miércoles, 30 de noviembre de 2022

 


DIEZ NEGRITOS. (2015)


Muy entretenida esta miniserie británica de tres episodios de una hora de la BBC One basada en el clásico literario de misterio homónimo de Agatha Christie, probablemente su obra más famosa. Producida con motivo del 125 aniversario del nacimiento de la escritora de Torquay, dirigiendo el especialista en series TV Craig Viveiros, adaptando la versión que del libro de suspense hace Sarah Phelps (especialista en adaptar libros de clásicos a la TV), teniendo un elenco coral estupendo en sus diferentes roles, con Douglas Booth, Charles Dance, Maeve Dermody, Burn Gorman, Anna Maxwell Martin, Sam Neill, Miranda Richardson, Toby Stephens, Noah Taylor y Aidan Turner, siendo fiel el libreto al material de origen (aun con algunas libertades), siguiendo el argumento a un grupo de extraños que son invitados a una isla aislada de Devon (en realidad filmada en Cornualles) donde son asesinados uno por uno por sus crímenes pasados. Una historia cruda y disfuncional con respecto a la bibliografía de Agatha, pues aquí no hay brújula moral d ellos crímenes, no hay detective, no hay investigador imparcial, todos los personajes son en mayor o menor medida culpables, y todo sobre una atmósfera paranoica donde todos son objetivos y sospechosos a la vez, y este clima lo consigue trasladar al espectador el director con un desarrollo tenso y claustrofóbico, aun con algunas taras. Relato revestido de aura de adustez y aspereza nos cala, oscuridad en la que se hace  radiografía hosca sobre la maldad, el egoísmo, la avaricia, el abuso del poder, el darwinismo, el que se toma la justica por su mano, quizás refleja el aire fétido-desesperanzado que se cernía sobre Europa en 1939, año del comienzo de la WWII. Todo ello en un crescendo dramático sofocante, hasta desembocar en un final que sin ser exacto al del libro de Christie, si mantiene el espíritu del mismo.

 

El título proviene de la última línea de una canción de cuna presente en cada dormitorio de la mansión aislada en Soldier Island, en la costa de Devon. Diez extraños han sido atraídos a este lugar remoto con varios pretextos, ya sea invitaciones sociales u ofertas de empleo por parte de una pareja misteriosa, el Sr. y la Sra. Ulrich Norman Owen. La rima comienza: "Diez soldaditos salieron a cenar; uno se atragantó y luego fueron nueve". Con cada verso sucesivo, se elimina otro soldadito, hasta que no quede ninguno. Y tras sonar por los altavoces de la mansión un disco donde cual juez oímos que cada uno de los ahora residentes de la mansión son culpables de crímenes y por ello son sentenciados a muerte, tras lo que comienzan a caer muertos (asesinados) de diferentes formas los diez ocupantes de la casa, uno por uno. Con cada muerte, desaparece una de las diez figuritas de jade que inicialmente saludaron a los invitados sobre la mesa del comedor. Mientras van cayendo los que quedan son presos de la esquizofrenia de no saber si hay alguien más en la isla o es uno de ellos el culpable de las muertes.

 

Para la evolución de la historia y como método de hacernos partícipes de la zozobra ambiental, hace que los protagonistas vayan sufriendo todo tipo de alucinaciones que hacen que no sepamos bien si es la percepción onírica de ellos o es algo sobre natural, ello sumando tensión e inquietud. Con mucha toma exterior de una isla árida, hostil seca, estéril, un páramo sin vida cercado por la nada del mar, creándonos sensación de estar solos en el mundo los personajes. Ello mientras vamos viendo a los allí presentes con sus propios fantasmas, como les van acuciando. Aunque esto se hace mayormente con el método de los flash back, y esto hace que el tono claustrofóbico se agriete al de vez en cuando salir de allí en estos recursos estilísticos que solo suman metraje, pero poco aportan dramáticamente, pues todos sabemos que todos son culpables, no hace falta que estos flashes al pasado lo certifiquen, la serie hubiera ganado sin estos insertos.

 

El foco el director lo pone sobre todo en este reparto extenso en la joven Vera Claythorne (Maeve Dermody, deslumbra por su belleza, por sus ojos seductores, por su sensualidad natural, y en cuanto a su actuación cumple con creces con un arco bueno), con lo que ya sabemos que ella va a durar más que los demás, una institutriz de un niño, Cyril (Harley Gallacher), y cortejada por su apuesto y joven tío, Hugo (Rob Heaps), pero que una tragedia la amarga desde tiempo atrás; Tenemos a Anthony Marston (cumplidor Douglas Booth), un joven malcriado aficionado a la gran velocidad en su auto, tiempo atrás tuvo un accidente; El general John MacArthur (desaprovechado Sam Neill) es un veterano condecorado de la Gran Guerra Mundial, al que le pesa una despótica actuación; Miss Emily Brent (buena Miranda Richardson) escribe libros instruyendo a las jóvenes sobre la modestia, lo que la hace superior moralmente en su creencia puritana, tiene algún fantasma en el armario; El Det. sargento William Blore (notable Burn Gorman) es un policía que mira a todos con escepticismo incluso antes de que caiga el primer cuerpo. Fue presa de una acto de abuso del poder por su intolerancia; El Dr. Edward Armstrong (algo pasado Toby Stephens) es un cirujano londinense con un pasado en una operación que lo atormenta; Está el matrimonio a cargo del servicio, Thomas y Ethel Rogers (buen Noah Taylor y una inquietante en su modo de comportarse Anna Maxwell Martin), son el cocinero y mayordomo que creen que los Owen los contrataron para llevar la casa. Pero la grabación reproducida después de la cena de la primera noche deja en claro que ellos también están acusados de delitos graves; Philip Lombard (excelente y su sensualidad animal Aidan Turner, el eterno Ross Poldark de la serie homónima del apellido), es un mercenario irlandés que dejó un rastro sangriento por las tierras salvajes de África; y el juez Lawrence Wargrave (el Tótem de la serie, su carisma opaca a todos los que se le arriman, un sensacional Charles Dance), un juez de la corte penal retirado que envió a muchos acusados a la horca.

 

Posee la serie una puesta en escena estupenda ya desde el escenario de la mansión en medio de una hostil isla desierta sin ni vegetación, con una gran traslación de la decadencia de la mansión en sus interiores y diáfana decoración, gracias todo esto al notable diseño de producción de Sophie Beecher (“Mars” o “Halo”), decoró la casa al estilo de los diseñadores de la década de 1930 como Syrie Maugham y Elsie de Wolfe. Las escenas de la cocina y las escaleras de abajo se rodaron en Wrotham Park en Hertfordshire. Las escenas ferroviarias se filmaron en elFerrocarril del sur de Devon entre Totnes y Buckfastleigh. Cornualles se utilizó para muchas escenas del puerto y playa, incluidas Holywell Bay, Kynance Cove y Mullion Cove. Harefield House en Hillingdon, en afueras de Londres, sirvió ubicación para la mansión de la isla; todo esto filtrado por la cinematografía de John Pardue (“Luther” o “Lucky Man”), en un patinado arenoso, de cromatismos entre grisáceos y blanquecinos, trasladando tristeza ambiental.

 

Entre lo negativo (aparte de los mencionados flash-backs), están algunas gratuitas modificaciones sobre la novela, como es la relación sexual que tienen Vera y Philip, una concesión que parece algo comercial, y que resulta hasta chirriante por lo metido con calzador, que en medio de esta orgia de asesinatos estos se dediquen a fornicar me es grimante; Como desconcertante resulta que a la puritana Emily Brent, le inserten un carácter lésbico (vemos en un flash-back chuparle el dedo con sangre a su criada); Y es que en esta versión parecen ocupados en dar mucho de componente sexual a los comportamientos, como es que el Sgto. Blore fuera su crimen apalear a un preso por ser homosexual, cuando su crimen en el libro es que por perjurio un inocente fue a prisión, donde murió.

 

Spoiler:

 

Vera tras creer quedar sola con Philip en la isla, deduce que él es el asesino, lo que provoca que le dispare y mate. Desolada ante lo hecho, y con el fantasma del niño al que dejó morir entra en su dormitorio, donde hay una soga colgada de un gancho del techo con el nudo de la horca esperándole, en trance se sube a una silla y se anuda la cuerda, y justo cuando ella empuja la silla ve como por la puerta entra el juez, que creía ya muero por un disparo. La mujer se queda con la punta d ellos pies sobre la silla caída. El juez se sienta y le cuenta como los engañó a todos, y como piensa acabar el último crimen, su suicidio. La mujer intenta hacer un trato con el juez, arrepentida de suicidarse, pero el juez le retira la silla y Vera queda ahorcada. Tras lo que el juez planifica pegarse un tiro y que parezca que le han disparado. Para crear en los que encuentran los cuerpos el misterio de quien ha podido acabar con todos si todos están asesinados. Así lo concibió Agatha Christie. Aunque la escritora da una coda más allá que da otros matices.

 

La gran pregunta para mí, es como supo el juez de todos los crímenes de los otros 9, pues la mayoría son indicios o rumores, pero sin certezas, solo las de Lombard, que acepta sus ‘cargos’ de forma flemática, el resto niega.

 

“And Then There Were None” se publicó originalmente con el título “Ten Little Niggers” (1939), un título tomado de una rima infantil. Esto se cambió rápidamente por las resonancias racistas a “And Then There Were None” en la impresión de los USA. Mientras que las reimpresiones posteriores han sustituido a los “Ten Little Indians”, más aceptables (aunque incluso eso ha caído en desgracia hoy en día por también implicaciones racistas). Este fue supuestamente el más vendido de todos los libros de Christie. Christie también escribió una adaptación teatral “Ten Little Niggers” (1943). La historia se ha adaptado a la pantalla varias veces antes con “And Then There Were None” (1945), “Ten Little Indians” (1965), “And Then There Were None” (1974), una versión rusa “Ten Little Indians” (1987) y “Ten Little Indians” (1989) y posteriormente la miniserie francesa “They Were Ten” (2020). Incluso hubo una versión de Bollywood “Gumnaam” (1965). “Incite Mill” (2010) de Hideo Nakata también se hizo como un homenaje, mientras Mario Bava se basó en la trama básica de su película giallo “Twitch of the Death Nerve” (1971), que fue influencia prototípica en la película slasher.

