia del desierto de Asteroid City, lugar en medio de la nada, con solo una gasolinera (la regenta un mecánico encarnado por un cuasi cameo Matt Dillon), un motel (regentado por un tipo encarnado por otro cuasi-cameo Steve Carell), la cafetería, y un puente inacabado de fondo. En la obra, el fotoperiodista de guerra Augie Steenbeck (Jason Schwartzman) llega temprano a la convención Junior Stargazer con Woodrow (Jake Ryan), su intelectual hijo adolescente y sus tres hijas menores. Allí se conmemora el ‘Totem’ del meteorito que aterrizó en este lugar del desierto en el año 3007 a. C. y lo eligieron para hacerlo con una ceremonia especial de entrega de premios. Cinco jóvenes inventores han sido invitados a recibir los trofeos que han ganado como Junior Stargazers y Space Cadets. Cuando su auto se avería, Augie llama a su suegro, Stanley (Tom Hanks), para pedirle ayuda. Augie es un tipo inseguro, incapaz de comunicarles a sus hijos que hace tres semanas por enfermedad falleció su madre (lleva las cenizas de ella en un tupperware). Entrando aquí uno de los mantras del realizador de “El Fantástico Mr. Fox” como es el factor dolor, aunque como casi todo en la peli me es superficial. También hay espacio para criticar el militarismo, para criticar ello intentar comprender al diferente (encarnados estos en el extraterrestre).

 

Augie conoce a Midge Campbell (Scarlett Johanson), residen enfrente cada uno en el motel, hablando charlando teatralmente a través de las ventanas que se comunican. Ella es una actriz famosa pero cansada del mundo, y a su hija Dinah (Grace Edwards), quien, al igual que Woodrow, será homenajeada en la convención. Llegan los demás participantes de la convención, el general de cinco estrellas Grif Gibson (Joe Wright), el astrónomo Dr. Hickenlooper (Tilda Swinton), tres homenajeados adolescentes adicionales (Ricky, Clifford y Shelly) y sus padres (JJ, Roger y Sandy), un autobús lleno de niños de escuela primaria acompañados por la joven maestra June Douglas y una banda de vaqueros dirigida por la cantante Montana (Rupert Friend). Un motel local ofrece alojamiento para todos; La creación de la obra se intercala entre la obra. Algún tiempo después de que Conrad Earp comenzara a escribir, se encuentra con el actor Jones Hall (..), quien realiza una audición en la casa de Earp y es elegido de inmediato, teniendo importancia el preparador de intérpretes (Willem Dafoe pasándoselo bien en un papel inane). Durante la misma interacción, Earp y Hall se besan, estableciendo su relación como amantes. Earp escribe la obra con la ayuda de una escuela de actuación local y recluta a la mayoría de los miembros del reparto, incluida Mercedes Ford (la Johanson ahora rubia), una actriz temperamental pero talentosa que interpreta a Midge. Durante la representación grabada de la obra, Hall, que interpreta a Augie, se enfrenta al director de la obra, Schubert Green (Adrien Boody), diciendo que "todavía no entiende la obra" y le pregunta a Green si "lo está haciendo bien".

 

Es una cinta de las que es mejor por partes que en su suma. Teniendo buenas escenas, buenos diálogos, personajes pintorescos, situaciones jocosas (toda la ceremonia de los premios en el cráter que acaba con la llegada de un platillo volante a los “Encuentros en la tercera fase”, y apareciendo un E.T. [un disfrazado de alíen Jeff Goldlum] para robar un fragmento del meteorito que creó el cráter; lo bufonesco de los niños usando sus inventos para acabar con el militarismo; o el running-gag de la persecución policial que se ve de fondo de vez en cuando)

 

Spoiler:

 

Final: Seis meses después de la ejecución de la obra, Conrad Earp muere en un accidente automovilístico. En el epílogo de la obra , Augie y su familia son los últimos en abandonar Ciudad Asteroide después de que el general Gibson levantara la cuarentena. Las hijas de Augie entierran las cenizas de su madre en el desierto, Woodrow gana la financiación de la beca y Midge le deja a Augie su dirección postal. Augie y su familia se alejan en silencio.

 

Bill Murray fue elegido originalmente como el gerente del motel, pero tuvo que abandonar el papel debido a que estaba infectado con COVID-19. Sin embargo, después de su recuperación, llegó al set de filmación en España, y aunque Anderson no pudo agregar otro papel a la película en sí, le dio a Murray el papel de Jock Larking, que era un personaje adicional creado para un cortometraje promocional.

 

El rodaje en España fue entre agosto y octubre de 2021, con las precauciones de seguridad de COVID-19 vigentes. Se construyeron varios escenarios en Chinchón, incluido un gran diorama que se asemeja a un paisaje desértico con la ciudad homónima de Asteroid City, incluida su estación de tren, un restaurante, un garaje y un observatorio.

 

Me queda una bonita fallida propuesta, a al que le falta solidez narrativa para elevarse por encima de su artificio. Gloria Ucrania!!!

 


EL SOL SIEMPRE BRILLA EN KENTUCKY.

