lunes, 31 de marzo de 2025

 

300.


This is Sparta.


Sugestivo film de aventuras bélicas basadas libremente en hechos históricos. Dirige por Zack Snyder, coescribió el guion con Kurt Johnstad y Michael B. Gordon, basado en la serie homónima limitada de cómics de 1998 de Frank Miller y Lynn Varley. La película, al igual que su material original, es un relato ficticio de la Batalla de las Termópilas en las Guerras Greco-Persas. La trama gira en torno al rey Leónidas (Gerard Butler), lidera a 300 espartanos en la batalla contra el "rey-dios" persa Jerjes (Rodrigo Santoro) y su ejército invasor de más de 300.000 soldados. Mientras la batalla se intensifica, la reina Gorgo (Lena Headey) intenta conseguir apoyo en Esparta para su esposo. La historia se enmarca con la voz en off del soldado espartano Dilios (David Wenham). Frank Miller, en su comic, no trata de ser fiel a la historia, su interés por la batalla de las Termópilas se despertó por una película, "Los 300 espartanos" del año 1962. Y el argumento del cómic está calcado de esa peli, tomándose gráficamente las libertades estilísticas propias de los años 80 y 90, para crear una obra más visceral, menos 'bonita'.

 

Siendo un hito por la forma en que se filmó, principalmente con superposición de croma (backlot digital) para replicar las imágenes de los cómics originales, Snyder rodó en los ahora desaparecidos Icestorm Studios en Montreal utilizando pantallas azules, solo una escena, en la que los caballos viajan por el campo, se filmó al aire libre. Gracias a la crucial miscelánea entre la cinematografía de Larry Fong (“Batman y Superman”), y la edición de William Hoy (“Watchmen”), haciendo uso el director de un desatado sentido del slow para enfatizar situaciones, pegándole mucho por el origen el material del comic, creando fotogramas de una poesía estética punzante, con enaltecedora panorámicas, con homéricos cenitales, con formidables travellings, con excelsos primeros planos que resaltan la expresividad, ello en tonalidades semioscuras, en patinados que mezclan de modo comicquero los naranjas, marrones-ocres, amarillos, proyectando un lirismo visual cautivador por momentos, emitiendo secuencias espectaculares en sus prodigiosas coreografías, reflejando el atavismo salvaje de los combates. Todo ello sexteado por la música de Tyler Bates (“John Wick 4”), evocadora en aires épicos.

 

La película es una adaptación plano a plano del cómic, similar a la adaptación cinematográfica de Sin City. Snyder fotocopió viñetas del cómic, a partir de las cuales planificó las tomas anteriores y posteriores. Creando un universo hiperrealista con seres mastodónticos (elefantes de tamaño pantagruélico, rinocerontes Kolossales, un rey Jerjes que parece de tres metros de altura, etc…, donde las muertes se multiplican en niveles holocausto, sangre a borbotones, mutilaciones, decapitaciones, etc. Nada ha empatizado más a las masas que empatizar con el débil contra el titán, el clásico bíblico de David vs Goliat, y es esta historia, David es Leónidas y su tres centenares de espartanos, frente al Goliat encarnado por los miles de soldados de Jerjes, en lo que puede ser visto como al eterna batalla de Occidente frente a Oriente, los blancos europeos frente a los más oscuros asiáticos. Una exaltación romántica del espíritu guerrero de aquellos que encuentran en el sacrifico por un bien mayor su sentido de vida, el defender la patria frente al invasor, el stajanovismo como medio de vivencia, ello frente la opresión humillante del invasor, pero también exponiendo la corrupción política en una (cercenable) subtrama sobre ayudar o no a los 300. Todo en una narración ágil, por momentos frenético.

 

Como taras, me sobra por innecesaria y que nada aporta la sub trama de cuando Leónidas marcha a las Termópilas y su esposa Gorgo, de hecho, esto es algo de cosecha propia del guion del film, no estaba en la novela gráfica. Un pegote que parece incluido para dar algo de feminismo a una historia con mucha testosterona (‘Solo las espartanas traemos al mundo hombres de verdad’, dice Gorgo reina espartana), pero que parece metida con fórceps al no tener peso alguna en la trama nuclear de la Batalla de las Termópilas. Sub tema encabezada por Gorgo a la que da vida una correctita Lena Headey, que tiene su minuto de gloria en el sentido discurso que da ante el senado; Como sobran las partes maniqueas por sensibleras impropias del carácter espartano, me refiero a las partes de los hijos, tanto de Leónidas, como del lugarteniente de rey de Esparta; Asimismo sobran por grimantes las escenas de sexo, siendo el colmo por cómo se produce la violación.

