domingo, 30 de junio de 2024

 


TARZÁN DE LOS MONOS. (1932)


Queriendo entrar en mi lado nostálgico de la niñez he revisto este icónico film de aventuras que dio origen a una saga y la realidad de mi personalidad adulta ha chocado de bruces contra mi pueril mentalidad de entonces, pues la película no puede ser más infantil, racista, manipuladora, personajes acartonados, efectos visuales ridículos, argumento chusco, el tiempo no es que lo haya arrugado es que lo ha triturado. Dirigida por WS Van Dyke, adaptando el pobre guion de Ivor Novello (“El enemigo de las rubias”), basándose muy libremente en la novela “Tarzán de los simios” de Edgar Rice Burroughs de 1912, en la primera versión sonora con el famoso héroe de la jungla, con ello la primera aparición del famoso grito de Tarzán, también la primera protagonizada por el actor que se mimetizó con el protagonista, Johnny Weissmuller, lo interpretó 12 veces (quedando tocado por el personaje hasta llegar a creerse el rol), aunque Tarzán tarda más de media hora en aparecer en pantalla. Junto a él su mítico partenaire Maureen O’Sullivan como Jane, interpretó el personaje en seis largometrajes entre 1932 y 1942, aquí tendremos el famoso aprendizaje ‘Yo Tarzán, tu Jane’, y junto a ellos la no menos mítica chimpancé Chita. Secundarios están C. Aubrey Smith como el padre de Jane, y Neil Hamilton como su socio en la expedición africana en busca del botín de marfil. Es una cinta que vista más de 9 décadas desde su estreno resulta tan ridícula por momentos que da hasta risa, y no me vale el comodín del tiempo transcurrido, pues “Metrópolis” es un lustro anterior y “King Kong” es solo del año después.

 

James Parker (C. Aubrey Smith) y Harry Holt (Neil Hamilton) viajan a África en busca de los legendarios cementerios de elefantes y su marfil. A ellos se les une la hija de Parker, Jane (Maureen O’Sullivan). Holt se siente atraído por Jane e intenta, protegerla de los peligros de la jungla. La expedición se enfrenta a un ataque de hipopótamos y cocodrilos. El misterioso Tarzán repele el ataque, pero secuestra a Jane. La experiencia es aterradora para Jane al principio. Todo evolucionando con peligros hasta desembocar en un rush final aparatoso y apresurado en su epílogo.

 

Ver en el inicio como los protagonistas se superponen ante una pantalla viendo imágenes de archivo de tribus africanas (y es que el film se rodó la región del lago Toluca al norte de Los Ángeles) y nos quieren hacer ver están juntos es idiotesco, da grima el verlos encima con desproporciones exageradas unos con otros; el modo racista de tratar a los nativos negros, cual es clavos azuzándolos con látigo, que cae uno por un tajo, lo que se preocupan los blancos es de que llevaba a sus espaldas. Y a otra cosa, atacan a Tarzán y este comienza a cuál Rambo ir acabando uno por uno con los expedicionarios, comienza por los pobres porteadores negritos, pero cuando le toca a precisamente los culpables de ser atacado, los blancos, se detiene (¿?); Lo grotesco de la tribu de enanos (supuestamente pigmeos) pintados de negro betún es nauseabundo; Tenemos a unos fachosos tipos vestidos con trajes de mono espantosos, supuestamente compañeros simios de Tarzán. Está el último (especie de Bigfoot de la jungla) gran gorila metido en un hoyo que es de carcajada y romperte la mandíbula si no fuera porque pretende dar miedo, ataviado con disfraz de pelo y máscara bufa; Están los cocodrilos de cartón piedra que persiguen a Tarzán, chancesco; El modo espantoso en que los blancos disparan cual mono con dos pistolas a todo lo que se mueve en la jungla, que ven unos pobres hipopótamos bañándose alegremente en un lago, pues a matarlos; ‘Que solo tenemos elefantes asiáticos con orejas y colmillos pequeños, pues nada, les ponemos orejas y colmillos falsos enormes de cartón pegados con saliva’. Parece una suecada; Está el modo de viajar de Tarzán por la selva, saltando entre supuestas lianas, en realidad trapecios que se cantan la Traviata, colocados estratégicamente, chancesco.