 

Diferencias con la novela original: En la novela, todos los invitados llegan juntos a la isla en barca, excepto el Dr. Armstrong, que llega más tarde y por separado. En la serie, Emily Brent y Anthony Marston llegan antes que los demás. Además, Marston no es adicto a la cocaína en la novela; Edward Seton, el hombre al que el juez Wargrave condena a la horca por crímenes que supuestamente no cometió (pero que resulta ser realmente culpable), en el libro es ejecutado por asesinar a su casera para quedarse con su dinero. En la serie, Wargrave menciona que Seton asesinó a una serie de personas creyendo que hacía un favor al mundo al deshacerse de ellas; En el libro, Blore es acusado de haber cometido perjurio, haciendo que enviaran a un hombre inocente a prisión, donde murió. En la serie es acusado de haber golpeado a un homosexual hasta matarlo. En el libro, Blore es asesinado de un golpe en la cabeza con un reloj de mármol en forma de oso arrojado desde una ventana. En la serie es apuñalado y envuelto en una piel de oso; En el libro, Emily Brent es asesinada con una inyección de cianuro, y el asesino suelta una abeja en la habitación para completar la rima del poema. En la serie, tras ser sedada con un somnífero que el asesino pone en su café, como en la novela, es apuñalada con una de sus agujas de punto, que lleva sus iniciales, "EB", lo que suena fonéticamente como a bee ("una abeja" en inglés); En la novela, la doncella de Emily Brent se suicida arrojándose a un río, mientras que en la serie se lanza delante de un tren en marcha. También, en la serie se sugiere una posible atracción de Emily Brent hacia su doncella, algo que no ocurre en la novela; En la novela, el matrimonio Rogers es acusado de haber dejado morir a la mujer anciana para la que trabajaban no administrándole las medicinas que necesitaba, para acceder a su herencia. En la serie, la asesinan asfixiándola con una almohada. En la novela, la señora Rogers muere por una sobredosis de hidrato de cloral que el asesino echa en su vaso de brandy aprovechando la confusión generada por la grabación acusadora, mientras que en la serie se sugiere que esta sobredosis se le administra en su habitación. En el libro, el señor Rogers es asesinado de un hachazo en la cabeza, mientras que en la serie muere destripado de un hachazo en el vientre; En el libro, tras descubrir el cadáver del mayordomo Rogers, Vera cae en un estado de histeria mientras se pregunta cómo hará el asesino para escenificar el siguiente verso del poema, que habla de una colmena, cuando no hay ninguna colmena ni abejas en la isla, y el Dr. Armstrong le da un cachete en la cara para calmarla. En la serie ocurre, al contrario; En el libro, el general MacArthur envía a su subordinado y amante de su esposa Arthur Richmond a una misión suicida en la que su muerte era casi segura. En la serie lo mata él mismo de un disparo por la espalda. En la serie, MacArthur es asesinado de un golpe en la cabeza con un telescopio, mientras que en la novela es golpeado con un objeto no mencionado; En el libro, Philip Lombard es responsable de la muerte de 21 hombres en África Oriental al abandonarlos en el desierto y robarles las provisiones y suministros, algo que Lombard no niega tras ser acusado de ello en la grabación. En la serie, es acusado de haber matado a esos hombres para conseguir diamantes; La bacanal que tiene lugar en el tercer episodio no ocurre en el libro; En el libro no hay ningún romance entre Vera y Lombard ni mantienen relaciones íntimas; En el libro, Vera se ahorca en un estado de trance tras matar a Lombard de un disparo, y nunca descubre la identidad de "U. N. Owen", y el lector descubre solo en el epílogo que Owen era Wargrave. En la serie, Wargrave entra en la habitación cuando Vera se dispone a ahorcarse, explica sus acciones y motivaciones y anuncia que piensa suicidarse y crear un misterio irresoluble. Vera intenta negociar con él para salvar su vida, pero Wargrave retira la silla sobre la que ella está apoyada, haciendo que muera ahorcada; La muerte de Wargrave es muy diferente en la novela y en la serie. En la novela, Wargrave se suicida en su habitación de manera que parezca que ha sido asesinado, disparándose en la frente con el revólver atado a un cordel, haciendo que salga despedido hacia atrás tras ser disparado. En la serie, tras matar a Vera, Wargrave va al salón, donde dispone dos lugares en la mesa, uno para él y otro para "U. N. Owen". A continuación, se dispara bajo la barbilla, y el retroceso del revólver hace que salga despedido hacia atrás y caiga en el otro lugar dispuesto en la mesa; En la novela, tras las muertes y el descubrimiento de los cadáveres, dos policías discuten el caso y se ven incapaces de resolverlo. Posteriormente, se encuentra la confesión escrita del asesino en una botella que es recogida por las redes de un barco pesquero, resolviéndose así el misterio. Nada de esto ocurre en la serie.

 

Me queda una muy amena serie, un buen acercamiento a un clásico ‘christieno’. Gloria Ucrania!!!

lunes, 28 de noviembre de 2022

 


28 DÍAS DESPUÉS.

 

Con motivo del 20 aniversario del estreno (01/11/2002) de esta cinta que revitalizó con su éxito taquillero el género zombi me la he vuelto a ver. Es un entretenido film británico de terror post apocalíptico zombi, aunque por lo que he leído algo sobrevalorado. Dirigido con su habitual nervio febril por Danny Boyle, adaptando un guion de Alex Garland (“Ex Machine”), protagonizada por un entonces desconocido (eso pretendía el director, para que no pensáramos que podría sobrevivir si era actor famoso) Cillian Murphy como un tipo que se despierta tras un coma en un hospital londinense desierto, encontrándose en la capital del Imperio desolada, sin gente por las calles, cual si se hubiera volatilizado la población, hasta que se destapa que estamos en medio de un apocalipsis zombi debido a un virus, y mediante este McGuffin Boyle nos sumerge en un relato sobre la compleja Condición Humana frente a condiciones de vida al límite, hace una radiografía de la deshumanización frente al caos. Para el guion Garland estuvo influenciado por la saga “Night of the Living Dead” de George A. Romero y en la novela de John Wyndham de 1951 “The Day of the Triffids”, también bebió del videojuego ‘Resident Evil’ (1996). Historia que trata sobre todo de las supervivencia de como nos mostramos ante ella, nuestro egoísmo y nuestra solidaridad, una road movie ágil narrativamente, impactante en su inicio (aunque encuentro fallido e innecesario el prólogo [esto lo hace mejor la serie “Walking Dead” que tiene un arranque similar, pero sin el prólogo]de mostrar como fue el inicio de la epidemia, pues nos hace saber más que el protagonista, y con ello perdemos identificación con su desorientación inicial sobre todo), con ese despertar aislado del mundo (aunque cuando todo se rebela resulta tramposo*). Luego entramos en un thriller de terror apasionante en la huida hacia ninguna parte de los protagonistas, con algún altibajo (esa secuencia caricaturesca en que el taxi rueda sobre una montaña de coches en el túnel es ridículo; ah, y como es coger un taxi para su viaje en vez de un Humvee o similar), mostrando una red de relaciones que se hace verosímiles, con el contraste de ver el mundo entre la mujer Selena y Jim, ella más misántropa y egoísta y el más empático y altruista. Pero su último tramo, una vez con los soldados, es muy irregular, para acabar de forma aparatosa y desproporcionada, pegándose un tiro en el pie, saliéndose del tono intimista del film para caer en brazos de la acción chusca.  

 

Un virus altamente contagioso que induce a la agresión llamado "Rage" se desata en Gran Bretaña después de que un grupo de activistas de liberación animal libera a un chimpancé infectado de un laboratorio en Cambridge (no sé si es pretendido o no, pero el dardo contra los animalistas es genial). Se propaga rápidamente y se convierte en una epidemia, resulta en el colapso de la sociedad. 28 días después del brote inicial, el mensajero en bicicleta Jim (buen Cillian Murphy, aprovecha su actuación para dejar constancia de que estábamos ante una estrella en ciernes; lástima de como lo retuercen en el tramo del clímax) despierta (desnudo gratuito, no sé qué sentido tiene que veamos sus genitales ¿?) de un coma en el Hospital St Thomas en Londres, desierto con signos de una catástrofe. Entonces seguimos a este en las que son las secuencias más famosas del film, cuando pasea por el centro de Londres vacío de gente, con coches abandonados, buses, camiones, dinero tirado por las calles, frente al Big Ben, Trafalgar Square, el río Támesis, Westminster, Piccadilly Circus , Horse Guards Parade, Oxford Street, con periódicos por los suelos que exclaman en titulares ‘Evacuación’, grita buscando a alguien le responda, pero es el silencio como respuesta. Hasta que encuentra respuesta en una Iglesia (y no en la fe precisamente), y es que allí decenas de seres zombificados le atacan cual, llevados por los demonios, ello de modo impactante por cómo nos enteramos de la movida que hay (estos no son zombis lentos, son de los rápidos y ferocescual “Soy Leyenda”). Y de la nada aparecen Selena (cumplidora Naomie Harris) y Mark (correctito Noah Huntley) para guiarlo y salvarle. Estos informan a Jim de la epidemia de zombis, y que esta se ha extendido por todo el mundo. Tendrá importancia Frank (gran Brendan Gleeson, da igual cuando diga esto) como un taxista que protege a su hija Hannah (correcta Megan Burns). También en el tramo final aparece un militar, el Major Henry West (buen Christopher Eccleston).

 

Boyle sabe gotear la acción y los ataques de zombis para no hacerlos triviales, cada uno de sus secuencias son aterradoras, manejando la tensión de forma ingeniosa en varios tramos, como el mencionado inicio, la entrada en la torre donde vive el taxista con su hija, la pasada por el túnel (si saben que atacan los zombis en la oscuridad porque entran en esa ratonera?), con ese inquietante toque de la estampida de ratas que precede a la marabunta, o cuando se infecta un personaje en el ojo y se nos hace un nudo por lo que comporta.

 

Película que nunca se sale de los códigos preestablecidos en el sub género de terror zombi, todo evolucionado con seriedad (nada de Zombieland o Zombis Party), queriendo ser profunda en mostrar la cainita naturaleza humana, donde el Hombre (o mujer, no quiero ser machista) es un Lobo (o loba) para el hombre (repito, o mujer). Jugando de vez en cuando a mostrar las relaciones entre los personajes como caras de un mismo objetivo, sobrevivir.

 

Pero la película que es entretenida, que tiene buenos personajes, cuando llega a la mansión militar regida por el Mayor Henry West (correcto Christopher Eccleston) desbarra, como si se le hubieran acabado las ideas al guion y tirara por lo fácil, en un akelarre donde los personajes pierden su carácter mostrado para tornar en algo atrofiado**. Queriendo exponer que las personas son los verdaderos monstruos y no los zombis al director y el libreto se le va de las manos en una cosa atropellada.

 

Hay un excelente trabajo de fotografía por parte del DP Anthony Dod Mantle (habitual de Boyle desde este film; “Slumdog Millionaire”, “127 horas” o “Trainspotting 2”), filmado para ahorrar costes en formato digital, traslandso un realismo cercano y potente dramáticamente, con mucho granulado, con mucho movimiento nervioso para emitir la zozobra de los protagonistas; esto en miscelánea con la electrizante edición de Chris Gill (“The Guard” o “The Sunshine”), induciendo al nerviosismo con los continuos cortes, que hacen que los zombis sean flashes, apenas se vean, creando más terror con ello; la música es obra de John Murphy (“Sunshine” o “28 semanas después”), aportando un vigor amenazante en cada aparición.

 

Spoiler:

 

Momentos recordables (aparte de los mencionados): Cuando Jim con Mark y Selena viajan a la casa de los padres del primero en Deptford, y allí los ve acostados juntos, se han suicidado; La gota de sangre cayendo en el ojo de Frank, con su posterior reacción resultan acongojantes.

