viernes, 4 de octubre de 2024

 


LA CONDESA DESCALZA

 

Atractivo, a la par que algo artificioso melodrama, al que el tiempo no ha hecho bien, aun así, conservando buenos valores que la hacen por momentos cautivadora. Era uno de mis más pronunciados lunares al no haberla visto aún, lo he subsanado atendiendo al 70 aniversario del estreno (29/09/1954). Escrita y dirigida por Joseph L. Mankiewicz (en su primer trabajo en color), versando sobre la vida y amores de la sex symbol española ficticia María Vargas. Siendo protagonizada por un brillante elenco encabezado por una seductora Ava Gardner, Humphrey Bogart y Edmond O'Brien. La trama se centra en el posicionamiento social y la política de alto nivel dentro del mundo del cine y la alta sociedad. Un relato con trazas a la Carmen de Prosper Mérimée, que ingeniosamente va saltando por varios narradores omniscientes, que en modo racconto, desde el cementerio donde entierran a la diva relatan su vida, mayormente es contada por el director de cine Harry Dawes (Bogart), figura paternal para María, con secciones adicionales narradas por Oscar Muldoon (O'Brien), publicista a sueldo de un poderoso productor, y el Conde Vincenzo Torlato-Favrini (Rosanno  Brazzi). Una historia que esta notoriamente estructurada como la mítica “Ciudadano Kane” ( un racconto fragmentado que se inicia en la muerte del protagonista) , para más inri, la obra maestra de Orson Welles está guionizada por Herman J. Mankiewicz, hermano del director y guionista aquí, aquí en vez de revisar libremente la vida del magnate William Randolph Hearst (aquí sui Rosebud son sus pies descalzos), María Vargas es el alter Ego de nada menos que Rita Hayworth, había estado casada con el príncipe Aly Khan, amén de haber sido también esposa (anteriormente) de precisamente (vasos comunicantes) Orson Welles.

 

Posee un halo fatalista ya desde si escenario del presente en un camposanto bajo la lluvia, de allí retrocedemos para desarrollar un a especie de cuento de La Cenicienta española suigéneris, deconstruyendo el glamuroso Hollywood enfrentado a una mujer de una pieza, orgullosa, digna, segura delo que quiere y de lo que no. Una joven de familia humilde, que es descubierta para el cine estadounidense, donde alcanza el estrellato pero siempre mantenido los pies en nel suelo (y nunca mejor dicho), en una típica odisea de descubrimiento, auge y … (pues eso). Todo ello surtido por diálogos jugosos, mordaces, divertidos, emocionantes, cínicos. Ello en un paisaje donde reina el culto a las las falsas apariencias, y donde prevalece la amoralidad, la pleitesía al vellocino de oro, y donde subyace el vacío, la amargura, por lo que la personalidad pura de María Vargas es una rara avis condenada. El director construye una atmósfera enrarecida, malsana, donde la degradación se sugiere en medio de situaciones donde chocan la arrogancia con los pusilánimes, el despotismo frente a la gente de una pieza. Brotando las lacras humanas de envidias, celos, frustraciones, desesperanza, ello en la búsqueda eterna de la protagonista de sincero Amor.

 

Harry Dawes (Bogart), director de cine y guionista fracasado pasa por una mala racha, obligado a trabajar para el magnate Kirk Edwards (buen Warren Stevens), que ha decidido quiere producir una película. En busca de una actriz principal glamurosa, van de Roma a un club nocturno de Madrid para ver a una bailarina llamada María Vargas (Gardner). Mankiewicz, recordándome a la presentación e Rick Blaine en “Casablanca”, presenta a Maria fuera de plano, a través de los comentarios de la gente, y también mediante las reacciones de los espectadores que la ven bailar, creando un halo de interés por ella sugestivo, para cuando la vemos finalmente, sea, como no, a través primero de sus pies descalzos, pues es lo que deja a la vista cuando se esconde tras una cortina con (alguien al que ella llama irónicamente) su ‘primo’. Tras ello una chispeante charla de ella con Harry.   

