NAPOLEÓN.
Aparatoso drama bélico épico dirigido por el otrora
gran Ridley Scott, ahora embarcado en hacer cual, si hiciera churros (téngase
en cuenta que la rodó en 62 días), todos cortados por el patrón similar de
apuntar mucho en superproducciones (esta de 200 millones $) con valores de (valga
la redundancia) producción superlativos, pero acertar poco, plasmando historias
superficiales, sin punch, sin garra alguna. Hay que agradecer y me reconforta
que un tipo con 86 años tenga la vitalidad para seguir haciendo cine (este año 2024
estrenará “Gladiator 2”) y no jubilarse a vivir de las rentas, pero por el
contrario parece incapaz de insuflar alma a sus últimas películas. El guion es David
Scarpa (“Todo el dinero del mundo”), para un biopic sobre la icónica figura de Napoleón
Bonaparte, tantas veces llevada al cine y tv, y esta no pasará a la historia
como culmen, seguirán siendo las mejores el “Napoleón” de Abel Gance y “Waterloo”
de Bondarchuk. Esta centrada en su ascensión al poder entrelazado a la relación
con su esposa, Joséphin, protagonizada por Joaquin Phoenix como Napoleón y
Vanessa Kirby como Joséphine. Es en esto que el guion parece centrar sus esfuerzos,
en crear en Joséphin el Rosebud de Napoleón, pero la película patina de modo
estrepitoso, no puede ser más esperpento y chabacano ver a Josefina durante una
cena abrirse de piernas y decirle a Napo que mire lo que entre ellas guarda (¿?).
Parece la visión del enemigo inglés (en este caso el
director Scott), ridiculizándolo, exponiéndolo como un sanguinario (lo vemos
repeler a cañonazos durante la masacre a los insurgentes realistas del 13
Vendémiaire, manifestantes desarmados franceses, y es en esta escena precisamente
donde ‘curiosamente’ se ve más gore en como ‘descuartizan’ los cañonazos a los
manifas; cuando grita entusiasmado durante una batalla, "Estamos
ganando!", ello en un campo sembrado de cadáveres de su infantería), se nos
muestra cero empatía por los miles de muertos que sus batallas causaron, nunca
se le ve departir con sus tropas, por lo que no sabemos de donde surge el amor
del ejército por Napo. Para más inri en que la visión claramente es la de un inglés
haciendo un villano a Napoleón (que lo era), pero también lo eran los del
sanguinario Imperio Ingles), en los créditos finales, Scott hace recuento de
los muertos en cada batalla napoleónica, dice hubo tres millones de personas
muertas, queriendo culpabilizar totalmente a Napoleón de estos fallecidos, a
los de la Pérfida Albión se les ve el plumero con la creación de Leyendas
Negras, ya lo hicieron con éxito con el Imperio de España. Y es que claramente
(eso noto yo) quieren emparentarlo a Hitler, un pan-francés ansioso de ‘Lebensraum’,
y por ello las invasiones napoleónicas, cuando la única fue la de Esapaña, el
resto fueron los demás Imperios europeos los que lo quisieron derrocar sus
ideas humanistas para no se propagaran por Europa, defendían el antiguo y
rancio status quo cuasi-feudalista.
También es filtrado por Scott un calzonazos
pagafantas, donde no se atisba su genio en las batallas, y fuera de estas se
nos exponme como un patán, nada de la Ilustración Francesa, nada de los avances
humanistas que trajo, los avances en educación infantil, el derecho napoleónico,
se nos muestra como un narcisista dictador (que lo era), pero sin matices, sin
la ambigüedad de un personajes con sus luces y sombras. Se muestra la
revolución francesa como algo bárbaro (que lo fue), pero no vemos el porqué, los
diferentes vaivenes que se sucedieron los vemos de modo atrompicado y sin
enterarnos del porqué.