 

Dilios, un hoplita del ejército espartano, narra la historia de un rey espartano llamado Leónidas I desde la infancia hasta la realeza a través del sistema de crianza espartano y la batalla de las Termópilas. Un heraldo persa llega a Esparta exigiendo " tierra y agua " como muestra de sumisión al rey Jerjes. Insta a Leónidas a someterse e insulta a la reina Gorgo . En respuesta, Leónidas y los soldados espartanos arrojan al heraldo y a su enviado a un pozo sin fondo. Leónidas visita entonces a los éforos y les propone una estrategia para hacer retroceder a los persas a través de las Termópilas y canalizarlos hacia un paso estrecho, dando a la infantería pesada griega ventaja sobre la infantería ligera persa, numéricamente superior. Los éforos advierten a Leónidas que la Carneia se acerca y que Esparta no debe declarar la guerra durante ese tiempo. Consultan al Oráculo, quien decreta que Esparta debe honrar a la Carneia. Mientras Leónidas se marcha furioso, un agente de Jerjes aparece junto a un político espartano, Terón, recompensando a los éforos por su apoyo encubierto. Aunque los éforos le negaron permiso para movilizar el ejército de Esparta, Leónidas reunió a 300 soldados.

 

Esparta es representada como (valga la redundancia) un lugar espartano, lugar de hombres duros, tallados por una musculatura cincelada en pectorales, bíceps, cuádriceps, ataviados con mínimo ropaje, con capas y poco más que slip de cuero, en una especie de sueño húmedo homoerótico. Un pueblo que endurece a sus niños abandonándolos en el bosque para que intenten sobrevivir empujados al más puro darwinismo. Tipos curtidos y orgullosos, que prefieren morir antes de dar cualquier gesto de sumisión o flaqueza. Un reino de testosterona con machos que no se rinden, jactanciosos, donde incluso las mujeres son personas bregadas que no se doblegan. Un pueblo que se cree en superioridad moral ante el resto, ejemplo de esto es como menosprecian a los dacios que vienen a ayudarlos, menosprecian sus profesiones de alfareros, carpinteros, o granjeros, no son guerreros fieros como ellos en búsqueda permanente de la Gloria, de ahí la icónica escena en que Leónidas pregunta a sus 300. ‘Espartanos, cuál es vuestro oficio?’ y estos responden al unísono: ‘Auh, auh, auh!!!’. Cual vikingos anhelan su propio Valhalla en batalla, el Olimpo. Un pueblo que no se puede permitir el lujo de ser sentimentales (de ahí el error que pongan como a un soldado espartano sufre un ataque de ira con la muerte de su hijo, no cuadra con este carácter), de ahí la seca despedida entre Leónidas y su esposa Gorgo. (‘Señor, tenéis algún mensaje para la reina?’, y Leónidas: ‘Ninguno que se deba decir’). Unos feroces combatientes ajenos a la compasión, no hacen prisioneros, de ahí que tras las diferentes refriegas contra los persas pasen rematando fríamente a los heridos. Leónidas es mayor exponente de Esparta. El actor escocés encarna al mítico personaje con carisma, con nervio, con vigor, con sentido del humor negro, da bien con el rol en lo que es una especie de cuasi clon de Russell Crowe.

 

En los márgenes de la acción violenta quedan las trifulcas políticas, enfrentando dos visiones de estado, como es la espartana regida por un régimen monárquico-marcial muy similar a una dictadura fascia, donde todos siguen a pies juntillas las decisiones de su líder Leónidas. Ello frente a la democracia que representa Atenas, y como el rey de Esparta despectivamente lo dice: ‘La democracia es para los atenienses’, exponiendo como tener que colegiar decisiones puede ser tóxico cuando hay que ser expeditivos y rápidos ante amenazas que hacen peligrar tu existencia.  Esto expuesto primero en como los políticos de turno piden a Leónidas contención y que espere, políticos que son mostrados como ‘corruptus in extremis’. La guerra se debate en el senado, cuando la supervivencia de la cultura a preservar nunca puede ser de discusión, hay que defenderla ante la barbarie. Pues de modo ridículo se quiere parar todo por estar en festividad de Carneia (culto a los dioses declarada por los oráculos, obligaba a no entrar en guerra).

 

Para el recuerdo quedan momentos legendarios como la patada a cámara lenta de Leónidas al emisario persa que lanza al ‘hjoyo’ (le ha insultado), al grito de: Esto es Esparta!!!; Las batalla descompensadas entre espartanos y persas; Como aguantan en formación pétrea los avances de los persas; Como los espartanos lanzan a cientos de invasores al vacío por un acantilado; Los enfrentamientos con elefantes y rinocerontes de tamaño de dinosaurios; Como despeñan los espartanos los cadáveres en muro sobre los persas; La lluvia de flechas persas sobre los espartanos. Un soldado espartano le dijo a su rey: “Leónidas, son tantos que con sus flechas nublarán el sol”. A lo que Leónidas responde: “Mejor, así lucharemos a la sombra”, y así ocurre; El encuentro teatral entre un solitario Leónidas y el semi-Dios Jerjes que llega sobre una carroza (que parece salida del Carnaval de Rio) tirada por decenas de esclavos, el jerarca asiático vestido cual reino Drag, con un slip y tropecientos abalorios de joyas (piercings) sobre su cuerpo. Mandatario gigante afeminado que no sé si intencional o no, pero la sensación es de querer sodomizar a Leónidas cuando este se da la vuelta y vemos la enorme mano posarse sobre el hombro del espartano y lisonjearlo, ello para potenciar la caricatura perversa y lujuriosa del mal, que no solo busca poseer tierras, también cuerpos; Y por supuesto está el clímax que todos pensamos será alguna especxtacualr y larga batalla al estilo ‘peckinpahinao’ de “Wild Bunch”, y sin embargo se resuelve de forma rápida pero efectiva en mostrar el épico espíritu espartano. Ello con un componente cuasi-bíblico en ese traidor cual Judas espartano, aunque este elemento me ha resultado discutible, por poner a un tipo grotescamente jorobado como el Judas, concepto muy eugenésico, aunque también es propio de Shakespeare, que se lo digan a su “Ricardo III”.

 

Spoiler:

 

-Esta noche cenaremos en el Infierno!!!

 

-Inmortales (soldados persas)... pondremos a prueba su nombre.

 

Leónidas: Tienes muchos esclavos Jerjes, pero pocos soldados. Dentro de poco temerán más mis lanzas que tus latigazos...

Jerjes: No son mis latigazos lo que temen es mi poder divino. Póstrate ante mí Leónidas, y no tendrás porqué temerme.

Leónidas: Lo de postrarme ante ti, está difícil, después de aniquilar a tus soldados ...pues tengo un pequeño calambre en este muslo.

Jerjes: Tu tribu es fascinante. Nuestras culturas podrían compartir muchas cosas.

Leónidas: Pero si hemos compartido nuestra cultura con vosotros toda la mañana! (Por lo de haber masacrado a cientos de ellos)

 

Las criaturas fueron diseñadas por Jordu Schell (“Alien: Resurrección”, “El planeta de los simios” [la de 2001], o “Hellboy”), y se crearon un lobo animatrónico y trece caballos animatrónicos; Se crearon más de 600 trajes para la película, así como numerosas prótesis para varios personajes y los cadáveres de soldados persas. Shaun Smith y Mark Rappaport trabajaron codo con codo con Snyder en la preproducción para diseñar la apariencia de cada personaje y producir los efectos de maquillaje protésico, el atrezo, las armas y los maniquíes necesarios para la producción; La posproducción estuvo a cargo de Meteor Studios de Montreal, e Hybride Technologies rellenó el metraje de pantalla azul con más de 1500 tomas de efectos visuales. El supervisor de efectos visuales Chris Watts (“El día de mañana” o “Waterworld” o “Frankenstein de Mary Shelley”) y el diseñador de producción Jim Bissell (“E.T.”, “Jumanj¡i” o “Misión: Imposible: Nación secreta”) crearon un proceso denominado "The Crush", permitió a los artistas de Meteor manipular colores aumentando el contraste de luz y oscuridad. Ciertas secuencias fueron desaturadas y tintadas para crear diferentes atmósferas. Se utilizaron varios programas informáticos, como Maya, RenderMan y RealFlow, para crear la "sangre salpicada". La posproducción duró un año y estuvo a cargo de un total de diez empresas de efectos especiales.

 

Algunos historiadores criticaron bastante al director por sus impresiciones históricas y su apego a la narrativa de Heródoto, el padre de la Historia, que como sabemos solía exagerar sus crónicas, siendo prueba de ellos las cifras estratosféricas de soldados que habrían participado en la batalla. Por lo mismo, no es raro que Heródoto insista que el ejército persa fuera de más de 2 millones de soldados y el espartano de 300, cuando los historiados parecen coincidir que en realidad eran 250 mil persas y unos 25 mil entre espartanos y atenienses, respectivamente. Asimismo, también se le criticaría el retrato excesivamente positivo de los espartanos y negativo de los persas. Algunos historiadores destacarían el hecho de que Esparta nunca fue una democracia sino una monarquía militar, y que lejos de sentir simpatía por la libertad, contaban con una casta de esclavos, los Ilotas, a quienes masacraban constantemente. Incluso, se sabe que menos del 15% de la población griega realmente participaba de las decisiones democráticas y casi un 40% de la población era esclava.

