domingo, 23 de marzo de 2025

 

BETTER MAN

 

Sugestivo biopic del cantante inglés Robbie Williams, un fulgente musical, que en realidad nos cuenta la historia mil veces contada del artista que de la nada llega a la cima, por el camino lucha contra su propio ego, sus inseguridades, tiene romances tormentosos, tiene adicciones, tiene fantasmas del pasado que leatormentan, y el final es previsible, sobre todo si en la producción está el propio Robbie. Pero aquí lo valioso es la radiante dirección y producción del aussie Michael Gracey (también coescribe), impactando ya desde su premisa de la imagen dada al cantante. Con la profusión de biopics (sobre todo de cantantes) últimamente (Freddy Mercury, Elton John, Elvis Presley, Bob Dylan, etc), Gracey ha buscado ofrecer algo novedoso y disfuncional, y con ello arriesga y gana. El director aprovecha que durante una entrevista con Robbie este le dijo que siempre se sintió "menos evolucionado que los demás". Con ello Gracey hace que Robbie sea un chimpancé antropomórfico con imágenes generadas por computadora (CGI), interpretado por Jonno Davies mediante captura de movimiento, y con voces de ambos, una especie de primate salido de “El Reino del Planeta de los Simios”, pero es una visión onírica propia del artista, pues nadie lo ve con esa imagen, ningún otro personaje comenta sobre su apariencia. Esto hace ya la peli original, con ello también no tenemos que hacer el juego de buscar el parecido del actor que lo interprete con el cantante, dando una dimensión distinta a su rol. Esta creación digital pasados unos minutos se integra de forma grácil en la narrativa.

 

Gracey se destaca como un alumno aventajado de su compatriota Luhrmann, con un espectáculo visual y auditivo apabullante, que hace que las carencias de un relato poco original se siga por su vigor, por su potencia e intensidad, habiendo un ritmo trepidante desde su inicio muy a lo “Trainspotting”, salpicando la trama de unos números musicales arrolladores, por algunos momentos provocando el éxtasis con brío y electricidad, con unas coreografías deslumbrantes en su imaginación brillo, con trucos de cámara formidables, gracias al fulgente trabajo del DP Erik Wilson (“Paddington”), llenando de cromatismos resplandecientes los fotogramas, jugando con la semioscuridad en las escenas intimistas, con juegos de edición shockeantes, siendo el pico el desbordante plano-secuencia del “Rock DJ”, pero esto combinado con la emoción a flor de piel como es cuando se oye “Angels” en el contexto del cariño de Robbie por su abuela. Si bien Williams regrabó muchas de sus canciones que aparecen en la película, el vocalista Adam Tucker proporciona voces adicionales, incluyendo "My Way" y "She's the One" (con Kayleigh McKnight). Gracey declaró que las canciones serían «reinterpretadas» para adaptarse a la emoción del momento en la película.  Con ello los temas musicales sirven como impulso narrativo entrelazado dramáticamente, reflejando el estado de ánimo del protagonista. Exponiendo con rigor el patio trasero del éxito, el hedonismo, el infantilismo, elegoísmo de estos exitosos divos. Gracey nos guía por los picos de la carrera de Robert, desde el éxito con la banda teenager Take That, su resurgir en solitario, hasta su concierto en solitario que fue histórico en Knebworth.

 

En Stoke-on-Trent, en la década de 1980, Robbie, de ocho años, es humillado durante un partido de fútbol y se marcha furioso. En casa, encuentra consuelo en el apoyo de su abuela Betty, y su padre, Peter, le enseña a cantar con estilo inspirado en Frank Sinatra, aunque también suele hacer que Robbie se sienta inútil. Durante una representación de Los Piratas de Penzance, la recuperación de Robbie de un accidente impresiona al público. Sin embargo, su felicidad se ve truncada por la ausencia de Peter. Más tarde se marcha en autobús, abandonando a la familia. Robbie se aferra a objetos relacionados con su padre, rescatándolos durante una mudanza a una casa más pequeña ("Feel"). De adolescente, Robbie declara su ambición de ser un cantante famoso a pesar de las críticas durante una sesión de orientación profesional. Su perseverancia alcanza su punto máximo cuando se entera de una audición para una banda de chicos en Manchester. Inicialmente rechazado, la determinación y la confianza de Robbie le aseguran un puesto en el grupo pop Take That.

