sábado, 6 de julio de 2024

 


ABYSS.

 

Muy entretenido film de aventuras con claro toque de ciencia ficción moralista, y en esto que enlaza con su rush final es en lo que falla el film del megalómano James Cameron, que guioniza y dirige. Película que va a cumplir 35 años desde su estreno (8 de agosto de 1989) y se mantiene fresca en sus esplendorosos efectos visuales, gracias la productora de efectos visuales Laura Buff, el supervisor de efectos visuales John Bruno, Dream Quest Images y la Industrial Light & Magic. Técnicamente brillante, con increíble fotografía submarina de Mikael Salomon (“Hermanos de sangre” o “Roma”), fascinantemente iluminada en patinados cutáneos de púrpuras, verdes y azules, en miscelánea con la edición de sonido de Blake Leyh (“Casino” o “Tigre y Dragón”), sea dentro de los límites de la plataforma o en medio del fondo océano, haciéndonos sentir inmersos en este sub mundo, enaltecido por el diseño de producción de Leslie Dilley (“Cariño he agrandado al niño” o “Casper”), creando estos ingenios submarinos cual si estuviéramos en medio del espacio sideral. Aunque entre los elementos no tan incisivos está la música poco inspirada de Alan Silvestri. Entre lo bueno está un reparto que cumple con creces, destacando un estupendo Ed Harris y una formidable Mary Elizabeth Mastrantonio.

 

En enero de 1994, el submarino estadounidense USS Montana, de clase Ohio, se encuentra con un objeto sumergido no identificado y se hunde cerca de Cayman Trough. Mientras los barcos soviéticos se acercan para tratar de salvar el submarino y un huracán se mueve sobre el área, el gobierno de EE. UU. envía un equipo SEAL a Deep Core, una plataforma de perforación submarina experimental de propiedad privada cerca de Cayman Trough, para usarla como base de operaciones. La diseñadora de la plataforma, la Dra. Lindsey Brigman (Mastrantonio), insiste en estar de acuerdo con el equipo SEAL, a pesar de que su ex marido Virgil "Bud" Brigman (Harris) es el actual capataz. Durante la investigación inicial de Montana, un corte de energía en los sumergibles del equipo lleva a Lindsey a ver una luz extraña rodeando el submarino, a la que luego llama "inteligencia no terrestre" o "NTI". El teniente Hiram Coffey (Michael Biehn, actor fetiche hasta entonces de Cameron, lo tuvo en “Terminator”, “Aliens, el regreso” y en esta), líder del equipo SEAL, recibe la orden de acelerar su misión y toma uno de los minisubmarinos sin el permiso de Deep Core para recuperar una ojiva de misil Trident de Montana justo cuando la tormenta golpea arriba, dejando a la tripulación incapaz de desconectarse de su barco de apoyo de superficie a tiempo.

 

Obra épica en su problemática y complicada realización en fondos sub acuáticos que llevaron a multitud de problemas, Cameron ha dicho que el rodaje fue el más difícil, el más arriesgado, colosal esfuerzo realizó todo el equipo (técnico como artístico) para rodarla, casi 12 horas diarias de media que se pegaban ahí los que trabajaban en ella. Dice sobre Abyss que es, de toda su filmografía, la película de la que se siente más orgulloso, hoy día, una de las producciones técnicamente más ambiciosas de la historia del cine. Llevándonos el director canadiense a su gran obsesión como es el mar, donde 8 años después tocó el Olimpo taquillero con “Titanic”, luego su secuela de “Avatar” también tendría como coprotagonista el agua y su vida interior, entre medias varios documentales sobre los océanos (expediciones a los hundidos Titanic y al acorazado Bismarck, entre otros objetivos).

