miércoles, 28 de febrero de 2024



LA ZONA DE INTERÉS

 

Original punto de vista del Holocausto, habiendo cierta saturación sobre films sobre la SHOAH que describen cruda y visualmente los horrores del genocidio, todo un sub género en sí, el director y guionista londinense Jonathan Glazer ha dado un singular giro para hacer que jugar a provocar al espectador con lo que intuye de fondo, mientras en primer plano discurre aquello que Hannah Arendt dijo durante el juicio a Adolf Eichmann de “La banalidad del mal”. Retratando a la familia del mandamás del campo de exterminio nazi de Auschwitz, Rudolph Höss. Una prole vista con una vida idílica, con un padre cariñoso, un matrimonio bien avenido, residen en un lugar (aparentemente) bucólico, haciendo salidas al campo junto al rio, donde juegan los niños, y el patriarca pesca y rema con la barca que le han regalado por su cumpleaños, la madre cuida el hogar con devoción, el perro de la familia retoza a sus anchas, el padre cierra las puertas de la casa antes de acostarse, este le lee cuentos a sus hijos en la cama, la madre cuida de las flores del jardín, pero con la particularidad de que esta residencia colinda con el campo de exterminio donde se calcula murieron aproximadamente un millón y medio de personas asesinadas por la barbarie de una máquina engrasada para hacer desaparecer a los que ellos consideraban ‘indeseables’, mayormente judíos. Glazer se basa libremente en la novela de 2014 de Martin Amis, Glazer transforma al protagonista ficticio del libro en el oficial de las SS de la vida real en el que se inspiró, Rudolf Höss, comandante con más años de servicio en el campo de concentración de Auschwitz, fuerza líder en el perfeccionamiento de las técnicas de exterminio masivo implementadas durante la aceleración de la "Solución Final" de Hitler. Glazer elimina casi todo lo que hay en la novela, incluida la trama, para escenificar la extirpación de la conciencia moral.

 

Siendo lo original que nunca entramos en el recinto de exterminio, nunca vemos el terror, ingeniosamente solo se intuye en los márgenes, bien por las torres de vigilancia, los edificios que se elevan tras los muros de la casa, donde sabemos están los presos, como los sonidos de disparos, los ladridos de perros, el ruido de los trenes al llegar, o gritos de ordenes de soldados, o chillidos de prisioneros, y sobre todo la visión de la chimenea del crematorio echando una enorme fumarola de humo infernal en su raíz con fuego espectral y todos sabemos de qué es la columna de gas negro. Esto hace que el fotograma oculto, ese que se genera en el cerebro con lo fuera del plano, lo que intuimos, pero no vemos, aquí es acongojante por como nuestra mente genera lo que hemos visto en todo un caudal de información previa de documentales, series, películas, libros, el pavor de lo que sabemos pasa ahí ante la indiferencia de los que viven a la sombra.

 

Siendo fundamentales para imbuirnos del turbador malsano estado de ánimo la cinematografía del polaco Lukasz Zal (“Ida” o “Guerra Fría”) con cámaras como si fuesen de vigilancia o seguridad, en tomas amplias, sin apenas primeros planos para hacernos sentir voyeurs de la situación, todo imbuido de tonos blancos, las paredes, la vestimenta, la luz solar, como queriendo mostrar el patinado virginal del color escondiendo la putrefacta realidad; Rompiendo el estilo está la sub trama de la niña de las manzanas filmada en plano negativo; La ominosa música compuesta por Mica Levi (“Under the skin” o “Jackie”), nombre artístico Micachu, de sensaciones guturales que remueven, golpes secos que aturden, me recuerda en cierto modo a la del film del año pasado “Sin novedad en el frente”; Amen del trabajo de diseño de sonido de Johnnie Burn (“Under the skin” o “Pobres criaturas”), todo trabajando en adusta miscelánea para hacernos sentir mal cuerpo. Como ascético pero fundamental es el diseño producción Chris Oddy (“`71” o “Under the skin”) con epicentro en la casa Höss que se construyó cerca de donde hubo un campo de exterminio, según los registros históricos.

 

Exquisita la labor de la pareja protagónica Christian Friedel y Sandra Hüller (menudo año para la actriz germana con este papel y el de “Anatomía de una caída”) como el comandante nazi alemán Rudolf Höss y su esposa Hedwig. Él es la imagen de lo grotesco por como sabemos cuál es su trabajo, solo vemos un lado de su vida, la familiar, y ahí se comporta como un padre y marido atento, podemos atisbar en detalles su maldad, como es que monte a caballo para entrar en el campo de exterminio, cual señor feudal llegando a sus dominios, lo vemos pasear fumando por el jardín y de fondo la torre de la chimenea humeante dan fe de quien es realmente, también está la reunión de trabajo con unos empresarios de la construcción que le viene a ‘vender’ un sofisticado sistema para incineración al por mayor, todo muy aséptico. Teniendo un giro su carácter cuando sale de su ‘Paraíso’ y se reúne en Berlín con otros oficiales nazis para planear ‘La Solución Final’ (incluso se permite humor negro en un comentario con su esposa), puede deje ver sus grietas hediondas en el rellano de una escalera, quizás Glazer queriendo hacernos ver lo podrido que está por dentro; Ella en una actuación perturbadora en su mundanidad, en su maldad adusta, ello jugando con la percepción del espectador que sabe de dónde sale el fruto de su edén, sus andares de pato, su apariencia marujona, como desprecia con apatía lo del otro lado. Verla repartirse lencería de las prisioneras cual día de fiesta resulta desgarrador. La vemos probarse en su dormitorio un abrigo de piel, se mira en diferentes poses en el espejo, cuando encuentra en el bolsillo un lápiz labial, tras lo que se pinta los labios, sin importarle lo más mínimo de donde proceden, aterrador el desprecio que muestra. Solo deja ver su interior podrido cuando Hedwig amenaza a una criada.

 

Comienza con la pantalla a negro durante extenso tiempo, mientras de fondo se oye la inquietante música de Levi. Hasta que se hace la luz y vemos un cuadro evocador, cual escena pastoral campestre salida de algún cuadro impresionista francés. Una familia de picnic, entre los cantos de pájaros, toman el sol a orillas de un bucólico rio, en medio de un lar verde, donde las rubias niñas con el cabello trenzado a imagen de su madre recogen flores del campo, los varones nadan y disfrutan solazmente de la jornada. Tras ello seguimos al clan en su hogar, con su dócil sirvienta, el niño juega con soldaditos de plástico (mientras oye algo al otro lado), secuencias de felicidad para ellos, celebran cumpleaños, se bañan en la piscina. La matriarca siente es el futuro que Hitler les auguró, su particular Tierra Prometida. Para los Höss lo que ocurre al otro lado del muro es algo que no les penetra, los miles de asesinatos son simple trabajo burocrático aséptico, están inmunizados contra las ‘señales’ que llegan del otro lado del muro bordeado de alambre de espino. Hedwig vive su Paraíso único, es (según ella misma se dice) la ‘Reina de Auschwitz’, cuida de su invernadero, muestra la casa orgullosa a su madre, charla con amor con su marido en la cama (con camas separadas ¿?) haciendo planes de vacaciones y recordando anécdotas divertidas. Son la negación absoluta al Horror que les rodea, viven en una burbuja. Ella junto a otras mujeres nazis, se reparten el ‘botín’ del Canadá (palabra utilizada en el campo de exterminio para denominar a l lugar donde se recogían todas las pertenencias de los presos), lo hacen sin sentimientos de culpa alguna, es para ellas como el día de Reyes Magos. Incluso bromean sobre sus criadas judías las esposas nazis, Hedwig le espeta a la suya que puede hacer esparcir sus cenizas por el jardín(¿?).

 

El film carece de un hilo conductor, son meras estampas hogareñas, la cotidianidad de un hogar cualquiera (pero no lo es), que son intercambiables (las set-pieces) cronológicamente. Solo en el tramo final hay algo de trama, cuando a Höss lo deciden trasladar a la Oficina Central cerca de berlín, y choca con los deseos de su esposa. El resto son viñetas que buscan estremecernos por como sabemos todos las atrocidades que acontecen tras los muros. El horror llega en afilados momentos, como cuando Höss ataviado de modo caricaturesco con una camiseta de tirantas blanca con el anagrama en grande de las SS, está metido en el rio pescando, mientras sus hijos juegan en el agua, descubre algo (no me he enterado bien de que), pueden ser cenizas de humanos o restos de deshechos del gas veneno Zyklon-B, y alerta a su niños para dejar el rio y se los lleva montado en la barca para luego se laven con fruición en casa, estremecedor por como sabemos que Höss huye de sus propios métodos genocidas, y a la par vemos lo buen padre que es, lo que estremece más, pues es un ser común que protege a sus vástagos; Estremece ver al hijo con una linterna observar en la noche una caja de dientes de oro, pues todos sabemos de qué son fruto.

 

Hay un tramo desconcertante por lo críptico, aunque se puede intuir por dónde va el mensaje. Es la visita de la madre de Hedwig (Imogen Kogge), la anfitriona le enseña orgullosa la casa y el jardín, la madre le muestra admiración por lo alto que ha llegado, aunque deja alguna perlita en algún comentario, como cuando comenta que ella fue criada de una mujer judía y quizás este tras los muros. Por la noche la madre mira por la ventana de su dormitorio y el humo de la gran chimenea se refleja en el cristal. Por la mañana la madre se ha marchado sin decir nada, solo ha dejado una nota que lee la hija y quema, pero no sabemos lo que pone, pero puede Glazer nos esté mostrando al único personaje con algo de conciencia moral.

 

En los márgenes silenciosos sutilmente se entreve el terror a flor de piel, como las cenizas que utiliza el jardinero-prisionero para fertilizar y que todos sabemos de donde proceden, esas criadas mansas que no dicen palabra, pero que dicen mucho en sus atemorizadas miradas, esos limpiabotas que recogen rígidos las botas del comandante si mostrar sentimiento alguno; Hay juegos sensoriales incisivos, como unos primeros planos de las lilas y los girasoles del jardín que con el sonido distante de unos gritos la pantalla pasa a escarlata, en clara metáfora de sangre.

 

Hay un tramo extraño, en realidad se da dos veces. Comienza con Rudolf leyendo cuentos (uno el de Hansel &Gretel) a sus hijos antes de dormir. Las imágenes cambian a imágenes térmicas, estamos en el campo y vemos a una joven incrustar manzanas y peras en un badén de tierra enfangada. En el segundo tramo se alarga más, y pone fruta en carros en medio de donde trabajaran los presos de Auschwitz. Es como si Glazer nos mostrará el horror en color y su reverso de la bondad no puede ser igual y es en el negativo.

 

Es reseñable como el Rudolf Höss muestra su gusto obsesivo por la limpieza, cual si con ello fuera una alegoría de querer limpiarse las manos cual Pilatos con lo que sucede en el campo de exterminio. Lo vemos como cuida sus botas, cuando decide salir del rio con sus hijos para asearse en casa con fruición, e incluso lo vemos limpiarse concienzudamente tras tener sexo con una joven claramente forzada.

 

El tramo final rompe con la monotonía reinante. Cambia Rudolf Höss de escenario, lo vemos en una reunión (en una toma agobiante cenital) militar para decidir el futuro de 700,000 prisionero judíos húngaros, una labor administrativa rutinaria, que en realidad son miles de condenas a muerte de inocentes. Tras ello una fiesta en un palacio que Rudolf observa también en alto en otra toma cargante cenital. Tras ello Rudolf telefonea a su esposa, ella le cuestiona sobre quien había allí y él responde jocosamente (¿?), “A decir verdad, no estaba prestando atención. Estaba imaginando como gasearía a todos en la habitación. Sería muy difícil logísticamente por la altura del techo”. Tras lo que llega su desconcertante y críptico final.