 

*Tramposo es el tramo del Londres desierto, pues un apocalipsis zombi habría dejado cadáveres por las calles, así como restos humanos y sangre. No veo a los zombis limpiando tras darse una bacanal; Que es lo que esperan los soldados allí confinados con el mayor? Al fin del mundo? No tiene sentido su estancia para nada uy que no salgan en busca de vida y respuestas; Es muy forzado que en apenas 28 días los soldados se hayan vuelto animales dispuestos a violar a cualquier hembra que se les acerque; Y tenemos el rush climático en que de buenas a primeras un repartidor con bici recién salido de un coma se convierte por arte de birlí biloque en un Rambo desbocado y sin frenos, capaz de acabar con todo un destacamento de militares en medio de un apocalipsis, es un despropósito como le cambian el carácter**, para ser una persona totalmente diferente a lo visto, un insulto a la inteligencia; En el epílogo, con el trio huido en una cabaña en medio del campo, vemos que escuchan un avión y entonces sacan una tela de la residencia para colocarla al aldo de otras enormes letras de tela, formando HELLO, lo lógico es poner SOS con tres letras y no una palabra de saludo que puede dar a confusión y con 5 letras!

 

Rush final: La seguridad prometida por los soldados resulta ser una artimaña cuando West le revela a Jim que la transmisión tenía la intención de atraer a las sobrevivientes a la esclavitud sexual para repoblar el mundo. Los soldados intentan matar a Jim después de que él se niega a ser cómplice de su plan, pero Jim escapa. Después de alejar a West de la mansión, Jim libera a Private Mailer, un soldado infectado que se mantuvo encadenado para realizar observaciones, lo que resultó en la muerte de los hombres de West. Jim, Selena y Hannah intentan irse en el taxi de Frank, pero West se coló en el asiento trasero y le dispara a Jim. Hannah toma represalias poniendo la cabina en reversa, lo que le permite a Mailer sacar a West por la ventana trasera y matarlo, mientras los tres sobrevivientes se van. Otros 28 días después, Jim se recupera en una cabaña remota en Cumbria, donde se muestra a los infectados muriendo de hambre. Mientras un avión de combate finlandés vuela por encima, Jim, Selena y Hannah despliegan una enorme pancarta de tela que deletrea la palabra "HOLA". Los tres sobrevivientes miran con optimismo el avión cuando el piloto los ve.

 

La película por su éxito fue seguida por la secuela de 2007 “28 Weeks Later”, una novela gráfica de 2007 titulada 28 Days Later: The Aftermath, que amplía la línea de tiempo del brote, y una serie de cómics de 2009 a 2011 titulada 28 Days Later; Amén de que hay en producción una tercera parte con “28 meses después”.

 

La película presenta escenas ambientadas en zonas normalmente bulliciosas de Londres, como el puente de Westminster, Piccadilly Circus , Horse Guards Parade y Oxford Street. Para representar estos lugares como desolados, el equipo de filmación cerró secciones de la calle durante minutos a la vez, por lo general temprano en la mañana antes del amanecer los domingos y normalmente tendría alrededor de 45 minutos después del amanecer, para filmar los lugares sin tráfico y sin miembros del público—para minimizar la interrupción. Partes de la película se filmaron con una cámara de video digital (DV) Canon XL1. Las cámaras DV son mucho más pequeñas y más maniobrables que las cámaras de película tradicionales, lo que no hubiera sido práctico en tomas tan breves. Las escenas de la autopista M1 sin tráfico también se filmaron en períodos de tiempo muy limitados. Una barricada policial móvil ralentizó el tráfico lo suficiente como para dejar una gran parte de la calzada vacía mientras se filmaba la escena. La sección de la autopista representada en la película está cerca de Milton Keynes, Buckinghamshire, a unas 150 millas al sureste de Manchester. Para la escena de Londres en la que Jim camina junto al autobús de dos pisos volcado, el equipo de filmación colocó el autobús de costado y lo retiró cuando terminó la toma, todo en 20 minutos.

 

La mansión utilizada en la película fue Trafalgar Park, cerca de Salisbury. Muchas habitaciones de la casa, incluida la sala de música pintada por Cipriani y el salón principal, fueron filmadas con una decoración mínima. Las escenas que ocurren arriba se filmaron abajo, ya que el dueño de la mansión residía arriba. Las antiguas ruinas utilizadas como escenario para un interludio idílico en su viaje a Manchester, fueron las de Waverley Abbey, Surrey. Las escenas finales de la película en las que Jim, Selena y Hannah viven en una casa rural se filmaron en Ennerdale, Cumbria. Esto refleja la señalización de la carretera de la autopista en la película que indica que el trío se dirige hacia el norte, hacia el Parque Nacional del Distrito de los Lagos.

 

Film ameno, un buen pasarratos, pero que tropieza queriendo ser más de lo que debía en su parte final. Gloria Ucrania!!!

 

miércoles, 9 de noviembre de 2022

 


Los Simpson. La casa del árbol del terror VIII

 

358/02(02/11/22) Otra demostración más del genio infinito que atesoraban las primeras temporadas de la Icónica serie animada catódica Los Simpson, creada por el nunca suficientemente alabado Matt Groeneing para la Fox. Otro especial de Halloween en el que con sus parodias, guiños cinéfilos, y mordacidad resultan un hito de la tv. Este que me ocupa fue el cuarto episodio de la novena temporada, octavo episodio anual de Treehouse of Horror, donde los creadores se toman algunas libertades con respecto al resto de capítulos, mucho más bizarros, más transgresores, amén de la aparición Mítica, única por temporada de los alienígenas de un solo ojo Kang y Kodos. En el primero Homer se cree el último springfieldiano que queda vivo cuando una bomba de neutrones destruye Springfield hasta que una pandilla de mutantes lo persigue; en el segundo . Homer compra un transportador que Bart usa para fusionarse con una mosca; y en el tercero nos trasladamos al Springfield de 1649, donde Marge es acusada de brujería en un ambiente puritano. Fue escrita por Mike Scully, David X. Cohen y Ned Goldreyer, y dirigido por Mark Kirkland, siendo el único episodio de Treehouse of Horror dirigido por Kirkland. También fue último episodio en que trabajó Brad Bird, dejó el programa para dirigir “The Iron Giant” en Warner Bros Animation. "Easy-Bake Coven" fue guionizado por Kirkland y los fondos fueron diseñados por Lance Wilder. Aunque Kang y Kodos hacen breves apariciones en cada episodio de Treehouse of Horror, su breve aparición en este casi fue eliminada. David X. Cohen logró persuadir a los productores para que abandonaran la escena.

 

El prólogo resulta magnífico en ser un dardo directo contra la censura: Vemos un censor de la cadena Fox llamado Fox Censor sentado en su escritorio revisando el guión del programa, censura algunas cosas (descacharrante cuando se para a reír entusiastamente y tras ello dice lo elimina lo leído) y explica a la audiencia que el episodio tiene clasificación TV-G sin violencia ni nada explícito. Mientras continúa hablando, una mano saca una espada del icono rating y lo apuñala muchas veces con el cambio de rating de TV-G a TV-PG, TV-14, TV-MA a los ratings ficticios TV-21 y TV-666. Cae sobre su escritorio muerto y su sangre deletrea el título, "Especial de Halloween de Los Simpson VIII"; . Presentado por David Mirkin y tuvo dificultades para superar a los censores de la vida real. Tuvieron problemas con el tamaño del cuchillo y los efectos de sonido utilizados. Originalmente, se suponía que la calificación de TV apuñalaría a Censor con una daga, pero Fox se opuso porque era demasiado espantoso y se cambió a un machete.

 

Tras ello el running gag de la familia Simpson sentándose en el sofá, que va cambiando en cada capítulo, presenta a la familia sentada en el mismo con grilletes de metal y gorras adheridas a sus cuerpos mientras los electrocutan; si no me equivoco creo que es el primero de los especiales Halloween donde aparece esta intro del sofá.

 

“El Hombre HΩmega” escrito por Mike Scully: Después de que el alcalde Quimby hace un chiste ofensivo sobre Francia, el presidente francés lanza una bomba de neutrones directamente sobre Springfield (el primero en verla es el regente de la tienda de comics Jeff Albertson mientras camina por la calle mirando un comic, dejando una frase de las que esculpir en mármol: "A que he malgastado mi vida?"), aparentemente matando a todos excepto a Homer, que había estado inspeccionando un refugio antibombas que estaba considerando comprarle a Herman (al perder tiempo en el interior leyendo chistes en un almanaque que no pillaba tardó y al salir…). Homer sale y parece ser la única persona que queda viva en Springfield. Inicialmente afligido por sus seres queridos, Homer se anima y se da cuenta de que ser la última persona le permite hacer todo lo que siempre quiso, entre ello bailar desnudo en la Iglesia. Pero no todos están muertos; Es un segmento que homenajea a la novela “I am Legend” (1954) de Richard Matheson, llevada al cine en varias ocasiones, siendo la de Boris Sagal en 1971 “The Omega Man” con Charlton Heston de protagonista una de las películas favoritas de Mike Scully cuando era niño; También el modo en que Homer consigue sortear a la muerte provocada por la bomba es similar al núcleo de la trama del episodio “Time Enough at Last” de la serie ‘La Dimensión desconocida’; En el mismo segmento, Homer atropella a Johnny y Edgar Winter mientras huyen de los mutantes que lo persiguen, confundiéndolos con mutantes ya que los hermanos Winter son ambos albinos. En la misma secuencia mientras es perseguido los mutantes usa un auto tipo dragster como en el videoclip "Dragula" de Rob Zombie; En el cine, Homer ve una comedia de David Spade & Chris Farley, solo seis semanas y media después de que se emitiera el episodio, Farley murió de una sobredosis de drogas a los 33 años; Homer comienza a llorar como un niño de 4 años porque piensa (los sobreimpresiona) que Marge, Bart, Lisa y … (el perro, la tv, y …Maggie) han muerto; Otro deleite en la forma en que deconstruyen el género terror, como se ríen de los paranoicos de las bombas H, de la religión, del pacifismo, de los franceses, de los cabezones que te molestan en el cine, todo ello con imaginación con persecuciones, confusiones de asesinatos, para acabar con una oda a la Familia que permanece unida, lo vence Todo, y pueden ir a robar Ferraris, que eso cohesiona mucho los lazos sanguíneos.

 

“Fly to Fly” escrito por David X. Cohen: Homer compra un transportador de materia al profesor Frink (aunque solo, como bien remarca Homer, teletransporta materia [desternillante]). Bart ve que las mascotas de la familia pasan juntas por el transportador sin darse cuenta, lo que resulta en una falta de coincidencia de ADN. Esto le da la idea de entrar al teletransportador con una mosca, pensando que se fusionará con el insecto y se transformará en un superhéroe mutante; El título "Fly vs. Fly" es una referencia a la tira cómica de la revista Mad "Spy vs. Spy", mientras que el segmento en sí está basado en la película “The Fly”, con elementos de la nueva versión de David Cronenberg, principalmente el diseño del telepod; Muy jocoso el encadenado de usos que le da Homer al teletransportador, el acabóse es cuando lo va a utilizar para orinar desde el comedor al retrete, Marge le reprime y al meter la mano oímos a Lisa quejarse, lo cual quiere decir que si Homer hubiera miccionado lo hubiera hecho sobre su hija; Formidable la forma en Lisa descubre a su hermnao Bart convertido en mosca a través de colocarse este sobre una lámpara que se proyecta su sombra sobre la pared, muy gótico esto; Brillante las formas que aparecen cuando Bart prueba con las mascotas del perro y gato con el teletransportador; Muy flemáticamente divertido como la familia acepta al supuesto Bart con cabeza de mosca.

