sábado, 27 de julio de 2024

 


RIPLEY. (Miniserie)


Notable miniserie estadounidense de suspenso psicológico neo-noir creada, escrita y dirigida por Steven Zaillian, basada en la (famosa novela) novela policíaca de Patricia Highsmith de 1955 El talentoso Sr. Ripley. Protagonizada por un sensacional Andrew Scott como Tom Ripley, con Dakota Fanning como Marge Sherwood y Johnny Flynn como Dickie Greenleaf, serie limitada de ocho episodios, primera adaptación de la novela de Highsmith a una serie, también la primera filmada en b/n. Con una carrera como director limitada a solo tres films (Innocent Moves/ A Civil Action/ All the King's Men) y a la intensa serie The Night Of, Steven Zaillian es, sin embargo, uno de los guionistas más reconocidos de Hollywood (cuatro nominaciones al Oscar por Awakenings, GagnGs of New York, Moneyball, The Irishman, más una estatuilla ganada por La lista de Schindler). Tras una ausencia de cinco años, regresa en su triple rol de showrunner, escritor y realizador de los 8 episodios de esta sugestiva incursión en el universo del estafador, mitómano y manipulador Tom Ripley concebido por Patricia Highsmith.

 

Obra llevada al cine en dos ocasiones, en la francesa “A pleno sol” (Plein Soleil, 1960), de René Clément, con Alain Delon, Maurice Ronet y Marie Laforêt; y en “El talento de Mr. Ripley (The Talented Mr. Ripley, 1999), de Anthony Minghella, con Matt Damon, Gwyneth Paltrow, Jude Law, Cate Blanchett y Philip Seymour Hoffman; Zaillian es capaz de insuflar aire nuevo a la historia, sabe dar singularidad a la consabida trama, aportando una cadencia rítmica serena gracias a la capacidad que dar ser un serie tv y no una comprimida película, desarrollando aún mejor a los personajes y las situaciones, haciendo que cada momento catárquico se viva de modo incisivo, derivando en esa turbadora proyección hacia el espectador de que este empatice con el villano, que quiera escape. Fruto de este detallismo punzante es el prodigioso quinto capítulo “Lucio”, dedicado únicamente al asesinato y como deshacerse del cuerpo, una lección magistral de tensión dramática llevada con agudeza emocional, gran parte de él en silencio, exponiéndose la naturaleza ataráxica de Ripley en todo su esplendor,

 

En realidad Ripley se nos presenta más que nunca como un juguetón hedonista que disfruta de ser el ratón en este juego perseguido por varios gatos. Dejando efluvios a claras influencias ‘hitchcockianas’, no en vano el director de la más famosa papada del cine filmó “Strangers on a Train” (1951), la primera novela de Highsmith.

 

Potenciando en su ritmo una fulgente intensidad dramática, con un director más preocupado en trasladarnos la atmósfera tensa que en impactarnos, pretende involucrarnos psicológicamente en los personajes con matices, con ayudado por diálogos muy bien trabajados, y sobre todo los silencios y miradas que dicen más que las propias palabras, un paseo por la amoralidad de un psicópata camaleónico. Tipo que nos hace cuestionarnos la naturaleza del y el mal, sobre el atractivo de ansiar lo que tienen los ricos, es esto justo? Que estarías dispuesto a hacer para alcanzar estas riquezas ajenas?

 

Atomizado el desarrollo por un sentido estético superlativo gracias a la fenomenal fotografía del oscarizado por “There Will Be Blood” Robert Elswitt (habitual de Paul Thomas Anderson) en glorioso b/n, de marcados contrastes grisáceos, con planos cuidados con prodigio, exponiendo el lujo y boato (esculturas, edificios, pinturas, escaleras, vetustos ascensores, calles empedradas, la Vía Apia fantasmal, los fascinantes canales de Venezia, etc), tomas generales preciosas, en conjunción con lo ancestral, y con ello dejando un poso de melancolía que traspasa la pantalla. Esto en miscelánea a la edición del binomio Joshua Raymond Lee (“Steve Jobs”) & David O. Rogers (“Men In Black”), rodó con cámaras digitales Arri Alexa LF.  En glorioso b/n, únicas cosas que se muestran en color en la serie son las huellas rojas y ensangrentadas de un gato en los escalones al final del episodio 5. Zaillian explicó: "La edición del libro de Ripley que tenía en mi escritorio tenía una evocadora fotografía en blanco y negro en la portada. Mientras escribía, mantuve esa imagen en mi mente. El blanco y negro encaja con esta historia, y es hermoso". Regalándonos interludios extraordinarios paseándonos por postales de una beldad donde se mezcla el renacimiento con el expresionismo, con mucho de Picasso y Caravaggio (Dickie y Ripley visitan el atroz cuadro "David con la cabeza de Goliat"; claras alegorías en algunas tomas retorcidamente exquisitas cual si nos quisiera mostrar la compleja mente del protagonista), en una metáfora turbadora sobre la relación entre la vida y el arte, la importancia de la luz (el bien y el mal) cual si todos fuéramos parte de alguna obra, donde Ripley comienza siendo un deconstruido Picasso y acaba siendo un personaje de Caravaggio jugando con su luz. Todo esto enmarcado en los más preciosos lugares de la impresionante Italia, como Nápoles, Roma, San Remo, Palermo, Venecia y el lar de ensueño costero de Atrani, pueblo de menos de 1000 habitantes en la Costa Amalfitana declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

 

A finales de los años cincuenta, en Nueva York, Tom Ripley (Scott), un estafador venido a menos, es contratado por un hombre rico para convencer a su hijo pródigo (Flynn) de que regrese a casa desde Italia. Pero la introducción de Tom a la cómoda y tranquila vida de Dickie Greenleaf en el extranjero resulta ser "el primer paso hacia una compleja vida de engaños, fraudes y asesinatos".

 

Un Zaillian que sabe jugar con los elementos para impregnarlos de vida propia simbólica, desde el anillo, unos cubitos de hielo, un gato, un cenicero, un ascensor, y más para que cada vez que aparezcan transmitan sensaciones. El director hace de Ripley un pintor que comienza falsificando cartas, y pasa a pintar sobre sí mismo la personalidad de su ‘amigo’ Dickie, en los primeros capítulos lo observa, vampiriza, aliena, hasta que cual ‘vaina’ de “La invasión de los ladrones de cuerpos”, tima su personalidad tras su asesinato, se mimetiza con él. Con ello pasa a ser un hedonista turista de alto standing, disfrutando de la Dolce Vita italiana (incluso el episodio 4 toma este título tan ‘felliniano’), donde los sentimientos de culpa son nulos, si acaso su mente le hace malas pasadas en las pesadillas con el ahogado Dickie, pero estás son espantadas de modo cínico por el prota.

 

La serie es un retrato de personalidad de alguien perverso, amoral, sociópata, envidioso, y sobre todo un arrogante que se cree más inteligente que todos los que le rodean (lo que se llama un psicópata de libro). Asistimos a su modus de ‘transformarse’, lo vemos repetir firmas para falsificarla, imita la voz de Dickie, los vemos vestirse con la ropa de Dickie, se prueba el anillo, lo vemos como perfecciona ser un asesino, desde el improvisado y torpe de Dickie, al más elaborado que es el segundo (no quiero spoilear), como traslada el cuerpo, como limpia la sangre, como sufre imprevistos (el ascensor, el gato,…), como disfruta jugando con la policía, especialmente con el inspector Ravini (Maurizio Lombardi), como lidia con el ‘hueso’ de Marge, siempre recelosa del que sabe es un mentiroso, todo se lo toma con flema, sin perder nunca los nervios. Ello gracias a la formidable y escalofriante interpretación del dublinés Andrew Scott, transpira magnetismo, carisma, un manipulador exquisito en sus formas, denota grietas del pasado que nunca le traspasan, con una expresividad parca, con una sonrisa pequeñita, se nota un vampiro que espera su oportunidad agazapado tras su aparente mansedumbre, ello adornado por como se adorna con la voz en off que transpira un tremendo cinismo, No parece alguien que ansíe las riquezas como objetivo final, en esta versión es un pez que disfruta escurriéndose una y otra vez entre las manos de quienes pretenden atraparlo. En el clímax, cuando de enfrentarse en una entrevista crucial con Ravini, cualquiera hubiera huido, pero él decide enfrentarse a este duelo con inteligencia suprema, sirviéndose de lo aprendido para crear su gran obra maestra con homenaje a Caravaggio (colosal aquí la cinematografía de Elswitt), Brillante Scott en esta introspectiva e intensa encarnación;

 

Los secundarios aportan solidez narrativa (excepto uno), haciendo que la historia tenga cimientos fuertes. Con un fenomenal Johnny Flynn dando lustre al bon vivant Dickie, con una mezcla de elegancia, bondad e inocencia que no se da cuenta de como Tom lo va poseyendo, encantador cándido que resulta presa para este particular ‘Drácula’; Dakota Fanning se luce como la inquisidora Marge, siempre escamada de Tom, fría en el trato con él, los dos (Scott y ella) con una química cortante donde saltan chispas de aspereza en cada encuentro. Con esa mirada penetrante que dice tanto sobre la desconfianza hacia Tom. Resta que le falta compenetración con Flynn, no hay calor o cariño entre ellos. Tampoco la evolución final del personaje me resulta natural, la veo algo forzada como acaba; Maurizio Lombardi como el inspector Ravini deja una grata impresión en sus peculiares interrogatorios; Eliot Sumner da vida al ‘entrometida’, presencia que me da grima por como mi desconocimiento de quien era (mea culpa), y pensaba era una mujer para un rol de hombre y no entendía del porqué, desconcertante actuación que me desorientaba por lo dicho. Luego me entero este andrógino es un cantante del grupo I Blame Coco (él se hace llamar Coco Summer), se define como persona no binaria (como decía el Lebrijano ‘Hay gente pa tó’), creo que este aspecto va en contra de su rol. Ah, es hijo del cantante Sting.

 

En la serie se deja patente el homoerotismo flotante en el ambiente con ese Tom Ripley aparentemente enamorado de Dickie, llegando el protagonista a negar, por lo evidente, que sea gay (Dickie ríe irónicamente al oírlo). Queda ese ambiguo personaje de Freddie que es claramente gay y que tiene gran afinidad con Dickie. Y como Tom termina utilizando la baza de los celos homosexuales como ‘coartada’ para un crimen.

 

Spoiler:

 

Momentos recordables (aparte de los ya mencionados): Cuando Tom es pillado vistiéndose con su ropa; La visita a ver el Caravaggio de Dickie y Tom; El tremebundo asesinato de Dickie por parte de Tom en la barca con un remo, como es todo improvisado sobre la marcha; El tenso encuentro de Tom con Marge cuando este va a recoger las cosas de Dickie a Atrani (tras haberlo asesinado); Las manchas de sangre del gato en las escaleras (lo único que se ve en color en la serie); La entrada ‘triunfal’ de Tom en Venezia, con el añadido de como vemos la impresionante vivienda que alquila mostrada por la agente inmobiliaria; Cuando Marge encuentra en un joyero de la residencia de Tom en Venezia el anillo de Dickie, pregunta a Tom que hace allí esa joya. Tom se pone tenso, dice que se lo ha dejado Dickie, pero cree no la va a creer y coge un cenicero que limpiaba, la cámara se fija en primer plano en su mano asiéndolo (un cenicero fue con lo que mató a Freddie), se acerca a ella con intenciones asesinas, pero entonces ella, en un giro algo crujiente de carácter, le dice que seguro se lo ha dejado (con lo que cree la palabra de Tom, cuando nunca lo había hecho) porque pensaba quitarse la vida, y Tom deja el cenicero al saberse libre de culpa ante ella; El momento clímax del film, la obra cumbre de Tom Ripley, engañar al inspector Ravini al que se había presentado anteriormente en Roma como Richard Geenleaf, para hacerle creer ahora es otra persona (Tom Ripley) en una entrevista, ello jugando con los claroscuros y la escasa iluminación, así como con apósitos capilares; Punzante el epílogo cuando el inspector Ravini recibe el libro de Marge sobre Atrani y al abrirlo el policía observa impactado que se lo dedica a Richard Greenleaf y está la foto que desmonta todo el andamiaje laberíntico de Tom Ripley.

 

Esto precisamente es la gran debilidad de la historia, que todo el grandioso plan de Tom Ripley hubiera quedado desmontado con unja simple foto en los periódicos de Dickey. Es complicado creer que nadie, ni policía, ni periodistas indagaran en el pasado de este y con ello haber hallado alguna foto que desmontara todo cual castillo de naipes en medio de un huracán. La policía en parvulario de investigación lo primero que se hace es pedir una foto del desaparecido o sospechoso. Es una licencia que hay que dar paras disfrutar de la serie.

 

Muy sugerente serie que me ha atrapado en sus enfermizas redes. Gloria Ucrania!!!

 

PD. En los Primetime Emmy, recibió la serie tv 13 nominaciones, incluidas Mejor serie limitada o antológica y nominaciones a actuación para Scott y Fanning.

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