sábado, 2 de diciembre de 2023

 


Day of the fight. (C)

 

En mi idolatría al maestro Stanley Kubrick tenía pendiente ver los tres cortos que realizó en sus inicios en los 50, y he empezado por este “Day of the fight” de 1951 de apenas diez minutos, cuando el director de “2001’ contaba con 23 años. Una curiosidad ‘arqueológica’ para los completistas que como yo buscan goteo de la genialidad que está por llegar en su filmografía, y en este cortometraje doc deja miguitas de pan de su pericia como es la voz en off, la iluminación seca en fuertes contrastes de grises, y la mirada pesimista al mundo, algo ya reflejado en su primera Obra maestra “The Killing” (1956). Un mini documental en b/n financiado y dirigido por Stanley Kubrick, basado en un reportaje fotográfico que hizo dos años antes para la revista Look. Mientras Stanley Kubrick trabajaba para la revista Look a finales de los años 40 y principios de los 50, se encontró con una sesión de fotos de un combate de boxeo en el que participaba Walter Cartier de 24 años. El artículo, titulado "Prizefighter", se publicó el 18 de enero de 1949. Un año después, Kubrick se puso en contacto con Cartier y le preguntó si le gustaría aparecer en un breve documental para la decadente RKO-Pathé. Cartier estuvo de acuerdo y Kubrick comenzó, en 1950, con lo que se convertiría en su primera película. Se rodó por 1.500 dólares, y al parecer generado gran parte de la plata por lo que sacaba a los Potzer (o Patzer), jugadores de ajedrez inexpertos a los que el futuro director de “The Killing” les ganaba en partidas callejeras.

 

Si bien la idea de la película fue enteramente de Kubrick, el guión de la narración fue enteramente obra de Robert Rein, sigue el estilo narrativo típico había prevalecido durante los noticieros semanales de los años 40 de "La marcha del tiempo", como de hecho, esa compañía era el comprador originalmente planeado de "Day of Fight". Sin embargo, dado que la compañía cerró ese mismo año, la película fue vendida a RKO Pictures, quien bajo la marca RKO-Pathé, se convirtió en el distribuidor de la película. El guion sigue los arreglos clásicos de los noticieros de su época, mezcla propósitos educativos con elementos melodramáticos, ello por la forma en que da un sentido emocional a este día en la vida del boxeador.

 

Un relato incisivo, descriptivo de la profesionalidad, algo muy mantra kubrickiano, ello en un desarrollo ajustado, sereno, pero sin pausa, con una voz en off (una de las miguitas, pues en varias de sus obras es fundamental la narración en off) que genera interés del periodista Douglas Edwards (locutor veterano de radio y televisión de CBS. En ese momento, era el presentador del primer programa de noticias diario televisado, que luego se titularía Douglas Edwards with the News y luego The CBS Evening News), con una música que se engarza a la historia maravillosamente de Gerald Fried (conoció a Kubrick a través de Singer, haría la música de los primeros cuatro largometrajes de Kubrick), con melodías de tambores enardecedoras, proyectando en este diario a un protagonista (El peso mediano irlandés-estadounidense Walter Cartier y su hermano gemelo Vincent, que es abogado y ejerce de su manager) que sin hablar una palabra nos importe lo que le pase, haciéndolo empatizadle en la humanidad que se emite a Travers del relato.

 

Es la síntesis en imágenes del día de un combate para un púgil en Newark, los rituales que sigue antes de la noche de autos, todo ello expuesto por Kubrick con intensidad dramática, exudando por los fotogramas la ansiedad las horas previas donde vemos a un tipo afable que llegada la velada en el cuadrilátero se transforma en una fiera. Kubrick demuestra fluidez en el manejo de cámara en mano, en un ritmo in crescendo, donde a pesar de ser un combate real es capaz SK de imprimir toques estéticos, como cuando coloca la cámara debajo del taburete del ring en que está sentado el púgil (algo similar a lo que filmaría SK en su largometraje “Killer’s Kiss”, hasta que desemboca todo en las hostilidades de los puñetazos, con una edición vigorosa. Y es que a SK exhibe toques de lo que está porvenir en algunas tomas singulares. SK no cuenta algo original, pero es capaz de hacer algo sin mucha chicha que genere interés. Capaz de aprovechar el tiempo de presentación para que nos pongamos de parte de Cartier en el combate, y con ello haya suspense, y en el ring SK tiene cosas que quizás influyeron en Scorsese en su film “Toro salvaje·”. 

 

“Day of the Fight” muestra al boxeador de peso mediano irlandés-estadounidense Walter Cartier durante el apogeo de su carrera, el 17 de abril de 1950, el día de una pelea con el peso mediano Bobby James. Partida la narración en tres partes. En la primera SK a través de la voz de Edwards hace una inserción sobre la historia del boxeo: "Es una forma de ganarse la vida. Para algunos, no es una gran forma de ganarse la vida", dejando clara la ambigüedad que le produce este deporte. Acaba este tramo con el historiador pugilístico Natt Fleischer, mirando un libro de estadísticas del boxeo;…

 

