viernes, 29 de diciembre de 2023

 


101 DALMATAS.


Notable e infravalorado film de animación de la casa del logo del ratón, cinta de aventuras muy ágil, con protagonistas muy marcados en su carácter, transmitiendo emoción. Lo he visto por vez primera con motivo de las fiestas navideñas, era una de mis lagunas cinéfilas, y es que me daba un poco de reparo por los prejuicios que tenía sobre lo que esperaba, y al final me ha sido una sorpresa su frescura y encanto seductor de una cinta que me ha atrapado desde su inicio en plan cine romántico, luego deriva en thriller de terror, con una villana antológica en la figura de la Icónica Cruella De Vil y unos achuchables héroes en estos enternecedores canes blancos con manchas blancas o viceversa, acompañados de secundarios adorables en los animales de granja pertenecientes a esa organización de ‘mensajería’ y ayuda entre animales. Este decimoséptimo largometraje de la Disney está dirigido por el trio de Clyde Geronimi, Hamilton Luske y Wolfgang Reitherman, adaptando el guion del aclamado Bill Peet (“Pinocho”, “Dumbo”, “Alicia en el País de las Maravillas”, “Peter Pan”, “La Bella Durmiente” o “La Cenicienta”), que se basa en el best-seller inglés “The Hundred And One Dalmatians” de Dodie Smith. Ella, en su vida real vivía con nueve dálmatas, incluido uno llamado Pongo, y vislumbró la idea de escribir la historia cuando una amiga le dijo: "Estos perro servirían para hacer un abrigo estupendo", palabras que acaban en boca de Cruella de Vil.

 

La película tardó tres años en producirse, costó 4.000.000 de dólares, absorbió 800 galones de pintura y durante el paso de sus 101 dálmatas a través de 113.700 fotogramas de película, sitúa exactamente 6.469.952 manchas ante los ojos del espectador. Primera película en utilizar la técnica de la xerografía en la animación, sin la cual el filme no habría podido elaborarse nunca, ya que el número de perros necesarios era demasiado grande. Película es también innovadora porque se desarrolla en la época contemporánea (puede observarse la presencia de la televisión) y se aleja de la búsqueda del realismo perfecto en relación con los personajes humanos, además los fondos resultan extrañamente esbozos que parecen a medio terminar en monocromo. Todo lo que veíamos en pantalla dejaba de tener esa calidad impoluta a la hora de ver los trazos pero con las nuevas técnicas se ganaba cercanía y un estilo más acorde a bocetos y diseños originales. no fue una decisión aceptada en su mayor tiempo, chocaba con el resultado pulcro e impoluto de los anteriores clásicos. El xerox concebía un estilo y un carácter más desenfadado, como si se quisiese crear un formato más vanguardista y a su vez algo mucho más acorde con los nuevos tiempos. Fue el fin a la tradición de los dibujos entintados a mano. Anterior a “101 dálmatas” el proceso de animación consistía en que los animadores hacían sus dibujos y luego estos llegaban al departamento de entintado donde las mujeres (seleccionadas así ya que gracias a sus manos más pequeñas podían maniobrar los dibujos sin estropearlos) se encargaban de pintarlos, esto suponía un trabajo más laborioso y resultado sumamente único, implicaba mayores costes de producción y muchísimo tiempo de desarrollo. La nueva tecnología xerox estaba comenzando y se decidió utilizarla para la producción de la cinta, se trataba de unas copiadoras las cuales transferían los dibujos directamente a hojas de acetato (cels), por este motivo no era necesario el departamento de entintado y se cerró.

 

Este film aparte de lo ya mencionado, fue rompedor en el marcado estilo Disney, pues por ejemplo solo tiene una canción que actúa como leit-motive de la roba escenas Cruella, la epónima creada por Mel Leven. Aunque se mantiene ese gusto por colocar en el primer plano a los animales (es el dálmata Pongo el que comienza la historia voz en off llamando mascota a su dueño) cual depositarios de nuestra empatía frente a la crueldad humana, con ejemplos como “Bambi” o “Dumbo”, por supuesto seres antropomorfizados, tenemos cual cuenta de hadas a una Bruja Malvada, secuaces torpes (Gaspar y Horacio), y como no, su moraleja sobre la fuerza de la solidaridad (reflejada en el ‘Twilight Bark’).