 

“Aquelarre fácil de hornear” escrito por Ned Goldreyer: En 1649, Springfield es testigo de muchas quema de brujas. En la iglesia, la gente del pueblo trata de averiguar a quién condenar a continuación. La gente empieza a acusar a los demás y pronto estalla el caos, hasta que interviene Marge. Ella trata de hacer entrar en razón a la gente del pueblo, pero Moe la acusa de ser una bruja. Quimby le asegura que tiene derecho al debido proceso (abracadabrante), lo que significa que la arrojarán por un precipicio con un palo de escoba; si es una bruja, podrá volar a un lugar seguro, en cuyo caso las autoridades esperan que regrese para ser castigada. Si no es una bruja, caerá en una muerte cristiana honorable; En "Easy-Bake Coven", los animadores hicieron referencia a la película The Crucible (o "El crisol", Nicholas Hytner, 1996), basada en la novela homónima de 1953 de Arthur Miller: Edna Krabappel lleva una Scarlet A, referencia a la novela “The Scarlet Letter” (1850) de Nathaniel Hawthorne; El argumento del segmento está obviamente basado en los juicios de las brujas de Salem, mientras el título es una referencia de un juguete para niños llamado Easy-Bake Oven (especie de hornito eléctrico); La historia también contiene una referencia breve del personaje Witch Hazel de los Looney Tunes cuando Marge, Patty y Selma chocan sus tobillos antes de salir volando en sus escobas; Es una ácida crítica a los fanatismos religiosos, al puritanismo, a su sinsentido, al papanatismo, a la ignorancia, con momentos tan épicos como cuando… * (no quiero spoilear).

 

Spoiler:

Rush final del primero: Mientras baila desnudo en la iglesia, aparece en la Iglesia una banda de mutantes hostiles de Springfield convertidos por la explosión. Homer huye de regreso a su casa donde descubre que su familia sobrevivió ya que su casa estaba protegida por muchas capas de pintura con plomo. Aparecen en la puerta los mutantes y hacen una declaración e intenciones de convivencia y tolerancia con los no mutantes a lo que Marge y sus hijos responden sacando escopetas y disparando hasta matar a los mutantes. Tras lo que la familia se dirige a robar algunos Ferraris; Los censores se opusieron a una escena no emitida en la que Homer baila desnudo sobre un altar. La escena se reanimó para que Homer bailara desnudo en primera fila; El final, feliz para lo que se estila en estos especiales, en realidad es un puñetazo en los mofletes de lo políticamente correcto por ir contra la tolerancia y las ansias de convivencia de los diferentes, como son aquí los mutantes, muy retorcido.

 

Rush final del segundo: Bart convertido en pequeña mosca pide ayuda a Lisa, pero la mosca la persigue y acorrala en la cocina. Bart intenta detener la pelea, pero la mosca se lo come. Luego, Lisa empuja la mosca hacia el teletransportador. Bart sale por el otro extremo, completamente restaurado. Homer acaba persiguiendo a Bart con un hacha al grito de: "Te voy a enseñar a no tocar mis cosas!"; Se cortaron grandes porciones del segmento "Fly vs. Fly", incluido el final original donde la mosca también emerge del teletransportador, pero es considerablemente más grande y la familia Simpson la lleva al centro comercial.

 

Después de ser empujada por el acantilado, *Marge vuela en la escoba y revela que realmente es una bruja y jura conquistar todo el pueblo. Vuelve con sus hermanas Patty y Selma. Las hermanas ven a Ned y Maude Flanders hablar sobre cómo las brujas se comen a los niños (también tiene un comentario sexual jubiloso sobre la frigidez de ella), lo que les da la idea de hacer precisamente eso. Llaman a la puerta de los Flanders y exigen a sus hijos, pero antes de irse, Maude ofrece a las brujas pan de jengibre en su lugar. A las brujas les gustan más esto que los niños ("Ojalá no nos hubiéramos llenado de todos esos niños antes de llegar a los Flanders", dicen las brujas), por lo que van a cada casa y obtienen golosinas a cambio de no comerse a los niños. Mientras vuelan, el Capitán Horacio McCallister dice que así comenzó la tradición de Halloween y el truco o trato; Y de nuevo Homer estará ahí para hacer las delicias del espectador finalizando el show con otra gran ocurrencia: "Es una bruja!", cuando Lisa le recrimina que está tirando huevos contra su casa (lo hace porque no le abren).

 

Me queda otro de los picos de una serie ya de por sí discurre (valga el símil) por el Himalaya. Gloria Ucrania!!!

viernes, 4 de noviembre de 2022

 


El profesor Aníbal

Epaminondas amaba tanto la verdad que no podía mentir ni en broma.

Maravillosa dramedia húngaro, todo un descubrimiento por mi parte del director Zoltán Fábri, del que no hace mucho comencé a ver su filmografía con las estupendas “Match en el Infierno”, tras ello “Carrusel” y “El Bruto” (No confundir con la de Buñuel). Y he llegado a esta mordaz crítica a los totalitarismos, que con un ingenioso tono de comedia arremete contra lo fácil que es manipular a las masas con unos cuantos slogans manidos, ataca los abusos y opresión para hacer torcerse la verdad, la dignidad, la integridad, ello tenido en el centro a un pobre hombre manoseado por unos y por otros, y que intenta ser firme en sus convicciones, un Don Nadie profesor de latín de la escuela secundaria, Béla Nyúl, ‘preso’ de los vientos de ultraderecha patriotera, un personaje gris invisible que por un ensayo sobre la historia del general Hannibal y las Guerras Púnicas, es tomado en sus conclusiones como un enemigo de la pureza magiar, y pasa de héroe (por salvar de la quema a un pavo real disecado) a villano por mor de los caprichos de aspirantes a reyezuelos fascistas, la Batalla libertad de Expresión vs . Pre-Nazismo. Encarnado de forma magistral por Ernö Szabó, ejemplifica la inanidad y como su quixotesca personalidad puede crea grietas en la sociedad, tiene una evolución formidable, pasando por varios estados de ánimo. Además de dirigir, Fábri guioniza junto a István Gyenes, adaptan la novela satírica “La resurrección de Aníbal” de Ferenc Móra.

 

‘Fábri resucita a Hannibal después de su film “Carrusel”, estrenado ese mismo año 1956, porque, según dice, "a raíz de las convulsiones históricas que viví, me entusiasmó cada vez más el tema de la violencia contra las personas, lo insoportable de la humillación y la vulnerabilidad, y la necesidad de protestar contra ella casi se convirtió en una compulsión en mí". Quizás sea por esta protesta que el director, junto con el periodista István Gyenes y el dramaturgo Péter Szász, reescribieron significativamente la novela corta de Móra y crearon así la figura icónica de Béla Nyúl. El protagonista de Móra era un joven recién casado que miraba el mundo con confiada ironía y tenía en sus manos su destino. Fábri, en cambio, lo torna en profesor de latín, de mediana edad, que se ve atravesado por la política cuando “enfrenta la historia mundial, que la ministra de Cultura ha permitido para el cuarto grado de secundaria”. La película, estrenada en 1956, el mismo año en que tuvo lugar la fallida Revolución Húngara (en la que más de 2 000 civiles perdieron la vida a manos de las autoridades soviéticas y húngaras), podría interpretarse como una representación del creciente descontento de los húngaros con el Régimen comunista. El sistema educativo centralizado, la realidad de un solo partido…*spoiler.

 

La película está ambientada en Budapest durante la década de 1930, cuando Hungría estaba bajo el gobierno fascista del almirante Miklós Horthy. La historia sigue al profesor Nyul, que se traduce como Conejo, un manso e insignificante profesor de latín de secundaria cuyo apodo, el profesor Hannibal, proviene de su obsesión con la leyenda del gran general de Cartago. A través de una extraña secuencia de eventos, Nyul se convierte en el centro de atención del público como un héroe, pero las cosas rápidamente se salen de control de manera incontrolable y pronto los poderes políticos lo ven como una amenaza.

 

Comienza con un incendio en un colegio de secundaria provocado por unos torpes alumnos en clase de química. Para ir dando vueltas y giros constantes, en como el hombre gris es elevado a la fama por su ensayo sobre la muerte del cartaginés Hannibal (afirma no murió de envenenamiento, como se creía, fue víctima de un levantamiento en Cartago), descrita en la primera parte de modo jubiloso con la gente saludándole febrilmente por la calle, mientras vemos al profesor henchirse cual palomo, un orgulloso hombre que tiene su zenit en un delirante tramo cuando sueña con un encuentro en su apartamento con nada menos que con Hannibal. Pero a la mañana siguiente la corriente ha cambiado y lo que era fama ha vira a infamia, cuando unos aprovechados ‘politicuchos’ han querido hacer los paralelismos entre Hungría y Cartago, y ahora su idea sobre el fallecimiento del general cartaginés es vista como propia de un enemigo del pueblo.

 

Fábri compone con cincel puntiagudo un crisol de personajes extremos, como esa historia tangencial de la mujer del tabernero (adorable Noemi Apor) algo ligera de cascos a la que su marido no puede reprimir su sed sexual, mujer esta que siente respeto y afecto por nuestro profesor. Sobre todo, un panorama de seres donde reina la hipocresía y culto a la demagogia. Teniendo puntos álgidos dramáticos intensos, como es el encuentro que tiene con un comité que lo intenta presionar par ase doblegue y cambie su teoría, y como el profesor se mantiene firme ante el hostigamiento, reflejando con fuerza como el totalitarismo quiere homogenizar las opiniones y que ninguna se salga de lo prestablecido por las autoridades, todos borregos sin personalidad propia combativa; Esto mencionado es a las malas, pero luego tenemos el ir a por él a las buenas, o sea intentándole hacer ver los parabienes de rectificar, tendrá un buen y bien remunerado trabajo e incluso mujeres si cojea de esa pata, ello durante una noche ‘húngara’ de fiesta, por mor de su ‘amigo’ Muray (notable Zoltán Greguss), que lo mangonea cual títere; Y tenemos el muy simbólico rush final, sensacional en toda su escenificación en unas ruinas de castillo-fortaleza, como alegoría de las raíces magiares, antes tendremos al profesor yendo allí, donde hay un mitin político fascista donde él es chivo expiatorio, todos los totalitarismos necesitan de enemigos a los que echar las culpas de sus males. El profesor se dirige al lugar cual Gary Cooper en ‘Solo ante el peligro’ con orgullo y seguridad en sí mismo, a pesar de saber que es pim pam pum del ‘akelarre’ fascista. Allí se le acusa de ser agitador comunista, "El maestro está incitando una revolución! El ex prisionero de guerra ruso Béla Nyúl es un agente de Moscú". Lo vemos adentrarse en el mitin por una plaza sin nadie (gran plano gracias a la notable cinematografía de [también edita] Ferenc Szécsényi, con el que Fabri ya había trabajado ese mismo año en “Carrusel”) mostrando su soledad frente a la multitud a la que se aproxima, la intensidad se rasga con un cuchillo, la masa enfervorecida desea lincharlo (spoiler).  Para tener un clímax estremecedor y muy de calado emocional.

