martes, 3 de septiembre de 2024

 


EL REINO DEL PLANETA DE LOS SIMIOS.


Muy entretenido film de aventuras, con ribetes de distopia es la cuarta entrega perteneciente a la saga “El Planeta de los Simios”, iniciada (aparte dejo el muy errado remake de Tim Burton del 2001) en 2011 con la precuela de Rupert Wyatt, "El origen del planeta de los simios", revivió una franquicia de cinco décadas de antigüedad (que abarcaba libros, películas, series de televisión y cómics desde los años 60), marcando inteligentemente de donde viene el dominio mico del planeta, siempre incidiendo en el alienamiento humano como causa principal. Esta es una secuela independiente de “War for the Planet of the Apes” (2017), protagonizan (tras el capture-motion) Owen Teague, Kevin Durand, Peter Macon, y sin ‘máscara digital’ están Freya Allan y William H. Macy. La película tiene lugar muchas generaciones después de los eventos de War y sigue a Noa (Teague), joven chimpancé se embarca en un viaje junto a Mae (Allan), mujer humana, para determinar el futuro de los simios y los humanos por igual. Dirige Wes Ball y guioniza Josh Friedman (“La Guerra de los Mundos”), inspirándose en parte por la Obra Maestra “Apocalypto” (2006). Film muy ameno, ágil en su ritmo, que hace que sus casi dos horas y media se opasen si aburrimiento, aun con sus defectos, que los tiene si rascas un poco, es una cinta que tiene su subtexto en como indaga en el origen e las religiones a través del culto a primer simio inteligente, Cesar, como se maneja su mensaje tras su muerte a modo de profeta (justicia, modo de vida, solidaridad, lealtad, relación con los humanos, etc.) y se tergiversa en función de los intereses del que lo pregona, y con ello las diferentes facciones que toman como un dogma lo que ellos potencian interpretar.

 

También se puede ver una reflexión sobre si la violencia es siempre nociva, o hay momentos en la vida en que has de tomar las armas para combatir al Mal, el pacifismo puede convertirse en la balsa de aceite de la villanía. A través de esto se indaga sobre si podrá haber un futuro en que los humanos y los simios puedan convivir en armonía, que se puede ver como una alegoría sobre el racismo llevado a nuestro tiempo.

 

300 años después de la muerte de César, los simios han establecido numerosos clanes, mientras los humanos se han vuelto animales e incapaces de hablar. Noa (Owen Teague), joven chimpancé de un clan de cetrería, se prepara para una ceremonia de mayoría de edad recolectando huevos de águila salvaje para vincularse con el ave por nacer, ello con sus amigos Anaya (Travis Jeffery) y Soona (Lydia Peckham), en una espectacular secuencia en alturas de vértigo sobre las copas de los árboles y sobre riscos altísimos. Tras la vuelta a su poblado, Noa intenta complacer a su padre Koro (Neil Sandilands), pero se le muestra que todavía tiene mucho que aprender sobre cómo ser un líder. Un carroñero humano sigue a Noa a su casa y, sin darse cuenta, rompe su huevo durante una pelea antes de huir. Durante su búsqueda de un huevo de reemplazo, Noa se encuentra con un grupo de asaltantes de simios que usan armas eléctricas. Mientras Noa se esconde de ellos, los simios siguen a su caballo de regreso a su clan. Noa se apresura a volver a casa para encontrar su aldea en llamas.

 