 

Glazer no quería que las atrocidades que ocurrían dentro del campo fueran vistas, sólo escuchadas. Describió el sonido de la película como "la otra película" y "posiblemente, la película". Con ese fin, el diseñador de sonido Johnnie Burn compiló un documento de 600 páginas que contiene eventos relevantes en Auschwitz, testimonios de testigos y un gran mapa del campo para que la distancia y los ecos de los sonidos pudieran determinarse adecuadamente. Pasó un año construyendo una biblioteca de sonidos antes de que comenzara la filmación, que incluía sonidos de maquinaria de fabricación, crematorios, hornos, botas, disparos con precisión de época y sonidos humanos de dolor. Continuó construyendo la biblioteca hasta bien avanzado el rodaje y la posproducción.


Final: Tras hablar por teléfono con su esposa, Höss sale de su oficina de Berlín, baja unas escaleras, se detiene, vomita repetidamente y mira fijamente la oscuridad de los pasillos del edificio. Hay un fundido a negro y vemos una puerta con mirilla que se abre, estamos en una sala donde gaseaban a prisioneros los nazis, estamos en la actualidad, un grupo de mujeres limpia en silencio el Museo Estatal de Auschwitz-Birkenau. Volvemos a 1943, Höss baja las escaleras, fundido a negro y fin.


La joven polaca de la película está inspirada en una mujer llamada Alexandria, a quien Glazer conoció durante su investigación. Cuando tenía 12 años y era miembro de la resistencia polaca, solía ir en bicicleta al campo para dejar manzanas a los prisioneros hambrientos. Como en la película, descubrió una pieza musical escrita por un prisionero. El prisionero, llamado Joseph Wulf, sobrevivió al campo y fue una de las primeras personas en documentar las atrocidades del Holocausto, causa a la que dedicó su vida. Alexandria tenía 90 años cuando conoció a Glazer y murió poco después. La bicicleta que usa la película y el vestido que usa la actriz le pertenecían.

 

Se le puede achacar al film que es demasiado reiterativo en su idea, subraya en demasía la idea de la mencionada banalidad del mal, le faltan ideas que hagan avanzar sobre lo ya iterado. Tanto es así, que Glazer parece darse cuenta en la parte final nos saca del hogar Höss para llevarnos a Orianienburg a reuniones de trabajo ‘burocrático’. Esto es hacer trampas al solitario, amén de no aportar algo nuevo y si haciendo lo que ya hemos visto en otros films. Tampoco su final me ha resultado ingenioso, es como si no supiera como acabar y lo demuestra. Es una buena película, que cala por su originalidad, pero que tras ello esconde algunas carencias. Gloria Ucrania!!!

 

El título de La zona de interés de Jonathan Glazer hace referencia a cómo los alemanes etiquetaron el área de 40 kilómetros cuadrados que rodeaba el campo de concentración de Auschwitz en las afueras de Oświęcim, Polonia.

 

Film nominado a 5 premios de la Academia (incluidos mejor película y mejor director para Glazer) y 3 premios Globos de Oro. El film obtuvo en el festival de Cannes el gran premio del jurado.


martes, 27 de febrero de 2024

 


El fin del mundo (Verdens undergang)

 

Sugestivo drama apocalíptico danés, de hecho, me llamó la atención por esto, pues es (si no me desmiente nadie) la primera muestra de este género de ciencia ficción distópico, siendo destacable sobre todo por sus fenomenales efectos visuales, siempre poniendo el filtro de que se realizaron hace 108 años. Dirige August Blom y guioniza Otto Rung, no está acreditada, pero al parecer la película está basada en la novela La Fin du Monde (Omega: Los últimos días del mundo) de la autora francesa Camille Flammarion, el libro se convertiría más tarde en la película “La Fin du Monde” del director francés Abel Gance en 1931. Los cometas habían sido temas populares en varias películas anteriores, debido a sucesos recientes. En 1908, un meteoro gigante arrasó 2.000 kilómetros cuadrados de tierra en Tunguska, Rusia, el meteoro más grande que golpeó la Tierra en un tiempo registrado. Y en 1910 se produjo el avistamiento del cometa Halley, volando cerca de la Tierra, lo que causó gran preocupación en algunas personas.

 

Describe una catástrofe mundial cuando un cometa errante pasa por la Tierra y provoca desastres naturales y malestar social. Blom y su equipo crearon efectos especiales para el desastre del cometa utilizando lluvias de chispas ardientes y cortinas de humo. La película atrajo a una gran audiencia debido a los temores generados durante el paso del cometa Halley seis años antes, así como a las continuas turbulencias y disturbios de la Primera Guerra Mundial. El director se sirve de este argumento para hacer una parábola moralista anclada en la fe religiosa, en el castigo divino, el perdón, todo ello desde una visión desesperanzadora de la naturaleza humana, mostrando en pleno advenimiento (al año siguiente) de la Revolución Rusa la lucha de clases, por un lado, los ricos que se sirven de la bolsa para especular en sui avaricia, amén de quitar las mujeres a los pobres, y estos se sienten vejados y desean destruir el régimen que los oprime.

 

El cometa no es más que una forma de plaga por los males de los seres humanos, su lujuria, su avaricia, su orgullo, egoísmo, lujuria, mentiras, hipocresía, violencia, provocan a Dios. La vertiente religiosa evidente, un personaje comenta que el cometa, “Es el castigo de Dios”, para exponer las impresionantes (en el contexto de 1916) secuencias de la ciudad en llamas siendo ‘bombardeada’ por el fuego del cielo, siendo inundadas las poblaciones por tsunamis, siendo intoxicadas las gentes por gases, las casas en llamas, las personas sufriendo el Fin del Mundo. Surtido para ello de estereotipos como dos hermanas protagonistas, antagonistas en sus comportamientos (cual Caín y Abel?), con un padre ultra religioso, donde una de las retoñas es tentada por el ‘Mal’ de la codicia, mientras la otra se mantiene fiel a los preceptos que pregona el padre.  

 

Aunque no se dice estaban en plena vorágine de sinsentido de la Gran Guerra Mundial (donde Dinamarca era neutral), por lo que se puede ver a los dos antagonistas con vértice en Dina, Frank se puede ver como un especulador que se beneficia de la guerra, y Flint es el obrero que refleja a los soldados que fueron al frente a morir por motivos espurios, en pos de una clase alta superficial.

 

Un predicador itinerante llega a un pequeño pueblo minero, donde Dina West (Ebba Thomsen), una de las dos hijas de un minero (Carl Lauritzen), encandilada por el sueño de una existencia fácil y entre comodidades, abandona a su novio, el minero Flint (Thorleif Lund), para fugarse con el dueño de la mina, Frank Stoll (Olaf Fønss). La hermana de Dina, Edith (Johane Fritz-Petersen), sin embargo, mantiene su relación con su amigo de la infancia, el marinero Reymers (Alf Blütecher). El astrónomo Wisemann, primo de Stoll, anuncia que un cometa pasará cerca de la Tierra, y probablemente causará destrucción en la zona de impacto.

 

Film partido claramente en dos. La primera mitad es un melodrama clasista, donde asistimos a como un poderoso empresario queda prendado de una joven lugareña prometida con un minero, pero esta ante la visión de un futuro halagüeño cómodo y con todos los lujos se deja seducir por el Vellocino de Oro, abandonando a su familia y prometido, empujada por un padre ultra religioso (la llama ramera por llegar tarde a casa). Esta aparte resulta muy esquemática y apresurada, por que no sentimos Dina esté enamorada de Flint, y el romance entre ella y Frank resulta un flash.

 

Tras lo que vemos a un empresario que el director pretende lo veamos como epítome de la codicia de los patronos, los que juegan con el dinero sin importarle el daño que puedan causar a terceros. Para ello su connivencia malévola con los medios de comunicación. En realidad, esta parte se me hace muy ambigua, pues primero no entiendo la inquina del padre de ella, ni porque se nos hace ver una relación entre el empresario y la joven malsana, esto lo entendería si Frank estuviera ya casado y Dina fuera su amante cortesana, pero no es así, los dos viven juntos, y no entiendo porque no se casan, porque en este tiempo deciden vivir en pecado (¿?), esto me queda cojo, y más cuando Frank demuestra sentir amor verdadero por ella (un intertítulo lo remarca por si hay dudas: “Le ha sido fiel a Dina, a quien todavía ama con ciega devoción”, de hecho, lo que no queda claro es si ella le ama o solo lo hace a su plata. Y tenemos la parte avarienta de Frank, y aquí no entiendo porque este, que sabe y cree que el mundo se acaba decide manipular la prensa para beneficiarse en la bolsa si el dinero seguramente no le haga falta tras el Apocalipsis.

 

La segunda parte es la llegada del cometa. El Día D del 20 de septiembre y como lo afrontan las gentes. Por un lado, Frank decide hacer una fiesta (del cometa) arrogante en su mansión (Stol : “Celebremos esta noche! Si nos salvamos, seremos nosotros quienes fundaremos el nuevo mundo y seremos sus dueños!... saludar con un festín la avalancha de meteoros hacia la Tierra” y anuncia el entretenimiento de la velada: “Cuando el cielo esté en llamas, dejaremos que nuestras estrellas bailen para nosotros!”), no sin antes haber buscado un refugio subterráneo para él y Dina. Y por otro lado tenemos al proletariado rebelándose contra sus patronos (Flint: “El mundo se acaba esta noche! Así que recuperemos lo que los ricos nos han robado!), a los que acusan de vejarlos, tomando las armas para ir contra ellos en la hedonista fiesta de Frank. Pero esto también cojea, pues en realidad el líder de la ‘Revolución’ es Flint, y se mueve por rencor por que su jefe le levantó a su novia, no por algún abuso de poder en la mina.

 

Los efectos visuales en miscelánea con la cinematografía de Louis Larsen, es extraordinaria en su contexto temporal, tuvo que ser todo un impacto en la salas de cine ver la escenificación de una ciudad en llamas, las casas ardiendo, el humo creando un halo avernal, trozos de meteorito cayendo cual fumarolas sobre la población (Blom y su equipo crearon los efectos especiales del desastre del cometa utilizando una lluvia de chispas de fuego y cortinas de humo), la gente corriendo huyendo de la tragedia, y tras ello la inundación por la subida de las aguas del mar, donde vemos la Kolossal escena del pueblo inundado con la protagonista subida al tejado intentando escapar de ser ahogada, atisbándose cuerpos de muertos flotando en las aguas. Incluso tenemos un barco al que le llegan ‘proyectiles’ del cometa, y del que su tripulación debe abandonar antes de que se hunda. Ello en el clásico modo de rodar en esos años de cámara estática, con planos generales, pero aquí el director inunda las secuencias de movimiento, con acciones en segundo plano, añadiendo algo poco dado en esa era, como eran los cortes transversales, que ya elevó a los altares el año anterior D.W. Griffith en “El Nacimiento de una Nación”, mezclando acciones tensas (sobre todo en el tramo final) de modo rítmico. Así como singulares son las tomas a través de ventanas, como muy buenas son las escenas lóbregas en el interior de la mina con claroscuros sombríos.

 

Las actuaciones son planas, propias del cine mudo más teatral, meras perchas para una personalidad cliché. Blom en el final pretende ofrecer un halo de esperanza entre la tragedia, especie de resolución bíblica a lo “El Arca de Noé”. Seguramente queriendo dar luz entre el Infierno que se producía en Europa con la Gran Guerra.

