ZODIAC.
Decepcionante thriller,
que lo vi en su momento y ya tenía un recuerdo de algo pretencioso pero errado,
pero he decidido volver a revisarlo, pues David Fincher me gusta mucho en la
mayoría de su cine, y tal mi percepción había cambiado, y lo que ha hecho es
reafirmar mi sensación de film fallido que pretende mucho más de lo que consigue.
Dirige David Fincher, sobre el guion de James Vanderbilt, basada en los libros
de no ficción de Robert Graysmith: Zodiac (1986) y Zodiac Unmasked (2002). Protagonizada
por Jake Gyllenhaal, Mark Ruffalo y Robert Downey Jr., con Anthony Edwards,
Brian Cox, Elias Koteas, Donal Logue, John Carroll Lynch, Chloë Sevigny, Philip
Baker Hall y Dermot Mulroney en papeles secundarios. Narra la búsqueda del
Asesino del Zodiaco, asesino en serie que aterrorizó el área de la Bahía de San
Francisco a finales de los años 60 y principios de los 70, provocando a la
policía con cartas, ropa ensangrentada y códigos enviados por correo a periódicos.
El caso sigue siendo uno de los crímenes sin resolver más infames de Estados
Unidos. Empezamos mal cuando al principio colocamos un cartelito diciendo que
está basado en hechos reales, cuando la fuente única para la película es el periodista
Robert Graysmith, basándose la mayoría en conjeturas del autor, incluso llegan
a ser más ‘papistas que el papa’ cuando para apuntar a un sospechoso lo adornan
con información que ni la policía, ni el libro apunta. Por cierto, libro de Grasymith
desacreditado por mucha gente que estuvo en el caso, manipuló hechos e inventó información,
o citas, llega la cinta a apuntarse a aquello de que ‘la verdad no estropee una
buena historia’.
Siendo esto grimante, se
suma a una realización que tiene un atractivo inicio con la escenificación de
varios de los crímenes, pero que a medida que avanza el relato se hace más
denso, perdiéndose la tensión en medio de un sinfín de charlas que no llevan a lado
alguno, con un estancamiento de ritmo que te hace alejarte de la trama, a lo
que se añade un sinfín de personajes que no hacen más que aumentar la sensación
de que te estas perdiendo entre la marejada de nombres y datos, muchos de ellos
que aportan entre la nada y el zero. Con unas elipsis temporales que se sienten
hachazos bruscos. Haciéndote que termine por importarte poquito quien es el
asesino. Y es que el paso de los minutos es su peor enemigo, pues ocurre lo
peor en cine, y es que acaba por aburrirte, ello atomizado en su lánguido rush
final. Es de esos films que es mejor por partes que en conjunto, pues adolece
de falta de solidez, y donde a nivel interpretativo solo Gyllenhaal demuestra
que es buen actor, Ruffalo simplemente está cumplidor y Robert Downey Jr., se
nota desaprovechado en un rol que termina difuminado.
Al final parece que la
historia solo está ahí para mostrar como las personas podemos obsesionarnos con
algo en particular hasta convertirse en algo autodestructivo. Esto se podría
haber enfocado precisamente, a como esta obsesión se pudo canalizar hacia la manipulación
de información en su sesgo de justificación. Pero no! El guion lo convierte en
una especie de cruzado que busca la ‘verdad’ (‘Porque nadie más lo hará’, responde
a cuando le cuestionan que porque, con los años que han pasado sigue buscando
al culpable), donde los demás la han dejado de lado, él es capaz de unir las
piezas del imposible rompecabezas, por lo que solo queda como la obsesión lo
daña, y esto se siente bastante poca cosa en como le ‘daño’, quedando en un
cliché macilento de que tiene problemas familiares (puaj!!!), y en su tránsito
queriendo elevar a Graysmith a la categoría de Héroe (puaj!!!).
