lunes, 31 de marzo de 2025

 

300.


This is Sparta.


Sugestivo film de aventuras bélicas basadas libremente en hechos históricos. Dirige por Zack Snyder, coescribió el guion con Kurt Johnstad y Michael B. Gordon, basado en la serie homónima limitada de cómics de 1998 de Frank Miller y Lynn Varley. La película, al igual que su material original, es un relato ficticio de la Batalla de las Termópilas en las Guerras Greco-Persas. La trama gira en torno al rey Leónidas (Gerard Butler), lidera a 300 espartanos en la batalla contra el "rey-dios" persa Jerjes (Rodrigo Santoro) y su ejército invasor de más de 300.000 soldados. Mientras la batalla se intensifica, la reina Gorgo (Lena Headey) intenta conseguir apoyo en Esparta para su esposo. La historia se enmarca con la voz en off del soldado espartano Dilios (David Wenham). Frank Miller, en su comic, no trata de ser fiel a la historia, su interés por la batalla de las Termópilas se despertó por una película, "Los 300 espartanos" del año 1962. Y el argumento del cómic está calcado de esa peli, tomándose gráficamente las libertades estilísticas propias de los años 80 y 90, para crear una obra más visceral, menos 'bonita'.

 

Siendo un hito por la forma en que se filmó, principalmente con superposición de croma (backlot digital) para replicar las imágenes de los cómics originales, Snyder rodó en los ahora desaparecidos Icestorm Studios en Montreal utilizando pantallas azules, solo una escena, en la que los caballos viajan por el campo, se filmó al aire libre. Gracias a la crucial miscelánea entre la cinematografía de Larry Fong (“Batman y Superman”), y la edición de William Hoy (“Watchmen”), haciendo uso el director de un desatado sentido del slow para enfatizar situaciones, pegándole mucho por el origen el material del comic, creando fotogramas de una poesía estética punzante, con enaltecedora panorámicas, con homéricos cenitales, con formidables travellings, con excelsos primeros planos que resaltan la expresividad, ello en tonalidades semioscuras, en patinados que mezclan de modo comicquero los naranjas, marrones-ocres, amarillos, proyectando un lirismo visual cautivador por momentos, emitiendo secuencias espectaculares en sus prodigiosas coreografías, reflejando el atavismo salvaje de los combates. Todo ello sexteado por la música de Tyler Bates (“John Wick 4”), evocadora en aires épicos.

 

La película es una adaptación plano a plano del cómic, similar a la adaptación cinematográfica de Sin City. Snyder fotocopió viñetas del cómic, a partir de las cuales planificó las tomas anteriores y posteriores. Creando un universo hiperrealista con seres mastodónticos (elefantes de tamaño pantagruélico, rinocerontes Kolossales, un rey Jerjes que parece de tres metros de altura, etc…, donde las muertes se multiplican en niveles holocausto, sangre a borbotones, mutilaciones, decapitaciones, etc. Nada ha empatizado más a las masas que empatizar con el débil contra el titán, el clásico bíblico de David vs Goliat, y es esta historia, David es Leónidas y su tres centenares de espartanos, frente al Goliat encarnado por los miles de soldados de Jerjes, en lo que puede ser visto como al eterna batalla de Occidente frente a Oriente, los blancos europeos frente a los más oscuros asiáticos. Una exaltación romántica del espíritu guerrero de aquellos que encuentran en el sacrifico por un bien mayor su sentido de vida, el defender la patria frente al invasor, el stajanovismo como medio de vivencia, ello frente la opresión humillante del invasor, pero también exponiendo la corrupción política en una (cercenable) subtrama sobre ayudar o no a los 300. Todo en una narración ágil, por momentos frenético.

 

Como taras, me sobra por innecesaria y que nada aporta la sub trama de cuando Leónidas marcha a las Termópilas y su esposa Gorgo, de hecho, esto es algo de cosecha propia del guion del film, no estaba en la novela gráfica. Un pegote que parece incluido para dar algo de feminismo a una historia con mucha testosterona (‘Solo las espartanas traemos al mundo hombres de verdad’, dice Gorgo reina espartana), pero que parece metida con fórceps al no tener peso alguna en la trama nuclear de la Batalla de las Termópilas. Sub tema encabezada por Gorgo a la que da vida una correctita Lena Headey, que tiene su minuto de gloria en el sentido discurso que da ante el senado; Como sobran las partes maniqueas por sensibleras impropias del carácter espartano, me refiero a las partes de los hijos, tanto de Leónidas, como del lugarteniente de rey de Esparta; Asimismo sobran por grimantes las escenas de sexo, siendo el colmo por cómo se produce la violación.

 

Dilios, un hoplita del ejército espartano, narra la historia de un rey espartano llamado Leónidas I desde la infancia hasta la realeza a través del sistema de crianza espartano y la batalla de las Termópilas. Un heraldo persa llega a Esparta exigiendo " tierra y agua " como muestra de sumisión al rey Jerjes. Insta a Leónidas a someterse e insulta a la reina Gorgo . En respuesta, Leónidas y los soldados espartanos arrojan al heraldo y a su enviado a un pozo sin fondo. Leónidas visita entonces a los éforos y les propone una estrategia para hacer retroceder a los persas a través de las Termópilas y canalizarlos hacia un paso estrecho, dando a la infantería pesada griega ventaja sobre la infantería ligera persa, numéricamente superior. Los éforos advierten a Leónidas que la Carneia se acerca y que Esparta no debe declarar la guerra durante ese tiempo. Consultan al Oráculo, quien decreta que Esparta debe honrar a la Carneia. Mientras Leónidas se marcha furioso, un agente de Jerjes aparece junto a un político espartano, Terón, recompensando a los éforos por su apoyo encubierto. Aunque los éforos le negaron permiso para movilizar el ejército de Esparta, Leónidas reunió a 300 soldados.

 

Esparta es representada como (valga la redundancia) un lugar espartano, lugar de hombres duros, tallados por una musculatura cincelada en pectorales, bíceps, cuádriceps, ataviados con mínimo ropaje, con capas y poco más que slip de cuero, en una especie de sueño húmedo homoerótico. Un pueblo que endurece a sus niños abandonándolos en el bosque para que intenten sobrevivir empujados al más puro darwinismo. Tipos curtidos y orgullosos, que prefieren morir antes de dar cualquier gesto de sumisión o flaqueza. Un reino de testosterona con machos que no se rinden, jactanciosos, donde incluso las mujeres son personas bregadas que no se doblegan. Un pueblo que se cree en superioridad moral ante el resto, ejemplo de esto es como menosprecian a los dacios que vienen a ayudarlos, menosprecian sus profesiones de alfareros, carpinteros, o granjeros, no son guerreros fieros como ellos en búsqueda permanente de la Gloria, de ahí la icónica escena en que Leónidas pregunta a sus 300. ‘Espartanos, cuál es vuestro oficio?’ y estos responden al unísono: ‘Auh, auh, auh!!!’. Cual vikingos anhelan su propio Valhalla en batalla, el Olimpo. Un pueblo que no se puede permitir el lujo de ser sentimentales (de ahí el error que pongan como a un soldado espartano sufre un ataque de ira con la muerte de su hijo, no cuadra con este carácter), de ahí la seca despedida entre Leónidas y su esposa Gorgo. (‘Señor, tenéis algún mensaje para la reina?’, y Leónidas: ‘Ninguno que se deba decir’). Unos feroces combatientes ajenos a la compasión, no hacen prisioneros, de ahí que tras las diferentes refriegas contra los persas pasen rematando fríamente a los heridos. Leónidas es mayor exponente de Esparta. El actor escocés encarna al mítico personaje con carisma, con nervio, con vigor, con sentido del humor negro, da bien con el rol en lo que es una especie de cuasi clon de Russell Crowe.

 

En los márgenes de la acción violenta quedan las trifulcas políticas, enfrentando dos visiones de estado, como es la espartana regida por un régimen monárquico-marcial muy similar a una dictadura fascia, donde todos siguen a pies juntillas las decisiones de su líder Leónidas. Ello frente a la democracia que representa Atenas, y como el rey de Esparta despectivamente lo dice: ‘La democracia es para los atenienses’, exponiendo como tener que colegiar decisiones puede ser tóxico cuando hay que ser expeditivos y rápidos ante amenazas que hacen peligrar tu existencia.  Esto expuesto primero en como los políticos de turno piden a Leónidas contención y que espere, políticos que son mostrados como ‘corruptus in extremis’. La guerra se debate en el senado, cuando la supervivencia de la cultura a preservar nunca puede ser de discusión, hay que defenderla ante la barbarie. Pues de modo ridículo se quiere parar todo por estar en festividad de Carneia (culto a los dioses declarada por los oráculos, obligaba a no entrar en guerra).