Tras el ataque de los orangutanes hostiles, todo un pogromo, arrolladora secuencia donde se pueden hacer paralelismos con otras matanzas famosas, con el fuego, muertes, y apresamiento de esclavos; la película entra en una fase de aventuras en odisea con el viaje que debe emprender el protagonista donde se le irán uniendo seres, y donde irá aprendiendo más de como era la vida antes con los humanos, sobre todo con la aparición del orangután de Borneo Raka (Peter Macon), que vive en una terminal del antiguo y comido por la vegetación, aeropuerto LAX (Los Ángeles) que le muestra murales de humanos, así como le cuenta sobre los predicamentos del líder mesiánico mico Cesar (ejemplo: "simio no mata a simio" y "simios juntos fuertes"). Aparecerá una mujer (Freya Allan, demasiado bonita y arreglada como para creerse o que se crean los micos que es un ‘eco’, u animal salvaje; tampoco, tras saberse su ‘secreto', no me creo vaya detrás de los simios buscando comida, chirría esto) que será recogida cual mascota por el dúo Raka-Noa. También ira teniendo enfrentamientos con los monos hostiles (orangutanes), con una pieza notable de persecución para cazar humanos que se cruzan con Raka y Noa muy bien trenzada, añadiendo un grito inesperado para dar color al tramo; Hay una vibrante secuencia sobre un puente colgante sobre un rio bravo.

 

Y todo desemboca en el campamento-Reino de los Simios, y aquí los defectos son claros, pues es bastante torpemente explicada la vida allí, pues no sabes bien para que son esclavizados los monos, allí no hacen más que oír soflamas del Rey, y por la mañana intentar abrir una gran puerta de acero de una cueva. Luego nada más ahí, los simios se mueven con libertad absoluta, nadie les somete, como se demuestra en el tramo final que ejecutan un plan con la humana sin nadie vigilándoles (¿?). Ah, tampoco entiendo para que ‘cazaban’ humanos los de este reino, pues no hay allí ninguno, excepto el que encarna William H. Macy (desaprovechado en grado sumo con un rol cliché de colaboracionista que pasaba por allí); Aunque en este tramo se da una emociónate secuencia cuando Noa se erige en líder y con ello el símbolo de esta epifanía se refleja en como se comportara un ave (no quiero spoilear), trasladando al espectador cierta neuralgia; Hay un debate de ideas sobre cómo afrontar y qué hacer con lo que hay dentro del ‘búnker’, saliendo a relucir con esto la perfidia humana y resquemor al entendimiento con el diferente (o hablamos de razas humanas?); Para desembocar en un rush final cargado de acción y adrenalina, una carrera contrarreloj por la vida en medio de peleas épicas, teniendo que dar licencias (*spoiler) para disfrutarlo mejor, hast allegar al duelo final en la cumbre.

 

La puesta en escena es digna de la superproducción que es. Con fenomenal diseño de producción de Daniel T. Dorrance (“La jungla: Un buen día para morir”), llevándonos por parajes que transmiten el post-apocalipsis, como el asentamiento del Clan de las Águilas, los bosques que atravesamos, el aeropuerto, el planetario, el puente, y el núcleo central en la parte final del reino, con ese gran barco a medio derruir entre óxido, y el búnker; esto potenciado por la fotografía de Gyula Pados (“Sin destino”), jugando con el dramatismo de la luz tenue, cielos nublados, adaptándose notablemente a la acción; Y estos elementos en miscelánea con los impresionantes efectos visuales supervisados por el ‘mago’ Erik Winquist (el de toda la saga simiesca, amén de ser responsable de los de “Avatar”, “King Kong” o “El retorno del Rey”), lo mejor que se puede decir de ellos es que no se notan, fluyen con naturalidad, consigue que los simios tengan enorme expresividad, sus movimientos son naturales.

 

Gracias a estos f/x se consigue que Owen Teague transmita sentimientos, ello nos llega en su laconismo, sus gestos torcidos, su mirada penetrante, muy bueno; Peter Macon como Raka es otro que deja carisma en medio del capture-emotion; Kevin Durand como Proximus Caesar es otro que demuestra que se puede hoy día dar una buena actuación, incluso tras el maquillaje digital.