 

 

Spoiler:

 

Clímax final: Nyúl asiste al mitin del movimiento gobernante “Töhötöm”, donde Muray, su representante local, pronuncia un discurso en el que fulmina apasionadamente al profesor. Muray había prometido apoyo a Nyúl, pero termina siendo una fuerza líder en difamarlo. La masa lo persigue por las ruinas del lugar de forma que parece un homenaje al cine al slapstick del cine mudo clásico de los Chaplin o Keaton, hasta que Nyúl llega a donde están los líderes con el micro. Muray le recuerda que tiene hijos, lo invita a retractarse. Nyúl coge el micro y retuerce su estudio sobre Anibal para cuadrarlo con el fervor nacionalista concluye con la declaración del turbio líder de que el "Dios de los húngaros aún vive". Tras ello la gente lo rodea y vitorea, Nyúl parece asustado e intenta rehuirlos subiendo por las ruinas, hasta que cae por un alto muro y muriendo. Entiendo en clara metáfora de que al traicionarse a sí mismo el profesor ya es un ser vacío de vida, yendo contra la filosofía de su venerado Epaminondas: ‘Epaminondas amaba tanto la verdad que no podía mentir ni en broma’, dice al principio el profesor a sus alumnos, alumnos que lo observan en este rush final como por miedo cambia sus principios.

 

*… y la renuncia pública e involuntaria de Nyúl apuntan a las realidades de la Hungría anterior a 1945 tanto como funcionan en su colgante comunista: aunque hay algo de retórica explícitamente nacionalista en la película, son los denominadores comunes del extremismo político los más prominentes.’

 

Hay algo fatídico en la forma en que la novela corta de Ferenc Móra fue sofocada por los regímenes. En la década de 1920, a instancias del director del diario a Világ , Móra escribió La resurrección de Aníbal . Sostuvo un espejo torcido de la era Horthy, pero no ocultó su opinión mordaz sobre los prisioneros de guerra soviéticos y la revolución rusa. Satirizó la política nacionalista y la estupidez con tal éxito que el cliente ni siquiera se atrevió a publicar la novela en los años veinte. El editor Géza Feleky enterró el manuscrito tan profundamente en su ático que se pensó perdido durante años. Móra murió en 1934 creyendo que La resurrección de Aníbal nunca se publicaría. El manuscrito salió a la luz unos meses después de la muerte del escritor, por suerte sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial, y en 1949 finalmente fue publicado por Magyar Nemzet, drásticamente censurado. Los comunistas estaban contentos con la caricatura del movimiento antirracista Ébredő Magyarok - Töhötöm Szövetség - en el libro, pero eliminaron de la obra los comentarios críticos y/o irónicos sobre los rusos. Este Aníbal mutilado fue adoptado por los editores de libros -la versión sin censura no se publicó hasta 2004 (!)- lo que creó la falsa impresión de que Móra sólo hablaba contra el fascismo y no contra toda opresión. Eso sí, Fábri no podía pasarse por alto: aunque el director de cine también es sólo el tacaño Hannibalt, pero aún veía en él la oportunidad de hablar de los abusos de la era Rákosi, los juicios conceptuales y las masas que se podían encauzar a través de la sátira del fascismo.

 

El maestro Hannibal se filmó en el verano de 1956, en el ambiente abrasador que precedió a la revolución, y se mostró el 18 de octubre de 1956, cinco días antes de su estallido. Por supuesto, el público no iba al cine en aquellos días, sino a derribar una estatua de Stalin en la Plaza de Armas, por lo que la película de Fábri se perdió. Fue solo después de que ganó el premio principal en el Festival de Cine de Karlovy Vary en el verano de 1957 que regresó a los cines, donde finalmente fue vista por un millón y medio de personas.

 

Decir la verdad era tan importante para Fábri que también cambió el final de la novela corta. El protagonista de Móra incluso pone astutamente a los matones enojados de su lado cuando habla en su reunión, pero Fábri se humilla para salvar su vida. "La raíz de Cartago era la pureza de la raza, y aferrándose a esta raíz, Aníbal escribió en el cielo de la historia con letras llameantes: el Dios de los húngaros aún vive!" - repite la consigna política Nyúl en la asamblea de rendición de cuentas, que sus alumnos observan con tristeza. En la escuela, les habló con entusiasmo sobre el estadista tebano Epameinóndas, quien "se tomaba la verdad tan en serio que ni siquiera mentía en broma". A los ojos de Fábri, esta es la razón por la que Nyúl debe morir: "La existencia intelectual se arruina si el intelectual ya no dice la verdad", escribe József Marx en su monografía sobre Fábri.

 

En 2000, fue elegida por la crítica como una de las 12 de Budapest, como una de las 12 mejores películas húngaras del siglo XX.

 

Me queda un muy notable film, de los que recordaré con una mueca de satisfacción. Gloria Ucrania!!!

 


MAMMA ROMA.

 

Con motivo del 60 aniversario del estreno (31/08/1962) de este film me lo he visto, encontrándome un sugestivo melodrama italiano escrito y dirigido por el controvertido Pier Paolo Pasolini (en su segundo largometraje), teniendo como gran protagonista a Anna Magnani, lo que es algo extraño en el cine del boloñés, pues no solía utilizar estrellas. En su desarrollo el director hace uso de sus mantras, desde el marco de una Roma marginal, poblada de personajes outsiders, todo un despliegue del lumpen (ladrones, prostitutas, proxenetas, puteros, niñatos,…), todos antipáticos (solo se salva la Mamma Roma), pero nunca los vemos como víctimas, son supervivientes darwinistas, llevándonos por el extrarradio de la urbe, lares sombríos, por solares, lugares derruidos, calles desoladas, mercadillos humildes, edificios miseros. Con ello pretende atacar a las clases burguesas (que tan bien conocía Pasolini de provenir de ellas), y guardando dardos contra la Iglesia Católica (como buen ateo el realizador), haciendo paralelismos entre la vida de esta madre e hijo con la vida de la Virgen María y su hijo, expuesto en el tramo final cual mártir crucificado.

 

Película que se puede ver como especie de secuela de  la ópera prima de Pasolini, “Accatone”, donde el protagonista era un macarra encarnado por Franco Citti, aquí también aparece este actor haciendo un rol similar, pero de secundario, mientras aquí es una meretriz la encabeza el reparto, ahondando en sus miserias y como tiene la esperanza de escapar de este sub mundo, en este caso para ser tendera en un puesto del mercado, y paradójicamente, por un chantaje, debe volver a ejercer para que su hijo no se entere lo es. Auscultando a través de este personaje la hipocresía puritana de nuestra sociedad. Mamma Roma es el alias de la protagonista, de la que nunca conoceremos su nombre real, ella viene a ser por mor del enfoque ‘pasoliniano’ una alegoría de las madres coraje romanas, mediante sus desventuras para dar una buena y honrada vida a su retoño, pero el entorno, las ‘junteras’ y los picores sexuales serán un gran obstáculo en las pretensiones de respetabilidad de la Mamma. Es un film que baja cada vez que la Magnani no está en escena, la sub trama del hijo Ettore de 16 años con la joven promiscua y con sus ‘amigos’, resulta poco estimulante, sobre todo en comparación con el volcán que es la actriz romana, magnética y carismática en grado superlativo.

 

El inicio resulta una declaración de intenciones. Vemos en la primera escena en un entorno rural, Mamma Roma lleva  varios cerdos amarrados de correas a una celebración de boda de un proxeneta, Carmine (Franco Citti), los presenta como "los hermanos de Italia", participa borracha en una batalla de canciones de llamada y respuesta con la novia y el novio, riendo con voz ronca, dando una serenata a su rival toscamente simple con "O flor de mierda..." antes de deslizar su velo. Mamma Roma está radiante y feliz por haber quedado liberada de su proxeneta (el que se ha casado), y tener ahora nuevo trabajo vendiendo frutas en un mercado callejero. Tras la boda Mamma Roma viaja a Roma con su hijo de 16 baños, Ettore (Ettore Garofolo), a residir en un humilde piso de los suburbios, cuando entran de modo alegre, ella pone un disco de tango y brinda por su esperanzador futuro bailando con su filio. Su ilusión, que deposita entusiastamente en su vástago, es poder tener éxito en su nuevo (y respetable) curro como verdulera. Pero…

 

Anna Magnani está sensacional como la Mamma Roma, un torbellino que arrolla en su carisma Y ‘Bigger Than Life’ personalidad, en cada escena anula a los demás, su pasión, esperanza, e intensidad dramática son radiantes. Madre ultra protectora, y ese termina siendo su pecado. Ejemplo la escena en que sigue a su retoño por la calle en la distancia, cuando se da cuenta que lo siguen Mamma se sienta a horcajadas en un a roca a dar su cátedra maternal; Ettore Garofolo como el hijo resulta pésimo, sin expresividad alguna, sin aportar carácter; Franco Citti si aporta dureza a su agrio rol de villano.

 

La historia tiene en su núcleo el canto a las Madres que se desviven por sus hijos, a las Madres que se sacrifican pro darles todo lo posible, a las Madres solteras que deben superar las adversidades, a las Madres orgullosas y dignas. Ello frente al individualismo egoísta de la adolescencia, frente a la rebeldía de la adolescencia, frente la sexualidad latente de la adolescencia, frente ese primer amor de la adolescencia, frente a la perdida de la inocencia en la adolescencia, frente a la ociosidad adolescente. Y entre Madre e Hijo se establece una cuasi relación edípica (esa que luego retrataría marcadamente Pasolini en “Edipo Rey”), socavada esta por la aparición de Bruna (notable Silvana Corsini), joven promiscua que embelesa al núbil Ettore, manipulándolo a su antojo. Mamma Roma ataca esta relación desde el proteccionismo retrógrado, diciendo de ella ‘Son todas unas putas’, queriendo ella determinar la hoja de ruta de su ´niño’, pergeñando un plan para ‘desflorarlo’ con una colega suya meretriz, Biancofiore (simpática Luisa Loiano), también urde un chantaje con la ayuda de la misma Biancafiore, para que ‘niño’ obtenga un trabajo (tramo horriblemente filmado, un teatrillo bochornoso). En realidad, conforme escribo me doy cuenta de lo misógina que es Pasolini, pues para él todas las mujeres son unas putas o unas aprovechadas sin sentimientos, menos la Madre; Todo para desembocar en un rush final muy melodramático y un tanto forzado para dar cabida estética a la imagen sacra que Pasolini quiere, amen de exponer el torrente emocional del que es capaz la Magnani.