 

Tiene un cautivador inicio cuando vemos a Robbie de niño chimpancé jugar con sus amigos en la calle al futbol, es penoso. Cuando llega a casa su padre lo anima y canta juntos My Way, que entonces suena en la tv, pero también tiene sus roces con él. Robbie aspira a que su padre lo admire en la música, como él sueña en cantar como sus ídolos Frank Sinatra, Sammy Davis jr, y Dean Martin (El Rat Pack). Pero llega el momento de la separación de su padre, expuesto en el con movedor “Feel”, cargado de sentimiento de perdida. Hasta que le llega su gran momento con Take That, con comienzos cuando menos extraños tocando en clubs gays, para amenizar este ascenso está el rítmico ‘I Found Heaven’. Hasta que para escenificar estar en la cima vemos un Homérico videoclip en plano secuencia apoteósico, hacia mucho que no sentía esa sensación de bailar arrastrado por el frenesí contagioso, como sucede con el vibrante “Rock Dj” (en realidad es del propio Robbie Williams de cuando ya había dejado la banda). Todo un subidón de adrenalina como el quinteto implosiona en la nocturna y bulliciosa Regent St londinense, cienes de bailarines cual tsunami inundan la avenida, con una coreografía Kolossal, un chute de vitalismo que compite con el “Singin’ in the rain” por su explosión de alegría que emite, con una cámara que hace virguerías, con unos efectos CGI maravillosamente integrados, añadiendo jugosas dosis de humor, cambiando de vestuario de modo mágico, saltando por autos, buses, pianos, acrobacias, tomas cenitales, travellings, circulares, Magno; Pero Robbie se encuentra de secundario en una película (Take That)  de la que quiere ser prota, y se lo impide el líder del grupo Gary Barlow (correcto Jake Simmance), al que apoya su manager Nigel Martin-Smith (buen Damon Herriman). El hartazgo por el favoritismo de Gary sobre Robbie llega durante la grabación del tema "Relight My Fire" de Take That, Williams en la cabina derrocha ganas durante la grabación, de fondo se ven a Martin-Smith y Barlow, tras un cristal en la mesa de mezclas, insatisfechos por como la canta, esto lo nota sin oír lo que dicen Robbie, y cuando sale oye y se cerciora de como lo marginan cuando alaban a Gary cantado el tema. Esta insatisfacción (y más cosillas) hacen que caiga preso de la adicción a las drogas, esto realzado por el tema "Relight My Fire", entonado por la banda durante una multitudinaria actuación, donde Robbie está claramente drogado, y donde ‘usurpa’ el micro al líder del grupo (nada casual este ataviado de demonio con cuernos), ello ante la mitrada de su dolida abuela entre el público; Esto hace que Robbie sea expulsado de la banda, esto reflejado en el melancólico y autodestructivo “Come Undone”, ello en una escena tremebunda con Robbie en su auto a toda pastilla, lloviendo en plan suicida contra autos, camiones, adelantado sin sentido, mientras se cruza con sus fantasmas ((sus fans, su padre, o la prensa sensacionalista), acabando sumergiéndose en un lago. Comienza una fase de desorientación en su vida, que parece encauzar cuando conoce a Nicole Appleton, miembro del grupo pop All Saints, esto relación romántica maravillosamente proyectada en el tema cantado a dúo por Robbie Williams y Kayleigh McKnight, el trémulo “She's the One”, en un baile sobre la cubierta de un barco de noche impresionante en el jubiloso calor que desprenden ambos, el amor se entrelaza en sus pasos y movimientos, y ello mientras la edición fragmenta el baile con la vida juntos de ambos (la celebridad frente a los foto calls, fiestas de chupitos, momentos de romanticismo en la pedida de mano, lo que parece ser un embarazo y posterior aborto, como Robbie consuela a ella, etc).

 

Robbie encuentra su rumbo en solitario con el compositor Guy Chambers (cumplidor Tom Budge), que hace despegar su carrera de solista, ello representado en la creación del tema "Something Beautiful"; Pero parece que el éxito de Nicole le acompleja, lo que da con problemas de relación. Esto reflejado en un jocoso tramo de aparición del grupo de Manchester Oasis, con los enfant terribles de los Gallager, Liam y Noel. El momento de tocar suelo es representado por la pérdida de un ser querido, al que se adorna con el sensacional “Angels”, en el contexto pone el vello de punta, que sirve de despedida de Nicole, y como comienzo de una nueva etapa, con los miedos y dudas por su actuación en el Festival de Knebworth (2003), con discusión emocional con su padre. Todo eclosionando en la actuación en referido evento, cantando el "Let Me Entertain You", filmando de modo extraordinario desde como arranca sobre los ojos de Robbie, y luego hay un plano Dolly (travelling invertido), y vemos al cantante colgado sobre el escenario en cruz invertida, y frente a él miles y miles de espectadores (125,000). Tema que deriva en una batalla campal apocalíptica donde Robbie se enfrenta a sus otros Yo del pasado, reflejando sus fantasmas internos, abracadabrante como lucha a muerte contra sus demonios, contra sus inseguridades, contra su baja autoestima.

