lunes, 27 de junio de 2022

 


MINORITY REPORT.


Irregular thriller de ciencia ficción dirigido por Steven Spielberg. Lo he revisionado con motivo del 20 aniversario del estreno (17/06/2002), y me he encontrado un film con mucho bueno y mucho regulero (siendo benévolo), muchos artificios difíciles de soportar. Escrita por Scott Frank (“Out of sight” o “Logan”) y Jon Cohen (en su hasta ahora, único trabajo en cine), es la adaptación libre del homónimo de 1956 del maestro de la ciencia ficción Philip Kindred Dick (varias de sus obras han sido llevadas al cine, como “Blade Runner”, “Total Recall” o “Paycheck”), un relato enmarcado en Washington DC (el original era Los Ángeles) en año 2054, donde hay una unidad policial ‘Precrime’, departamento de policía especializado, que detiene a los delincuentes basándose en el conocimiento previo proporcionado por tres psíquicos llamados "precogs". Protagonizado por la estrella Tom Cruise en la primera colaboración con Spielberg (luego formarían otro tándem en “La Guerra de los Mundos”), como el héroe atormentado por un trauma familiar (algo original del guión y no del cuento, en lo que es un recurso manido del universo Spielberg), que se ve embarcado en una carrera contrarreloj por demostrar su inocencia (cual mítico Richard Kimble de “El Fugitivo”), para lo que debería paradójicamente ir contra el sistema que tanto ha defendido (en el material de origen era un tipo mayor y calvo ¿?), el actor neoyorkino impregna a su personaje de melancolía (Spielberg lo humaniza cuando lo vemos drogarse mientras ve grabaciones de su hijo desaparecido), así como es intrépido en las varias escenas de acción-persecución (el actor siempre rechaza dobles), emitiendo vigor. Le acompaña como la figura paterna el gran Max von Sydow, como alma mater del proyecto Precrime, y Colin Farrell en un papel al que da fuerza dramática (papel rechazado por Javier Bardem), Samantha Morton como la líder de los precog, aporta veracidad y nervio, del resto destaco al infravalorado Tim Blake Nelson como un suigeneris guardia de singular presidio.Ah, y el jocoso rol de ‘Mad Doctor’ del siempre roba escenas Peter Stormare.


Un film en el que el llamado rey Midas de Hollywood pretende hacer su particular homenaje al género noir (esto realzado en laultra-saturada fotografía del habitual de Spielberg desde “La lista de Shindler”, el polaco Janusz Kaminski, potenciando los granulados en azul y negros), mezclado con sus ansias de crear mundos nuevos futuros no tan alejados del nuestro, para hacerlos creíbles, ello con mucha acción espectacular, tensión, un juego de ‘whodunit’. Y en el fondo temas trascendentes como el enfrentamiento entre el libre albedrío vs determinismo, si está escrito el destino o podemos cambiarlo. También se aborda hasta qué punto estamos dispuestos a dar poder al estado por nuestra seguridad, llevando al límite la idea cuando vemos en la historia que se detienen y condenan a gente que aún no ha cometido un crimen, pero según sus ‘métodos’ lo van a cometer, es esto algo cercano al fascismo que detiene por ideas, no por actos, un debate moral pernicioso y tramposo, pues en realidad todos somos dueños de cambiar en el último momento, cuantos no lo hemos hecho en nuestras vidas, la presunción de inocencia queda anulada. Indagando en los márgenes en sistemas de control modernos que nos pueden llevar a vivir en una especie de Gran hermano controlados por una simple mirada a cámara a través de nuestro iris.

 

Spielberg vuelca todo un arsenal visual en la película, creando iconos visuales como es ese Tom Cruise manejando un ordenador táctil sobre la nada con guantes especiales. El director crea un mundo futuro creíble en su miscelánea entre elementos reales de ahora con otros que se ven veraces, con hincapié en los sistemas de publicidad que se convierten en individuales por mor del iris (utilizando esto a modo de gag en algún momento, como cuando una de estas ‘vallas’, la de American Express le dice: "Parece que necesita un escape, y Blue puede llevarlo allí"), las ciudades se ven como un remanente atomizado de la “Metropolis” de Fritz Lang, las autopistas que se desdoblan de forma disfuncional en vertical sobre edificios, donde puedes aparcar el auto empotrándolo sobre el salón de tu hogar, tenemos policías que llevan mochilas para volar, especie de arañas detectoras de iris, o los tenemos periódicos hologramas (esto es algo obsoleto con los móviles). El diseñador de producción Alex McDowell fue contratado en base a su trabajo en Fight Club y sus guiones gráficos para una versión cinematográfica de Fahrenheit 451 que habría protagonizado Mel Gibson. McDowell estudió arquitectura moderna y sus decorados contienen muchas curvas, formas circulares y materiales reflectantes. La diseñadora de vestuario Deborah L. Scott decidió hacer que la ropa que usaran los personajes fuera lo más simple posible, para que la representación del futuro no pareciera anticuada.

 

Hay un inicio espectacular de un cuarto de hora, donde pone al espectador en medio de este futuro utópico. Vemos a Anderton frente a una pantalla holográfica, manejando clips al modo que haría Sherlock Holmes, para desentrañar en estas imágenes aleatorias que coloca y deshecha en una coreografía hipnotizante, pistas sobre el lugar de un potencial crimen, donde un marido va a matar su adúltera esposa (aún no sabemos el sistema). Un montaje trepidante donde las imágenes de promedio no duran más de 5 segundos para 171 tomas), ello con retroiluminación difusa, con enfoques y desenfoques extraños, con profundidades de campo que desconciertan, hasta que por fin nos situamos en esta montaña rusa de comienzo.

 

Tras la presentación de situación es este mundo aparentemente idílico en lo referente a seguridad. Entramos en la paradoja de que el principal agente de esta agencia es el pre-criminal. Y entonces siguiendo la huida y a la par investigación del ínclito por saber la verdad entramos a conocer un  poco mejor este futuro quimérico. Donde la acción se sucede en varios momentos potentes. Como la (inverosímil) huida de Anderton en un callejón de varios agentes con mochilas impulsoras que les hacen volar, espectacular como levitan, saltan, caen, son hombres cohetes, atraviesan ventanas, techos; Esto se encadena a otra persecución a pie que deriva en una fábrica de autos (es que nadie la supervisa?), esquivando la maquinaria, las grúas, los ganchos, las remachadoras, mientras pelean, y disparan con armas impresionantes en su especie de bolas de aire atómicas, acabando en una divertida situación (cuando la cadena de montaje termina un coche); La persecución por auto por las infernales autopistas de autos inteligentes, donde Anderton deberá saltar por vehículos a toda velocidad surcando las vías verticales (esto supera la razón, me hja sido de súper-héroe, por muy buenos sean los efectos visuales, este atropello a la realidad me ha sido como ver algunas secuencias similares de la saga “Star Wars”); Tenemos el brillante tramo en que Anderton está escondido en un piso tras haberse echo una operación, la policía lanza en el edificio especie de arañas que se cuelan bajo puertas para revisar el iris de los habitantes para discernir si está allí Anderton, ello filmado de modo cenital, saltando las diferentes estancias desde lo alto, seguramente inspirándose en la escena clímax de la scorsesiana “Taxi Driver”, con la cámara operando igual, con el suspense de cómo escapará el prota a este asedio, con ese gran momento burbuja (no quiero spoilear) y la reacción de la araña. Ello desplegando en las diferentes estancias que visitan los nano robots humor (esa pareja que pelean y se detiene al ver los ‘bichejos’, son auscultados, se marchan los ‘revisores’ y continúan su disputa como si nada); Tenemos un ingenioso tramo en que Anderton huye con una ‘Precog’ por un centro comercial y esta le da pistas sueltas (precognitivas) sin aparente importancia que le son vitales para escapar de sus perseguidores.

 

Pero todo esto bueno se ve lastrado por una situación de partida para mi chirriante, y es que todo se basa en tres personajes que predicen estos crímenes, y esto es tener que dar mucha licencia y me gripa el invento la cantidad de lagunas que genera esto. Ya desde un mundo que da pábulo de Ley a elementos sobre naturales cual Dogma de fe. Esto hubiera tenido mejor encaje tirando por ejemplo del sistema creado por Jonathan Nolan para su serie “Person of interest”, que se basaba en predecir crímenes mediante algoritmos y ciencias matemáticas, pero el de esta película es todo cogido con papel de fumar. La primera de las incoherencias es de base, pues como pueden predecir crímenes que no se producirán, pues estos agentes lo impedirán, por lo que predicen algo que no se dará; Porque este trio de hermanos solo predice asesinatos? Podrían entonces los criminales crear un sistema para herir gravemente y no matar? y los ‘precog’ no los detectarían. Podrían dejarte paralítico y estos ‘adivinos’ no lo detectarían? Predicen asesinatos instantáneos, pero y si son heridas mortales que producen la muerte tras varios días (por ejemplo) hospitalizado?; Porque esta agencia está solo en Washington DC? Es que las profecías de los ‘precog’ tiene sistema gps que les impide operar fuera de la metrópolis? Y si es así, los criminales les basta con llevarse a sus víctimas fuera del arco de detección; Elk que no haya asesinatos no quiere decir que no pueda haber actos criminales, como tráfico de armas o de drogas, y más con todas las lagunas (y alguna que me dejo) que tiene este sistema; Por cierto, se pretende ampliar el sistema a todo USA, y como lo harían? Como pueden los ‘precog’ adivinar lo que les queda fuera del radio de acción W.D.C.; Tiene más agujeros que un queso gruyere. Esto hace que cada vez que la cinta se apoya en la trama ‘precog’ cae por todos lados.

 

También es curioso como Spielberg parece (igual es solo mi impresión) criticar el mundo invasivo de la publicidad, con sus métodos agresivos de detectar quien eres a través de paneles publicitarios, pero a la vez es un hipócrita del ‘copón’, pues las marcas que aparecen en pantalla han pagado un ‘pastón’ por salir en el film, desde Lexus, Reebok, Nokia, The Gap, Guinness, American Express, Bulgari y Aquafina de Pepsi-Cola, entre otros. Lexus pagó 5 millones de dólares por salir con una versión (ficticia) futurista de uno de sus automóviles. Amén como parte del trato, también entregó un nuevo y brillante convertible Lexus SC 430 de $ 62,000 a Spielberg (se le preguntó al vicepresidente de marketing de Lexus, Mike wells: “Por qué Lexus invertiría todo ese dinero en ayudar a Spielberg a diseñar par de autos que nunca se venderán?, y este respondió: "Queríamos mostrarle al mundo que Lexus, como marca, se mantendrá firme en 50 años";  El fabricante de teléfonos Nokia gastó apx. $ 2 millones para diseñar los teléfonos futuristas que Cruise y otros usan en la película, según las fuentes (una marca que con el paso de los lustros ha pasado a ser muy secundaria en el mundo Smartphone).

