Lone Wolf and Cub: Baby Cart at the River Styx
197/15(12/06/22) Refrescante y muy divertido este descubrimiento de esta saga chambara/manga, que he comenzado (mea culpa) por la segunda parte de las seis que se rodaron, por ser esta la que considera la mejor (intentaré ver el resto y juzgaré). En 1970, se publicó en Japón la primera de un total de 114 historias de "Kozure Okami", también conocido como " Lobo solitario y su cachorro". La historia fue creación de Koike Zazuo, quien también escribió "Crying Freeman", y pintó con impresionantes técnicas de pincel de acuarela por Kojima Goseki. En 14 volúmenes, el Manga cuenta la historia de Ogami Ito, el ex Keishakunin del Shogun, quien fue incriminado por el clan Yagyu por traición contra el Shogun, y posteriormente se convirtió en un asesino a sueldo (ronin), con el fin de obtener un millón de Ryo para sobornar a los funcionarios, para que se le permitiera llevar a sus cargos frente al shogun y vengarse. Junto a su hijo, Daigoro, ahora recorre Japón. La serie de películas sobre el manga “Lone Wolf and Cub”, conocida en España como “El Lobo Solitario y su Cachorro”, comenzó en 1972 con el estreno de 4 películas. Parece raro que un nuevo producto se inicie con el rodaje de cuatro películas pero la explicación es sencilla. Lone Wolf and Cub ya era una conocida serie de manga en Japón y una de las que mayor distribución mundial. En lo que es una especie de versión japo del western, cambiando las pistolas por katanas. Donde el protagonista tiene como objetivo final la venganza contra el clan Yagyu, causante del asesinato de su esposa, amén de su estatus en el Shogunato.
Dirigida por Kenji Misumi y
con guión de Kazuo Koike, con un ritmo feroz, con escenas de acción muy
imaginativas en su hiperrealismo, de una violencia inusitada, con geiseres de
sangre, con decapitaciones, mutilaciones, aperturas de cabeza en vertical, y
más secuencias creativas, como esas mujeres ninjas con una saliendo de su traje
de un salto imposible, con algo tan transgresor como ver a un niño matar a
gente, con gadgets muy jocosos (esas cuchillas que hace salir Daigoro de las
ruedas de su carrito contra un ejército de samuráis), pero si hasta hay una
cercenación de punta de nariz (hay que verlo!), con acrobacias que desafían a
la gravedad, todo tan pasado de vueltas como un comic, un festín visual para
gente (como yo) que disfrute del humor negro que emana por todos los fotogramas.
Todo ello enarbolado por un
carismático protagonista en la figura del estoico Tomisaburô Wakayama como Itto
Ogami, con la mirada cansada, dejando entrever el pesado mundo interior que
soporta, sensacional el realismo y fluidez que imprime a sus escenas de lucha,
es el ejemplo de la nobleza, de la integridad, y sobre todo guardián del Bushido.
En esta ocasión incluso se le humaniza, pues lo vemos herido y desamparado,
teniendo que se cuidado por hijito; y a su lado el roba escenas Akihiro
Tomikawa como el hijito Daigoro, con escenas tan enternecedoras como cuando va
a por agua para su padre, intentan llevársela entre sus manos y se le cae, la
solución que da es conmovedora. Como lo es el tramo en que va a tomar comida de
una ofrenda a un icono de Buda, y como siente que no está bien, deja en prenda
su chaqueta como pago.
Un relato que discurre de modo
dual, pues por un lado debe escapar este Lobo (no tan solitario, pues va con su
niño) de los sicarios de su enemigo Sayaka Yagyu (Kayo Matsuo) que le persiguen,
y por otro debe cumplir los contratos de ‘mercenario’, en este caso tiene que
ver con Chuzaemon Makuya (Seishirô Hara) alguien que ha robado la fórmula de un
tinte, que tiene la protección de los sanguinarios Hnos. Hidari (Cada uno de
ellos domina una técnica de combate específica: Uno el puño de hierro, el otro
usa una porra con pinchos y el tercero una garra metálica). Todo para
desembocar en un rush final vigoroso, ya desde el tramo del barco, la pelea de
los Hnos. Hidari (con sus peculiares sombreros de paja, y sus garras
cuasi-oseznas), el fuego, la huida del navío, la pelea con la ‘sirena’, el
desconcertante tramo en la cabaña (podemos pensar en una violación, pero...),
el desierto con los Hidari y su batalla contra los ‘subterráneos’, y por último
el esperado duelo entre Ogami y el temible trio Hidari en las dunas, vibrante.
