EL PEQUE SE VA DE MARCHA.
Entretenida y ágil comedia creada por el experto en la materia de productos familiares como es John Hughes, aquí produce y guioniza dejando la dirección para Patrick Read Johnson. Film que he visto en mi gusto por las efemérides, cumple este mes 30 años desde su estreno (1 de julio de 1994), y le he querido dar una oportunidad enfrascado en un ciclo Hughes, y me he encontrado una cinta divertida, con gags bien trabajados, con personajes entrañables, con un bebe protagonista (eran los gemelos Adam y Jacob Worton) adorable, aunque en realidad todo suena a déjà vu, todo son gags reciclados de los Looney Toones y similares, donde el dolor físico es algo muy pasajero, pueden ser los personajes golpeados, quemados, tener impresionantes caídas desde altitudes, pero tras la mueca de rigor de dolor, se levantan y a la siguiente viñeta, todo esto traído a la acción real. Hughes montado en el megaéxito de “Solo en casa” y su secuela, y ante los problemas para la tercera parte (el padre de Macaulay Culkin pedía más que Cristiano Ronaldo en Arabia) decidió deconstruir la historia para que el protagonista no fuera un niño, subiendo la apuesta a un bebe, aunque la trama es muy parecida, con unos villanos caricaturescos siendo ‘troleados’ una y otra vez por el rubio (como en “Home Alone”) solitario. Por supuesto que es un humor pasajero, sin posibilidad de calado, pero es que seguramente juzgo el film condicionado por estar a la contra de la crítica general que la ha machacado, y para mi cumple bien con lo que se espera, un producto escapista familiar sin más.
Un producto para todos
los públicos, donde los grandes actores por Joe Mantegna y Joe Pantoliano junto
a Brian Haley, que nunca se muestran como malvados, simplemente idiotas
arrogantes que creen tener en sus manos el Vellocino de Oro con el bebe. El
trío da jocosa réplica a las ‘travesuras’ del ‘gateador’, con los golpes,
porrazos, caídas, y con ello las posteriores muecas expresivas propias de los
toons (hasta tenemos tras una caída de un villano desde gran altura una nube de
polvo igual que las del Coyote), donde el bebe Binkman se convierte en una
especie de cruce entre el Kevin McAllister de “Solo en casa” y el Baby Herman
de “Quien engañó a Roger Rabbit?”, también incluso con mucho la película de
“Todo en un día” (1986), donde unos adolescentes (serian el bebe) deciden
saltarse las clases y pasar un día en Chicago (como aquí, la ciudad de John
Hughes), mientras son perseguidos por el obsesivo director del colegio
puenteado (aquí los tres émulos de los tres Chiflados). Con ello todo un tropel
de gags tipo slapstick la mayoría, rememorando al cine mudo, sobre todo en el
tramo arrollador del bebe en medio de las obras de un rascacielos con los tres
(chiflados) tras él, y este escapando en medio de las vertiginosas alturas y
con ellos siendo mascarados en su incompetencia, también es cierto que el humor
toon a veces su traslado a la acción real no resulta tan gracioso como se puede
esperar, pues ver a un bebe a punto de ser aplastado por un taxi no produce
precisamente risas a carcajadas. Esa es la fina línea sobre la que navega la
película, hay que entrar en su tono ligero y despreocupado, donde los malos
pueden caer desde decenas (si no cientos) metros de altura y que no les pase
algo más que un dolor pasajero, aun así, hay que apreciar la inventiva y el
querer dar un espectáculo propio de los años 20 trasladado por la tecnología
f/x del momento, donde el bebe parece tener el espíritu jovial de Harold Lloyd
siendo perseguido por los Tres Chiflados. El bebe gatea sobre tejados a gran
altura, se sube a buses, taxis, pasa bajo autos en medio de una atestada calle,
se hace amigo de un enorme gorila, quema la entrepierna de su captor, y en la
apoteosis se pasea graciosamente por la construcción de un grandioso
rascacielos, esto trasladado al espectador mediante unos vistos efectos
visuales
Bennington Austin
"Bink" Cotwell IV, el hijo de nueve meses de los socialités Laraine (Lara
Flynn Boyle) y Bennington Austin "Bing" Cotwell III (Matthew Glave),
vive en una mansión en un suburbio de Chicago y está a punto de aparecer en las
páginas sociales del periódico. Tres criminales muy torpes, Edgar
"Eddie" Mauser (Mantegna), Norbert "Norby" LeBlaw (Pantoliano)
y Victor "Veeko" Riley (Haley), se disfrazan de fotógrafos de bebés
del periódico y secuestran a Bink, exigiendo un rescate de 5 millones de dólares.