El 4 de julio de 1969,
un hombre desconocido ataca a Darlene Ferrin y Mike Mageau con una pistola en
un callejón de enamorados en Vallejo, California. Sólo Mike sobrevive. Un mes después, el San Francisco Chronicle
recibe cartas cifradas escritas por el asesino que se hace llamar " Zodiac
", que amenaza con matar a una docena de personas a menos que se publique
su mensaje codificado que contiene su identidad. El caricaturista político
Robert Graysmith (Gyllenhaal), adivina correctamente que su identidad no está
en el mensaje, no es tomado en serio por el reportero policial Paul Avery (Downwey
jr.) ni por los editores y es excluido de los detalles iniciales sobre los
asesinatos. Cuando el periódico publica las cartas, un matrimonio descifra una,
revelando que en realidad no contenía el nombre del asesino. En septiembre, el
asesino apuñala al estudiante de derecho Bryan Hartnell y a Cecelia Shepard en
el lago Berryessa en el condado de Napa; Cecelia muere dos días después. En la
oficina, Avery se burla de Graysmith antes de hablar de las cartas codificadas.
Graysmith interpreta la carta, lo cual Avery encuentra útil, y comienza a
compartir información. Una de las conclusiones de Graysmith sobre las cartas es
que la referencia de Zodiac al hombre como "el animal más peligroso de
todos" es una alusión a la película de 1932 "El juego más peligroso",
protagonizada por el villano Conde Zaroff, un hombre que caza presas humanas
vivas.
Spoiler:
Que pinta en la película
el tramo en que Graysmith visita al tipo del cine? Me da la sensación que al no
haber habido escenas de intensidad dramática nos cuelan esta donde se dice que
la letra del tipo es la que más se parece a la de Zodiac y sin embargo no se investiga.
Menuda morcilla!
A que viene perder
tiempo cuando Graysmith conoce al sustituto de Avery en el San Francisco
Chronicle? Luego este personaje no aparece más (¿?).
Porque muestran el
ataque a la mujer con el bebe, que termina sobreviviendo, que ha visto el
rostro del agresor, pero no la vemos implicada en el caso como una de las
supervivientes que puede identificar al criminal?
Al final el testigo
clave termina siendo Mageau, el que sobrevivió al ataque de apuñalamiento en el
lago. Pero porque no da el testimonio por Leigh hasta 22 años después?
Para los espectadores
del Área de la Bahía, esta también es una historia local, y el director David
Fincher se esmera en capturar detalles con precisión. Dos breves tomas del
Ferry Building muestran la antigua autopista Embarcadero aún intacta, y los
cineastas aparentemente saben exactamente cuándo (y cómo) se construyó la
Pirámide Transamérica. Localizaciones del Área de la Bahía, como Original
Joe's, aparecen en todo su esplendor de los años 70. los periodistas de la
vieja escuela que aparecen en la sala de redacción del San Francisco Chronicle
parecen apropiados: con sus camisas blancas, caras de tipo duro y mangas
arremangadas.
Graysmith se entera de
que Allen vivía cerca de Ferrin y probablemente la conocía y que su cumpleaños
coincide con el que Zodiac dio cuando habló con una de las criadas de Melvin
Belli. Si bien la evidencia circunstancial parece indicar su culpabilidad, la
evidencia física, como las huellas dactilares y las muestras de escritura a
mano, no lo implican. En 1983, Graysmith rastrea a Allen hasta una ferretería
Vallejo Ace, donde trabaja como empleado de ventas; se miran fijamente antes de
que Graysmith se vaya. Ocho años después, después de que el libro de Graysmith,
Zodiac, se haya convertido en un éxito de ventas, Mike Mageau identifica a
Allen a partir de una foto policial. Al
final todo queda in media res, no se atrapa al asesino, y aunque se apunta a
Arthur Leigh Allen, se nos dice murió de un infarto. Pero esto no es óbice para
declararlo el asesino, se siente algo forzado que se lo señale y luego se diga
que ha fallecido y que por ello no se pudo acusar de ser Zodiac, cuando esto es
mentira.
Fincher y Savides
utilizaron fotografías de William Eggleston, el trabajo de Stephen Shore de
principios de los setenta y fotos reales de los archivos policiales de Zodiac.