Es un film notable en como
sabe presentar a los rivales de Ogami, otorgándoles alma en su definición a
través de sus actos, como por ejemplo el grupo de sicarias que contratan los
Kurokawa, Sayaka (buena Kayo Matsuo) es la líder de estas asesinas brutales,
que para demostrar los fieras que son hacen una demostración brutal frente al
jefe de los Kurokawa, contra el mejor de sus hombres, que intenta huir trepando
por el techo, pero las sicarias lo cogen y descuartizan cual enjambre de
pirañas dejan el tronco (cortan sus orejas, dedos brazos, piernas, ya la final
la cabeza), todo ello sembrando de sangre toda la habitación; Luego esto se
encadena a cuando estas se enfrenta a Ogami en un camino disfrazadas de
granjeras, descacharrante la coreografía
creada por Eichi Kusumoto (También en la saga
‘Zatoichi’), en estilo ancestral de pelea Suiō-ryū Iai Kenpō (SXVII).
La cinta es una sucesión
constante de enfrentamientos, la mayoría con el protagonista de por medio,
donde no hay reflexiones morales, o remordimientos por estar por medio un niño
de tres años, es la acción pura y dura. Ello con hábiles remansos que sirven
para definir caracteres. Hay algunas ingeniosas escenas donde la tensión se
masca pero no llega a explotar, como el baño en el barreño al inicio9, se
espera algo ocurra violento; el encuentro en la bodega del barco de los Hidari
y Ogami, donde el respeto entre rivales es la nota predominante; o la escena en
la cabaña con Sayaka a la que Ogami desnuda a la fuerza. La creatividad es
brillante durante todo el metraje, con aparte de lo mencionado, secuencias tan
impresionantes estéticamente como el duelo de Ogami contra un grupo de enemigos
en el rio junto a unas cascadas, o el enfrentamiento en el bosque con Daigoro
colgando de una cuerda sobre un pozo. Llamando la atención el gran gusto visual
para llevarnos por diferentes escenarios de batallas, desde viviendas
japonesas, bosques, cascadas, un barco, el mar, o el desierto. Y todo esto solo
es el aperitivo del formidable tramo final.
Todo esto apoyado en una puesta en escena adecuada al
tono juguetón de comic del film. Empezando por el fenomenal diseño de
producción de Akiro Naito, creando un mundo de comic retro, con sus caminos,
ríos, bosques, cabañas, el barco, o el desierto; La muy cromática fotografía de
Chikashi Makiura Misumi, imprimiendo tono oscuro a muchas secuencias, bien sea
en los penumbrosos interiores, bien sea en las secuencias nocturnas, lírica en
muchos momentos, como son las tomas del verdebosque, del terroso desierto, o de
los primeros planos, destacando los encuadres de los cuerpos desnudos abrazados
en el tramo final (no quiero spoilear), habiendo mucha luz natural que dota de
crudeza algunos fotogramas; Esto entrelazado a la excelente labor de edición de
Toshio Taniguchi, con cortes que provocan sendaciones en su modo exponer el
salvajismo de los mandobles, de las mutilaciones, con incluso un curioso juego
de disoluciones montando un fotograma sobre otro en doble exposición para dar
impresión de enorme velocidad a cámara lenta extraña; Esto en comunión con los
formidables efectos especiales que derivan en peleas de una vistosidad
deslumbrante, creados por Daizen Shishido, con acrobacias y filigranas apoteósicas,
con saltos descacharrantes, con descuartizamientos de miembros que brillan por
lo falso ( y con ello provoca la mueca de risa), con ese toque delirante d
ellos cañones de sangre que salen de muchos cuerpos cual pozo de petróleo
soltando a presión el líquido rojo; esto en miscelánea con la gran labor del
sonido de Tsuchitaro Hayashi, junto con efectos de sonido de Toru Kurashima, potenciando
el híper realismo de las peleas, los cortes, los choques de espada, etc; Y todo
esto adornado por la música de Hideaki Sakurai, con gran variedad de melodías
que se adaptan al aire pulp-explotation de la cinta, con algún toque ominoso,
con mucha percusión turbadora, con manejo de instrumentos tradicionales
nipones, dotando de suspense latente algunos segmentos, buena labor.
