domingo, 19 de marzo de 2023

 

King Kong

 

Con motivo del 90 aniversario del estreno (se estrenó en la ciudad de Nueva York el 2 de marzo) he vuelto a ver la Obra Maestra absoluta que es “King Kong”, el cine se inventó para espectáculos como este, el Séptimo Arte cobra todo su sentido con esta película, aventuras (gran parte de la acción en una isla misteriosa), terror (con enormes dosis de violencia salvaje), drama (en los primeros compases del film se hace un ácido lienzo de la pobreza en USA entonces, derivada de la Gran Depresión), romance (el del simio y la rubia), épica (las imágenes la elevan al Olimpo), cine dentro del cine (todo se origina por querer rodar una película con el mayor realismo), efectos especiales formidables, y un conjunto de imágenes Iconos de la gran pantalla, sin duda la más recordada la del gran gorila en la cima (de claro freudiano sentido fálico) del Empire State Building llevando en u mano a su nada rubia y siendo rodeado por aviones de combate. Amén de ser pionera en el uso original de una banda sonora, en este caso del maestro Max Steiner (compositor de “Lo que el viento se llevó” y “Casablanca”, lo más cerca que se puede estar de ser un Dios en este campo), ayudó a establecer reglas básicas de la música para películas. Una historia con claras reminiscencias a ‘La Bella y La Bestia’, un conmovedor relato sobre como la Belleza puede enamorar ala más salvaje Bestia.

 

Con 9 décadas a sus espaldas la cinta se mantiene tanto o más fresca que es su día, su poder de fascinación está intacto, te atrapa desde su misterioso inicio, con la llegada a la ignota isla la tensión latente te engancha (esas míticas murallas tiene mucho que ver), y ya a la media hora cuando hace acto de presencia King Kong la acción se desborda en un desarrollo trepidante que no da respiro. Dirigida y producida por Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack, producida por ellos con el legendario David O. Selznick, entonces director de RKO Radio Pictures. Selznick no se atribuyó el mérito de la película y dijo que su contribución clave fue poner las técnicas f/x de O'Brien junto con las ideas de la historia de Cooper y Schoedsack (ambos participantes en la 1.ª Guerra Mundial y apasionados de la aventura y el cine), se repartirían las labores de rodaje (uno ocupado de la acción, el otro de los personajes). Aunque tiene sensación de una epopeya costosa, tenía un presupuesto relativamente moderado de unos 600.000 dólares. Historia de este largometraje iniciada por el difunto durante la pre producción Edgar Wallace y terminada por Merian C. Cooper, junto con su antiguo socio, Ernest B. Schoedsack, responsable de la producción, del que el protagonista Denham es su alter ego.

 

Con efectos especiales apoteósicos de Willis H. O'Brien (mentor de Ray Harryhausen), aprovecha trucos para crear sus ilusiones, usa acción en vivo, la innovadora retroproyección (técnica de animación usada para que Kong pudiera aparecer en escena junto con Fay Wray. Para este mismo fin, se recrearon modelos en miniatura de los personajes), y sobre todo el artesanal ´stop motion´, con el gorila animado fotograma a fotograma, miniaturas, modelos, pinturas mate y prestidigitación. Secuencias tomarían semanas en estos días, como cuando Kong sacude un tronco para desalojar a los hombres que se aferran a él, se realizaron en dos días, y el muro gigante que separa a los aldeanos de la isla del monstruo fue un escenario construido originalmente como el Templo de Jerusalén para "Rey de Reyes" de Cecil B. DeMille (1927), luego pasto de las llamas para la secuencia de Atlanta ardiendo en “Lo que el viento se llevó”. El propio O’Brien había trabajado en películas como “El mundo Perdido”, rodada en 1925, durante el período mudo, adaptaba la novela homónima del célebre escritor británico, Arthur Conan Doyle. En este película, era el encargado de realizar los efectos especiales, debían mostrar cantidades de secuencias donde aparecieran dinosaurios y diversa fauna titánica enfrentándose a muerte. O’Brien siguió entonces una técnica que había inventado uno de los pioneros del cine, George Mèlies, Stop-Motion, que consistía en tomar muchísimas fotografías de un modelo mayormente escultórico para luego poner dichas fotografías en movimiento, creando la sensación de que efectivamente había un movimiento del modelo. Como el Mundo perdido funcionó en taquilla, Marion C. Cooper y Shoedsack decidieron contar con su inestimable ayuda. Gracias a esta colaboración se llegó a crear uno de los Mitos del cinematógrafo, el del Totémico King Kong, para el modelo de Kong se realizaron seis muñecos pequeños, hechos con goma y piel de conejo, también una cabeza y unos hombros enormes para los primeros planos, con una especie de esqueleto de acero, relleno con algodón y cubierto con látex para que pudiera moverse de manera natural, disimulado con pieles de oso, al que consiguen conferir expresividad, alma, carácter, creando una fascinante empatía entre la Bestia y el espectador, que hace nos importe lo que le pase. Hay otros muchos dinosaurios que aparecen en la película, ensombrecidos por el mico. O'Brien y sus colaboradores, como el legendario artista de efectos visuales de RKO, Linwood Dunn (“Ciudadano Kane” o “La Cosa”), y el técnico de sonido Murray Spivack, muestran a Kong en batalla con dos dinosaurios, una serpiente gigante, un reptil volador y un Tyrannosaurus rex. Más tarde, en Manhattan destrozará en una secuencia grandiosa una vía de ferrocarril elevado y un tren en marcha, destroza coches cual sui fueran miniaturas de juguete, subirá a lo alto del Empire State Building y derribará un biplano con la mano desnuda, es el Rey de Nueva York, a donde en principio lo han llevado a ser exhibido cual trofeo en pos del más salvaje comercialismo, ello por su único pecado de ser un animal Mítico, pero se rebelará contra este mundo ‘civilizado’.

 

Film con una enorme influencia en la Historia del Cine, forma parte de la cultura popular. El éxito fue tal que engendró una serie de subproductos, casi todos mediocres, y dos remakes, uno dirigido por John Guillermin en 1976, y otro de Peter Jackson en 2005.

 

Protagonizada por la primera Scream Queen del cine, Fay Wray, brillante transmitiendo el horror de sus continuas peripecias junto al gran simio, sensual, frágil, bella, seductora a su pesar del protagonista, no se espera m´ñas de ella, y con ello se ha convertido en un mito del Cine; Robert Armstrong como el productor de cine Denham es el verdadero villano de la historia, donde su última línea ante el cadáver de Kong, , "La belleza mató a la bestia", no es más que un modo de querer huir de su verdadera culpa, él saco a un Rey de la jungla para convertirlo en un esclavo atracción de barraca en la ‘civilización’, su codicia mató al Rey y no la Belleza; Bruce Cabot (debuta en cine después de haber sido descubierto por Cooper como el portero de un club de Hollywood), lo hace con un rol desagradecido al que tampoco da vigor alguno.