 

Infravalorada dramedia dirigida por el maestro John Ford, en la que es, según propias palabras, uno de sus films favoritos, y eso que fue un fracaso comercial. La he visto con motivo del 70 aniversario de su estreno (13/03/1953), y me ha sido aún mejor que la última vez que la vi, todo un soplo de aire fresco, que recuerda indefectiblemente a su anterior film de 1952 (el oscarizado) “El Hombre Tranquilo” en su retrato de una comunidad rural, algo muy fordiana, aunque esta historia es muy anterior a la protagonizada por O’Hara y Wayne, pues el guión de Laurence Tucker Stallings (“Tres lanceros bengalís” o “El Libro de la Selva”), se basa en material tomado de una serie de cuentos de Irvin S. Cobb, "Judge Priest", que aparecen en The Saturday Evening Post en la década de 1910, específicamente "The Sun Shines Bright", "The Mob from Massac" y "The Lord Provider", y que Ford había adaptado parte del mismo material en 1934 en su película “Judge Priest” (esto de grandes directores ‘remakeandose’, estaba de moda en aquellos años entre grandes directores como Wilder y Hitchcock, Wyler y Capra). Esa película originalmente tenía una escena mostraba un intento de linchamiento de Poindexter (y la condena del acto por parte de Priest), fue cortada por la 20th Century Fox. La omisión fue una de las razones por las que Ford remodeló vagamente las historias de Cobb dos décadas más tarde como “The Sun Shines Bright” para Republic Pictures, incluyendo la desactivación del juez Priest de la mafia decidida a linchar a un joven personaje negro llamado Woodford. En ambas películas, Stepin Fetchit interpreta el papel del asistente del juez Priest, Poindexter. El título original, es una versión de la letra inicial de la canción My Old Kentucky Home, cuya música acompaña a la película.  

 

Es una encantadora y muy entrañable cinta, un canto al sur estadounidense a su modo de vida a principio de siglo XX, al entendimiento de los perdedoras de la guerra civil con los ganadores, y sobre todo una carta de amor a los marginados, erigiéndose en defensor de las causas perdidas el protagónico juez, en realidad un alter ego idealizado del propio John Ford, proyectando sus valores morales patriotas, su tolerancia, su ataque al racismo (en una sociedad que hacía poco acababa de salir de la era esclavista), a tomarse la justicia por su mano, su salvaguardia de las  personas descarriadas. Una radiografía mordaz de un país en el que aun cicatrizaban las heridas de la guerra que los desangró. Las tres historias mezclándose de forma orgánica para exponer un lienzo conmovedor de este tiempo y lugar, con epicentro en la actuación mayestática de Charles Winninger como el carismático juez Priest (un apellido nada casual). Todo regado de un delicioso humor, con diálogos y situaciones que te mueven en todo momento a emociones, poniendo en alza la dignidad, la comprensión, el orgullo, el respeto, la valentía, en contra d ellos prejuicios. Todo esto componiendo personajes que transpiran humanidad en sus virtudes y muchos defectos, ello con economía de medios, valiéndose Ford de su experiencia para delinear personajes con alma, con matices y sobre todo simpáticos al espectador.

 

Los títulos de crédito se inician sobre un pontón, un negro alto, Jeff Poindexter (Stepin Fetchit) se asombra ante la llegada de un barco de vapor. El juez Priest (Charles Winninger), con gorra y camisón, lo llama esperando su trago matutino que tanto necesita; sin este trago de alcohol de contrabando, le sería imposible reiniciar su viejo corazón. Estamos en vísperas de las elecciones al juez del condado, a las que Priest se presenta tratando de reeditar el cargo, cargo que le discute muy seriamente el unionista Horace K. Maydew (Milburn Stone). Tiene un arranque un tanto dubitativo la historia, le cuesta situarse, aunque esto lo subsana con ingeniosas dosis de humor fordiano, ejemplo esa sesión en el juzgado. Tenemos una primera parte en que predomina el tono de comedia, pero a la vez va componiendo un cuadro de la personalidad magnética del protagonista, va dejando caer los secretos que anidan en este pueblo. Con esas reuniones de los veteranos confederados, en paralelo a otra de veteranos yankis, con ese manejo de la bandera, ese discurso de Priest. Siendo un momento parteaguas del film la llegada en el vapor de una enfermiza mujer, esto supone un giro hacia el drama neurálgico, donde los secretos comienzan a emerger, y ya no se puede estar de perfil ante la verdad, y es aquí donde la verdadera personalidad de unos y otros brotan. También crucial en tallar la magna personalidad del protagonista es la escena en que hace frente a una turba de linchamiento contra un desafortunado negro. Todo ello para desembocar en un rush final trémulo, con epicentro en un funeral, donde solo si erres de piedra no se te pondrá el vello de punta.

 

Es la fotografía de una comunidad con sus muertos en el armario, pero donde Ford lo salpica todo de humor, que hace todo sea muy fluido y ameno. En el centro y como cohesión narrativa que da sentido a todo está el carácter del protagonista. El juez Priest es una persona de una pieza, vestido de impoluto blanco, pertenece a la última generación de veteranos confederados de la Guerra Civil, lo conocemos quejándose a su sirviente que no le ha traído el agua de vida, pero en ello se nota gran confianza y camaradería con su criado. Es simpático, locuaz, valeroso, seguro de sí mismo, tolerante, teniendo a un criado negro al que trata con cariño (aunque puede visto hoy como condescendiente, hay que poner el contexto donde esto era un paso para el trato igualitario; Hasta el camino más largo se comienza con un paso pequeño), integro, tanto como para jugársela en el día de elecciones por sus convicciones humanistas.

 

Ford comienza mostrándonos a Priest como una parodia de juez, para poco a poco darnos cuenta de lo que esconde este hombrecito canoso, enfrentándose a los prejuicios de esta comunidad. La primera vez que lo vemos defendiendo la hipocresía general es cuando intenta el fiscal vejar a una mujer Mallie Cramp (estupenda Eve March, regenta un saloon [eufemismo de madame de burdel]) en el tribunal y él la atiende con caballerosidad, sin atender a su reputación (curiosamente no sabremos de que se le acusa).