 

Spoiler:

 

‘El mismo día de la esperada llegada del cometa, Stoll, desafiando al destino, organiza una suntuosa fiesta en su villa con numerosos invitados de alto rango, mientras surge entre la población minera un levantamiento contra Stoll, liderado por Flint. Cuando se producen los primeros efectos devastadores de la catástrofe, la multitud armada, exasperada por lo que parece ser el fin del mundo, irrumpe en la villa, decidida a "recuperar lo que los ricos les han robado" durante años de explotación. Stoll y Dina llegan a un refugio subterráneo en las minas a través de un pasaje secreto, pero Flint los sigue. Los tres encontrarán allí la muerte. A la destrucción de toda la ciudad le sigue un tsunami. Edith, refugiada en el tejado de su casa, será rescatada en un barco por el predicador itinerante, y llevada a un lugar en alto. Rendida se duerme, cuando despierta, sale a trompicones y encuentra el sol saliendo sobre un mundo nuevo. Las aguas han retrocedido, dejando tras de sí una tierra arrasada y un pueblo en ruinas. Ella grita, pero nadie responde... Finalmente, dirige sus pasos hacia la iglesia (La luz de la esperanza), encaramada en una alta eminencia sobre la ciudad. Éste también está muy dañado, pero el campanario permanece. Desesperada, Edith pone en movimiento la campana y sus notas solemnes resuenan en el paisaje desierto. O... no del todo desierto. Ya hemos visto a Reymers nadar hasta la orilla y salir tambaleándose del agua y cruzar la nueva desolación de la tierra. Entonces escucha el sonido de campanas... Edith se reencuentra con Reymers, el único superviviente del naufragio de su barco. Pero a pesar de tal cataclismo para la humanidad, hay un destello de esperanza con un futuro nuevo y mejor al final de la película. Entre los pocos supervivientes se encuentran un sacerdote (la representación evidente de la esperanza) y dos jóvenes enamorados reencontrados en una pequeña capilla (más referencias religiosas evidentes) felices de estar juntos de nuevo en medio de semejante desastre. Pero después de todo, miran con esperanza lo que es un futuro incierto en una escena que ejemplifica perfectamente el anhelo de una nueva esperanza renacida después del cataclismo.’

 

Sorprendente film puesto en su contexto, estimulante en su alegoría bíblica, algo simplista en su historia, pero apot3e4ósica en el tramo final. Gloria Ucrania!!!

 

‘Puede que el nombre del director danés August Blom no signifique mucho para el público actual. Pero en la década de 1910, Blom era el director más importante de Dinamarca, jefe de producción de Nordisk Film y, por esa razón, uno de los directores más exitosos del mundo. Según Collins' Film Encyclopedia: “A pesar del pequeño tamaño de su mercado nativo y sus recursos relativamente limitados, Dinamarca reinó durante varios años (1909-14) como el centro cinematográfico más próspero de Europa. Sus películas rivalizaban con las de Hollywood en popularidad en las pantallas de París, Londres, Berlín y Nueva York”. La película más famosa de August Blom es probablemente la audaz superproducción Atlantis, estrenada en 1913, que describe el hundimiento de un gran transatlántico y en parte está inspirada en el hundimiento del Titanic el año anterior. La película consolidó la decisión de Nordisk Film de convertirse en la primera gran compañía cinematográfica europea que se centra exclusivamente en largometrajes.’

sábado, 17 de febrero de 2024

 


El rapto de Bunny Lake


Más que interesante thriller psicológico dirigido y producido por el ucraniano Otto Preminger, obra imbuida de misterio y suspense agobiantes en su premisa críptica de la búsqueda de una niña desaparecida que puede existir o no. El guión del entonces matrimonio Penelope y John Mortimer adaptan libremente la novela de 1957 “Bunny Lake Is Missing” de Evelyn Pipe (seudónimo de Merriam Modell), originalmente ambientada en New York, la historia nos habla de Blanche Lake, una madre soltera de 21 años, a cuya hija de tres años deja al cuidado en una guardería y ese mismo día, la niña desaparece y ella se ve abocada a buscarla en una trama que transcurre en el término de 24 horas. Al ser rodada en Inglaterra, la historia se ambientó en Londres, el personaje central fue llamado Ann Lake, la niña tiene ahora seis años, y el final fue sustituido por otro para que, quienes habían leído la exitosa novela, pudieran encontrarse con alguna sorpresa.

 

Protagonizada por Carol Lynley como una madre que busca a su hija desaparecida, Keir Dullea como su hermano y Laurence Olivier como el oficial de policía que investiga el caso. El relato te atrapa desde su potente inicio, sentando las bases de una historia absorbente, las piezas van deslizándose hacia un obscuro puzle, adentrándose en tabúes de los que Preminger gustaba de transgredir (como ya hizo en “Anatomía de un asesinato” de 1959), trata temas como las relaciones entre adolescentes, la maternidad de una soltera, el secuestro de niños, el sadomasoquismo, el fetichismo, y hasta otro más turbador que subyace durante el metraje, pero que solo aflora en su rush final (spoiler). Para una cinta con claros referentes en el cine hitchcockiano, al maestro de la papada más famosa gustaba de adentrarse en terrenos cuasi-freudianos en muchas de sus obras y aquí Preminger juega a ello, hundiendo el colmillo en los trastornos mentales, la bipolaridad, las obsesiones, con una resolución impactante, con claro referente en un título de esta misma década de Hitchcock (spoiler).

 

Un metraje que desconcierta en su ambigüedad al espectador, sintiéndonos el inspector policial encarnado por un gran Laurence Olivier, donde las piezas no le encajan, todo evolucionado hábilmente a contrarreloj, todo acontece cual pesadilla kafkiana desde una mañana hasta la noche, no paran de suceder giros. Día en que el director nos sumerge en un clima hostil ambiental externo, seguramente para emparentarlo a lo que sufre sobre todo esta madre (o no), surtiendo la narración de secundarios disfuncionales, desde ese casero ladino-viscoso-metomentodo (Noël Coward), esa encargada del colegio (Anne Masey) más preocupada de quitarse culpas que de encontrar a la niña, esa dueña del colegio infantil (Martha Hunt) recluida en el ático fría y arrogante. Y por lo externo surtido de imágenes tangenciales de revueltas callejeras, aderezado por música rock (The Zombies) para agriar más el coctel.

 

Comienza con los créditos diseñados por el más grande en la materia, Saul Bass, habitual colaborador del director, también de Hitchcock y Kubrick. Aquí dejando huella con unas turbadoras figuras componiendo una especie de rompecabezas infantil. Para a continuación sumergirnos gradualmente en una espiral pesadillesca con la desaparición (o no) de una niñita de una escuela infantil londinense. Las incógnitas van desplegándose en un juego perverso de complejidad, donde no hay registros del ingreso de la niña, nadie ha visto a la niña, la persona que dice la madre haberla dejado al cargo ha desaparecido. Todo un incisivo misterio cuando se contrapone la versión de la madre con los datos que vamos conociendo que ponen en duda esta niña haya existido, y con ello el espectador se coloca a la defensiva.

 

Las miguitas de pan en modo elementos de pruebas (o no) van desvelándose y con ello el espectador duda de todo y todos, historias del pasado se conocen que nos dejan perplejos por como conectan con el presente. Bien es cierto que una vez la siembra de la duda de si la niña existe o no emerge entramos en un bucle de acumulación de pruebas en este sentido que estiran algo la trama, podrían haber condensado algo para no sentirte en un y más y más. Hasta que la historia vira a un clima de suspense a una atmósfera de terror agobiante que comienza con un giro cortante en un inquietante Taller de Muñecas (filmada en The Barry Elder Doll Museum), lugar filmado con aura aterradora de expresionismo acuciante, regido por un mecánico manco encarnado por un singular Finley Currie. Y desde ese momento la cinta entra en un torbellino de demencia desgarradora, ya todo se destapa y colisionamos en un clímax final perturbadoramente malsano.

 

Pero lo malo es que, si lo piensas un poquito, con las respuestas también afloran las costuras en modo trampas y lagunas que hacen sentirte en cierto modo algo estafado. También esta parte onírica-patológica nocturna parece fruto de otro film, pues el comportamiento de los protagonistas resulta arbitrario y poco entendible, quizás habría venido bien no alargar tanto este segmento.

 

Carol Lynley da una meritoria actuación como la sufridora madre (o no), expone el temor, el miedo, el terror agobiante de no saber dónde está la (supuesta?) hija. En el clímax transforma su rol en una especie de negociadora-psiquiatra ladina, dejando entrever su fragilidad; Keir Dullea da una interpretación durante casi todo el metraje (spoiler) comedida y mesurada; Laurence Olivier como el agente al cargo de la investigación resulta maravilloso aportando aristas a su rol, es nuestra brújula moral, nos sentimos él mismo mientras va enterándose de lo que puede suceder, actuación adusta, pero de una solidez y autoridad incisiva; Destaca un Noël Coward en un papel extraño y desconcertante, que realmente a la trama no aporta nada, si acaso componer un clima de hostilidad constante sobre la madre. Un personaje irritante, viscoso, lascivo, tipo irritante que irrumpe en la casa de Ann como casero, amanerado con su perrito acosa de modo agresivo a la joven, comenta los parabienes del masoquismo, adora la cultura tribal africana, una figura retorcida que desvía la atención de lo crucial; Martita Hunt una sentida caracterización como la rara dueña de la guardería que vive en el ático recopilando testimonios de pesadillas de niños, mujer fría que derrocha sentido agudo de la duda sobre lo que ve; Finlay Currie tiene un pequeño y turbador papel como 'cirujano de muñecas', que borda.

 

La puesta en escena resulta excelente para imbuir al espectador del estado de ánimo malsano requerido. Rodada la cinta en formato de pantalla ancha, con cinematografía en glorioso b/n de Denys N. Coop (“Rey y Patria” o “El estrangulador de Rillington Place”), en fuertes contrastes de grises, trasladándonos la claustrofobia de la madre en nel primer tramo que sucede casi todo en la estancia de la guardería de varias plantas, pero sobre todo adquiriendo un sentido expresionista en la fase final clímax, epítome el tramo en el taller de muñecas, creando un aura de terror sofocante, así como en la parte zenit adquiriendo una atmósfera de pesadilla de niño con epicentro en el jardín nocturno, con su juego a la gallinita ciega o el columpio, perturbador; Esto adornado por la enervadora música de  Paul Glass (“Galeria nocturna” u “Overlord”), una especie de nana turbia que se deconstruye hasta lo ominoso en su evolución por el metraje, haciéndote calar inquietud en el cuerpo.

 

La banda de rock inglesa Zombies aparece en los créditos y en el cartel de la película por su contribución de tres canciones a la banda sonora de la película: "Remember You", "Just Out of Reach" y "Nothing's Changed". La banda aparece actuando en un televisor en el pub donde el superintendente Newhouse se reúne con Ann, y "Just Out of Reach" suena en la radio de un conserje mientras Ann escapa del hospital. Con Preminger presente en el estudio, la banda grabó un anuncio de radio de dos minutos con la melodía de "Just Out of Reach" que promovía el estreno de la película e instaba al público a "Ven a tiempo!" de acuerdo con la política de no admisión tardía de la película. Estos esfuerzos representan un ejemplo temprano de lo que se convirtió en la práctica común de Hollywood de vincular promociones con actos musicales populares.

 

Spoiler:

 

Una vez el hermano Steven decide explotar y golpea a su hermana Ann para dejarla inconsciente, vemos quema la muñeca. Esto tampoco es prueba definitiva alguna de la existencia de la niña, pues pueden tener una muñeca para una ficticia Bunny sin problema, una vez puestos en esta locura. Pero Steven decide que si es prueba y emerge de su cordura a la locura, cosa que no había dado muestras en todo el minutaje. El plan de este está cogido con papel de fumar, pues tarde o temprano aparecerá el pasaporte de la niña, habrá un registro civil en USA de ella. Pero lo peor de todo es que cuando todo eclosiona, primero Ann no avisa a la policía de que su hermano algo esconde. Y lo que es peor, Ann da pruebas de que sabía de la locura bipolar de su hermano, lo que lo hacía harto sospechoso de la desaparición de Bunny, y no había dicho nada! Porque? Sabía del enamoramiento incestuoso (otro elemento transgresor que toca Preminger) de este por ella y aun así seguía con él? Ella intenta manipularlo de modo psicológico que da a entender no es la primera vez que lo hace, y sin embargo nada dice a la poli en medio de la crisis de la desaparición de Bunny? Esto para mí me resulta tramposo y resta puntos. Como n o entiendo en medio del horror de que Steven esté a punto de matar y enterrar a Bunny la madre no grite para que aparezca al menos al casero irritante.