 

Para el recuerdo quedan momentos legendarios como la patada a cámara lenta de Leónidas al emisario persa que lanza al ‘hjoyo’ (le ha insultado), al grito de: Esto es Esparta!!!; Las batalla descompensadas entre espartanos y persas; Como aguantan en formación pétrea los avances de los persas; Como los espartanos lanzan a cientos de invasores al vacío por un acantilado; Los enfrentamientos con elefantes y rinocerontes de tamaño de dinosaurios; Como despeñan los espartanos los cadáveres en muro sobre los persas; La lluvia de flechas persas sobre los espartanos. Un soldado espartano le dijo a su rey: “Leónidas, son tantos que con sus flechas nublarán el sol”. A lo que Leónidas responde: “Mejor, así lucharemos a la sombra”, y así ocurre; El encuentro teatral entre un solitario Leónidas y el semi-Dios Jerjes que llega sobre una carroza (que parece salida del Carnaval de Rio) tirada por decenas de esclavos, el jerarca asiático vestido cual reino Drag, con un slip y tropecientos abalorios de joyas (piercings) sobre su cuerpo. Mandatario gigante afeminado que no sé si intencional o no, pero la sensación es de querer sodomizar a Leónidas cuando este se da la vuelta y vemos la enorme mano posarse sobre el hombro del espartano y lisonjearlo, ello para potenciar la caricatura perversa y lujuriosa del mal, que no solo busca poseer tierras, también cuerpos; Y por supuesto está el clímax que todos pensamos será alguna especxtacualr y larga batalla al estilo ‘peckinpahinao’ de “Wild Bunch”, y sin embargo se resuelve de forma rápida pero efectiva en mostrar el épico espíritu espartano. Ello con un componente cuasi-bíblico en ese traidor cual Judas espartano, aunque este elemento me ha resultado discutible, por poner a un tipo grotescamente jorobado como el Judas, concepto muy eugenésico, aunque también es propio de Shakespeare, que se lo digan a su “Ricardo III”.

 

Spoiler:

 

-Esta noche cenaremos en el Infierno!!!

 

-Inmortales (soldados persas)... pondremos a prueba su nombre.

 

Leónidas: Tienes muchos esclavos Jerjes, pero pocos soldados. Dentro de poco temerán más mis lanzas que tus latigazos...

Jerjes: No son mis latigazos lo que temen es mi poder divino. Póstrate ante mí Leónidas, y no tendrás porqué temerme.

Leónidas: Lo de postrarme ante ti, está difícil, después de aniquilar a tus soldados ...pues tengo un pequeño calambre en este muslo.

Jerjes: Tu tribu es fascinante. Nuestras culturas podrían compartir muchas cosas.

Leónidas: Pero si hemos compartido nuestra cultura con vosotros toda la mañana! (Por lo de haber masacrado a cientos de ellos)

 

Las criaturas fueron diseñadas por Jordu Schell (“Alien: Resurrección”, “El planeta de los simios” [la de 2001], o “Hellboy”), y se crearon un lobo animatrónico y trece caballos animatrónicos; Se crearon más de 600 trajes para la película, así como numerosas prótesis para varios personajes y los cadáveres de soldados persas. Shaun Smith y Mark Rappaport trabajaron codo con codo con Snyder en la preproducción para diseñar la apariencia de cada personaje y producir los efectos de maquillaje protésico, el atrezo, las armas y los maniquíes necesarios para la producción; La posproducción estuvo a cargo de Meteor Studios de Montreal, e Hybride Technologies rellenó el metraje de pantalla azul con más de 1500 tomas de efectos visuales. El supervisor de efectos visuales Chris Watts (“El día de mañana” o “Waterworld” o “Frankenstein de Mary Shelley”) y el diseñador de producción Jim Bissell (“E.T.”, “Jumanj¡i” o “Misión: Imposible: Nación secreta”) crearon un proceso denominado "The Crush", permitió a los artistas de Meteor manipular colores aumentando el contraste de luz y oscuridad. Ciertas secuencias fueron desaturadas y tintadas para crear diferentes atmósferas. Se utilizaron varios programas informáticos, como Maya, RenderMan y RealFlow, para crear la "sangre salpicada". La posproducción duró un año y estuvo a cargo de un total de diez empresas de efectos especiales.

 

Algunos historiadores criticaron bastante al director por sus impresiciones históricas y su apego a la narrativa de Heródoto, el padre de la Historia, que como sabemos solía exagerar sus crónicas, siendo prueba de ellos las cifras estratosféricas de soldados que habrían participado en la batalla. Por lo mismo, no es raro que Heródoto insista que el ejército persa fuera de más de 2 millones de soldados y el espartano de 300, cuando los historiados parecen coincidir que en realidad eran 250 mil persas y unos 25 mil entre espartanos y atenienses, respectivamente. Asimismo, también se le criticaría el retrato excesivamente positivo de los espartanos y negativo de los persas. Algunos historiadores destacarían el hecho de que Esparta nunca fue una democracia sino una monarquía militar, y que lejos de sentir simpatía por la libertad, contaban con una casta de esclavos, los Ilotas, a quienes masacraban constantemente. Incluso, se sabe que menos del 15% de la población griega realmente participaba de las decisiones democráticas y casi un 40% de la población era esclava.

 

‘Cuando Butler está totalmente acorralado sin posibilidad alguna de sobrevivir, no le importa los persas que están apunto de matarle (como ya se explica en otra sublime escena anterior), sólo el paisaje, los cadáveres de sus compañeros bajo sus pies y el sudor bajando por su cuello. Tiene su honor intacto, la gloria asegurada en el Olimpo.’


Al tercer día, los persas, liderados por Efialtes, recorren el camino secreto, rodeando a los espartanos. El general de Jerjes vuelve a exigir su rendición, pero los espartanos se niegan, y Stelios mata al general. Enfurecido, Jerjes ordena a sus tropas que ataquen. Leónidas lanza su lanza contra Jerjes, cortándole el rostro para demostrar la mortalidad del Dios-Rey. Leónidas y los espartanos restantes luchan hasta el último hombre hasta que finalmente sucumben a una lluvia de flechas. Dilios concluye su relato ante el Consejo Espartano. Inspirados por el sacrificio de Leónidas, los griegos movilizan un ejército, con Esparta al frente. Dilios, ahora al mando del ejército griego liderado por Esparta, pronuncia un emotivo discurso en homenaje al rey Leónidas y a los 300 que sacrificaron sus vidas un año antes. A continuación, lidera al ejército griego liderado por Esparta en la Batalla de Platea contra los persas.

 

Precisión histórica: En la Batalla de las Termópilas, los espartanos ya se habían aliado con otras polis griegas contra los persas. Durante la Batalla de las Termópilas, la invasión de Grecia por Jerjes coincidió con una festividad religiosa espartana, la Carneia, en la que a los espartanos no se les permitía declarar la guerra. Aun así, consciente de la amenaza persa y sin querer aparecer como simpatizantes persas, el gobierno espartano, en lugar de Leónidas solo, decidió enviar a Leónidas con su escolta personal de 300 hombres a las Termópilas. Otras polis griegas se unieron a los 300 espartanos y sumaron entre 5000 y 6000 soldados griegos. El consenso histórico entre cronistas antiguos y académicos actuales fue que las Termópilas fueron clara derrota griega, y la invasión persa solo sería repelida en posteriores batallas terrestres y navales. ...

 

El rey espartano Leónidas decide contrariar las predicciones del oráculo y hacer frente a la amenaza del monstruoso ejército del rey persa Jerjes, quien se dispone ahora controlar toda la Grecia. Pero antes, el vanidoso y poderoso persa deberá ponerlos a prueba en Las Termópilas. En agosto o septiembre de 480 A.C., se libró la Batalla de Las Termópilas, en donde las fuerzas de Esparta y Atenas se unieron para detener la invasión del Imperio Persa de Jerjes I, durante la II Guerra Médica (480-479 A.C.) Jerjes estaba decidido a conquistar toda la Grecia de entonces tras la derrota de su padre Darío I ante los griegos en la Batalla de Maratón (490 A.C.), reuniendo un gigantesco ejército de 250 mil hombres (más de 2 millones, según el historiador Heródoto) y una inmensa flota marítima. Fue así como el rey espartano Leónidas contuvo al ejército de Jerjes I durante tres días en el estrecho paso hacia Grecia, provocando numerosas bajas en el ejército invasor, no así en el espartano. Sin embargo, cuando los griegos fueron traicionados por Efialtes, Leónidas, despediría a la mayor parte de su ejército y aguantaría heroicamente la masacre persa con 300 de sus mejores soldados. Posteriormente, luego de que los persas llegaran y tomaran Atenas, serían derrotados decisivamente en las batallas de Salamina (480 A.C.) y Platea (479 A.C.), poniendo fin al sueño conquistador de Jerjes I sobre Grecia.

 

Un entretenimiento de calidad, con sus defectos, pero siendo sensacional en su estilo de ver en pantalla una fiel adaptación de una novela gráfica, aun con su tufillo fascio, pero esto es puro pasatiempo, esto es ‘Esparta! Gloria Ucrania!!!

 

PD. Con una recaudación de más de $456 millones, el estreno de la película fue el 24.º más grande en la historia de la taquilla en ese momento y se convirtió en la décima película más taquillera de 2007; La película también cuenta con la participación de Michael Fassbender en su debut cinematográfico; Una secuela, titulada “Rise of an Empire”, basada en la precuela gráfica inédita de Miller, “Xerxes”, se lanzó el 7 de marzo de 2014.

miércoles, 26 de marzo de 2025

 


MICHAEL (DESEO DEL CORAZÓN)

 

Sugestivo y valiente melodrama alemán silente filmado en los míticos Estudios UFA, dirigido por el gran director danés Carl Theodor Dreyer, realizador responsable de una gran pléyade de films mudos como son “La pasión de Juana de Arco” (1928), “El amo de la casa” (1925) y “Las páginas del libro de Satán” (1921), y de otros espléndidos sonoros como son “Dies irae” (1943), “Ordet” (1955), y “Gertrud” (1964), lo cual da como que estamos ante uno de los grandes del cine europeo. En esta que me ocupa, estrenada hace más de un siglo, se atrevió con una de las cintas pioneras que aborda temática gay, aunque algo críptica, pero para el que lea entre líneas queda clara que la relación entre el pintor protagonista Claude Zoret al que da vida un carismático Benjamin Christensen, y el joven modelo titular encarnado por Walter Slezak, no es paterno-filial si no de amor físico. Este film, junto a otras dos películas germanas, “Diferente a los demás” (1919) y “Geschlecht in Fesseln” (1928), son consideradas dos cumbres del cine homosexual, con ello exhiben la libertad existente en cine durante la República de Weimar en Alemania. El no entrar de modo claro en la homosexualidad es seguro por propia auto censura del guion, y para intentar no ser tan cristalinos nos desvían un poco con una subtrama un tanto metida con calzador de Alice Adelsskjold (Grete Mosheim) con el duque de Monthieu (Didier Aslan). Film basado en la novela homónima de Herman Bang de 1902, segunda adaptación cinematográfica del libro, tras ser la primera "The Wings", realizada ocho años antes por Mauritz Stiller. Dreyer en 1912 entrevistó al escritor danés Herman Bang, escogió una novela de este autor para la que sería su única realización alemana