 

Muy divertido como actúa con el joven negro (con un nombre de dos enemigos confederados, Grant Woodford) haciéndole tocar el banjo Dixie (himno sudista) y luego uniéndose a él con la corneta (lo que provoca gran revuelo en el pueblo al oírlo); lo veremos en un acto de reconciliación espléndido con los yankis, pegándose un glorioso discurso de unidad (grandioso cuando glosa la grandeza yanki al permitir que un fervoroso confederado como él sea juez como derrotado: ‘Un país, una bandera’); como se eleva de modo épico ante una masa justiciera frente a la cárcel para defender a un pobre muchacho [los perros sabuesos son muy tontos], pistola en mano haciendo una raya con su paraguas negro (en un acto que le emparenta con Jesús juzgando, ello con un versículo de los evangelios que narrará) en el suelo como señal de hasta donde, y lanzando un corajinoso monólogo(‘Vais a matarme, pero antes habré matado al primero de vosotros que cruce esta línea’), él solo contra todos, Apoteósico. Tramo que recuerda a uno similar en “El joven Lincoln” (19439), también de Ford; Magnífico en la parte del funeral, en dos partes esto. Primero con durante el cortejo fúnebre en riguroso silencio, y luego con el responso (Quien esté libre de culpa, que tire la primera piedra), Sensacional; La parte de las elecciones es para mí la más floja, no te mueve en su forma de resolverse a emoción alguna, muy previsible; Aunque lo que es el epílogo, sí que te remueve los sentimientos (spoiler), recordando y mucho a la contraparte de otra cinta posterior de esta misma década de Ford (spoiler). Todo ello echo posible por la sublime interpretación de Charles Winninger, manejando con sutilidad la expresividad y con ello haciéndolo con gran dimensión humana.

 

Ford intenta sacudirse muchos de los clichés de los que ha sido acusado, como por ejemplo su misoginia. Aquí hace toda una alabanza de la mujer en las peores de las condiciones, respetándola en contra de marginación que muchos quieren propinarle por su supuesta vida amoral. Ford a través de Priest arremete contra el papanatismo de la sociedad puritana. Está también la bonita historia de amor de una joven hija adoptiva de Dr. (bonita Arleen Whelan) que sufre por los cotilleos del pueblo, con un joven apuesto recién llegado Ashby Corvin (buen John Russell), en un desarrollo grácil. Como Ashby defiende a la joven de los atropellos que sufre por su misterioso pasado del que no sabe quién es su madre, como cuando se enfrenta a un viscoso tipo Buck Ramsey (buen Grant Withers), en un curioso duelo a fustigados con ambos contendientes descamisados.

 

Spoiler:

 

De quién es hija la maestra Lucy Lee? Fue criada cariñosamente por el Dr. Lewt Lake (Russell Simpson). Un cuadro revela frente a ella el secreto. Es el retrato del General Fairfield junto a una joven enfermera que tiene los rasgos de Lucy Lee. El juez Priest le cuenta la verdad, que es el general, la repudio porque su hijo murió en una pelea, por culpa de su madre. La madre es la prostituta moribunda que llegó al pueblo y murió ese mismo día, y fue cuidada por su padre adoptivo. Mallie Cramp le pide a Priest que acompañe el funeral al templo. Este fue el último deseo de la mujer moribunda y ningún sacerdote accede a hacerlo. Entonces vemos al oponente en las elecciones de Priest dando un discurso en la calle a pleno día, y de pronto interrumpe su fervor cuando ve un cortejo fúnebre encabezado únicamente por Priest, va solo tras el blanco carruaje del féretro. Comienzan unos minutos en escrupuloso silencio, en que la cámara sigue la procesión, sin música de acompañamiento, filmada en travelling lateral. Entonces la gente observa la escena en respeto, entonces varios amigos de Priest se van uniendo, poco a poco, sin alaracas, siguen sumándose al supuesto marginal cortejo más y más personas. Cuando llegan a la Iglesia son decenas personas las que acuden al funeral, entre ellas la hija natural Lucy y su pretendiente Ashby. Tramo conmovedor, de los que recorsdaras por siempre por su fuerza dramática. El juez ha preferido hacer realidad el sueño de una muerta que participar del circo de mítines electorales; Los asistentes a la procesión entran y se sientan respetuosamente con Lucy en primera fila junto a Ashby. Cuando comienza el sermón Priest, se hace el silencio, ha entrado alguien, es el general Fairfield, se acerca a primera fila y pide a Ashby le deje el sitio que le corresponde a él. Con lo que hay un reconocimiento implícito de su nieta Lucy. Tras lo que Priest da su ‘homilía’ sobre el episodio de los Evangelios relatado por San Juan (8 - 1, 11). El de la adúltera, resumido en aquello que dice Jesús: “Quien esté libre de culpa que tire la primera piedra”, referente al ‘pecado’ de la difunta.

 

La parte de las elecciones me resulta previsible. Aunque por el contrario está el bello epílogo, donde se encumbra de forma cuasi-deidífica a Priest, cuando tras vencer en las elecciones, varias marchas hay frente a su hogar, una de ellas con una pancarta que pone: "Él nos salvó de nosotros mismos". Al final del tributo al personaje vemos un trémulo coro góspel de negros frente al hogar del juez. Acabando de forma lírica cuando Priest se retira al interior de su casa, y Ford lo muestra esto como si se estuviera encaminando a la eternidad metafísica. Escena reverso de la posterior final de Ethan Edwards en “Centauros del desierto” (1956), donde el protagonista se aleja por el desierto enmarcado por una puerta que se le cierra. Terminando circularmente el film, pues se inicia con el despertar del Juez y se acaba cuando va a ‘dormir’.