 

Al inicio el perro dálmata Pongo (voz original de Rod Taylor) vemos busca por la ventana de su apartamento en busca de la pareja perfecta para su ‘mascota humana’ Roger, un músico adicto al trabajo, ello mientras vemos un divertido encadenado de diferentes perros calcados a sus dueños que pasean. Hasta que da con una hermosa mujer (Anita) que casualmente pasea a una perra dálmata (Perdita), y trama la jugada para la doble emparejación-liada en el parque. Tras una elipsis los humanos se casan y los dálmatas serán pareja civil, a los meses Perdita dará a luz un parto múltiple de 15 cachorros, ello en una conmovedora secuencia de un milagro de vida por amor. La felicidad invade el hogar protagonista, habiendo aun secuencia muy bonita para humanizar a los cachorros, ello mientras los 15 contemplan un programa en la tv (primera vez que un film animado interactuaba con este medio catódico) con un perro de protagonista de héroe, todos amontonados, disfrutan con las hazañas del can televisivo, opinan sobre lo que puede pasar, y se alegran cuando el bueno gana, brillantes sus reacciones. Hasta la catársis que irrumpe en pantalla con la antigua compañera de escuela de Anita, Cruella De Vil (v.o. Betty Lou Gerson), queriendo comprar a cualquier precio los cachorros con la intención de hacerse con sus pieles un abrigo dálmata. Al negarse el matrimonio, Cruella contratará a dos ladrones para raptarlos.

 

Tras el exitoso secuestro por parte de Jasper y Horacio, Roger y Anita lo denunciaran a la policía, sospechan de Cruella, pero no tienen pruebas. Las autoridades no dan con los animales, y entonces entra en acción el ‘Ttwilight Bark’, cadena de perros repartidos por Londres que envía noticias de un lado a otro a través de aullidos y ladridos, este un delirante recurso imaginativo. Entrando entonces en acción el Coronel, el Capitán y el Sargento Tibbs, o sea, por orden jerárquico bien marcado marcialmente en sus poses y lenguaje, un perro ovejero veterano, un caballo y un gato enclenque. Personajes que hablan de estrategias militares de cómo afrontar el rescate. Que deriva no en salvar a 15 canes de la muerte, si no a 99 encerrados en una muy vieja mansión gótica. Todo ello en escenarios nevados propios de las fechas navideñas, respirándose frio, ello sobre todo atomizado en un estremecedor tramo de huida sobre prados helados y ventosos que calan en el espectador por el sufrimiento que vemos en los dálmatas.

 

Es un film en su argumento muy simple, que cuento infantil no lo es, pero dónde es fácil empatizar con los dálmatas, pues la brutalidad a la que se asola sobre ellos es salvaje, matarlos agolpes para deleite de una hedonista malvada. La historia consigue que estos dálmatas nos enternezcan, ello gracias al encanto fresco que transpiran que desborda la pantalla con una calidez humana, su temor nos llega nítido, en gran medida por el léxico diáfano de los malos que hablan con aspereza de como los van a matar (debió ser para los niños un impacto). Tiene un gran manejo de los tonos, desde la presentación, la plasmación del entorno idílico multidalmático, la eclosión de la mala, y el corte del urbanita (hemos visto incluso imágenes de la icónica Piccadilly Circus con sus luces de neón) entorno al paisaje rural, con prados gélidos, bosques, ríos, granjas, esto con la investigación del ‘Twilight Bark’, marcado por el corte con el aullido de un perro que nos llevará al campo llegando con un gran travelling visual de la ciudad al ‘castillo de la bruja malvada’, lugar decadente, lóbrego, parece a punto de derruirse, una residencia victoriana aterradora, donde dos desalmados sicarios custodian a los 99 dálmatas.

 

El tenso tramo de la huida de la mansión con la ayuda del gato, mientras el guión da un guantazo a la entonces enemiga del cine, la televisión. Abro paréntesis, ello a través de un desternillante programa al que son fans los dos sicarios Jasper y Horace. Menuda acidez y mordacidad con este torpedo mediante un concurso donde los participantes deben adivinar de que delito es culpable el presidiario, muy adulto este gag contra el (atemporal) amarillismo televisivo, cierro paréntesis. Y tras la salida de la mansión dará comienzo una carrera contrarreloj sofocante, con apariciones fugaces escalofriantes de Cruella. Ello en un crescendo de intensidad dramática, con suspense, heroísmo, intriga, dónde el ingenio de los perros tendrá importancia (viajar por el rio helado para no dejar huellas, borrar las huellas con ramas, o la última del carbón). Siendo el clímax una espectacular persecución de autos por carreteras angostas, Estupenda la conclusión, aunque la duda si lo piensas es clara (*spoiler).