 

Tiene un tramo inicial que sienta las bases con intriga, suspense, misterio, con un viaje enigmático en barco a una isla desconocida (Skull Island) en medio de la nada, la llegada a la misma en medio de la mística niebla, con esa visión de los nativos ofreciendo una mujer en sacrificio ante un mastodóntico muro con una grandiosa puerta. Hasta que aparece la Bestia simia llevándose a la heroína y entonces el ritmo se acelera de modo apasionante, adentrándonos en un Mundo Perdido, una selva llena de dinosaurios, con batallas epopéyicas de saurios (maravilloso ese toque curioso de Kong jugando con la mandíbula del moribundo T. rex, sanguinarias, con mucha sangre, con cuerpos humanos devorados, pisoteados, lanzados al vacío, tuvieron que ser impactantes en su tiempo pre código Hays de censura, maravillosamente filmadas. Todo para desembocar en un rush final Apabullante en Nueva York, donde el Humano se convierte en la verdadera Bestia al haber sacado de su hábitat a King Kong, es un pez fuera del agua, su jungla exótica ha tornado en un jungla urbana.

 

Una de la más grande historia de amor de la Historia del Séptimo Arte, uno imposible, condenado a la tragedia, como son los grande romances, ejemplo notorio es como Kong defiende a su amada en la selva de las otras bestias dispuestas a devorarla, esto hace que simpaticemos con ella, que la entendamos, sentimos su vulnerabilidad por la parte del Amor. En la selva es el Puto Amo, es su mundo, y cuando lo trasladan a la ‘civilización’ solo intenta sobrevivir, todo para él es unja amenaza, no es malo, solo está fuera de lugar, y no por su culpa, Magno.

 

‘La partitura no se parecía a ninguna anterior y marcó un cambio significativo en la historia de la música de cine. La partitura de King Kong fue la primera partitura musical de largometraje escrita para una película "talkie" estadounidense, la primera película importante de Hollywood en tener una partitura temática en lugar de música de fondo, la primera en marcar el uso de una orquesta de 46 piezas y el primero en ser grabado en tres pistas separadas (efectos de sonido, diálogo y música). Steiner utilizó una serie de nuevas técnicas de música para películas, como basarse en las convenciones de la ópera para su uso de leitmotivs.’

 

Rush Final en Manhattan: Con grilletes, Kong es llevado a la ciudad de Nueva York y presentado a una audiencia de teatro de Broadway como "Kong, la octava maravilla del mundo!". Ann y Jack suben al escenario para unirse a él, rodeados por un grupo de fotógrafos de prensa. Kong, creyendo que la fotografía con flash resultante es un ataque, se suelta mientras la audiencia huye horrorizada. Ann es llevada a una habitación de hotel en un piso alto, pero Kong, escalando el edificio, pronto la encuentra. Él arrasa la ciudad mientras Ann grita en su agarre; destrozar un tren elevado lleno de gente y, finalmente, escalar el Empire State Building. En su cima, es atacado por cuatro biplanos .. Kong destruye uno, pero finalmente sucumbe a sus disparos. Mira a Ann por última vez antes de caer y morir. Jack toma un ascensor hasta la parte superior del edificio y se reúne con Ann. Denham llega y se abre paso entre la multitud que rodea el cadáver de Kong en la calle. Cuando un policía comenta que los aviones lo atraparon, Denham le dice: "No, no fueron los aviones. La Bella mató a la Bestia".

 

 

Podríamos buscarle defectillos, pero son nimiedades en comparación con el Homérico resultado final: La gran pregunta existencial del cine, porque harían un enorme muro en Skull Island para que no pasaran las bestias del otro lado y sin embargo construyeran una mastodóntica puerta que podrían derribar las bestias? Como transportaron la tripulación a King Kong al barco? Donde lo llevaron durante su traslado en ese no muy grande navio? Como es posible que King Kong encuentre en Nueva York a Anne vagando sin rumbo por la Gran Manzana, se asoma cual voyeur por una ventana de un rascacielos y allí está? Luego, porque en vez de gritar no huye cuando el simio mete la manaza por la ventana? Y tenemos el misterio de la estatura cambiante, mide 5 pies de alto en la isla, 7 pies en el escenario, 15 pies en el Empire State Building (lo hizo un mago?).

 

Desde el momento de su realización, "King Kong" cayó bajo la tijera de la censura. El mismo Cooper eliminó una secuencia notoria después del estreno mundial: los hombres sacudidos del tronco cayeron en un abismo donde fueron devorados por arañas gigantes, pero el efecto “detuvo la película en seco”, la gente salió y Cooper la cortó. Se eliminó otra escena después de la entrada en vigor del Motion Picture Code. Muestra a Kong quitando con curiosidad algo de la ropa de Wray, haciéndole cosquillas y oliendo sus dedos. También se cortaron primeros planos de humanos aplastados entre las mandíbulas de Kong para varias versiones, pero ahora la película está intacta nuevamente, excepto por las arañas.

 

Críticas al racismo: En el siglo XIX y principios del XX, las personas de ascendencia africana se representaban comúnmente visualmente como simios, una metáfora que encajaba con los estereotipos racistas reforzados aún más por el surgimiento del racismo científico. Las primeras películas frecuentemente reflejaban tensiones raciales. Si bien King Kong a menudo se compara con la historia de La Bella y la Bestia, muchos estudiosos del cine han argumentado que la película era una historia de advertencia sobre el romance interracial, en la que el "portador de la negrura de la película no es un ser humano, sino un mono".

 

En Rotten Tomatoes está considerada la mejor película de terror de todos los tiempos y la quincuagésima sexta película más grande de todos los tiempos.  En 1991, la Biblioteca del Congreso la consideró "cultural, histórica y estéticamente significativa" y la seleccionó para su conservación en el Registro Nacional de Cine. Una secuela, titulada Son of Kong , se aceleró y se estrenó el mismo año, con varias películas más realizadas en las décadas siguientes, incluidos dos remakes que se realizaron en1976 y 2005 respectivamente, y un reinicio en 2017 .

 

El productor de King Kong, Ernest B. Schoedsack, ya había tenido experiencia con los monos al dirigir Chang: A Drama of the Wilderness (1927), también con Merian C. Cooper, y Rango (1931), en los que destacaban monos en entornos selváticos auténticos. Aprovechando esta tendencia, Congo Pictures lanzó el documental engañoso Ingagi (1930), anunciando la película como "un auténtico documento de celuloide indiscutible que muestra el sacrificio de una mujer viva a los gigantescos gorilas". Ingagi ahora se reconoce a menudo como una película de explotación racial, representaba implícitamente a mujeres negras que tenían relaciones sexuales con gorilas y bebés que parecían más simios que humanos. La película fue un éxito inmediato y, según algunas estimaciones, fue una de las películas más taquilleras de la década de 1930 con más de 4 millones de dólares. Aunque Cooper nunca incluyó a Ingagi entre sus influencias para King Kong, durante mucho tiempo se ha sostenido que RKO dio luz verde a Kong debido al ejemplo final de Ingagi y la fórmula de que "gorilas más mujeres sexys en peligro equivalen a enormes ganancias".

 

King Kong conocido por su innovador uso de efectos especiales, como animación stop-motion, pintura mate, retroproyección y miniaturas, todos los cuales fueron concebidos décadas antes de la era digital. Willis H. O'Brien y su asistente de animación, Buzz Gibson, dieron vida a las numerosas criaturas prehistóricas que habitan en Skull Island mediante el uso de animación stop-motion. Las escenas de animación stop-motion fueron laboriosas y difíciles de lograr y completar después de que el equipo de efectos especiales se dio cuenta de que no podían detenerse porque haría que los movimientos de las criaturas parecieran inconsistentes y la iluminación no tendría la misma intensidad sobre el se necesitaron muchos días para animar completamente una secuencia terminada. Se utilizó un dispositivo llamado indicador de superficie para realizar un seguimiento del rendimiento de la animación stop-motion. La pelea icónica entre Kong y el Tyrannosaurus tardó siete semanas en completarse. protegido de O'Brien,Ray Harryhausen , quien luego trabajó con él en varias películas, afirmó que la segunda esposa de O'Brien notó que había mucho de su esposo en Kong.