 

Pueden verse también similitudes entre este juez y el Atticus Finch de “Muerte de un ruiseñor” de la novela de Harper lee de 1960, y que protagonizó de modo mayestático Gregory Peck en 1962. Un tipo con un gran sentido de la dignidad, con cierto poder en el sur USA, que defiende a un negro de una violación a una mujer blanca.

 

Notable e infravalorado film fordiano, hay que reivindicarlo en sus valores de humanismo. Gloria Ucrania!!!

 


Tarántula.


Entretenido film de Monster-movies, ese subgénero que tiene como epicentro la década de los 50 (Hormigas, cangrejos, mantis, o en este caso una tarántula), donde sumergidos en la paranoia de la Guerra Fría y su vertiente Atómica se realizaron al amparo de esto películas con elementos remanentes de esta situación, donde se exponían los peligros que nos invadieran fuerzas extraterrestres, que eran en realidad alegorías de comunistas, o como en este caso, sobre los peligros de experimentar con fuerzas nucleares, en este caso el ‘Isótopo’ es el McGuffin, ello mezclado con elementos clásicos de Mad Doctor, para remarcarnos aquel mantra de que no se debe jugar a ser Dios, aunque en este caso son ínfulas megalómanas, pues la intención del experimento es conseguir comida suficiente para la demografía futura (en un diálogo el ‘Mad Doctor’ habla de la población multiplicándose y hace un vaticinio sobre la población que se espera en el 2000, diciendo 3600 millones, quedándose muy corto, la realidad superando la ficción, había más de 6000 millones). Dirigida por un experto en este sub género perteneciente a la serie b lleno de efectos visuales, como es Jack Arnold, con guion de Robert M. Fresco (“Monstruos de piedra”) y Martin Berkeley (“Muerte al atardecer”), basándose en una historia del director, que a su vez se inspiró en el guión de Fresco para la película de 1955 Episodio de Science Fiction Theatre "No Food for Thought", también dirigido por Arnold, donde el germen de la trama era meramente policiaco y procedimental, arrancando aquí con un cadáver desfibrado que aparece en el desierto y a través de desentrañar el misterio se da con algo  mucho mayor. Versando aquí sobre un científico que desarrolla un nutriente milagroso para alimentar a una población humana en rápido crecimiento. En su estado no perfeccionado, el nutriente causa un crecimiento extraordinariamente rápido, creando un problema mortal cuando un sujeto de prueba de tarántula escapa y continúa creciendo más y más.

 

Film que desborda esa ternura de las películas de terror de esos núbiles años, teniendo los clichés de esta moda, donde todo acontece cerca de un pequeño pueblo en medio del desierto del medio oeste USA (era para ahorrar costes, pues se filmaba a pocos km de Los Ángeles, carreteras que eran fáciles de cortar, y daban bien en pantalla), hay una llegada inesperada, un accidente o como en este caso, un experimento que se va de madre, el monstruo tarda en aparecer, y siempre hay un desenlace en que el Ejército USA es clave, ello para hacer ver a la población del país norteamericano que estaban bien protegidos ante las amenazas. Ah, y siempre introducían un romance metido con calzador para intentar dar sentido dramático a algún rescate del héroe de turno, y como siempre esto es un postizo, pues al espectador del momento lo que le interesa es ver en acción al villano de turno, en este caso a la Tarántula. De hecho, las actuaciones eran algo marginal en estas cintas, no solía haber una interpretación a resaltar (esta peli protagonizada por John Agar, Mara Corday y Leo G. Carroll no es excepción), no ayudaba que el guion lso hacia clichés sin fondo alguno. Y donde todo acontece de modo lineal, sin subtramas, suelen ser argumentos directos, donde los protagonista humanos están reunidos en el rush final frente a la amenaza.

 

Aquí brillan (siempre con el filtro de estar en 1955) los efectos visuales, bien trabajados, sencillos y efectivos, involucrando a una araña real creada por Wah Chang (“El tiempo en sus manos” o “El amo del mundo”), incrustada gracias a la miscelánea con los efectos especiales fotográficos de David S. Horsley (“La novia de Frankenstein” o “El hombre invisible vuelve”) en escenarios en miniatura y con superposiciones, así como para los primeros planos unas buenas maquetas que hacen buenas las escenas del bicho, sobre todo las secuencias en que aparece moviéndose por el desierto, apareciendo sobre colinas, cortando el horizonte cual Armagedón negro amenazante, derribando postes de cables de luz, donde incluso se han preocupado de colocarle la sombra; También reseñable la labor de maquillaje  Bud Westmore (“La mujer y bel monstruo” o “El mundo está loco, loco, loco, loco”), ello importante para representar la enfermedad acromegalia que deforma el rostro, llegando a su apogeo en la escena final que aparece el Dr. Deemer con la cara cual derretida, muy bueno para su tiempo. 