… Para en la segunda parte seguir la tensión previa a la velada pugilística, desde que se levanta a las 6:00 para desayunar en su apartamento de West 12th Street en Greenwich Village, como se relaja con su perro mientras se hace el examen médico (paradójicamente el narrador habla de la brutalidad que Cartier posee en el ring), en la calle vemos un poste publicidad del combate (plano que calcará SK paras “Killer’s Kiss”), lo acompañamos a misa en la iglesia de Saint Xavier, donde SK muestra su gusto lírico visual en el ángulo bajo en plano holandés de la estatua de María (cual toma mística del boxeador cual mártir), caminamos con él por la Calle Dieciséis y la Sexta Avenida, almuerza en su restaurante favorito de Greenwich Village, el The Steak Joint. A las 16:00 comienza a prepararse para la pelea, se mira al espejo antes de salir a la pelea, jugando con su rostro y como puede quedar tras la velada (algo que vuelve a recordarme al Lake LaMotta de DeNiro), vemos el ritual del pesaje en la oficina del Comisionado Atlético de Nueva Jersey. A las 20:00 ya está en el camerino de Laurel Gardens en Newark (Nueva Jersey);…

 

… Esperando con tensión a que comience la pelea a las 22:00, donde se da la tercera pata del doc., el enfrentamiento del solo puede quedar uno, filmado en vivo (única vez que oímos el sonido incidental)con gran ingenio dando sensación de violencia con una excelente edición gracias a las varias cámaras utilizadas (de hecho se ven cámaras filmadas unas a otras, y probablemente con ellas sea uno de ellos SK y el otro que vemos sea el asistente de dirección Alexander Singer, posteriormente asistente de producción en The Killing [1956]), emitiendo atavismo propio de este deporte, siendo el combate de duración escasa, menos de un asalto. Con gran gusto poético SK, tras el KO, dirige el objetivo de las cámaras al público, y siento estoy en un circo romano con gente disfrutando de la sangre de los gladiadores.

 

Kubrick y Singer utilizaron cámaras Eyemo con luz diurna toman carretes de 100 pies de película de 35 mm en blanco y negro para filmar la pelea, con Kubrick disparando en la mano (a menudo desde abajo) y la cámara de Singer en un trípode. Los carretes de 100 pies requirieron una recarga constante, y Kubrick no atrapó el golpe de gracia que puso fin a la pelea porque estaba recargando. Sin embargo, Singer sí.

 

“Day of the Fight” es el primer crédito cinematográfico en el currículum del compositor Gerald Fried, amigo de la infancia de SK. Kubrick no le pagó por su trabajo por la música de la producción. "Pensó que el hecho mismo de que yo hiciera la música" para la película "me metiera en la profesión era un pago suficiente", dijo Fried a The Guardian en 2018, aunque admitió en la misma entrevista periodística que Kubrick tenía razón. Amigo de la infancia de Kubrick, Fried compuso más tarde la banda sonora de cuatro films kubrickianos: “Fear and Desire” (1953), “Killer's Kiss” (1955), “The Killing” (1956) y “Paths of Glory” (1957), antes de perderse en películas de serie B y numerosas series de televisión durante la mayor parte de su carrera.

 

Spoiler:

 

Un año después de la pelea narrada en Day of the Fight, Walter Cartier hizo historia en el boxeo al noquear a Joe Rindone en los primeros 47 segundos de un combate (16 de octubre de 1951). Cartier había interpretado algunos papeles secundarios en películas antes de aparecer en El día de la lucha, y después, hasta 1971, continuó apareciendo ocasionalmente en películas y en televisión.

 

Alexander Singer, que era amigo de Stanley Kubrick en la escuela secundaria (ambos asistieron a la escuela secundaria William Howard Taft en el Bronx), se desempeñó como asistente de dirección y camarógrafo en esta producción. Singer también trabajó en “Killer's Kiss” (1955) y “The Killing” (1956) de Kubrick, y tuvo una larga carrera como director de películas y series de televisión.

 

Dado que el comprador original del documental cerró, Kubrick pudo vender “Day of the Fight” a RKO Pictures por 4.000 dólares, lo que le supuso sólo una ganancia neta de 100 dólares después de pagar los 3.900 dólares de costes de producción de la película. Sin embargo, el físico y autor Jeremy Bernstein, que en noviembre de 1965 realizó una entrevista de 76 minutos con Kubrick para The New Yorker, documentó que el proyecto en realidad no fue un esfuerzo de equilibrio, sino que perdió 100 dólares.

 

Aunque Day of the Fight ofrecía una mirada comprimida en el tiempo a la vida de Cartier, se rodó a lo largo de varias semanas y el mayor desafío de Kubrick fue capturar el evento principal con su "Eyemo, una cámara de carga diurna que recorre treinta metros de distancia, carretes de película en blanco y negro de 35 mm”. Los dos cineastas sólo tuvieron una oportunidad de capturar esta pelea crucial, por lo que “Kubrick filmó el material portátil y Singer operó el segundo Eyemo colocado en un trípode. Ambos disparaban cargas de treinta metros, lo que requería recargas constantes. Con dos cámaras, una podía disparar mientras la otra recargaba”. El resultado final es un tour de forcé increíblemente editado y fotografiado en el que Kubrick suele filmar la acción desde el punto de vista del suelo del lienzo. Una ventaja adicional fue el hecho de que Cartier ganó la pelea con un golpe de gracia, capturado en película.

 

Trabajo seminal del Tótem Stanley Kubrick, que ya deja marcas de estar por llegar en su homérica filmografía. Gloria Ucrania!!!

 

PD. Cartier gana la pelea en el primer asalto: "Acaba de subir un lugar más en una línea que puede terminar en un campeonato… Para él, es el final de un día de trabajo ".

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