 

Ann se despierta en el hospital y escapa. Ella descubre que Steven está enterrando las posesiones de Bunny en el jardín y que había sedado a la niña escondiéndola en el maletero de su coche. Steven insinúa un interés incestuoso con su hermana y se queja de que Bunny siempre se interpone entre ellos. Creyendo que Ann ama a Bunny más que a él, el niño amenaza el sueño de Steven de un futuro con su hermana. Ann, al darse cuenta de que su hermano está loco (cual Norman Bates en “Psycho”), comienza a jugar juegos infantiles con Steven para distraerlo de matar a Bunny, ello pone en su contexto el bello de punta, por como sabemos que Steven es una bomba a punto de explotar, que cual niño disfruta con la gallinita ciega o empujando al columpio. Newhouse, después de descubrir que Steven mintió a la policía sobre el nombre del barco que trajo a los Lake a Inglaterra, se apresura rápidamente a la residencia de los Lake y llega a tiempo para detener a Steven y rescatar con éxito a Ann y Bunny.

 

Su visión oscura y siniestra de Londres hizo uso de muchos lugares reales: el Museo de Muñecas Barry Elder en Hammersmith hizo las veces del hospital de muñecas; la Little People's Garden School utilizó edificios escolares en Hampstead; y la casa "Frogmore End" era Cannon Hall, que había pertenecido al padre de la novelista Daphne du Maurier, Sir Gerald du Maurier. Preminger encontró que el desenlace de la novela carecía de credibilidad, por lo que cambió la identidad del posible asesino. Esto provocó muchas reescrituras por parte de sus guionistas británicos, marido y mujer, John Mortimer y Penelope Mortimer antes de que Preminger quedara satisfecho.

 

Me queda un estimulante thriller, que por desgracia no termina de cuadrar en la parte final. Gloria Ucrania!!!

 


VIVEN!


Con motivo del reciente estreno de “La Sociedad de la Nieve” de Bayona, y tras verla, me he revisionado como ejercicio comparativo esta de hace veinte años atrás de Frank Marshall (antiguo productor de Spielberg), la de ahora como conmemoración del 50 Aniversario de la épica aventura, y la que voy a disertar se hizo por el vigésimo. No siendo esta la primera versión ficcionada de los hechos, pues en 1976, solo tres años después se hizo una película mexicana. Esta que me ocupa se basa en el libro “Viven!” (1974), de Piers Paul Read, a su vez está basado en las entrevistas realizadas a los supervivientes uruguayos del accidente del vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya ocurrido en 1972. Un primer guion de “Viven!” comenzó a circular en Hollywood en 1981, diferentes factores —principalmente lo sensible del tema de la antropofagia y la adaptación mexicana (Supervivientes de los Andes)— evitaron la película fuera realizada sino hasta una década más tarde. Uno de los supervivientes, Fernando Parrado (Ethan Hawke en la película), trabajó como asesor técnico. El reparto se complementa con Bruce Ramsay, interpreta al superviviente Carlitos Páez, y John Malkovich como Carlitos Páez adulto y narrador al comienzo y final de la película.

 

El 13 de octubre de 1972, miembros del Old Christians Rugby Football Club de Montevideo, Uruguay, alquilaron un vuelo a través de las montañas de los Andes para un partido de exhibición en Chile. El avión se estrelló contra los picos de las altas montañas, matando inicialmente a 16 personas y dejando a 29 varados entre los escombros. Su desgarradora historia de supervivencia fue contada en la novela más vendida de Piers Paul Read, “Alive: The Story of the Andes Survivors”. La película solo usa los nombres reales de los 16 sobrevivientes, mientras que los de los fallecidos fueron cambiados, con la excepción de Eugenia y Susana Parrado y Liliana Methol. Además, incluye algunos incidentes de ficción para añadirle acción a la historia. Según el sobreviviente real Fernando Parrado, el hecho «exactamente como pasó hubiera sido imposible de filmar y hubiera sido imposible de ver» debido a la crudeza de los sucesos que tuvieron lugar durante y tras el accidente.

 

Una aventura Homérica de magnitud mayestática, da el mayor de los dilemas morales, sobre hasta donde estarías dispuesto a llegar para sobrevivir, que línea moral estarías dispuesto a cruzar para vivir un día más (espero no verme nunca en esa tesitura), aquí al otro lado de esta raya está la antropofagia, aquí tratado con elegancia, sin morbo, ahondando en diferentes posturas, pero sobre todo incidiendo en el lado místico del dilema, “En su muerte está nuestra vida”, espeta uno de los supervivientes, señalando los cadáveres congelados. Comenta si estaban más cerca del cielo en esas cumbres andinas y por ello Dios les ponía a prueba, este lado católico se toca en varias ocasiones en la historia, algo muy creíble teniendo en cuenta la mayoría pertenecía a un colegio católico, incluso llegan a tomarse la primera vez que cortan carne humana para comer como una eucaristía, todos reunidos alrededor del cuerpo a rajar, proyectando en su desarrollo ser una Experiencia Religiosa de enorme Fe en el Espíritu Humano. Esto atomizado por una escena cumbre (y nunca mejor dicho) en que Nando comenta desde la cima de una a la montaña al ver que están en el centro de la Cordillera y habla de que es feliz porque nunca ha estado más cerca de Dios, especie de éxtasis metafísico. Ello muy diferente a la cinta de Bayona, que lo hacen tres de ellos a escondidas del resto para que no supieran de quien era la carne que comerían. Incluso, incidiendo en este aspecto me choca la diferencia con la peli de 2023 con clara vertiente atea, sobre todo en un monólogo de uno de los supervivientes diciendo que ya no cree en Dios, si no en los compañeros que le ayudan a sobrevivir (¿?). También Bayona aporta mucho más buenismo entre los supervivientes, exponiendo menos discusiones entre ellos.

 

A ensalzar la hermosa fotografía de Peter James (“Paseando a Miss Daisy” o “Manto Negro”), hace sobrecogernos ante la inmensidad de los Imperiales Montes, que hace la experiencia algo elevado, donde los humanos son hormigas en medio de la inmensidad de las montañas nevadas, lo que hace más ‘Imposible’ pensar puedan escapar de las fauces de la Kolossal Naturaleza. Aunque, y esto me hace torcer el gesto, se rodó en las montañas Purcell de la Columbia Británica (Canadá), y me disgusta porque no sé si era mejor o peor la situación para los accidentados, un hecho real debe filmarse in situ.

 

La película comienza y termina con un primer plano de John Malkovich, no acreditado, quien, interpretando a uno de los supervivientes, reflexiona sobre la terrible experiencia y cómo ha afectado su vida desde entonces. Malkovich, aunque aparece en pantalla sólo brevemente, efectivamente prepara el escenario para lo que está por venir.

 

Maravillosa la recreación del accidente del del vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya (a diferencia del film español, que tiene un prólogo en Montevideo, aquí empieza ya en el avión) espectacular en el horror que transmite por mor de ILM (Industrial Light and Magic). El libro de Read comienza con los planes para el viaje. Marshall comienza pocos minutos antes del accidente. Vemos a los pasajeros haciendo bromas, lanzando un balón de rugby, cuando en la cabina intuimos ya la cosa no va bien, la aeronave ha entrado en una bolsa de aire, y uno de los pasajeros aterrado hace la pregunta clave: "Se supone que debemos volar tan cerca de las montañas?". Y llega el impacto cuando las alas se rompen por los golpes contra las cumbres y el fuselaje se parte en dos, saliendo disparados varios pasajeros con la cola, la parte delantera termina deslizándose montaña abajo, acaban chocando violentamente contra un banco de nieve, haciendo que los asientos se compriman unos contra otros, con los pasajeros en ellos. Y llegamos a este purgatorio que fue el valle de las Lágrimas para estos supervivientes.

 

Marshall consigue emitir parte del terror y desazón que pasaron estos héroes. Emite las luchas por la jerarquía, el hambre, las esperanzas, el frío, las desesperanzas, las disputas, las ilusiones puestas en elementos que termina por colapsar uno tras otro, desde la esperanza que los rescaten, ese avión que creen les ha hecho una señal de que los ha visto, el encontrar la radio, la radio que por la que oyen que dejan de buscarlos, el encontrar la cola del avión con la batería y no saber conectarla. Compone un desarrollo entendible sobre las luchas de poder por el liderazgo del grupo, las rencillas entre unos y otros, la solidaridad, todo fluido en como expone el darwinismo que termina imperando. Hasta el tramo climático de la gran decisión sobre si comer lo único que pueden, carne humana de los muertos, el debate moral colapsa ante el espíritu humano de supervivencia, unos antes y otros reticentes después. Todo llevado sin morbo, sin planos crudos, vemos cortar de medio lado los cuerpos, vemos el pavor de su acción en los rostros, pero no hay otra. Siendo particularmente perturbadora una secuencia donde vemos a Nando ir a hablar con Roberto por en medio de huesos a medio devorar, escalofriante por como se exhibe la banalidad con que se terminaron comiendo cadáveres. 

 

Y como las desgracias no viene solas tras el accidente, 18 días después, una noche con todos los supervivientes refugiados dentro del fuselaje sufren una avalancha brutal que entra como una apisonadora en el interior, sepultándolos. Emergiendo unos pocos (el primero Roy) que ayudan a sacar con la luz de un mechero a los enterrados como pueden en medio del terror, pero ocho de ellos mueren bajo la nieve. Teniendo que permanecer días enterrados en el sarcófago del fuselaje hasta que la tormenta exterior amainara.

 

Problema que tiene la cinta en su desarrollo es que al tener tantos personajes a los que dar carácter la cinta termina por dar preponderancia a unos pocos en detrimentos de unos pocos a los que se les da luz de líderes, siendo estos Nando Parrado  al que da vida Ethan Hawke, en una actuación un tanto de sobrado, cumple bien, pero me resulta algo arrogante, tiene dos grandes momentos, uno es cuando se entera que por la radio que dejan de buscarlos y se encarga de decírselo a los supervivientes como si fuera algo bueno, el otro es el mencionado mísitco en la cumbre de la montaña; Antonio Balbi  encarnado por Vincent Spano, el capitán del equipo ejerce de líder con fuerza, organizándolo todo, bueno sin alardes; y Roberto Cannessa embestido por Josh Hamilton, como el gran amigo de Nando, entre los dos hay chispeantes choques, con Roberto más reflexivo y Nando más impulsivo, buena su química, aunque descompensada por como la balanza se decanta por Nando (no por nada fue consultor del film); aunque varios más tiene sus momentos de gloria, como lo es el actor (perdón, pero no se su nombre) que da vida al que más fe religiosa tiene que habla siempre con esperanza católica, como zenit el sueño que les cuenta a los tres expedicionarios, también el actor que da vida al herido en el pie (tampoco se su nombre), que remarca que se salvará en varios momentos.