 

Un hombre severamente deformado es encontrado muerto en el desierto de Arizona. El sheriff llama al Dr. Matt Hastings (John Agar), médico de la cercana ciudad de Desert Rock, Arizona, para que examine el cuerpo. Parece ser el del científico de investigación biológica Eric Jacobs, un conocido de Hastings. El colega de Jacobs, el Dr. Gerald Deemer (Leo G. Carroll), dice que Jacobs murió de acromegalia, pero Hastings no está convencido, ya que la acromegalia tarda años en alcanzar su estado actual. Deemer reconoce que el desarrollo de la acromegalia de Jacobs fue rápido, en solo cuatro días, pero insiste en que tales anomalías son de esperar en ocasiones. En su hogar y laboratorio de investigación en una mansión aislada en el desierto, Deemer tiene conejos, ratas blancas, hámsters y una tarántula, todos de enorme tamaño. El asistente de Deemer, el estudiante de doctorado Paul Lund, ahora está deformado como Jacobs y ataca a Deemer, rompiendo el vidrio que cubre la jaula de una tarántula e incendiando el laboratorio en su alboroto. Lund agarra la aguja hipodérmica que Deemer estaba usando en las muestras de laboratorio y le inyecta el contenido. Cuando las llamas envuelven el laboratorio, la tarántula se va y Lund se derrumba y muere. Deemer recupera la conciencia, agarra un extintor de incendios y apaga el fuego. Esa noche, Deemer entierra a Lund en el desierto. La bióloga Stephanie "Steve" Clayton (Corday) tendrá importancia en la trama.

 

El director sabe ir goteando las pistas para que el espectador vaya componiendo las piezas del puzle del porque hemos llegado a tener en este desierto a la Tarántula mastodóntica, con ese ayudante del doctor con una rara enfermedad que ha desarrollado en modo flash, esos animales con los que experimenta el doctor, ese ataque del ayudante al mismo que acaba muerto y con los animales sueltos, esas rocas que caen misteriosamente de un montículo, esas vacas devoradas y de las que solo quedan los huesos pelados, el rastro de líquido blanco que hay cerca de las víctimas, esos toques que el Dr. Deemer se da en el brazo, el rostro del mismo deformándose de forma que llega a parecer un antecedente del Hombre Elefante. Y ya en lo diáfano vemos a la Bestia en todo su esplendor atacando a las personas (todo hay que decirlo, bastante torpes ante el bicho). Son recursos narrativos bien manejados, donde el Dr. Matt Hastings se convierte en el detective y por tanto en héroe, nuestra brújula en la trama, entre medias un flirteo romántico que evoluciona de modo torpón.

 

La tensión se masca en cada escena del desierto, los ataques a los vaqueros, el espectacular ataque a la residencia del Dr. Deemer, con esa mirada del bicho a través de la ventana (homenaje a King Kong?), como vemos destrozar la casa, en una secuencia muy bien filmada, tuvo que ser ‘la leche’ para el espectador de entonces ver a la araña más grande que un edificio aplastar la casa, la huida por la carretera del arácnido gigante.

 

Tiene un tramo central algo plúmbeo en lo que a ritmo se refiere, ha faltado ideas para no dejar en manos d ellos rutinarios a interpretes el peso de una trama muy vista. Y ya en el tramo final llega la intervención el ejército. Y aquí la cinta cojea al echar mano de un final trillado, demasiado echándose en manos de que el poderío militar terminará por acabar con todos los males. En este tramo aparece el napalm, algo que pocos lustros más tarde se haría trágicamente famoso por como el ejército USA lo utilizó en la Guerra de Vietnam.

 

Como curiosidad queda el machismo imperante en esos años, ello con núcleo en la figura de la bióloga Stephanie 'Steve' Clayton (Mara Corday), y es que las frases son jocosamente condescendientes oídas casi 7 décadas después. El Dr. Hastings al conocerla comenta: "Esto es lo que pasa cuando se le da libertad a una mujer. En lugar de amas de casa o cocineras, se convierten en biólogas y doctoras". Como ella misma le dice al jefe: "La ciencia es ciencia, pero una chica debe arreglarse el cabello!".

 

Spoiler:

A que viene por parte del Dr. Deemer inyectar a una tarántula para su experimento de proporcionar alimento a la humanidad? Pretendía alimentarla con arañas?

En el tramo final el sheriff llama a una base militar para que vengan cazas de guerra y bombardeen por la zona con gas napalm, y así de sencillo? Sin hacer preguntas de para que? No hay indagación militar de para que es?

Y para que se inyectaron los Ayudantes del Dr. Deemer? Que pretendían? Ser Gigantes?

 

‘A excepción de unos pocos primeros planos realizados con un modelo mecánico, la araña era un animal auténtico. El especialista en fotografía Clifford Stine rodó una tarántula de verdad en una serie de decorados en miniatura, dirigiendo sus movimientos mediante chorros de aire. Estos planos se combinaron ópticamente con aquellos en los que aparecían los actores, consiguiendo un nivel de verosimilitud superior incluso a la animación stop-motion, algo inédito en una época muy anterior a los efectos digitales. Gracias a esta técnica, el director consiguió momentos de gran fuerza visual, como cuando la araña aparece por primera vez, o cuando ataca a la casa del profesor Deemer. El arácnido era, con diferencia, mucho más terrorífico que las hormigas mecánicas de La humanidad en peligro . Para el incendiario final, el piloto (interpretado por un jovencísimo Clint Eastwood en su cuarta película) dispara cohetes de napalm contra la araña y la incinera. En esa escena se utilizó un modelo creado por Wah Chang, quien no tardaría en convertirse en una estrella de los efectos especiales cinematográficos y televisivos participando en títulos de la fama de El tiempo en sus manos, Star Trek o El Planeta de los Simios.’

 

Aunque ambientada en Tarantula tiene lugar en la ciudad ficticia de Desert Rock, Arizona. Tarantula se filmó íntegramente en California, y las escenas del desierto se rodaron en Apple Valley. Se filmaron imágenes adicionales en y alrededor de las formaciones rocosas de Dead Man's Point en Lucerne Valley, California, un lugar de uso frecuente para muchas de las primeras películas del Oeste.