 

‘Cuando Butler está totalmente acorralado sin posibilidad alguna de sobrevivir, no le importa los persas que están apunto de matarle (como ya se explica en otra sublime escena anterior), sólo el paisaje, los cadáveres de sus compañeros bajo sus pies y el sudor bajando por su cuello. Tiene su honor intacto, la gloria asegurada en el Olimpo.’


Al tercer día, los persas, liderados por Efialtes, recorren el camino secreto, rodeando a los espartanos. El general de Jerjes vuelve a exigir su rendición, pero los espartanos se niegan, y Stelios mata al general. Enfurecido, Jerjes ordena a sus tropas que ataquen. Leónidas lanza su lanza contra Jerjes, cortándole el rostro para demostrar la mortalidad del Dios-Rey. Leónidas y los espartanos restantes luchan hasta el último hombre hasta que finalmente sucumben a una lluvia de flechas. Dilios concluye su relato ante el Consejo Espartano. Inspirados por el sacrificio de Leónidas, los griegos movilizan un ejército, con Esparta al frente. Dilios, ahora al mando del ejército griego liderado por Esparta, pronuncia un emotivo discurso en homenaje al rey Leónidas y a los 300 que sacrificaron sus vidas un año antes. A continuación, lidera al ejército griego liderado por Esparta en la Batalla de Platea contra los persas.

 

Precisión histórica: En la Batalla de las Termópilas, los espartanos ya se habían aliado con otras polis griegas contra los persas. Durante la Batalla de las Termópilas, la invasión de Grecia por Jerjes coincidió con una festividad religiosa espartana, la Carneia, en la que a los espartanos no se les permitía declarar la guerra. Aun así, consciente de la amenaza persa y sin querer aparecer como simpatizantes persas, el gobierno espartano, en lugar de Leónidas solo, decidió enviar a Leónidas con su escolta personal de 300 hombres a las Termópilas. Otras polis griegas se unieron a los 300 espartanos y sumaron entre 5000 y 6000 soldados griegos. El consenso histórico entre cronistas antiguos y académicos actuales fue que las Termópilas fueron clara derrota griega, y la invasión persa solo sería repelida en posteriores batallas terrestres y navales. ...

 

El rey espartano Leónidas decide contrariar las predicciones del oráculo y hacer frente a la amenaza del monstruoso ejército del rey persa Jerjes, quien se dispone ahora controlar toda la Grecia. Pero antes, el vanidoso y poderoso persa deberá ponerlos a prueba en Las Termópilas. En agosto o septiembre de 480 A.C., se libró la Batalla de Las Termópilas, en donde las fuerzas de Esparta y Atenas se unieron para detener la invasión del Imperio Persa de Jerjes I, durante la II Guerra Médica (480-479 A.C.) Jerjes estaba decidido a conquistar toda la Grecia de entonces tras la derrota de su padre Darío I ante los griegos en la Batalla de Maratón (490 A.C.), reuniendo un gigantesco ejército de 250 mil hombres (más de 2 millones, según el historiador Heródoto) y una inmensa flota marítima. Fue así como el rey espartano Leónidas contuvo al ejército de Jerjes I durante tres días en el estrecho paso hacia Grecia, provocando numerosas bajas en el ejército invasor, no así en el espartano. Sin embargo, cuando los griegos fueron traicionados por Efialtes, Leónidas, despediría a la mayor parte de su ejército y aguantaría heroicamente la masacre persa con 300 de sus mejores soldados. Posteriormente, luego de que los persas llegaran y tomaran Atenas, serían derrotados decisivamente en las batallas de Salamina (480 A.C.) y Platea (479 A.C.), poniendo fin al sueño conquistador de Jerjes I sobre Grecia.

 

Un entretenimiento de calidad, con sus defectos, pero siendo sensacional en su estilo de ver en pantalla una fiel adaptación de una novela gráfica, aun con su tufillo fascio, pero esto es puro pasatiempo, esto es ‘Esparta! Gloria Ucrania!!!

 

PD. Con una recaudación de más de $456 millones, el estreno de la película fue el 24.º más grande en la historia de la taquilla en ese momento y se convirtió en la décima película más taquillera de 2007; La película también cuenta con la participación de Michael Fassbender en su debut cinematográfico; Una secuela, titulada “Rise of an Empire”, basada en la precuela gráfica inédita de Miller, “Xerxes”, se lanzó el 7 de marzo de 2014.

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