domingo, 29 de septiembre de 2024

 


ENTRE COPAS.

 

Encantadora comedia dramática, un incisivo retrato de la tan traída crisis de los 40, una punzante deconstrucción de la masculinidad, de sus inseguridades, de esa búsqueda de un lugar en el mundo en ese momento parteaguas que marcará el resto de nuestras vidas. La he visto con motivo del 20 aniversario del estreno (../09/2004), y la cinta sigue igual de fresca o más que cuando se estrenó. Dirige Alexander Payne, que guioniza con su inseparable Jim Taylor, adaptando la novela homónima de Rex Pickett (con mucho de autobiográfica) de 2004. Siguiendo a dos amigos (se conocieron siendo compañeros de habitación en la universidad) de mediana edad, Miles Raymond encarnado por un gran Paul Giamatti, profesor deprimido y escritor fracasado, y Jack Cole al que da vida un radiante Thomas Haden Church, actor que ya pasó su mejor momento, emprenden un viaje por carretera de una semana a la región vinícola del condado de Santa Bárbara para celebrar la próxima boda de Jack. Sandra Oh (esposa de Alexander Payne) y Virginia Madsen también protagonizan papel de las mujeres que conocen durante su viaje. Una carta de amor a la cultura de Baco, que con inteligencia se entrelaza a las personalidades de los protagonistas ello expresado cuando se dice (más bien se sugiere) que, como las personas, el vino madura con la edad, alcanzando punto álgido en el que está en su mejor momento, antes de pasar a un lento declive, y cada uno es diferente en su tiempo y lugar. Ello adornado por un humor sutil, aunque tiene su momento exagerado en el campo de golf, también humor sexual (como pilla Miles a Jack y Stephanie en el motel), o de gags desternillantes (como provocan el accidente del auto), pero sobre todo por su suave desarrollo confrontando a los dos amigos. Toda esta odisea  

 

Aunque no soy precisamente yo aficionado al vino, más bien lo detesto, me da asco hasta su olor, aunque gracias a varios de los diálogos consigo entender la pasión que despierta en muchos. Miles (Giamatti) es el que más pasión expone en su labia fina y sobre todo alegórica sobre el sabor de diferentes caldos, sobre todo en una emocionante charla nocturna con Maya (Madsen), muy bucólica en el porche de una casita sobre la cata de vinos, en un cuasi doble sentido con el sexo (sobre todo teniendo en cuenta que en el dormitorio de la casita hay una pareja fornicando salvajemente). Él le cuenta por qué le encanta el pinot noir, y con ello la alegoría sobre sí mismo: “Es una uva difícil de cultivar. Es de piel delicada y temperamental. No es una sobreviviente como el Cabernet, que puede crecer en cualquier lugar y prosperar incluso cuando se la descuida. El Pinot necesita atención y cuidados constantes”; Ella le cuenta sobre la evolución de los vinos, y en realidad es a ella a la que se describe: “Una botella de vino está viva, en realidad. Está en constante evolución y ganando complejidad, hasta que alcanza su punto máximo y comienza su constante e inevitable declive. Y sabe tan jodidamente bien”. Todo rezumando dulzura sin ser sensiblero por como transpira naturalidad y calor humano. Fluyendo unos lazos entre ambos de vulnerabilidad conmovedores, una química chispeantemente entrañable. Film que hay el debate enólogo sobre una supuesta guerra de trincheras entre los aficionados al Pinot y los del Cabernet.

 

Un desarrollo que con gran ingenio y buen gusto entrelaza con humanismo el drama y el humor y viceversa, ello mediante una narración fluida, con mordaces diálogos, frases agudas, situaciones que combinan la comedia con el drama emocional, deja poso de amargura y desesperanza durante casi todo el minutaje. Una road movie delinea unos personajes cargados de defectos, frágiles, dubitativos, mentirosos, presos de sus bajos instintos, lo que se dice muy humanos, haciendo que el espectador (ósea, yo) empatice con ellos, sobre todo cuando los amigos se encuentren con las dos amigas camareras, donde las alegrías, las confidencias, el sexo, las mentiras, incluso a uno mismo irán deconstruyendo la amistad y las relaciones maduras amorosas, los desengaños, las frustraciones, los temores, los fracasos, todo ello saldrá a flote, y sobre todo brillando como puede machacar el paso del tiempo en medio de la nada, ah, y las degustaciones placenteras de vino.

 

Tiene una buena primera parte en que se nos presenta la pareja protagonista con agilidad y gran poder descriptivo, antagónicos en su carácter, esto hace que choquen en varias chispeante ocasiones. Jack está buscando su "último sabor de libertad", estaría satisfecho con un Merlot barato, tipo simpático, mujeriego, con Don de gentes, frente al quejica, tristón, y patético aspirante a escritor. Luego pasamos a la chicha de la relación de las dos parejas, para llegar a un clímax crudo, pasando a un final que sin ser acomodaticio te deja una sonrisa de satisfacción por lo visto.

 

Miles es un perdedor (cuando se emborracha llama a su ex de modo plañidero) pero sibarita refinado enólogo que busca el Pinot perfecto; Sin embargo, estos contrastes hacen que tengan una química fulgente, sobre todo por la gran actuación de ambos. Paul Giamatti es en realidad el que lleva el peso de la trama, todo se ve desde su foco, derrocha carácter en esta desbordante actuación, cargando de inseguridades que nos llegan en su relación con Maya, ejemplo ese momento en que Miles duda si besar o no a Maya, desistiendo y casi se pueden ver los engranajes de su cabeza girar en sus miserias, gracias a la gran expresividad de su rostro, como estupendo en las discusiones con Church, con una gran compenetración con la Madsen, y con un rush final estremecedor (esa botella que bebe en un fast-food dice mucho); Thomas Haden Church es sobresaliente como el libertino (otros dirían bragueta brava) Jack, juega con su encanto maduro, no tan preocupado por los vinos como por quienes los sirven, un individualista egocéntrico que solo le importa sí mismo, magno cuando se derrumba ante Miles, nos roza su colapso desorientado autodestructivo.