 

Es una cinta con mucho de su anterior realización “Aliens, el regreso” (1986), donde creaba un microcosmos de personajes con camaradería marcada por la testosterona, encerrados en un planeta y una nave varados en medio de la nada y allí son acuciados por un gran peligro. Aquí Cameron vuelve a incidir en la violencia militar, en los abusos del poder, el choque entre ciencia y militarismo, ensalzando a la inteligencia de la mujer como elemento diferencial que sabe dónde está el bien.

 

Todo ello en un argumento bien desarrollado, con espectaculares secuencias de acción, ensalzando cual naves espaciales la ingeniería submarina (la base móvil como nave nodriza, los mini submarinos cual naves espaciales, y los trajes submarinos como uniformes de astronauta, mientras las profundidades del mar es una alegoría del vasto espacio). Una dirección hábil de Cameron hace que sintamos la claustrofobia ambiental, en medio de colapsos por accidentes, incendios, implosiones, enfrentamientos entre submarinos cual toros, todo ello con escenas de una gran tensión dramática, de las que te ponen el vello de punta.

 

Entre lo defectuoso está su rancio mensaje a lo “The Day the Earth Stood Still” (1951), a modo de criticar nuestra militarización, el afán bélico de las grandes potencias, nuestro gusto autodestructivo, y que para seguir adelante necesitaríamos una tutela exterior (buah!!!). Esto sobre todo queda claro en la versión extendida, en la teatral es atrofiada la coda final. Yo aquí juzgo la de 2:51 horas que sobre todo extiende el tramo final para dar sentido a la presencia ‘de afuera’, pero si se agradece el rellenar los huecos de la versión cines, esto repercute en una idea ridícula infantiloide de ‘paz, amor y nada de hambre’, aportando unas secuencias extemporáneas del mundo siendo ‘amenazado’ de modo aparatoso. Esta ‘alerta’ proviene del temor de la Era Atómica de los 50 y 60, en medio de la Guerra Fría con el choque entre los bloques USA vs URSS, estirada hasta los 80, aunque ya en el ocaso de la Unión Soviética. Con lo que este tramo final el film desbarra en una resolución paternalista pueril que que es un tiro en el pie de la producción.

 

Es un film de acción con crucial aporte de romanticismo, un motor de la trama neurálgico  sustentado en la tensa relación entre Bud y Lindsey (el enfadado tira su anillo de compromiso al retrete, aunque luego lo recoge) manejándose hábilmente sus ententes en un desarrollo grácil para hacernos sentir gradualmente como renace la llama del amor entre ellos: Cameron también sabe insertar dosis de humor desengrasante, ello provocado sobre todo por la forma fluida en que crea niveles de camaradería entre el grupo de trabajadores en la plataforma. Asimismo, Cameron tiene éxito incluyendo puntualmente elementos de ciencia ficción creando misterio y suspense alrededor de ello, crea expectativas, aunque luego se sabotea a sí mismo en el rush final. También Cameron maneja bien ‘El arma de Chéjov’, coloca elementos que luego trae a la trama para darles sentido, como es el anillo de compromiso de Bud (utilizado en un momento clave), el líquido para respirar a profundidades abisales (primero lo vemos lo utilizan con un ratón al principio y luego es Bud quien debe usarlo), o el temblor de la mano de Coffey.

 

Teniendo en su gran minutaje secuencias espectaculares, el accidente del submarino USS Montana, la exploración del submarino estadounidense, la grúa colapsando sobre la base submarina, el tramo con Bud y Cattfish tras el Coffey huido, la batalla entre mini sub marinos, el arrollador tramo en que el mini sub marino de Bud y Lindsey se llena de agua y solo tienen un traje de buceo, con esa coda del intento de reanimación, me sentí llevado por los sentimientos, turbador, y por supuesto el conmovedor rush final con Bud tenido que descender al abismo, estremecedor. Aunque, reitero, el clímax-resolución de las historias me ha sido nefasta.

