sábado, 6 de julio de 2024

 


EL DIARIO DE ANA FRANK

 

Delicioso drama biográfico, aun con sus defectos, es más que interesante la propuesta valiente de denuncia de la intolerancia al diferente. George Stevens se unió al Cuerpo de Señales del Ejército de EE. UU. y dirigió una unidad cinematográfica de 1943 a 1946, bajo el mando del general Dwight D. Eisenhower. Su unidad filmó imágenes, incluida la única película en color de la guerra en Europa (permaneció archivada durante décadas), documenta el desembarco de Normandía (Día D), la liberación de París, el encuentro de las fuerzas estadounidenses y soviéticas en el río Elba y el descubrimiento aliado tanto del campo de trabajo de Duben como del campo de concentración de Dachau.  Stevens ayudó a preparar las imágenes de Duben y Dachau y otro material para su presentación durante los Juicios de Nuremberg; esto fue publicado como “Los campos de concentración nazis” de una hora de duración (1945). Fruto de este compromiso contra los nazis surgió este famoso film (En el momento de la producción de la película, el libro ya había vendido millones de copias en todo el mundo, considerándose el libro de no ficción más leído de la historia) basada en la obra de teatro homónima ganadora del Premio Pulitzer de 1955, que a su vez se basó en el diario publicado póstumamente de Ana Frank, niña judía nacida en Alemania que vivió escondida en Amsterdam con su familia durante la WWII. Guión de Frances Goodrich y Albert Hackett. Es la primera versión cinematográfica tanto de la obra como de la historia original, y cuenta con tres miembros del elenco original de Broadway. Todos los escritos de Frank en su diario fueron dirigidos como "Querida Kitty". Fue publicada después del final de la guerra por su padre, Otto Frank. Toda su familia había sido asesinada en el Holocausto. Los interiores se rodaron en Los Ángeles en un escenario de sonido duplicado de la fábrica de Ámsterdam, y los exteriores se filmaron en el edificio real. La versión que he visto es la íntegra de tres horas, con esa práctica común para los films de larga duración de colocar obertura, intermisión y fin alargado.

 

Este es un ejercicio de estilo al contar la historia de 8 personajes encerrados en unos pocos metros (en el ático de una fábrica en la Amsterdam ocupada por los nazis), donde pasaran meses, un relato épico de supervivencia. Stevens tiene gran éxito en transmitir la claustrofobia y el dramatismo inherente a la situación, gracias al fenomenal trabajo en la cinematografía en glorioso b/n de William C. Mellor (“Vidas Borrascosas” o “Un lugar bajo el sol”), filmando en Cinemascope extra ancho, con marcados contrastes de grises, juegos de claroscuros, la cámara apenas sale del edificio o habitaciones donde se escondieron los protagonistas, el objetivo fluye por la estancia, con trémulos primeros planos, con contrapicados que encorsetan en los techos a los protagonistas, con hermosos insertos poéticos del exterior por la ventana de la buhardilla, puerta al espíritu de libertad, con ese cielo infinito, con el paso de las estaciones, como cuando vemos la nieve entrar por la ventana rota, esa hermosa escena con la ropa tendida y Anne y Peter sorteando las telas de modo juguetón, como genial en la construcción de la tensión en las escenas en que irrumpen furtivamente en la fábrica. Esto en miscelánea con la dirección artística de George W. Davis (“Eva al desnudo”) y Lyle R. Wheeler (“Lo que el viento se llevó”), que crea unos escenarios que cual casa de muñecas la cámara en conjunción con la edición hace nos sintamos adentro traspasando los suelos.

 

Salpicando el relato de tensión con discusiones entre los ‘escondidos’, con problemas de espacio, con problemas de comida, con chantajistas, con los bombardeos, los problemas que da el gato, la tensión por el abrigo de piel, pero también sus momentos de alegría con la llegada de la radio que les da noticias de la guerra, con la noticia del desembarco aliado en África, con la celebración de Hanukkah, la forma tan hermosa en que Anna describe se ha convertido en ‘mujer’ adulta desde la guardilla, la inyección de esperanza de saber del Día D, con ladrones abajo, tramo este que se repite rodado con gran gusto para transmitir emoción palpitante en silencio, esto enlazado a cuando el ladrón sale huyendo y deja abierta la puerta de la calle, de cortar la respiración lo que sucede.

 

Aunque no es una película perfecta. Tiene un romance (cuasi-triángulo) que me chirría en la forma de darse, y sobre todo me repatea que me quieran conmover con una historia real, que ya tiene su chicha, que tiene suficientes ingredientes para estremecerme, como para que me cuelen un amor que no fue rea, es una licencia que me cruje, y encima la forma en que se lo toman las familias, me es estridente y nada verosímil; También para un metraje de tres horas le falta historia, para querer hacernos sentir allí el director reitera situaciones, estira otras, incurriendo en tramos de densidad que estanca el desarrollo.

 

Historia narrada en racconto. En 1945, Otto Frank (Joseph Schildkraut) regresa a Ámsterdam después de terminada la WWII. Después de subir las escaleras hacia una buhardilla desierta, se le unen y le brindan consuelo Miep Gies (Dodie Heath) y el Sr. Kraler (Douglas Spencer), trabajadores de oficina lo protegieron a él y a su familia de los nazis. Otto comienza a buscar el diario escrito por su hija menor, Anne (Millie Perkins). Miep lo recupera rápidamente para él y recibe consuelo leyendo las palabras escritas por Anne tres años antes. Ahora, en este flash-back que cubre el grueso de la historia, oiremos omniscientemente la narración en off del diario de Anna Frank. La acción se remonta a julio de 1942, y Anne comienza escribiendo sobre las restricciones impuestas a los judíos que llevaron a los francos a esconderse sobre la fábrica de especias. Compartiendo el escondite de los Frank están los Van Daan, Petronella y Hans (Shelley Winters y Lou Jacobi) y su hijo adolescente, Peter (Richard Beymer). Kraler, que trabaja en la oficina de abajo, y Miep, su asistente, han preparado el escondite y advierten a las familias deben guardar estricto silencio durante las horas del día mientras los trabajadores estén allí. Kraler entrega comida y una caja para Anne compilada por Otto, que contiene sus amadas fotografías de estrellas de cine y un diario en blanco. A medida que pasan los meses, la energía incontenible de Anne se reafirma y constantemente se burla de Peter, cuyo único apego es su gato, Mouschi. Tiempo después Kraler les pide acojan a otra persona, un dentista judío llamado Albert Dussell (Ed Wynn), quien relata las terribles condiciones afuera, en las que los judíos desaparecen repentinamente y son enviados a los campos de concentración, y confirma la desaparición de muchos de sus amigos.

 

Millie Perkins está maravillosa como la enternecedora Ana Frank (Susan Strassberg la hizo en teatro), he leído críticas en su contra, pero a mí me ha resultado muy entrañable, su rostro fino (un cuasi-clon de Audrey Hepburn, a la que Ana se parecía, de hecho, Otto Frank le pidió a la actriz belga la interpretara). En su debut en cine me resulta conmovedora, te la crees con esa mirada limpia, pura, sientes su dolor, su alegría, su frustración, como la ves aterrada tras la pesadilla con una amiga que ve en un campo de concentración y se despierta gritando. Te daña su melancolía, la sientes un alma libre con ilusiones, como bien le dice a Peter sobre querer ser escritora (ha sido la de más éxito de la historia, lástima que tuviera que morir para ello); Joseph Schildkraut repite su actuación del escenario. Maravilloso exhibiendo temple, humanidad, cariño, sabiduría, orgullo, cautivador en su relación con la hija. Su imagen quebrada al inicio del film estremece, muy bueno; Shelley Winters está brillante (cuando no?) como la Sra. Daan, áspera, adusta, protectora, una mujer simple, que siente que su mundo ha colapsado y quiere mantener a pesar de ello algo a lo que asirse (su abrigo de piel), excelsa expresando emociones de modo natural. Winters aumentó 15 libras extra antes de comenzar el rodaje y luego, a medida que avanza la historia y su nutrición disminuye, perdió 25 libras; Lou Jacobi como Hans van Daan repitiendo su papel teatral, otro que borda su pusilánime personaje arrastrado por los instintos básicos; Richard Beymer como Peter van Daan, impregna de nostalgia y frustración su papel, desea unirse al esfuerzo de guerra contra los nazis. Tiene buena química con Millie; Diane Baker como Margot Frank, la madre de Anne, se muestra como una mujer de carácter, con una complicada relación con su hija, desplegando gran sentimiento que nos toca la fibra, tenido su gran clímax cuando descubre al ‘ladrón’ derrochando fuego en su ira incontenible, así como con su reacción posterior dolida consigo misma, muy buena; Gusti Huber como Edith Frank repitiendo su papel teatral, tiene poca cancha en su actuación, muy lacónica, expresando mucho con su mirada y timidez, buena; Ed Wynn aporta dosis de humor en su rol quisquilloso como el Sr. Dussell, refugiado soltero de mediana edad; Douglas Spencer como el Sr. Kraler y Dody Heath como Miep, dueños del refugio que amparan y procuran comida a los escondidos aportan cariño, aunque me faltaría algo de su temor.


Spoiler:

 

Rush final: Una mañana, Van Daan intenta robar un poco de pan a los demás, pero Edith lo atrapa y lo denuncia, ordenándole a él y a su familia que se vayan. Mientras Dussell y la señora Van Daan se pelean por la comida, por la radio llega la noticia de la invasión aliada de Francia y el señor Van Daan rompe a llorar de vergüenza. Alentados por la noticia, todos se disculpan por sus duras palabras y Anne sueña con volver a la escuela en otoño. En julio de 1944, la invasión se había estancado y Kraler fue hospitalizado con úlceras. Al enterarse de que la policía ha encontrado la máquina de escribir robada, Anne escribe que su diario le proporciona una forma de seguir viviendo después de su muerte. Los Van Daan comienzan a pelear una vez más, y Peter declara que no puede tolerar la situación y Anne lo tranquiliza recordándole la bondad de quienes han acudido en su ayuda. Su conversación es interrumpida por las sirenas de un camión de policía que se acerca. Seguros de su inminente arresto, se besan apasionadamente. Mientras la policía uniformada alemana derriba el local y la entrada de la estantería, Otto declara que ya no tienen que vivir con miedo, sino que pueden seguir adelante con esperanza. En 1945, Otto les cuenta a Miep y Kraler su largo viaje a casa después de su liberación de Auschwitz. Se enteró de las muertes de Edith, Margot, los Van Daan y Dussell, y espera que Anne haya sobrevivido de alguna manera hasta que tristemente revela que conoció a una mujer que había estado en Bergen-Belsen con Anne y confirmó su muerte. Luego echa un vistazo al diario de Ana y lee: "A pesar de todo, sigo creyendo que la gente es muy buena de corazón", y reflexiona sobre su optimismo inquebrantable.

 

Ganó 3 Oscar, incluido el de Mejor Actriz de Reparto para Shelley Winters. Shelley Winters luego donó su Oscar al Museo de Ana Frank. En 2006, fue honrada como la decimoctava película estadounidense más inspiradora en la lista 100 años...100 Cheers de AFI.

 

Justo antes de ser arrestado, Otto Frank: “Durante los últimos dos años vivimos con miedo, ahora podemos vivir con esperanza”.