 

Fue el primer film importante de Dreyer, escribiendo el guion nada menso que con la aclamada Thea von Harbour, esposa entonces de Fritz Lang y responsable de libretos tan famosos como “Las tres luces” (1921), “Dr. Mabuse” (1922), “Los nibelungos” (1924), “Fausto” (1926), “Metrópolis” (1927), o “M, el vampiro de Düsseldorf (1931). En la cámara está el maestro checo Karl Freund (aparece en un pequeño papel, en su única actuación en cine), en su curriculum trabajos tan importantes como “El Golem” (1920), “El último”, “Metrópolis”, “Drácula” (1931), “La Momia” (1932), o “Cayo Largo” (1948). Y los decorados fueron creados por el famoso arquitecto teutón Hugo Häring, adscrito al organicismo arquitectónico, en su única incursión en cine, creando escenarios interiores de gran sensación dramática en su ampulosidad. Con la suma de estos tras las cámaras se esperan salten chispas de genio, habiéndolas, no es la grandiosa obra que esperaba, si buena.

 

Cinta de gran intensidad emocional en como se entrelaza el amor y el proceso creativo, abordando la belleza cual algo cercano a “Muerte en Venezia”, ahonda en lo complejo del amor platónico, aborda el amor dependiente, el que genera manipulación desde el manejo del poder que somete, y como esto si se tensa puede terminar por romperse de la peor manera, pues si el amor es por interés al final no es amor, provocando desengaño y frustración pro una parte y por la otra hay una especie de Síndrome de Estocolmo

 

Un famoso pintor llamado Claude Zoret (también llamado ‘El Maestro’), Cuando se conocen por primera vez, Zoret descarta de inmediato las pinturas de Michael en sí, rápidamente gira hacia su deseo incomparable de pintar a Michael, quedando claro (son decirse o haber gestos diáfanos) se enamora de él, y durante un tiempo ambos viven felices como pareja. Avergonzado de ser considerablemente mayor que Michael, Zoret se muestra celoso y posesivo. Michael comienza a distanciarse de él, lo que lleva a Zoret a alejarlo aún más de forma pasivo-agresiva. Cuando una condesa Lucia Zamikow (notable Nora Gregor), en bancarrota acude a Zoret para que le hagan un retrato —con la verdadera intención de seducirlo y estafarle—, descubre Michael se muestra más receptivo a sus insinuaciones. Bajo su liderazgo, los dos se convierten rápidamente en pareja y ella inmediatamente comienza a usar a Michael para robarle a Zoret. Cuando Zoret descubre lo que ha estado sucediendo, queda destrozado y su trabajo se resiente terriblemente.

 

El subtexto gay es notorio sin ser explícito. ‘El Maestro’ se pone la máscara de sibarita del arte para ocultar sus sentimientos sobre el halo estar por encima de todo y solo estar admirado por la belleza de su pupilo, cuando esto es realmente deseo carnal. Mientras el joven Michael se muestra cual perrito faldero dispuesto a complacer a todo a su ‘Tutor’, quedando la duda de si lo hace por interés pecuario de comodidad de vida, por aprender del estilo artístico o por amor, esto termina quedando casi claro en la parte catárquica de la aparición de una hermosa joven artera.

 

Dreyer tiene gran éxito reflejando este microuniverso elitista decadente en que se mueve el relato, con un pomposo ‘Maestro’ al que todo el mundo halaga y lisonjea, todos tratan cual Mesías. Ahí el discípulo Michael recoge las migajas con su comportamiento dócil. Michael se siente marginado e infravalorado en sus dotes de pintor, como si Zoret no quisiera pidiera salir de la jaula de oro en la que le hace vivir. La brecha de edad entre mentor y alumno hace que la relación de amor se sienta aun más turbadora, y donde la impresión de como Zoreto manipula con su dinero al advenedizo chico.

 

Hasta que ve por su relación con la condesa un modo de escapar a este ‘secuestro’, tomándose su particular ‘vendetta’ con el latrocinio impulsado por la ladina pareja. En realidad la aristócrata es el reverso de Zoret, es otra manipuladora que ‘marionetiza’ a Michael con sus armas de mujer, demostrando Michael lo sugestionable que es. Esto potenciado alegóricamente por los muñecos que ella tiene y que muestra a Michael, de Chaplin, Mary Pickford, Lon Chaney, etc, en realidad Michael es otro de ellos.

 

Por en medio Zoret tiene una amistad con el periodista Charles Switt al que embiste un buen Robert Garrison, que queda subrepticiamente claro está enamorado del maestro, aunque este no le corresponde, siendo para el reportero un amor platónico idealizado, que, aunque ve como Michael se le tuerce en su relación con Zoret no quiere alertar por miedo a ser tildado de resentido.

 

Dreyer como buen artista polifacético da a al arte (valga la redundancia) en escena un significado alegórico, como son las estatuas masculinas desnudas que se ven, expresando tal vez el deseo sexual. Como los bocetos argelinos que son la metáfora de la felicidad entre ambos (Michael y Zoret), esto deriva a como Zoret le dice a Michael el fuerte significado de esta obra: ‘No vamos a vender nuestros recuerdos más preciados, verdad?’, sobre no vender estos cuadros a un potencial cliente que los anhela. Cuando comenta Zoret que su próxima obra se llamará ‘Bruto y Cesar’, y notoriamente ‘El maestro’ se como Cesar y a Michael como el ahijado Brutus que le apuñalará a traición. Como también es arte el ballet clásico, habiendo un tramo que acontece durante la representación en un teatro de “El lago de los cisnes”, de Tchaikovsky, con ello expresando el romance en ciernes entre el titular y la condesa, a la par que augura frustración. Asimismo, son apreciables los simbolismos de fondo, como son crucifijos (esto volverá en gran parte de la filmografía ‘dreyeriana’, ejemplo es en su cúspide “Ordet”), presagiando la muerte.

 

 

Uno de los impulsores de emitir emociones sensibles es la cinematografía de Freund, de resonancias expresionistas, esas que desplegó en su exquisita filmografía, siendo pionero en el uso del “moving spotlight”, plataforma móvil de luz, permite mantener la continuidad del plano cuando los protagonistas se desplazan en el escenario, haciendo que la iluminación acompañe a los personajes de modo fluido, con mucho plano estático, pero con labor de edición para extraer en los cortes emociones.

 

Benjamin Christensen borda su rol del maestro, con su rostro que se asemeja con el maquillaje, a un busto tallado por un escultor, muestra una intensidad honda, con una poderosa mitrada que te atraviesa y que dice mucho en sus sentimientos por Michael, expresando una gama de emociones comedidas, lejos del histrionismo de la sobreactuación, inunda la pantalla con su fuerte carácter. Christensen, más conocido no por el conjunto de su faceta como director, sino por haber sido el firmante de una obra inclasificable como “HÄXAN” (La brujería a través de los tiempos, 1922); Frente a él un jovencísimo y adonis cuasi querubín vienés Walter Slezak, que con 22 años deja impronta de beldad juvenil, con una buena química con Christensen en como le mira con devoción, como le pone las zapatillas, como se postra a sus pies, buena interpretación con algo de teatralidad. Viajó a Hollywood, donde se especializó en roles de villano (ejemplo el que hace en la hitchcockiana “Lifeboat”). El 21 de abril de 1983, poco antes de cumplir los 81 años de edad, Slezak se suicidó por un disparo de arma de fuego.​ Parece ser que se encontraba deprimido por su avanzada enfermedad física.

 

En realidad, la historia puede tender a ser plana, sin giros dramáticos o evolución de personajes. Todo acontece sin dilemas morales punzantes, Es solo el desarrollo de una traición que el Maestro tolera, quizás por sentirse culpable. Esto resta complejidad al relato y poder incisivo.

 

Spoiler:

 

Rush final: Michael vende el cuadro de sí mismo que Zoret hizo y le regaló, y roba y vende los bocetos que Zoret hizo de su tiempo en Argel, donde se enamoraron. Zoret comienza a trabajar en su obra maestra: pintura a gran escala de un hombre tumbado en la playa, con Argel como fondo, representa a ‘Un hombre que lo ha perdido todo’, como lo expresó un personaje al ver la obra a primera vista. Tras terminar la pintura, Zoret enferma. Charles Switt se sienta junto a Zoret en su lecho de muerte. Switt le envía un mensaje a Michael diciéndole que Zoret se está muriendo y vaya de inmediato, la Condesa se lo impide. Las últimas palabras de Zoret, también sirven de prólogo a la película, son: ‘Ahora puedo morir en paz, porque he visto el amor verdadero’. Por si alguien dudaba si era amor o espíritu paternal.

 

Film estimulante desde la valentía de su temática queer, por un gran Ben Christiansen, por la exquisita realización, pero cojea algo en su desarrollo. Gloria Ucrania!!!

