101 DALMATAS.
Notable e infravalorado film de
animación de la casa del logo del ratón, cinta de aventuras muy ágil, con
protagonistas muy marcados en su carácter, transmitiendo emoción. Lo he visto
por vez primera con motivo de las fiestas navideñas, era una de mis lagunas
cinéfilas, y es que me daba un poco de reparo por los prejuicios que tenía
sobre lo que esperaba, y al final me ha sido una sorpresa su frescura y encanto
seductor de una cinta que me ha atrapado desde su inicio en plan cine
romántico, luego deriva en thriller de terror, con una villana antológica en la
figura de la Icónica Cruella De Vil y unos achuchables héroes en estos
enternecedores canes blancos con manchas blancas o viceversa, acompañados de
secundarios adorables en los animales de granja pertenecientes a esa
organización de ‘mensajería’ y ayuda entre animales. Este decimoséptimo largometraje
de la Disney está dirigido por el trio de Clyde Geronimi, Hamilton Luske y Wolfgang
Reitherman, adaptando el guion del aclamado Bill Peet (“Pinocho”, “Dumbo”,
“Alicia en el País de las Maravillas”, “Peter Pan”, “La Bella Durmiente” o “La
Cenicienta”), que se basa en el best-seller inglés “The Hundred And One Dalmatians”
de Dodie Smith. Ella, en su vida real vivía con nueve dálmatas, incluido uno
llamado Pongo, y vislumbró la idea de escribir la historia cuando una amiga le
dijo: "Estos perro servirían para hacer un abrigo estupendo",
palabras que acaban en boca de Cruella de Vil.
La película tardó tres años en producirse, costó
4.000.000 de dólares, absorbió 800 galones de pintura y durante el paso de sus
101 dálmatas a través de 113.700 fotogramas de película, sitúa exactamente
6.469.952 manchas ante los ojos del espectador. Primera película en utilizar la
técnica de la xerografía en la animación, sin la cual el filme no habría podido
elaborarse nunca, ya que el número de perros necesarios era demasiado grande. Película
es también innovadora porque se desarrolla en la época contemporánea (puede
observarse la presencia de la televisión) y se aleja de la búsqueda del
realismo perfecto en relación con los personajes humanos, además los fondos
resultan extrañamente esbozos que parecen a medio terminar en monocromo. Todo
lo que veíamos en pantalla dejaba de tener esa calidad impoluta a la hora de
ver los trazos pero con las nuevas técnicas se ganaba cercanía y un estilo más
acorde a bocetos y diseños originales. no fue una decisión aceptada en su mayor
tiempo, chocaba con el resultado pulcro e impoluto de los anteriores clásicos.
El xerox concebía un estilo y un carácter más desenfadado, como si se quisiese
crear un formato más vanguardista y a su vez algo mucho más acorde con los
nuevos tiempos. Fue el fin a la tradición de los dibujos entintados a mano.
Anterior a “101 dálmatas” el proceso de animación consistía en que los
animadores hacían sus dibujos y luego estos llegaban al departamento de
entintado donde las mujeres (seleccionadas así ya que gracias a sus manos más
pequeñas podían maniobrar los dibujos sin estropearlos) se encargaban de
pintarlos, esto suponía un trabajo más laborioso y resultado sumamente único,
implicaba mayores costes de producción y muchísimo tiempo de desarrollo. La
nueva tecnología xerox estaba comenzando y se decidió utilizarla para la
producción de la cinta, se trataba de unas copiadoras las cuales transferían
los dibujos directamente a hojas de acetato (cels), por este motivo no era
necesario el departamento de entintado y se cerró.
Este film aparte de lo ya mencionado, fue rompedor en
el marcado estilo Disney, pues por ejemplo solo tiene una canción que actúa
como leit-motive de la roba escenas Cruella, la epónima creada por Mel Leven.
Aunque se mantiene ese gusto por colocar en el primer plano a los animales (es
el dálmata Pongo el que comienza la historia voz en off llamando mascota a su
dueño) cual depositarios de nuestra empatía frente a la crueldad humana, con
ejemplos como “Bambi” o “Dumbo”, por supuesto seres antropomorfizados, tenemos
cual cuenta de hadas a una Bruja Malvada, secuaces torpes (Gaspar y Horacio), y
como no, su moraleja sobre la fuerza de la solidaridad (reflejada en el
‘Twilight Bark’).
