miércoles, 5 de marzo de 2025

 


Una habitación con vistas

 

Entretenidilla comedia romántica inglesa, una muestra de la rigidez pazguata de costumbres en la decadente época eduardiana británica. Dirige un especialista en el subgénero de esta época, James Ivory, desde el diseño de producción, le diseño de vestuario, la banda sonora, y por supuesto la sensacional cinematografía que crea lienzos de una beldad sibarita, haciendo del film una experiencia inmersiva. El guion de Ruth Prawer Jhabvala adapta la novela homónima de 1908 de E. M. Forster (“Howard’s End” o “Pasaje a la India”). Ambientada en Inglaterra e Italia, trata sobre una joven llamada Lucy Honeychurch encarnada por una estupenda Helena Bonham Carter, en los estertores finales de la cultura restrictiva y reprimida de la Inglaterra eduardiana y su amor en desarrollo por un joven de espíritu libre, George Emerson, al que da vida un grácil Julian Sands). Maggie Smith, Denholm Elliott, Daniel Day-Lewis, Judi Dench y Simon Callow aparecen en papeles secundarios. La película sigue de cerca la novela mediante el uso de títulos de capítulos para distinguir segmentos temáticos, marcando el tono el aria de Madame Butterfly que acompaña a los títulos de crédito.

 

En realidad, es el retrato de una gente con la que no conecto por su superficialidad y vida ociosa, que no tiene más dificultad que guardar las apariencias, que se dedican a viajar, bañarse en ríos, tomar té, ir de picnics, y jugar al tenis, gente privilegiada. Ivory se deleita en el reflejo de este tiempo, con cuadros pintorescos que evocan un tiempo idealizado en su lujo y boato. Tratando el tema del latente deseo sexual femenino reprimido por las convenciones, arremetiendo con sutileza contra el clasista sistema británico. Ello contraponiendo la cultura puritana angla a la liberal mediterránea representada en la italiana, donde los sentimientos no se reprimen, y por ello chocan estos dos mundos, ofendiéndose los atlánticos por que una pareja se bese en público.

 

Ivory y el productor Merchant comenzaron a trabajar juntos en 1963, pero es esta película la que les da fama internacional. Acuerdan rodar el film a raíz del éxito de "Pasaje a la India" (1984), de David Lean. El éxito que obtienen les mueve a rodar otras adaptaciones de novelas de Forster, como "Maurice" (1987) y "Regreso a Howard End" (1992).

 

En 1907, una joven inglesa, Lucy Honeychurch, y su prima y acompañante, Charlotte Bartlett, se alojan en la Pensione Bertolini durante unas vacaciones en Florencia. Se sienten decepcionadas porque sus habitaciones no tienen vistas al río Arno, como les habían prometido. Durante la cena conocen a otros huéspedes ingleses: el reverendo Beebe; dos hermanas solteronas de avanzada edad, las señoritas Alan; la escritora de novelas románticas Eleanor Lavish; el librepensador Emerson; y su tranquilo y apuesto hijo George. Al enterarse de la decepción de Charlotte y Lucy por no tener vista al río, el Sr. Emerson y George ofrecen intercambiar habitaciones, Charlotte considera que la sugerencia es poco delicada. El Sr. Beebe media y se realiza el cambio. Mientras recorre la Piazza della Signoria al día siguiente, Lucy presencia cómo un hombre local es brutalmente apuñalado y asesinado. Se desmaya, pero George Emerson aparece y acude en su ayuda. Cuando Lucy se recupera, los dos tienen una breve discusión sin supervisión antes de regresar a la pensión.

 

Tiene un bucólico arranque con esos hedonistas turistas ingleses que visitan la ciudad renacentista e Florencia, como se quejan por no tener una habitación con vistas (de ahí el título). Vemos la convivencia entre estos vacacionistas, como se comportan entre ellos guardando el culto a las apariencias, con sus recatadas formas, que en cuanto alguien se sale un poco de la norma establecida se convierte en un marginado. Esto expuesto en como una acción tan bondadosa como ofrecer cambiar tu habitación para que tengan vistas mejores una tía y su sobrina se puede convertir en algo impertinente si no lo haces siguiendo  los requeridos códigos  (puaj!). Vemos en esta primera parte como colisionan las costumbres latinas de los transalpinos, no encierran en candado sus ansias de demostrar su amor, son seres pasionales para lo bueno (los referidos besos y abrazos en público) y para lo malo, esto visto en la reyerta con apuñalamiento en la plaza. A la vez gradualmente vemos la atracción entre Lucy y Charles, como el se convierte en su príncipe azul cuando la recoge tras un desmayo, tiene charlas en las que se notan afines, y todo eclosiona en una hermosa estampa en la campiña de Fiosole, y allí, en un hermoso prado que cubre el follaje de amapolas hasta su cintura, el romántico George se lanza impulsivamente a besar a Lucy calurosamente. Esto símbolo de dejar fluir los sentimientos. Pero aparece el elemento puritano para censurar esta ‘lujuria’, es Charlotte que interrumpe el beso. Tras lo que aflora la represión eduardiana y Lucy hace jurar a Charlotte que guardará el secreto de lo visto. Esta primera parte es la mejor del film, la más atractiva por como deja clara la idea de la historia. Incluso es cuando se da una escena muy extraña, humorística en su homoerotismo, pues George, Freddy (el hermano de Lucy, encarnado por Rupert Graves) y el Reverendo Beebe (buen Simon Callow), en medio del bosque, a orilla de un rio, se desnudan para bañarse en el rio, donde juegan y retozan, especie de mensaje de que los humanos cuando embebemos de la naturaleza volvemos a nuestra esencia de instintos básicos irrefrenables, podemos liberarnos de ataduras morales y volvemos a disfrutar como niños, acabando la situación como no podía ser de otra forma, enfrentándose al puritanismo. Lo que no entiendo es porque debe verse desnudo frontal (en este caso masculino, si fuera femenino diría lo mismo) para esta parte, te saca y desvía de lo importante.