 

El telón de fondo de la isla que se ve cuando llega por primera vez el equipo de Venture fue pintado sobre vidrio por los pintores mate Henry Hillinck, Mario Larrinaga y Byron C. Crabbé. Luego, la escena se compuso con elementos de aves separados y se retroproyectó detrás del barco y los actores. El fondo de las escenas en la jungla (un decorado en miniatura) también se pintó sobre varias capas de vidrio para transmitir la ilusión de un follaje selvático profundo y denso.

 

La tarea más difícil de lograr para el equipo de efectos especiales fue hacer que las imágenes de acción en vivo interactuaran con la animación stop-motion filmada por separado, para que la interacción entre los humanos y las criaturas de la isla pareciera creíble. El más simple de estos efectos se lograba exponiendo parte del marco, y luego volviendo a pasar la misma parte de la película a través de la cámara exponiendo la otra parte del marco con una imagen diferente. Los planos más complejos, donde los actores de acción real interactuaban con la animación stop-motion, se lograron mediante dos técnicas diferentes, el proceso Dunning y el proceso Williams, para producir el efecto de un travelling mate. El proceso de reclamación, inventado por el director de fotografía Carroll H. Dunning, empleó el uso de luces azules y amarillas que se filtraron y fotografiaron en la película en blanco y negro. Para este tipo de efectos se utilizó el bi-packing de la cámara. Con él, el equipo de efectos especiales podía combinar dos tiras de películas diferentes al mismo tiempo, creando la toma compuesta final en la cámara. Se usó en la escena culminante en la que uno de los aviones Curtiss Helldiver que atacan a Kong se estrella desde lo alto del Empire State Building, y en la escena en la que los nativos corren en primer plano, mientras Kong lucha contra otros nativos en el muro.

 

Por otro lado, el proceso de Williams, inventado por el director de fotografía Frank D. Williams, no requería un sistema de luces de colores y podía usarse para planos más amplios. Se usó en la escena en la que Kong sacude a los marineros del tronco, así como en la escena en la que Kong empuja las puertas para abrirlas. El proceso de Williams no utilizó bipacking, sino una impresora óptica, el primer dispositivo de este tipo que sincronizó un proyector con una cámara, de modo que varias tiras de película pudieran combinarse en una sola imagen compuesta. Mediante el uso de la impresora óptica, el equipo de efectos especiales pudo filmar el primer plano, la animación stop-motion, el metraje de acción en vivo y el fondo, y combinar todos esos elementos en una sola toma, eliminando la necesidad de crear efectos en la cámara.

 

Otra técnica que se utilizó para combinar actores en vivo y animación stop-motion fue la proyección de pantalla trasera. El actor tendría una pantalla translúcida detrás de él donde un proyector proyectaría imágenes en la parte posterior de la pantalla translúcida. La pantalla translúcida fue desarrollada por Sidney Saunders y Fred Jackman, quienes recibieron un Oscar al Logro Especial. Fue utilizado en la famosa escena donde Kong y el Tyrannosauruspelear mientras Ann observa desde las ramas de un árbol cercano. Primero se filmó la animación stop-motion. Luego, Fay Wray pasó un período de veintidós horas sentada en un árbol falso representando su observación de la batalla, que se proyectó en la pantalla translúcida mientras la cámara la filmaba presenciando la batalla proyectada en stop-motion. Estuvo adolorida durante días después del rodaje. El mismo proceso también se utilizó para la escena en la que los marineros del Venture matan a un estegosaurio.

 

O'Brien y su equipo de efectos especiales también idearon una forma de utilizar la retroproyección en decorados en miniatura. Se incorporó una pequeña pantalla en la miniatura en la que luego se proyectarían imágenes de acción en vivo. Se usó un ventilador para evitar que las imágenes proyectadas se derritieran o se incendiaran. Esta retroproyección en miniatura se utilizó en la escena en la que Kong intenta agarrar a Driscoll, que se esconde en una cueva. La escena en la que Kong coloca a Ann en la copa de un árbol cambió de una marioneta en la mano de Kong a imágenes proyectadas de Ann sentada.

 

La escena en la que Kong lucha contra Tanystropheus en su guarida fue probablemente el logro de efectos especiales más importante de la película, debido a la forma en que todos los elementos de la secuencia funcionan juntos al mismo tiempo. La escena se logró mediante el uso de un escenario en miniatura, animación stop-motion para Kong, pinturas mate de fondo, agua real, rocas en primer plano con barro burbujeante, humo y dos proyecciones de pantalla trasera en miniatura de Driscoll y Ann.

 

Murray Spivack proporcionó los efectos de sonido para la película. El rugido de Kong se creó mezclando las voces grabadas de leones y tigres cautivos, que luego se reprodujeron lentamente hacia atrás. El propio Spivak proporcionó los "gruñidos de amor" de Kong gruñendo en un megáfono y reproduciéndolo a baja velocidad. Para los pasos del enorme simio, Spivak pisoteó una caja llena de grava con émbolos envueltos en espuma adheridos a sus propios pies, mientras Spivak grababa los sonidos de los latidos de su pecho golpeando a su asistente (que tenía un micrófono en la espalda) en el pecho con una baqueta. Spivak creó los silbidos y croares de los dinosaurios con un compresor de aire para el primero y su propia voz para el segundo. Las vocalizaciones del Tyrannosaurus también se mezclaron con los gritos del puma, mientras que los graznidos de los pájaros se usaron para el Pteranodon. Spivak también proporcionó los numerosos gritos de los distintos marineros; La propia Fay Wray proporcionó todos los gritos de su personaje en una sola sesión de grabación.

 

La puerta gigante usada en King Kong fue quemada junto con un plató cinematográfico para recrear un incendio en la película "Lo que el viento se llevó"; - Las escenas ambientadas en la selva tuvieron lugar en la península de Palos Verdes y la isla Santa Catalina, pero los acantilados se rodaron en San Pedro, Long Beach y Redondo Beach; Una primera versión de King Kong fue preestrenada en San Bernardino (California) en enero de 1933. Se mostraba como la tripulación es devorada por una araña, un cangrejo, un lagarto y un pulpo gigantes, tras caer del tronco que derribó Kong. Eso provocó que algunos de los espectadores gritaran, abandonaran la sala de cine o sufrieran desmayos, por lo que Cooper decidió eliminarla.

 

Todo empezó con una película planteada entre el 1930 y 1931, llamada Creation y que no se llegó a rodar. El proyecto quedó paralizado por la RKO, la productora que iba a poner el dinero para elaborar una película que combinaba el ataque de diversos reptiles gigantes y dinosaurios que seguramente habrían hecho la delicia del espectador. A Merian C.Cooper no se le olvidaron aquellas imágenes y decidió que aquella película había que llevarla a buen puerto. Fue a él a quien se le ocurrió la idea de introducir un elemento que daría verdadero sentido a la trama: La inclusión de un mono gigante.

 

"Y he aquí, la bestia miró el rostro de la hermosura.

Y detuvo su mano para no matar.

Y desde ese día, estaba como muerto".

- Antiguo proverbio árabe

 

Hito perteneciente el exclusivo Olimpo del Cine. Gloria Ucrania!!!

sábado, 4 de marzo de 2023



LA CONQUISTA DEL OESTE.