Entre los secundarios destacar a Akiji Kobayashi como
líder del grupo Kurokuwa, con esa imagen clásica de japonés regio, con canas,
melena y barba de chivo, su pose de villano es estupenda; Como maravillosa está
Kayo Matsuo como líder de las asesinas femeninas, despiadada criminal en su
presentación, poseedora de una sonrisa siniestra, con ese modo abracadabrante
de escapar de Itto (me recuerda a un personaje de “Futurama”), teniendo una
buena evolución, como su rostro pasa de la ira al desconcierto, y al final una
especie de redención.
Spoiler:
Momentos para el recuerdo (aparte de los ya
mencionados): La prueba a la que somete Itto a su hijo Daigoro siendo este un
bebe. Le hace elegir entre una pelota y una espada, si elige lo primero lo
enviará con su madre, que está muerta. Si elige lo segundo lo acompañará en su
odisea vengativa. Dejando patente el puritano (y en este caso torcido) código
del honor samurái. Por supuesto, el bebe elige la espada; Tras la espectacular
escena del incendio del barco, Itto salta al mar con Daigoro, allí es acosado
violentamente por Sayaka, a la que vence, y se lleva retenida. La lleva a una
cabaña, donde tras desnudarse él y al niño, desnuda a la mujer a la fuerza,
esta piensa la va violar, Itto consigue abrazarla con fuerza, pero entonces
sorprende a Sayaka al pedir a Daigoro que se una a ellos. Entonces nos damos
cuenta que lo que pretende Itto es dar calor al cuerpo de su hijo (tras haber caído
al frio mar). Vemos el instinto de ella buscando con su mano la espada, pero
cuando la coge, la vuelve a dejar, y sabemos ha sentido una epifanía de cariño
y empatía por Itto y el modo de cuidar de su retoño; Cuando los Hidari por el
desierto descubren algo extraño en las arenas y clavan sus garras en el suelo y
este se baña en color sangre, y posteriormente sacan a guerreros del sub suelo
enganchados. Tras ello decenas de guerreros salen al unísono escondidos en
agujeros, cual zombis atacan a los Hidari, que salen victoriosos; El último
duelo con los Hidari en las dunas, como los vence uno tras otro, haciéndolos
rodar por las arenas mientras se preguntan quién es este ronin.
En 1972 el primero de seis “Kozure Okami”. Las películas
fueron hechas por Toho. Los tres primeros fueron producidos por Katsu Shintaro,
el actor que interpretó a Zatoichi, para convertir a su hermano Wakayama
Tomisaburo en una estrella. Los primeros tres y el número cinco fueron
dirigidos por Misumi Kenji, también dirigió varias de las películas de
“Zatoichi”. Las primeras cuatro películas se hicieron básicamente consecutivas,
lanzadas cada dos meses, pero no lograron atraer la misma popularidad que las
películas de Zatoichi, y después de dos entradas más, la serie se abandonó. En
1980, algunas de las películas se editaron juntas en una versión doblada en
Estados Unidos llamada "Shogun Assassin", donde se escribió un nuevo
diálogo y la película ahora fue narrada por Daigoro (esta es la que he visto
yo). Durante muchos años fue la única forma de ver las películas en occidente,
ya que los originales fueron prohibidos en 1983 como videos desagradables debido
a la extrema violencia. A pesar de fracasar en el cine, la historia fue
revisada varias veces. En 1983, la televisión japonesa hizo una serie de corta
duración a partir de la historia, protagonizada por Nakamura Kinnosuke, en 1989
se hizo una película para televisión de dos horas, en 1993 la historia se
convirtió una vez más en una película, dirigida por Inoue Akira y protagonizada
por Tamura Masakazu como Ogami, y en 2002 se realizó otra serie de televisión
para la televisión japonesa, esta vez dirigida por Fujioka Kojiro y
protagonizada por Kitaoji Kinya. También fuera de Japón, la historia inspiró la
novela gráfica “Camino a la perdición” se inspiró en la historia del lobo
solitario y su cachorro.
Sorprendente hallazgo este gran entretenimiento pulp.
Gloria Ucrania!!!
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