 

Todo ello subyaciendo el pan colonialismo occidental para con África, el hombre blanco puede expoliar lo que desee a si placer del continente, con la ayuda de sus esclavos negritos. Que, si te dicen que bajes de un elefante moribundo, lo normal es que digas que no (ataque de cinismo), que quieres seguir sobre él para que te lleve a su cementerio (puaj!); tampoco, y esto es crucial dramáticamente, este Tarzán transpira emociones, no inspira empatía alguna, es un ser sin sentimientos, no te puedes creer su ‘romance’ con Jane, solo pone de su parte ella, es como querer que nos creamos que se enamora de un muro, podrá ser lujuria, pero nunca amor. Por supuesto, hay efluvios de moralina en mostrar la avaricia de los blancos, el oro blanco del marfil, pero esto queda muy difuso y sin garra, y sobre todo con ese final (*spoiler).

 

Este es un producto de su tiempo, en plena Gran Depresión USA, un escapismo exótico para gente que necesitaba huir un rato de sus mundanales problemas. Donde las historias buscaban alejar al espectador de su depresión laboral hacia terrenos donde todo era posible. Un traslado desde el comienzo a lugares recónditos, ignotos, inexplorados, con tribus peligrosas, caminos letales, animales salvajes, jugándose la vida en cada rincón, con tiroteos, peleas, una damisela en constantes apuros, y todo por un gran tesoro. Tenemos un sendero vertiginoso estrecho por un gran acantilado, con caídas colosales al vacío (como es posible que en la caída Jane no arrastre a Holt? Aquí no atienden a las leyes de la lógica), aquí son buenos los efectos visuales (los mejores film, lo cual no es decir mucho); el viaje en balsa a través de un río atestado de hipopótamos (que solo se bañaban distendidamente) y luego cocodrilos (vemos un montaje pobre de un cocodrilo devorando, como no, a un negro); tenemos peleas cuerpo a cuerpo entre leones y Tarzán (bien montadas, apenas se nota el trampantojo del animal disecado y de que no es Weissmuller); hay una espeluznante secuencia en que Tarzán es llevado ‘`cariñosamente’ por un elefante metida su cabeza en la boca del paquidermo (¿?); De vez en cuando el director salpica el relato de insertos documentales sobre secuencias rodadas realmente en África para dar aspecto de realismo (fracasan).

 

Tenemos en medio a un héroe impresionante, Tarzán. Se mueve sin pudor en taparrabos, exudando sexualidad atávica, si una mujer le atrae, pues la coge (no por los pelos, pero casi) y se la lleva a su cueva (bueno su madriguera en un árbol), allí juega con ella (todos sabemos en realidad, con los instintos básicos inherentes a alguien que se ha criado entre animales de la selva, la hubiera violado sin pensárselo dos veces). Que tiene hambre? Pues sale a cazar un ñu (creo es el animal que mata). Que por el camino se encuentra a un par de leones? Pues cual Sansón los mata. Héroe capaz de nadar más rápido que un cocodrilo, o lanzar un grito supersónico mientras nada. Todo ello con el subtexto inherente a la novela de Burroughs de que los negros no pueden ser dominantes de la selva africana, solo un blanco puede hacerlo. Tiene gran relación con los animales ‘pacíficos’, o sea, monos y elefantes, con los salvajes (leones, panteras o cocodrilos o tribus de enanos son algo ‘polémicas’). Ahondando en aquello tan filosófico del superhombre nietzscheano, capaz de aunar ingenio superior, y dominio absoluto de su entorno, el que reside en la cima de la pirámide darwinista. Aunque aquí esto es desarrollado de modo muy suigéneris.

 

Las actuaciones son endebles, solo sobresale por el encanto natural la actriz irlandesa Maureen O'Sullivan (dato poco conocido es que es madre de la actriz Mia Farrow), vcapaz de llenar de simpatía la pantalla, teniendo el arduo trabajo de hacer verosímil lo increíble del amor entre su rol de Jane y el ataráxico Tarzán. En su debe se excede un ‘poquito’ con los gritos insoportables histéricos y en reiterar hasta el hartazgo el llamar a Tarzán; Weissmuller es todo imagen, resto nada, un trozo de mármol tallado; C. Aubrey Smith y Neil Hamilton poco pueden hacer con unos papeles tan planos, son el invasor blanco depredador que va expoliar los recursos africanos a toda costa.

 

El director llega a parecer incómodo con los diálogos, como si la etapa del cine mudo aun estuviera presente, y parece rehuirlos, sustituyéndolos en gran medida por sonidos ambientales o el ya Legendario grito tarzanesco, o con los parcos ententes entre Jane y Tarzán, donde él se expresa en palabras sueltas sin casi sentido. Tampoco es que los diálogos entre los expedicionarios sean sustanciosos. Aquí prima la acción, el querer envolverte en secuencias de peligro constante.

 

Spoiler:

 

Rush final: La expedición es capturada por una tribu de enanos agresivos. Jane envía a Cheeta, el amigo chimpancé de Tarzán, en busca de ayuda, lleva a Tarzán a rescatarlos. Durante el rescate, Tarzán convoca a los elefantes y estos escapan de la fortaleza de los enanos, el padre de Jane muere a causa de las heridas justo cuando llegan al cementerio de elefantes. Jane de buenas a primeras, porque yo lo valgo (ridículo no! Lo siguiente) decide quedarse en la jungla con Tarzán, mientras a Holt le ofrecen un elefante como vehículo para su vuelta  la ‘civilización’, mientras Jane le exhorta a volver a por el marfil (¿?). En la escena final, con la música de Romeo y Julieta de Tchaikovsky, la feliz pareja aparece sobre una roca, Jane sosteniendo a Cheeta como a un bebé. La nueva familia ya estaba aquí (¿?).

 

MGM encontró a quién buscaban con el condecorado olímpico Weissmuller. Nadador profesional ganó cinco medallas de oro en los Juegos Olímpicos de 1924 y 1928, además de 67 títulos mundiales y 52 nacionales. El único obstáculo para contratarlo para el papel fue su contrato como modelo de ropa interior de BVD. Para poder liberarlo del contrato, MGM acordó contar con actrices como Greta Garbo y Marie Dressler, para aparecer en los anuncios de BVD. Weissmuller después de interpretar doce veces el personaje acabó tocado. Se convirtió en víctima de la fama y del dinero. Rodó otras 6 películas de Tarzán sin Maureen O´Sullivan. Años después, con sobrepeso y envejecido, rodó muchas películas y series de serie B, siempre en paisajes selváticos. En sus últimos años, convencido de que era Tarzán, no paraba de proferir el famoso grito que le había hecho tan famoso; cinco matrimonios, amigo de excesos –se iba de fiesta con Errol Flynn-. A Burroughs le pareció Weissmuller fue el mejor Tarzán que existió (¿?).

 

La película se rodó en el Lote Uno de los estudios Metro-Goldwyn-Mayer en Culver City-California y en la zona del lago Sherwood al norte de Los Ángeles, así como en Silver Springs en Florida. Los leones de la película fueron prestados de la cercana granja de leones de Goebel en Thousand Oaks-California.

 

‘El grito de tarzán: Dependiendo de quién lo cuente, el grito característico fue creado por el departamento de sonido de MGM combinando sonidos de animales con sopranos de ópera, o fue una habilidad que Weissmuller adquirió mientras escuchaba cantos yodeleros cuando era un niño inmigrante en Chicago.

 

Fue, en 1914, cuando se publicó por primera vez el Tarzán de Edgar Rice Burroughs (1875-1950) y el éxito fue inmediato, tardando apenas cuatro años para acceder al cine, siendo el primer Tarzán, Elmo Lincoln, con la película “Tarzán de los monos” que dirigió Scott Sidney, la cual se recuerda principalmente por eso, por ser la primera. Otras versiones mudas pasaron sin pena ni gloria, hasta que llega por fin el año 1932 -ya en pleno auge el cine sonoro-, y la MGM decide volver a adaptar las selváticas aventuras.

 

*No puede haber mensaje contra la avaricia del hombre blanco en África cuando Holt escapa con vida para poder volver a por el marfil del cementerio.

Si nadie ha vivido para ver el cementerio de elefantes, quien ha contado la historia del cementerio?

Si para llegar al cementerio han tenido que atravesar una enorme montaña por un acantilado, llevar a porteadores con comida para días. Como va a volver Holt solo, sin nada en un elefante?

Como sabe Tarzán que se llama Tarzán? Quien le ha dado el nombre? Los simios no pueden articular esa palabra precisamente.

Por que nada se dice del como Tarzán ha llegado a en medio de la selva?

Como es posible que a Tarzán no le crezca el cabello y la barba? Y si es así, quien se lo corta?

De donde ha sacado Tarzán el cuchillo que lleva?

 

Se me ha caído un mito. Gloria Ucrania!!!

 

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