Con motivo del reciente 60 aniversario del estreno de este popular film me lo he revisionado. Es un aparatoso y fallido intento de hace un pretencioso film Total sobre el género western, incorporando todo tipo de tópicos del género, como ladrones, tiroteos, salones con bailarinas, la fiebre del oro, tahúres, caravanas, ataques de indios, la Guerra de Secesión, el telégrafo, el Pony Express, estampidas de bisontes, la construcción del ferrocarril, o un asalto a un tren en marcha. Quiere abarcar demasiado y aprieta poquito (siendo generoso). Anhela contar la historia de los Estados Unidos a lo largo del siglo XIX en dos horas y media (se olvidan de mencionar la Guerra con México de 1846-1848, que multiplicó los estados e la nación norteamericana), producción que deseaba transmitir el espíritu de los pioneros que colonizaron y con ello expandieron la nación USA. Estábamos en los años 50, y la tv hacía pupa a las salas de cine, con lo que las grandes compañías de Hollywood querían ofrecer novedades que devolvieran a las masas de espectadores frente a la gran pantalla y los alejara de la ‘caja tonta’, de ahí los grandes formatos panorámicos (e incluso se intentó con el 3D) para epopeyas ‘More Than Life’ como “Cleopatra”, “Spartacus”, o “El Cid”, la MGM había triunfado con “Ben-Hur” e inició una serie de grandes producciones épicas como fueron las nuevas versiones de “Cimarron”, “Four Horsemen of the Apocalypse” y “Mutiny on the Bounty”. Y en esto nació el Cinerama, proceso de filmar con tres cámaras sincronizadas y proyectadas por medio de tres proyectores de 35 mm trabajando en igual sincronía, una imagen panorámica, incrementando su detalle y tamaño, sobre una enorme pantalla curva como pantalla que envolviese al espectador, con el hándicap que si te fijas ves los cortes de cada cámara, y en pantalla plana ves las tomas panorámicas en ojo de pez, con trenes doblados, horizontes curvos, cruce de indios atacando en sentido contrario. Solo se filmaron dos películas en este modo, la otra fue “El maravilloso mundo de los hermanos Grimm”. Aunque el western se filmó primero, se estrenó en segundo lugar. Aun siendo éxitos de taquilla el proceso era muy complicado y traía demasiados inconvenientes técnicos. Siguió habiendo títulos estrenados en Cinerama en los años siguientes y hasta incluso en el siglo XXI, pero ninguno de ellos fue filmado con el proceso de tres cámaras.

 

En este caso no escatimaron en presupuesto, prueba de ello es su nutrido elenco de estrellas como James Stewart, Gregory Peck, Karl Malden, Walter Brennan, John Wayne, Henry Fonda, Lee J. Cobb, Eli Wallach, Debbie Reynolds, Thelma Ritter, y Richard Widmark, también salen en roles muy secundarios Harry Dean Stanton y Lee Van Cleef, testimonial y sin decir palabra aparece en su última actuación antes de su muerte Raymond Massey como Abraham Lincoln (rol mantra para él), ah, en este reparto coral se le puede llamar protagonista a George Peppard (el eterno Annibal de “El equipo A”). Narrando la acción nada menos que Spencer Tracy, brillando los fenomenales escenarios naturales en toda su ampulosidad en las tomas de paisajes que desbordan la pantalla desde las infinitas praderas, el río Ohio, el rio Missisippi, los desiertos, la cordillera de los Apalaches, el Monument Valley.

 

Pero como film de entretenimiento o que emocione dramáticamente va dando tumbos sin conseguir ni lo uno, ni lo otro. Es un producto tan impersonal y artificioso que lo dirigieron nada menos que cuatro cineastas en diferentes niveles, la historia está dividida en cinco fases temporales más un epílogo, cada una con un título, Henry Hathaway dirige tres (‘The Rivers’, ‘The Plains’, y ‘The Outlaws’), John Ford (encargado del interludio de ‘The Civil War’) y George Marshall (se encarga del tramo de ‘The Railroad), mientras escenas adicionales filmadas por Richard Thorpe (no acreditado), siendo el guion de James R. Webb (“El cabo del Terror” o “El gran combate”).

 

Un argumento que sigue a una familia de pioneros a lo largo de varios lustros, recorriendo eventos cruciales en el país con varias generaciones, todo ello narrado a salto de mata, donde la idea está por encima de la hondura emocional, el querer ser didáctica termina devorando al propio film. Ello poblando la pantalla de personajes clichés, sin carácter definido, con apariciones de estrellas que parecen excusas baratas como gancho del público, donde pasan situaciones que se exponen con poco atractivo, ni siquiera en la acción es una producción con imán, no hay una escena que realmente aguante para el recuerdo. Es un despliegue sin más de tópicos del genero, pero sin nada que aportar.

 

Comienza con la narración de Spencer Tracy mientras la cámara aérea recorre las Montañas Rocosas. "Esta tierra tiene un nombre hoy", dice Tracy en las primeras líneas de la película, "y está marcada en los mapas".

 

Los ríos (1839) sección dirigida por Henry Hathaway:  Vemos pioneros, sus duras condiciones de avances hacia el oeste, los roban, pasan por peligrosos rápidos (vista hoy día, el montaje cata es falso lo que vemos, con primeros planos con fondos trampantojos, y planos abiertos donde se ve no son los protagonistas los que están sobre las balsas, ejemplo chistoso es las mujeres que cambian de físico notoriamente), mueren, y sin embargo me deja frío. Queda la forma en que muere gente en elipsis y te quedas, ‘De verdad han fallecido? Pues vale’.

 

Vemos la Fiebre del Oro de un modo tangencial ridículo, mediante una cabaretera encarnada por Debbie Reynolds, a la que le legan una mina de oro y viaja con una wagon master a por sus ganancias. Esto sirve para introducir las caravanas que marchaban al oeste con las familias y sus sueños, en esto hay tropencientas mil pelis mejor que este anodino tramo, donde por supuesto meten un ataque de indios cheyenes (puaj). También está ahí para que veamos a los tahúres que había por el oeste, encarnado en un Gregory Peck que parece disfrutar en su rol de tópico con patas y ojos. Nada me mueve a estar viendo algo especial hasta ahora. Ah, nos meten un chirriante número musical ("Raise a Ruckus Tonight") en medio del viaje de la caravana (supuestamente en medio del desierto, cuando canta ser en un set) con la Reynolds saltando entre la gente como poseída no se sabe porque o quien (ridículo). Tiene dos canciones más, "A Home in the Meadow" con la melodía de "Greensleeves", pero estas al menos son sobre un escenario. La idea del sueño del triunfo efímero adornado de un romance plano, me ha dejado entre frío y bajo zero. Lo único reseñable, es la presencia de una siempre carismática y visceral Thelma Ritter.

 

Estamos en la Guerra Civil, narrada con un preámbulo desconcertante, donde no se hace mención a los negros esclavizados en el Sur, un insulto a la inteligencia. Vemos a Raymond Massey como Lincoln sin decir palabra. Zeb, rol que da vida George Peppard vive como granjero, no le gusta, y a pesar de las reticencias de su madre se alista. John Ford rueda con brío la Batalla de Shiloh, pero sin ser algo notable. Tras ello una reflexión superficial sobre la guerra en como se unen dos desertores, uno de cada bando, tras ello los dos escuchando a hurtadillas una conversación privada entre los generales Ulysses S. Grant (Harry Morgan) y William Tecumseh Sherman (John Wayne, que aparece en dos escenas contadas), el sudista ver la oportunidad de atentar contra los cabezas bélicos contra la Confederación y … pues lo esperado, sin sorpresa alguna. Y ya hemos cumplido con la guerra, nada del final, quien ganó o las consecuencias para el sur. Comparar este tramo con las decenas de películas sobre el conflicto filmadas es un insulto para el resto.