 

Entre las taras cabe añadir el flashback que nos cuelan de Anderton con su hijo en una piscina, donde desapreció el niño, muy pasteloso e innecesario, propio del Spielberg dulzón y sensiblero. Por cierto, como en un mundo futuro no hay una investigación con las cámaras que debería haber en estos recintos? Y su final me ha resultado acomodaticio y poco inspirado, sin fuerza emocional alguna, incluso copiando al film “El fugitivo” con esa terraza en las alturas. Aunque esto puede variar si piensas en un pequeño detalle de una frase que puede hacer girar todo*.

 

El director de fotografía Janusz Kamiński filmó la película con película de alta velocidad en formato Super 35 para aumentar el grano general, que Spielberg prefirió al entonces emergente formato de video digital. El trabajo de cámara de la película es muy móvil, alternando entre tomas de mano y Steadicam, son "exageradas por el uso de lentes de gran angular y el ángulo de cámara bajo ocasional" para aumentar la percepción del movimiento. Las visiones de los pre-cogs se presentan en una serie fragmentada de clips que utilizan un dispositivo de "lente blanda", que distorsiona las imágenes, desenfocando sus bordes y creando ondas a través de ellos. Minority Report fue la primera película en tener un diseño de producción completamente digital. Denominado "previz", como abreviatura de previsualización (término tomado de la narrativa de la película), el diseñador de producción Alex McDowell dijo que el sistema les permitía usar Photoshop en lugar de pintores y emplear programas de animación 3D (Maya y XSI) para crear un escenario simulado, que podría llenarse con actores digitales y luego usarse para bloquear tomas por adelantado.

 

La música, como en el 99% de films de Speilberg es del maestro John Williams, adaptándose bien al tono de suspense de la obra, inspirándose en el Bernard Herrmann de Hitchcock, pero que no es de las que pasará al gran repertorio del compositor neoyorkino.

 

Spoiler:

 

Resulta que nos enteramos que son tres hermanos ‘precog’, pero a la hora de la verdad solo lo es ella, Agatha. Los otros dos son comparsas; Me ha sido un insulto a la inteligencia la forma tan fácil en que Anderton entra en la compañía ‘Precrime’ y se lleva a Agatha. Yo esperaba una infiltración tipo ‘Misión Imposible’ descolgándose por los techos, pero no, lo hace con sus antiguos ojos extirpados, primero es que menudos inútiles que son los de ‘Precrime’ al no haber eliminado de la base de pases ‘vip’ a Anderton, luego no pasa más filtros, solo llega, coloca los ojos de la bolsita y ya está, pero que medidas de seguridad de Mo4rtadelo y Filemón tiene en el futuro?; Luego que nos tengamos que tragar que los ojos extirpados son igual con el flujo sanguíneo que sin él (puaj!); No siendo bastante esto luego vemos a la ex mujer (creo) de Anderton infiltrándose de esta forma en la prisión de los ‘Precrime’, esto es una tomadura de pelo, aunque esta parte podría tener una doble lectura que daría un cariz mejor a la conclusión*.

 

Minority Report fue originalmente el título de un relato corto escrito por Philip K. Dick en 1956. Los guionistas Ronald Shusett (de Alien) y Gary Goldman (Golpe en la Pequeña China) pensaron en utilizar la historia como base para una posible secuela de Desafío total (1990, escrita también por Goldman). En ese tratamiento de guión, la acción se trasladó a Marte y los precogs se convirtieron en mutantes. La identidad del protagonista se cambió por la de Douglas Quaid, el personaje interpretado en la primera película por Arnold Schwarzenegger. Al final, el proyecto no salió adelante, pero los guionistas, que todavía eran los propietarios de los derechos del relato de Dick, reescribieron la historia apartándola del universo de Desafío total. En 1997, se contrató al novelista John Cohen para rehacer completamente el guión de cara a una adaptación cinematográfica que dirigiría el holandés Jan de Bont.  Tom Cruise tuvo acceso al guión y se lo propuso a Steven Spielberg, con quien quería trabajar desde hacía muchos años. Éste aceptó a condición de pulir la historia (para lo que trajo a Scott Frank, quien ya había firmado previamente el libreto de películas como El pequeño Tate, Morir todavía o Cómo conquistar Hollywood) y que tanto él como Cruise, en lugar de sus habituales salarios cobraran un porcentaje del beneficio, lo que permitiría mantener el presupuesto de la película por debajo de los cien millones de dólares. Al final, como suele suceder con los relatos de Philip K. Dick, hay muchas diferencias entre la historia original y la adaptación cinematográfica.

 

*El final positivo y ejemplarizante al que no pudo sustraerse Spielberg, probablemente no hubiera sido el elegido por Philip K. Dick (bastante diferente a lo que puede leerse en su relato). Se ha apuntado la interesante teoría de que el auténtico final de la película está escondido en la misma y no es lo que parece. Cuando Anderton es capturado y colocado en coma, el guardia declara: “Dicen que tu vida pasa frente a tus ojos, que todos tus sueños se hacen realidad”… Y eso es exactamente lo que sucede luego: escapa, vence al villano, se queda con la chica e incluso tiene otro hijo. Ergo, el final que se nos muestra no es más que una fantasía creada por la mente de un Anderton condenado injustamente a una eternidad de no-vida. Es algo mucho más acorde con el tipo de engaños y giros sobre los que Dick gustaba apoyar muchas de sus novelas y cuentos y que pueden resumirse en que las cosas no son lo que parecen (solamente en lo que a cine se refiere, podemos citar como ejemplos Desafío total, Infiltrado, Next, Blade Runner, Paycheck o Destino oculto). Probablemente no es lo que el optimista Spielberg tenía en mente, pero resulta interesante que la película pueda interpretarse de esas dos formas diametralmente opuestas (el triunfo de la voluntad humana o la ilusión del libre albedrío) sin dejar de resultar entretenida.

 

Se suponía que el proyecto de “Minority Report” era una secuela de la adaptación de Dick de 1990 Total Recall, protagonizada por Arnold Schwarzenegger. El novelista Jon Cohen fue contratado en 1997 para adaptar la historia a una posible versión cinematográfica que habría sido dirigida por el cineasta holandés Jan de Bont. Mientras tanto, Cruise y Spielberg, quienes se conocieron y se hicieron amigos en el set de la película de Cruise Risky Business en 1983, había estado buscando colaborar durante diez años. Spielberg estaba destinado a dirigir a Cruise en Rain Man, pero se fue para hacer Indiana Jones and the Last Crusade. Cruise leyó el guión de Cohen y se lo pasó a Spielberg, quien sintió necesitaba algo de trabajo. Spielberg no participó directamente en la escritura del guión, aunque se le permitió decidir si el guión de la película estaba listo para ser filmado. Cuando Cohen envió una revisión aceptable, llamó a Cruise y le dijo: "Sí, haré esta versión del guión". Spielberg se sintió atraído por la historia porque, como misterio y película ambientada 50 años en el futuro, le permitió hacer "una mezcla de géneros" que lo intrigó.

 

Cruise y Spielberg, ante la insistencia de este último, aparentemente acordaron tomar cada uno el 15% de los ingresos brutos en lugar de cualquier dinero por adelantado para tratar de mantener el presupuesto de la película por debajo de los 100 millones de dólares. Spielberg dijo que había hecho lo mismo con actores de renombre en el pasado con gran éxito: "Tom Hanks no recibió dinero en efectivo por Salvar al soldado Ryan, pero ganó mucho dinero con su participación en las ganancias".

 

Cuando Spielberg originalmente firmó para dirigir, planeó tener un elenco de apoyo completamente diferente. Le ofreció el papel de Witwer a Matt Damon, Iris Hineman a Meryl Streep, Burgess a Ian McKellen, Agatha a Cate Blanchett y Lara a Jenna Elfman. Streep rechazó el papel, Damon optó por no participar, y los otros papeles fueron modificados debido a los retrasos. Spielberg también ofreció el papel de Witwer a Javier Bardem, quien lo rechazó.

 

El rodaje tuvo lugar en Washington, DC, Virginia y Los Ángeles. Los lugares de rodaje incluyeron el Edificio Ronald Reagan (como sede de PreCrime) y Georgetown. El horizonte de Rosslyn, Virginia, es visible cuando Anderton sobrevuela el río Potomac. Una toma rápida de Indian Field Creek, que cruza Colonial Parkway en Yorktown, Virginia, se ve cuando John lleva a Agatha a la casa de su esposa. La ubicación de la pequeña isla inexplorada en la última toma de la película es Butter Island en North Haven, Maine, en Penobscot Bay. Aunque tiene lugar en un mundo futuro imaginado de tecnología avanzada, Minority Report intenta incorporar una descripción más "realista" del futuro. Spielberg decidió que para ser más creíble, el escenario debía mantener tanto elementos del presente como aquellos que los especialistas esperaban que vendrían. Así, Washington, DC, tal como se muestra en la película, conserva edificios conocidos como el Capitolio y el Monumento a Washington, así como una sección de edificios modernos al otro lado del río Potomac.

 

El equipo de dobles fue el mismo que se usó en Misión: Imposible 2 de Cruise, y fue responsable de escenas de acción complejas. Estos incluyeron la escena de persecución en la fábrica de automóviles, filmada en una instalación real utilizando accesorios como un robot soldador, y la pelea entre Anderton y los oficiales vestidos con mochilas propulsoras, filmada en un escenario de callejón construido en el lote del estudio Warner Bros.

 

Industrial Light & Magic hizo la mayoría de los efectos especiales, mientras que PDI/DreamWorks fue responsable de los robots Spyder. La empresa Pixel Liberation Front hizo animaciones de previsualización. Las proyecciones holográficasy las instalaciones de la prisión fueron filmadas por varias cámaras itinerantes que rodeaban a los actores, y la escena en la que Anderton se baja de su automóvil y corre a lo largo de los vehículos Maglev se filmó con accesorios estacionarios, que luego fueron reemplazados por vehículos generados por computadora.