Al inicio el perro dálmata Pongo (voz original de Rod Taylor)
vemos busca por la ventana de su apartamento en busca de la pareja perfecta
para su ‘mascota humana’ Roger, un músico adicto al trabajo, ello mientras
vemos un divertido encadenado de diferentes perros calcados a sus dueños que
pasean. Hasta que da con una hermosa mujer (Anita) que casualmente pasea a una
perra dálmata (Perdita), y trama la jugada para la doble emparejación-liada en
el parque. Tras una elipsis los humanos se casan y los dálmatas serán pareja
civil, a los meses Perdita dará a luz un parto múltiple de 15 cachorros, ello
en una conmovedora secuencia de un milagro de vida por amor. La felicidad
invade el hogar protagonista, habiendo aun secuencia muy bonita para humanizar
a los cachorros, ello mientras los 15 contemplan un programa en la tv (primera
vez que un film animado interactuaba con este medio catódico) con un perro de
protagonista de héroe, todos amontonados, disfrutan con las hazañas del can
televisivo, opinan sobre lo que puede pasar, y se alegran cuando el bueno gana,
brillantes sus reacciones. Hasta la catársis que irrumpe en pantalla con la
antigua compañera de escuela de Anita, Cruella De Vil (v.o. Betty Lou Gerson),
queriendo comprar a cualquier precio los cachorros con la intención de hacerse
con sus pieles un abrigo dálmata. Al negarse el matrimonio, Cruella contratará
a dos ladrones para raptarlos.
Tras el exitoso secuestro por parte de Jasper y
Horacio, Roger y Anita lo denunciaran a la policía, sospechan de Cruella, pero
no tienen pruebas. Las autoridades no dan con los animales, y entonces entra en
acción el ‘Ttwilight Bark’, cadena de perros repartidos por Londres que envía
noticias de un lado a otro a través de aullidos y ladridos, este un delirante
recurso imaginativo. Entrando entonces en acción el Coronel, el Capitán y el
Sargento Tibbs, o sea, por orden jerárquico bien marcado marcialmente en sus
poses y lenguaje, un perro ovejero veterano, un caballo y un gato enclenque.
Personajes que hablan de estrategias militares de cómo afrontar el rescate. Que
deriva no en salvar a 15 canes de la muerte, si no a 99 encerrados en una muy
vieja mansión gótica. Todo ello en escenarios nevados propios de las fechas
navideñas, respirándose frio, ello sobre todo atomizado en un estremecedor
tramo de huida sobre prados helados y ventosos que calan en el espectador por
el sufrimiento que vemos en los dálmatas.
Es un film en su argumento muy simple, que cuento
infantil no lo es, pero dónde es fácil empatizar con los dálmatas, pues la
brutalidad a la que se asola sobre ellos es salvaje, matarlos agolpes para
deleite de una hedonista malvada. La historia consigue que estos dálmatas nos
enternezcan, ello gracias al encanto fresco que transpiran que desborda la
pantalla con una calidez humana, su temor nos llega nítido, en gran medida por
el léxico diáfano de los malos que hablan con aspereza de como los van a matar
(debió ser para los niños un impacto). Tiene un gran manejo de los tonos, desde
la presentación, la plasmación del entorno idílico multidalmático, la eclosión
de la mala, y el corte del urbanita (hemos visto incluso imágenes de la icónica
Piccadilly Circus con sus luces de neón) entorno al paisaje rural, con prados
gélidos, bosques, ríos, granjas, esto con la investigación del ‘Twilight Bark’,
marcado por el corte con el aullido de un perro que nos llevará al campo
llegando con un gran travelling visual de la ciudad al ‘castillo de la bruja
malvada’, lugar decadente, lóbrego, parece a punto de derruirse, una residencia
victoriana aterradora, donde dos desalmados sicarios custodian a los 99
dálmatas.
El tenso tramo de la huida de la mansión con la ayuda
del gato, mientras el guión da un guantazo a la entonces enemiga del cine, la
televisión. Abro paréntesis, ello a través de un desternillante programa al que
son fans los dos sicarios Jasper y Horace. Menuda acidez y mordacidad con este
torpedo mediante un concurso donde los participantes deben adivinar de que
delito es culpable el presidiario, muy adulto este gag contra el (atemporal)
amarillismo televisivo, cierro paréntesis. Y tras la salida de la mansión dará
comienzo una carrera contrarreloj sofocante, con apariciones fugaces
escalofriantes de Cruella. Ello en un crescendo de intensidad dramática, con
suspense, heroísmo, intriga, dónde el ingenio de los perros tendrá importancia
(viajar por el rio helado para no dejar huellas, borrar las huellas con ramas,
o la última del carbón). Siendo el clímax una espectacular persecución de autos
por carreteras angostas, Estupenda la conclusión, aunque la duda si lo piensas
es clara (*spoiler).