 

PD. El film se consideraba perdido hasta que en 1952 se encuentra una copia completa en buen estado. Restaurada por la Fundación F.W. Murnau, se edita en DVD (25-10-2004).

martes, 25 de marzo de 2025

 


ADOLESCENCIA. (Serie TV 1TC)

 

Extraordinaria a la par que desgarradora serie dramática inglesa producida para Netflix, formidable en su disección de la actual adolescencia occidental, producción que debería ser de visión obligada para todos los padres con hijos en estas edades tan herméticas. Cuatro sublimes capítulos creados por Jack Thorne y Stephen Graham (también protagoniza) y dirigida por Philip Barantini, centrándose en un estudiante de 13 años llamado Jamie Miller (Owen Cooper), arrestado por el asesinato de una compañera de clase. Stephen Graham concibió originalmente “Adolescence” como respuesta al repentino aumento de los delitos violentos con arma blanca en Gran Bretaña, incluyendo los asesinatos de Elianne Andam y Ava White. Decidió crear un drama explorara la motivación de actos extremos de violencia contra niñas por parte de niños, y colaboró con el guionista Jack Thorne.Teniendo la particularidad que cada entrega es filmada en un plano-secuencia, sin cortes, todo en tiempo real, esto hace que te sumerjas en el relato de modo epidérmico, pues todo se asemeja algo contrarreloj que hace te involucres y lo sientas más real. Como no hay cortes las actuaciones poseen una intensidad acuciante, o que repercute en una autenticidad doliente.

 

La cámara del DP Matthew Lewis (el de siempre con Barantini) se mueve con una fluidez brillante entre los diferentes personajes y escenarios, entrando y saliendo de habitaciones, de edificios, saltando por ventanas (¿?), elevándose al cielo, bajando a ras de suelo, una labor superlativa. Graham y Barantini tuvieron una colaboración similar en la película filmada en una sola toma. La excelente película de 2021 “Boling Point”, basada en el cortometraje homónimo de la pareja, que también se rodó en una sola toma. Esta que me ocupa es una radiografía sensacional de la psicología intergeneracional, de los adolescentes y de los padres, abordando las inseguridades, la angustia, las grietas en estas complicadas relaciones paterno-filiales. No es un thriller sobre quien es un criminal, esto queda claro al final del primer capítulo, aquí prima el realismo crudo de las consecuencias de esta tragedia e indagar en las complejas causas que llevaron al asesinato, y como se propaga la onda expansiva. Analizando el entorno del ‘sospechoso’ adolescente, sus amistades, sus profesores, sus relaciones con el sexo femenino, y por supuesto con la familia, esto se da sobre todo en el segundo y tercer capítulo, en el dos es el entorno del colegio, salpicado de egos, bullying, ira, y sobre el nuevo fenómeno moderno de las redes sociales que tanto afectan a estas volubles edades, con ello las ansias de popularidad, dejando claro la falta de referentes morales en esta generación que se ha desconectado del mundo real para vivir en uno virtual, y con ello hay escasa cobertura con sus padres. A la vez, sobre todo en el cuarto capítulo, se adentra en la pesadilla colateral que es la situación para la familia, los padres buscan respuestas, y tienden a echarse la culpa por haber criado a alguien capaz de realizar esta atrocidad.

 

Cada hora de episodio es un lugar y fechas salpicadas, con enfoque disímil: el día 1 nos lleva del hogar a la comisaría; el día 3 al instituto; 7 meses después asistimos a la evaluación psicológica que hace una terapeuta independiente; y tras 13 meses visitamos a la familia, antes de que se celebre el juicio.

 

Comienza de forma desconcertante, en una tranquila mañana en South Kirkby, pequeña ciudad de West Yorkshire (Inglaterra), un policía ríe Bascombe (Ashley Walters) entre dientes al oír un mensaje de voz de su hijo, preguntándole si puede faltar a la escuela ese día. "Soy un blando", le explica el policía a su compañera Misha Frank (Faye Marsay) en el coche patrulla. A continuación, la pareja lidera el ‘asalto’ con un equipo SWAT fuertemente armado una casa suburbana, derriban la puerta de la familia Miller, dejan en shock a la familia que aun dormía, y arrestan a su hijo Jamie Miller (el debutante Owen Cooper), de 13 años, por el asesinato de un compañero de clase, y con el susto el chico se orina encima. Dejando en estado de shock a sus padres, Eddie (el también co-showrunner Stephen Graham), su madre Manda (Christine Tremarco) y su hermana mayor Lisa (Amélie Pease), de casi 18. Registran la casa y llevan al niño a comisaria para interrogarlo. Seguimos el procedimiento de ritual de como lo fichan, lo registran, le ponen un abogado, y finalmente lo interrogan. Todo ello narrado con un pulso narrativo tenso, rezumando sequedad y veracidad, hasta que en el interrogatorio todo implosiona.    

 

En el segundo capítulo, tres días después. Bascombe entra a investigar al colegio donde se desencadenaron los hechos y al que además concurre su hijo (con quien mantiene una relación bastante distante), intenta encontrar información sobre el arma. Mostrando la brecha entre la generación de adultos y los adolescentes que viven en su burbuja artificiosa de las redes sociales, y con ello las jerarquías de popularidad que se establecen, hasta los bajos estratos a los que se hace bullying. Aquí sentimos como el mundo de estos jóvenes se mueve en una dimensión retorcida de mensajes encriptados en emojis; En este capítulo la cámara se mueve de modo extraordinario entre la multitud de chicos, siendo impactante (si te fijas) como la cámara llega a atravesar un cristal (¿?), o con ese final en que la cámara se eleva a las alturas siguiendo un coche por la autopista y vuelve al asuelo; Ashley Walters da una interpretación buenísima, desde la contención la mesura, desde el parco lenguaje gestual, realista en su hartazgo del caso, perdido entre los adolescentes, estupendo.

 

El tercer episodio, siete meses después del asesinato. La psicóloga Briony Ariston (Erin Doherty) se reúne con Jamie en un centro de detención juvenil para preparar un informe previo al juicio sobre su salud mental. Jamie ha estado involucrado recientemente en un altercado violento con otro recluso y está visiblemente molesto por el hecho de que, a diferencia de él. Briony le deja claro a Jamie que su único objetivo es evaluar su comprensión de las circunstancias que rodean el caso, no el caso en sí. Jamie, sin embargo, se involucra en un juego tenuemente controlado de superioridad, debido a su inmadurez emocional se convierte en interacción caótica y trae su presunto crimen, sus posibles motivaciones y la subcultura subyacente al primer plano de la discusión; Esta es una entrega impactante, un duelo actoral absorbente; Doherty nos regala una actuación fenomenal en su realismo atroz, como intenta llevar el control y no se note su inseguridad ante este animal herido del chico, como notamos su temor, pero a la vez intenta seguir adelante con su tensa sesión, sus temblores, su mirada, su lenguaje gestual nervioso, como juega con él intentando ganarse su confianza, para luego ser incisiva en preguntas que ahondan en los mundos ocultos de los adolescentes, como son sus gustos sexuales, en esa edad a flor de piel, y con ello exhibiendo como la cultura de internet ha generado mentes que en su volubilidad desena sexo cuanto antes, generan sus propias ambiciones, y cuando se entra en zonas que no les agradan explotan, y la actriz se pone al otro lado con un rigor cortante; A su lado un fascinante debutante Owen Cooper como Jamie, en una transmutación gloriosa creando a un ser dual, un niño desde que vemos como la psicóloga le lleva un chocolate con nubes, pero a la vez es un manipulador violento, especie de aprendiz de masculinidad tóxica, notamos la máscara de la arrogancia, pero como esta se agrieta cuando no le gusta lo que le dicen y explota de modo inquietante. Asistimos a la misoginia propia de los Incel (de lo que se comenta en la serie); Aquí la cámara juega mucho al plano subjetivo de la psicóloga, a que sintamos la inquietud frente a los arranques de furia del chaval, creando por momentos sensación de jaula en la habitación de la sesión, que parece achicarse en algunas tomas.

 

El cuarto y último capítulo. Trece meses después del asesinato, los Miller han intentado volver a la normalidad mientras Jamie espera el juicio. En el 50 cumpleaños de Eddie, su furgoneta es pintada con aerosol, le ponen traducido (pederasta). Eddie planea llevar a Manda y Lisa al cine más tarde ese día para aligerar el ambiente, pero primero van a una ferretería a comprar pintura para borrar la pintada. Allí, Eddie se angustia cuando un joven empleado lo reconoce y expresa torpemente su apoyo a Jamie; En este capítulo Graham y Tremarco los que dan una actuación estelar, comprometida, sentida, emocionante, trémula, con una química extraordinaria, empatizas con su sufrimiento, por como intentan no hablar del elefante en la habitación, durante un rato no hablan del hijo, hacen vida familiar, se dan muestras de cariño, hasta que la presión exterior aparece en modo pintada; Hay una prodigiosa escena en la furgo camino de la ferretería, donde la familia hablan distendidamente, sintiéndonos voyeurs, con esa cámara en sus nucas, nos sentimos involucrados, prodigiosa la cercanía; Muy al contrario el viaje de vuelta, de una tensión que se rasga con cuchillo; Como neurálgica es el diálogo entre los padres en el dormitorio, te ponen la piel de gallina, como buscan culpables en si mismos (‘Estaba en su habitación, no?.. Pensábamos que estaba a salvo’, dicen), en si ellos no han sabido educar al hijo, los ves desnudarse anímicamente; Ashley Walters imparte clase magistral de lenguaje corporal, manteniéndose alto y firme en el trabajo, marchitándose a medida su propia incapacidad para comprender vidas de los adolescentes, incluido y especialmente su hijo, sale a la luz.