El epílogo intenta sin lugar a dudas enviar un mensaje optimista. Todo se remonta a 1945, cuando Otto les cuenta a Miep y Kraler que después de ser liberado del campo de concentración se enteró de cómo habían muerto Edith, Margot, los Van Daan y Dussell. Aunque siempre había esperado que Anne sobreviviera de alguna manera, luego revela con tristeza que mientras estaba en Rotterdam, conoció a una mujer que había estado en Bergen-Belsen con Anne y ella le confirmó la muerte de su hija. Luego, Otto echa un vistazo al diario de Ana y lee: "A pesar de todo, sigo creyendo que la gente es realmente buena de corazón".

 

Nueve nominaciones al Oscar: Película; Director George Stevens; Actriz de reparto Shelley Winters; Actor de reparto: Ed Wynn; Fotografía (b/n): William C. Mellor; Dirección de arte-decoración del decorado (b/n) Lyle R. Wheeler y George W. Davis; Walter M. Scott y Stuart A. Reiss; Diseño de vestuario (b/n): Charles LeMaire y Mary Wills; Música de una película dramática o de comedia Alfred Newman; Premios Óscar 3: Actriz de reparto, Cinematografía, Dirección artística. En 1959, la epopeya histórica de William Wyler “Ben-Hur” arrasó con la mayoría de los premios Oscar, incluidos Mejor Película y Mejor Director; Shelley Winters como la señora van Daan ganó su Oscar como mejor actriz de reparto. Winters donó el Premio al Museo de Ana Frank en Ámsterdam, después de prometerle a Otto Frank que lo haría si ganaba el premio y permanece en exhibición permanente en el museo hasta el día de hoy. Otto Frank -bien interpretado por Joseph Schildkraut- y uno de los hombres que habían ayudado a su familia, Johannes Kleiman, fueron contratados como asesores técnicos. Otto Frank trabajó estrechamente con la producción, se reunió con Diane Baker y Millie Perkins y aprobó su elección para interpretar a sus difuntas hijas Margot Frank y Ana Frank. Sin embargo, nunca se atrevió a ver la obra o la película.

 

La fotografía principal se llevó a cabo del 5 de marzo al 11 de agosto de 1958, con escenas adicionales rodadas en noviembre. El trabajo de localización se realizó en Ámsterdam, mientras que el decorado del anexo se construyó en los estudios 20th Century-Fox de Los Ángeles.

 

Dice mucho sobre que el final original, encontraba a Ana en Bergen-Belsen, no tuvo buenos resultados con el público, por lo que Stevens pasa a una toma de gaviotas en el cielo y un fragmento de narración que no está tomado del libro.

 

Hay varios comentarios biográficos sobre Ana Frank: Ella nació el 12 de junio de 1929 en Frankfurt am Main, Alemania. Sus padres fueron Otto y Edith Frank. Durante los primeros cinco años de su vida, Anne vivió con sus padres y Margot, su hermana mayor, en un apartamento en las afueras de Frankfurt. Después de que los nazis llegaron al poder en 1933, Otto Frank huyó a Amsterdam, en los Países Bajos, donde tenía contactos comerciales. Pronto siguió el resto de la familia Frank, siendo Ana la última en llegar en febrero de 1934 porque se había quedado con sus abuelos en Aquisgrán. El destino de los francos y otros judíos de Ámsterdam estuvo marcado por la ocupación alemana de la ciudad. Ciudad, que comenzó en mayo de 1940. A principios de 1942, los alemanes comenzaron los preparativos para deportar judíos de los Países Bajos a centros de exterminio en el este. En aquel momento exigieron que todos los judíos holandeses se concentraran en Amsterdam. También decidieron internar a todos los judíos no holandeses en el campo de tránsito de Westerbork. Desde Westerbork, los funcionarios alemanes deportaron a judíos a los centros de exterminio de Auschwitz-Birkenau y Sobibor en la Polonia ocupada por los alemanes. El primer transporte de deportación salió de Westerbork el 15 de julio de 1942 con destino a Auschwitz-Birkenau. Estas deportaciones y la intensificación de las medidas antisemitas alarmaron a muchos judíos en los Países Bajos, entre los que se encontraban los francos. Ana y su familia decidieron esconderse en los primeros 15 días de julio de 1942. Más tarde se les unieron otros cuatro judíos: Hermann, Auguste y Peter van Pels, así como Fritz Pfeffer. Durante dos años, todos vivieron en un apartamento secreto en el número 263 de Prinsengracht. El apartamento se encontraba detrás de las oficinas comerciales en las que Otto Frank había trabajado como director de empresa. En su diario, Ana se refiere al escondite como el "anexo secreto". Johannes Kleiman, Victor Kugler, Johan Voskuijl, Bep Voskuijl, Jan Gies y Miep Gies, amigos y colegas de Otto Frank, ayudaron a montar el escondite y llevaron comida y ropa de contrabando a los Frank, arriesgando sus propias vidas. Durante el tiempo que estuvieron escondidos, Ana llevó un diario donde escribió sobre sus miedos, esperanzas y experiencias. Luego se produce el arresto y la deportación. El 4 de agosto de 1944, las SS y la policía alemanas descubrieron el escondite. Durante mucho tiempo se creyó que las autoridades habían actuado siguiendo una pista de un holandés anónimo, pero una teoría más reciente encontró que los alemanes descubrieron el escondite por casualidad mientras investigaban informes de trabajo ilegal que se estaba realizando en la casa y cometieron fraude con los cupones de racionamiento.