 

Clint Eastwood aparece sin acreditar en un papel menor como líder del escuadrón de aviones. Arnold también emplearía a Eastwood en un pequeño papel como asistente de laboratorio en la secuela de Creature from the Black Lagoon del mismo año, Revenge of the Creature.

 

El póster de estreno en cines de la película, que presenta una araña con dos ojos en lugar de los ocho normales y que lleva a una mujer en sus colmillos, no representa ninguna escena de la película final; todas las víctimas humanas de la araña son hombres. Esta representación llamativa de una mujer en peligro se había convertido, en ese momento, en un cliché estándar de carteles de películas B que continuó usándose durante algunos años para promocionar películas similares.

 

Tarántula fue uno de los films clásicos de ciencia-ficción estrenados en la década de los cincuenta por el director Jack Arnold, quizá el mejor realizador del género de aquella época. Debutó en el mismo con Llegó del más allá (1953) y firmó otros clásicos como La mujer y el monstruo (1954), La venganza del hombre monstruo (1955), El increíble hombre menguante (1957, donde también aparecía una araña) y las más prescindibles Monster on the Campus (1958) y The Space Children (1958). En varias de ellas, incluida la que nos ocupa, formó equipo con el productor William Alland, que había sido actor en la compañía teatral de Orson Welles (encarnó al periodista que buscaba a Rosebud en Ciudadano Kane ) pero que en los cincuenta había abandonado la interpretación para centrarse en la producción.

 

Protagoniza John Agar, refinado actor venido a menos, se le negó estrellato por sus adicciones al alcohol, encontró interesante nicho en las pelis de bajo presupuesto. Como dato curioso, fue marido de la estrella infantil de la época dorada del cine Shirley Temple.

 

Me queda otro de esos films que tiene el encanto de su candidez, donde solo pretendían entretener con argumentos desmesurados. Gloria Ucrania!!!

 

DOBLE CUERPO.

Una infravalorada película a reivindicar, moderna para su tiempo. Todo un soplo de aire fresco el ver esta cinta que no veía desde mi ochentera adolescencia de betamax video, me he sentido transportado en la máquina del tiempo ya la vez enfrentado a ese yo de hace casi 4 décadas que la vi de un modo juvenil diferente, en esa núbil edad me sentí cautivado por los niveles de erotismo que había mezclado con un thriller agobiantemente juguetón, pero transcurridos varios lustros y ya en mi mediana edad, y con todo el bagaje de cien a cuestas, mi visión ha sido otra, al encontrar a un director De Palma queriendo homenajear sin disimulo al maestro Hitchcock con una cinta pícara, transgrediendo los roles hitchcockianos, sin tomarse en serio a si misma la historia, con mucha referencia sexual freudiana (ese misógino gran taladro en realidad un gran falo que taladra mujeres), con una filmación ingeniosa. Me ha supuesto una inmersión en un estado de ánimo, ayudado por la gran labor en la cinematografía de Stephen H. Burum (“Los Intocables de Elliot Ness” o “Atrapado por su pasado”), componiendo tomas subjetivas apasionantes, creando sensualidad cárnica, con planos sin cortes alargados, con tomas singulares (ese juego de zoom para exhibir la claustrofobia en el túnel es genial), con un juego de colores prodigioso en loi atractivo, ello adornado por la climática música del italiano Pino Donaggio (“Impacto” o “Vestida para matar”), que escucho mientras escribo, siendo electrizante en su poder evocador el leit-motive de cuando la hermosa mujer hace la sexy danza en su dormitorio. Es una experiencia de cine dentro del cine, jugando con los reflejos, los doppelgänger, las falsas apariencias, los influjos, el voyerismo que todo espectador de cien llevamos dentro, jugando con las obsesiones, jugando con nuestras filias y fobias. Goteando de humor el desarrollo (el juego que dan las braguitas de Gloria, el corto cable del taladro o ***lo que no está dispuesto a hacer Holly).

 

Dirigida, coescrita y producida por Brian De Palma, para una película que rompía con su anterior arrolladora épica del narco Scarface, aquí volvía a sus mantras el italoamericano, para hacer una mezcla atractiva entre elementos claramente de Hitchcock (hay de “La ventana indiscreta”, “Vértigo”, “Crimen perfecto” o “Frenzy”), pero también hay recursos del giallo italiano, y de Antonioni y su “Blow Up”, y todo ello rindiendo tributo cuasi meta al cine y su poder de fascinar. Protagonizada por unos desconocidos, lo que crecenta la sensación de que todo les puede pasar, Craig Wasson, Gregg Henry, Melanie Griffith (hija de la hithcockiana Tippy Hedren: “Los Pájaros” y “Marnie”) y Deborah Shelton.

 

Un coctel donde se dan cita el cine, los miedos psicológicos, las confianzas, las sugerencias, el sexo, la obcecación, el asesinato giallo, el sentimiento de culpa, la pornografía como elemento para superar las barreras morales, y las ansias de superación de nuestros mayores temores. Todo sexteado por dosis deliciosas de humor negro, con diálogos ingeniosos, con situaciones bien delineadas en su función de atrapar al espectador. Bordeando la ensoñación pesadillesca, utiliza los clichés De Palma de los 80 como un maestro de la parodia puntiaguda. Despliega todo un arsenal de típicos del suspense y la intriga en una trama retorcidamente divertida: metiendo porque yo lo valgo una especie de videoclip cachondo del Relax de "Frankie goes to Hollywood". El director sabedor de que estaban de moda los thrillers eróticos, se dice que esto solo es porno enmascarado soft, y el directamente lo pone n en primer plano.