 

No le doy un diez porque le encuentro el defecto que deberían haberle dedicado al menso un episodio a la familia de la víctima, incluso se hace una especie de guiño a esto cuando la inspectora Frank comenta sobre cómo las historias de crímenes a menudo se centran más en los delincuentes que en sus víctimas: pero esto no es excusa para caer en lo que denuncias, aquí hay una familia que se ha quedado sin su hija y se debería dar espacio a su dolor.

 

Spoiler:

 

Rush final: Tras salir de la ferretería, ve a los adolescentes que pintaron la camioneta y los amenaza con enojo, antes de arrojar la lata de pintura sobre su camioneta por la ira. En el camino a casa, Jamie telefonea y anuncia su plan de declararse culpable. En la casa, Eddie y Manda aceptan el próximo juicio de Jamie, culpándose a sí mismos por no prestar suficiente atención a su radicalización en línea. Eddie visita la habitación vacía de Jamie y llora a gritos, deseando haber sido más cuidadoso con su hijo, entre llantos: "Pudimos haberlo hecho mejor, hijo".


Owen Cooper elegido para papel del adolescente sospechoso de asesinato, Jamie Miller, a los 13 años, sin experiencia previa. La directora de casting Shaheen Baig había considerado a 500 chicos para el papel, Cooper atrajo su atención tras enviarle una maqueta y consiguió el papel.


Adolescencia se caracteriza por su amplio uso de la filmación en una sola toma, ya que cada episodio se graba en una sola toma. El rodaje se planificó mediante múltiples ensayos previos a los ensayos técnicos completos, durante los cuales el director de fotografía planificaba los movimientos de cámara. Cada episodio de una hora se filmó unas diez veces, con dos tomas al día. Los episodios se mostraron como si se hubieran completado en una sola toma, sin cortes ni mezclas de tomas con CGI.


Las ubicaciones de rodaje de Adolescence incluyeron South Kirkby, South Elmsall y Sheffield en Yorkshire. El Minsthorpe Community College en South Elmsall se utilizó como ubicación para las escenas escolares en el Episodio 2. Las escenas interiores de la estación de policía se filmaron en un set de filmación especialmente construido en las instalaciones del estudio Production Park en South Kirkby, para acomodar las complejidades de la filmación de una sola toma.

 

En definitiva, una serie que por derecho propio es un hito en el retrato del choque intergeneracional. Gloria Ucrania!!!

lunes, 24 de marzo de 2025

 


DIES IRAE.

 

Gracias al Dios del cine por siempre estar dispuesto a regalarme descubrimientos tan gloriosos y divinos como es ver por primera vez este drama poderoso en generar emociones y sentimientos a flor de piel. Dentro de mi cinefilia he subsanado este agujero que tenía con no haber visto esta alabada (y con justica) película dirigida con solidez pétrea por el maestro danés Carl Theodore Dreyer, adaptación de la obra de teatro “Anne Pedersdotter” de 1909 de Hans Wiers-Jenssen, basada en un caso noruego del siglo XVI. La película cuenta la historia de una joven que se ve obligada a casarse con un pastor anciano después de que su difunta madre fuera acusada de brujería, y ella termina enamorándose del hijo del pastor, protagonizada con brillantez por Lisbeth Movin, Thorkild Roose y Preben Lerdorff Rye.

 

Era la primera película de CTD desde “Vampyr” en 1932, había pasado los once años anteriores trabajando como periodista e intentando sin éxito lanzar proyectos cinematográficos como una adaptación de Madame Bovary, un documental sobre África y una película sobre María Estuardo. Curiosamente esta cinta se produjo durante la ocupación nazi de Dinamarca, con lo que se entendió que era un canto a la libertad en contra de los intolerantes hitlerianos, aunque Dreyer negó esto. CDT abandonó el país para trasladarse a Suecia tras su estreno y pasó el resto de la WWII en Suecia.

 

Como es norma en el director su rimo es sereno, dejando que la atmósfera claustrofóbica te cale, manejando otros mantras ‘dreyerianos’ como es la crítica al fanatismo religioso (visto en “La Passion de Jeanne D’Arc” de 1928), se adentra en el martirio, en lo espiritual, en lo pasional, en la represión sexual, se alaba con lirismo exacerbado la búsqueda del amor puro y del placer (esas secuencias bucólicas en el campo y en el rio), se ataca el culto a la castidad (ese desgarrador momento en que la protagonista pide ‘lascivamente’ a su marido la haga feliz y el responde que está cansado y va a dormir), se atacan los abusos del poder reflejados en esta inquisición luterana, es el deseo de la carne frente a la castrante religión radical, todo ello con epicentro en la mujer, vista como algo pecaminoso, culpable de haber nacido hembra, y si exponía sus sentimientos sexuales con libertad era sinónimo de brujería, aunque fuera en connivencia con un hombre, este se podía escudar en que como era mujer, podía ser una bruja y por tanto caer bajo su ‘maléfico’ impulso de carne, con lo que la protagonista aquí podría ser vista como una mujer símbolo del feminismo que buscaba romper el corsé de esta sociedad rendida al heteropatriarcado (esto si lo era y no lo de ahora), sociedad que una de sus piedras angulares era la negación del cuerpo´.

 

Todo ello en un ritmo elegante, dejando que las situaciones te empapen, con austeridad de medios, pero con un CTD perfeccionista en su manejo de las escenas. Gracias a una cinematografía en glorioso b/n de Karl Andersson (“Peter Andersen”), de una beldad superlativa como maneja los tonos de forma sublime, desde ese juicio expresionista a la anciana ‘bruja’ con esa sala de techos apuntalados cual estacasen las paredes, ese manejo de las sombras y los claroscuros en los interiores, esos rayos de luz deíficos que iluminan a los personajes, ese excelso lirismo en los tramos pastorales (esos campos soleados, ese rio ondulante con la barca flotando entre la vegetación fluvial) de los amantes que desprenden carácter pictórico fascinante, influida la fotografía por pintores como Vermeer, Van Dyck, Rembrandt o Brueghel, dotando de una luz prodigiosa algunas escenas elevando las emociones, evocando el tiempo y lar, con primero planos que sonsacan lo mejor de los exacerbados sentimientos que flotan en el ambiente. Aportando niveles de terror tan exacerbados como la secuencia de la tortura o sobre todo la neurálgica de la quema de la ‘bruja’. Con profundidades campo que exaltan los vacíos de adornos en las casas a modo de ese puritanismo enfermizo huero de contenido, fondos blancos virginales que contrastan con los trajes de los pastores negros ; Ello adornado por una banda sonora enervadora compuesta por Poul Schierbeck (“Ordet”), sonidos ominosos que causan nerviosismo, pero sobre todo por ese coro de niños que canta durante la hoguera de la ‘bruja’ que entona una turbadora melodía del francés Hector Berlioz, que te pone hace remover. Y por supuesto en este sentido reseñar sonidos habituales de relojes que marcan la lentitud del ritmo y tiempo de películas de Dreyer.

 

En un pueblo danés en 1623, una anciana conocida como Marte de Herlof (Anna Svierkier) es acusada de brujería. Anne (Lisbeth Movin), una mujer joven, está casada con el anciano pastor local, Absalon Pedersson (Thorkild Roose), que está involucrado en los juicios de brujas, y viven en una casa compartida con su estricta y dominante madre Meret. Meret no aprueba a Anne, que es mucho más joven que su esposo, teniendo aproximadamente la misma edad que el hijo de su primer matrimonio. Anne le da refugio a Marte de Herlof, pero Marte pronto es descubierta en la casa, aunque se presume que se escondió allí sin ayuda. Marte de Herlof sabe que la madre de Anne, ya muerta en el momento de los hechos representados, también había sido acusada de brujería y se había salvado gracias a la intervención de Absalon, que tenía como objetivo casarse con la joven Anne. Así, Marte de Herlof informa a Anne del poder de su madre sobre la vida y la muerte de las personas y se intriga por el asunto. El hijo de Absalón Martin (Preben Lerdorff Rye), de su primer matrimonio, Martín, regresa a casa desde el extranjero y él y Anne se sienten inmediatamente atraídos el uno por el otro. Ella no ama a su marido y piensa que él no la ama. Bajo tortura, Marte (Herlof) confiesa su brujería, definida entre otras pruebas como desear la muerte de otras personas. Amenaza con delatar a Anne si Absalón no la rescata de un veredicto de culpabilidad, rogándole que la salve como salvó a la madre de Anne. Marte, después de suplicarle a Absalón por segunda vez, no traiciona su secreto y es ejecutado en la hoguera ante los ojos de los aldeanos. Absalón se siente culpable por haber salvado a la madre de Anne, pero deja que Marte arda. Anne y Martín, cada vez más cercanos clandestinamente, parecen haber cambiado en los últimos días, lo que alimenta la sospecha de Meret sobre el carácter de Anne. Se oye a Anne reír en compañía de Martín por su marido, algo que no ha ocurrido durante el tiempo que han estado juntos. Absalón se arrepiente de haberse casado con Ana sin tener en cuenta sus sentimientos y verdaderas intenciones, y se lo dice, pidiendo disculpas por haberle robado su juventud y su felicidad.

 

Dreyer con cincel rocoso talla en el film como en este tiempo cualquier cosa que se saliera de la norma de la puritana iglesia era acusado de hereje y brujería. Muestra una sociedad cerrada, donde primaba el machismo más cruento, ese que podía hacer que una mujer por miedo a ser quemada por bruja ofreciera a su hija al ‘juez’ para hiciera la vista gorda, y con ello perpetuara la espiral de sufrimiento femenino, ahora la hija condenada a estar casada con alguien que no ama, y que seguramente detestará. Esa sociedad que hacía que una mujer entrara en el sistema inquisidor calvinista de justicia kafkiana, donde nada vale para salir de la acusación. Una anciana acusada de brujería solo por administrar ungüentos medicinales, ese es su crimen, termina admitiendo es una bruja, pero solo lo hace para la dejen de torturar, alguien podría decir ser Julio Cesar cuando lo exponen a sufrimiento extremo, pero a estos ‘interrogadores’ les daba igual con tal de que dijera lo que ellos querían oír, nauseabundo. Todo en un suave ritmo, pero desbordante en intensidad emocional, para desembocar en rush final cortante, delos que te hace un nudo en la garganta por lo mucho que transmite, Sublime (spoiler).

