miércoles, 20 de diciembre de 2023

 


EL MUNDO PERDIDO. (1925)


Film de aventuras silente interesante, que sin ser de los más famosos de la era muda, si fue una obra parteaguas con respecto a lo pionero y avances en los efectos visuales creados por el maestro en la materia Willis O'Brien, al que le sirvió este trabajo como especie de ensayo para su obra magna ocho años después en “King Kong”, desplegando ingenio y brillantez (siempre con el filtro de estar ante una cinta con casi un siglo) en el manejo del stop-motion de figuras de arcilla. Dirige Harry O. Hoyt y guioniza Marion Fairfax, adaptando por primera vez a la pantalla la novela homónima de Arthur Conan Doyle de 1912, que aparece en el prólogo presentando el film, Doyle mencionaba con frecuencia que el profesor Challenger, no Sherlock Holmes, era su personaje favorito entre sus creaciones. Producida y distribuida por First National Pictures, importante estudio de Hollywood en ese momento. Este es un relato que tiene muchísimos paralelismos con el mencionado ya “King Kong”. Con un grupo de expedicionarios que viajan a un lugar ignoto, donde encontraran a animales prehistóricos, cazaran a uno de ellos para llevarlo a la ‘civilización’ occidental a mostrarlo como trofeo, este Dyno se escapará por una gran urbe causando el terror entre los lugareños, llegando al clímax en un lugar mítico de la ciudad (en este caso en el Tower Bridge londinense, en el otro era el Empire State Building, que aún no estaba en 1925 en el Sky Line de Manhattan), aunque en “King Kong” todo fue mejorado, además de los efectos visuales, está la historia mucho más pulida que esta, que es un pastiche desolado de personajes superficiales, con motivaciones infantiloides, con un desarrollo plano, y con un final desolador por lo anticlimático, donde apuntan bastante con la irrupción del Dyno en Londres pero acaban pegándose un tiro en el pie con el atrofiado broche conclusivo. Tampoco el director es bueno en saber expresar con imágenes lo que cuenta, o al menos es inseguro, pues nos deleita con un sinfín de intertítulos, muchos innecesarios, lo que provoca constantes parones.

 

En el lado de lo bueno está la influencia posterior que ha tenido, desde los efectos visuales que perfeccionó Ray Harryhausen, la presencia de dynos en films posteriores, los más famosos los de la saga “Jurassic Park”, o incluso en films animados como “Up” (2009), el lugar donde llega la casita con globos es la meseta que aquí vemos.

 

Esta “The Lost World” es una peli de aventuras, donde lo importante para el espectador, sobre todo de su tiempo era ver a dynos interrelacionados con humanos, la primera vez que esto sucedía en cine, lo cual tuvo que ser impactante. Porque lo que es la trama resulta más lisa que un folio, con un romance pasteloso que se desarrolla de modo atropellado, y con un rush final este amorío de vergüenza ajena. Pero lo que debía primar eran los dynos de O'Brien. Este comenzó a trabajar con animación stop-motion en 1913, proceso minucioso en el que la ilusión de movimiento se construye creando una figura pequeña, generalmente de arcilla, y fotografiando su movimiento fotograma a fotograma, cuando las imágenes se reproducen a velocidad normal (veinticuatro fotogramas por segundo) la figura cobra vida y se mueve ante nuestros ojos, O'Brien siguió el éxito de “El mundo perdido” con otro clásico, King Kong de 1933. Hace gran uso de la pantalla dividida con los actores en primer plano mirando dinosaurios al fondo. Crea una sinergia de movimientos bastante fluidos para las décadas pasadas, los dynos se mueven con fluidez, incluso sus colas, llamativas son las secuencias de peleas entre los enormes animales, impresionantes para su tiempo. Un despliegue cuasi didáctico de seres antediluvianos que pasan por la pantalla como alosaurios, pteranodons, triceratops, tiranosaurios, o un brontosaurios.

 

Edward Malone (Lloyd Hughes) es un joven al que su novia rechaza hasta que no demuestre ser un hombre valiente en alguna hazaña, encontrando este la solución en una conferencia ala que asiste. Allí el profesor Challenger (Wallace Beery) dice estar convencido de que en algún lugar de las “junglas sin huellas” de Venezuela, los dinosaurios todavía caminan por la Tierra. Esta teoría se basa en unos bocetos que se encuentran en un cuaderno que le regaló Paula White (Bessie Love). Aparentemente, eso es suficiente para Challenger y desafía a cualquier hombre que no le crea a seguirlo a esa misma jungla. Edward es reportero e implica a su periódico a financiar la aventura, se unen un equipo heterogéneo al Dr. Challenger y a Paula, con el aventurero Sir John Roxton (Lewis Stone), el escéptico profesor Summerlee (Arthur Hoyt), el sirviente indio Zambor (Jules Cowes con esa costumbre tan tracista del tiempo como eran los Babyface, pintar los rostros de blancos de negro betún, como si los negros no pudieran ser actores) y el mayordomo de Challenger, Austin (Francis Finch-Smiles).