 

Jake Scully (Craig Wasson), es un actor que, tras entrar en estado de pánico de claustrofobia, llega a casa del set de "El beso del vampiro" (él es el vampiro) para encontrar a su novia fornicando con otro hombre. No puede echarla, es su apartamento. En un casting, se hace amigo de otro actor, Sam (Gregg Henry), le ofrece quedarse en la vivienda en la que él está para cuidarla, mientras él está de viaje en Seattle. Es una casa enorme como una nave espacial sobre Los Ángeles, con una cama giratoria, un televisor de pantalla grande y un telescopio con el que Jake puede espiar a una vecina que baila y se da placer todas las noches a la misma hora.

 

Comienza en una escena (circular) que satiriza los rodajes series b de películas de terror, en este caso una de vampiros el simbolismo de que los hombres son vampiros que vampirizan a las mujeres, mantra del film), donde el protagonista hace de un chupasangre que tiene miedo a los espacios cerrados (un vampiro con claustrofobia a los ataúdes?). Un tramo inicial de cine dentro del cine, en un juego de espejos que salpicará todo el metraje, con dobles de cuerpo, con pelis porno, rodajes de escenas porno, y sobre todo voyeurismo. Puede tener un hándicap el film en que tarda en situarse, tarda en arrancar el núcleo del crimen, pero el camino hasta él es placentero en crear atmósfera de ensueño deliciosamente sexy, con esas miradas voyeur por el telescopio a la exhibicionista (cual James Stewart en “The Rear Window”, donde allí se sugería su voyeurismo de índole sexual, aquí se hace explícito), esa esclarecedora charla nada animadversiva hablando de quien le ha sido infiel (Jake: "Ella nunca brilló conmigo (como cuando la ha visto en caidita de Roma con otro)".ese inquietante tramo en que ve al indio en la casa robando, con ese turbador seguimiento a la misma por el centro comercial, esa probatura de braguitas que espía el protagonista lascivamente, como la sigue y recoge lo que hay en la bolsa que ella tira, el tramo en la playa, la persecución que acaba en el túnel, la reacción del prota (cual James Stewart en las alturas en “Vértigo”). Ese beso con efluvios notoritos al de James Stewart a Kim Novak en “Vértigo” (donde AH da un giro, De Palma multiplica el twist). Y tenemos el tramo parteaguas del crimen, filmado con gran sentido del ritmo, y transmitiendo tensión en una labor de edición encomiable, alternando al prota intentando llegar al lugar del crimen por las colinas angelinas, y por otro lado el asalto a la mujer espiada, con ese intento de estrangulamiento que nos retrotrae como a Hitchcock y su “Dial M for murder” (con un momento irritante cuando la mujer consigue desembarazarse del asesino y en vez de huir se pone a llamar por teléfono), para desembocar en esa broca penetrando por el techo y dejando un rastro rojo; Entonces comienza otro film jugando con la casualidad (cual pasa en “Vertigo”) para que el protagonista se cosque de que tal vez lo que ha visto no es lo que él piensa. La película vira hacia el humor más gamberro adentrándonos en el mundillo del porno ochentero, con el casting que le hacen al prota, con el jocoso video clip "Relax" de Frankie Goes to Hollywood, donde la gélida Kim Novak de “Vértigo” vira aquí en una joven actriz porno. Tenemos también aquí, como en “Vertigo”, las doppelgänger, por un lado, Gloria, una belleza etérea, glamurosa, elegante, y su contraparte es Holly, una actriz porno desinhibida, es la diferencia entre la sensualidad y el hardcore: Aunque aquí no hay ese juego obsesivo que si tiene James Stewart en su referente “Vertigo”, él la utiliza para desentrañar el misterio, sin más, aunque ello le lleva, cual Stewart a tener que enfrentarse a su fobia.

 

Craig Wasson da una buena actuación como el defectuoso héroe, en realidad un voyeur (quien no lo lleva dentro?), maravilloso el gesto de sentimiento de culpa mientras espía, un perdedor al que han despedido del trabajo por su claustrofobia, a su novia la encuentra en pleno acto sexual con otro, no pudiendo darse el gusto de echarla de la casa, pues es de ella, encima se siente frustrado porque el brillo que vio en ella con el otro nunca se lo vio con él. Es un tipo con el que por sus taras es fácil empatizarlo, además el director hace que toda la información nos entre a través de él, que lleva todo el peso de la trama, lo que hace nos sintamos más cerca de él. Nos sentimos cerca de sus dudas, su frustración, su obsesión; Aunque la que se lleva la palma en la película es una Melanie Griffith estupenda como la porn-star, dicharachera, zafia, con carácter, en pocos minutos en pantalla deja huella. Incluso le valió una nominación al Globo de Oro por secundaria; Deborah Shelton baña de glamur su actuación, cumple con hermosura y sensualidad a raudales; Gregg Henry está bien como el enigmático recién amigo de Jake.

 

No es una película perfecta, tampoco creo que lo busque el director. La trama del asesinato no aguanta un mínimo análisis en las lagunas que conlleva, no digamos ya el clímax (*spoiler); Tiene su miga el arma que utiliza el asesino, un enorme taladro con cable cortísimo, no existen en este mundo los cuchillos o pistolas, o que no quería auito plagiarse cona motosierra como en su anterior film “Scarface”; Por no hablar de lo sencillo que es la forma en que Jake se introduce en la industria del porno como actor, muy poco creíble; Hay más referente al perro****.