 

Ed Harris es sensacional, con carisma, simpatía, mordaz, seguro de sí mismo, valiente, decidido, y tiene una gran química con la Mary Elizabeth Mastrantonio. Tiene algunas escenas trémulas donde sale a relucir su rabia que nos contagia, como la del intento de reanimación (estremecedor), u la complicada del rush final donde debe expresar sin palabras metido en el casco, muy buena su emocionalidad emitida a través de sus ojos; Mary Elizabeth Mastrantonio da una gran actuación como la dura ingeniera, visceral, con coraje, autosuficiente, sacrificada, un claro émulo de la Teniente Ripley que además tiene una fenomenal interacción con Harris, con el que saltan chispas en la evolución de su complicada asociación, conmovedora en el tramo final comunicándose con Harris; Michael Biehn es el ejemplo de villano militarista, ese símbolo del poder bélico imponiéndose con métodos violentos, el villano de la función, ello azuzado por la presión psicótica debido a las profundidades marinas, que se convierte en histrionismo pasado de vueltas con esa mirada de lunático; Entre los secundarios destaca Leo Burmester como el gracioso sureño vestido con ropas de granjero, Todd Graff como el disfuncional operario con mascota de un ratón blanco, aporta vitalismo a su rol, Kimberly Scott como la piloto con gustos de cowboy para vestir es una presencia cuasi marginal.

 

Spoiler:

 

Rush final: Se decide necesitan desarmar la ojiva, está a más de 2 millas (3,2 km) por debajo de ellos. Un SEAL, el alférez Monk, ayuda a Bud a usar un traje de buceo experimental equipado con un aparato de respiración líquida para sobrevivir a esa profundidad, aunque solo podrá comunicarse a través de un teclado en el traje. Bud comienza su inmersión, asistido por la voz de Lindsey para mantenerlo coherente contra los efectos de la creciente presión, y llega a la ojiva. Monk lo guía para desarmarla con éxito (muy bueno cuando le dicen el color del cable a cortar y la luz que ilumina la ojiva da como resultado que todo es amarillo). Con poco oxígeno en el sistema, Bud explica que sabía que era un viaje de ida y le dice a Lindsey que la ama. Mientras espera la muerte, un NTI se acerca a Bud, toma su mano y lo guía a una enorme ciudad alienígena en las profundidades de la fosa. Dentro, los NTI crean una bolsa atmosférica para Bud, lo que le permite respirar normalmente. Alarmados de que los impulsos autodestructivos de la humanidad pudieran causar un daño ambiental real al planeta, los NTI casi acabaron con la especie (vemos un chusco montaje de olas gigantes por todo el planeta que se detienen de modo risible justo antes de colapsar contra la población asustada y vuelve atrás), decidieron no hacerlo debido a la fe y el amor mutuo de Bud y Lindsey. Luego, los NTI reproducen el mensaje de Bud a su esposa y se miran con comprensión. Recordatorio para los humanos de que son sólo una parte de un sistema mucho más grande. En Deep Core, la tripulación está esperando el rescate cuando ven un mensaje de Bud que dice que se encontró con algunos amigos y les advierte que se mantengan firmes. La base tiembla y las luces de la trinchera anuncian la llegada de la nave alienígena. Se eleva a la superficie del océano, con Deep Core y varias de las naves de la superficie encalladas en su casco. La tripulación de Deep Core sale de la plataforma, sorprendida de no estar muerta por la repentina descompresión. Ven a Bud saliendo de la nave alienígena y Lindsey corre a abrazarlo. Fin; Menuda idiotez, ósea, que si guerreamos entre nosotros seremos castigados con que nos destruirán (¿?). Y la gente inocente? De una aparatosidad Idiotesca la supernave alíen emergiendo de las profundidades. Primero, por lo visto que pueden hacer con el mar podrían haberlos sacado a la superficie sin mover tal macro nave pantagruélica. Y tenemos que tragarnos que

 

En la versión extendida, los acontecimientos de la película se desarrollan en un contexto de conflicto entre Estados Unidos y la Unión Soviética, con potencial para una guerra total. El hundimiento del Montana también alimenta la agresión. Además, hay más conflicto entre Bud y Lindsey con respecto a su relación anterior. La principal adición es el final: cuando Bud es llevado a la nave alienígena, los extraterrestres comienzan mostrándole imágenes de guerra y agresión de fuentes de noticias de todo el mundo. Luego, los extraterrestres crean megatsunamis masivos que amenazan las costas del mundo, pero los detienen antes de que golpeen. Bud pregunta por qué perdonaron a los humanos y le muestran a Bud su mensaje a Lindsey antes de llevarlo a él, a la nave alienígena y a Deep Core a la superficie.

 

HG Wells fue el primero en introducir la noción de un extraterrestre marino en su cuento de 1897 "In the Abyss". La idea de The Abyss se le ocurrió a James Cameron cuando, a los 17 años y en la escuela secundaria, asistió a una conferencia científica sobre el buceo en aguas profundas impartida por un hombre, Francis J. Falejczyk, primer ser humano en respirar líquido a través de su pulmones en experimentos realizados por Johannes A. Kylstra en la Universidad de Duke. Posteriormente escribió una historia corta que se centró en un grupo de científicos en un laboratorio en el fondo del océano. La idea básica no cambió, pero muchos de los detalles se fueron modificando con el paso de los años. Una vez Cameron llegó a Hollywood, rápidamente se dio cuenta que un grupo de científicos no era tan comercial y lo cambió por un grupo de trabajadores manuales. Mientras hacía Aliens, Cameron vio una película de National Geographic sobre vehículos operados a distancia que operan en las profundidades del Océano Atlántico Norte. Estas imágenes le recordaron su cuento. Él y la productora Gale Anne Hurd decidieron The Abyss sería su próxima película. Cameron escribió un tratamiento combinado con elementos de un guión de rodaje, generó mucho interés en Hollywood. Luego escribió el guión, basando el personaje de Lindsey en Hurd y lo terminó a finales de 1987. Cameron y Hurd se casaron antes de The Abyss, se separaron durante la preproducción y se divorciaron en febrero de 1989, dos meses después del director. fotografía.

 

Las secuencias submarinas para la película se filmaron en una unidad de los Gaffney Studios, situada al sur de Cherokee Falls, en las afueras de Gaffney, Carolina del Sur, había sido abandonada por los funcionarios de Duke Power después de gastar previamente $ 700 millones en la construcción de la planta de energía nuclear Cherokee, a lo largo de Owensby Street, Gaffney, Carolina del Sur. Se utilizaron dos tanques especialmente construidos. El primero, basado en la vasija de contención del reactor primario de la planta abandonada, contenía 7,5 millones de galones estadounidenses (28.000 m 3) de agua, tenía 55 pies (18 m) de profundidad y 209 pies (70 m) de ancho. En aquel momento era el tanque filtrado de agua dulce más grande del mundo. Se rodaron escenas adicionales en el segundo tanque, foso de turbina en desuso, contenía 2,5 millones de galones estadounidenses (9.500 m 3 ) de agua. [12] Mientras el equipo de producción se apresuraba a terminar de pintar el tanque principal, entraron millones de galones de agua y tardaron cinco días en llenarse. La plataforma Deepcore estaba anclada a una columna de hormigón de 90 toneladas en el fondo del tanque grande. Constaba de seis módulos parciales y completos que tardaron más de medio año en planificarse y construirse desde cero.

 

Can-Dive Services Ltd., una empresa canadiense de buceo comercial especializada en sistemas de buceo de saturación y tecnología subacuática, fabricó especialmente las dos embarcaciones de trabajo (Flatbed y Cab One) para la película. Se gastaron dos millones de dólares en la construcción del set. El rodaje también se realizó en el lago subterráneo más grande del mundo, una mina en Bonne Terre, Missouri, que sirvió de fondo para varias tomas submarinas.