 

La cinta tarda en entrar en vida hasta que llegan al campamento base a los pies de la elevada meseta donde se supone está el Mundo Perdido. Donde a los 35 minutos ven los expedicionarios a un dyno volador, Pteranodon (llamándolo erróneamente Pterodáctilo) comiéndose vivo a un joven Toxodon, confirmando ya de facto que los bocetos del profesor White eran reales. Aunque ya hemos visto que les han tirado una roca unos ‘hombres mono’, claro reflejo del llamado ‘eslabón perdido’, que parecen querer guardar de invasores su región. Tendremos una espectacular secuencia de como los aventureros pasan a la meseta mediante un puente-árbol, e interviniendo en ello un Brontosaurio. Tras ello asistiremos a través d ellos ojos de los expedicionarios a varias batallas a muerte entre dynos: Un Allosaurus ataca a un Trachodon y lo arroja a un pantano; Luego, el Allosaurus ataca y es ahuyentado por un Triceratops; Hasta que el Allosaurus llega al campamento y ataca al grupo de exploración. Más adelante tendremos a un Agathaumas atacado por el Allosaurus al que enfrenta con su cornamenta, un Tyrannosaurus ataca a los Agathaumas, junto con un desafortunado Pteranodon. Todo un derroche imaginativo, que tiene en su contra que no está integrado apenas en la historia, los humanos apenas asisten ala espectáculo en tercera persona, y con ello la capacidad de asombro, al reiterarse termina por desinflarse. Aun así, tiene escenas muy apreciables. E incluso incrustando humor en el film, como es el juego que da la aparatosa catapulta diseñada por Challenger.

 

Ay una subtrama mal desarrollada que tiene que ver con unos Hombres Mono que intentan sabotear a los aventureros, está punteada, pero nunca se explota quienes son, si bien pueden ser el Eslabón Perdido. No sabemos si forman parte de alguna tribu.

 

Spoiler:

 

Cuando Ed confiesa su amor por Paula y los dos se casan ‘oficiosamente’ con Summerlee de párroco es ridículo.

 

El rush final en la meseta perdida es bastante atractivo, con la erupción del volcán que deriva en la estampida de dynos. El chimpancé Jocko (precedente de la famosa ‘tarzaniana’ Chita) sube por el tajo a llevar una cuerda para que bajen de allí, con la cuerda suben una escalera, todos bajan, el último es Edward, y a medio camino es atacado desde arriba por un Hombre Mono, desde abajo Roxton dispara acertándole letalmente.

 

La parte en Londres es muy atractiva por las imágenes del dyno por Londres destrozando edificios y aterrando a la gente son esplendidas, de gran magnitud. Siendo probablemente el primer film de catástrofes de Monstruos atacando grandes monumentos, en este caso la Tower Bridge, que parte el puente cayendo al rio el bicho.

 

Pero todo lo demás que tiene que ver con humanos en este final es de penoso a chusco. Lo de la conferencia a los científicos que da Challenger y que sigan sin creerle es de traca, pues las noticias de llevar en un barco a un dyno se hubieran propagado por todo el mundo, incluso entonces, pero que una vez suelto el animal por Londres le sigan llamando mentiroso, si solo tenían que asomarse por las ventanas; Lo de Edward con su antigua pareja es de tomadura de pelo, la muy caprichosa pidió a Ed que fuera un tipo intrépido y aventurero, él aceptó el reto, ella va y no le espera, casándose con un dependiente de tienda que no ha salido de Londres. Ed en vez de cuando menos arremeter contra ella, les felicita y se marcha a por Paula, esta acepta a Ed sabiéndose segundo plato, no es dejar a la mujer en buen lugar. Y ya el colmo es ver al dyno caido en el rio surcar las aguas flotando, y sin saberse que será de él., Menos más que ocho años después se pulieron las arisytas, dándole carác4ter al animal protagonista y haciendo del final todo un icono del Séptimo Arte.

 

Este fue el primer largometraje realizado en los Estados Unidos, posiblemente en el mundo, que presentó animación de modelos como efecto especial principal, o animación stop motion en general. Willis H. O'Brien había trabajado previamente, en 1918, en una película llamada “El fantasma de Slumber Mountain” utilizaba fotografía stop motion. En “El mundo perdido” combinó dinosaurios animados con imágenes de acción real de seres humanos, pero al principio solo pudo hacerlo separando el cuadro en dos partes (lo que también se conoce como pantalla dividida). A medida que avanzaba el trabajo, la técnica de O'Brien mejoró y pudo combinar imágenes de acción real y stop-motion en la misma parte de la pantalla. Para las escenas de acción en vivo, se utilizó como río una alcantarilla abierta detrás del estudio MGM en Los Ángeles.

 

Los dinosaurios de esta película se basaron en la obra de arte de Charles R. Knight. Algunos de los modelos de dinosaurios utilizados en la película pasaron a manos del coleccionista Forrest J. Ackerman.

 

En 1929, apenas cuatro años después del estreno original en cines de “El mundo perdido”, la viuda de uno de los financistas originales de la película llegó a un acuerdo con First National para retirarla de circulación y destruir todo lo conocido. huellas dactilares. La teoría es que First National esperaba evitar eclipsar el lanzamiento de la nueva epopeya sonora de temática similar, King Kong, que también contaría con efectos visuales del único Willis O'Brien, asegurando que el silencioso Mundo Perdido no sería comparado. desfavorablemente con este nuevo espectáculo de efectos visuales. Afortunadamente, sus esfuerzos fracasaron y, gracias a años de esfuerzo para reconstruir los elementos dispares seleccionados de varias impresiones incompletas, tenemos una restauración casi completa de “El mundo perdido” en todo su esplendor.

 

En 1998, la Biblioteca del Congreso consideró "significativo cultural, histórico o estético" a El mundo perdido y lo seleccionó para su conservación en el Registro Nacional de Cine de los Estados Unidos.

 

Apreciable obra, que se puede ver como un esbozo de la magistral “King Kong. Gloria Ucrania!!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario