RIPLEY. (Miniserie)
Notable miniserie estadounidense
de suspenso psicológico neo-noir creada, escrita y dirigida por Steven
Zaillian, basada en la (famosa novela) novela policíaca de Patricia Highsmith
de 1955 El talentoso Sr. Ripley. Protagonizada por un sensacional Andrew Scott
como Tom Ripley, con Dakota Fanning como Marge Sherwood y Johnny Flynn como
Dickie Greenleaf, serie limitada de ocho episodios, primera adaptación de la
novela de Highsmith a una serie, también la primera filmada en b/n. Con una
carrera como director limitada a solo tres films (Innocent Moves/ A Civil
Action/ All the King's Men) y a la intensa serie The Night Of,
Steven Zaillian es, sin embargo, uno de los guionistas más reconocidos de
Hollywood (cuatro nominaciones al Oscar por Awakenings, GagnGs of New York, Moneyball,
The Irishman, más una estatuilla ganada por La lista de Schindler). Tras una
ausencia de cinco años, regresa en su triple rol de showrunner, escritor y
realizador de los 8 episodios de esta sugestiva incursión en el universo del
estafador, mitómano y manipulador Tom Ripley concebido por Patricia Highsmith.
Obra llevada al cine en
dos ocasiones, en la francesa “A pleno sol” (Plein Soleil, 1960), de René
Clément, con Alain Delon, Maurice Ronet y Marie Laforêt; y en “El talento de Mr.
Ripley (The Talented Mr. Ripley, 1999), de Anthony Minghella, con Matt Damon,
Gwyneth Paltrow, Jude Law, Cate Blanchett y Philip Seymour Hoffman; Zaillian es
capaz de insuflar aire nuevo a la historia, sabe dar singularidad a la
consabida trama, aportando una cadencia rítmica serena gracias a la capacidad
que dar ser un serie tv y no una comprimida película, desarrollando aún mejor a
los personajes y las situaciones, haciendo que cada momento catárquico se viva
de modo incisivo, derivando en esa turbadora proyección hacia el espectador de
que este empatice con el villano, que quiera escape. Fruto de este detallismo
punzante es el prodigioso quinto capítulo “Lucio”, dedicado únicamente al
asesinato y como deshacerse del cuerpo, una lección magistral de tensión
dramática llevada con agudeza emocional, gran parte de él en silencio, exponiéndose
la naturaleza ataráxica de Ripley en todo su esplendor,
En realidad Ripley se
nos presenta más que nunca como un juguetón hedonista que disfruta de ser el
ratón en este juego perseguido por varios gatos. Dejando efluvios a claras
influencias ‘hitchcockianas’, no en vano el director de la más famosa papada
del cine filmó “Strangers on a Train” (1951), la primera novela de Highsmith.
Potenciando en su ritmo una
fulgente intensidad dramática, con un director más preocupado en trasladarnos la
atmósfera tensa que en impactarnos, pretende involucrarnos psicológicamente en
los personajes con matices, con ayudado por diálogos muy bien trabajados, y
sobre todo los silencios y miradas que dicen más que las propias palabras, un paseo
por la amoralidad de un psicópata camaleónico. Tipo que nos hace cuestionarnos la
naturaleza del y el mal, sobre el atractivo de ansiar lo que tienen los ricos,
es esto justo? Que estarías dispuesto a hacer para alcanzar estas riquezas
ajenas?
Atomizado el desarrollo por
un sentido estético superlativo gracias a la fenomenal fotografía del
oscarizado por “There Will Be Blood” Robert Elswitt (habitual de Paul Thomas
Anderson) en glorioso b/n, de marcados contrastes grisáceos, con planos
cuidados con prodigio, exponiendo el lujo y boato (esculturas, edificios,
pinturas, escaleras, vetustos ascensores, calles empedradas, la Vía Apia
fantasmal, los fascinantes canales de Venezia, etc), tomas generales preciosas,
en conjunción con lo ancestral, y con ello dejando un poso de melancolía que traspasa
la pantalla. Esto en miscelánea a la edición del binomio Joshua Raymond Lee (“Steve
Jobs”) & David O. Rogers (“Men In Black”), rodó con cámaras digitales Arri
Alexa LF. En glorioso b/n, únicas cosas
que se muestran en color en la serie son las huellas rojas y ensangrentadas de
un gato en los escalones al final del episodio 5. Zaillian explicó: "La
edición del libro de Ripley que tenía en mi escritorio tenía una evocadora
fotografía en blanco y negro en la portada. Mientras escribía, mantuve esa
imagen en mi mente. El blanco y negro encaja con esta historia, y es
hermoso". Regalándonos interludios extraordinarios paseándonos por
postales de una beldad donde se mezcla el renacimiento con el expresionismo,
con mucho de Picasso y Caravaggio (Dickie y Ripley visitan el atroz cuadro
"David con la cabeza de Goliat"; claras alegorías en algunas tomas
retorcidamente exquisitas cual si nos quisiera mostrar la compleja mente del protagonista),
en una metáfora turbadora sobre la relación entre la vida y el arte, la importancia
de la luz (el bien y el mal) cual si todos fuéramos parte de alguna obra, donde
Ripley comienza siendo un deconstruido Picasso y acaba siendo un personaje de
Caravaggio jugando con su luz. Todo esto enmarcado en los más preciosos lugares
de la impresionante Italia, como Nápoles, Roma, San Remo, Palermo, Venecia y el
lar de ensueño costero de Atrani, pueblo de menos de 1000 habitantes en la
Costa Amalfitana declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
A finales de los años
cincuenta, en Nueva York, Tom Ripley (Scott), un estafador venido a menos, es
contratado por un hombre rico para convencer a su hijo pródigo (Flynn) de que
regrese a casa desde Italia. Pero la introducción de Tom a la cómoda y
tranquila vida de Dickie Greenleaf en el extranjero resulta ser "el primer
paso hacia una compleja vida de engaños, fraudes y asesinatos".
Un Zaillian que sabe
jugar con los elementos para impregnarlos de vida propia simbólica, desde el
anillo, unos cubitos de hielo, un gato, un cenicero, un ascensor, y más para
que cada vez que aparezcan transmitan sensaciones. El director hace de Ripley
un pintor que comienza falsificando cartas, y pasa a pintar sobre sí mismo la personalidad
de su ‘amigo’ Dickie, en los primeros capítulos lo observa, vampiriza, aliena,
hasta que cual ‘vaina’ de “La invasión de los ladrones de cuerpos”, tima su
personalidad tras su asesinato, se mimetiza con él. Con ello pasa a ser un
hedonista turista de alto standing, disfrutando de la Dolce Vita italiana
(incluso el episodio 4 toma este título tan ‘felliniano’), donde los sentimientos
de culpa son nulos, si acaso su mente le hace malas pasadas en las pesadillas
con el ahogado Dickie, pero estás son espantadas de modo cínico por el prota.
La serie es un retrato
de personalidad de alguien perverso, amoral, sociópata, envidioso, y sobre todo
un arrogante que se cree más inteligente que todos los que le rodean (lo que se
llama un psicópata de libro). Asistimos a su modus de ‘transformarse’, lo vemos
repetir firmas para falsificarla, imita la voz de Dickie, los vemos vestirse
con la ropa de Dickie, se prueba el anillo, lo vemos como perfecciona ser un
asesino, desde el improvisado y torpe de Dickie, al más elaborado que es el
segundo (no quiero spoilear), como traslada el cuerpo, como limpia la sangre,
como sufre imprevistos (el ascensor, el gato,…), como disfruta jugando con la policía,
especialmente con el inspector Ravini (Maurizio Lombardi), como lidia con el ‘hueso’
de Marge, siempre recelosa del que sabe es un mentiroso, todo se lo toma con
flema, sin perder nunca los nervios. Ello gracias a la formidable y
escalofriante interpretación del dublinés Andrew Scott, transpira magnetismo,
carisma, un manipulador exquisito en sus formas, denota grietas del pasado que
nunca le traspasan, con una expresividad parca, con una sonrisa pequeñita, se
nota un vampiro que espera su oportunidad agazapado tras su aparente
mansedumbre, ello adornado por como se adorna con la voz en off que transpira
un tremendo cinismo, No parece alguien que ansíe las riquezas como objetivo final,
en esta versión es un pez que disfruta escurriéndose una y otra vez entre las manos
de quienes pretenden atraparlo. En el clímax, cuando de enfrentarse en una
entrevista crucial con Ravini, cualquiera hubiera huido, pero él decide enfrentarse
a este duelo con inteligencia suprema, sirviéndose de lo aprendido para crear
su gran obra maestra con homenaje a Caravaggio (colosal aquí la cinematografía
de Elswitt), Brillante Scott en esta introspectiva e intensa encarnación;
Los secundarios aportan
solidez narrativa (excepto uno), haciendo que la historia tenga cimientos fuertes.
Con un fenomenal Johnny Flynn dando lustre al bon vivant Dickie, con una mezcla
de elegancia, bondad e inocencia que no se da cuenta de como Tom lo va
poseyendo, encantador cándido que resulta presa para este particular ‘Drácula’;
Dakota Fanning se luce como la inquisidora Marge, siempre escamada de Tom, fría
en el trato con él, los dos (Scott y ella) con una química cortante donde
saltan chispas de aspereza en cada encuentro. Con esa mirada penetrante que
dice tanto sobre la desconfianza hacia Tom. Resta que le falta compenetración
con Flynn, no hay calor o cariño entre ellos. Tampoco la evolución final del
personaje me resulta natural, la veo algo forzada como acaba; Maurizio Lombardi
como el inspector Ravini deja una grata impresión en sus peculiares interrogatorios;
Eliot Sumner da vida al ‘entrometida’, presencia que me da grima por como mi desconocimiento
de quien era (mea culpa), y pensaba era una mujer para un rol de hombre y no
entendía del porqué, desconcertante actuación que me desorientaba por lo dicho.
Luego me entero este andrógino es un cantante del grupo I Blame Coco (él se
hace llamar Coco Summer), se define como persona no binaria (como decía el
Lebrijano ‘Hay gente pa tó’), creo que este aspecto va en contra de su rol. Ah,
es hijo del cantante Sting.
En la serie se deja
patente el homoerotismo flotante en el ambiente con ese Tom Ripley aparentemente
enamorado de Dickie, llegando el protagonista a negar, por lo evidente, que sea
gay (Dickie ríe irónicamente al oírlo). Queda ese ambiguo personaje de Freddie
que es claramente gay y que tiene gran afinidad con Dickie. Y como Tom termina
utilizando la baza de los celos homosexuales como ‘coartada’ para un crimen.
Spoiler:
Momentos recordables
(aparte de los ya mencionados): Cuando Tom es pillado vistiéndose con su ropa;
La visita a ver el Caravaggio de Dickie y Tom; El tremebundo asesinato de
Dickie por parte de Tom en la barca con un remo, como es todo improvisado sobre
la marcha; El tenso encuentro de Tom con Marge cuando este va a recoger las
cosas de Dickie a Atrani (tras haberlo asesinado); Las manchas de sangre del
gato en las escaleras (lo único que se ve en color en la serie); La entrada ‘triunfal’
de Tom en Venezia, con el añadido de como vemos la impresionante vivienda que
alquila mostrada por la agente inmobiliaria; Cuando Marge encuentra en un
joyero de la residencia de Tom en Venezia el anillo de Dickie, pregunta a Tom
que hace allí esa joya. Tom se pone tenso, dice que se lo ha dejado Dickie,
pero cree no la va a creer y coge un cenicero que limpiaba, la cámara se fija
en primer plano en su mano asiéndolo (un cenicero fue con lo que mató a
Freddie), se acerca a ella con intenciones asesinas, pero entonces ella, en un
giro algo crujiente de carácter, le dice que seguro se lo ha dejado (con lo que
cree la palabra de Tom, cuando nunca lo había hecho) porque pensaba quitarse la
vida, y Tom deja el cenicero al saberse libre de culpa ante ella; El momento
clímax del film, la obra cumbre de Tom Ripley, engañar al inspector Ravini al
que se había presentado anteriormente en Roma como Richard Geenleaf, para
hacerle creer ahora es otra persona (Tom Ripley) en una entrevista, ello
jugando con los claroscuros y la escasa iluminación, así como con apósitos
capilares; Punzante el epílogo cuando el inspector Ravini recibe el libro de
Marge sobre Atrani y al abrirlo el policía observa impactado que se lo dedica a
Richard Greenleaf y está la foto que desmonta todo el andamiaje laberíntico de
Tom Ripley.
Esto precisamente es la
gran debilidad de la historia, que todo el grandioso plan de Tom Ripley hubiera
quedado desmontado con unja simple foto en los periódicos de Dickey. Es
complicado creer que nadie, ni policía, ni periodistas indagaran en el pasado
de este y con ello haber hallado alguna foto que desmontara todo cual castillo
de naipes en medio de un huracán. La policía en parvulario de investigación lo
primero que se hace es pedir una foto del desaparecido o sospechoso. Es una licencia
que hay que dar paras disfrutar de la serie.
Muy sugerente serie que
me ha atrapado en sus enfermizas redes. Gloria Ucrania!!!
PD. En los Primetime
Emmy, recibió la serie tv 13 nominaciones, incluidas Mejor serie limitada o
antológica y nominaciones a actuación para Scott y Fanning.
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