Ambos trabajaron arduamente para capturar la estética y la atmósfera de la época;
Fincher no planeó una banda sonora original para la película, más bien una
combinación de diseño de sonido, canciones antiguas de la época, fragmentos de
sonido y clips de KFRC y anuncios de "Mathews Top of the Hill Daly
City" (importante concesionario local de productos electrónicos de consumo
de la época). Le dijo al estudio que no necesitaba un compositor y que, en su
lugar, compraría los derechos de varias canciones. Estuvieron de acuerdo, pero
a medida se desarrollaba la película, el diseñador de sonido Ren Klyce sintió
había escenas en las que se podría haber utilizado música original. Klyce
insertó música de una de sus bandas sonoras favoritas, la banda sonora de David
Shire para The Conversation.
Errado film con ínfulas
de tirar de thrillers setenteros, pero que se queda en tierra de nadie ante su
indefinición. Gloria Ucrania!!!
Hay una fabulación
enorme en el film alterando la realidad a su gusto: La relación entre Paul
Avery (Robert Downey Jr.) y Graysmith es una obra de ficción, pero es un
ejemplo de un cambio inofensivo, inventado, en la vida real que ayuda a que la
trama del guion avance. Otros cambios no son tan inofensivos, ni necesarios. En
una de las primeras escenas —cuando el San Francisco Chronicle recibe la
primera letra y clave del Zodiaco—, Gyllenhaal toca físicamente la clave,
anotando los símbolos para estudiarlos por su cuenta. En primer lugar, esto
sería un error garrafal en cuanto a huellas dactilares, e incluso a finales de
los 60 es muy probable que el equipo del Chronicle hubiera intentado evitar que
una sala de conferencias llena de gente tocara la carta. En segundo lugar, el
propio Graysmith nunca afirmó haber tenido en sus manos las letras o los
códigos, ni el dibujante del Chronicle los habría recibido en primer lugar.
Otro momento en el que la película se encuentra con la clave: Graysmith en
realidad no la resolvió. Los medios cubrieron sus afirmaciones, pero el FBI
determinó que Graysmith finalmente no resolvió nada. En 1979 y presenta a
Avery, anciano y usando un tanque de oxígeno en un bar, cuando estaba sano en
ese momento, sin requerir el uso de oxígeno durante otros 11 años. Es un método
fácil, o perezoso, depende de cómo lo mires, para hacer que Graysmith parezca
heroico, mientras su viejo amigo, que nunca fue realmente su amigo en la vida
real, lo ve triunfante después de años de duro trabajo.
La invención se vuelve
cada vez más grave y éticamente problemática cuando la atención se centra en
Arthur Leigh Allen, a quien sus amigos y familiares solían llamar Leigh. Para
ser claros, Allen no era un buen hombre. En 1974, fue arrestado y se declaró
culpable de cometer actos lascivos contra un niño de 12 años, cumpliendo un par
de años de prisión por el delito. Esto no justifica la invención de historias
para culparlo de los asesinatos de Zodiac, ni tampoco ayuda a resolverlos. Se
sabe que Graysmith mintió sobre Allen en su libro, y Fincher solo las perpetúa
en la película. El problema más grave de Zodiac con la verdad es la escena en
la que Allen es interrogado por la policía. Un hombre llamado Don Cheney
denunció a Allen, aunque ya se había hablado con él antes de la escena que se
muestra en la película. Cheney afirmó que Allen intentó abusar de uno de sus
hijos y luego les contó a los detectives muchas cosas sobre su antiguo amigo.
Según Graysmith, Cheney afirmó que Leigh le había contado que quería escribir
un libro basado en un asesino llamado Zodiac, y que además era fan de "The
Most Dangerous Game", un cuento de Richard Connell de 1924 que luego se
convirtió en película, por primera vez, en 1932. Pero Cheney era un mentiroso
conocido, cuya historia cambió con los años. Es más, nunca le contó a la
policía sobre ningún supuesto libro, ni mencionó nada sobre el cuento. De
nuevo, son fragmentos inventados que Graysmith utilizó a partir de puras
conjeturas para construir su propio caso sesgado contra Allen, que Fincher y el
resto de su equipo siguieron ciegamente. Incluso si Graysmith no fuera, al
menos en parte, un fraude, la película sigue teniendo el problema de usar a
Cheney y no incluir la otra cara de la moneda: que era conocido por inventar
cosas. Cheney alteraría detalles de su historia original varias veces, más
específicamente después de que se publicaran los libros de Graysmith,
publicados respectivamente en 1986 y 2002.