 

El ferrocarril (1868) sección dirigida por George Marshall: La voz en off de Tracy narra (como parte de las arterias que vertebraron USA nada menso que la unión de las dos costas) como se construyeron dos líneas ferroviarias que compiten ferozmente, Central Pacific Railroad y Union Pacific Railroad, una construida hacia el oeste y la otra hacia el este, abren un nuevo territorio para colonos ansiosos. Ello en claro conflicto con los territorios nativos a los que se les engañó una y otra vez contratados de usar y tirar. Esto si queda claro en este segmento, pero narrado sin garra alguna, en modo teletexto, aunque se da la justificación al expolio y marginación de los nativos por los emigrantes europeos ávidos de nuevas tierras de esperanza, se siente la autocrítica muy condescendiente (tampoco podemos pedir más por el tiempo en que se rodó). El clímax es una estampida de bisontes (sin sentido por ser una táctica ridícula de los indios contra los colonos) que realmente es espectacular como se rueda, pero nunca vemos durante ello las consecuencias de lo que pasa, hasta el final, y con ello resulta claramente impostado, amén del como el Cinerama hace que los animales vayan en una extraña curva que desvía la atención e intensidad requerida del espectador, acaba el caos, hay muertos, pero como casi siempre que ocurre resulta de una gelidez ambiental plúmbea.

 

Los forajidos (1889) dirigida por Hattaway: Este segmento supongo está para dar una escena climática sobre un tren. Muy liso todo lo que acontece, todo tan previsible como el día y luego la noche. Una rivalidad entre el bueno y el malo que acaba en un tren en marcha. Coronado con una escena de acción con un puñado de troncos amarrados con cadenas en un vagón teniendo importancia. Solo destacable pro la presencia de un siempre brillante Eli Wallach. Si este tramo estaba para decirnos que en el salvaje oeste había forajidos, al parecer se les olvidó que en el primer bloque estaban los piratas de rio. Y llegamos al final y no hay sentimiento alguno que me haya aflorado.

 

Hay un epílogo dirigido por Henry Hathaway con imágenes aéreas (supongo de helicóptero), donde se hace pompa sobre la evolución de USA a lo largo del SXX, vemos la presa Hoover, ciudades modernas como Los Ángles con su red intrincada de autopistas atestadas de coches, o el icónico puente sanfranciscano del Golden State. Algo muy petulante para ensalzar un film rutinario, con muchas más ínfulas que calidad.

 

Películas con transiciones torpes, sin asideros de personajes a los que agarrarnos, todo muy buenista, sin querer hacer sangre con las tropelías USA con por ejemplo las masacres de indígenas. John Ford en su magistral "El hombre que mató a Liberty Valance" contaba un trillón de veces mejor la evolución estadounidense que este pastiche autocomplaciente.

 

La película marcó la última aparición de Raymond Massey, entonces de 66 años, como Abraham Lincoln, un papel que interpretó anteriormente en el escenario (Abe Lincoln en Illinois y la adaptación teatral de John Brown's Body), en la pantalla (Abe Lincoln en Illinois) y en televisión ( The Day Lincoln Was Shot , y dos producciones más de Abe Lincoln en Illinois ).

 

En 1960, MGM llegó a un acuerdo para producir cuatro películas en el proceso de Cinerama y Bing Crosby se acercó al estudio con una propuesta. Estaba desarrollando un espectáculo televisivo llamado How the West Was Won basado en fotografías del Viejo Oeste en vida, con ganancias destinadas al St. John's Hospital, junto con un álbum inspirado en el mismo artículo grabado con Rosemary Clooney. MGM compró los derechos cinematográficos de Crosby. MGM anunció el proyecto en junio de 1960, originalmente titulado The Great Western Story. El plan era filmar una historia de seis segmentos con 12 estrellas, con una trama general cohesiva. Entre las figuras históricas que se presentarán se encuentran Buffalo Bill, los hermanos James y Billy the Kid. La presidenta del St. John's Hospital, Irene Dunne, y otros persuadieron a las estrellas de la película para que aceptaran menos de sus honorarios habituales. Sin embargo, el hospital luego demandó por una parte de las ganancias de la película. Bernard Smith fue asignado como productor y contrató a James Webb para escribir el guión. George Peppard fue anunciado como protagonista, e Irene Dunne y Bing Crosby fueron originalmente anunciados como estrellas. Laurence Harvey y John Wayne también estaban programados para aparecer juntos en una secuencia. Wayne y Spencer Tracy habían confirmado sus planes de interpretar a los generales Sherman y Grant para un segmento dirigido por John Ford, y también se había contratado a James Stewart. Otros papeles serían para Gregory Peck, Debbie Reynolds, Russ Tamblyn y Carroll Baker, mientras que Henry Hathaway y George Marshall también dirigirían a partir de un guión de James Webb. Crosby estaba programado para proporcionar la narración. Jim Hutton estaba destinado a aparecer en el segmento de la Guerra Civil. Eventualmente, Harry Morgan apareció como Grant cuando Tracy no estaba disponible. En última instancia, la película contenía cinco secciones: la migración de la década de 1830, la fiebre del oro de la década de 1840, la Guerra Civil, la construcción del ferrocarril y la "domesticación" del Salvaje Oeste, con la historia de una familia a lo largo de tres generaciones proporcionando el puente entre cada período de tiempo. El presupuesto se fijó en al menos $ 8 millones. John Ford dirigió el segmento de la Guerra Civil, George Marshall el segmento ferroviario y Henry Hathaway el resto. "Queríamos tres viejos profesionales, no jóvenes genios", dijo Smith. [dieciséis]

 

Ampliamente considerada una de las mejores epopeyas de Hollywood. recibió elogios generalizados de la crítica y fue un éxito de taquilla, recaudando $50 millones con un presupuesto de $15 millones. En Los Oscar obtuvo ocho nominaciones, incluida la de Mejor Película, y ganó tres, por Mejor Historia y Guión Escrito Directamente para la Pantalla , Mejor Sonido y Mejor Edición de Película. En 1997, fue seleccionado para su conservación en el Registro Nacional de Cine de los Estados Unidos por la Biblioteca del Congreso como "cultural, histórica o estéticamente significativo".

 

Un problema más difícil fue que la filmación requería que los actores se colocaran artificialmente fuera del marco dramático y emocional y fuera de sincronización entre sí. Solo cuando el proceso Cinerama de tres copias se proyectó en una pantalla Cinerama se sincronizaron las posiciones y las emociones de los actores, como el contacto visual normal o la armonía emocional entre los actores en una secuencia dramática. Debido a la naturaleza de Cinerama, si la película se mostrara en proyección de pantalla plana, parecería como si los actores no hicieran contacto visual.

 

El especialista Bob Morgan, esposo de Yvonne De Carlo, resultó gravemente herido y perdió una pierna durante un descanso en la filmación de un tiroteo en un tren en movimiento mientras filmaba la parte de Outlaws. Las cadenas que sostenían troncos en un automóvil de plataforma se rompieron y aplastaron a Morgan cuando se agachó junto a ellos.