 

Se le puede achacar que las caracterizaciones son un tanto cliché, el matrimonio dueño delos dálmatas son buenos sin más, la doncella Nanny (con parecidom más que razonable con el Hada Primavera de “La Bella Durmiente”, film disneyano realizado justo antes que este) es amable y atenta, el trío marcial cumple bien en su parodia militar, la pareja de sicarios dan bien con la mezcla de tarugos y crueles (turbador como cuentan como cada uno matará a los cachorros), son depositarios del humor slapstick en las caídas, golpes, coces y accidentes que sufren por su torpeza; pero se echa en falta algo más de carácter entre los pequeños dálmatas, único se distingue es el gordito por su glotonería.

 

Aunque si la cinta ha pasado a la historia es realmente por la acaparadora de la pantalla en su rol de villana antológica Cruella De Vil, realmente no aparece mucho, pero su estela permanece cual aura malsana por todos los fotogramas, con una imagen dantesca, con costro huesudo, brazos y piernas larguiruchos, abrigo de pieles que ondea cual danza de la muerte, fumadora empedernida con cigarros con boquilla que hace su humo la acompañe cual bruma del Averno, y su cabello mitad blanco y mitad negro, siempre seguida por la melodía pegadiza que Roger creó, no teniendo reparos en hablar de modo sádico sobre como desollar a los dálmatas, humillando constantemente a sus dos mercenarios, con esa voz (Betty Lou Gerson) chillona cortante. Tiene una entrada en escena operísticamente amenazante, la vemos cernirse sobre el hogar, primero veladamente en su auto deportivo antiguo que es como su segunda piel surcando a toda velocidad las calles, irrumpiendo proimero con su silueta encorvada a través de la puerta, precedida de su musical leit-motive, con sus sonrisa sardónica en el hogar protagonista con su ya mencionada figura infernal, con un carisma que traspasa la pantalla en su energía malévola. Cuando le preguntan cómo está responde: “Miserable, cariño, como siempre. perfectamente miserable”. Figura animada creada por el especialista de la casa Marc Davis, que se inspiró en la imagen de la divas del cine de los años cuarenta, Tallulah Bankhead, apaecía en la película “Náufragos" de Hitchcock, la actriz lucía un estrambótico peinado y abrigo de pieles en pleno naufragio, de ahí surgió nuestra villana favorita, Homérica.

 

Spoiler:

 

Rush final: Escondidos en un almacén los 101 dálmatas esperan la salida de una camión de mudanzas que se dirige a Londres para montar en él rumbo a casa. Pero en estas llegan Gaspar y Horacio y comienzan a registrar por allí. Pongo observa angustiado, entonces, tras ver mancharse a sus retoños en hollín de carbón, decide que todos se embadurnen para no parecer dálmatas y así sortear a los malos. Así van subiendo en pequeños grupos al camión. Uno d ellos malos al ver a los perros negros comenta su hermano que quizás están disfrazdos y son realmente dálmatas, a lo que el otro se ríe de él por creer inteligentes a los perros (Gag ingenioso). Llega al lugar Cruella y observa a los últimos dálmatas avanzar al camión, cae nieve derretida de una cornisa y hace aparecer las manchas a los perros y con ello comienza una persecución del auto de la villana contra el camión de mudanzas, con Gaspar y Horacio en una camioneta, la tensión se masca en las curvas, golpes, Cruella no duda en querer sacar fuera de la carretera al camión, pero todo acaba cuando van a alcanzar el camión, Cruella choca su coche contra el de Horacio y Gaspar, y los tres caen por una ladera destrozando los autos. Salen ilesos, pero con Cruella lanzando improperios contra sus secuaces. Tras lo que todos los dálmatas invaden el hogar de Roger y Anita, tras el primer impacto d ela alegría por la recuperación de los 15, se dan cuenta hay 84 más, pero se los quedaran, Aniota le dice a Roger que su casa es pequeña para tantos y Roger le responde que se mudaran a una granja en el campo. Fin.

 

Este final satisfactorio. Pero deja abierto Cruella puede querer ir a por los dálmatas, nada le impide volver a la carga para su avieso plan. Pero esa es otra historia.

 

Hay una adaptación en imagen real estrenada en 1996 con nombre homónimo, presentaba a Glenn Close haciendo el papel de Cruella, seguida por una secuela, “102 dálmatas”, en el año 2000, paralelamente a la adaptación de 1996, surgió en 1997 una serie animada de televisión, “101 dálmatas: La serie”.  En 2003 fue lanzada directa para video “101 dálmatas 2”, secuela directa de la película animada original de 1961. En 2021 se lanzó Cruella, spin-off y precuela de la franquicia protagonizado por Emma Stone como Cruella De Vil, siendo la tercera adaptación en imagen real de la franquicia.

 

Preciosa muestra de cine animado para toda la familia. Gloria Ucrania!!!

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