Es como un lienzo desprovisto de vida, simples viñetas
sin hondura dramática alguna, con diálogos entre insulsos y penosos, provista
de un humor seco bastante discutible, sobre todo en la forma en que pretenden
(creo) provocar risas en las relaciones sexuales toscas del protagonista y su
esposa, o el tramo en que huye de modo vergonzante de los políticos que lo quieren
linchar durante el golpe de Estado que lo convertiría en primer cónsul
francés, muy idiotesco como lo muestran cayendo por una escalera. Todo ello me
lleva a un film que me ha producido lo peor, tedio y sopor, nada me empatiza o
me genera emoción. Ni tan siquiera las batallas (seis son escenificadas con
desigual fortuna y duración) me han resultado especialmente recordables, vistosillas,
en planos mayormente generales donde brillan los CGI. Tras saber que Scott
tiene pensado un montaje para tv (Apple TV+) en el que va a añadir más de hora
y media extra, llego a la conclusión de que el director primero hizo la edición
que a él le pareció mejor con cuatro horas y diez minutos, y tras ello, para ser
comercial y tener más pases por día en cines, recortó como pudo hora y media, y
de ahí seguramente las elipsis grotescas a las que asistimos, el ritmo
atropellado, donde para entender lo que va aconteciendo debes venir aprendido
de casa para rellenar los huecos históricos, pues si no te parecerá que al
parpadear te perdiste tramos que den coherencia a este desatino. Hay
tropecientas omisiones de hechos importantes, y sobre todo alteraciones de la
realidad que dan grima, por las libertades que se toma Scott, la primera que
Napoleón asistiera a la ejecución por guillotina de Maria Antonieta, cuando
estaba en Toulon para combatir a los ingleses, le siguen tropecientas.
Scott desestimó las críticas sobre estas inexactitudes
históricas. “Napoleón muere y, diez años después, alguien escribe un libro.
Luego, alguien toma ese libro y escribe otro, y así, 400 [sic] años después,
hay mucha imaginación [en los libros de historia]. Cuando tengo problemas con
los historiadores, les pregunto: ‘Disculpe, amigo, estuvo allí? No? Bueno, pues
cállate la boca’ ”. Scott también declaró, respondiendo a los críticos
franceses, que “los franceses ni siquiera se quieren a sí mismos”. No hay nada
más que decir señoría.
En 1793, en plena Revolución Francesa, el joven
oficial del ejército Napoleón Bonaparte observa cómo María Antonieta es
decapitada en la guillotina. Más tarde ese año, el líder revolucionario Paul
Barras hace que Napoleón dirija el asedio de Toulon; asalta la ciudad y repele
los barcos británicos con artillería. Después de que Maximilien Robespierre es
depuesto y ejecutado al final del Reinado del Terror, los líderes franceses,
incluido Napoleón, intentan restaurar la estabilidad. Nuevamente empleando la
artillería, Napoleón reprime la insurrección realista el 13 de Vendémiaire en
1795. Napoleón corteja a la viuda aristocrática Josefina de Beauharnais y ambos
acaban casándose. A pesar de su intensa vida sexual, no tienen hijos. En
Egipto, vuelve a triunfar en la Batalla de las Pirámides en 1798, pero se
apresura a volver a casa cuando se entera que Josefina tiene un amante casi
diez años más joven, Hippolyte Charles. El Directorio le critica por abandonar
a sus tropas, pero las condena por su pobre liderazgo de Francia y, con varios
colaboradores como Talleyrand, Fouché, Sieyès y Ducos, las derroca en el Golpe
de Estado del 18 de Brumario y se convierte en Primer Cónsul. En 1804, el Papa
corona a Napoleón emperador de Francia, durante la cual se pone audazmente la
corona sobre su propia cabeza. Escena de coronación de la película está
retratada tal como fue representada en el famoso cuadro La coronación de
Napoleón de Jacques-Louis David;
Tendremos los apuntes a pie de página de
acontecimientos históricos como: La caída de Robespierre; el fin del Reinado
del Terror; la conquista de Egipto (grotesco tramo, con el cañonazo que no
ocurrió a la pirámide, con ese chusco encuentro de Napoleón con la momia); el
golpe de estado de 1799 que derrocó el sistema de gobierno francés existente;
Napoleón coronándose Emperador de Francia en 1804; la Batalla de Austerlitz;
los intentos fallidos de establecer la paz con Inglaterra y forjar alianzas con
Prusia y Austria; la invasión francesa de Rusia con sus grandes pérdidas; la
abdicación de Napoleón y su destierro inicial a la isla mediterránea de Elba;
su regreso para liderar a Francia en una humillante derrota contra Inglaterra;
y su exilio final a la isla de Santa Elena controlada por los británicos en el
Atlántico Sur.
La primera batalla a la que asistimos es la nocturna
en Tolón, filmando con brío, asalto a las murallas, movimientos de masas de un lado
otro, y ‘derribo’ de barcos a cañonazos, pero sin ser algo que se te quede en la
retina. Tendremos también varias batallas más con cargas de caballería con
cientos de jinetes y equinos (filmadas las cargas hasta con 8 cámaras simultaneas),
hay en la de Austerlitz la masacre dela entente que cae bajo las aguas heladas
del lago (algo que en realidad no fue crucial en la batalla) espectaculares
vistas desde arriba donde brilla la granulada fotografía del polaco Dariusz
Wolski (“Dark City” o “Sweeney Todd: El barbero diabólico de la calle Fleet”), tendremos
Moscú en llamas, aquí en un deslumbrante efectos CGI.
Lo macro de las guerras se entrelaza a la vida íntima
de Napo con su churri Josefina, una relación con la chispa que puede haber
entre una ameba y orangután, o sea, entre nula y nefasta. Y esto quiere ser lo que,
de fondo a Napo, sus sentimientos de amor por el pendón (así la muestran en la
peli) de Josefina, con el hilo conductor de la lectura en off de cartas que Napo
le manda a su amada. Pues esto se expone sui chispa alguna, el aparece una
mujer de mundo manipuladora, sin sentimientos que hace con Napo lo que quiere,
y él se ve como un mindundi soplagaitas manipulado a su antojo de la hermosa
mujer. No hay romanticismo entre ambos, no hay cariño que fluya, todo resulta
por imperativo del guion. Nos quieren vender un conflicto interior de Napo al
no tener hijos con ella, se divorcia (nos cuelan una falsedad en que durante la
lectura pública del mismo él le da un guantazo ¿?), luego tiene un bebe con
otra, pero con el transcurso del metraje se omite que paso con el niño (¿?).
Nos cuelan situaciones de humor de vergüenza ajena entre ellos como cuando ella
durante una cena con invitados le llama gordo, y él le espeta: "El destino
me ha traído aquí! El destino me ha traído esta chuleta de cordero!", se
supone esto nos debe hacer reír?
La película apunta, pero no es capaz de hacerse sólida
en su desorientación tonal, me refiero a como las revoluciones que pueden estar
bien en sus motivaciones, terminan por llevar al poder a dictadores que pueden llegar
a ser peores que los que provocaron la rebelión (La revolución rusa, la china,
la cubana, la venezolana, …). Aquí derrocaron a la monarquía por tener
privilegios de sangre, pero que terminara en el poder un dictador que se autoerige
en Emperador que se coloca la corona repudiada por la Revolución, que se casó
con una aristócrata y pretendía tener hijos para perpetuar su legado en el
poder por sangre. Pero esto solo esboza, y solo se deja entrever tras apartar
los michelines del film.
Joaquin Phoenix da probablemente la peor actuación de
su carrera, es el anti carisma en persona, alguien que debía irradiar
magnetismo y que nos hiciera comprende porque le siguieron millones de personas
hasta la muerte, se nos es proyectado como un pelele sin personalidad, capaz de
dejar una guerra en Egipto par acorrer tras las faldas de su infiel esposa. Por
cierto, nada se dice de su relación con su amante su amante María Walewska, en
1809 ella lo siguió a Napoleón a Viena, donde vivió en una casa cercana a la
residencia del mismo, y durante la estadía quedó embarazada. El hijo de la
pareja, Alejandro José Colonna, nacido cerca de Varsovia el 4 de mayo de 1810,
adoptó los apellidos del conde Walewski (el consentido cornudo esposa de María),
que lo legitimó pese a su evidente bastardía. Mal empezamos si nos tenemos que
tragar que al principio (durante la Batalla de Toulon) da vida a un personaje
de 24 años, teniendo en realidad el doble, 48 y se nota y esto cruje. El actor
lo interpreta desprovisto de vida interior, lacónico, hierático, sin sentimientos,
ataráxico. No le ayuda un guion bazofia, donde no hay muestras de que en
realidad era un tipo culto, escribió un comentario de la guerra de las Galias, era
aficionado a la ciencia, la historia, en Egipto condujo una expedición de
científicos, creó las primeras calles iluminadas de Alejandría, dio
posiblemente la arenga más celebre de la historia a los pies de las pirámides,
en Italia se ganó la lealtad del ejército, todo esto brilla por su ausencia. Tampoco
notamos su ingenio en las estrategias de batallas, más parece que las gana por imperativo
del guion; Su partenaire es la hermosa londinense Vanessa Kirby, que lucha contra
la escritura de un rol cargado de ligereza; La película brilla por no tener un
solo secundario de enjundia, dejando fuera de la acción a militares tan importantes
para los éxitos de Napo como los mariscales Nicolás Davout, Soult, Auguerau,
Massena, Lannes, Murat, Ney o Marmont.
Spoiler:
Omisiones y falsedades sangrantes: La batalla de Leipzig, esencial
para su primer exilio. En la peli se achaca al fracaso en Rusia; Batalla de Jena
y Auersdatt; Batalla de Marengo; Campaña de Polonia; Batallas de Eylau y
Friedland contra los rusos; Nada de lka gran primer aderrota francesa en suelo
español, cuando echemos (me pongo en primera persona porque yo lo valgo) a los
gabachos de la península, con la tan imitada desde entonces guerra de
guerrillas (lástima que fuera para colocar en el trono a Fernando VII); Batalla
de Wagram, donde murió el mariscal Lannes, mejor amigo de Napo; La Batalla de Borodino
con miles de muertos se resuelve en una toma CGI aérea y otra cosa mariposa
(puaj!!!); Nada del mítico abrazo del mariscal Ney al emperador que debía
detener; Tenemos que tragar que Napoleón carga a caballo (un oficial de artillería)
en primera línea de caballería contra sus enemigos en Waterloo, ridículo no, lo
siguiente, y tras perder se retira cobardemente en su caballo. Pero es que lo
vemos huir y tras ello, en una elipsis burlesca, lo siguiente es que tenemos a
Napoleón en un barco inglés en Southampton preso de los de la Pérfida Albión,
que ha pasado entre medias? Tras lo que nos cuelan un inexistente encuentro
entre Wellington y Napoleón. Antes nos muestran Napoleón con unos militares ingleses
comentándoles mientras come distendidamente que si perdió la guerra fue porque sus
oficiales no aprendieron de él, toma ahí la arrogancia.
Rush final: En 1815, al enterarse de que Josefina se
encuentra mal, Napoleón escapa de la isla de Elba y en los Cien Días vuelve al
poder en Francia. En realidad esto es falso, pues Josefina murió el día antes
del exilio de Napoleón a Elba, no un año después durante los Cien Días, y por
lo tanto no fue factor del regreso de Napoleón; Ella, obligada a recluirse en
el castillo de Malmaison, muere antes de que él llegue. El rey Luis XVIII envía
al Quinto Regimiento para detener a Napoleón, pero este los convence para que
se unan a él. En la batalla de Waterloo, en junio, Napoleón, tras haber reunido
más tropas, se enfrenta al ejército británico al mando del duque de Wellington.