 

La puesta en escena destaca en la transmisión de un estado de ánimo pesaroso adecuado, gracias a los escenarios deprimentes por los que nos movemos. Todo esto ensalzado por la formidable cinematografía en glorioso b/n de Tonino Delli Colli (“El verdugo” o “El nombre la rosa”), con fuertes contraste de grises, influida por el neorrealismo italiano en la luminosidad diurna de exteriores, jugando con travellings prodigiosos como es el sigue a Mamma Roma en la noche romana mientras esta avanza y la cámara retrocede, vamos viendo a la Magnani en una conversación sobre el amor y el destino, mientras van cambiando los interlocutores de modo fluido (prostitutas o aspirantes a clientes), desapareciendo unos y cogiendo el relevo otros, sirviendo esto a modo de alegoría de una mujer intentando huir de algo que no puede, y a la vez presa del mundo sin rostro definido. También son sugestivos los homenajes a la pintura sacra, ya desde el inicio donde en la boda se recrea con la mesa nupcial de invitados a “La última cena” de Da Vinci, y en el tramo final tenemos la recreación de "Lamentación sobre Cristo muerto" de Andrea Mantegna, con la cámara siguiendo a un personaje de la misma manera Mantegna representa a Jesús en la pintura; Asimismo destaca el manejo de la música clásica, con predominio del veneciano Antonio Vivaldi (Concerto in D Minor y Concerto for Piccolo, Strings & Continuo in C Major), como contrapunto elegante a la sordidez de la historia. También está el tema ‘Violino tzigano’ Entonado por la Magnani, y también cantado este por nuestro Joselito

 

Falla en lo orgánico, en la forma de evolucionar, es como si Pasiolini tuviera las escenas en la cabeza, pero le ha faltado ingenio para saber unirlas, para saber cohesionarlas, esto repercute en cortes abruptos, donde no sabes  el tiempo que ha pasado entre elipsis.

 

Spoiler:

 

Momentos recordables (aparte de los ya mencionados): La cruda secuencia en que Ettore pasea por el descampado con Bruna y sus ‘amigos’ se la quitan para ‘estar con ella’ (sexualmente hablando hoy día sería ‘una manada’), ella se resiste en principio, Ettore se revuelve contra los cuatro o cinco (no recuerdo bien), uno de ellos se pelea con él y lo deja malherido en el suelo entonces se van con bruna y ahora la vemos complacida de irse con ellos, dejando entrever lo pendón que es ella; En el rush final Ettore con su colega van a robar (como muestra de rebeldía al enterarse del pasado de su amdre) a ingresados en el hospital, a uno Ettore le roba una radio, el enfermo se da cuenta y detiene al muchacho, y lo meten en un hospital penitenciario, no se sabe porque. primero que solo era una radio, y era un hurto, pues la había cogido sin violencia, me es poco creíble lo enchironen por esto. Pero luego no entiendo por qué lo meten en un hospital-prisión, me falta información. Da la sensación de que esto está para que Ettore tenga un encuentro con otros presos le citan a Dante, dando a entender la caída del muchacho en el Infierno, ello oyéndose de fondo la balada “Violino Tzigano” (cantada por nuestro Joselito), acaba por enajenado inmovilizado sobre una cama. La cámara lo filma de arriba abajo, cual figura de Jesucristo Crucificado, reflejando la (mencionada) pintura de ‘Lamentación sobre Cristo muerto’ de Mantegna. Dejando como coda a Mamma Roma que se entera (suponemos pro la rabia de ella que ha muerto, nunca se dice), su rabia e ira contra el mundo, despedazando su puesto del mercado, yendo a su piso donde lo destroza, para luego ir a tirarse por la ventana, pero los amigos que la han seguido se lo impiden, ello mientras tenemos la imagen de la ventana, un erial urbano, terreno baldío rodeado de edificios mugrientos y una iglesia.

 

Film denunciado como inmoral cuando se estrenó en el Festival de Cine de Venecia en 1962 ("Basta de apóstoles del barro", gritaba un cartel), y Pasolini fue agredido físicamente por un joven neofascista en el estreno de Roma un mes después. La policía la declaró obscena y eliminó cinco minutos.

 

Hacia 1962, Pier Paolo Pasolini –por entonces de apenas 40 años- no sólo era reconocido como uno de los mejores poetas y novelistas italianos de posguerra sino también como un realizador consumado, que con su opera prima Accattone, estrenada el año anterior, había venido a renovar desde los cimientos –como ya lo había hecho con la literatura- al cine de su país. Pasolini también era por entonces una piedra de escándalo, vapuleado en los tribunales, víctima de todo tipo de acusaciones (incluso de robo a mano armada), que apenas si escondían el profundo rechazo que provocaba su obra no sólo entre la pequeña burguesía romana a la que él abiertamente detestaba sino también entre los cuadros más ortodoxos y reaccionarios del Partido Comunista Italiano, del que había sido expulsado “por indignidad moral y política”, a causa de su homosexualidad. En 1975, el cineasta de 53 años fue asesinado brutalmente en los suburbios de Roma por un joven de 17 años.

 

Según apunta el biógrafo Nico Naldini, Mamma Roma nació de una noticia en las páginas de policiales de los periódicos romanos de la época que llamó la atención de Pasolini: el caso de Marcello Elisei, un chico de 18 años muerto en una cama de contención en una celda de la prisión de Regina Coeli (“Reina del cielo”), en el Trastevere, que antes había sido un convento. Luego, surgió el encuentro fortuito con quien lo encarnaría, Ettore Garofolo, un camarero adolescente de una trattoria romana: “Lo descubrí la otra noche y ha sido tan bello como encontrar el último verso, el más importante, de una poesía, como encontrar una rima perfecta”, escribió entonces Pasolini. Y después del rodaje confirmaría esa primera impresión: “Lo vi exactamente como lo he representado en la película, con una bandeja de fruta en las manos, como la figura de un cuadro de Caravaggio”.

 

Ettore Garofolo, el chico que hace de hijo de la Magnani, era un mozo de bar. Pasolini lo convirtió en actor, y así lo vimos más adelante haciendo de lumpen en “Feos, sucios y malos”, “Un burgués pequeño, pequeño” y otros dramas. También un hallazgo de Pasolini, Franco Citti protagonizó “Accatone”, fue el Carmine de “Mamma Roma” y terminó haciendo de mafioso en “El padrino” y “El padrino III”. Su hermano Sergio empezó como asesor de diálogos de Pasolini, siguió como su asistente de dirección y terminó escribiendo y dirigiendo sus propias obras.

 

Me queda un buen film homenaje a las madres, con una Totémica Anna Magnani. Gloria Ucrania!!!

martes, 1 de noviembre de 2022

 


Elvis


353/30(29/10/22) Aparatoso y caótico biopic dedicado a la figura del Rey del Rock, Elvis Presley. Tenía puestas muchas esperanzas en esta película, pues el mundo de los cinéfilos se dividen entre los que gustan del cine del aussie Baz Luhrmann y los que lo detestan, yo me cuento entre los primeros pues me ha gustado todo su cine, desde su primera película hace 30 años con “El Amor está en el aire”, su electrizante versión pop-moderna de Romeo & Julieta, su vigoroso musical “Moulin Rouge”, su muy entusiasta homenaje a su país “Australia”, o su jubilosa recreación de “El Gran Gatsby”, su despliegue visual y auditivo me resultaban muy bien engarzadas con las historias, al servicio de la narración. Pero aquí todo este tsunami sensorial me han sido un desbarajuste que ha lastrado la historia, hasta serme una fallida propuesta que nunca llega a rascar en la superficie del mito Elvis.

 

Dirige este drama musical el mencionado Luhrmann, coescribió el guión con Sam Bromell, Craig Pearce y Jeremy Doner, sigue la vida del ícono del rock and roll, cantante y actor Elvis Presley, abarca a lo largo de su vida poniendo el foco en dos etapas clave: el inicio de su carrera en 1955, su escalada al éxito, sus problemas con el puritanismo (debido a sus espasmódicos movimientos de pelvis), hasta su partida al servicio militar en Alemania en 1960 (se dice empujado por el Coronel, para se calme la opinión pública conservadora) y su regreso con gloria, en 1968, gracias a un clásico especial para televisión y su posterior estadía –más larga que la planeada– haciendo su show en vivo en Las Vegas.

 

Pero de forma incomprensible se hace desde la perspectiva de su manager (mientras se encuentra en su lecho de muerte en 1997 tras sufrir un derrame cerebral), el controvertido coronel Tom Parker (“Soy el legendario coronel Tom Parker”, comienza diciendo, que ni era coronel, ni se llamaba Tom Parker), esto hace flaco favor al vampirizado cantante, que en vida fue vampirizado por su representante, y ahora, en la mayor superproducción fílmica que se ha hecho sobre él, también es opacado por este artero tipo. Con esto ya empezamos mal, pero es que encima este rol es encarnado por un caricaturesco Tom Hanks, que seguramente, queriendo hacer un papel alejado de sus clásicos papeles de hombre bueno, aquí resulta penoso, guiñolesco, e incluso irritante, especie de parodia del villano Zidler de “Moulin Rouge”, un bufón que parece maquillado por su peor enemigo, con una nariz protésica que le hace parecer un cruce entre Pingüino y Cyrano, con una barriga que le asoma el cojín por la cintura, una recreación grotesca y tosca. Tiene más éxito Austin Butler en el papel principal (Butler ganó el papel, después de impresionar a Luhrmann con una cinta de audición de sí mismo cantando "Unchained Melody", que precisamente es la coda de la película), da lustre mimetizando al legendario artista de Tupelo, le embiste con sus movimientos, sus bailes, su pose, su expresividad, lástima que sea para un guion que le hace parecer un bosquejo sin hondura dramática. 

 

Como Elvis, Butler es bastante fenomenal; interpretando al cantante desde su adolescencia hasta sus últimos días, cantando, bailando, engordando (brevemente) y todo lo demás, no hay grietas en su interpretación (no sé cuántas de las interpretaciones vocales fueron suyas, y no t especialmente cuidado). Si como actor exuda un poco más de peligro, al menos según los estándares de la estética contemporánea, que el verdadero Elvis, se siente como la elección correcta para un cineasta incapaz de sutileza. Pero en términos de profundidad e identidad del personaje, Butler navega por una delgada línea de telaraña entre la ruidosa maquinaria de Luhrmann. Luhrmann reveló que cuando Elvis canta en la película, es la voz de Butler la que se usa cuando es joven, mientras que la voz real de Elvis se usa cuando es mayor. Sin embargo, más tarde se reveló que la voz de Butler se mezcló con la de Elvis cuando era mayor.

 

Para algunos el villano de la película, para otros la verdadera mente maestra detrás del éxito, para algunos un explotador que se quedaba en con el 50% de los ingresos y culpable de su deterioro físico y artístico, para otros el creador del show-business moderno en cuanto a marketing, merchandising, organización de giras, etc,

Austin Butler captura de manera extraordinaria al Presley escénico, especialmente en su etapa de 1968 en adelante, imitando a la perfección lo que se puede ver en el Especial de NBC o en el excelente documental ELVIS: THAT’S THE WAY IT IS que aquí por momentos se muestra y se cita hasta en su estilo de montaje.

El destino y los genes hicieron que Austin Butler fuera perfecto para el trabajo de Elvis. Se ve, gruñe, golpea y muele como el verdadero negocio. El pelo, los ojos y la actitud están ahí, aunque Luhrmann, el Phil Spector de la industria del cine, parece utilizar a Butler más como modelo de GQ que como actor en su “muro de realización cinematográfica”.