Se le puede achacar que las caracterizaciones son un
tanto cliché, el matrimonio dueño delos dálmatas son buenos sin más, la
doncella Nanny (con parecidom más que razonable con el Hada Primavera de “La
Bella Durmiente”, film disneyano realizado justo antes que este) es amable y
atenta, el trío marcial cumple bien en su parodia militar, la pareja de
sicarios dan bien con la mezcla de tarugos y crueles (turbador como cuentan
como cada uno matará a los cachorros), son depositarios del humor slapstick en
las caídas, golpes, coces y accidentes que sufren por su torpeza; pero se echa
en falta algo más de carácter entre los pequeños dálmatas, único se distingue
es el gordito por su glotonería.
Aunque si la cinta ha pasado a la historia es
realmente por la acaparadora de la pantalla en su rol de villana antológica
Cruella De Vil, realmente no aparece mucho, pero su estela permanece cual aura
malsana por todos los fotogramas, con una imagen dantesca, con costro huesudo,
brazos y piernas larguiruchos, abrigo de pieles que ondea cual danza de la
muerte, fumadora empedernida con cigarros con boquilla que hace su humo la
acompañe cual bruma del Averno, y su cabello mitad blanco y mitad negro, siempre
seguida por la melodía pegadiza que Roger creó, no teniendo reparos en hablar
de modo sádico sobre como desollar a los dálmatas, humillando constantemente a
sus dos mercenarios, con esa voz (Betty Lou Gerson) chillona cortante. Tiene
una entrada en escena operísticamente amenazante, la vemos cernirse sobre el
hogar, primero veladamente en su auto deportivo antiguo que es como su segunda
piel surcando a toda velocidad las calles, irrumpiendo proimero con su silueta
encorvada a través de la puerta, precedida de su musical leit-motive, con sus
sonrisa sardónica en el hogar protagonista con su ya mencionada figura
infernal, con un carisma que traspasa la pantalla en su energía malévola.
Cuando le preguntan cómo está responde: “Miserable, cariño, como siempre.
perfectamente miserable”. Figura animada creada por el especialista de la casa
Marc Davis, que se inspiró en la imagen de la divas del cine de los años
cuarenta, Tallulah Bankhead, apaecía en la película “Náufragos" de Hitchcock,
la actriz lucía un estrambótico peinado y abrigo de pieles en pleno naufragio, de
ahí surgió nuestra villana favorita, Homérica.
Spoiler:
Rush final: Escondidos en un almacén los 101 dálmatas
esperan la salida de una camión de mudanzas que se dirige a Londres para montar
en él rumbo a casa. Pero en estas llegan Gaspar y Horacio y comienzan a
registrar por allí. Pongo observa angustiado, entonces, tras ver mancharse a
sus retoños en hollín de carbón, decide que todos se embadurnen para no parecer
dálmatas y así sortear a los malos. Así van subiendo en pequeños grupos al
camión. Uno d ellos malos al ver a los perros negros comenta su hermano que
quizás están disfrazdos y son realmente dálmatas, a lo que el otro se ríe de él
por creer inteligentes a los perros (Gag ingenioso). Llega al lugar Cruella y
observa a los últimos dálmatas avanzar al camión, cae nieve derretida de una
cornisa y hace aparecer las manchas a los perros y con ello comienza una
persecución del auto de la villana contra el camión de mudanzas, con Gaspar y
Horacio en una camioneta, la tensión se masca en las curvas, golpes, Cruella no
duda en querer sacar fuera de la carretera al camión, pero todo acaba cuando
van a alcanzar el camión, Cruella choca su coche contra el de Horacio y Gaspar,
y los tres caen por una ladera destrozando los autos. Salen ilesos, pero con Cruella
lanzando improperios contra sus secuaces. Tras lo que todos los dálmatas
invaden el hogar de Roger y Anita, tras el primer impacto d ela alegría por la
recuperación de los 15, se dan cuenta hay 84 más, pero se los quedaran, Aniota
le dice a Roger que su casa es pequeña para tantos y Roger le responde que se
mudaran a una granja en el campo. Fin.
Este final satisfactorio. Pero deja abierto Cruella
puede querer ir a por los dálmatas, nada le impide volver a la carga para su
avieso plan. Pero esa es otra historia.
Hay una adaptación en imagen real estrenada en 1996
con nombre homónimo, presentaba a Glenn Close haciendo el papel de Cruella,
seguida por una secuela, “102 dálmatas”, en el año 2000, paralelamente a la
adaptación de 1996, surgió en 1997 una serie animada de televisión, “101
dálmatas: La serie”. En 2003 fue lanzada
directa para video “101 dálmatas 2”, secuela directa de la película animada
original de 1961. En 2021 se lanzó Cruella, spin-off y precuela de la
franquicia protagonizado por Emma Stone como Cruella De Vil, siendo la tercera
adaptación en imagen real de la franquicia.
Preciosa muestra de cine animado para toda la familia.
Gloria Ucrania!!!
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