 

Gracey aúna entretenimiento, ritmo frenético, fascinación en sus números musicales, y ello trenzado con su tormentosa vida íntima. Exponiendo su relación con su madre, con su cariñosa abuela, pero sobre todo su agridulce trato con su padre, tipo con mucho parecido con su hijo, que sacrificó su vida familiar por su sueño de ser cantante, aunque fuera en tugurios, como bien le dice a su acomplejado hijo. Habiendo una turbadora relación de amor-odio, con momentos entre ambos que saltan chispas. Azarosa relación que culmina de modo previsible, pero satisfactorio en un hermoso epílogo en el Albert Hall.

 

Hay tramos de gran inteligencia en expresar la contradicción del protagonista, divertido en este contexto es cuando arremete contra un antiguo amigo, atacándolo por no intentar ser alguien importante como él, ello se lo espeta mientras tiene puesto una especie de traje de neopreno y en la cintura se ha imbuido un tubo aspiradora, al parecer para encajarse un traje par aun concierto (¿?).

 

El carisma del chimpancé protagonista es tan radiante que opaca a los secundarios. La sub trama con el mejor amigo de Robbie queda algo difuminada por la fuerte personalidad del prota, incluso la relación con Nicole (se agradece no colaran una escena de sexo, habría sido muy incómoda) resulta poco incisiva en el duelo de caracteres, él la empequeñece muy mucho. También me ha sido frustrante no entrar en el proceso creativo de la música de Williams, compone música y punto.

 

Robbie Williams posee una personalidad fuerte, desea ser el foco de atención, no soporta compartir escenario, ni el éxito, pero en la cima se siente inseguro y dice: "La edad se detiene cuando te vuelves famoso". El mono en CGI resulta asombroso mostrando toda una gama de emociones que te llegan, desde su arrogancia, su depresión, su amor, su cariño por su abuela, su fragilidad mental, la vulnerabilidad con su padre, y esto y traspasa la barrera digital para hacerte empatizar con él. Aparte de la vitalidad que muestra en sus números musicales en los que se integra de modo fantástico; El único que le hace sombra es el roba escenas Steve Pemberton como el padre complejo, inspirador y a la vez losa para el filio (me encanta el palabro), derrocha energía y seguridad en si mismo, manteniendo los mejores duelos con Robbie.  

 

El equipo de efectos visuales de Gracey (liderado por los genios de Wētā, Luke Millar y Andy Taylor) estudió horas de material de archivo para lograr la expresión facial del cantante a la perfección, de modo que cada gesto, guiño y ceño fruncido correspondan al verdadero Robbie.

 

Gracey usa muchas de las canciones fuera de su cronología (se las escuchan muchas veces antes de que hayan sido compuestas).

 

Spoiler:

 

Después del concierto de Knebworth, Robbie casi intenta suicidarse antes de ceder, al darse cuenta de que debe afrontar sus problemas. Tras el episodio, Robbie ingresa a rehabilitación, se somete a una extenuante desintoxicación y comienza a cambiar su vida. Se reconcilia con sus amigos y familiares, con quienes se había distanciado, incluyendo un emotivo reencuentro con Nate y una despedida amistosa de Nicole. Visita la tumba de Betty, hallando paz en su memoria, y se compromete a ser una mejor versión de sí mismo y suena "Better Man". En el Royal Albert Hall, Robbie se reconcilia con su padre Peter en el escenario durante la interpretación de "My Way". Rinde un sentido homenaje a Betty y finalmente aborda las visiones de su yo pasado, transformándolas de antagonistas en fuentes de crecimiento personal. Ve una visión de su yo más joven en el público, reafirmando su propósito de inspirar y entretener, ("Forbidden Road").

 

Centrada en la vida de Williams antes de 2001, la película lo presenta como un mono CGI (interpretado por Davies). La idea surgió de las conversaciones que mantuvo con Williams, frecuentemente comentaba se sentía como un mono actor; hipérbole el director toma literalmente, ilustrando visualmente cómo el joven se siente feo y extraño en comparación con quienes lo rodean.

 

Este es un musical que hace que los sobrevalorados de este año, “Emilia Perez” y “Wicked”, sean penosos en su impostada creatividad. Gloria Ucrania!!!

 

PD. Incomprensiblemente ha sido un fracaso de taquilla, recaudando 20,3 millones de dólares con un presupuesto de 110 millones.

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