 

Es una cinta que se queda en lo esquemático, en lo consabido, en lo manido, en situaciones rancias como la discusión entre Priscilla y Elvis cuando esta lo abandona, tirando de tópicos ajados. Dura 160 minutos, y sin embargo nunca sabremos nada del titular, solo tira de lo consabido, todo discurre a toda velocidad, y nunca hay tiempo para conocer a Elvis, que lo motivaba, cual era su proceso creativo, llegamos al tramo final y saltamos por lo conflictivo de forma apresurada, en lo que es una especie de hagiografía del mito frente al Demonio Coronel Parker, chivo expiatorio de todos sus males, Elvis era un ser de luz que ensombrecía este malo malísimo, y tampoco era eso, era un Tótem de la música, pero seguro no tenía sus falencias, como por ejemplo su miopía al dejarse mangonear por su manager, no entiendo por que esa sumisión a este tipo viscoso, y esto no se explica.

 

Es una película que discurre con brío, una ópera rock suntuosa, arrollando en su ritmo adrenalínico, con los clásicos recursos estéticos y musicales, con infinitos cortes, con movimientos de cámara trepidantes, con estilo videoclipero, con todo lo bueno y mucho malo (en este caso) que ello conlleva, una montaña rusa que no da descanso, acelera y nunca es capaz de serenarse un poquito, provocando confusión y desconcierto en las elipsis de saltos temporales, para dar algo más que apuntes a pie de página adornado por populares temas musicales.

 

Tenemos un arranque fulgurante homenajeando los comics Marvel que tanto adoraba en su juventud Elvis, narrando su niñez a modo de flash, y mostrando como de buenas a primeras queda fascinado en su nuevo barrio de Memphis en el que se instala con sus padres, por la música negra. Como el Coronel lo descubre tras escucharlo cantando "That's All Right", y viendo el fervor erótico del público ante sus movimientos el ‘trilero’ ve una mina de oro por explotar, aunque para ello deba marginar a su ‘estrella’ Hank Snow. Y con ello Elvis, sin querer vende su alma al Diablo, atándose por el retorcido Col. Parker.

 

Luego seguimos el meteórico ascenso al Olimpo de Elvis, sus fulgentes apariciones en programas tv, pero nunca seguimos esto como algo gradual, si no que se da de forma atropellada, lo vemos pasar de su casita en Memphis a la famosa mansión Graceland, sin sentirse de modo orgánico, más bien parecen viñetas donde nos han hurtado las intermedias. Tenemos su embrujo por la música afro rhythm & blues y el gospel, a través de su amistad con BB King. Sentimos la hostilidad puritana reflejada en el senador segregacionista demócrata del sur de Mississippi, James Eastland. Vemos sus problemas con la censura mojigata, saltamos a su servicio militar a Alemania (en 1958, no fue voluntario como se dice aquí, fue reclutado), esto visto a modo supersónico, solo visible por una charla juvenil con Priscilla (Olivia DeJonge) en su dormitorio, todo muy casto, pero se pasa por alto que ella tenía 14 núbiles añitos (hija de un militar también en Germania), frente a los 24 del artista, esto se obvia, pues iría contra el retrato cuasi-beatífico de Elvis. Volvemos a USA y todo continua similar, hay unos pinitos en Hollywood pasados en forma (de nuevo) flash, donde entierra sus esperanzas de ser un nuevo James Dean con películas bochornosas (eso lo digo yo), pues nie el nombre de una aparece en este biopic. Tiene su importancia minutal en un especial Comeback Special de 1968 que se relata de forma inverosímil, y muy bizarra, como muestra de la rebeldía de Elvis, esto se repite varias veces cual pataleta de un bebe que no quiere tomarse la papilla. Pasando incomprensiblemente por un apunte a pie de página sobre la primera retransmisión vía satélite de la historia de un concierto como fue el "Aloha from Hawaii" de 1973. Se nos dice las ansias de hacer una gira mundial de Elvis, y como el Col. Se lo chafa con la excusa de la seguridad, esto según cuentas, hace que Elvis se vuelva un paranoico de las armas. Parker consigue enjaularlo en una cárcel de oro en un hotel de las Vegas, donde la monotonía y el cansancio de estar todas las noches sobre el escenario hace que caiga en las pastillas para el dolor y el cansancio, y aquí volvemos a vere a Parker como una sanguijuela succionando la sangre de Elvis una y otra vez. Llegamos a su decadencia física y esto es abordado de forma sintética, no se le da la trascendencia dramática, se da en base unas pocas y rápidas set-pieces y ya estamos ante su trágica muerte a los 42 años. Demasiado metraje para lo escasamente (es decir mucho) que se profundiza en el titular.

 

Hay una especie de ansia por hacernos ver a un Elvis comprometido con la política en su país, para ello salpican la película con tres magnicidios donde Elvis se siente muy apenado a cada crimen, los de JFK, su hermano RFK y MLK, cuando nunca se le vio comprometerse con ninguna causa de los Derechos Civiles, esto es tergiversar la verdad, cuando en realidad al único presidente que visitó fue Richard Nixon, al que admiraba el cantante, esto de pasarlo por alto es claramente para limar asperezas se elimina de la película.

 

Tenemos el apartado musical y hay Luhrmann juega en terreno propio, con una mano de póker sobre póker, tirando del repertorio Elvis, al que Auistin Butler mimetiza con soltura )incluso su mechón de pelo cae del mismo modo sobre su rostro), ayudado por la excelente ambientación (obra de la esposa de Luhrmann, Catherine Martin, en el diseño de producción y vestuario; la jubilosa cineamtografía de Mandy Walker; y los efectos visuales supervisados por Thomas Wood), escuchándose los mega-éxitos como "Hound Dog", mientras mueve las caderas de modo epilético volviendo locas a las féminas, baladas románticas como "Love Me Tender", rock del bueno con "Jailhouse Rock", sus ctuaciones en Las Vegas con “Suspiccious Minds” o “Polk Salad Annie”. Pero me sobran los excesos ‘luhrmannianos’ en sus ansias de meter mano y modernizarlo todo, en realidad en este caso lo canibaliza, si haces una película sobre Elvis es una herejía hacer remixes, mash-ups o meter hip hop, en “Moulin Rouge” quedaba bien, pues no era nada individualizada sobre alguien real músico, aquí es chirriante.

 

Spoiler:

 

La despedida "en directo" en Las Vegas de Elvis con el Coronel Parker jamás sucedió.

 

Los problemas de comportamiento y la adicción a los medicamentos recetados de Presley lo superan, y Priscilla, abatida, se divorcia de él en 1973 y se lleva a su hija Lisa Marie con ella. Presley continúa con un riguroso programa de espectáculos que lo deja cada vez más exhausto. Poco antes de su muerte en 1977, Presley le expresa su mayor temor a Priscilla: nadie lo recordará después de que se haya ido. En uno de sus últimos espectáculos, Presley, ahora hinchado y pálido, canta "Unchained Melody" y termina la actuación con un estruendoso aplauso. Al terminar su recolección, el coronel Tom Parker muere, empobrecido y solo, mientras que Elvis Presley es querido en todo el mundo y es el solista más vendido de la historia.

 

Film que ha sido éxito de taquilla, recaudó $ 286 millones en todo el mundo con su presupuesto de $ 85 millones y se convirtió en la segunda película biográfica musical más taquillera de todos los tiempos detrás de Bohemian Rhapsody (2018) y cuarta película más taquillera producida en Australia.

 

Me esperaré a la película, pues este producto me ha sido el tráiler más largo de la historia (ataque de cinismo). Elvis merece un buen film a la altura de su mítica figura, este no lo es. Gloria Ucrania!!!

 



Z

Aclamado y muy popular film agit-prop dirigido por el combativo políticamente heleno afincado en Francia Constantin Costa-Gavras, pero que con la perspectiva del más de medio siglo desde su estreno me ha resultado una obra demasiado ansiosa por mandar su mensaje contra los totalitarismos, muy loable en este aspecto, pero en este afán han cercenado cualquier sutilidad o complejidad, pues las cosas no son nunca tan simples como el blanco y negro, hay grises, y en esta historia eso es inexistente, los buenos muy buenos y los malos horribles. Los activistas de izquierdas Gavras y el madrileño exiliado en las Galias Jorge Semprún, basándose en la novela homónima de 1966 de Vassilis Vassilikos, siendo un relato apenas ficticio (nunca se dice el país en el que sucede la acción, ni el nombre del asesinado [el alter ego de Lambrakis] es el Doctor, ni el de muchos de los personajes, como los militares) de los eventos rodearon el asesinato del político griego demócrata Grigoris Lambrakis en 1963, diputado griego de izquierdas y pacifista, y que investigó el juez de instrucción, Christos Sartzetakis (presidente griego de 1985 a 1990). El título se refiere a un popular eslogan de protesta griego que significa "él vive", en referencia a Lambrakis. Al no poder recaudar fondos en Francia, ya que el tema se consideró demasiado político, Costa-Gavras y el productor Jacques Perrin (desempeña papel como fotoperiodista, en un papel con mucha presencia, pero nula expresividad, muy frio) finalmente llegaron a un acuerdo con los patrocinadores argelinos y decidieron filmar la película en el país norteafricano. Fue la primera película y una de las pocas nominadas a los Premios de la Academia tanto a la Mejor Película como a la Mejor Película en Lengua Extranjera. Ganó este último (también el de edición) así como el Premio del Jurado en el Festival de Cine de Cannes, el Premio BAFTA a la Mejor Música de Cine y el Globo de Oro a la Mejor Película Extranjera. En los Globos de Oro, sus productores rechazaron el premio para protestar por la exclusión de la película de la categoría de Mejor Película - Drama.

 

Costa-Gavras utiliza las ‘armas’ de cineasta para atacar el gobierno derechista de entonces en Grecia, pero esto me queda liviano, pues nunca sabemos que defienden aquí un bando y el otro (escuchamos al ‘Doctor’ soltar unas soflamas supuestamente pacifistas sobre los males de la OTAN (no nos engañemos, cuando habla contra las armas Nucleares se refiere a estas organización], pero ni esto no se sabe el porqué). Desde el principio estamos inmersos en un polvorín geopolítico inestable, escuchamos a unos y a otros como manejan la atmósfera amenazante, todo muy binario y tribal, pero sin que sepamos que son los unos y los otros. Aunque esto puede ser bueno, pues hace que el componente de izquierda vs derecha quede difuso, y nos atengamos a los abusos del poder contra quien pone en entredicho su status. Explota en el clímax de la noche de marras, con el asesinato ante una multitud del líder político encarnado con temple y carisma en un papel pequeño, pero al que le sabe dar impronta de mártir Yves Montand, con que orgullo camina hacia la multitud. Y tras ello entramos en el grueso de la trama que será la procedimental con la entrada en escena de este juez “Caballero sin espada” que es este juez (sin nombre) encarnado con flema absoluta por Jean-Louis Trintignant (alter ego de Sartzetakis), al que da vida el actor tras unas gruesas gafas de cristal oscuro, nos e posiciona políticamente, es un asceta de la verdad, no se deja mangonear, recto hacia adelante (Enardecedor cuando al final se sale de su sentido del deber y se posiciona llamando al ‘Incidente’, ‘Asesinato’). Pero esta investigación me resulta muy simplista, todo muy plano en la forma que se quieren lanzar los dardos, con unos malos que además de serlo resultan tan tontos como caricaturescos. Siéndome lo que sonsaco, como si algunas personas buenas no se dejan violentar por los ‘malos’, y no me refiero solo al magistrado, también a los testigos, la Verdad puede prevalecer, pero si nos dejamos someter por miedo el mal puede vencer.