 

Spencer Tracy en su soliloquio final: ‘El oeste que fue conquistado por sus pioneros, colonos y aventureros ya no existe. Sin embargo, es de ellos para siempre, porque dejaron huellas en la historia que nunca serán erosionadas por el viento o la lluvia, nunca sepultadas por tractores, nunca enterradas en un abono de eventos. De la dura sencillez de sus vidas, de su vitalidad, de sus esperanzas y tristezas, nacieron leyendas de coraje y orgullo para inspirar a sus hijos ya los hijos de sus hijos. Del suelo enriquecido por su sangre, de su fiebre por explorar y construir, salieron lagos donde antes hubo desiertos ardientes, salieron los bienes de la tierra; minas y campos de trigo, huertas y grandes aserraderos. Todos los tendones de un país en crecimiento. De sus toscos asentamientos, sus puestos comerciales surgieron ciudades que se ubicaron entre las más grandes del mundo. Todo el patrimonio de un pueblo libre para soñar, libre para actuar.’

 

Me queda una película irregular, desequilibrada, que como mucho llega a entretenidilla. Gloria Ucrania!!!

 

PD. La película en 1978 inspiró un spin off serie de televisión homónima.

 

Atenea


"Las revoluciones no se tratan de nimiedades, sino que brotan de nimiedades". Aristóteles.

 

Irregular thriller francés, aunque muy atractivo visualmente, te deja huella desde su impresionante inicio con uno de esos planos-secuencia que recordarás por siempre por su vigor, por su modo prodigioso de cambiar de punto de vista, por una coreografía Homérica, consiguiendo hacernos partícipes de estar allí con este comienzo de una Revolución, en vez de la toma de la Bastilla es la toma de una comisaría, espectaculares 12 minutos, que ya de por sí hacen recomendable el resto de la película. Dirige Roamin Gavras (conocido por videos musicales para artistas como Justice, M.I.A. o Kanye West; y spots publicitarios, hijo de Costa Gavras), a partir de un guion propio junto a Ladj Ly y Elias Belkeddar, dando la sensación de ser la continuación del film de Ly de 2019 “Les Miserables”, acabando esta en un impasse pre-apocalipsis, esta lo desarrolla, en lo que es una reflexión sin respuestas a la complicada situación de muchos barrios franceses que funcionan como guetos, a partir de bocetos estéticos que recuerda a obras de Hieronymus Bosch. Argumento con efluvios a las carpentianas “Asalto a la comisaría del distrito 13” y “1997: Rescate en Nueva York”, e incluso al más reciente film “‘71” (2014).

 

Expone a estos barrios como polvorines a punto de estallar, donde el racismo, la falta de oportunidades, la desigualdad, es caldo de cultivo para que en cuanto se les da una razón explotan, ejemplificando la grieta que hay en la sociedad francesa. Ello con una evolución con trepidante brío, con furia, con electricidad constante, ayudado por la sensación e contrrareloj que se emite, aconteciendo todo en un corto espacio de tiempo de un día y una noche. Un fresco enardecedor del caos palpitante en la sociedad de extrarradio. Se expande sobre un elato de hermanos enfrentados, cada uno de los tres que vemos representa un modo diferente de afrontar la vida: Abdel (Dali Benssalah) el hijo bueno, el que ha tomado el camino recto, el noble, el que intenta mediar y poner cordura, ello desde las raíces francesas, su abuelo luchó con Francia en las batallas coloniales. El actor me resulta vibrante, pero algo sobreactuado; Karim (Sami Slimane), el joven noble, chico orgulloso, con carácter de líder mesiánico, atrapado por el sentido de la venganza, se siente oprimido y quiere responder con el ojo por ojo. Ello en una actuación sensacional desplegando un aura de Mesías arrolador; Y Moktar (Ouassini Embarek), el que eligió dar la razón a los que ven en los ven como portadores del Mal. Es el actor que menos presencia tiene de los tres, me falta algo más para saber sus motivaciones, pues estas son muy pobres, deja buena impronta en su nervio y fulgor.

 

Sumergiéndonos en un clima de violencia atávica fruto de la testosterona (en la historia las mujeres son marginales o inexistentes, solo aparece la madre de los hermanos y la hermana en un funeral, sin carácter), una experiencia inmersiva con claras resonancias a tragedia griega (no es casual el ficticio nombre del barrio titular Atenas), donde el banlieue (término francés con el cual se denomina la periferia de las grandes ciudades) se erige en especie de Troya  al que los griegos/policías deben tomar. Una batalla furibunda entre los organizados policías anti disturbios (incluso con formaciones en escudo de tortuga que provienen de las legiones antiguas romanas) y las hordas de rebeldes con sus artesanales tubos para disparar, o los incendiarios cocteles molotov. Todo ello el director tiene la valentía de mostrarlo sin juzgar, sin posicionarse, haciéndonos ver las debilidades de unos y otros, el salvajismo de unos y otros, del callejón sin salida que es la situación. Da alma al otro lado, a los antidisturbios, vistos en muchas ocasiones como hordas de entes sin rostros, aquí se le da alma a través de Jérôme (Anthony Bajon), un joven antidisturbios al que se ve principiante, temeroso, retraído, hasta quedar atrapado aislado en Atenas, en un tramo aterrador internta huir, camuflarse, pero al final es descubierto.

 

En su epílogo el director quiere ser ingenioso y me resulta facilón (*spoiler), no hacía falta (más bien lo contrario), el dar esa coda facilona. Quiere poner faz al mal, dar una respuesta sencilla a un problema complejo y la caga.

 

El gran protagonista del film no son unas muy buenas actuaciones de los actores protagonizada por Dali Benssalah, Sami Slimane, Anthony Bajon, Ouassini Embarek y Alexis Manenti, todas radiantes de rabia y visceralidad, emitiendo dolor e ira. Pero el gran Tótem de la película es la cámara del DP Matias Boucard (“Jacques”), sublime en sus movimientos que desafían la gravedad, fluyendo entre los personajes, entre las multitudes, entre el belicismo, de forma apoteósica, con una galería de planos secuencia arrolladores, apabullando desde el arranque desgarrador, combinado primeros planos, subjetivos, tomas panorámicas, soberbios travellings, en lo que es una labor sibarita. Serpenteando tras la nuca de los protas, cámara en mano tras ellos, en picados, contra picados, por los angostos pasillos, por las escaleras, entre el fuego, el humo, los gases lacrimógenos, los disparos, la barbarie, todo ello para dejar exhausto al espectador que entra de lleno (como yo). Ello ayudado por la impresión de fortaleza inexpugnable que es Athens, con torres que son los edificios de apartamentos, las murallas, la plaza, creando un halo de fortín.