 

Diferencias en la trama: ‘La historia de Philip K. Dick solo te da un trampolín que realmente no tiene un segundo o tercer acto. La mayor parte de la película no está en la historia de Philip K. Dick, para disgusto de los fanáticos de Philip K. Dick, estoy seguro’—  Steven Spielberg, junio de 2002

 

Como la mayoría de las adaptaciones cinematográficas de las obras de Dick, muchos aspectos de su historia cambiaron en su transición al cine, como la incorporación de Lamar Burgess y el cambio de escenario de la ciudad de Nueva York a Washington, DC, Baltimore y el norte de Virginia.  El personaje de John Anderton se cambió de un anciano calvo y fuera de forma a un oficial atlético de unos 40 años para adaptarse a su retratador y las escenas de acción de la película. La película añade dos historias de familias trágicas; la de Anderton, y la de los tres pre-cogs. En el cuento, Anderton está casado y no tiene hijos, mientras en la película es el padre divorciado de un hijo secuestrado, probablemente haya fallecido. Aunque está implícito, pero no está claro en la película si Agatha está relacionada con los gemelos pre-cogs, su familia quedó destrozada cuando Burgess asesinó a su madre, Anne Lively. Los precogs eran individuos intelectualmente discapacitados y deformados en la historia, pero en la película, son descendientes genéticamente mutados de drogadictos. El futuro asesinato de Anderton y las razones de la conspiración cambiaron de un general que quiere desacreditar a PreCrime para recuperar algunos fondos militares, a un hombre que asesinó a la madre de un precog para preservar PreCrime. Los asesinatos posteriores y la trama se desarrollaron a partir de este cambio. El final de la película también difiere del de la historia corta. En la historia de Dick, Anderton evita el cierre de la división PreCrime, sin embargo, en la película, Anderton provoca con éxito el fin de la organización. Se actualizaron otros aspectos para incluir la tecnología actual. Por ejemplo, en la historia, Anderton usa una máquina de tarjetas perforadas para interpretar las visiones de los precogs; en la película, usa una interfaz de realidad virtual.

 

Sumando lo bueno y lo malo, me da un interesante producto, que brilla en su ritmo (aunque se estura demasiado en su rush final), su composición del mundo futuro y algunas buenas escenas de acción. Gloria Ucrania!!!


domingo, 26 de junio de 2022

 


THE NORTHMAN.


Fallido, que no malo (ni mucho menos) film al que he acudido con muchas esperanzas, pues tiene a un director a los mandos, Robert Eggers,  del que me fascinó su último trabajo “El faro” (2019), ahora con mucho más presupuesto, tiene una historia con mucho potencial sobre venganzas (Algo que siempre da mucho juego según se encare), tiene un referente literario en la icónica “Hamlet” de Shakespeare (alusiones ingeniosas al príncipe danés creado por el Bardo de Avon, como la escena en que se le presenta a Amleth el cráneo de un bufón muerto hace tiempo [Willem Dafoe]), tenemos al veterano productor Arnon Milchan (lanzando obras de Martin Scorsese, Terry Gilliam, Ridley Scott, o David Fincher), tiene un fenomenal elenco interpretativo en el protagonista sueco Alexander Skarsgård (también produce, siendo uno de los impulsores del proyecto; lástima que esto no lo refleje en una actuación con algo de emoción dimensional, parece un  sucedáneo de su actuación de Tarzán), la australiana Nicole Kidman (que se ha hecho en la cara esta mujer? Tiene un buen momento cuando cuenta la ‘verdad’ a su hijo, resto inane), el danés Claes Bang (maravilloso en la serie “Dracula”, aquí no da mucho), la floridana Anya Taylor-Joy (me ganó para su causa desde la serie “Gambito de dama”, pero aquí no es más que un complemento amoroso sin chispa del prota)), el texano Ethan Hawke (con más fama que expresividad), la islandesa Björk (hacía 17 años que no aparecía en cine) y el de Wisconsin (no sé cómo es el gentilicio de allí) Willem Dafoe (siempre magnífico, en este caso se nota divirtiéndose en su extrovertido rol de brujo), tenemos un escenario majestuoso en Islandia (aunque casi toda está filmada en Irlanda del Norte) nada menos que en la salvaje época vikinga, esto realzado la labor del tándem en la fotografía de Jarin Blaschke, y los directores de arte Craig Lathrop y Robert Cowper, que en su miscelánea me cuasi-hipnotizaron con “El Faro”, posee una imaginería mística brillante sobre el mundo vikingo, que bulle en la mente de los personajes, con brujas, demonios, espadas mágicas (cual Excalibur), y ese gusto por los animales de Eggers, aquí explayado en manadas de lobos (le llevan su arma de Elegido) y cuervos (cruciales tras la Pasión vikinga).

 

Pero al final todo me ha sido mejor por partes que en conjunto, pues la cohesión narrativa es irregular, resulta una suma desequilibrada de escenas unas mejor que otras. Una película que en su devenir llega a resultar alargadísima, llega sin aliento a su tramo final. El guión lo escribió el director junto al poeta islandés Sjón (Sigurjón Birgir Sigurðsson), basándose en la leyenda de Amleth, príncipe vikingo que emprende una búsqueda para vengar el asesinato de su padre. Escrita originalmente por el historiador danés Saxo Grammaticus, conocido como la inspiración directa de Hamlet de William Shakespeare. Eggers citó Poetic Edda, Prose Edda, Egil's Saga, Grettir's Saga, Eyrbyggja saga y Saga of Hrolfr Kraki como influencias adicionales, también reconoció a Conan el Bárbaro como una fuente de inspiración.

 

Se abre en el reino ficticio de Hrafnsey donde el rey Aurvandill (Ethan Hawke) regresa de una campaña de conquista a su esposa Gudrún (Nicole Kidman) y su hijo de 10 años Amleth (Oscar Novak). Aurvandill introduce a su hijo en el rito iniciático para ser rey, para ello se inspiran en el Lobo, aúllan, se tiran pedos y eructan (¿?). Pero el Rey es asesinado por su tío Fjölnir (Claes Bang), el joven príncipe Amleth huye y adquiere la forma anabolizante (ello mediante una elipsis torpe, pues saltamos del niño que huye en solitario en un bote por mar abierto a un salto temporal en que es un guerrero ‘Berserker’) de Alexander Skarsgård, regresando años después para vengar la muerte de su padre, rescatar a su madre Gudrun (Nicole Kidman) y reclamar su reino. Encontrando en su camino a la bella esclava Olga (Anya Taylor-Joy).  

 

Un relato cargado de atavismo, de salvajismo, de gore (con desmembramientos, mutilaciones [ingenioso lo de la punta de la nariz, aunque lo vi hace poco en una cinta japonesa de 1972 [Kozure Ôkami: Sanzu no kawa no ubaguruma], evisceraciones, decapitaciones, piras humanas, etc). Una epopeya nórdica que sale de las entrañas de las bajas pasiones, de la brutalidad normanda, del instinto de supervivencia. Donde Eggers potencia lo de dar más sentido estético en detrimento de una historia sólida y compleja que nos arraigue, cayendo en los tópicos del sentido masculino-animal-testosterónico de la vendetta, en lo tóxico de esta meta, y lo malo es que ello sin dilemas morales, los personajes no dudan, hacen lo que dictan sus instintos y punto, aquí se dejando de lado las reflexiones sobre lo alienante de los ciclos revanchistas. En este sentido todo es muy plano, a la par que simple, súmese que no hay giros, ni sorpresa alguna (más allá de una revelación que hace la Reina y que tiene el efecto dramático del zero). Esto conlleva que estos arquetípicos personajes me resulten distantes, desde ese Amleth hermético y gélido, siempre con el rostro de estreñido, no parece poseer sentimientos es un témpano de hielo, una mole de músculos sin grietas. Esto provoca que el impacto anímico que debería haberme hecho sentir el final me resulte nulo.

 

Tras huir Amleth en bote, cortamos a verlo de mayor en medio de un grupo de Berserker vikingos (no se sabe dónde) que se disponen a asaltar una aldea, ello visto en un extraordinario plano-secuencia, saltan sus muros y masacran a los pobres lugareños, con una brutalidad desmedida, la sangre salpica por todos lados, ello en una colosal coreografía de movimientos de los guerreros en conjunción con la cámara. Ello para bañarnos en el mundo darwinista en el que vive este protagonista, donde Amleth es un amasijo de músculos sin más motor que sus reacciones primarias  de fuerza, lejos del tipo culto en que se (dice) inspiró Shakespeare para su Hamlet; Tras esto Amleth tendrá un proverbial encuentro con una (una turbadora Björk) vidente ciega (cual el de la serie “Vikings”, también ciego, como reflejo que esa tara física atomiza ese sexto sentido) que le profetiza su destino es vengar el asesinato de su padre en un lago de fuego con una espada de acero mítico. Tenemos un plan bastante cutre de enrolarse en un barco de esclavos, dodne nadie nota que hay un uno más, total, es pequeño el tipo. Tras esto resulta que pasamos de lo que esperábamos era un Hombre contra un Rey y su gran reino, a que en realidad, este Rey del que vengarse ha tornado en un reyezuelo caricaturesco (lo han echado del reino del padre)  que posee una asquerosa aldea exiliado en la inhóspita Islandia; Entonces la cinta entra en un ritmo lentorro, donde no se entiende el comportamiento de Amleth, que teniendo tropecientas oportunidades de matar a su tío Fjölnir prefiere esperar por no se sabe qué. Asistimos a algunas escenas que intentan transmitir el costumbrismo del tiempo y lugar. Amleth tiene enfrentamientos con el arrogante hijo adulto de Fjölnir, Thórir (Gustav Lindh), en escenas más manidas que los pechos de una porn-star.