 

Aunque para lo bueno están los recursos de cine para hacerlo atractivo, donde no hay descanso, dando sensación de contrarreloj, no hay pausas, ni siquiera para dar algo de fondo a los protagonistas, estos se definen en escasos trazos, no tiene más vida que sus actos en pos del centro de los hechos. Elementos visuales agiles como son su gran labor en el oscarizado montaje de Françoise Bonnot (“El quimérico inquilino” o “Missing”), que dota de dinamismo constante al relato, jugando con los tiempos, con los flash-backs para narrar desde diferentes ángulos el asesinato; sustentado por una luminosa cinematografía de Raoul Coutard (“Lemmy contra Alphaville” o “Jules & Jim”), creando tomas muy descriptivas, haciendo diáfanas las secuencias, manejando con soltura dramática los zooms, los travellings, incluso las tomas a mano para dar sensación de reportero de guerra; Todo esto adornado por la partitura étnica de Mikis Theodorakis (enemigo político de la dictadura gobernante, estaba bajo arresto domiciliario en Grecia), de resonancias turbadoramente alegres para lo que se cuenta.  

 

Si conseguimos obviar que es un panfleto de izquierdas, podemos extraer su ensalzable ataque a las dictaduras, a la corrupción del poder, a los abusos del poder, al uso espurio de los medios de comunicación, a como oprimen con las fuerzas policiales y militares los que ostentan el poder tras las bambalinas, a las manipulaciones de los medios en contubernio con los fantasmas del poder, ello para hacer creer que lo blanco es negro y viceversa, algo que incluso en las democracias ocurre cuando los gobiernos se vician y se retuercen para seguir en la poltrona, no hay más que ver nuestro país con este gobierno sanchista hediondo que en campaña soltaba unas soflamas que al día siguiente de elecciones giró 180 grados, se alió con aquellos que un día antes repudiaba, y encima los palmeros mediáticos que durante la campaña lo enaltecían por esta dignidad e integridad, luego hacían contorsiones para decir lo gran hombre de estado que era Pedrito por hacer justo lo contrario de lo que voceaba. Pararé, que me caliento. Yo siempre puedo defender la pluralidad de opiniones, pero no que me mientan marxista: ‘Estos son mis principios, y si no te gustan tengo otros’. Así que esta película la veo como un canto a la integridad que representa este juez que no se deja amedrentar, una persona justa que defiende la verdad, defiende los derechos humanos, algo tan novedoso como un juez que quiere justicia.

 

Costa-Garvas abre su obra con una declaración establece el tono para la película: “cualquier parecido con hechos reales, con personas vivas o muertas, no es accidental. Es DELIBERADO”. La historia comienza con los momentos finales de una conferencia gubernamental bastante aburrida y una presentación de diapositivas sobre política agrícola hasta que el líder de la policía de seguridad de un gobierno dominado por militares de derecha sube al podio para pronunciar un discurso apasionado que describe el programa del gobierno para combatir el izquierdismo mediante usando las metáforas "un moho de la mente", una infiltración de " ismos " y "manchas solares".

 

El escenario cambia a los preparativos de un mitin de la facción opositora en el que el diputado pacifista pronunciará un discurso a favor del desarme nuclear. Ha habido intentos por parte del gobierno de impedir que se pronuncie el discurso. El lugar se ha cambiado a una sala mucho más pequeña, los problemas logísticos han aparecido de la nada y las personas que reparten folletos sobre el cambio de lugar son atacadas por matones bajo el mando de la policía. De camino al lugar, el diputado es golpeado en la cabeza por uno de los anticomunistas de derecha manifestantes, algunos de los cuales son patrocinados por el gobierno, pero continúa con su discurso mordaz. Cuando el diputado cruza la calle desde el salón después de dar su discurso, un motocarro de reparto pasa a toda velocidad y un hombre en la plataforma abierta del camión lo golpea con un garrote.

 

Película que juega con el suspense, la intriga, la acción (notable la escena del compañero del Doctor saltando al cajón del motocarro a pelear con el que ha golpeado a su líder, la pelea se siente muy realista), con mucha tensión (ese Doctor frente a los hostiles manifestantes en clara latencia de saltarle a la yugular). Con charlas-discusiones vigorosas, sobre todo las del representante del Mal en la figura del General encarnado por Pierre Dux, con este queriendo llevar las sospechas por otro lado, obviando las pruebas que le presenta el juez instructor, con una papel muy plano en sus argumentos zafios y grotescos, sin matiz alguno, no ayuda a dar hondura a los hechos. También están los matones Yago y Vago (vaya nombres alegóricos), en dos papeles muy lisos en su maldad sin aristas, a los que dan vida respectivamente Renato Salvatori y Renato Salvatori, dos pobres diablos maleables. Todo en un crescendo dramático bien llevado para engancharte en su simplicidad de buenos contra muy malísimos, y quieres que venza el Bien, para desembocar en una conclusión dulce-agria (se suele decir agridulce, pero aquí lo correcto es esto), que da sentido a todo lo visto.

 

Junto con Gillo Pontecorvo y Francesco Rosi, el cineasta greco-francés Constantin Costa-Gavras ha sido el máximo representante del cine político, corriente surgida a mediados de los años 60 y definida por su carácter marcadamente reivindicativo e izquierdista, la película que dio fama internacional a este autor fue “Z”, el film que hoy nos ocupa, “Z” forma parte de una "trilogía política" que se completa con “La confesión” (1970), basada en el libro de Artur London sobre su proceso en Checoslovaquia, y “Estado de sitio” (1973), el relato de la formación de los escuadrones de la muerte en América Latina financiados por Estados Unidos y la actividad revolucionaria de los tupamaros, también es suya la estupenda “Desaparecido” (1981) en que se habla del colaboracionismo del gobierno norteamericano en el golpe de estado de Chile.

 

Spoiler:

 

Parece que la historia acaba con el Bien triunfando sobre el Mal cuando el magistrado no se deja amedrentar por el General. Acusa a uno tras de otro a los militares implicados en el asesinado del Doctor, ello en un encadenado al que Gavtras impregna de humor, con la llegada de los mandamases de la soldadesca al juzgado, estos violentamente procediendo contra los reporteros que les esperan, luego entrando con altanería ante el juez que conforme se sienta le pregunta nombre y profesión, lo cual sienten ellos como un insulto, tras lo que son procesados por asesinato, mala conducta oficial, obstrucción a la justicia. Tras lo que se les aconseja tirar por otra puerta para no tropezarse otra vez con los reporteros, y entonces se repite que siempre, uno tras otro quieren abrir una puerta cerrada. Uno de los jóvenes seguidores del líder asesinado corre a llevarle la buena noticia a la viuda (Irene Papas en un papel cuasi-testimonial). La encuentra esperando a la orilla del mar. Él es triunfante; se hará justicia; el gobierno caerá. Irene Papas escucha sus noticias en silencio y luego se vuelve y mira hacia el mar. Su rostro no refleja triunfo; sólo sufrimiento y desesperación. Un epílogo proporciona una sinopsis de los giros posteriores de los acontecimientos. En lugar de que se haga justicia, el fiscal es retirado misteriosamente del caso, varios testigos clave mueren en circunstancias sospechosas, los asesinos reciben sentencias relativamente cortas, los oficiales reciben solo reprimendas administrativas, los colaboradores cercanos del oficial mueren o son deportados y el reportero gráfico es enviado a prisión por revelar documentos oficiales. Los jefes de gobierno dimiten tras la desaprobación pública, pero antes de que se lleven a cabo las elecciones se produce un golpe de Estado y los militares toman el poder. Prohíben el arte moderno, la música popular , los novelistas de vanguardia , las matemáticas modernas ,filósofos clásicos y modernos y el uso del término " Ζ " (griego : zíta, o griego : zi, usado por los manifestantes contra el gobierno anterior), que se refiere al diputado y significa: "Él vive".

 

El asesinato en 1963 del político y médico griego Grigoris Lambrakis y la posterior junta militar sirvieron de base para la historia. Entre las referencias de Costa-Gavras a los hechos reales estaba la frecuencia con la que los militares comparaban las ideologías con las enfermedades, visto cuando el general compara los -ismos con el moho. El magistrado se basó en el jurista griego de la vida real Christos Sartzetakis.

 

La fotografía principal se llevó a cabo en Argel por sugerencia del actor Jacques Perrin, que los realizadores aprobaron por su entorno mediterráneo y porque el Ministerio de Cultura se mostró complaciente. En Argel, el Hotel St. Georges y la plaza central fueron lugares de rodaje, mientras que el Théâtre des Champs-Élysées de París se utilizó para las escenas de ballet; Marcel Bozzuffi realizó sus propias acrobacias luchando en el vehículo "Kamikaze" debido a la falta de presupuesto de la producción para especialistas profesionales.

 

El 22 de mayo de 1963, Gregorios Lambrakis resultó fatalmente herido en un "accidente de tránsito". Fue diputado del partido de la oposición en Grecia. La teoría del accidente olía mal y el gobierno nombró a un investigador para investigar el asunto. Su deber tácito era reafirmar la versión oficial de la muerte, pero su investigación lo convenció de que, efectivamente, Lambrakis había sido asesinado por una organización clandestina de derecha. Estaban implicados altos mandos del ejército y la policía. El complot fue desenmascarado en la corte y se dictaron sentencias: sentencias severas para los tipos pequeños (incautos, en realidad) que habían llevado a cabo el asesinato, y la absolución para los funcionarios influyentes que lo habían ordenado. Pero la historia no había terminado. Cuando la Junta del Ejército dio su golpe de estado en 1967, los generales derechistas y el jefe de policía fueron absueltos de todos los cargos y "rehabilitados". Los responsables de desenmascarar el magnicidio ahora se convirtieron en criminales políticos.

 

Como exiliado griego, cuyo padre había sido perseguido por las autoridades, Costa-Gavras estaba decidido a filmar el relato ficticio de Vassili Vassilikos sobre los hechos que siguieron al asesinato del pacifista liberal Gregorios Lambrakis en una manifestación contra la instalación de misiles Polaris el 22 de mayo de 1963. Deseoso de evitar un escándalo, el gobierno derechista de Karamanlis había designado al juez Christos Sartzetakis para que realizara una investigación y pronto quedó claro que el establishment se había coludido en la conspiración para destituir a Lambrakis antes de las próximas elecciones, para que no bloqueara el flujo de sobornos y armamento entrando en Grecia. Aunque los asesinos fueron juzgados en octubre de 1966, el golpe militar del 21 de abril de 1967 supuso la restauración de los funcionarios destituidos en el asunto y la tortura e inhabilitación del juez Sartzetakis. Sin embargo, los seguidores de Lambrakis continuaron usando la letra Z (que significa ' él vive') como símbolo de protesta y Vassilikos la adoptó como título de su libro.

 

Me queda un buen thriller, sin ser la obra maestra que muchos ven, pero si una película apreciable y recomendable por su ataque contra las Dictaduras. Gloria Ucrania!!!

PD. Error risible cuando atrapa un policía al conductor del motocarro y le quita la porra, llevándolo al portal de un edifico para detenerlo, allí el poli le empuja con la porra y esta se dobla, dejando ver que es de goma para no hacer daño.