 

Marcando a fuego el metraje con el ya mencionado inicio que te deja impactado. Seguimos primero a un soldado francés recién regresado de servir en Mali, Abdel (Dali Benssalah), en un primer plano y de nuca en que lo vemos tenso dirigirse a ofrecer unas palabras a los periodistas allí congregados, estamos en una conferencia de prensa del departamento de policía después de la muerte de un adolescente bajo custodia (Idir, hermano pequeño de 13 años de Abdel, fallecido en el hospital, luego de que tres uniformados policías lo golpearon y lo dieron por muerto.), pide justicia, sin reclamar venganza; el objetivo levita por la sala abarrotada hacia el fondo y cambiamos de protagonista a Karim (Sami Slimane, un debut en cine es una presencia brillantemente carismática, tiene imán para la pantalla), hermano del niño muerto. De repente se convierte en una zona de guerra cuando un ejército de muchachos musulmanes inmigrantes de un barrio marginal (Atenas) sacan cocteles molotov y los lanzan creando el caos y el terror, la turba violenta saquea la estación policial (al grito de "Ahora somos la policía!"), pero dentro de la refriega bélica la cámara nos mantiene nítidos en la acción de lo que va sucediendo, con explosiones, golpes, peleas, en medio de la aparente anarquía los ‘invasores’ se mueven organizadamente hacia su meta, ello con Karim como líder ordenando los movimientos, una vez tomado el botín inician una huida en furgoneta policial épica, acompañada de motoristas rebeldes que hacen cabriolas de alegría por la misión exitosa. La cámara está dentro de la van sale afuera para una toma general y vuelve a dentro (¿?). Hasta llegar a lo que será la fortaleza del barrio de Athens, donde los reciben con vítores, hay toque genial (de humor) de un tipo que pide un cigarrito en medio de la entrada triunfal a Karim, se aposentan en el lugar. El líder da un rapapolvo a sus muchachos por comportarse como niños, y tras lo que Karim sale a la plaza y se coloca con sus ‘soldados’ sobre lo que se asemeja al filo de las murallas urbanas sobre la carretera, la cámara se eleva para hacer una toma de epopeya, con estos rebeldes gritando alborozados con bengalas en señal de triunfo, esperando armados el asedio de la policía (anti disturbios). Ello adornado en este clímax con tambores gloriosos resonando entre coros enardecedores celestiales furto de la sublime banda sonora de Gener8ion (proyecto colaborativo multidisciplinario de Gavras y el productor y compositor electrónico Benoît Heitz, también conocido como Surkin). Y es que la música ya en esta primera atronadora secuencia da muestras de la gran comunión dramática que creará con las imágenes, de melodías cuasi sacras, litúrgicas. Creando en la miscelánea una epicúrea sensación audiovisual.

 

Tiene entre sus defectos que nunca desarrolla mínimamente a sus protagonista, no tienen fondo, se expresan a través de sus actos, meros clichés, aunque lo exhiben con mucha garra; Asimismo, me falta algo más de historia, me ha resultado algo lisa, sin sorpresas. El momento de la catarsis de Abdel me ha sido grimante (**spoiler) por la forma tosca en que se produce.  

 

Spoiler:

 

**Resulta que Karim amenaza al hermano con tirarle un coctel molotov si no entrega al rehén que le ha quitado, entonces llega la policía, Karim se da la vuelta con intención de lanzarles el explosivo incendiario, como no lo suelta, la policía termina por dispararle, lo que hace que suelte la botella y con ello reviente, causando la muerte a lo bonzo de Karim. Esto es la chispa que hace que Abdel cambie de bando y tome el relevo de hermano quemado. Y me pregunto, que esperaba Abdel? Que la policía dejara que le tirara el coctel molotov? No les deja otra opción. Y tras ello, sin venir a cuento, revienta a golpes (fuera de cámara) a su hermano Moktar y nadie de los colegas de este se lo impide (¿?).

 

Rush final: Abdel, ya líder del motín, llama al comandante de policía y reitera las demandas de los alborotadores por los nombres de los policías, luego le da instrucciones a Sebastien para que ayude a los jóvenes. El comandante de policía llama una vez más, insistiendo en que los policías en el video no eran policías reales, y advierte a Abdel que la unidad táctica de la policía está siendo enviada. En una videollamada con el comandante, Abdel apunta su arma a Jerome y dispara dos veces, pero se revela que falló intencionalmente. Superado por la emoción, Abdel no intenta impedir que Jerôme abandone el edificio. Con el equipo táctico acercándose, el nivel del edificio explota con bombas improvisadas creadas por Sebastien (Alexis Manenti), matando a Abdel.

 

*En la escena final, se muestra a un hombre en una camioneta grabando la golpiza de Idir, que luego se publica en las redes sociales. Se revela que los "policías" son instigadores de extrema derecha disfrazados (ello deducido por el tatuaje de una nuca); entran en la camioneta, se internan en el bosque y queman los uniformes que habían usado, revelando que la golpiza fue un intento deliberado de incitar disturbios raciales; Ese epílogo coda me resulta muy simplista, queriendo cerrar el círculo de culpables, y esto me es muy reduccionista.

 

El film se rodó en 2021 en el suburbio parisino de Évry-Courcouronnes alrededor de 48°37′37.1″N 2°26′52.2″E.

 

Me queda un film muy atractivo audiovisualmente, aunque falto de entramado interior para elevarse más. Gloria Ucrania!!!

 


SECCIÓN ESPECIAL.

 

Sugestivo drama francés dirigido por el combativo políticamente Costa-Gavras , formando parte este film del ciclo de películas políticas de: Z (1969), L'Aveu (1970), Estado de sitio (1972), así como la película de Henri Verneuil , Yo... como Ícaro (1979) los cuatro con Yves Montand en el papel principal, mientras que aquí el último aparece sólo fugazmente. Estas películas tienen el hilo conductor entre el mundo político y la justicia, y Section Spéciale no es una excepción, la diferencia de sus predecesores, es que esta cinta es una semificción hecha a partir de hechos reales, meticulosa reconstrucción de hechos históricos, establecidos esencialmente según el libro de Hervé Villeré, no se basa en los archivos judiciales franceses -a los que se le negó el acceso- sino en los archivos alemanes, con guion del propio director heleno y del madrileño Jorge Semprún.

 

La película es una obra coral, que hace un mosaico de personajes y situaciones para denunciar la cobardía del Régimen galo de Vichy durante la WWII, su connivencia y mansedumbre ante el invasor y opresor nazi. Tema interesante como se puede retorcer la ley desde el estado, con un aparato judicial dócil se convierte en un arma arbitraria e injusta, para congratularse con los que mandan. En este sentido son rayos de esperanza las personas que se levantan contra las injusticias con dignidad, integridad y orgullo. Este contraste entre el poder corrupto y la plebe que intenta rebelarse, es visto con estereotipos un tanto simplistas, pues a los gerifaltes los vemos en operas sibaritas, banquetes, spas, mientras a las víctimas del sistema los vemos en calles, con bicis, o en prisiones.

 

El problema de la estructura narrativa es que la película solo se quita el corsé de lo cuasi-documental en raras ocasiones, todo resulta instructivo y didáctico, deja un poco de lado el drama humano, los acusados en esta pantomima de juicios son entes que no conectan emocionalmente con el espectador, aunque hay ingenio al salpicar de flash backs el pasado de algunos, esto no es suficiente, solo tiene algo de dimensión humana un periodista, Lucien Sampaix, fue secretario general del diario 'LHumanité', órgano oficial del Partido Comunista Francés (PCF), que lanza un incendiario discurso ante el tribunal, exponiendo el fétido teatrillo que han montado. Se gusta más el director en medio de discusiones políticas y debates sobre el sentido del deber, la obligación de vida.