 

Ana Frank: El diario de una joven se publicó por primera vez en Europa en 1947, y luego en inglés en el Reino Unido y Estados Unidos en 1952. El verdadero diario de una niña judía que pasó dos años escondiéndose de los nazis en un ático de Ámsterdam. junto a su familia, una segunda familia y otro hombre, inmediatamente capturó la atención del mundo por su relato honesto y sincero de una joven en crecimiento y sus experiencias en la Segunda Guerra Mundial. Fue aún más conmovedor por el hecho de que los francos y sus amigos finalmente fueron descubiertos, y que, aunque el diario de Ana sobrevivió a la guerra, ella no. Murió en el campo de concentración de Bergen-Belsen en 1945. Tenía quince años. En 1955, los escritores Frances Goodrich y Albert Hackett escribieron y pusieron en escena una versión teatral del diario, retitulada El diario de Ana Frank , por la que ganaron un Pulitzer. Unos años más tarde, Goodrich y Hackett adaptaron la obra para la gran pantalla. George Stevens, que además de dirigir clásicos como Un lugar en el sol y Gigante también había dirigido documentales para la posguerra, se hizo cargo del proyecto, y la película ganadora del Oscar de El diario de Ana Frank se estrenó en 1959.

 

Otto Frank le escribió a Audrey Hepburn para preguntarle si interpretaría el papel de su hija, Ana. Le dijo que su hija se habría sentido honrada de que una actriz tan famosa de Hollywood la interpretara en una película, y también destacó el asombroso parecido que existía entre Ana y Hepburn cuando ella era adolescente. Al principio, ella se interesó en el papel y su nombre aparece en la contraportada de las copias del diario impresas y vendidas para promocionar la "próxima película". Durante el período de casting, Hepburn finalmente respondió rechazando la oferta, diciendo que sentía que era demasiado mayor y que carecía de las habilidades para interpretar a Anne. Dijo que se sentía muy honrada de que se le hubiera dado la opción y destacó la similitud entre su propia experiencia de guerra y la de los francos y los demás en el anexo. Hepburn y Anne nacieron con un mes de diferencia entre mayo y junio de 1929, y ambas pasaron su adolescencia en la Holanda ocupada por los nazis. El papel fue para la recién llegada estadounidense Millie Perkins.

 

“The Diary” se publicó por primera vez como una memoria y luego se convirtió en la fuente de una obra de Broadway de Frances Goodrich y Albert Hackett. Desde 1959 se han realizado varios documentales, películas para televisión y miniseries sobre la víctima del Holocausto, intentando contar la historia desde diferentes perspectivas.

 

Muy recomendable obra humanista. Gloria Ucrania!!!

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