 

Thorkild Roose está soberbio en su rol de pastor que sabe de sus defectos humanos, se nota teniendo una lucha interior entre lo que desea y lo que su pacata fe le pide, tiene incendiarios ententes con Marte, la acusada de brujería, ser tan cerril en sus creencias fundamentalistas que cree más importante salvar el alma de la anciana que su vida. El actor hace transpirar a su rol el dolor de saber que está entre dos aguas, parece una buena persona, pero en su patio trasero tiene muertos en modo debilidades, como haber ‘comprado’ a su esposa por chantaje, esto se nota lo carcome reflejado en su agrio rostro; Lisbeth Movin está maravillosa como una mujer que intenta ser libre de las ataduras impuestas por una sociedad atávica en su fundamentalismo, presa de un matrimonio de conveniencia, su rostro bello trasluce sufrimiento con su marido, y una tremenda alegría carnal con el hijo de este, excelente actuación cargada de sentimientos encontrados, con un duelo ardiente con el marido donde ella escupe el fuego que maceraba desde mucho en su interior, que no es que sea mala, es que es rehén de una vida que ella no ha escogido, dada a un tipo mayor para que se acueste con él, siempre con el paraguas ‘legal’ de haber pasado `por la Iglesia (puaj!”) Una mujer con una fuerte personalidad, ejemplo de mujer combativa que lucha por sus sentimientos, tiene una gran química con Preben, y ya estremecedora en la escena final, te pone la piel de gallina, Magna; Preben Lerdorff Rye está muy bien como el objeto de deseo de Anne, demuestra ser un tipo acomplejado y débil, quizás ella solo se enamora de él porque es lo que más cerca y joven tiene de ella, él se nota combatiendo con sus contrariedades, bueno; Sigrid Neiiendam como la rígida madre del pastor resulta extraordinaria en su malicia ultra protectora, ejemplo de cómo algunas madres cree n todas las que s les acercan a sus retoños son brujas, pavorosa; Anna Svierkier está arrolladora como la mujer mayor acusada de brujería, una actuación impregnada de una intensidad cutánea, la única verdaderamente pura de corazón, otro ejemplo de como la mujer era un ser subyugado en ese tiempo, lo único que desea es vivir, no tiene miedo ni de Dios ni del diablo, gran víctima de la crueldad ignorante de ese tiempo, su humanidad traspasa la pantalla en medio de las torturas o cuando está en el ‘teatro’ de su ejecución , trémulos sentimientos produce, una espléndida roba escenas.

 

Spoiler:

 

Anne: -Tómame! Hazme feliz!

Absolon: Ahora no, tengo mucho que hablar con Dios.

 

Marte: -Ni me asusta el infierno ni el cielo!!! Yo lo que no quiero es morir"

 

‘Mientras Anne Martin se dejan llevar en su bote por el lírico rio, parecieran flotar sobre una nube de placidez, Anne aprecia un sauce que se columpia hacia el agua. Anne dice que el sauce trata de alcanzar su reflejo, del cual no puede soportar separarse. Martin, cargado de culpa, no está tan seguro; cree que el árbol está llorando por los dos, han pecado tan gravemente y pronto serán castigados.’

 

Rush final: Una violenta tormenta estalla mientras Absalón está visitando a un joven feligrés moribundo, Laurentius. Marte de Herlof lo había maldecido durante su interrogatorio y ella predijo una muerte inminente. Mientras tanto, Anne y Martin están discutiendo sobre el futuro, y ella se ve obligada a admitir que desea la muerte de su esposo, pero solo como un "si" en lugar de que suceda realmente. En ese momento, Absalón, de camino a casa, siente "como si la muerte misma tocara el suelo". Al regreso de Absalón, Anne le confiesa su amor por Martin a su esposo y le dice que desea su muerte. Él se derrumba y muere, llamando a Martin. Anne grita. A la mañana siguiente, Martin está abrumado por sus propias dudas. Anne declara que no tuvo nada que ver con la muerte de su padre, que ve como una ayuda providencial de arriba para liberarla de su miseria actual y su matrimonio infeliz. En el funeral de Absalón, Anne es denunciada por Meret, su suegra, como una bruja. En un principio, Anne niega la acusación, pero cuando Martin se pone del lado de su abuela, se enfrenta a la pérdida de su amor y confianza, su mundo y siobre todo el que se había creado con el futuro con Martin carece de sentido y decide autoinmolarse (no termina de saberse, Dreyer no se posiciona), si por creer ser una bruja ella realmente, o por que ya todo le da igual y por ello este ‘suicidio’ que va a cometer. Entonces Anne sobre el ataúd abierto de su marido confiesa que lo ‘asesinó’ (deseando su muerte) y ‘hechizó’ a su hijo con la ayuda del diablo. Su destino parece sellado.

 

Dreyer había visto por primera vez la obra de Wiers-Jenssen Anne Pedersdotter en 1925 y había querido adaptarla a la gran pantalla durante varios años. Se diferencia ligeramente de la obra original, como en la escena en la que Anne y Martin se conocen y se besan por primera vez. En la obra de Wiers-Jenssen son vacilantes y tímidos, mientras en la película de Dreyer son abiertamente sexuales.

 

En la escena que el personaje de Anna Svierkier es quemado en la hoguera. Para representarlo, Svierkier fue atada a una escalera de madera y Dreyer la dejó allí mientras el resto del elenco y el equipo fueron a almorzar, a pesar de las objeciones de Preben Lerdorff Rye y Thorkild Roose . Cuando regresaron, Svierkier estaba transpirando profusamente, lo que es visible en la película.

 

Maravilloso descubrimiento este film. Gloria Ucrania

 

PD. La música que el coro de niños canta en el momento en que la bruja es quemada en la hoguera, fue posteriormente adaptada por Wendy Carlos para el inicio de The Shinning (El Resplandor, 1980).

domingo, 23 de marzo de 2025

 

BETTER MAN

 

Sugestivo biopic del cantante inglés Robbie Williams, un fulgente musical, que en realidad nos cuenta la historia mil veces contada del artista que de la nada llega a la cima, por el camino lucha contra su propio ego, sus inseguridades, tiene romances tormentosos, tiene adicciones, tiene fantasmas del pasado que leatormentan, y el final es previsible, sobre todo si en la producción está el propio Robbie. Pero aquí lo valioso es la radiante dirección y producción del aussie Michael Gracey (también coescribe), impactando ya desde su premisa de la imagen dada al cantante. Con la profusión de biopics (sobre todo de cantantes) últimamente (Freddy Mercury, Elton John, Elvis Presley, Bob Dylan, etc), Gracey ha buscado ofrecer algo novedoso y disfuncional, y con ello arriesga y gana. El director aprovecha que durante una entrevista con Robbie este le dijo que siempre se sintió "menos evolucionado que los demás". Con ello Gracey hace que Robbie sea un chimpancé antropomórfico con imágenes generadas por computadora (CGI), interpretado por Jonno Davies mediante captura de movimiento, y con voces de ambos, una especie de primate salido de “El Reino del Planeta de los Simios”, pero es una visión onírica propia del artista, pues nadie lo ve con esa imagen, ningún otro personaje comenta sobre su apariencia. Esto hace ya la peli original, con ello también no tenemos que hacer el juego de buscar el parecido del actor que lo interprete con el cantante, dando una dimensión distinta a su rol. Esta creación digital pasados unos minutos se integra de forma grácil en la narrativa.

 

Gracey se destaca como un alumno aventajado de su compatriota Luhrmann, con un espectáculo visual y auditivo apabullante, que hace que las carencias de un relato poco original se siga por su vigor, por su potencia e intensidad, habiendo un ritmo trepidante desde su inicio muy a lo “Trainspotting”, salpicando la trama de unos números musicales arrolladores, por algunos momentos provocando el éxtasis con brío y electricidad, con unas coreografías deslumbrantes en su imaginación brillo, con trucos de cámara formidables, gracias al fulgente trabajo del DP Erik Wilson (“Paddington”), llenando de cromatismos resplandecientes los fotogramas, jugando con la semioscuridad en las escenas intimistas, con juegos de edición shockeantes, siendo el pico el desbordante plano-secuencia del “Rock DJ”, pero esto combinado con la emoción a flor de piel como es cuando se oye “Angels” en el contexto del cariño de Robbie por su abuela. Si bien Williams regrabó muchas de sus canciones que aparecen en la película, el vocalista Adam Tucker proporciona voces adicionales, incluyendo "My Way" y "She's the One" (con Kayleigh McKnight). Gracey declaró que las canciones serían «reinterpretadas» para adaptarse a la emoción del momento en la película.  Con ello los temas musicales sirven como impulso narrativo entrelazado dramáticamente, reflejando el estado de ánimo del protagonista. Exponiendo con rigor el patio trasero del éxito, el hedonismo, el infantilismo, elegoísmo de estos exitosos divos. Gracey nos guía por los picos de la carrera de Robert, desde el éxito con la banda teenager Take That, su resurgir en solitario, hasta su concierto en solitario que fue histórico en Knebworth.

 

En Stoke-on-Trent, en la década de 1980, Robbie, de ocho años, es humillado durante un partido de fútbol y se marcha furioso. En casa, encuentra consuelo en el apoyo de su abuela Betty, y su padre, Peter, le enseña a cantar con estilo inspirado en Frank Sinatra, aunque también suele hacer que Robbie se sienta inútil. Durante una representación de Los Piratas de Penzance, la recuperación de Robbie de un accidente impresiona al público. Sin embargo, su felicidad se ve truncada por la ausencia de Peter. Más tarde se marcha en autobús, abandonando a la familia. Robbie se aferra a objetos relacionados con su padre, rescatándolos durante una mudanza a una casa más pequeña ("Feel"). De adolescente, Robbie declara su ambición de ser un cantante famoso a pesar de las críticas durante una sesión de orientación profesional. Su perseverancia alcanza su punto máximo cuando se entera de una audición para una banda de chicos en Manchester. Inicialmente rechazado, la determinación y la confianza de Robbie le aseguran un puesto en el grupo pop Take That.

 

Tiene un cautivador inicio cuando vemos a Robbie de niño chimpancé jugar con sus amigos en la calle al futbol, es penoso. Cuando llega a casa su padre lo anima y canta juntos My Way, que entonces suena en la tv, pero también tiene sus roces con él. Robbie aspira a que su padre lo admire en la música, como él sueña en cantar como sus ídolos Frank Sinatra, Sammy Davis jr, y Dean Martin (El Rat Pack). Pero llega el momento de la separación de su padre, expuesto en el con movedor “Feel”, cargado de sentimiento de perdida. Hasta que le llega su gran momento con Take That, con comienzos cuando menos extraños tocando en clubs gays, para amenizar este ascenso está el rítmico ‘I Found Heaven’. Hasta que para escenificar estar en la cima vemos un Homérico videoclip en plano secuencia apoteósico, hacia mucho que no sentía esa sensación de bailar arrastrado por el frenesí contagioso, como sucede con el vibrante “Rock Dj” (en realidad es del propio Robbie Williams de cuando ya había dejado la banda). Todo un subidón de adrenalina como el quinteto implosiona en la nocturna y bulliciosa Regent St londinense, cienes de bailarines cual tsunami inundan la avenida, con una coreografía Kolossal, un chute de vitalismo que compite con el “Singin’ in the rain” por su explosión de alegría que emite, con una cámara que hace virguerías, con unos efectos CGI maravillosamente integrados, añadiendo jugosas dosis de humor, cambiando de vestuario de modo mágico, saltando por autos, buses, pianos, acrobacias, tomas cenitales, travellings, circulares, Magno; Pero Robbie se encuentra de secundario en una película (Take That)  de la que quiere ser prota, y se lo impide el líder del grupo Gary Barlow (correcto Jake Simmance), al que apoya su manager Nigel Martin-Smith (buen Damon Herriman). El hartazgo por el favoritismo de Gary sobre Robbie llega durante la grabación del tema "Relight My Fire" de Take That, Williams en la cabina derrocha ganas durante la grabación, de fondo se ven a Martin-Smith y Barlow, tras un cristal en la mesa de mezclas, insatisfechos por como la canta, esto lo nota sin oír lo que dicen Robbie, y cuando sale oye y se cerciora de como lo marginan cuando alaban a Gary cantado el tema. Esta insatisfacción (y más cosillas) hacen que caiga preso de la adicción a las drogas, esto realzado por el tema "Relight My Fire", entonado por la banda durante una multitudinaria actuación, donde Robbie está claramente drogado, y donde ‘usurpa’ el micro al líder del grupo (nada casual este ataviado de demonio con cuernos), ello ante la mitrada de su dolida abuela entre el público; Esto hace que Robbie sea expulsado de la banda, esto reflejado en el melancólico y autodestructivo “Come Undone”, ello en una escena tremebunda con Robbie en su auto a toda pastilla, lloviendo en plan suicida contra autos, camiones, adelantado sin sentido, mientras se cruza con sus fantasmas ((sus fans, su padre, o la prensa sensacionalista), acabando sumergiéndose en un lago. Comienza una fase de desorientación en su vida, que parece encauzar cuando conoce a Nicole Appleton, miembro del grupo pop All Saints, esto relación romántica maravillosamente proyectada en el tema cantado a dúo por Robbie Williams y Kayleigh McKnight, el trémulo “She's the One”, en un baile sobre la cubierta de un barco de noche impresionante en el jubiloso calor que desprenden ambos, el amor se entrelaza en sus pasos y movimientos, y ello mientras la edición fragmenta el baile con la vida juntos de ambos (la celebridad frente a los foto calls, fiestas de chupitos, momentos de romanticismo en la pedida de mano, lo que parece ser un embarazo y posterior aborto, como Robbie consuela a ella, etc).

 

Robbie encuentra su rumbo en solitario con el compositor Guy Chambers (cumplidor Tom Budge), que hace despegar su carrera de solista, ello representado en la creación del tema "Something Beautiful"; Pero parece que el éxito de Nicole le acompleja, lo que da con problemas de relación. Esto reflejado en un jocoso tramo de aparición del grupo de Manchester Oasis, con los enfant terribles de los Gallager, Liam y Noel. El momento de tocar suelo es representado por la pérdida de un ser querido, al que se adorna con el sensacional “Angels”, en el contexto pone el vello de punta, que sirve de despedida de Nicole, y como comienzo de una nueva etapa, con los miedos y dudas por su actuación en el Festival de Knebworth (2003), con discusión emocional con su padre. Todo eclosionando en la actuación en referido evento, cantando el "Let Me Entertain You", filmando de modo extraordinario desde como arranca sobre los ojos de Robbie, y luego hay un plano Dolly (travelling invertido), y vemos al cantante colgado sobre el escenario en cruz invertida, y frente a él miles y miles de espectadores (125,000). Tema que deriva en una batalla campal apocalíptica donde Robbie se enfrenta a sus otros Yo del pasado, reflejando sus fantasmas internos, abracadabrante como lucha a muerte contra sus demonios, contra sus inseguridades, contra su baja autoestima.

 

Gracey aúna entretenimiento, ritmo frenético, fascinación en sus números musicales, y ello trenzado con su tormentosa vida íntima. Exponiendo su relación con su madre, con su cariñosa abuela, pero sobre todo su agridulce trato con su padre, tipo con mucho parecido con su hijo, que sacrificó su vida familiar por su sueño de ser cantante, aunque fuera en tugurios, como bien le dice a su acomplejado hijo. Habiendo una turbadora relación de amor-odio, con momentos entre ambos que saltan chispas. Azarosa relación que culmina de modo previsible, pero satisfactorio en un hermoso epílogo en el Albert Hall.

 

Hay tramos de gran inteligencia en expresar la contradicción del protagonista, divertido en este contexto es cuando arremete contra un antiguo amigo, atacándolo por no intentar ser alguien importante como él, ello se lo espeta mientras tiene puesto una especie de traje de neopreno y en la cintura se ha imbuido un tubo aspiradora, al parecer para encajarse un traje par aun concierto (¿?).

 

El carisma del chimpancé protagonista es tan radiante que opaca a los secundarios. La sub trama con el mejor amigo de Robbie queda algo difuminada por la fuerte personalidad del prota, incluso la relación con Nicole (se agradece no colaran una escena de sexo, habría sido muy incómoda) resulta poco incisiva en el duelo de caracteres, él la empequeñece muy mucho. También me ha sido frustrante no entrar en el proceso creativo de la música de Williams, compone música y punto.

 

Robbie Williams posee una personalidad fuerte, desea ser el foco de atención, no soporta compartir escenario, ni el éxito, pero en la cima se siente inseguro y dice: "La edad se detiene cuando te vuelves famoso". El mono en CGI resulta asombroso mostrando toda una gama de emociones que te llegan, desde su arrogancia, su depresión, su amor, su cariño por su abuela, su fragilidad mental, la vulnerabilidad con su padre, y esto y traspasa la barrera digital para hacerte empatizar con él. Aparte de la vitalidad que muestra en sus números musicales en los que se integra de modo fantástico; El único que le hace sombra es el roba escenas Steve Pemberton como el padre complejo, inspirador y a la vez losa para el filio (me encanta el palabro), derrocha energía y seguridad en si mismo, manteniendo los mejores duelos con Robbie.  

 

El equipo de efectos visuales de Gracey (liderado por los genios de Wētā, Luke Millar y Andy Taylor) estudió horas de material de archivo para lograr la expresión facial del cantante a la perfección, de modo que cada gesto, guiño y ceño fruncido correspondan al verdadero Robbie.

 

Gracey usa muchas de las canciones fuera de su cronología (se las escuchan muchas veces antes de que hayan sido compuestas).

 

Spoiler:

 

Después del concierto de Knebworth, Robbie casi intenta suicidarse antes de ceder, al darse cuenta de que debe afrontar sus problemas. Tras el episodio, Robbie ingresa a rehabilitación, se somete a una extenuante desintoxicación y comienza a cambiar su vida. Se reconcilia con sus amigos y familiares, con quienes se había distanciado, incluyendo un emotivo reencuentro con Nate y una despedida amistosa de Nicole. Visita la tumba de Betty, hallando paz en su memoria, y se compromete a ser una mejor versión de sí mismo y suena "Better Man". En el Royal Albert Hall, Robbie se reconcilia con su padre Peter en el escenario durante la interpretación de "My Way". Rinde un sentido homenaje a Betty y finalmente aborda las visiones de su yo pasado, transformándolas de antagonistas en fuentes de crecimiento personal. Ve una visión de su yo más joven en el público, reafirmando su propósito de inspirar y entretener, ("Forbidden Road").

 

Centrada en la vida de Williams antes de 2001, la película lo presenta como un mono CGI (interpretado por Davies). La idea surgió de las conversaciones que mantuvo con Williams, frecuentemente comentaba se sentía como un mono actor; hipérbole el director toma literalmente, ilustrando visualmente cómo el joven se siente feo y extraño en comparación con quienes lo rodean.