 

El film comienza de forma alegórica, cuando vemos a los gerifaltes del gobierno francés de Vichy (los colaboracionistas con Hitler) en una ópera, donde hay unos rusos que dicen que van a sufrir. Estamos instalados en la situación de que Stalin era aliado de Hitler, el Mal con el Mal. Tras el comienzo de la operación Barbarroja (la invasión nazi del territorio stalinista), los comunistas pasan a ser enemigos. Esto expuesto en una discusión entre el ministro de justicia y Cournet (Michel Galabru), donde el de justicia habla sobre lo que representa cada bando, la 'civilización occidental' vs 'barbarie asiática', Cournet replica sobre las consecuencias del pacto Stalin-Hitler, y de cómo su ruptura por hace que sea más fácil distinguir el Bien del Mal, cuando las dos representaban realmente Guatemala y Guatepeor, y viceversa

 

En agosto de 1941, dos meses después de la invasión de la URSS por la Alemania nazi, una manifestación de militantes comunistas fue duramente reprimida por la policía francesa, lo que se saldó con numerosas detenciones. Como forma de rebelión contra las acciones represivas de los alemanes y el gobierno colaboracionista, el 21 de agosto de 1941, Pierre Georges, un comunista, cometió el primer ataque asesino contra las tropas de ocupación al asesinar a un soldado de la Kriegsmarine (famoso "ataque al metro de Barbès"), oficial de la marina alemana fue asesinado por un militante comunista en medio del metro de París. Esto filmado con gran pulso narrativo en intensidad, con recursos estéticos que enfatizan la tensión como es el slow.

 

Como represalia, los nazis exigieron la condena y ejecución de seis franceses, de lo contrario matarían a 100 rehenes franceses, que serían elegidos al azar. Para tratar de evitarlo, el gobierno de Vichy, encabezado por el mariscal Pétain (lo oímos, pero solo lo vemos a través de sus mangas llenas de estrellas militares; Pétain dirigió el gobierno colaboracionista de Vichy en el sur de Francia hasta que los alemanes e italianos invadieron la región en noviembre de 1942), decidió crear una Sesión Especial de Justicia, con el fin de juzgar, condenar y ejecutar rápidamente a seis presos franceses, aunque ya hubieran sido condenados por delitos menores (producción o distribuir panfletos, robar bicicletas, producir textos de crítica a los nazis, etc.), para ello el ministro del Interior Pierre Pucheu (Michael Lonsdale) retorció el derecho y propugnó leyes de carácter retroactivo inmediato.

 

Se hace una rica reflexión sobre los dilemas morales de si es mejor rebelarse contra la tiranía, o intentar compadrear con ella para que sea más laxa en sus acometidas, en este caso sacrificar con una contorsión hedionda de las leyes a seis pobres hombres, o dejar que sean los nazis los que sumariamente ejecuten a 100 rehenes. Y es que los implicados en estas parodias de juicios con la condena a muerte ya prescrita de ante mano, veían en este plan un modo de atenuar las represalias nazis, un modo de tener parte del poder y que este fuera menos arbitrario. De hecho, es lo mismo que el mariscal Pétain esgrimió para pactar con los hitlerianos, es en realidad una discusión sustanciosa. Pero tenemos la sensación de que los franceses que manejaban la justicia en este caso, eran más papistas que el papa. De esto es buena muestra la escena en que el mayor nazi Beumelburg (Heinz Bennent), pregunta si el cambio de las leyes que idean son legales en Francia, y el representante del gobierno de Vichy responde que no, pero que podrían serlo si el gobierno alemán lo autorizara. Además, de este modo serán los propios franceses los que den rostro a los condenados, siendo filtrados entre lo que ellos consideran ‘basura humana’, o sea, comunistas y judíos, poniéndose a la altura de los nazis en sus apestosos argumentos.

 

Es una película a la que realmente le falta complejidad, todo te lo dan masticado, sin posibilidad de sutilidad, rasgo muy común en el director, que en su afán de su mensaje claro deja sin profundidad el contenido al hacer subrayados constantes, es el simple y eterna batalla Bien contra el Mal. Ello en un desarrollo donde tras tomar forma la idea de como se emponzoña la justicia por medio de seres dúctiles que se amoldan a las órdenes, todo lo que viene es previsible, llegando a ser iterativos algunos tramos. Carece de personajes que sean referentes morales, hay un abogado que cuasi lo detenta, pero de forma superficial y sin hondura alguna en su proceder, simplemente por que sí, esto reflejado en la parte en que va a ver si puede salvar a los condenados y lo van pasando, durante un concierto en la ópera, de un palco a otro cual peonza que nadie quiere tocar. También hay un juez (esto es real), René Linais (Jean Bouise), único se resistió injustamente a condenar a muerte a los acusados, pero esto se expone de forma fría, sin saber del porque hace esto el juez. Incluso las actuaciones no pasan de ser cumplidoras simplemente, más perchas de personajes que seres con alma. La puesta en escena resulta sobria, sin dejar marca alguna. Y la película acaba, te sientes informado, pero no te cala lo que debiera este relato de injusticia.

 

Abraham Trzebrucki (Jacques Rispal), simple fabricante de sombreros, juzgado y sentenciado a muerte por falso cargo de ser un agente del Komintern. La kafkiana acusación se hizo porque había recurrido a servicios del consulado soviético en París (antes de la Operación Barbarroja), era originario de la región de Polonia invadida por la URSS en septiembre de 1939, y porque había colaborado con organización ayudaba a los judíos, perseguidos por los nazis. Su abogado (Roger Lafarge) dice con valentía durante el juicio, 'es una burla a la justicia'.

 

‘El secretario del ministro de Justicia, Dayras (Roland Bertin), encuentra en la figura de Michel Benon (Claude Piéplu), excombatiente condecorado de la Primera Guerra Mundial, persona idónea para presidir la Sesión Especial, protagonizará la farsa judicial. Hará lo posible para convencer a demás jueces del Tribunal de Excepción que condenen a imputados, independientemente que existan o no pruebas en su contra por la práctica de 'terrorismo'. Otros cuatro jueces compondrán la 'Sesión Especial' elegidos personalmente por Dayras, secretario general del Ministerio del Interior. Uno de los jueces, será el que se resista a condenar a acusados ​​falsamente, era miembro de 'Action Française' (Acción Francesa), grupo nacionalista de extrema derecha que ostensiblemente apoyaba al gobierno de Vichy, pero era nacionalista, lo que ayuda a entender por qué se resistió a condenar a ciudadanos franceses por imposición de alemanes.’

 

Es una película aleccionadora, pero demasiado aséptica como para hincarte el diente dramático, aun así sus valores son recomendables. Gloria Ucrania!!!

 

Así, los alemanes acabaron fusilando a otros tres miembros de la Resistencia (seguidores del general Charles De Gaulle) para compensar la ausencia de estos otros tres convictos. Y aun así, los seis acusados ​​terminaron siendo ejecutados. Lucien Sampaix fue asesinado por los alemanes el 15/12/1941 y los otros dos fueron guillotinados, tras ser condenados por un tribunal estatal, el 23/9/1941. Y los Tribunales de Excepción siguieron funcionando con normalidad, durante todo el período en el que Francia estuvo bajo el dominio nazi, es decir, hasta agosto de 1944, cuando los Aliados la liberaron. Pero los jueces que participaron en ellos nunca fueron acusados ​​de hacerlo. Prevalecieron las 'razones de Estado'.

 

Los nombres y apellidos de los acusados ​​son correctos. Se encuentran en placas conmemorativas o entre los 13 fusilados en Caen; La película compartió el premio al Mejor Director en el Festival de Cine de Cannes de 1975, y fue nominada a Mejor Película en Lengua Extranjera por la Junta Nacional de Revisión de Estados Unidos. También fue nominada a un Globo de Oro a la mejor película extranjera.