 

Entre los defectos está uno de raíz, y es que al querer ser comercial, los productores se decantaron por un reparto norteamericano, sin intérpretes no ya uruguayos, ni tan siquiera hispanohablantes, por lo que la cinta es en inglés, incluso cuando a Nando lo vemos escribir en un cristal lo hace en este idioma, y esto me es estridente; Otra tara es que la demacración física del hostilidad ambiental y el hambre masacrando los cuerpos no se percibe en los actores, lucen impolutos, con dentaduras limpias, sin apariencia de que adelgazaran, cuando lo hicieron por decenas de kg; Como no es de recibo, sabiendo que no sucedió, las dos escenas caídas durante dos salidas de varios, una cayendo un abismo cubierto de nieve y otra con un resbalón que uno de ellos queda en el quicio de una acantilado, como si lo que sucedió no fuera bastante; Nos meten de rondón una especie de villano loco en la figura de un mecánico que parece demente, del que luego se olvida el guion, innecesario; Estos fallos son subsanados por Bayona en su film, aunque el barcelonés tampoco da el realce que se merece a la aventura de 10 días por la nieve de Canessa y Parrado, que da por sí solo para una película.

 

Spoiler:

 

Un film que iba bien se estropea en su parte final de forma grimante. Vemos a Nando convencer a Canesa para seguir hasta su meta de llegar a la civilización a por rescate, este le dice que probablemente mueran, Nando asiente ‘… Pero al menos lo haremos caminando. Entonces se supone empieza lo duro, Y tras ello apenas unos segundos después están en un valle sin nieve y con una cascada de agua, llegan a un lago y ya está. Saltamos en elipsis a como llegan dos helicópteros a rescatar a los supervivientes con Nando y Canesa. Hurtándonos del calvario que sufrieron estos dos en su odisea, su encuentro con unas vacas, y peor aún, anulando la importancia a del arriero Sergio Catalán, su salvador al otro lado del río Azufre. Nada vemos del reencuentro con sus familias, o el jolgorio de la multitud mediática que les esperaba

 

Y lo más curioso del tema, Parrado y Cannesa caminaron más de 8 días e hicieron más de 100 kilometros, cuando tenían la salvación a 3 días por otro camino y a tan solo 8 kms de distancia del avión, había un hotel que tenía almacenada gran cantidad de alimentos en conserva.

 

‘Los padres de los desaparecidos movieron tierra y cielo para llegar a sus hijos. Hablaron con los dirigentes de tres países, Chile, Argentina y Uruguay. Contrataron a pilotos, aviones, helicópteros, andinistas. Visitaron a videntes de Europa. Sin embargo, no se hace ni una referencia en toda la peli.’

 

Cuando vemos cortar las primeras ‘lonchas’ de carne, es la parte exterior (nalgas parece), y ya no vemos que corten más, aunque si vemos comerla en varios momentos en trozos sin definir de dónde. En el libro dice que comieron carne, músculos, órganos, lengua, testículos, grasa, sesos, hígado y corazón. Haber expuesto esto me hubiera sido sensacionalismo rayando en la pornografía gráfica e innecesario.

 

Vemos la rápida extracción de un trozo del avión que atravesaba el abdomen de Enrique Platero. Marshall muestra el eje metálico saliendo más o menos limpio, en realidad, Gustavo Zerbino (David Kriegel) extrajo la metralla junto con quince centímetros de intestinos de Rafael. Con la esperanza de salvar a la mayor cantidad posible, simplemente empujaron la mayor cantidad posible del órgano dentro de la herida, lo vendaron con una camisa y regresaron al rescate. Otra anécdota inquietante involucra a Carlos Valeta, quien sobrevivió ileso al accidente, pero intentando llegar al fuselaje guiado desde este por los supervivientes este desapareció entre la tormenta de nieve. Nadie más volvió a verlo hasta Canessa, Parrado y Tintín lo encontraron en su ruta de expedición final que condujo al milagro. Y eso fue un 14 de diciembre, dos meses y un día después del accidente.

 

Un documental afiche a este film, titulado “Alive: 20 Years Later (Viven! 20 años después)”  fue escrito, producido y dirigido por Jill Fullerton-Smith y narrado por Martin Sheen.

 

Un mensaje final dice: "Esta película está dedicada a las 29 personas que murieron en la montaña y a las 16 que sobrevivieron".

 

Nando: "Me siento orgulloso de ser un hombre en un día como hoy. Vivo! Que he vivido para verlo. Y verlo en un sitio tan increíble. Absorberlo. Te quiero amigo (a Canessa). Mira… Es magnífico. Es Dios. Y nos llevará por encima de todo, te lo juro…"

Canessa: "Sabes que moriremos."

Nando: "Puede ser. Pero si morimos, moriremos andando."

 

‘El libro de Read ofrece una descripción franca y algo inquietante de esta fuente de alimento, desde el corte de los cuerpos hasta el sabor de diferentes órganos. Pero ni el libro ni la película identifican a ninguna persona específica cuyo cuerpo sea consumido. Esto es algo que los propios niños han prometido nunca hacer, creyendo que sólo sería molesto para las familias de sus amigos caídos. Marshall se asegura de no sensacionalizar los elementos de canibalismo de la historia y presenta la terrible tarea sólo como último recurso. La escena en la que Canessa hace el primer corte es más desgarradora que aterradora. Uno por uno, el resto sigue su ejemplo y se vuelven aún más decididos a sobrevivir con su nueva fuente de fuerza.’.

 

El libro narra las diversas misiones de rescate organizadas por las familias de los que estaban a bordo, el director aquí se centra única y exclusivamente en los accidentados.

 

Un film inspirador, de los que cala por su fuerza dramática aposentada en saber que lo que vemos sucedió, e incluso, según dicen, los acontecimientos están suavizados. En su contra los lastres comentados. Gloria Ucrania!!!

 


QUINTETO A LO LOCO.


Divertida comedia italiana dirigida por el experto en el género, Mario Monicelli. En lo que es, siete años después, la segunda parte de “Amici Miei”, también con Monicelli al frente, que se convertiría en 1985 en trilogía, ya con otro director (Nanni Loy) tras la cámara. Siguiendo las andanzas de un grupo de amigos florentinos que gustan de gastar bromas rebuscadas a la gente, mientras entre medias ellos mismos vivirán todo tipo de dramas. Esta continúa desde el punto en que terminó la primera (la muerte de Giorgio Perozzi) y nos muestra al resto de los amigos en su tumba recordando ‘cazzarolas’ (palabro con que se definen las rebuscadas travesuras) que acometieron en el pasado.

 

En 1982 el conde Raffaello Mascetti (Ugo Tognazzi), el arquitecto Rambaldo Melandri (estupendo Gastone Moschin), el barman Guido Necchi (Renzo Montagnani) y el cirujano Alfeo Sassaroli (notable Adolfo Celli) continúan sin freno sus travesuras gitanas. Durante una visita al cementerio donde descansa su amigo Giorgio Perozzi (Philippe Noiret), se produce una broma contra un viudo, Paolo, frente a la tumba de su esposa Adelina. Sassaroli le dice al hombre que el difunto también era su amante, enfureciéndolo. Más tarde, los cuatro recuerdan a su amigo desaparecido con flashbacks.

 

Hay un desarrollo equilibrado en que se mezcla el humor con el drama, provocando momentos turbadores en como todo fluye con vigor narrativo en este sentido, ejemplo de ello es como Perozzi, por sus infidelidades con Anita Esposito (Yole Marinelli), es abandonado por su esposa Nora (Angela Goddwin), que lo deja con su hijo adolescente Luciano. Perozzi no aguanta su propio hijo Luciano (Lucio Patané) por su adustez, y termina ofreciendo 150,000 liras al mes a Mascetti (este está muy necesitado de plata) para que lo cuide. Vemos lleva al niño a su ‘hogar’ en un lóbrego sótano con solo una habitación. Luciano como trabajo escolar escribe un ensayo sobre cómo vive, lo lee Mascetti, y por lo crudo en que describe su dickensiana situación termina haciendo llorar a Mascetti, y con ello devolviéndolo a su padre. Acabando Perozzi con un maquiavélico plan para recuperar a Laura. Tramo este en que el guion arremete de modo desaforado contra la institución familiar.

 

Hay otro tramo en que con mordacidad se ríen de la fe religiosa, ello cuando Melandri decide bautizarse por haberse enamorado de la oronda Noemí Bernocchi (Domiziana Giordano), fanática religiosa, hermana de del sacerdote bautista, e invitar a amigos al bautismo, donde se hace coña de esta eucaristía. Y ya en el clímax de este tramo se ríen de la represión sexual que impone el catolicismo, y como la mujer implora por resistirse a la tentación de la carne, y llega el diluvio a Florencia (con imágenes de archivo de una inundación real de Arno en 1966), que Noemí toma como Dios impidiendo la relación con su poder omnímodo. Acabando con Melandri bastante mojado. Esto se encadena con Perozzi está acostado durmiendo con su amante Anita, y la cosa acaba de modo violento. También hay una broma del grupo en que se hacen chanzas en el marco eclesiástico, ello cuando se presentan como coro musical a un concurso de la Iglesia y acaban avergonzando al público entonando un tema soez y malsonante.

 

Hay en otra parte un ataque a la institución del matrimonio. La cosa comienza con que Carmen (Franca Tamantini) , la esposa de Necchi recibe un ramo de flores con tarjeta, el marido se pelea con ella acusándola de adúltera. Todo ha sido un plan del propio Necchi para poder discutir con ella y poder salir de casa para encontrarse con una joven. Al final el tiro le sale por la culata a Necchi. Ello coronado primero por una imagen bastante machista vista hoy día y con una vendetta escatológica, esto algo muy de este film que no tiene filtro.

 

Se ríen del suicidio, ello en un tramo cargado de un patetismo que te ríes con gesto torcido, pues la intención queda saboteada por no pagar deudas. Para en la segunda parte de este bloque reírse de la maternidad cuando Melisenda (Fiorentina Bucci), la hija soltera de Mascetti se ha quedado preñada y no sabe de quien (se sospecha de Giovannone, un enrome ayudante del cocinero, que cobra menos que un cocinero ¿?), pues la forma en que han fornicado resulta cuando menos jocosa por la forma en que lo cuenta ella.

 

Entre las bromas de los amigos destacan dos: Una en la que llevando una camioneta y ataviados con trajes de obreros de la construcción sed acercan a la Torre (Inclinada) de Pisa en plena vorágine turística. Haciendo creer a los allí presentes que la Torre tiene peligro de caída, por lo que hacen los turistas les ayuden a colocar andamios de apuntalamiento y cuerdas para levantar y corregir la potencial caída, embaucando a varias decenas de personas en la broma. Y saliendo huyendo del lugar en cuanto oyen las sirenas policiales acercándose. Esta broma se encadena con otra en que son detenidos por un guardia urbano una vez camuflada la camioneta, y le hablan en galimatías al pobre hombre para confundirlo. Esto culmina con que uno de los bromistas se da cuenta que su esposa le es infiel. En otra muestra de humor siempre en el drama. Esto da con un toque de humor bastante políticamente incorrecto visto hoy día, y es que tras una elipsis vemos a la esposa adúltera con el ojo morado (una broma de violencia machista grimante, que me alegro sea vergonzante vista hoy 40 años después). Acabando en una venganza escatológica (algo muy del guion).

 

Riéndose de las ganas de triunfar en el mundillo de la farándula, en este caso de un modo cruel. Mascetti cuenta como se camela a mujeres incautas haciéndose pasar por productor artístico, con el llamado ‘rigatino’. Esto se da con la contorsionista española llamada Carmencita (Da Silva, capaz de meterse en una maleta de viaje, lo que dará para un gag de humor también cruel y esperado, donde la irrupción de Sassaroli tendrá importancia), a la que invita a un elegante hotel, donde acaba con mentiras y alarde de manejo de dinero a crédito (tiene todo tipo de lujos en el Hotel, que no piensa pagar) el fatuo Conde la seduciendo y terminan fornicando. Maravilloso el tramo en que vemos las múltiples formas acrobáticas en que copulan (se nota a la penumbra los trajes color carne, lo que le da un toque aún más gracioso) para luego huir vestido de botones (rigatino, es decir, el tejido típico de esos uniformes, como especifica claramente el narrador, término que deriva del nombre de un salami florentino, una especie de tocino enrollado) dejándola a merced de los hoteleros.