Sin embargo, después del secuestro, los criminales tienen dificultades para
controlar a Bink en su apartamento. Norby intenta dormirlo leyéndole su libro
de cuentos favorito, Baby's Day Out (o "Boo-Boo", como él lo llama),
solo para quedarse dormido de aburrimiento, dejando a Bink desatendido. Mirando
el libro, Bink nota una paloma en la página y luego una junto a la ventana; la
sigue y logra escapar de sus secuestradores.
La chispa del film está
en las secuencias de slapstick tipo el Coyote vs Correcaminos, el sempiterno
juego del gato y el ratón, ese pez que siempre termina escurriéndose en las
manos del pescador y acaba de nuevo en el rio mirando a su cazador y riéndose
de él. Con eso juega la cinta, con las muecas y risas despreocupadas del bebe
ajeno a los peligros que le rodean, feliz y alegre por Chicago. Todo ello
adornado por multitud de porrazos, caídas, quemaduras, atropellos, aplastamientos
de pies, golpizas, nudillos rotos, pisotones en el ‘Arco del Triunfo’. Todo
ello jugando una y otra vez con el azar de como el bebe se cuela en lugares
insospechados (un taxi, un bus, un cesto de la compra, en una guardería, una
jaula de simios, una construcción, …), y como escapa sin que le suponga trauma
alguno, vitalista y sonriente gateando por la urbe. Teniendo el primer gran
momento ‘épico’ cuando deben enfrentarse a un enorme gorila que ha cogido de mascota
al bebe, derivando en chancescos gags; Segundo gran tramo cuando en un parque
atrapan al escurridizo bebe pero dos polis aparecen, Eddie esconde a Bink bajo
su abrigo en su regazo, pero Bink alcanza su encendedor, y se produce el
‘calentamiento global’, y como colofón una patada en plano nadir-subjetivo
sublime; El clímax se da en las obras (un clásico del cine mudo) de un
rascacielos en construcción, con los siempre atractivos paseos por sus traviesas
a cientos a cientos de metros de altura, con grúas con cadenas o llevando vigas
y los ascensores ejerciendo de salvadores o ejecutores en momentos precisos, y
por en medio tropecientos porrazos y caídas, ello con el leit-motive constante
del bebe mirando atrás y sonriendo pícaramente ante los caricaturescos
perseguidores.
Los tres
‘secuestradores’ están muy bien en sus roles de incompetentes villanos,
ofreciendo todo un caudal de expresividad en exponer daños, dolores,
sufrimiento, y ello con una clara marca toon, sobre todo un sensacional Joe
Mantegna que derrocha carisma y se nota divirtiéndose con su gafado Eddy.
Aunque Pantoliano y Haley también dan unas actuaciones muy chistosas en sus
poses y rostros, así como en la fisicidad toon.
Dista de ser un film
notable siquiera, pero es una cinta que tampoco pretende eso. Tiene taras, como
es la sub trama de los padres del bebé mientras este está secuestrado. No
entiendo el porque tiene que ser unos pomposos ricachones, lo cual hace que nos
caigan fatal de inicio. Toda la sub historia de estos con la poli intentando
dar con su hijito me resulta que desentona con el núcleo humorístico del film,
es un drama que cuando aparece da bajón, no han sabido equilibrar. Podrían
simplemente haber hecho que los padres por X motivo no se han dado cuenta que
su hijo no está, pero el colarnos este melodrama de unos padres sufriendo la
pérdida de su retoño da grima con lo que realmente se quiere dar con esta
comedia. Como me ha sido chirriante el personaje de la niñera, como queriendo
aportar algo de sustancia y lo que provoca es que no se sabe que pinta ahí; Como
no se entiende el tramo en que un ‘testigo’ dice haber visto al bebe en una
casa vecina y van a registrar la vivienda de una madre con varios hijos, y la
pobre mujer es una humilde de casa que nada tiene que ver con el secuestro, la
señora les dice que reza para que Bink vuelva con ellos y que sabe cómo se
sentiría si fuera uno de sus hijos. Es como si hubiera un segundo guionista que
creyera estamos en un drama lacrimógeno, ridículo; También hay que decir, que
se nota muy mucho que el bebe nunca está en medio de peligro alguno, los
efectos son buenos, pero la reacción del bebe no crea interrelación con el
supuesto lugar donde está, que si en medio del tráfico o sobre una viga a
cientos de altura; Se repite demasiado la misma reacción el bebe, como si fuera
un meme que cuelan una y otra vez tras un ‘infortunio’ de sus perseguidores, es
la de ir gateando, mira hacia atrás y sonríe, notándose que este sonido de la
risa es metido en post-producción
Spoiler:
Rush final: Los padres
de Bink son notificados de varios avistamientos de él en la ciudad y Gilbertine
deduce que ha estado siguiendo Baby's Day Out, y lo más probable es que se
dirija al Old Soldiers' Home a continuación. Efectivamente, Bink ha logrado
entrar en la casa, donde los ancianos residentes lo entretienen con una
interpretación de "This Is the Army, Mr. Jones" de Irving Berlin.
Laraine y Bing entran corriendo y abrazan alegremente a Bink. De camino a casa,
comienza a gritar su "Boo-Boo" hacia el apartamento de los
criminales. Laraine cree que está mirando el reloj en la parte superior del
edificio e intenta enseñarle que es un "tic tac". Gilbertine
nuevamente deduce que quiere su libro y le dice a Laraine que no hay "tic
tac" en el libro. Los criminales en recuperación, al escuchar a Bink
pidiendo su libro, se dan cuenta de que ha regresado y, al mirar por la
ventana, para su sorpresa, se encuentran rodeados por el FBI. También
encuentran a Bink y a sus padres parados afuera del edificio. Mientras Eddie
regaña a Bink por delatarlos, Grissom obliga a los criminales a devolver el
libro de Bink. Cuando Eddie arroja el libro, él, Norby y Veeko son arrestados
por secuestrar a Bink y Bink está feliz de tener su libro de vuelta y regresa a
casa con sus padres. De regreso a casa, Bink es acostado por sus padres,
quienes hablan sobre tomarle una fotografía a un fotógrafo normal por la mañana
mientras, sin que ellos lo sepan, él se despierta y se prepara para leer otro
libro titulado El viaje del bebé a China.
Baby's Day Out se filmó
en Chicago, Illinois y Los Ángeles, California, del 17 de agosto al 16 de
diciembre de 1993, y presentó uno de los primeros paisajes urbanos en 3D
completamente generados por computadora, lo que fue un desafío para Industrial
Light and Magic. El artista digital senior Henry LaBounta dijo: “Teníamos que
tener una ciudad CG - Chicago - para esas tomas donde el bebé mira hacia abajo
desde la grúa. Yo era el tipo que iba a hacer esa ciudad. Y pensé, acabo de
empezar aquí".
No es una obra maestra,
ni lo pretende. Es un pasatiempo que cumple y divierte en muchos tramos. Gloria
Ucrania!!!
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