 

El director de fotografía de Cameron, Mikael Salomon, utilizó tres cámaras en carcasas estancas diseñadas especialmente para ello. Se diseñó otra carcasa especial para escenas que iban del diálogo sobre el agua al diálogo bajo el agua. Los realizadores tuvieron que descubrir cómo mantener el agua lo suficientemente clara para filmar y lo suficientemente oscura para parecer realista a 2000 pies (700 m), lo que se logró haciendo flotar una gruesa capa de cuentas de plástico en el agua y cubriendo la parte superior del tanque con una enorme lona. Cameron quería ver las caras de los actores y escuchar su diálogo, por lo que contrató a Western Space and Marine para diseñar cascos que permanecieran ópticamente claros bajo el agua e instaló micrófonos de última generación con calidad aeronáutica en cada casco. Las condiciones de seguridad también fueron un factor importante con la instalación de una cámara de descompresión en el lugar, junto con una campana de buceo y un buzo de seguridad para cada actor.

El líquido respiratorio utilizado en la película existe en realidad, pero sólo se ha investigado a fondo en animales. Durante los 20 años anteriores se había probado en varios animales, que sobrevivieron. La rata que aparece en la película estaba respirando líquido y sobrevivió ilesa. La producción consultó con el Dr. Kylstra sobre el uso adecuado del líquido respiratorio para la película. Ed Harris en realidad no respiró el líquido. Contuvo la respiración dentro de un casco lleno de líquido mientras lo remolcaban 30 pies (10 m) por debajo de la superficie del gran tanque. Recordó que los peores momentos fueron cuando lo remolcaron con el líquido subiéndole por la nariz y con los ojos hinchados.

 

Para crear el tentáculo de agua alienígena, Cameron inicialmente consideró la animación celular o un tentáculo esculpido en arcilla y luego animado mediante técnicas de stop-motion con reflejos de agua proyectados sobre él. Phil Tippett sugirió que Cameron se pusiera en contacto con Industrial Light & Magic. El trabajo de efectos visuales especiales se dividió entre siete divisiones de FX con trabajo de control de movimiento de Dream Quest Images y gráficos y ópticas por computadora de ILM. ILM diseñó un programa para producir ondas superficiales de diferentes tamaños y propiedades cinéticas para el pseudópodo, al que ILM se refirió informalmente como el "pito de agua". Para el momento en que imita los rostros de Bud y Lindsey, Ed Harris hizo escanear ocho de sus expresiones faciales, mientras que doce de Mastrantonio fueron escaneadas mediante un software utilizado para crear esculturas CGI. El set fue fotografiado desde todos los ángulos y recreado digitalmente para que el pseudópodo pudiera componerse con precisión en el metraje de acción real. Para la secuencia en la que Mary Elizabeth Mastrantonio toca la superficie del seudópodo, la entonces recepcionista de ILM, Alia Agha, actuó como modelo de mano. La empresa pasó seis meses para crear 75 segundos de gráficos por computadora necesarios para la criatura. Se utilizó una impresora óptica para la composición de la secuencia, excepto en la toma en la que el pseudópodo vuelve a convertirse en agua corriente, que se compuso digitalmente. Las secuencias animadas CGI fueron supervisadas por el director de animación de ILM, Wes Takahashi.

 

Estos problemas son uno de los muchos elementos móviles que calientan el sentido de urgencia de la película. Parecemos estar al borde de una guerra nuclear (que empezó porque pensamos que los rusos hundieron el submarino) y la raza alienígena, el deus ex machina de Cameron, interviene para salvarnos de nosotros mismos. Este punto se silenció en la versión de media hora más corta que se estrenó en los cines estadounidenses, pero todo está ahí en la versión de Cameron. Estaba muy, muy preocupado por la bomba en los años 80, hasta que finalmente en Terminator 2 se rindió y nos mostró cómo sería un holocausto nuclear.