Las cargas de la caballería francesa son rechazadas por los cuadros de
infantería británicos, y un desesperado Napoleón insta a sus soldados restantes
a avanzar, pero este avance es derrotado por las líneas reorganizadas de
infantería enemiga. Las fuerzas del mariscal prusiano Blücher llegan para
reforzar Wellington, y los franceses son derrotados. Mientras Napoleón se
retira, saluda a Wellington. Napoleón es exiliado, esta vez a la isla de Santa
Elena en medio del océano Atlántico, y se lo ve bromeando con niños,
escribiendo sus memorias que serían leídas en todo el mundo y presentando a sus
oyentes una versión de la historia en la que él siempre tiene razón. Napoleón,
enfermo, se derrumba al oír a Josefina llamarlo para que se reúna con ella.
Napoleón muere en 1821. Un epílogo señala que aproximadamente 3 millones de
personas murieron en sus guerras.
Scarpa había sido contactado por Scott para escribir
una película basada en Napoleón después de la producción de Todo el dinero del
mundo. Como inicialmente tenía un "conocimiento básico de la escuela
secundaria" de su vida, realizó una investigación sobre Napoleón y después
de darse cuenta de que escribir una película que abarcara toda su vida era poco
práctico, decidió centrarse en la relación de Napoleón con su esposa, Josefina.
Comenzó leyendo Napoleon: A Concise Biography de David A. Bell, pero no lo
entendió y optó por realizar más investigaciones leyendo más libros y viendo
videos de YouTube. Al investigar sobre Josefina, citó Ambition and Desire: The
Dangerous Life of Josefina Bonaparte de Kate Williams como su principal
influencia. Se inspiró en Los duelistas (1977) de Scott y Amadeus (1984) de
Milos Forman, queriendo retratar a Napoleón como una figura
"irreverente" similar a cómo se representó a Mozart en Amadeus, y le
dijo a Scott que imaginaba a Napoleón como competente "en el reino de la
batalla", e "incompetente en el reino del amor". Scott propuso
la idea de comenzar la película con María Antonieta bajo la guillotina,
queriendo centrarse en la "ambivalencia sobre a dónde conduce la
democracia".
El rodaje tuvo lugar en Lincoln, Inglaterra, en marzo
de 2022. Según se informa, el equipo pasó una semana preparando la Catedral de
Lincoln, sustituyó a Notre-Dame de París. El rodaje también tuvo lugar en otras
localizaciones inglesas: Stowe House, Buckinghamshire; West Wycombe Park,
Buckinghamshire; Blenheim Palace, Oxfordshire; Petworth House, West Sussex; Boughton
House, Northamptonshire; y el Old Royal Naval College, Greenwich, Londres. La
ejecución de María Antonieta se filmó en Somerset House en Londres. También se
rodó en Malta. El Fuerte Ricasoli en Kalkara se transformó en el sitio del
asedio de Toulon en 1793, donde Napoleón obtuvo su primera victoria. El
desierto en el área de Merzouga en Marruecos reemplazó a Egipto. Curiosamente ninguna
escena de la película fue filmada en Francia, mayoritariamente en Inglaterra.
Es probable que Ridley Scott sea recordado
esencialmente como el director de dos magníficas e influyentes películas de
ciencia ficción, realizadas al inicio de su trayectoria como largometrajista:
Alien (1979) y Blade Runner (1982). Sin embargo, en la actualidad, dentro del
eclecticismo de su filmografía, viene llamando la atención como un realizador
de épicos históricos. A partir de que contó el descubrimiento de América (1492:
la conquista del Paraíso, 1992), una de cada tres películas que dirigió entran
en esa categoría. Incursionó por los gladiadores del Imperio Romano (Gladiador,
2000), las Cruzadas (Kingdom of heaven, 2005), Robin Hood (2010), el éxodo
bíblico (Exodus,2014) y el último duelo judicial trabado en la Alta Edad Media
(The last duel, 2021), posicionándose como una especie de nuevo Cecil B.
DeMille.
Decepción napoleónica. Gloria Ucrania!!!
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