 

María es una persona alegre pero orgullosa a la que le gusta andar descalza y tiene una vida familiar problemática. A María le gusta Harry desde el primer momento, ya que conoce su trabajo, pero al instante siente antipatía por Kirk. Aunque ella huye durante su encuentro, Harry la sigue hasta la casa de su familia y la convence de que vuele con ellos a los Estados Unidos para rodar su primera película. Gracias a su experiencia y a la ayuda del sudoroso y poco sincero publicista Oscar Muldoon (O´Brien), su debut cinematográfico es una sensación. María se convierte en una estrella de la noche a la mañana y la carrera de Harry resucita; se hacen amigos y hacen dos películas más juntos. Tendrá importancia en el relato el rico playboy latinoamericano Alberto Bravano (Marius Goring), y el Conde Vincenzo Torlato-Favrini (Brazzi).

 

Película que se puede ver como una especie de fábula moral, donde los cerriles códigos morales hollywoodienses deben de castigar al verso libre que es María, mujer liberada sexualmente, no necesita el matrimonio para consumar, elije ella y nunca deja la elijan, nunca se deja llevar por lo crematístico, y si tiene que ayudar a su padre en la peor situación, aunque ello pueda acabar con su carrera, no lo duda. Ello en una evolución donde en el tramo final nos alejamos del universo Hollywood para en realidad hacer una alegoría de este mediante la decadente aristocracia en su declive, al borde de la desaparición.

 

Hay una notable actuación de Ava Gardner, creando un aura de carácter indomable, dueña de sí misma, no manipulable, de una beldad fascinante, personaje que adorna con rasgos de mito, apenas sonríe durante el metraje, desprendiendo en su enamorable mirada una honda melancolía, alguien magnético, mantenido una gran química con Bogart, aunque me resulta forzado que no haya rollo entre ambos, me cruje que Harry no intentara sobrepasar la línea de Pepito Grillo, por mucho que estuviera con pareja en la sosa Jerry (correctita Elizabeth Sellars). Como también me es estridente su comportamiento final (*spoiler), no casa con el carácter que habíamos tenido de ella. Se puede esgrimir que en realidad el mundo del cine no la ha hecho como es, pues ella ya venía de ser una persona nihilista y nostálgica desde cuando la conocemos en el club nocturno, que se nota una desgraciada en el amor, el cien solo la hace alternar con gente de dinero, su personalidad estaba ahí desde que la vemos. Muy original el detalle (titular) de que guste de ir descalza, acentúa su modo de ser, le confiere un don telúrico por aquello de alguien que gusta de estar en conexión con la tierra que pisa, desprendiendo pasión, alguien ardiente de corazón.

 

Resto de secundarios: A Bogart lo veo un tanto desubicado, no me creo su rol de consejero de la diva, no puede creer no exista deseo por parte de él, actúa como su confesor, a través de estas charlas entre ambos es cuando conocemos realmente a María, pero Harry es alguien blandito sin alma, ni profundidad; Edmond O'Brien si borda con nervio su rol, aportando complejidad y arco de desarrollo como el perro del millonario que termina tomando conciencia de que lleva collar; Rossano Brazzi me resulta distante y frío, no me pega con la fogosa María, un tipo muy estirado como para encandilar a la protagonista.

 

La puesta en escena destaca por una fotografía de Jack Cardiff (“Narciso negro” o “Las zapatillas rojas”), imprimiendo un granulado en color que desprende rasgos etéreos, colores cuasi pastel, y donde sobre todo, se nota el objetivo enamorado de la hermosa Gardner, la acaricia y observa filtrándonosla maravillosa: aportando en su tonalidades glamur por donde nos pasea, sea un club nocturno flamenco madrileño, viviendas acristaladas en Beverly Hills, casinos en la Riviera Francesa, o palacios decadentes italianos, a lo que suma el vistoso y mitómano vestuario de Ava.