 

Frente a ellos las dos mujeres, que tiene en común que son divorciadas. Virginia Madsen desborda encanto, simpatía, naturalidad, deja entrever las grietas de heridas de anteriores ‘batallas’ afectivas, muy buena; Oh está estupenda como la sexy escanciadora, con chispa, tenido una última escena que derrocha temperamento y dolor a una,

 

La película, transcurre durante una semana, dividida en capítulos por día, marcando el arco de desarrollo de los roles. Ello con ese arranque en que Miles en su aventura de una semana con Jack, hace una inesperada parada en casa de su madre (buena Marylouise Burke), con la excusa de que es el cumpleaños de ella, y le gustará ver a Jack, al que idolatra, pero en realidad vemos que esta visita es solo para hurtarle dinero escondido de la madre para pasar estos días, dejando constancias en ello de lo pusilánime que es Miles. Una vez en el californiano valle vinícola en Solvang, cenan en el Hitching Post, lugar fetiche de degustación de vinos de Miles. Allí aparece un personaje crucial del relato, la camarera Maya (Virginia Madsen), que se nota tiene simpatía por Miles, aunque este se muestra frio y tímido con ella, Jack le ‘empuja’ hacia ella y este se resiste. Al día siguiente, en una bodega, mientras degustan vino, Jack le tira la onda (que expresión tan maravillosa argentina) a la sexy escanciadora Stephanie (Sandra Oh), y Jack se entera que ella conoce a Maya, planea una doble cita de parejas. Una relación de parejas donde ellos las basaran, todo impulsado por Jack, en las mentiras para darse importancia, pero sobre todo Jack ocultando a Stephanie que se casa el fin de semana.

 

Tiene una bonita puesta en escena con una luminosa cinematografía de Phedon Papamichael (“Mousehunt” o “Nebraska”), reflejando el sol que baña los viñedos en exteriores, con bonitas estampas que desprenden melancolía; La deliciosa banda sonora original incluye 15 alegres temas instrumentales de jazz compuestos y producidos por Rolfe Kent (“Election” o “Gracias por fumar”), orquestado y arreglado para la banda por Tony Blondal. El leitmotiv romántico compartido por Miles y Maya está extraído de Symbiosis de Claus Ogerman y Bill Evans. Añadiendo las rítmicas composiciones ajenas "Two Tickets To Paradise", "Face To Face", o "Sad Songs".

 

Spoiler:

Rush final: Después de la ceremonia nupcial de Jack, Miles se encuentra con su ex esposa Victoria y conoce a su nuevo esposo, Ken. Victoria le dice a Miles que está embarazada. Miles se escapa antes de la recepción y regresa a su apartamento de San Diego. Solo, bebe su preciado vino, un Château Cheval Blanc de 1961, en un vaso de poliestireno desechable en un restaurante de comida rápida. Un día, después de regresar a casa de su trabajo como profesor, Miles recibe un mensaje de voz de Maya, le dice disfrutó de su manuscrito y lo invita a visitarlo. Miles regresa a la región vinícola y llama a la puerta de Maya, y nos deja sin saber ver siquiera a Maya abrir, deja abierto su relación que esperamos sea de felicidad.

 

Notable comedia romántica, de las que recuerdas con placer. Gloria Ucrania!!!

 

Impacto en la industria del vino: Las bodegas y los lugares del valle de Santa Ynez aparecen de forma destacada en la película, lo que atrae la atención y aumenta el turismo hacia la región vinícola de Sta. Rita Hills AVA en el condado de Santa Bárbara y la costa central de California. Durante la película, Miles habla con cariño de la variedad de vino tinto Pinot noir mientras denigra el Merlot. Después del estreno de la película en Estados Unidos en octubre de 2004, las ventas de Merlot cayeron un 2%, mientras que las de Pinot noir aumentaron un 16% en el oeste de Estados Unidos. Una tendencia similar se produjo en los puntos de venta de vino británicos. Un estudio de 2009 de la Universidad Estatal de Sonoma concluyó que Sideways desaceleró el crecimiento del volumen de ventas de Merlot y provocó la caída de su precio, pero el principal efecto de la película en la industria del vino estadounidense fue un aumento del volumen de ventas y el precio del Pinot noir y del consumo general de vino. Un estudio de 2022 en el Journal of Wine Economics descubrió que Sideways provocó una reducción en la demanda de Merlot y un aumento en la demanda de Pinot noir en los Estados Unidos, lo que llevó a los enólogos de California a cultivar uvas Pinot noir en tierras inadecuadas y mezclar esas uvas con las uvas cultivadas en áreas de alta calidad solo para satisfacer la demanda, lo que puede haber dado lugar a peores vinos Pinot noir. Sideways Fest es un evento anual de tres días organizado por la Sta. Rita Hills Wine Alliance que celebra el estreno de la película y que muestra la viticultura y los paisajes locales.

 

En los Óscar fue nominada a Mejor Película, Mejor Director, Mejor Actor de Reparto (Haden Church), Mejor Actriz de Reparto (Madsen) y Mejor Guion Adaptado, este último premio que ganó.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario