EL REINO DEL PLANETA DE
LOS SIMIOS.
Muy entretenido film de
aventuras, con ribetes de distopia es la cuarta entrega perteneciente a la saga
“El Planeta de los Simios”, iniciada (aparte dejo el muy errado remake de Tim Burton
del 2001) en 2011 con la precuela de Rupert Wyatt, "El origen del planeta
de los simios", revivió una franquicia de cinco décadas de antigüedad (que
abarcaba libros, películas, series de televisión y cómics desde los años 60), marcando
inteligentemente de donde viene el dominio mico del planeta, siempre incidiendo
en el alienamiento humano como causa principal. Esta es una secuela
independiente de “War for the Planet of the Apes” (2017), protagonizan (tras el
capture-motion) Owen Teague, Kevin Durand, Peter Macon, y sin ‘máscara digital’
están Freya Allan y William H. Macy. La película tiene lugar muchas
generaciones después de los eventos de War y sigue a Noa (Teague), joven
chimpancé se embarca en un viaje junto a Mae (Allan), mujer humana, para
determinar el futuro de los simios y los humanos por igual. Dirige Wes Ball y guioniza
Josh Friedman (“La Guerra de los Mundos”), inspirándose en parte por la Obra
Maestra “Apocalypto” (2006). Film muy ameno, ágil en su ritmo, que hace que sus
casi dos horas y media se opasen si aburrimiento, aun con sus defectos, que
los tiene si rascas un poco, es una cinta que tiene su subtexto en como indaga
en el origen e las religiones a través del culto a primer simio inteligente,
Cesar, como se maneja su mensaje tras su muerte a modo de profeta (justicia,
modo de vida, solidaridad, lealtad, relación con los humanos, etc.) y se
tergiversa en función de los intereses del que lo pregona, y con ello las diferentes
facciones que toman como un dogma lo que ellos potencian interpretar.
También se puede ver una
reflexión sobre si la violencia es siempre nociva, o hay momentos en la vida en
que has de tomar las armas para combatir al Mal, el pacifismo puede convertirse
en la balsa de aceite de la villanía. A través de esto se indaga sobre si podrá
haber un futuro en que los humanos y los simios puedan convivir en armonía,
que se puede ver como una alegoría sobre el racismo llevado a nuestro tiempo.
300 años después de la
muerte de César, los simios han establecido numerosos clanes, mientras los
humanos se han vuelto animales e incapaces de hablar. Noa (Owen Teague), joven
chimpancé de un clan de cetrería, se prepara para una ceremonia de mayoría de
edad recolectando huevos de águila salvaje para vincularse con el ave por
nacer, ello con sus amigos Anaya (Travis Jeffery) y Soona (Lydia Peckham), en
una espectacular secuencia en alturas de vértigo sobre las copas de los árboles
y sobre riscos altísimos. Tras la vuelta a su poblado, Noa intenta complacer a
su padre Koro (Neil Sandilands), pero se le muestra que todavía tiene mucho que
aprender sobre cómo ser un líder. Un carroñero humano sigue a Noa a su casa y,
sin darse cuenta, rompe su huevo durante una pelea antes de huir. Durante su
búsqueda de un huevo de reemplazo, Noa se encuentra con un grupo de asaltantes
de simios que usan armas eléctricas. Mientras Noa se esconde de ellos, los
simios siguen a su caballo de regreso a su clan. Noa se apresura a volver a
casa para encontrar su aldea en llamas.
Tras el ataque de los orangutanes
hostiles, todo un pogromo, arrolladora secuencia donde se pueden hacer paralelismos
con otras matanzas famosas, con el fuego, muertes, y apresamiento de esclavos; la
película entra en una fase de aventuras en odisea con el viaje que debe
emprender el protagonista donde se le irán uniendo seres, y donde irá
aprendiendo más de como era la vida antes con los humanos, sobre todo con la aparición
del orangután de Borneo Raka (Peter Macon), que vive en una terminal del antiguo
y comido por la vegetación, aeropuerto LAX (Los Ángeles) que le muestra murales
de humanos, así como le cuenta sobre los predicamentos del líder mesiánico mico
Cesar (ejemplo: "simio no mata a simio" y "simios juntos
fuertes"). Aparecerá una mujer (Freya Allan, demasiado bonita y arreglada como
para creerse o que se crean los micos que es un ‘eco’, u animal salvaje;
tampoco, tras saberse su ‘secreto', no me creo vaya detrás de los simios
buscando comida, chirría esto) que será recogida cual mascota por el dúo Raka-Noa.
También ira teniendo enfrentamientos con los monos hostiles (orangutanes), con una
pieza notable de persecución para cazar humanos que se cruzan con Raka y Noa muy
bien trenzada, añadiendo un grito inesperado para dar color al tramo; Hay una
vibrante secuencia sobre un puente colgante sobre un rio bravo.
Y todo desemboca en el
campamento-Reino de los Simios, y aquí los defectos son claros, pues es bastante
torpemente explicada la vida allí, pues no sabes bien para que son esclavizados
los monos, allí no hacen más que oír soflamas del Rey, y por la mañana intentar
abrir una gran puerta de acero de una cueva. Luego nada más ahí, los simios se
mueven con libertad absoluta, nadie les somete, como se demuestra en el tramo
final que ejecutan un plan con la humana sin nadie vigilándoles (¿?). Ah,
tampoco entiendo para que ‘cazaban’ humanos los de este reino, pues no hay allí
ninguno, excepto el que encarna William H. Macy (desaprovechado en grado sumo
con un rol cliché de colaboracionista que pasaba por allí); Aunque en este tramo
se da una emociónate secuencia cuando Noa se erige en líder y con ello el
símbolo de esta epifanía se refleja en como se comportara un ave (no quiero
spoilear), trasladando al espectador cierta neuralgia; Hay un debate de ideas
sobre cómo afrontar y qué hacer con lo que hay dentro del ‘búnker’, saliendo a relucir
con esto la perfidia humana y resquemor al entendimiento con el diferente (o
hablamos de razas humanas?); Para desembocar en un rush final cargado de acción
y adrenalina, una carrera contrarreloj por la vida en medio de peleas épicas, teniendo
que dar licencias (*spoiler) para disfrutarlo mejor, hast allegar al duelo final
en la cumbre.
La puesta en escena es
digna de la superproducción que es. Con fenomenal diseño de producción de
Daniel T. Dorrance (“La jungla: Un buen día para morir”), llevándonos por
parajes que transmiten el post-apocalipsis, como el asentamiento del Clan de
las Águilas, los bosques que atravesamos, el aeropuerto, el planetario, el puente,
y el núcleo central en la parte final del reino, con ese gran barco a medio
derruir entre óxido, y el búnker; esto potenciado por la fotografía de Gyula
Pados (“Sin destino”), jugando con el dramatismo de la luz tenue, cielos
nublados, adaptándose notablemente a la acción; Y estos elementos en miscelánea
con los impresionantes efectos visuales supervisados por el ‘mago’ Erik
Winquist (el de toda la saga simiesca, amén de ser responsable de los de “Avatar”,
“King Kong” o “El retorno del Rey”), lo mejor que se puede decir de ellos es
que no se notan, fluyen con naturalidad, consigue que los simios tengan enorme
expresividad, sus movimientos son naturales.
Gracias a estos f/x se
consigue que Owen Teague transmita sentimientos, ello nos llega en su laconismo,
sus gestos torcidos, su mirada penetrante, muy bueno; Peter Macon como Raka es
otro que deja carisma en medio del capture-emotion; Kevin Durand como Proximus
Caesar es otro que demuestra que se puede hoy día dar una buena actuación, incluso
tras el maquillaje digital.
Spoiler:
Rush final: Noa se reúne
con su clan y es presentado al rey de los simios, Proximus Caesar. Proximus ha
esclavizado a otros clanes, obligándolos a trabajar en la apertura de la bóveda
para poder acceder a la tecnología humana encerrada en el interior. Proximus
invita a Noa a cenar con Mae y Trevathan (William H. Macy), otro prisionero
humano parlante que le está enseñando a Proximus sobre el antiguo mundo humano.