 

Allí sin saberse porque inicia una especie de Revolución por liberar a los esclavos, se supone él ha pasado de heredero al trono a aterrador berserker y de ahí a vengador impenitente, y no sabemos cuándo ha germinado en él ese sentimiento. Y comienza una carnicería cual fantasma nocturno contra la gente del Rey (que más bien son poquitos), con momentos tan grotescos como el ‘cuadro’ abstracto de partes de cuerpos en una cabaña, o la risible secuencia de las autolesiones. Nos cuelan una competición un tanto inverosímil para acentuar el salvajismo de esas gentes. Nos meten con fórceps un romance que se da por imperativo del guión, pues la química entre Taylor-Joy y Skarsgård es bastante escaso para provocar empatía, por mucho que nos metan una escena sexual idealizada, que realmente chirría en este relato. Hay tramos oníricos sobre la cultura vikinga. Todo se me hace estirado, para con mucha situación incoherente, para desembocar en un rush final atropellado, donde Amleth parece haberse convertido en Thor (cambiando el martillo por su espada) donde nadie le hace sombra y cual Robocop acaba con el que se le pone en frente. Para desembocar en el clímax profetizado (no creo nadie sospechara otra cosa), un pasado de vueltas montaje de un duelo a espada en la falda de un volcán en erupción, con sus ríos de lava por medio, rodado cual juego de sombras chinescas, original? Pues no! A todo cinéfilo le vendrá a la mente el enfrentamiento entre Darth Vader y Obi Wan Kenobi en “Star Wars: La venganza de los Sith”. Para acabar al modo Vikingo con un caballo alado surcando el espacio sobre un haz de luz hacia el Valhalla.

 

Pues todo esto me ha sido muy monocorde en su desarrollo, lineal, siéndome el protagonista una cuasi-caricatura del Iñigo Montoya de “La princesa prometida” (1987), que ya era una parodia de los personajes vengativos (‘Hola, me llamo Íñigo Montoya. Tú mataste a mi padre. Prepárate a morir’, era su mantra).

 

Las mujeres aquí son meras muletas de los protagonistas y sus motivaciones. Solo la reina escapa por unos segundos en una escena  este cliché, pero esto no puede contrapesar al nadería que son el resto del metraje.

 

Por supuesto que el brillo en la puesta en escena está ahí. Con la magnífica labor en cinematografía de Jarin Blaschke embelleciendo los salvajes lares que vemos remotos cual fin del mundo en tono grisáceos apagados, donde nada es sol, o con ese travelling del ataque berserker a la aldea en plano único; La estupenda edición de Louise Ford (“La Bruja” o “El Faro”); La música étnica épica de Robin Carolan y Sebastian Gainsborough, adornado por toques celtas de gaitas; Pero todo esto acentuar la pretenciosidad de una historia que no puede cubrir su calidad interior.

 

La ​​mayor parte del rodaje tuvo lugar en Irlanda del Norte. El pueblo del rey Aurvandill se construyó en Torr Head, en la costa del condado de Antrim, mientras la granja de Fjölnir se construyó en Knockdhu, cerca de Larne. Las escenas en la Tierra de la Rus se filmaron en Portglenone , Clandeboye Estate, Shane's Castle y en el río Bann. La cantera de Hightown, en las afueras de Belfast, representaba el volcán Hekla, donde tiene lugar la lucha climática de la película. Se filmaron breves secuencias en Islandia en el glaciar Svínafellsjökull y la ciudad de Akureyri.

 

Spoiler:

 

Todo el plan meticuloso revolucionario de Amleth (sin motivación alguna orgánica) se viene abajo con ese modo torpe de él de echarse encima de varios guerreros de Fjölnir, pues este tiene a Olga presa. Y tras serle dada una paliza a Amleth para sonsacarle donde tiene el corazón del hijo, lo dejan en el establo sin vigilancia y con la Espada (¿?) ‘mágica’ a su lado, esto es propio de una parodia.

 

El encuentro de Amleth con su madre Gudrún, con él destapando quien es realmente. Ella le espeta que fue la impulsora de la muerte del marido por no quererlo ya amar a su hermano Fjölnir. Ella le sugiere entonces mediante una seducción incestuosa matar a Fjölnir (‘Que espada más grande’, le dice ella ¿?), y hacerse con el trono. Pero que trono? Si son su supuesto reino es la posesión de unas tierra avernales pobladas por unos poquitos pastores? No estaba enamorada ella de Fjölnir? Un despropósito tras otro sin sentimiento de vergüenza! Pero es que esta revelación debería haber removido el mundo interior vengativo de Amleth y le provoca la nada más absoluta, tremendo. Como no le supone nada atravesar a su madre con la espada, ningún trauma; Como no le afectan las puñaladas de su hermanastro en la espalda, un insulto a la razón!

 

Clímax: En la falda del volcán escupiendo ríos de lava, Amleth y Fjölnir tienen su duelo testosterónico, más falso que un euro de madera. Terminan con la muerte de ambos, Amleth le corta la cabeza de cuajo y Fjölnir le raja el pecho (o eso parece). Entonces Amleth tiene la visión de una Valkiria en caballo blanco alado por un haz de luz hacia el Valhalla.

 

El arqueólogo Neil Price en la Universidad de Uppsala, el folclorista Terry Gunnell de la Universidad de Islandia y la historiadora vikinga Jóhanna Katrín Friðriksdóttir sirvieron como asesores históricos en la película.

 

Cuando las expectativas son tan altas la decepción es mayor. Gloria Ucrania!!!

viernes, 24 de junio de 2022

 

Si muero antes de despertar

 

Uno de los motivos por los que me gusta el cine es porque nunca deja de poder sorprenderme para bien, y este film argentino es buena prueba de ello, visto con motivo del 70 aniversario de su estreno (11/03/1952), me encuentro un notable film de terror gótico, un incisivo cuento infantil de miedo, con efluvios claros a los ‘Hansel & Gretel’ (aquí las migas de pan tornan en marcas de tiza), ‘Caperucita Roja’ o ‘El Hombre del Saco’, y que no me extrañaría influenciara a cineastas como Charles Laughton para su obra maestra “La Noche del Cazador” (1955) o Ladislao Vajda con su “Cebo” (1958). Dirigida por el por mi desconocido (a partir ahora me pongo a rebuscar en su filmografía) dirigida por Carlos Hugo Christensen que adapta el guión del asturiano Alejandro Casona basado en un cuento del neoyorkino Cornell Woolrich (William Irish), para un mágico relato que se enfoca desde la perspectiva núbil infantil, todo lo que vemos nos es filtrado por la inocencia del niño protagonista, epítome de todos los que son y lo hemos sido (inquieto, juguetón, travieso, soñador, imaginativo, que observa a los mayores con resquemor en su autoritarismo rígido). Thriller epidérmico que engancha desde el primer minuto en sus redes de candidez donde se mezcla el mundo de los niños con la trastienda de la maldad adulta más sangrante como es la pederastia (que no se nombra en la película, pero es notoria) y los infanticidios, ello con un halo de fantasía, con mucha sutilidad en el simbolismo (perturbadoramente diáfano la aparición en el rush final de una navaja que se despliega cual erección de pene), adornado por una banda sonora maravillosa de Julián Bautista con temas infantiles como nanas y cantos de coros que adornan de modo malsano los fotogramas

 

Lucio Santana (Néstor Zavarce en una sentida actuación), un travieso niño con padre policía, el Inspector Santana (buen Floren Delbene), y madre ama de casa (correcta Blanca del Prado) que asiste a una escuela pública, donde el director (Enrique de Pedro) y hasta las distintas maestras (Virginia Romay y Marisa Núñez) se muestran inflexibles, soberbias o directamente autoritarias en el sentido de las sociedades tradicionales y su apego para con la rigidez moral y doctrinaria. El muchacho se hace amigo de una compañera estudiosa, Alicia Miranda (buena Marta Quintela), para que le convide unas golosinas que la chica recibe de un extraño sin nombre (Homero Cárpena), que la niña le hace prometer no dirá nada al respecto. También tendrá importancia en el relato otra niñita, Julia Losada (‘Screamqueen’ María A. Troncoso).

 

Todo esto atomizado por una fenomenal realización con fascinante sentido expresionista alemán, influenciado seguro por el Fritz Lang de “M, el Vampiro de Dusseldorf” (1931), gracias a la lóbrega fotografía en glorioso b/n de Pablo Tabernero, juagando de forma dramática con las luces y las sombras, con la semioscuridad, con los planos torcidos, con la cámara a baja altura para ser los ojos de los niños, creando un halo siniestro y amenaza constante por los fotogramas. Donde hay villano que se mueve entre lo velado y lo críptico, cual si surgiera de las entrañas del averno este Hombre del Saco (encarnado por Homero Cárpena) , que en realidad no es más que el reflejo deformado del mundo de los adultos, seres para los niños intransigentes y violentos en sus modos, epítome el adusto padre. Con el que el hijo tiene una relación cruda.

 

Tiene un comienzo turbador con una voz en off que marca el espíritu de cuento de hadas de terror de la historia ello en medio de imágenes festivas de niños, con un tiovivo en el centro cual símbolo de la puerilidad. Tras esta hábil presentación pasamos a un colegio donde un alumno travieso juega con las trenzas de la niña de adelante como pincel, tras esto hay un roce entre ambos que termina con una amistad, algo esto muy de los niños que comiencen su compañerismo tras una riña. La niña tiene chuches como piruletas y caramelos, que le cuenta al niño se los da un hombre. Y entonces ya sospechamos que es un depredador.  

 

En la primera parte del film asistimos al mundo del niño, como lo pasa en la escuela (sin mucho interés por los estudios), con los guardapolvos típicos, con peleas con otros colegiales (donde surgen palabras hoy políticamente incorrectas como ‘mariquita’), los estrictos profesores (reflejo del despotismo del poder, desde la visión infantil), donde hay un claro simbolismo de ver a los infantes a través de rejas y barrotes, cual si esta fuera su cárcel o la protección del exterior donde aguardan entre las sombras los ‘Ogros’. Asistimos a la religiosidad imperante cuando los niños recitan oraciones católicas, tenemos los juramentos infantiles (esos que comprometen más allá de la razón). En el hogar convive con un inflexible padre, y una dulce madre. Este contraste del mundo adulto con el de los niños, refleja la incomprensión y la barrera de incomunicación que hay entre las generaciones, como a los mayores cuesta de hacer caso de los menores. Exhibiendo también valores reaccionarios que los adultos intentan inculcar a los menores para que continúe, desde cómo se habla del honor (lo de guardar el secreto), la religiosidad como refugio (místico) de los desesperados, se nos muestra una educación paterno-filial basada en imponer la disciplina mediante la violencia física, se habla del infanticida como alguien al que echar encima a una turba linchadora vengativa. Vemos el mundo de los mayores como algo en que no alcanzas la satisfacción personal, no encuentras recompensa a tus esfuerzos (‘Sacrificarse toda la vida por los demás y cuando ya no puedes tenerte de pie, a morirte sin pena ni gloria en un rincón’, dice la madre del marido).