 

Spoiler:

 

Rush final: María es ahora una gran estrella, pero no está satisfecha. Envidia la felicidad que su amigo Harry ha encontrado con su chica de guión Jerry. Una noche en el Casino de Montecarlo , Alberto entra en una mala racha y regaña a María en público por arruinar su suerte. El conde Vincenzo Torlato-Favrini le da una bofetada en la cara y luego acompaña a María fuera del casino. María se aloja con Vincenzo y su hermana viuda, Eleanora, en el palacio del conde. Ella ha encontrado el gran amor de su vida y se casan en una fastuosa ceremonia, en la que Harry entrega a la novia. Sin embargo, hay un problema: el conde y su hermana son los últimos de la familia Torlato-Favrini; sin descendencia, la línea noble se extinguirá. El conde es impotente debido a una herida de guerra, pero no se lo cuenta a María hasta la noche de bodas. En una noche lluviosa, meses después, cuando Harry se encuentra en Italia, una desdichada María llega a su habitación de hotel y le cuenta sobre la impotencia de su marido. Ha encontrado una solución que horroriza a Harry: se ha quedado embarazada de otro hombre. Ella cree que Vincenzo acogerá a este niño para perpetuar el linaje familiar. Harry le advierte que Vincenzo es demasiado orgulloso para aceptarlo, pero María piensa lo contrario y planea contarle sobre su embarazo esa noche. Después de que María sale de su habitación de hotel, Harry se da cuenta de que el coche de Vincenzo sigue al de ella y los sigue. De vuelta en el palacio, en las dependencias de los sirvientes, Vincenzo mata a tiros a María y a su amante antes que ella pueda contarle lo del niño. Harry llega justo cuando se oyen los disparos. No le cuenta a Vincenzo sobre el embarazo. La historia termina, como empezó, con flashbacks en su funeral. Después, la policía se lleva a Vincenzo.

 

*No me trago, con el carácter puro de María que aceptara de modo estoico que este le hubiera ocultado su impotencia sexual (por herida de guerra), para esperar a rebelárselo en la noche de bodas nada menos, hubiera aceptado que se lo dijera antes y ella en señal de amor lo hubiese aceptado como señal de amor por encima de la carne, pero después? Pero ella entonces cambia de condición y se muestra sumisa a la ocultación de esta tara sexual, cual mujer sin fondo acepta como si nada, no echándole en cara esto. Lo que habría quizás, quedado mejor es que ella esa misma noche se hubiera marchado y haber interpuesto una demanda de divorcio y no quedarse con este mentiroso que quiere tener una mujer trofeo, pues en realidad no puede amarla, pues esto significa hundirla en un matrimonio impostado. Luego ella espera que él acepte de buena haga que ella se quede preñada de otro tipo, que acepte este con buena cara el criar a alguien que no es de su sangre, encima para un noble aristócrata lo importante que es esto. Esta parte me ha sido atrofiada, pues solo quiere empujarte a un final trágico cuasi-moralista misógino. .

 

‘La sensación de destino en acción se insinúa en el lema de la familia Torlato-Favrini: "che sara sara". Cuando el compositor Jay Livingston vio la película, se inspiró para componer la canción de ese nombre que más tarde terminó en "El hombre que sabía demasiado" de Alfred Hitchcock, cantada por Doris Day.’

 

‘La vida imita al arte: en 1957, tras divorciarse de Frank Sinatra, Ava Gardner se trasladó a Madrid, donde pasó la mayor parte del resto de su vida.’

 

Por su actuación, O'Brien ganó el Oscar al Mejor Actor de Reparto y el correspondiente Globo de Oro. Mankiewicz fue nominado al Oscar al Mejor Guion Original (perdió ante el de “La ley del silencio”); Mankiewicz es uno de los pocos cineastas en la historia de la Academia en ganar dos Oscar consecutivos a la mejor dirección, por “Una carta a tres mujeres” en 1949 y “Eva al desnudo” en 1950; Como curiosidad, en España se estrenó en 1955 con toques de censura. Obviaron la parte de la Guerra Civil, como también el adulterio. No sé si se entendería; Se produjo en los estudios Cinecittà en Roma. escenas exteriores se filmaron en Tivoli (el olivar), San Remo y Portofino. Bogart no estaba en el lugar de rodaje de San Remo.

 

Buen drama que falla en su aparatoso tramo final. Gloria Ucrania!!!

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