Proximus cree la intuición de Noa podría ayudar a abrir la bóveda y le advierte
que Mae solo tiene su propia agenda. Noa se enfrenta a Mae, exigiendo la verdad
a cambio de su ayuda. Mae revela el conocimiento de una entrada oculta a la
bóveda y que busca un libro capaz de restaurar el habla a la humanidad. Noa
acepta ayudarla a entrar y destruir la bóveda. Noa, Mae, Soona y Anaya colocan
explosivos en secreto alrededor de los muros marinos que protegen el
asentamiento. Trevathan los atrapa y tiene la intención de advertir a Proximus,
Mae lo estrangula hasta la muerte. El grupo entra en la bóveda y encuentra un
arsenal de armas y el "libro" de Mae, que en realidad es una clave de
descifrado de satélites. Los simios descubren viejos libros ilustrados para
niños que representan a los humanos como la especie que alguna vez fue
dominante y a los simios en jaulas en un zoológico. Mientras el grupo sale del
búnker, se enfrentan a Proximus y sus seguidores. Lightning, uno de los
lugartenientes de Proximus, amenaza con matar a Soona, pero Mae lo mata con un
arma y activa los explosivos, inundando el búnker con los simios dentro. Mae
huye del asentamiento mientras los simios suben a un terreno más alto a través
del búnker. Noa es perseguido por Sylva, a quien atrapa y deja que se ahogue.
Noa luego escapa del búnker,
pero es atacado por Proximus en la salida del bunker en la cima. Esto es para
darle licencia de credibilidad escasa, pues solo consigue de los ‘malos’
escapar Proximus, que casualidad, esto está cogido por los pelos. Noa lidera a
su clan en la invocación de sus águilas para atacar a Proximus y hacer que
caiga de un acantilado al mar. LO que se demuestra en realidad, es la
cobardía de decenas de chimpancés asustados por un solo gorila.
Mientras el clan de Noa
regresa para reconstruir su hogar, Mae llega para despedirse de Noa. Explica
que destruyó el búnker para evitar que los simios obtuvieran sus armas. Noa y
Mae se preguntan si los simios y los humanos pueden coexistir pacíficamente,
dadas sus disparidades. Mientras Noa lleva a Soona a mirar a través de un
telescopio que encontró en su viaje, Mae viaja a un asentamiento humano
inteligente en una base satelital. Mae entrega la clave de descifrado, lo que
les permite reactivar los satélites y comunicarse con éxito con otros humanos
inteligentes en todo el mundo.
Ball pretendía que lo
que Noa, Mae y Soona vieron a través del telescopio en la mitad y el final de
la película permaneciera ambiguo, diciendo: "Pensé que no había nada que
pudiera mostrarles que fuera más fuerte que lo que la imaginación de la audiencia
pudiera evocar... Claro, puede que desanime a algunas personas, pero a otras
les gustará. Tengo ideas de lo que están viendo... El espacio obviamente es una
idea clave en todas estas películas. Entonces, quizás se trata de ellos mirando
hacia el futuro?"
A los humanos
inteligentes solo les preocupa obtener la clave de cifrados para comunicarse
con otros asentamientos humanos. Pero si en el bunker hay todo un arsenal de
ejército para ’reconquistar’ el mundo! No hubiera sido más lógico, sabiendo lo que
allí ahí mandar a un comando para infiltrarse por el agujero en la cima y volver
a dominar el mundo? Y confiar solo en una muchacha para esta misión, si hubiera
caído por el rio se acabó todo, no tiene sentido.
Y lo del último encuentro
entre Noa y Mae es poco veraz tras lo que ella les ha hecho, suelta una bomba
para que se inunde el bunker y se larga, viendo como los simios van a ahogarse
si no corren lo suyo y más. No hay reprimenda alguna por parte de Noa, incluso
le regala un amuleto a ella. No tiene sentido que ella vaya a despedirse de los
simios, puede esperar una reacción visceral contra ella.
Pasarratos de calidad,
aun con sus taras. Gloria Ucrania!!!
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