 

Añade el director una maravillosa escena de ensoñación pesadillesca de Lucio, reflejando con exuberancia visual el mundo retorcido de los niños, con un toque perverso, con un siniestro tiovivo que aparece tomar vida, con un espejo enrejado donde parece reflejarse el hombre del Saco, el recuerdo del juramento que Alicia le hizo hacer a él, con Dios de por medio, en consonancia con el temor a romper la Ley de Dios y su nombre en vano como pecado. Con una escalera hacia ninguna parte sinuosa, y de una montaña de pelotas de papel surge un brazo ofreciendo un chuche, lo que hace que Lucio grite de terror. Unos 140 segundos con claras reminiscencias al Dalí de la hitchcockiana “Recuerda” (1945). .

 

El rush final resulta electrizante, un gran culmen a todo lo visto, donde las sensaciones se agudizan en su expresionismo alemán con esa escapada valiente (afrontando sus temores) de Lucio por encontrar a la desaparecida siguiendo el rastro poético de las tizas de colores, una travesía tensa que gran clímax.

 

Spoiler:

 

Llegando al zenit con Lucio hallando en la casa del horror a la raptada, está amordazada y atada. La repone, y esta, presa de la tensión grita, y cuando huyen se encuentran al Hombre del Saco, el Ogro. Este entusiasmado comenta que tiene a dos por el precio de uno, Lucio le da una patada que le hace caer, se parapetan en una habitación, el Ogro entra y Lucio llama a su padre, el ogro dice que su padre no le ayudará, y este le pregunta que quien le salvará ahora, entonces Lucio le dice que Dios y la niña se pone a rezar, el Ogro le da un guantazo y Lucio la defiende, lo tira al suelo el malo, y este saca una navaja que abre (el comentado momento alegoría erección), la cámara da un primer plano de la cuchilla brillando, y el hombre del Saco le pregunta que donde está su Dios ahora, y justo entonces se oyen las sirenas de la policía, tras lo que se enfrenta Lucio a él, pelea, le muerde la muñeca, hasta que el malo lo lanza al suelo y se golpe con la pared y queda inconsciente, acto seguido escuchamos golpes, y vemos al padre de Lucio dando de puñetazos al Ogro, otro policia le para, entonces Santana mira a su hijo vahído, la imagen se diluye y ya lo vemos acostado en su cama, se incorpora con su padre a su lado, los dos se miran con gran cariño, el padre con su medalla del ascenso a inspector de primera, que coloca a su hijo en señal de orgullo, los dos se abrazan y final.

 

 

El negativo original de este filme, en avanzado estado de descomposición, estaba en la colección Turner, donada al INCAA en 2012, por lo que la mayor parte del faltante del negativo fue completada por la especialista Marina Coen partiendo de una copia positiva incompleta en tanto un fragmento del sonido e recuperó de una copia en 16mm conservada por la Filmoteca Buenos Aires. La Film Noir Foundation financió el tiraje de un nuevo master de preservación para salvaguardar el filme en su formato original.

 

El sustrato bien disruptivo de Si Muero Antes de Despertar, literalmente metiéndose con el doble tabú social de la violencia contra los chicos y una pederastia tácita, acrecentaron los problemas que Christensen ya arrastraba con los entes de censura e instituciones públicas similares y por ello, después del estreno de María Magdalena (1954), decide partir hacia el extranjero en un recorrido itinerante que lo llevaría a ser alienígena en Chile, Venezuela, México y Brasil, este último el país donde se asentaría y desarrollaría el resto de su carrera empezando por Asesinos (Mãos Sangrentas, 1955) y finiquitando de la mano de La Casa de Azúcar (A Casa de Açúcar, 1996), obra surgida de un cuento de Silvina Ocampo que quedó inconclusa debido a que fue financiada dentro de los acuerdos culturales de coproducción del Mercosur al punto de que cuando falleció el realizador, en 1999 a los 84 años de edad, todavía estaba en postproducción, en suma un episodio más de las múltiples peripecias de una trayectoria que abarcó desde un documental sobre Edson Arantes do Nascimento alias Pelé, El Rey Pelé (O Rei Pelé, 1962), y una adaptación de un cuento de Jorge Luis Borges, La Intrusa (A Intrusa, 1979), hasta un par de clásicos del cine brasileño de horror, La Mujer del Deseo (A Mulher do Desejo, 1975) y Enigma para Demonios (1975).

 

Christensen llevó unos relatos de William Irish a los Estudios San Miguel y allí aceptaron filmarlos con la condición de que el propio realizador se ocupara de tramitar los derechos, por lo que voló a Nueva York y los logró por poco dinero. La adaptación se encargó a Alejandro Casona, un dramaturgo español exiliado en Buenos Aires desde el fin de la Guerra Civil, con la intención de filmar un largometraje en tres episodios, pero luego se vio que uno de ellos quedó demasiado largo, por lo cual se rodó una película separada titulada Si muero antes de despertar que se estrenó un poco antes, en tanto los otros dos integrarían No abras nunca esa puerta.

 

Exteriores rodados en el barrio bonaerense de San Isidro.

 

Es un relato que demuestra que la simpleza y sencillez pueden dar soporte al ingenio en la realización para regalarnos una sólida obra de terror. Gloria Ucrania!!!

 

 



Batman Returns


Decepcionante secuela del superhéroe (basada en el personaje de DC Comics Batman de Bill Finger y Bob Kane) que tres años antes había llevado a la pantalla el mismo Tim Burton (produce y dirige) con mayor éxito de calidad. La he revisionado 30 años después de su estreno (16/06/22), y la película me ha resultado aun peor que la última vez que la vi. Un guión de Daniel Waters (“El Gran Halcón”), basándose en una historia propia y de Sam Hamm (“Batman”), es un batiburrillo inconexo de tramas que se dispersan de forma caótica por los fotogramas, donde Burton se nota más a gusto creando cuadros expresionistas que desplegando un relato atractivo, ello por mor de la fotografía de Stefan Czapsky (“Eduardo Manostijeras” o “Ed Wood”), que precisamente se me ha hecho más mundana y plana que en la anterior de Roger Partt. Pero es que ni tan siquiera el gran maestro de la música Danny Elfman (“Los Simpson” o “Pesadilla antes de navidad”) me ha resultado especialmente llamativo, me ha sido rutinario en sus pomposas melodías.  

 

Protagonizada por el mismo Michael Keaton que la primera, y pareciendo un invitado a su propia película, pues su peso resulta de secundario, y es que esto ahonda en la sensación de que a Burton le llega a sobrar Batman en un film con homónimo título, un sosainas monocorde y blandito, más plano que el encefalograma de Tutankhamon; Le acompañan el mismo que hace de criado en la anterior, el cumplidor Michael Gouch; y ahora en vez de un súper-villano cual era el carismático Joker al que dio vida un descacharrante Jack Nicholson, aquí le asisten nada menos que tres, demasiado malos para tan poca historia. A los que dan vida los grandes Danny DeVito como el Pingüino, personaje maravilloso en su caracterización física grotesca (creación del gran Stan Winston: “Eduardo Manostijeras” o “T2”; en miscelánea con el fenomenal maquillaje de Ve Neill: “Ed Wood” o “Piratas del Caribe”) , adolece del arsenal de frases punzantes de su espejo Joker, falto de alma para dar replica al recuerdo de Nicholson (solo se le acerca en la escena del mini-batmovil): No ayuda un arco de desarrollo estrambótico pasando de un lado al otro de sus planes sin pies ni cabeza; tenemos al maravilloso Christopher Walken como Max Schreck (claro guiño al nombre del protagonista de la mítica “Nosferatu” de Murnau de 1922), en un papel de malo malísimo que representa al capitalismo que mete sus zarpas en la política, manejando en la sombra elecciones para marionetizar a los mandamases, papel sin personalidad alguna, hecho con el mando a distancia, y pareciendo cansado, no ayuda que su rol sea bastante difuso en su comportamiento; Y tenemos a la que si saca provecho de su actuación, una espectacular Michelle Pfeiffer, que a sus 34 esplendorosos años irradia sensualidad en su doble papel de antagonista de Batman con su Catwoman, hermosa de pusilánime secretaria y fulgente cañón sexual ataviada con el ceñido hasta hacerse piel traje negro de látex, (sueño húmedo idealizado de una dominatrix atomizado en el libidinoso lametón a Batman), arrolladora, ella es la que hace que la cinta tenga interés, sus apariciones como gatita pícara son sensacionales, su forma de manejar el látigo, sus duelos con Batman son tremendos en como lo hace desaparecer aunque esté ahí. Un símbolo del empoderamiento femenino como una fulgente femme fatale, una manipuladora de hombres, que seduce con su sexy tono de voz. Lo malo es la nula química con Batman, sus ententes son sufles anticlimáticos, sobre todo por las expectativas, en el potencial de dos seres que en sus traumas requieren de un disfraz para sacar a relucir su Yo interior, pero cero bajo cero;

 

Un enfoque duro y oscuro que quiere imprimir el director ya de desde su comienzo con reminiscencias bíblicas (que luego el guión retomara en su rush final con el plan villanesco de acabar con todos los primogénitos de la gran ciudad, cual Día de los Santos inocentes) con esos padres (Paul Reubens, actor fetiche de Tim Burton como Pee-wee Herman) que tras tener un bebé, deciden, ante lo grotesco de su físico (que no llegamos a ver) tirarle al río de un parque, nada menos que en Navidad (jugando Tim con los contrastes) y vemos como su cuna (cual Moisés) flota por las aguas corriente abajo, pero a diferencia del líder de los judíos, cae a las alcantarillas de Gothan, y entonces navega por aguas podridas, y allí es rescatado por pingüinos (de donde han salido estos? Qué más da!). Esto acentuado por una ciudad siempre de noche, oscura, brumos, de arquitectura entre el art déco y las construcciones propias del fascismo, siendo todo filmado en interiores (y eso es un grande defecto, pues todo me resulta más falso que un euro de madera), trasladándome la impresión de estar dentro de un parque de atracciones que en una, todo muy artificioso, sin naturalidad alguna, muy adusto, manufacturado, una suma de viñetas sin apenas gracia (menso cuando está en pantalla Catwoman).

 

Queriendo ser claustrofóbica la ambientación me ha sido falsa, imposible de entrar en ella, carente de vida. Una película que le pasa lo peor, y es que aburre y se hacen eternos sus extensísimos 126 minutos de duración. Los mantras sombríos burtonianos mezclados con su gusto por lo circense están ahí, con esos freaks y enmascarados, está la atmósfera tétrica, están los elementos distorsionados (como la canastita de bebé que sirve de bote, el pato flotador gigante, el mini-batmovil manejado por un juguetón Pingüino [en su mejor momento], los payasos asesinos, pingüinos-bomba, parque de atracciones abandonado, etc), pero todo esto resulta amontonado y termina por saturar por su falta de sentido orgánico. Llegando a importarme un bledo lo que les pase a los protagonistas, en su rush final ya he desconectado, a lo que ayuda sobremanera el atropello que se sucede en estos minutos caóticos.  

 

Bo Welch, colaborador de Burton en Beetlejuice y Edward Scissorhands, reemplazó a Anton Furst como diseñador de producción (Las calles de Gotham City usan la antigua Brownstone Street y Hennessy Street en el backlot de los Warner), ya que Furst no pudo regresar para la secuela debido a obligaciones contractuales con Columbia Pictures (estaba trabajando en lo que sería su último trabajo acreditado antes de su suicidio, Despertares). Welch combinó la "arquitectura fascista con la arquitectura de la feria mundial " para Gotham City. También estudió arquitectura rusa y expresionismo alemán. Una doncella de hierro se utilizó para la entrada de Bruce Wayne en la Baticueva. Stan Winston, que trabajó con Burton en Edward Scissorhands, diseñó el maquillaje protésico de Danny DeVito, cuya aplicación tardó dos horas. DeVito tuvo que poner una combinación de enjuague bucal y colorante alimentario rojo/verde en su boca "para crear una textura grotesca de un exudado extraño".

 

El vistoso vestuario es creado por Bob Ringwood (“Excalibur” o “A.I.”), creó más de 60 Catsuits de látex para el rodaje de seis meses a $1,000 cada uno. El concepto inicial del diseño provino de Tim Burton, imaginó un gato de peluche con las costuras deshilachadas. ​​El prototipo fue creado alrededor de un cuerpo moldeado de Pfeiffer para que se ajustara exactamente a ella, y se pintó con goma de silicona blanca para imitar las puntadas. ​​Era extremadamente ceñido y muy laborioso de poner. Michelle Pfeiffer tuvo que cubrirse con polvos de talco para encajar en el traje, que a su vez fue cepillado con silicona líquida en cada toma para darle brillo. Pfeiffer podía usar el traje de 12 a 14 horas seguidas, excepto en las pausas para el almuerzo cuando se lo quitaban, que era su única oportunidad de usar el baño durante la jornada laboral.

 

Los efectos visuales fueron de Michael Fink, junto a los efectos especiales supervisados por Chuck Gaspar, donde los murciélagos estaban completamente compuestos por imágenes generadas por computadora, ya que se decidió que dirigir murciélagos reales en el set sería problemático. El "ejército de pájaros" de Penguin era una combinación de CGI, criaturas robóticas, hombres con traje e incluso pingüinos reales. Los títeres robóticos de pingüinos fueron encargados por Stan Winston. En total se utilizaron 30 pingüinos africanos y 12 pingüinos rey. Se usó un efecto de miniatura para los exteriores de Cobblepot Mansion en la escena inicial y para Wayne Manor. Se utilizó el mismo método para el Bat Ski-boat y las tomas exteriores del zoológico de Gotham.

 

 

 

En los primeros guiones, Max Shreck era el "niño de oro" de la familia Cobblepot, mientras que The Penguin era el forastero deforme. Resultó que Shreck sería el hermano perdido del Pingüino. Max Shreck también fue una referencia al actor Max Schreck, conocido por su papel como el Conde Orlok en Nosferatu.

 

Annette Bening fue elegida como Catwoman después de que Burton viera su actuación en The Grifters , pero se retiró debido a su embarazo. Raquel Welch, Jennifer Jason Leigh, Madonna, Ellen Barkin, Cher, Bridget Fonda, Lorraine Bracco, Jennifer Beals y Susan Sarandon competían por el papel. Sean Young, quien fue elegido originalmente para Vicki Vale en la película anterior creía que el papel debería haber sido para ella. Young visitó las oficinas de producción vestida con un disfraz de Catwoman hecho en casa y exigió una audición. Burton no estaba familiarizado con el trabajo de Michelle Pfeiffer, pero se convenció de elegirla después de una reunión. Pfeiffer recibió un salario de $3 millones, $2 millones más que Bening, y un porcentaje de la taquilla. La ​​actriz tomó lecciones de kickboxing para el papel y entrenó con un experto para dominar el látigo. Kathy Long fue la doble de cuerpo de Pfeiffer. Sobre Danny DeVito Waters explicó: "Sabía que DeVito iba a interpretar al Pingüino. En realidad, no lo elegimos oficialmente, pero para un tipo pequeño y desagradable, es una lista corta. Terminé escribiendo el personaje para Danny De Vito".

 

Burgess Meredith (quien interpretó al Pingüino en la serie de televisión Batman de la década de 1960) fue elegido para un cameo como Tucker Cobblepot, el padre del Pingüino, pero cayó enfermo. El papel lo asumió Paul Reubens, que había trabajado con Burton en Pee-wee's Big Adventure.

 

Según la Supervisión en el set de la Asociación Humanitaria Estadounidense, los seis pingüinos emperador que actúan como portadores del cuerpo del pingüino al final de la película, eran personitas vestidas como pingüinos emperador.

 

La toma final de Catwoman mirando la batiseñal se completó durante la posproducción y no formó parte del guión de filmación. Después de que se completó Batman Returns, Warner Bros sintió que era mejor que Catwoman sobreviviera, guardando más caracterizaciones en una futura entrega. Pfeiffer no estaba disponible y se eligió un doble de cuerpo.

 

Film nominado a dos Oscar: Mejores Efectos Visuales y Mejor Maquillaje. Una secuela independiente, “Batman Forever”, fue lanzada en 1995, con Val Kilmer reemplazando a Keaton como Batman.

 

Tim Burton es un director que llevaba una trayectoria brillante con “Bitelchus”, “Batman” y “Eduardo Manostijeras”, demostrando un sello particular, un estilo expresionista gótico perturbador, pero aquí se nota que no quiso hacerla, que fue presionado por la Warner debido al gran éxito de la primera (la sexta más taquillera de la historia entonces), y esa desgana se nota demasiado en un film perezoso. Lo bueno es que se recuperaría con su obra maestra “Ed Wood”, la muy divertida “Mars Attacks”, la lóbrega “Sleepy Hollow”, la maravillosa “Big Fish” o la turbadora “Sweeney Todd”.  Gloria Ucrania!!!

domingo, 19 de junio de 2022

 


DRAGON RAPIDE. Juan Diego D.E.P. (28 de abril de 2022)

  

Con motivo de la reciente muerte del gran actor sevillano Juan Diego (28 de abril de 2022) me he visto este film dirigido y escrito por Jaime Camino, uno de los pocos que protagonizó este maravilloso intérprete. Me he encontrado una obra irregular en la recreación cuasi-documental de las dos semanas anteriores (el 4 y el 19 de Julio de 1936) al levantamiento militar contra la República de España en 1936. Fue un encargo de TVE en el 50 aniversario de la sublevación militar, y se nota y mucho que en el poder estaba el socialista Felipe González, y esto hace que la subvención desplace cualquier posibilidad de imparcialidad a unos hechos tan grises, pues en la vida nada es blanco y negro, y estos eventos aún más. Es una obra cuidada visualmente, con buena ambientación, con dramática cinematografía de Juan Amorós (“Esquilache” o “Los jinetes del alba”), jugando con la semioscuridad para dar trasfondo ácido, donde nunca vemos el sol brillar, con tonos macilentos, tenemos a unos muy buenos actores como esa pseudo-Lady Macbeth Vicky peña dando vida a la esposa del futuro caudillo, tenemos a un siempre racial Santiago Ramos como intermediario del Dragon Rapide, tenemos a un formidable Rafael Alonso como el (tendencioso) epítome de los medios de comunicación, y por supuesto al gran Juan Diego dando vida a Franco, metamorfoseándose en él increíblemente, sus gestos, mirada, pose, amaneramiento, su modo peculiar de hablar, lástima que por mor de lo panfletario se le haga caer en varios momentos grotescos y caricaturescos (lo del sastre preguntándole hacia donde carga; como se afeita el bigotito; o como lo lleva un soldado sobre los hombros en una playa para no mojarse [esto ya es pasarse en lo ridículo]). No es de extrañar que para el asesoramiento historiográfico tuviera a dos militantes socialistas como Román Gubern y al hispanista irlandés Ian Gibson, para que no haya dudas de la ‘objetividad’ (puaj!).

 

El origen del título de la película es el avión británico, ‘De Haviland’, que Franco viajó desde Las Palmas de Gran Canaria hasta Tetuán, en el Protectorado español de Marruecos, para convertirse él mismo en líder de la sublevación del 18 de julio de 1936. El general Franco está en Canarias y pide alquilar un Dragon Rapide en Londres para que le ayude a estacionarse en África. Siendo financiado por el magnate banquero Juan March (Pedro Del Rio), luego Luis Botín (Santiago Ramos) contrata un avión para ir a cazar leones en las montañas del Atlas cuando realmente su objetivo es transportar a Franco (Juán Diego, casado con Carmen Polo: Vicky Peña ) hacia Tetuán y encabezar el inminente levantamiento militar . Para ello cuenta con el apoyo de un nutrido grupo de soldados del Ejército Español de África.

 

Tenemos un buen lienzo de como el alzamiento se dio en comunión desde varios lugares de España, tenemos las dudas de Franco, tenemos como este es un cuasi-convidado de piedra en la preparación, físicamente arrinconado (por el gobierno y su temor a su poder) en una esquinita del mapa de España en Canarias. Pero todo lo bueno es saboteado, no sé si por pereza, por mediocres o por sectarismo. Pues vemos que va a haber un levantamiento militar y realmente no sabemos porque, parece sea pro combustión espontánea, no se habla prácticamente del clima pre-guerra civilesco reinante en el país, en la revolución comunista que carcomía España con apoyo del gobierno, no se habla de que Franco era un héroe popular por haber sofocado los levantamientos comuneros en Asturias, no se habla de que en Cataluña hubo un intento de independencia sofocado por las armas, no se habla de la quema de iglesias, de la toma de fincas por el populacho, no se habla de que la izquierda en las recientes elecciones no aceptó el resultado de las mismas. Y no digo yo que Franco tuviera razón, es que esto no es una historia de buenos y malos, aquí nadie era un santo. Al final Franco acabo siendo apoyado por Hitler y los republicanos pro Stalin, eso lo dice todo, los dos más sanguinarios genocidas del SXX ensayando sus armas de guerra para la que se venía encima en Europa (por cierto, Stalin y Hitler fueron aliados del 38 al 41). Las dos partes en su radicalismos acabaron devorando la Vaquilla (guiño a Berlanga) que era España.

 

El título del film es el del hidroavión De Havilland que transportaría al general insurgente desde Canarias a Marruecos en el acto decisivo e irreversible que daría pie a la rebelión militar. Franco es el eje de una narración subrayada cronológica y geográficamente que recorre cada uno de los diversos escenarios históricos: desde Londres donde el corresponsal de ABC Luis Bolin (Santiago Ramos) contrataría el avión hasta Casablanca, trama sobre la que giran elementos económicos de financiación a cargo del banquero Juan March (Pedro del Rio), pactos políticos como el del general Mola con los Carlistas, hasta la sublevación de Canarias.

 

La película para dar un sentido del mosaico de España incrusta dos sub tramas ficticias. Una es la referente a un periódico de izquierdas con un combativo redactor jefe encarnado por un gran Rafael Alonso, asistimos a como se pudo vivir la latente rebelión, como se investigaba periodísticamente, con una rama referente a un reportero al que da vida un sosainas Miguel Molina (da igual cuando diga esto), que solo está ahí para que véannos la crueldad de los ‘rebeldes’, y lo que es peor es el discursito que nos cuela el mencionado redactor jefe (enfangando su personalidad), cuando despotrica de todo el que no le baila el agua a sus ideas, ataca a los liberales, a los librepensadores, a los militares, arremete incluso contra la Iglesia que no se había mencionado durante el film, pero todo es bueno para el convento (las ideas izquierdistas más nauseabundas); la otra sub trama tiene que ver con los ensayos en el Palau de la Música Catalana, dirigidos por Pau Casals (persona que tiene todo mi respeto por su integridad demócrata, pues tras implantarse en Rusia el comunismo en 1917 rehusó tocar allí hasta que no hubiera democracia, así como también no quiso viajar a la Alemania nazi, por igual motivo) de una orquesta que prepara la 9ª Sinfonía de Bethoveen, un tanto maniqueo esto, pero que sirve como buen colofón al film, cuando Pau (Paz traducido al español) anuncia el alzamiento militar y con ello el choque civil, y entonces tocan “Himno a la alegría”, muy bonito recurso.

 

Aparece como se llevan a la fuerza a  José Calvo Sotelo líder del Partido Conservador (lo hacen unos guardias de asalto socialistas como respuesta furibunda al asesinato del socialista José del Castillo), pero no como lo asesina a sangre fría sin juicio, fue a unos 200 metros de su casa, en el camión al que subió engañado (sin mediar palabra el criminal socialista Luis Cuenca le pegó un tiro en la nuca), esto podría dar una visión de criminales a la izquierda (¿?). Pero sin embargo si aparece como matan a un periodista de modo gratuito y sin más sentido que ver a un camisa negra matando a un inocente. Ah, para compensar que no podemos ver como un execrable acto de terrorismo de estado el que se mate a Calvo Sotelo (en realidad Calvo Sotelo fue la cuarta opción del comando asesino, tras no encontrar a los anteriores pasaron a la infausta víctima), nos cuelan antes del rapto que planeaba varios asesinatos, en realidad en una justificación del magnicidio. Si era culpable de esto, que lo hubieran detenido, juzgado y si era culpable, sentenciado, pero no me cueles esta morcilla izquierdista. Por cierto, con este crimen va uno de los fallos del film, pues esto hizo que se adelantara el Alzamiento, con lo que se hable del día del mismo dos semanas antes es falso, pues hubo este acontecimiento que lo precipitó.

 

Tiene el punto original de mostrar a franco en la intimidad con su esposa Carmen Polo, pero lo hacen en un sentido bastante obvio shakesperiano, pues parece una recreación de Macbeth, donde ella empuja a tomar el poder de la rebelión al marido, y donde él se muestra flemático y sin apenas iniciativa. Muestra el ideario político de Franco, dejando entrever que jugó con instaurar la monarquía, pero callándose la realidad de querer ser él mismo el líder. Esto, que lo encarna muy bien Franco, es realmente una distorsión de la realidad para mostrar al gallego como pusilánime manipulable. Pues alguien que durante la guerra ganó todas y cada una de las batallas, alguien que supo driblar a Hitler para no entrar en la WWII, alguien que se mantuvo en el poder 36 años hasta su muerte, no podía ser el melifluo que vemos en pantalla, esto para la ficción queda bien, pero no para algo que se quiera ser catalogado de cine histórico. Y por supuesto, no es que yo simpatice con un dictador, es que para serlo hay que tener carácter fuerte, como ejemplo claro es el Hitler de “El Hundimiento”, no por ponerlo con arranques de furia es humanizarlo.

 

Los hechos reales: El gobierno republicano había estado tratando de destituir a los generales sospechosos de sus puestos, por lo que Franco (Juan Diego) fue relevado como jefe de personal y transferido al mando de las islas Canarias. Goded fue sustituido como Inspector General y hecho general de las Islas Baleares; Emilio Mola (Manuel de Blas) fue trasladado de jefe del Ejército de África a comandante militar de Pamplona en Navarra. Sin embargo, esto permitió a Mola dirigir la sublevación peninsular, aunque la relación entre él y los líderes carlistas era problemática. El general José Sanjurjo se convirtió en el testaferro de la operación y ayudó a llegar a un acuerdo con los carlistas. Mola fue planificador jefe y segundo al mando. José Antonio Primo de Rivera fue encarcelado a mediados de marzo para restringir a Falange. Sin embargo, las acciones del gobierno no fueron tan exhaustivas como podrían haber sido: las advertencias del Director de Seguridad y otras figuras no fueron atendidas. El 12 de junio, el Primer Ministro Casares Quiroga se reunió con el General Juan Yagüe, a quien se le acusa con razón de ser el autor intelectual de la creciente conspiración en el norte de África, pero el Tte. Coronel Yagüe (Damián Velasco) logró convencer a Casares de su lealtad a la república. Mola celebró una reunión entre jefes de guarnición en el norte de España el 15 de junio, y las autoridades locales, al enterarse de la reunión, la rodearon con Guardias Civiles. Sin embargo, Casares ordenó su retiro, diciendo que confiaba en Mola. Mola comenzó a planificar seriamente en primavera, pero el general Francisco Franco dudó hasta principios de julio, lo que inspiró a otros conspiradores a referirse a él como "Miss Islas Canarias 1936". Franco fue un actor clave por su prestigio como ex director de la academia militar y como el hombre que reprimió el levantamiento socialista de 1934. Era muy respetado en el ejército español marroquí, la fuerza militar más fuerte de España. Escribió una carta críptica a Casares el 23 de junio, sugiriendo que los militares eran desleales, pero que podrían ser restringidos si lo ponían a cargo. Casares no hizo nada, no arrestó ni sobornó a Franco, incluso si ponerlo en el mando general era imposible. A Franco se le asignaría el control de Marruecos en el nuevo régimen, y en gran medida quedaría al margen. El 5 de julio se fleta un avión para llevar a Franco desde Canarias a Marruecos. El 12 de julio, en Madrid, un miembro de la Falange llamado Jorge Bardina asesinó al teniente José Castillo de la Policía de la Guardia de Asalto. Al día siguiente, miembros de la Guardia de Asalto arrestaron a José Calvo Sotelo (José Luis Pellicena), destacado monárquico español y destacado conservador parlamentario; el objetivo original era Gil Robles, pero no se pudo encontrar. Calvo Sotelo fue fusilado por la Guardia sin juicio. El avión de Franco aterrizó en Gran Canaria el 14 de julio, pero, con base en Tenerife, no habría podido tomar el avión sin la muerte del general Amado Balmes, comandante militar en Gran Canaria, fallecido en un tiroteo el 16 de julio. Se pretendía que el levantamiento fuera rápido, pero el gobierno retuvo el control de la mayor parte del país, incluido Málaga, Jaén y Almería. Cádiz fue tomada por los rebeldes y el general Queipo de Llano logró asegurar Sevilla. En Madrid, los rebeldes fueron acorralados en el cuartel de la Montaña, que cayó con mucha sangre. El 19 de julio, el gabinete encabezado por el recién nombrado primer ministro José Giral ordenó la distribución de armas a los sindicatos, lo que ayudó a derrotar a los rebeldes en Madrid, Barcelona y Valencia, lo que llevó a los anarquistas a tomar el control de gran parte de Aragón y Cataluña. El general rebelde Goded se rindió en Barcelona y luego fue condenado a muerte.

 

Dragon Rapide era un pequeño avión privado ordinario De Havilland DH-89 que desempeñó un papel importante en el estallido de la Segunda Guerra Civil Española en julio de 1936. Fue fletado en Londres por parte de los conspiradores militares que estaban a punto de levantarse en rebelión contra el legítimo gobierno republicano (comunista, de facto, desde la irrupción del Frente Popular) con la misión de volar discretamente a las Islas Canarias para llevar de aquí al general Franco al norte de África española (hoy Marruecos) para hacer frente al grueso de la facción rebelde del ejército que finalmente liderará a través de tres años dramáticos de guerra civil hasta la entrega de la capital, Madrid.

 

Me queda un film panfletario. Hay mimbres para hacer una historia buena, donde quepan la complejidad del origen del conflicto, pero desde luego no es esto. Gloria Ucrania!!!

 

martes, 14 de junio de 2022

 



WATCHMEN. (Serie TV 1TC)


Singular serie que despierta en mi contradicciones, pues por un lado tiene gran número de elementos que la hacen sugerente y con recursos atractivos, pero por otro lado tiene también lastres que la hacen en muchos tramos arrítmica, muchos michelines que se podrían haber liposuccionado para dar mayor solidez y empaque a un producto al que l encuentro le sobra metraje, y con ello se podrían haber reducido los 9 capítulos a menos. Bien es cierto que ni he leído el material de origen, ni soy seguidor de los films de superhéroes, aunque me atrajo de esta historia la perspectiva desesperanzadora de estos super-salvadores de la humanidad como seres frágiles y melancólicos. Creada por Damon Lindelof (produce y guioniza) para la HBO, y con ello empezamos no bien, pues este es uno de los creadores de ‘Lost’, uno de esos bluff catódicos que atrajo amillones de seguidores en todo el mundo, con sus misterios constantes, que todos esperábamos fueran desentrañados en su muy esperado final, y más bien me sentí estafado, cuasi escuchaba las risas de él y JJ Abrams haciendo burlas de los ‘losties’ metidos en una bañera llena de billetes de mil $. Tanto es así que me resistí a varios de sus creaciones posteriores, como “Leftovers”. Pero con esta me ha podido la avalancha de críticas positivas, avalada por multitud de premios, basándose en la serie de DC Comics de 1986 del mismo título, creada por Alan Moore y Dave Gibbons. Teneidno un nutrido elenco interpretativo, donde destaca Regina King como la que se puede considerar protagonista, pero sobre todo, el que se lleva los focos por su magnetismo y carisma es Jeremy Irons como un maravilloso villano, también en roles secundarios Don Johnson, Tim Blake Nelson , Yahya Abdul-Mateen II , Andrew Howard , Jacob Ming-Trent, Tom Mison , Sara Vickers, Dylan Schombing, Jean Smart y Hong Chau y Louis Gossett Jr. En 2009 se estrenó la película basada en el cómic, dirigida por Zack Snyder, que copió algunas escenas en una buena factura visual, aunque los resultados fueron criticados letalmente por los fans de la novela gráfica, además de cambiar el final de la historia y, con ello el sentido que Moore le dio a ese final.

 

Lindelof comparó la serie de televisión con un "remix" de la serie del comic original. La serie es técnicamente una secuela que tiene lugar 34 años después de los eventos de los cómics dentro de la misma realidad alternativa, Lindelof quería presentar nuevos personajes y conflictos que crearon una nueva historia dentro de la continuidad de Watchmen, en lugar de crear un reinicio. Aunque Lindelof no puede dejar de ser lo que es, y vuelve como en la mencionada ‘Lost’, a soltar elementos para generar misterio, piezas sueltas en modo puzle que parecen complicadas de encajar, con multitud de sub tramas y personajes con los que te llegas a desorientar, y luego todo queda regularmente resuelto en muchos casos. La serie de HBO nos cuenta sucedido después de aquel suceso, llevando la acción a casi cuarenta años adelante, con un mundo distópico, donde las armas están controladas, los policías se tienen que cubrir el rostro para no ser perseguidos por unos fanáticos de Rorschar, un presidente vitalicio (Robert Redford con 25 años en el poder, en un mordaz guiño al otro POTUS actor, Ronald Reagan) y muchos detalles más.

 

Watchmen fue el gran cómic de la década de 1980, miniserie de 12 números, escrita por Alan Moore e ilustrada por Dave Gibbons, creó una versión alternativa de superhéroe del siglo XX. La narración de Moore transcurre libremente a través del tiempo y el espacio, desde vigilantes entusiastas de las relaciones públicas que luchan contra gánsteres en la era del New Deal hasta el terror nuclear tardío en el quinto mandato presidencial del presidente Nixon. Esta singular secuela sigue muchos de los elementos corales del comic, desde la creación del Dr. Manhattan, la ucronía de ganar USA la Guerra de Vietnam, la presencia de Ozzymandias/Adrien Veidt (el que arrojó un ‘calamar gigante’ en Nueva York, causando 3 millones de muertos, con la retorcida intención de que el mundo dejara sus disputas que lo llevaba en la Guerra Fría a la autodestrucción, y se unieran con el objetivo de un enemigo común), o la agente Laurie. Es un producto que puede crear cierta distancia con quien no sepa de donde viene los personajes y la historia, entre ellos yo, aunque se puede seguir sin imperiosa necesidad de saber los antecedentes, pues estos te son goteados con distintos recursos en mod flash-backs o programas de tv.

 

Aquí se cambia el escenario principal de Nueva York a Tulsa-Oklahoma, donde da comienzo en 1921, cuando la ciudad se convirtió en el lugar de la masacre de Tulsa (hubo 150 personas negras muertas), un incidente de un fin de semana que culminó con alborotadores blancos que destruyeron el próspero vecindario negro de Greenwood (también conocido como Black Wall Street), incluso atacándolo por aire, un arrollador inicio, de un realismo y salvajismo que te hace crear grandes expectativas. Siendo esto el leit-motive de la serie, la violencia racista, tornando la idea de la paranoia de la Guerra Fría de la era Reagan a las convulsiones raciales trumpianas.

 

El primer episodio marca el tono y la ambientación (con cromatismos muy de comic en sus contrastes de tonos primarios, y con la música de sintetizador de Trent Reznor y Atticus Ross), dirigido por Nicole Kassell (“The Killing” o “The Following”), también realizará el segundo. Ya con su excelente prólogo, con un niño de afroamericano (Danny Boyd Jr.) asistiendo a una proyección de cine mudo, sobre un héroe negro, Bass Reeves como un intrépido sheriff de Oklahoma, pero su entusiasmo vira cuando sale al exterior y asiste a la susodicha masacre de Tulsa, desgarradora en su barbarie visual, con decenas de muertos negros pro las calles a manos de blancos racistas. Tras ello saltamos a 2019. Un grupo de supremacistas blancos llamado Séptimo de Caballería se ha levantado en armas contra el Departamento de Policía de Tulsa debido a las injusticias raciales percibidas, lo que provocó que la policía ocultara sus identidades con máscaras para evitar que los atacaran en sus hogares después de la "Noche Blanca". Para dar un salto a 2019, casi 100 años después en la misma Tulsa. Donde asistimos a la difícil convivencia en esta comunidad, con una violencia latente constante, con recursos imaginativos (como esos psicodélicos interrogatorios; o la máscara espejo de Tim Blake Nelson) terminando el primer episodio con una muerte catárquica (en cierto modo rompiendo los esquemas cual decapitado Ned Stark en “Juego de Tronos”), que hace que la agente enmascarada (con hábito negro) Angela Abar (Reggina King) tome el peso de la serie en su investigación. Y a partir de aquí los episodios cambian de escenarios y tramas, jugando con las perspectivas e incluso los tiempos, teniendo que esperar hasta el séptimo capítulo para que las piezas tengan sentido orgánico. Siendo hasta entonces un vaivén de saltos narrativos.

 

Tiene el desarrollo de la serie recursos atractivos, como es el American Hero Story de Ryan Murphy, para narrarnos en glorioso b/n la historia de ‘Justicia Enmascarada’, de una agilidad soberbia; Tenemos a un sensacional Jeremy Irons deleitándonos con un malvado impresionante, maravilloso como manda a gente al espacio con una catapulta; Esa escena en que de niño (Phil Labes), el que luego será Mirror Man’ , es cuasi-violado por unja mujer en un salón de feria der espejos mientras de fondo "Careless Whisper", turbador; Está el jocoso juicio a Adrien Veidt; Tiene buenas escenas de acción; Buenos efectos especiales. Y llegamos a un final para mí que aun cerrando muchas delas piezas sueltas, me queda insatisfactorio por el comportamiento tontuno del Dr. Mahattan.

 

Don Johnson como Judd Crawford, el jefe de la Policía de Tulsa, teniendo una coprta aparición deja huella por el carácter que imprime a su rol; Tim Blake Nelson como Wade Tillman /Mirror Man, detective de la policía de Tulsa que usa una máscara reflectante. Desaprovechadas sus facultades en un papel un tanto de relleno; Louis Gossett Jr. como Will Reeves, el abuelo de Angela, demuestra a sus esplendorosos 83 años sus tablas y veteranía en un papel al que dota de fuerte personalidad con adustez; Jean Smart como Laurie Blake, anteriormente la segunda Silk Spectre, se ha convertido en agente del FBI y miembro de la Fuerza de Tarea Anti-Vigilante. Da una buna actuación cargada de potencia; Hong Chau como Lady Trieu (nombre inspirado en la leyenda histórica vietnamita, Lady Triệu), propietaria de Trieu Industries, corporación que compró Veidt Enterprises luego de la noticia de su muerte (con un secreto sobre su padre). Presencia magnética en su comportamiento fresco y sutil en su personalidad críptica; El doctor Manhattan queda bastante reducido aquí a un ser velado, al que no se le ve el rostro, aunque en el tramo final se rebela el misterio de su cara, cual giro sorpresa. No me gusta este ‘superhéroe’ en el sentido que todo lo puede, inmortal, omnipotente, omnipresente, incluso vive en tiempos diferentes a la vez (lo sé, un galimatías), lo puede todo (el solo ganó la Guerra del Vietnam para USA), con lo que los problemas que vemos carecen de sentido cuando este podría haberlos modificado a su antojo. Es un ser que en su Don Absoluto de Dios (para que no haya dudas lo vemos caminar sobre las aguas) se siente solo y triste de no ser alguien ‘normal’ y busca algo tan simple como una vida en familia (lo que se dice un cliché); Y está la que se puede llamar protagonista, Reggina King como Angela, personaje con un pasado traumático a sus espaldas (visto en un emociónate escena en Saigón durante un atentado). La que lleva el peso de la investigación, la actriz cumple sin más, aunque en las escenas de acción de peleas chirría un tanto.

 

Spoiler:

 

Muy bueno cuando descubrimos el porqué del ‘asesinato’ del jefe de policia Judd Crawford, un error cuando Angela a través del Dr. Mahattan pregunta a su abuelo en el pasado sobre el posible racismo de Crawford, esto provoca la sospecha del abuelo, que termina provocando su ahorcamiento. Ósea, la paradoja de que todas las piezas de dominó empiezan a caer por un error. Aunque vuelvo a lo del Dr. Manhattan, el debería saber lo que desataría con la preguntita de marras, y por qué no lo impidió?

 

Todo el maquiavélico plan era que Lady Trieu quería para sí los poderes del Dr. Mahattan (ahora convertido en afroamericano, cual viento de los nuevos tiempos, un Dios Negro), y si él lo sabía, pues él lo sabe todo, porque no lo impidió? De hecho esto lo resume muy bien Will Reeves cuando habla de este Dios: "El Dr. Manhattan era un buen tipo..., podría haber hecho mucho..., pero hizo muy poco..."

 

La serie recibió varios premios, incluyendo 26 nominaciones y 11 victorias en el Primetime Emmy Award, incluyendo Mejor Serie Limitada; King a la Mejor Actriz de Serie Limitada; y Abdul-Mateen a Mejor actor de reparto en una serie limitada, la mayor cantidad para cualquier programa 2020.

 

Serie desequilibrada, pero entretenida, con mucho bueno, pero mucho michelín. Gloria Ucrania!!!