Lo más problemático de
la escena de la entrevista es que se centra en dos momentos inventados.
Primero, las huellas de botas encontradas en una de las escenas, conocidas como
Caminantes del Viento, son un punto de total mentira en lo que respecta a Allen.
Nunca se encontraron botas que coincidieran con las de la escena, ni siquiera
durante los registros de su propiedad en ambas ocasiones. Ningún policía lo vio
con las botas puestas. Sin embargo, Fincher utiliza varias tomas durante la
escena de la entrevista para mostrar a Allen con las botas puestas, e incluso
los detectives lo notan; esto nunca aparece, de ninguna forma, en los
expedientes del caso. Si fuera un detalle superficial, no importaría. Pero la
cámara claramente detecta las botas, y el detalle se trata como si fuera otra
parte de los expedientes que aparentemente se consultaron con atención durante
la producción. Segundo, una de las líneas del guion se inclina demasiado a
intentar condenar a Allen ante la opinión pública, cuando dice: «No soy el Zodiaco,
y si lo fuera, desde luego no te lo diría». Nunca dijo nada parecido. De hecho, en la introducción del podcast
Monster: The Zodiac Killer, se utiliza el audio del propio Allen y, casi en una
refutación directa del diálogo de la película, dice: "No me han arrestado
porque no pueden probar nada. No soy el maldito Zodiaco".
Un par de escenas más en
torno a esta misma sección reafirman que Fincher se basa únicamente en la
narrativa de Graysmith, y también el hecho de que Graysmith es de carácter
cuestionable como autor. Los detectives Bill Armstrong (interpretado por
Anthony Edwards) y Dave Toschi (interpretado por Mark Ruffalo) hablan con el
hermano y la cuñada de Allen. Si hay que creer la película de Fincher, la
propia familia de Allen creía que él era potencialmente el Zodíaco y presentó
pruebas para respaldar sus afirmaciones. Esta es otra mentira de Graysmith, y
una de las peores. La familia de Allen nunca creyó que fuera sospechoso. Cuando
la policía los contactó, el hermano y la cuñada se sorprendieron al saber que
Leigh era sospechoso, y dijeron que no creían que pudiera haber cometido tales
crímenes, una creencia que siempre han mantenido. Un rato después, una escena
muestra al detective Armstrong siendo contactado por la cuñada de Allen y él va
a hablar con ella de nuevo. Esto tampoco ocurrió y, sumado a la escena anterior
del hermano y la cuñada, refuerza las falsas afirmaciones de Graysmith sobre
que la familia de Allen creía que él era el Zodíaco.
De nuevo, en la escena
final, hay más pruebas de que Zodiac se aferra a la narrativa deshonesta del
libro de Graysmith, como un último golpe para Arthur Leigh Allen. En esta
escena, un Mageau mayor (esta vez interpretado por Jimmi Simpson) identifica a
Allen con relativa certeza. En el caso real, la policía no consideró válida la
identificación de Mageau, y el detective que lo entrevistó originalmente días
después del ataque creyó que no pudo identificar con precisión al pistolero en
ese momento. Mageau dijo que nunca vio el rostro de Zodiac; la primera escena
de la película lo muestra mirando a su atacante, pero nunca lo hizo en realidad
y solo vio brevemente el rostro del asesino de perfil. Fincher se inclina
ligeramente hacia otros posibles sospechosos, incluso en esta escena final
donde Mageau, como en la vida real, duda en su identificación por un momento.
Una escena muestra a la
policía registrando la caravana de Allen en 1972, lo cual hicieron sin
encontrar nada que lo vinculara con los crímenes. De entre todas las cosas, la
extraña atención de Fincher a los detalles erróneos se centra brevemente en una
toma de un frasco de vaselina y un consolador de madera, con restos de heces,
junto a la cama de Allen; la policía encontró juguetes sexuales entre las cosas
de Allen, así como ardillas muertas en el refrigerador, como vemos en la
película. Lo que no se incluye es que, después de que Allen fuera absuelto como
sospechoso, una vez descartadas definitivamente su caligrafía y huellas
dactilares, el libro de Graysmith salió a la luz catorce años después y lo
convirtió de nuevo en sospechoso.
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