 

Inspirado por el relanzamiento de Blade Runner en 1992, que restauró imágenes eliminadas de la innovadora película de Ridley Scott de 1982 y al mismo tiempo eliminó las adiciones dictadas por Warner Bros., a principios de los años 90 se produjo un auge en los relanzamientos de "versión del director", una tendencia que destacó La tensión creativa en el cine de gran presupuesto. El término rápidamente dejó de tener sentido (¿unos segundos más de desnudez en Basic Instinct marcan una diferencia artística significativa?), pero planteó preguntas provocativas. Tan revelador a su manera como Blade Runner y Brasil es el caso de The Abyss de James Cameron, una aventura submarina extrañamente personal estrenada en 1989 con 140 minutos de duración y reeditada unos años más tarde ampliada en 31 minutos recortada por sugerencia del estudio por razones de tiempo. Qué diferencia hace media hora? Mucho, y no siempre en la forma que cabría esperar. En ambas versiones, Ed Harris interpreta a un experto en aguas profundas cuyos perforadores contratados comercialmente vienen a investigar un accidente de submarino nuclear. La misión lo reúne con su ex esposa Mary Elizabeth Mastrantonio y los obliga a ambos a poner sus vidas en peligro para frustrar a un Navy SEAL (Michael Biehn) trastornado y portador de ojivas nucleares, que amenaza con destruir una especie de extraterrestres inteligentes recientemente desenterrada. Casi todas las restauraciones pueden considerarse sin reservas una mejora con respecto al original: hacer la historia más completa, desarrollar el entorno submarino y establecer mejor la relación inesperadamente conmovedora entre Harris y Mastrantonio, hasta llegar a una conclusión que depende de la tolerancia del público hacia una Nueva Era a través del mensaje de paz y amor de El día que la Tierra se detuvo. Todo lo cual plantea preguntas interesantes: ¿Quién tenía razón? Los instintos de Cameron parecen acertados durante la mayor parte de la película, pero al final lo abandonan. El final original recortado puede haber sido insatisfactorio, pero al menos parecía coincidir con el resto de la imagen. ¿Y qué hacer con el hecho de que el propio Cameron no parece particularmente resistente a los cambios? Esta nueva edición en DVD presenta ambas versiones de la película, lo que permite a los espectadores juzgar por sí mismos y plantear sus propias preguntas. Un documental de una hora de duración, una serie de detalles detrás de escena y un comentario subtitulado revelan cuán tortuosa fue la realización de The Abyss, gran parte realizada bajo el agua durante hasta 12 horas seguidas en un lugar abandonado. reactor nuclear—era para todos los involucrados. ¿A qué sirvió mejor ese trabajo, un compromiso comercial presentable o un trabajo de integridad artística, en última instancia, extravagante? Cualquiera que sea la respuesta, esta versión de The Abyss presenta una película emocionante, a menudo hermosa, en el mejor escenario posible, lo que permite un examen completo de la paradoja de intentar hacer una película del tamaño de un éxito de taquilla con visión. Con una duración de casi tres horas, la edición especial de The Abyss logra ser demasiado larga de una manera interesante. Se olvida su historia. Hay aproximadamente una hora allí con los valientes trabajadores petroleros submarinos luchando contra el militar psicótico; hay escenas de lucha y escenas de persecución y escenas dramáticas y todo tipo de escenas... nada sobre la historia real de la película, que tiene algo que ver con extraterrestres salvando a la raza humana de sí misma. La tesis de Cameron es increíblemente ingenua y también una fantástica evasión. Gracias a algunas imágenes de noticieros en las que se preguntaba a los estadounidenses si estaban al borde del abismo con los soviéticos, está claro que Cameron echa toda la culpa de la xenofobia a los militares. Es un movimiento muy, muy tonto... y totalmente tomado de 2010 (creo que tanto del libro como de la película).

 

Film nominado a cuatro premios Óscar, ganó el premio Óscar a los mejores efectos visuales.

 

Film muy bueno, te atrapa en el fondo marino con intensidad dramática, hasta que llega el rush final y la cagan. Gloria Ucrania!!!

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