 

Spoiler:

 

*Porque el asesino (canta es Sam con maquillaje), decide hacer un agujero de dos metros de profundidad para enterrar a Holly? Que, por cierto, aún no ha matado. Porque no simplemente no la tira al canal que va a rebosar de agua? **** Priemro hemos visto que el perro no ataca al indio, normal, es su amo maquillado, lo sabe porque los perros son más de olfato que de vista, pero sin embargo, porque al final ataca a Sam? Ah, y como un perro puede romper tan fácil un cristal de coche?

 

La película incluye apariciones de artistas adultos de la vida real Linda Shaw, Alexandra Day, Cara Lott , Melissa Scott, Barbara Peckinpaugh y Annette Haven. Steven Bauer, de la película anterior de De Palma Scarface y el entonces esposo de Griffith, tiene un cameo como actor porno masculino.

 

De Palma creó el concepto de la película después de entrevistar a los dobles de cuerpo de Angie Dickinson para Dressed to Kill. "Empecé a pensar en toda la idea del cuerpo doble", dijo. "Me preguntaba qué haría si quisiera asegurarme de llamar la atención de alguien, que miren un lugar determinado en un momento determinado". El thriller erótico también se estaba convirtiendo en un género popular para el público, con los éxitos de taquilla de Dressed to Kill y Body Heat. Después de pelear con las juntas de censura por la calificación de Scarface, lo calificaron X y él tuvo que luchar para convertirlo en R, De Palma decidió hacer Body Double como retroceso. En ese momento, dijo: "Si esta no obtiene una X, nada de lo que haga lo hará. Esta será la película más erótica, sorprendente y emocionante que sepa hacer... voy a para darles todo lo que odian y más de lo que jamás hayan visto. Piensan que Scarface era violento? Piensan que mis otras películas eran eróticas? Esperen a ver Body Double".

 

Habiendo quedado impresionado con la película de terror Blood Bride, De Palma reclutó a su director y escritor Robert J. Avrech para escribir el guión de Body Double con él. Ambos eran fans de Alfred Hitchcock y proyectaron La ventana indiscreta y Vértigo para inspirarse. Avrech describió más tarde su trabajo en la película como "un trabajo a partir de las ideas de De Palma sobre las ideas de Hitchcock".

 

De Palma inicialmente quería que la actriz pornográfica Annette Haven interpretara a Holly, pero el estudio la rechazó debido a su filmografía pornográfica. No obstante, Haven apareció en un papel menor y consultó con DePalma sobre la industria del cine para adultos. Luego, De Palma le ofreció el papel a Linda Hamilton, quien se negó a comenzar la preproducción de The Terminator. Jamie Lee Curtis, Carrie Fisher y Tatum O'Neal fueron considerados para el papel antes de que Griffith ganara el papel. Más tarde, De Palma dijo que Haven "fue una gran ayuda" para él en su comprensión de la industria del cine para adultos y cuál podría ser el trasfondo de Holly, y Griffith aportó "un toque cómico que quería que fuera una parte importante del tono de la película". segunda mitad de la película". Griffith inicialmente se mostró reacia a aceptar el papel, pensando que "no quería más papeles de ninfa, pero ahora creo que puedo darle mucha vida a ese tipo de personaje... Creo que le di una gran oportunidad". cantidad de inteligencia".

 

De Palma también consideró a la actriz erótica holandesa Sylvia Kristel para el papel de Gloria, pero no estaba disponible. Aunque eligió a Deborah Shelton, encontró que su voz no era adecuada y Helen Shaver dobló sus líneas en la postproducción.

 

Body Double contiene una película dentro de una secuencia cinematográfica en la que la banda de pop Frankie Goes to Hollywood interpreta su canción " Relax " en el plató de una película pornográfica, y en la que la reina del grito Brinke Stevens, y las actrices adultas Cara Lott y Annette Haven aparecen. La escena del club se convirtió en un video musical y se mostró en MTV. El actor de voz Rob Paulsen hace un cameo como un camarógrafo que pronuncia "Dónde está la corrida?".

 

Se utilizaron varios lugares dentro y alrededor del área, que incluyen: Tail o' the Pup, el Beverly Center, Barney's Beanery, LA Farmer's Market, el centro comercial Rodeo Collection en Rodeo Drive, el domo Spruce Goose en Long Beach, la Torre Hollywood y la Autopista Hollywood Freeway adyacente, Tower Records y la casa Chemosphere.

 

La película recibió inicialmente una X por parte de la junta de clasificación de la Motion Picture Association of America . Debido a que muchos cines se negaron a mostrar películas con clasificación X, De Palma tuvo que reeditar la película como lo hizo en Dressed to Kill y Scarface. De Palma eliminó lo que llamó "algunas cosas menores de la escena de la película porno" y obtuvo una calificación R. De Palma dijo que Columbia no apoyó la película debido a su excesiva violencia. "¿Crees que los muchachos que dirigen Coca-Cola (la empresa matriz de Columbia Pictures) quieren publicidad sobre la violencia? Son muy conscientes de sus imágenes públicas, y cuando empiezan a ver artículos en The New York Times sobre su producto y la violencia, volverse loco No son showmen Son tipos corporativos."

 

***"No lo hago con animales, no hago sadomaso, ni ningún tipo de variación sobre el mismo tema, ni deportes acuáticos, no me afeito el chumino, ni me follan con el puño y me niego a que se me corran en la cara." (Holly)

 

Película que me gana por la atmosfera que proyecta lujuriosa, me atrapa en su juego perverso de espejos. Gloria Ucrania!!!