 

Spoiler:

 

Rush final: Noa se reúne con su clan y es presentado al rey de los simios, Proximus Caesar. Proximus ha esclavizado a otros clanes, obligándolos a trabajar en la apertura de la bóveda para poder acceder a la tecnología humana encerrada en el interior. Proximus invita a Noa a cenar con Mae y Trevathan (William H. Macy), otro prisionero humano parlante que le está enseñando a Proximus sobre el antiguo mundo humano. Proximus cree la intuición de Noa podría ayudar a abrir la bóveda y le advierte que Mae solo tiene su propia agenda. Noa se enfrenta a Mae, exigiendo la verdad a cambio de su ayuda. Mae revela el conocimiento de una entrada oculta a la bóveda y que busca un libro capaz de restaurar el habla a la humanidad. Noa acepta ayudarla a entrar y destruir la bóveda. Noa, Mae, Soona y Anaya colocan explosivos en secreto alrededor de los muros marinos que protegen el asentamiento. Trevathan los atrapa y tiene la intención de advertir a Proximus, Mae lo estrangula hasta la muerte. El grupo entra en la bóveda y encuentra un arsenal de armas y el "libro" de Mae, que en realidad es una clave de descifrado de satélites. Los simios descubren viejos libros ilustrados para niños que representan a los humanos como la especie que alguna vez fue dominante y a los simios en jaulas en un zoológico. Mientras el grupo sale del búnker, se enfrentan a Proximus y sus seguidores. Lightning, uno de los lugartenientes de Proximus, amenaza con matar a Soona, pero Mae lo mata con un arma y activa los explosivos, inundando el búnker con los simios dentro. Mae huye del asentamiento mientras los simios suben a un terreno más alto a través del búnker. Noa es perseguido por Sylva, a quien atrapa y deja que se ahogue.

 

Noa luego escapa del búnker, pero es atacado por Proximus en la salida del bunker en la cima. Esto es para darle licencia de credibilidad escasa, pues solo consigue de los ‘malos’ escapar Proximus, que casualidad, esto está cogido por los pelos. Noa lidera a su clan en la invocación de sus águilas para atacar a Proximus y hacer que caiga de un acantilado al mar. LO que se demuestra en realidad, es la cobardía de decenas de chimpancés asustados por un solo gorila.

 

Mientras el clan de Noa regresa para reconstruir su hogar, Mae llega para despedirse de Noa. Explica que destruyó el búnker para evitar que los simios obtuvieran sus armas. Noa y Mae se preguntan si los simios y los humanos pueden coexistir pacíficamente, dadas sus disparidades. Mientras Noa lleva a Soona a mirar a través de un telescopio que encontró en su viaje, Mae viaja a un asentamiento humano inteligente en una base satelital. Mae entrega la clave de descifrado, lo que les permite reactivar los satélites y comunicarse con éxito con otros humanos inteligentes en todo el mundo.

 

Ball pretendía que lo que Noa, Mae y Soona vieron a través del telescopio en la mitad y el final de la película permaneciera ambiguo, diciendo: "Pensé que no había nada que pudiera mostrarles que fuera más fuerte que lo que la imaginación de la audiencia pudiera evocar... Claro, puede que desanime a algunas personas, pero a otras les gustará. Tengo ideas de lo que están viendo... El espacio obviamente es una idea clave en todas estas películas. Entonces, quizás se trata de ellos mirando hacia el futuro?"

 

A los humanos inteligentes solo les preocupa obtener la clave de cifrados para comunicarse con otros asentamientos humanos. Pero si en el bunker hay todo un arsenal de ejército para ’reconquistar’ el mundo! No hubiera sido más lógico, sabiendo lo que allí ahí mandar a un comando para infiltrarse por el agujero en la cima y volver a dominar el mundo? Y confiar solo en una muchacha para esta misión, si hubiera caído por el rio se acabó todo, no tiene sentido.

 

Y lo del último encuentro entre Noa y Mae es poco veraz tras lo que ella les ha hecho, suelta una bomba para que se inunde el bunker y se larga, viendo como los simios van a ahogarse si no corren lo suyo y más. No hay reprimenda alguna por parte de Noa, incluso le regala un amuleto a ella. No tiene sentido que ella vaya a despedirse de los simios, puede esperar una reacción visceral contra ella.

 

Pasarratos de calidad, aun con sus taras. Gloria Ucrania!!!

 

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