 

El ’rigatino’ se enlaza con las deudas que Mascetti contrae con un pérfido usurero, Savino Capogreco notable Paolo Stoppa), con quien el conde estaba muy endeudado. Esto hace que los amigos se unan para ‘saldar’ la deuda, ello en un plan maquiavélico y divertido por su tono negro, con trasplante de ‘riñon’, que tiene su zenit en otro plan, esta vez muy escatológico, con clímax en un ‘trasplante anal’ (¿?).

 

Hay otra broma más simple d ellos amigos que llaman ‘Souveenir d’Italie’: Los cuatro sustraen una cámara a un grupo de turistas en el bar de Necchi, y con ella se hacen todo tipo de fotos de sus partes íntimas. Tras lo que devuelven la cámara, con lo que cuando rebelen (que cosa vintage esa de rebelar) el carrete tendrán sorpresa.

 

Los actores se notan disfrutando en sus roles todos de gañanes egoístas, mujeriegos, vividores. Todos son sensacionales, pero destaca un majestuoso Ugo Tognazzi, arrollador en su expresividad y en su personaje patético; Aunque Philippe Noiret le sigue de cerca con su Giorgio Perozzi mujeriego; así como Renzo Montagnani con su Guido Necchi que se cree más listo de lo que es.

 

Los llamados "días gitanos" ("zingarata") o viajes y acciones tontas hacen que los amigos sin rumbo también hagan uso del famoso galimatías ("supercazzola"). El Conde Mascetti es el mejor al hacer esta broma de detener a una persona y decir rápidamente un aluvión de palabras y verbos sin conexión lógica ni significado para la otra persona, que queda desconcertada y confundida ante lo que dice Mascetti. En la mayoría de los casos, la otra persona queda tan molesta por el juego del conde, que cree no poder entender nada, ni siquiera el idioma italiano, ni incluir lugares o nombres mencionados por Mascetti como "camilla", "código de área" o El "inspector se mueve" e indica el objeto deseado, sin dejar de estar muy sorprendido. Mientras tanto, los amigos se ríen a carcajadas y hacen que la otra persona parezca un idiota.

 

Spoiler:

 

Rush final: Unos días después, en el presente, mientras los cuatro conversan, Mascetti escucha de sus amigos que nunca darían la vida por él y se marcha entristecido. Sus amigos se acercan a él para disculparse y asegurarle que estaban bromeando, pero en ese momento de repente se siente mal; Aunque los otros tres inicialmente piensan que está fingiendo, el conde en realidad sufre una trombosis y arriesga su vida. Se las arregla en silla de ruedas, con una pequeña pensión de invalidez (obtenida gracias a algunas trampas de Melandri en el municipio y de Sassaroli en el seguro médico, ya que Mascetti nunca trabajó) y una villa en el campo de Sassaroli, donde la primaria les permite vivir, para permitir al conde rehacer su vida con su esposa, su hija y su nieto Raphael. La película finaliza con un concurso interregional en la sección para discapacitados en el que Mascetti compite en silla de ruedas, animado por sus amigos llorosos.

 

Lugares de rodaje: La iglesia que se ve en las primeras etapas de la película es la iglesia de San Miniato en Florencia; Las escenas del Vía Crucis con Melandri disfrazado de Cristo fueron rodadas en las ruinas de Rocca Calascio , bajo el castillo medieval; Las escenas de la escapada "Rigatino" llevada a cabo por Mascetti fueron filmadas en el interior del Grand Hotel & La Pace de Montecatini Terme , que también se menciona explícitamente en los chistes; La escena de "Los cinco madrigalistas modernos" se rodó en el interior del Ayuntamiento de Pistoia; Gran parte de la película se rodó en Florencia (Piazza Duomo y cementerio municipal) y en la Catedral de Pisa , con una escena en la Torre Inclinada; Las escenas finales en la villa "entre Pisa y Lucca", donde Mascetti se retiró, se filmaron en Val Graziosa de Calci y la Certosa di Pisa es el telón de fondo de la última conversación.

 

Dentro de la película, en la escena inicial titulada Ayer, cuando Perozzi abofetea accidentalmente a su hijo, sin reconocerlo, desde el andén de la estación de tren, este último lo llama gritando "Pero papá!" y en ese momento se escucha claramente la respuesta del periodista ("¿Qué, siempre te vas?"), interpretado por Philippe Noiret y doblado por Renzo Montagnani: esto se debe a que la escena fue tomada del primer capítulo, en que Montagnani en realidad apodó Noiret. En el resto de la segunda película, sin embargo, Montagnani interpreta físicamente a Guido Necchi, reemplazando a Duilio Del Prete (actuó doblado por Luciano Melani en la primera película), mientras Noiret es doblado por Pino Locchi; en la tercera película, sin embargo, Noiret no está presente y el personaje de Perozzi ni siquiera se menciona.

 

Más que interesante comedia con mucho de drama, como es la vida misma, deconstruyendo la amistad con acidez, fruto de unos personajes entrañables en sus miserias. Gloria Ucrania!!!

domingo, 4 de febrero de 2024

 


Carga Maldita.


Fallido thriller que pretende mucho más de lo que consigue, es entretenido, pero nunca alcanza a las expectativas. Revisioné hace poco la maravillosa “El salario del miedo” (1953) y leyendo sobre ella supe de este remake o versión nueva de la novela francesa de 1950 de Georges Arnaud, “Le Salaire de la peur”. Me interesé por ella al saber que estaba tras ella en la dirección William Friedkin, venía de dos exitazos como “French Connection” y “El exorcista”, la adaptación era del guionista Wallon Green, responsable del Apoteósico libreto de “Grupo Salvaje”,  que era una superproducción, con lo que podrían quizás ser impactante visualmente, pero el realizador al querer innovar hierra, como naufraga en la construcción de caracteres, donde el film de Henri-Clouzot (murió a principio del año del estreno, y se le dedica esta película) otorgaba profundidad, aquí los personajes resultan acartonados, no hay química alguna entre ellos, no transmite emociones, pues los personajes son más liso que el encefalograma de Napoleón. Sigue el patrón del libro, siguiendo a cuatro marginados de diversos orígenes que se reúnen en una aldea de América del Sur, desesperados por salir de allí, aceptan un peligroso trabajo por mucha plata, deben transportar un cargamento de dinamita vieja y mal conservada que es tan inestable que está "sudando" su peligroso ingrediente básico, la nitroglicerina.

 

Los protagonistas son un entonces pujante Roy Scheider como Jackie, venía del mega éxito ‘spielbergiano’ “Jaws, es el conductor ladrón de New Jersey, sin más; Bruno Cremer como como Víctor Manzón/Serrano, un estafador banquero francés, y… pues eso, sin más; Amidou como Kassem/ Martinez, un experto en explosivos, terrorista árabe; Francisco Rabal como Nilo, papel debut en Hollywood. Nilo es un enigmático asesino profesional mexicano. No se sabe porque va a parar a Porvenir, pues nada le ha hecho huir. A pesar de tener la oportunidad de protagonizar una película de Hollywood, que era el sueño del actor, Rabal quedó un poco decepcionado con el alcance internacional de la película y dijo: "[Toda] mi vida quise hacer una película de 'Hollywood' [y] cuando Finalmente lo hice, se filmó en París, Israel, México y República Dominicana!"; Los cuatro hacen trabajos ramplones sin personalidad alguna.

 

La sombra del film francés original es una losa muy grande cuasi-imposible de soportar, y más si en contraposición a esta comete errores, de inicio haciéndonos ver las causas del porque estos cuatro tipos han acabado en el culo del mundo. Friedkin gasta un gran presupuesto en hacernos recorrer varios países, componiendo espectaculares secuencias de acción, con una gran carrera de coche por calles de New Jersey, acaba en aparatoso accidente, y otra una elaborada secuencia de un ataque terrorista en Jerusalén con posterior acoso a los responsables, escenas inconexas con la película, aunque atractivas, que demuestran el buen pulso del director paras escenas de acción. Punto y aparte es no creerme que un terrorista islamista no tenga otra salida que huir a Centroamérica tras ser perseguido (ridículo).

 

Henri-Clouzot comenzaba ya con los proscritos en esta tierra sin Dios, dejando al espectador que pensara los motivos de este destierro de estos ‘exiliados’, no perdía el tiempo en esto, era innecesario, el tiempo lo dedicaba en este pueblo a componer las relaciones entre los que serán los camioneros malditos. Aquí se pierde tiempo en situaciones forzadas que no llevan a lo importante, trazar vínculos entre ellos para que en su travesía endemoniada nos importe lo que les pase. Aquí importa poco lo que le pase a uno u otro, son seres sin fondo alguno, esto no aporta sustancia.

 

Toda la parte en el pueblo Porvenir (claramente nombre paradójico) desolado transcurre de forma torpe, sin crear chispa alguna entre los protagonistas, todos apenas esbozos. Y se hace esperar por lánguido de esta parte a más de la hora llega lo crucial del viaje; Tenemos las tres pantallas a superar, la de la curva maldita que hay que hacer sobre un saliente vertiginoso, que transcurre con buen ritmo de tensión dramática; la del puente colgante sobre un rio de aguas bravas. Costó nada menso que 3 millones de dólares filmarla, con múltiples problemas, y a la postre me ha sido aparatosa, nadie con dos dedos de luces se cree un camión mastodóntico pase por aquí, es ridículo, se han pasado tres pueblos. Mientras que en la gala era pasar por un charco de petróleo que no se sabía el fondo que tenía, totalmente verosímil, aquí se quiere rizar el rizo superan cualquier verosimilitud con esta escena, me hace torcer el gesto, aunque es espectacular el vigor puesto en ella; y la del tronco enorme en medio de la vía, un calco de la de la gabacha, cambiando el troco por una gran roca. Con una tensa planificación de un entramado de cuerdas y bolsas de arena para reventar la robusta madera, muy bien filmado; Lo malo es que el suspense es escaso, no ya por envejecida de la propuesta de acción, sino porque son seres sin chispa alguna, desprovistos de carisma. Aparte de que al solo ver de su personalidad lo que han hecho en el pasado me resulta imposible empatizar con un terrorista que pone bombas para matar inocentes, con un ladrón que roba en una Iglesia, con un estafador de la alta sociedad, o con un sicario, y al no habernos dado más fondo que este son figuras a desechar.

 

Por supuesto que está presente la idea del colonialismo industrial de las grandes corporaciones como actúan en los países del tercer mundo, esto en lo macro. En lo micro este capitalismo actúa sobre las gentes que las somete por un poco de palta para arriesgar sus vidas.

 

Incidiendo en los cambios, el guion falla queriendo ser original, como en la primera uno de los personajes se nos presenta como un cobarde, tenemos una base por lo fanfarrón que lo hemos visto anteriormente, con otro de los protagonistas que lo idolatraba, con lo que su choque resulta electrizante, aquí todo esto está sin contar, por lo que cuando tiene un arranque de miedo no hay conexión emocional alguna con el espectador. También cuando uno de los personajes (no quiero spoilear) resulta malherido en el tramo final tiene un sentido orgánico con la historia, aquí hay malherido, pero de un modo fuera de lugar. Como lo es la parte final en que un camión aparece de la nada de la selva en el desierto. Lo dicho, un queso gruyere de agujeros. Todas estas taras inciden en hacer lenta la cinta, eso es un pecado habiendo el material que hay. Ah, también reinventan el epílogo, siendo esto gratamente apreciable (spoiler).

 

Destaca en la puesta en escena la vibrante fotografía de Dik Bush (“Yanquis” o “Víctor o Victoría”), reemplazado por  John M. Stephens (“Huída a medianoche” o “Seis días y siete noches”), no se sabe que es de uno y que de otro, pero son portentosas las tomas de la jungla, impregnado de sudor al espectador; Por lo grimante sobresale la partitura sintetizada del grupo teutón Tangerine Dream (“Ladrón” y “Legend”), me recuerda al estilo Giorgio Moroder, melodía que me saca de la acción, mala mezcla con lo que se ve en la pantalla. “Sorcerer” fue la primera banda sonora de Hollywood para la banda electrónica de krautrock Tangerine Dream. William Friedkin, durante su visita a Alemania, asistió a su concierto en una iglesia abandonada en la Selva Negra. La banda le parecía "a la vanguardia del sonido de sintetizador electrónico" que pronto se convertiría en un elemento básico de la cultura dominante. Evaluó su música como una mezcla de música clásica interpretada con sintetizadores y "el nuevo sonido pop", y describió la experiencia como "fascinante" (¿?).

 

Un huracán arrasó el set del poblado, se usaron más de una decena de camiones, Roy Scheider fue el único que aceptó irse tres meses (en realidad fueron once) a la selva para embarrarse hasta las rodillas, siendo uno de los pocos que conocía a Friedkin y no siendo despedido: “Creo que fue a mí al único que no despidió. No podía hacerlo porque era el protagonista. Despidió a su director de fotografía, a todo el equipo de cámaras, a la encargada de exteriores, al ayudante de dirección, al productor asociado, al jefe de los camioneros, a todos los camioneros,… Le dije, Billy tienes que dejar de despedir gente. Estoy harto de ir al aeropuerto a desearles buen viaje”. Cuando los dirigentes vieron el film acabado, no podían creérselo, aquello era invendible. ‘Carga maldita’ era la podredumbre en celuloide. Nada quedaba de la cinta de aventuras que ellos pensaban que se había rodado. Exigieron cambios. Friedkin decía que si a todos, pero rodar cualquier plano extra conllevaría volver a la selva, un mes más de filmación, reunir al equipo,… Cuando empezó a enumerar sus demandas los productores no sabían dónde meterse. No podían gastar más en aquella película que no iba a ver nadie. La cuenta iba por 22 millones y medio de dólares de los 3 que se habían acordado. Estaban con la soga al cuello y Friedkin era el juez de la horca, pero ignoraba que él sería el siguiente. Quizá lo que más le dolió es que ‘Carga maldita’ fracasó a pesar de que él había cedido (en parte) al estudio. A pesar de su fama de rebelde y anti-sistema, Friedkin acabó insertando los planos extras demandados (incluidos unos del cuenta-kilómetros que el estudio le “sugirió” para saber cuánta distancia debían recorrer y cuánta les quedaba). Además, querían que Paco Rabal hablara en inglés durante todo el film, o se redoblara en la sala en la post-producción (Rabal, al final, acabó recitando la gran mayoría de sus diálogos en español). También le pidieron rostros conocidos y para compensar introdujo a un casi irreconocible Joe Spinell (Spider) y a uno de sus actores fetiches, Randy Jurgensen (Vinnie) para paliar la falta de intérpretes americanos… El fracaso en USA, con sólo 9 millones de dólares de recaudación, condenó al film en unos años en donde sólo se valoraban las películas por lo recaudado en EEUU.

 

A diferencia de The Wages of Fear, en el que los personajes principales recibieron dos camiones en perfecto estado de la compañía petrolera, sus homólogos representados en Sorcerer tuvieron que ser ensamblados por los propios protagonistas, utilizando piezas recuperadas de camiones abandonados, otra situación inverosímil. Como que en vez de llevar cientos de botellas de nitroglicerina, lo que lleva cada camión son tres cajas de dinamita, esos Gigantes de acero para esa pequeña carga?

 

Friedkin dijo que la escena más importante de la película fue "la secuencia del cruce del puente, en la que los dos camiones tienen que cruzar por separado un viejo puente colgante de madera que parece completamente inestable". También la consideró la escena más ardua que jamás haya filmado. El puente fue diseñado por John Box utilizando componentes hidráulicos cuidadosamente ocultos que permiten controlar los movimientos del puente y de los camiones por igual. Su primera versión se construyó en la República Dominicana durante un período de tres meses y requirió 1 millón de dólares para completarse. Sin embargo, tan pronto como estuvo terminado, la tripulación de Friedkin se enfrentó al problema de unas precipitaciones anormalmente bajas. Durante el proceso de construcción, el nivel del agua del río disminuyó dramáticamente, y cuando se montó el puente, el río se había secado completamente, a pesar de la seguridad de los ingenieros locales de que no se habían registrado fluctuaciones en el nivel del agua durante la estación seca. Los ejecutivos del estudio sugirieron que Friedkin ideara una escena menos sofisticada, pero él continuó haciendo realidad su visión en diferentes lugares. Así, John Box fue a explorar localizaciones en México y descubrió que el río Papaloapan poseía características similares. El puente construido anteriormente tuvo que ser desmontado y vuelto a anclar. Al final, este río también se vio afectado por la sequía, lo que obligó a aplicar algunos efectos prácticos para completar la escena. Para crear lluvia artificial, Friedkin empleó bombas de aguas residuales que drenaban el agua del río y la desviaban a un sistema de aspersores. Sólo esta escena, que dura 12 minutos, tardó varios meses en completarse y costó aproximadamente tres millones de dólares.

La única secuencia que quedaba por filmar era el último tramo del viaje del camión superviviente, el Lázaro, y quería que fuera diferente de las otras localizaciones... y John Box la encontró en un lugar llamado Bisti Badlands en el noroeste de Nuevo México. A 35 millas al sur del pueblo llamado Farmington … Fue el paisaje que elegimos para el final del viaje, en el que Scanlon abraza la locura, abandona su camión y carga la dinamita dos millas hasta el campo petrolífero en llamas.

 

 "Sourcerer" es el título original, que traducido del inglés es “Hechicero”, palabra pintada en uno de los dos camiones conducidos por los personajes principales, el segundo camión se llama "Lázaro".

 

Rush final: Aquí incluyen de cosecha propia el asalto al camión que queda, por parte de tres bandido. Que termina matando a dos Nilo, y al otro Jackie, pero Nilo queda letalmente herido. En la original llegaba el cadáver y Jackie a su meta. Aquí cambian,  y a Jackie se le queda sin combustible a dos millas de su objetivo, Por lo que lleva a peso la caja de dinamita, llegando exhausto a la mina.

 

Epílogo: En el bar de Porvenir, Jackie recibe un pasaporte colombiano y un pago por el trabajo de la compañía petrolera, así como una oferta de otro trabajo. Antes de irse, invita a bailar a una fregona. Mientras los dos bailan, los secuaces de Carlo Ricci, junto con el viejo amigo de Jackie, Vinnie, salen de un taxi y entran al bar. Débilmente, se escucha el sonido de un solo disparo o de un neumático reventado, lo que deja desconocido el destino de Jackie. Esto es cosecha del guion y no del libro, el único cambio apreciable, por como nel destino siempre sabotea nuestros sueños.

 

El costo de Sorcerer se asignó a $15 millones, aumentando a $22 millones luego de una producción problemática con varios lugares de rodaje, principalmente en la República Dominicana, y conflictos entre Friedkin y su equipo. Los crecientes gastos requirieron la participación de dos grandes estudios cinematográficos, Universal Pictures y Paramount Pictures, ambos estudios compartieron la distribución en Estados Unidos y Cinema International Corporation fue responsable del estreno internacional.  Sus ingresos brutos nacionales (incluidos alquileres) y mundiales de 5,9 millones de dólares y 9 millones de dólares respectivamente no recuperaron sus costos. Un número considerable de críticos, así como el propio Friedkin, atribuyeron el fracaso comercial de la película a su estreno aproximadamente al mismo tiempo que Star Wars, que instantáneamente se convirtió en un fenómeno de la cultura pop.

 

Obra como he dicho que no puede competir con la original, pero al menos es amena en su parte de la travesía, con una ambientación sobresaliente. Gloria Ucrania!!!

 

PD. Aquí no han incluido el electrizante tramo de la carretera con ondulaciones (¿?).

 


La vida y la muerte del coronel Blimp

 

Sugerente drama británico, al que marca a fuego estar realizado en plena vorágine de la WWII. La he visto con motivo de su reciente 80 aniversario de su estreno (10/Junio/1943). Escrita, producida y dirigida por el equipo cinematográfico británico de Michael Powell y Emeric Pressburger, siendo protagonizada por Roger Livesey, Deborah Kerr y Anton Walbrook. El título deriva de la tira cómica satírica Colonel Blimp de David Low, pero la historia es original. Esta segunda producción del dúo de la productora Archers es una fantasía romántica, rodada en Technicolor, llena de humor y melancolía. Continuaba, aquí, esa estrecha colaboración entre los directores, Michael Powell y Emeric Pressburger (fueron tándem de directores de 14 films), el uno inglés y el otro austriaco, de esta dualidad nacional se desprende claramente el tema central de la amistad entre un militar inglés y otro alemán a lo largo de 4 décadas. De ahí seguramente, la oda a la amistad que irradia el metraje, esa que flore4ce en las peores de las situaciones, aunque estén los amigos en ambos lados de una guerra. El coronel Blimp fue en su origen un personaje de historietas creado en 1934 por el neozelandés David Low para el The Evening Standard como un mecanismo para ridiculizar el sustrato más reaccionario y pueril del establishment inglés de la etapa, en esencia un militar panzón, charlatán, autoritario, contradictorio, impaciente y casi siempre proclive a pasarse por alto la democracia y las preocupaciones mundanas del vulgo. Para ello representaba al titular como un fanfarrón recargado, la película mira más allá del militar gordo y calvo con bigote de morsa, y ve en su interior a un idealista y romántico. La adaptación de Powell y Pressburger se inspira lejanamente en el “Coronel Blimp” y baja las revoluciones en cuanto al nivel satírico general porque opta -paradojas mediante- por no llamar Blimp al protagonista en ningún momento del metraje y tampoco mostrar su muerte, decisiones que se condicen con un film de lo más curioso que combina elementos de los dramas bélicos, las propuestas románticas, la comedia costumbrista, la parodia política y hasta el cine de propaganda, aunque jamás cae en ser un panfleto patriotero, lo que le llevó a problemas de distribución por parte de nada menos que Winston Churchill.

 

Película que sutilmente ridiculiza el pan-imperialismo inglés, y con ello adentrándose en los cambios que sufrió la nación de la Pérfida Albión. Ello jugando con la ambigüedad, y que sea el espectador que juzgue, pues se habla con orgullo de las Guerras Boérs en Sudáfrica, pero se hacen elipsis mordaces, haciéndonos ver el paso del tiempo mediante por como la pared del salón del protagonista se llena de trofeos en forma de cabezas de animales africanos, ello de los territorios ocupados por el Imperio Inglés (también hay un escudo y lanzas tribales), como si estos lares fueran el patio de recreo de los anglos. Pero luego los malos son los alemanes por invadir otros países europeos, como si lo importante no fuera invadir, si no si en que continente se haga. Como se habla de una isla caribeña que se hace mención como el extranjero, pero el protagonista espeta: "No es un país extranjero, es Jamaica", hay que tener en cuenta que Jamaica aun pertenecía a la Corona Inglesa entonces (hasta 1962). No sé si adrede o sin pretenderlo, hay carga de profundidad en estos elementos vistos hoy día como ataques al pan-colonialismo etnocentrista.