 

Luego saltamos a Inglaterra. Lucy y George no vuelven a verse. Lucy se compromete en matrimonio a Cecil Vyse (Daniel Day-Lewis), un estirado tipo rico, un snob arrogante y superficial. Aquí sobresale la actuación desternillante de un Day-Lewis divertidísimo, ello para confrontarlo al pasional e impulsivo George. Hasta que Lucy vuelve por azar a encontrarse con George y la llama de la pasión vuelve a chisporrotear. Las dudas de Lucy afloran ane la nueva situación. Hasta que se da el clímax, y no es entre Lucy y George, es ella con el padre de él, el melancólico idealista Mr. Emerson (fan de Thoreau), al que da vida un fenomenal Denholm Elliot, con gran carisma, expone ante Lucy cómo ve la vida. Hasta desembocar en un final y epílogo satisfactorio, sin ser punzante o trascendente siquiera.

 

Helena Bonham Carter borda a la romántica Lucy, inunda la pantalla con su fuerte personalidad, adelantada a su tiempo (unos quince minutos). Joven que anhela salir de la crisálida del puritanismo imperante, con el correccionismo de tener que aceptar casarse con el pusilánime Cecil, que lo ha aceptado casi por inercia, pero ella tiene otros sentimientos, notable su expresividad; Maggie Smith está espléndida como el símbolo del puritanismo, rol que alargaría en la serie británica “Downton Abbey”, muy buena; Julian Sands da bien con el joven librepensante, con una gran química, no solo con la Carter, también con Elliott. Impregna de energía vital a su George.

 

Brillante puesta en escena para hacernos sentir dentro del tiempo y lugar. Empezando por el oscarizado diseño de producción para lo filmado en Inglaterra es Bryan Ackland-Snow (“La Cruz de Hierro” o “Cristal Oscuro”), y para la parte ítala es Gianni Quaranta (“Jesús de Nazaret”y “Novecento”). Se filmó extensivamente en locaciones en Florencia, donde Merchant Ivory tenian la Piazza della Signoria despejada para el rodaje. Pensione Quisisana sirvió como Pensione Bertolini, también Vila Maiano en algunos interiores. A partir de su decoración de las paredes, le pidieron a un pintor que hiciera una serie de obras de arte decorativas llamadas grotescos que se usaron para títulos entre secciones de la película, como encabezados de capítulos, siguiendo los títulos de los capítulos en la novela de Forster. Otras escenas se filmaron en Londres y alrededor de la ciudad de Sevenoaks en Kent, donde tomaron prestada la propiedad familiar de Kent del crítico de cine John Pym para sus escenas campestres. La fiesta de compromiso de Lucy se filmó en los terrenos de Emmetts Garden. Foxwold House cerca de Chiddingstone se usó para la casa de Honeychurch y se construyó un estanque artificial en el bosque de la propiedad para usarlo como Lago Sagrado. En Londres, la Linley Sambourne House en South Kensington se usó para la casa de Cecil y la Legación de Estonia en Queensway se usó para la pensión donde viven las señoritas Alan; Todo esto atomizado por la maravillosa fotografía nominada al Oscar (perdió ante la de …)  de Tony Pierce-Roberts (“Lo que queda del día” o “Regreso a Howards End”), crea tomas de una calidad impresionista fascinante, tomas que se deleita con Florencia, con la pastoral campiña toscana, deliciosa en las tomas interiores, excelsamente iluminadas, tomas de una calidad lírica que arrolla, sabiendo captar el intimismo acercándose a los protagonistas con delicadeza, sacando lo mejor de sus gestos y miradas; La música de Richard Robbins (“Lo que queda del día” o “Regreso a Howards End”), crea un halo de clasicismo incisivo con sus delicadas melodías de solos de piano, se añaden tres fragmentos de arias de ópera, de "La Rondine", de Puccini toma el estribillo melódico principal; A reseñar la gran labor del vestuario creado por la tri-oscarizada (“Un habitación con vistas”, “Cruella” y “Mad Max: Fury on the Road”), toda un exquisito despliegue de atuendos emperifollados para las mujeres.

 

Spoiler:

 

Mr. Emerson a Lucy: “Solo hay una cosa imposible: estar enamorado y separarse”

 

Rush final: Para escapar de las consecuencias, Lucy organiza un viaje a Grecia con las señoritas Alan. George, incapaz de estar cerca de Lucy, organiza que su padre se mude a Londres, sin saber que Lucy ya no está comprometida. Cuando Lucy llama a la casa del Sr. Beebe para buscar a Charlotte, se enfrenta al Sr. Emerson, que está allí. Finalmente se da cuenta y admite sus verdaderos sentimientos por George. Al final, los recién casados ​​George y Lucy pasan su luna de miel en la pensión italiana donde se conocieron, en la habitación con vistas al Duomo de Florencia.

 

Amena propuesta, sin más. Gloria Ucrania!!!

 

PD. En los Premios Óscar, fue nominada a ocho premios Óscar (incluido el de Mejor Película) y ganó tres: Mejor Guion Adaptado, Mejor Dirección Artística y Mejor Diseño de Vestuario .

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