 

El binomio de directores hacen en modo racconto un recorrido por cuatro tiempos del SXX, desde el 1939 en los prolegómenos de la Segunda Guerra Mundial, al flashback que se inicia en 1902, un salto a final de la Gran Guerra Mundial, y otro para situarse en el presente de 1943. Con ello el guion hace una ágil radiografía sobre los cambios en tiempos convulsos, desde la caballerosidad ancestral de principios de siglo XX, el cambio radical que supuso la Gran Guerra, y el vuelco que supuso las consecuencias de una guerra mal cicatrizada que dio pie al nazismo. Con ello se hace una semblanza sobre el paso lapidario del tiempo, donde se habla del ardor de la juventud, de los errores de la vida que nos persiguen, de las ilusiones, del idealismo que con los años se hace débil ante nuevas amenazas. Una obra que ingeniosamente es humanista al no caricaturizar a los malos y buenos, aquí deja las circunstancias marquen a unos y a otros, y con los protagonistas evolucionando por los acontecimientos. Todo ello regado de humor, con romanticismo, diálogos sustanciosos, discursos aleccionadores, gracias en gran medida a unos personajes bien construidos, con hondura dramática, y como no, tratándose de estos directores despliegan gran carga estética.

 

Tiene un arrollador inicio cuando el general ordena ejercicios de entrenamiento militar y anunció: "La guerra comienza a medianoche". Ello visto en una vivaraz edición con motocicletas de mensajeros militares yendo de un lado a otro. Un joven teniente entusiasta “Spud” Wilson decide la guerra moderna no sigue las reglas y se apresura, guía a sus hombres al club del general en Londres y arrestándolo en la sala de vapor. Cuando Wynne-Candy grita: "Maldito joven tonto, la guerra comienza a medianoche!" el teniente observa que los nazis no respetan los acuerdos entre caballeros e insulta la barriga y el bigote del anciano. Wynne-Candy se indigna. "Te ríes de mi gran barriga pero no sabes cómo la conseguí! Te ríes de mi bigote, pero no sabes por qué me lo dejé!" Golpea al joven teniente, lo arroja a una pileta y luego, en un flashback de grácil elipsis la cámara pasa por el agua y en el otro lado de la piscina emerge un joven Clive Candy, delgado y sin bigote, estamos en 1902.

 

 

En el primer bloque, tras el prólogo. Tenemos a un joven idealista y visceral protagonista Clive que decide por su cuenta viajar a Alemania a ajustar cuentas con un antiguo espía (Kaunitz), con el romántico objetivo de limpiar el nombre de Inglaterra. Esto tras un rifirrafe en un restaurante desemboca en un duelo. Escena importante la del referido duelo en el gimnasio del cuartel germano, entre el protagonista y un oficial alemán elegido por sorteo, Clive y Theo Kretschmar-Schuldorff, todo muy ceremonial, con rituales decadentes de nobles, todo está reglado, desde el tamaño y grosor de la espada, los padrinos, la forma de moverse, con un árbitro sueco que se mueve como un cangrejo entre los combatientes. Un juego de aristocracia, cargado de protocolos, donde hasta la vestimenta está reglamentada. Ello elegantemente la dirección hace que cuando se inicia el enfrentamiento la cámara se eleva y hace una sofisticada elipsis, desligándose de la épica duelística, pasamos a una nevada exterior (la metáfora del Invierno de un estilo de vida llegando a su fin) en un hospital donde está el prota herido levemente. Surgiendo aquí la amistad entre los dos duelistas, que tendrá vértice en una bella mujer, Edith hunter (Deborah Kerr).

 

El segundo bloque es en la Gran Guerra Mundial. Clive ahora es General, y mantiene sus formas de flema en el conflicto. Conociendo a Barbara Wynne (también Deborah Kerr), enfermera inglesa voluntaria que presta sus servicios en el frente francés y que es un calco de Edith Hunter, con la que Clive terminará casándose. Aquí tendrá otro encuentro con su antiguo rival de duelo Theo. Ahora en suelo inglés, tenderán una charla muy de marcado tinte político tras el armisticio, donde chocará el romanticismo inglés queriendo que de la derrota nibelunga resurja una gran Alemania, de lo que ácidamente, Theo amargado y curtido tras la derrota, se ríe Theo, por el buenismo anglo, que ve un mundo mejor tras ser humillada en el tratado su nación. Exponiendo con incisivo tono una crítica a la forma de acabar la Guerra que hubo en la Gran Guerra.

 

Y el último bloque en el presente del 43 en Inglaterra en plena WWII. El protagonista ahora en la vejez, viudo, con bigotón de manubrio, calva y barrigón. Es Clive un tipo escéptico, su antiguo idealismo se ha ajado, su nobleza colisiona con las nuevas formas de batallar, lejos de ser honorables, dice desear la derrota antes que su país utilice métodos como los de su enemigo nazi. Tanto como para sabotearle la BBC una entrevista que iba a dar por radio. En este segmento está por supuesto Theo, ahora viudo ha huido de Alemania por el nazismo, pretende le den asilo, habiendo para ello una esclarecedora entrevista con un funcionario, este le reprocha haber tardado mucho en darse cuenta de quien Hitler, a lo que este ingeniosamente le espeta que Inglaterra tardó seis años en darse cuenta, en lo que subyace (entiendo yo) una puntiaguda crítica al Pacto de Múnich, firmando entre otros por Inglaterra, dando vía libre a el afán expansionista Hitleriano. Es aquí donde Theo da un vigoroso soliloquio, filmado en un solo plano, explicando con enorme sentido lírico-conmovedor porque ha escogido Inglaterra para huir de Alemania. Luego Theo mantendrá una aleccionadora charla política-guerrista con Clive para intentar abrirle los ojos ante los modos nazis de guerra salvaje. También en esta parte se deja constancia de los fantasmas interiores de Clive, su búsqueda infinita del amor que no supo ver en su juventud con Edith, y desde entonces busca su clon por todas partes, de ahí el ver a una conductora militar con el rostro de ella (Otra vez la Kerr).

 

Todo queda nítido en una charla en el tramo final entre Clive y Theo, donde este esclarecedoramente le confiesa su amor de juventud frustrado. Esto para mi es un cierto defecto, pues esto no había aparecido ni mínimamente en el tramo en que ambos estuvieron juntos en Alemania, ni por parte de ella, ni de él, no hubo complicidad hiciera sospechar de estas chispas de romance. No hay miguitas de pan que nos hagan sentir un amor latente, con lo que después cuando aparece Martha no entendemos bien porque debe tener sui mismo rostro. Se entiende en un segundo visionado, pero es como si ciertas coordenadas se hubieran perdido por el camino del montaje; También esta forma de por Imperativo del guion me ha quedado la primera parte en Alemania, en lo referente a la amistad entre Clive y Theo, no me creo haya un gran vínculo entre ambos que se mantenga durante lustros, cuando ni siquiera pueden hablar entre ellos en el hospital, no me creo pasemos de estas gracietas ‘Lost in traslation’ a que 16 años después diga Clive que Theo es su mejor amigo, cuando no se han hablado ni visto en esos años. Luego en la parte final si vemos chispas de compenetración entre ambos en sus diálogos de hondura, pero me resulta complicado creer sea esta una amistad de calado, cuando solo se habían visto una vez en 41 años. Pero el inteligente guion consigue no pensemos en ello cuando están juntos; También me es llamativo que, en un film con gran carga de belicismo, las guerras sean mostradas sin ápice de realismo, nunca vemos muertos, o sufrimiento, todo es muy idealizado en este sentido.

 

Roger Livesey está muy bien como el pomposo militar que va ascendiendo, comienza en plan caricatura en la sauna turca, para en los flashbacks irse delineando un tipo con alma, con carácter, con honor, con nobleza, ser rígido que en su vejez se da cuenta de sus errores. Destacaría cuando abre su corazón a Theo contando su error de dejar escapar a Edith. estupenda actuación; El vienés Anton Walbrook es el que se roba la película con su rol complejo, el que realmente va tallándose a medida que avanza la historia, desde el jovial pretendienta de Edith, el desencantado asqueado por la derrota en la post-Gran Guerra, al pragmático que vemos en el tramo final. Para el recuerdo queda su discurso al funcionario encargado de refugiados sobre los motivos románticas de querer quedar se en UK, o como da a entender a Clive que su postura inflexible sobre comportamiento noble ante los desmanes nazis solo llevarán a más desmanes. Maravillosa actuación cargada de carisma; La tercera pata es Deborah Kerr con tres personajes diferentes en diferentes épocas cada uno, en realidad una idealización sin mucha personalidad, su belleza rubia de ojos azules la define y punto. Primero es Edith Hunter, amor platónico del joven oficial Candy. Luego Barbara Wynne, esposa del general elegida por su sorprendente parecido físico con Edith y, finalmente, como Angela 'Johnny' Cannon (precioso el momento en el coche en que Theo percibe por un fogonazo de luz el rostro de su chófer idéntico a su fallecida esposa), joven recluta sirve de chofer al general elegida entre 700 candidatas.

 

La puesta en escena es lo brillante que cabe esperar del binomio de cineastas. Con un vistoso diseño de producción Alfred Junge (“Narciso Negro” o “Los caballeros del Rey Arturo”), creando escenarios vibrantes como los baños turcos, la bulliciosa cafetería alemana en dos niveles, el gimnasio alemán ampuloso del duelo, o el salón donde Clive guarda sus trofeos de caza; Todo ello embellecido estéticamente por la fulgente fotografía en radiante Technicolor de Georges Perinal (“El ladrón de Bagdad” o “El ídolo caído”) con asistencia de Jack Cardiff (“Narciso Negro” o “Guerra y Paz”), en colores pastel vitalistas, con un uso precioso de la iluminación , con planos generales que enmarcan, alternado con primeros planos de los protagonistas que dicen mucho de su interior.

 

Spoiler:

 

El final es una lírica referencia a las palabras de la esposa fallecida de Roger Livesey cuando le dijo que sobre que habría un lago donde estaba su casa y ocurrió.

 

Encantador film, de los que te deja un grato sabor cinéfilo. Gloria Ucrania!!!

 

Según los directores, la idea de la película no surgió de la historieta periodística de David Low, sino de una escena cortada de su película anterior One of Our Aircraft Is Missing (1942), en la que un anciano miembro de la tripulación le cuenta a un uno más joven: "No sabes lo que es ser viejo". Powell ha afirmado que la idea fue sugerida por David Lean (entonces editor de cine) quien, al retirar la escena de la película, mencionó que la premisa de la conversación era digna de una película.

 

Powell quería que Laurence Olivier (que había aparecido en 49th Parallel y The Volunteer de Powell y Pressburger ) interpretara a Candy. Sin embargo, el Ministerio de Información se negó a liberar a Olivier, que estaba sirviendo en Fleet Air Arm, del servicio activo y les dijo a Powell y Pressburger "les recomendamos que no lo hagan y no pueden tener a Laurence Olivier porque está en Fleet Air". Arm y no lo vamos a soltar para que haga de tu Coronel Blimp".

 

Powell quería que Wendy Hiller interpretara el papel de Kerr, pero ella se retiró debido a su embarazo. El personaje de Frau von Kalteneck, amiga de Theo Kretschmar-Schuldorff, interpretado por la esposa de Roger Livesey, Ursula Jeans. Aunque a menudo aparecían juntos en el escenario, esta fue su única aparición juntos en una película.

 

Michael Powell dijo de La vida y muerte del coronel Blimp que es ... una película 100% británica pero está fotografiada por un francés, escrita por un húngaro, la partitura musical es de un judío alemán, el director era inglés, el hombre que hizo el vestuario era checo; en otras palabras, era el tipo de película en la que siempre he trabajado con un equipo mixto de todas las nacionalidades, sin fronteras de ningún tipo. En otras ocasiones también señaló que el diseñador era alemán y que entre los protagonistas había actores austriacos y escoceses.

 

El asesor militar de la película fue el teniente general Douglas Brownrigg (1886-1946), cuya carrera era bastante similar a la de Wynne-Candy, ya que había servido con distinción en la Primera Guerra Mundial, se retiró después de Dunkerque y luego asumió un cargo de alto rango. papel en la Guardia Nacional.

 

PD. El título hace referencia a la muerte del Coronel Blimp o sea de Roger Livesey, y esto no ocurre, acaba y está vivo (¿?).