 

Este es un musical que hace que los sobrevalorados de este año, “Emilia Perez” y “Wicked”, sean penosos en su impostada creatividad. Gloria Ucrania!!!

 

PD. Incomprensiblemente ha sido un fracaso de taquilla, recaudando 20,3 millones de dólares con un presupuesto de 110 millones.

domingo, 16 de marzo de 2025



THE KILLER (1989)

 

Pretencioso y petulante ópera de violencia sobreactuada, que se cree mucho más de lo que es, en su mil veces vista historia donde dos doppelgänger termina unidos, sin aportar nada por medio, con diálogos pomposo que buscan mármol para ser esculpidos en su acartonamiento, ejemplo es como nada más conocerse los ‘0antagonistas’ no hacen más que alabarse uno al otro (como diría el sr Lobo: ‘Vamos a dejar de chup….s las p….s’). Dirige y guioniza el chino John Woo, protagonizando las estrellas hongkonesas Chow Yun-fat y Danny Lee, junto a la mujer florero Sally Yeh. Chow interpreta el papel del asesino Ah Jong, quien accidentalmente deteriora la vista de la cantante Jennie (Sally Yeh) durante un tiroteo. Más tarde descubre que la cantante requiere una costosa cirugía si no quiere quedar ciega, por lo que decide realizar un último y arriesgado trabajo para ayudarla. La película se convirtió en el trampolín de Woo para llegar al cine de Hollywood, siendo de influencia para cineastas como Quentin Tarantino, Robert Rodriguez o Johnnie To. Film este que de modo muy superficial se tratan los códigos de honor, la amistad, la lealtad, o el sacrificio por un bien mayor. Por cierto, esto algo que traba muy mejor (pero mucho más) el genial Sam Peckinpah en films como “Duelo en la Alta sierra”, “Grupo Salvaje” o “Pat Garret and Billy The Kid”.     

 

Woo hace un compendio de todos los clichés del más ajado cine de acción ochentero, con sicarios de buen corazón con códigos morales, policías de buen corazón, una damisela en apuros, escenas de acción a cámara lenta, decenas de mercenarios con peor puntería que los clones de star wars, música techno que te hace pensar estas en una disco, y mucha secuencia en cansino slow y los congelados (quiere copiar a Peckinpah y le queda como el culo), por cierto, la acción penosamente montada, te cuesta saber que está pasando con tanto cambio de perspectiva, a lo que se suma la manía de hacernos ver que los buenos son cuasi súper héroes, pues no parecen afectarles los disparos, siguen con agujero sangrando como el que se ha cortado una uña. Lo de este asesino a sueldo protagonista es el más aparatoso de la historia, es un elefante en una cacharrería, entra a saco, a pecho descubierto, descargando balas de un modo sociopático (le da tres disparos a un objetivo y dobla los proyectiles de forma histriónica). La historia resulta de los más previsible, el comportamiento de los personajes es de lo más estrafalario. Con un tropel de escenas de tiroteos, alargadísimos, caóticos, con una labor de edición penosa, donde termina por darte igual lo que les pase a los protagonistas, y es que por momentos las secuencias de violencia se asemejan a un videojuego, algo sin alma. Con coreografías rimbombantes con giros y saltos ridículos, donde se repite hasta lo jartible lo de los dos némesis pegados apuntándose uno al otro. Con un mensaje bastante discutible, pues se busca la redención mediante seguir matando,

Por cierto, las famosas palomas de Woo tuvieron aquí su primera aparición.

 

Woo comenzó a filmar “The Killer” con un borrador cuya trama estaba influenciada por las películas “Le Samouraï” (1967), “Mean Streets” (19739 y “Nara-zumono” (1964). Woo deseaba hacer una película sobre el honor, la amistad y la relación de dos personas aparentemente opuestas. Después de terminar el rodaje, el cineasta se refirió a The Killer como un homenaje a los directores Jean-Pierre Melville y Martin Scorsese. En realidad, es una cosa Pulp, sin profundidad alguna, que hace una mezcla de mitología samurái y cine negro, con dosis de melodrama traídas de “Obsesión” (1954), más elementos de la chaplinesca “Luces de ciudad” (1930).

 

El sicario Ah Jong (Fat) realiza su último trabajo para la Triada de Hong Kong, pero accidentalmente deteriora la vista de una joven cantante de club nocturno llamada Jennie (Yeh) con un destello de munición. Después del ataque, Ah Jong comienza a ver a Jennie actuar en el club nocturno y la escolta a su casa cuando es atacada por los matones. Jennie y Ah Jong comienzan a enamorarse durante sus frecuentes visitas a su apartamento. Impulsado a ayudarla a conseguir el dinero para un trasplante de córnea que pueda salvar su vista, acepta un último y arriesgado trabajo. Li Ying (Lee), un detective de la policía, ve a Ah Jong completando el trabajo pero el asesino escapa. El jefe de la tríada, Hay Wong Hoy (caricaturesco Shing Fui-On), traiciona a Ah Jong y en lugar de pagarle, envía a un grupo de sicarios para matarlo.

 

Woo marca sus cartas desde su arrogante inicio, colocando a su protagonista lujosamente trajeado (incluso con un fular blanco) en una iglesia (con una tormenta exterior) llena de cientos de velas enardecidas, con decenas de palomas por todos lados, creando un suntuoso cuadro lírico, parece estar preparándose para un trabajo, como queriendo ser protegido por Dios (¿?). Recibe de viejo amigo una foto, dinero y las armas necesarias para su trabajito, y se marcha del lugar en slow (ello sin sentido, pues solo es aquí un artificio vacío). Tras lo que el sicario penetra en un restaurante para eliminar a su objetivo, allí hay una hermosa mujer cantando a los asistentes, y se arranca el primer abracadabrante tiroteo, con balaceras esperpénticas, agujeros en los cuerpos a doquier, cadáveres aquí ay allí, sangre salpicándolo todo, con gente saltando de un lado a otro, con los malos con peor puntería que los delanteros del Eibar, el sicario campa a sus anchas por el lugar todo erguido, a dos pistolas disparando de un modo astracanada, descargando decenas de proyectiles sobre los cuerpos de sus enemigos, demostrando que sus pistolas no tienen fin en el cargador, cuando se hace el milagro y parece ser que se le terminan ( ose cansa de disparar siempre lo mismo) da una patada a una mesa y un revólver vuela a su mano para disparar a un tipo con escopeta. En la refriega la cantante (congelado de imagen que te crió) aparece y él sicario intenta protegerla, con éxito dispar, impide la maten, pero queda ciega. Al sicario le han pegado un tiro en la espalda, pero esto para los superhéroes es como un padrastro y posteriormente le extrae la bala y a otra cosa mariposa, sin reposo ni nada, que se hace tarde. La ceguera de Jenny se convierte en una epifanía bastante simplona para el sicario, que decide dar un giro a su vida.

 

Tras esto pasamos a como el sicario se enamora del daño colateral de la cantante cegada y cual Chaplin en “Luces de ciudad” pretende curarla de su ceguera. Por otro lado, conoceremos a su doppelgänger en lado de la justicia. Y cuando el policía, en un tiroteo contra el sicario observa que este tiene corazón (lleva a una niñita herida al hospital) se siente atraído pro el carácter de este, con lo que ya sabemos del bromance que se establecerá, con vértice en la cantante. Por el camino persecuciones, asesinatos, carnicerías, masacres, lealtades torcidas, traiciones, honor, orgullo, amistad contranatura. Hay una ‘divertida’ escena en que se aprovecha la ceguera de Jenny para crear un gag en que los doppelgänger juegan a hablar en clave en medio de la invidente, lo malo es que de aquí sale la vergonzante forma de llamarse entre si (Dumbo y Mickey Mouse)

 

Pero aquí el jugo son las escenas de acción, intentando Woo ir más allá en cada escena, pero en realidad termina por cansar con la iteración de escenas similares. Solo intenta innovar en el rush final circular, pues el clímax se da en la misma iglesia del inicio. Ahora invadida por centenares de malos malísimos vestidos ridículamente de blanco, cual clones (incluso con su misma puntería), hordas impersonales que surgen por combustión espontánea por todos lados. En una secuencia con claras reminiscencias a la ‘peckinpahiana’ “Wild Bunch”, pero en plan pobre, donde de modo fachoso está la ciega dando vueltas, y para colmo aparece de la nada un monje, forzando la máquina hasta provocar la risa en vez de la emoción.

 

Las actuaciones resultan meros arquetipos de todos, definidos en sus estereotipos y donde solo van hacia adelante, sin dilemas morales, sin dudas, meros autómatas. Ni tan siquiera se disputan a Jenny, de la que claramente están enamorados ambos.

 

Spoiler:

 

Rush final: Ah Jong y Li Ying, tras haber acabado con la jauría interminable de malos, tiene ante sí a Hay Wong Hoy que tiene apresada a Jenny. Obligando a los dos a desarmarse, ellos obedecen, pero teniendo una gran estrategia (ataque de cinismo), aprovecharan que Hoy dispare a Mickey para aprovechando esto, Ying coger una pistola que Mickey tiene en la cintura y disparar a Hoy en el costado, una ridiculez como un rasca cielos de Hong Kong. El malo hiere de muerte en el abdomen a Mickey, y Dumbo consigue disparar a Hoy, pero solo lo hiere. Mickey muere en una especie de escena que recuerda a la de “Duelo al Sol”, Mickey malherido letalmente, busca arrastrándose a Jenny, esta hace lo mismo, pero incomprensiblemente no acierta a dar con él por el sonido (¿?). Mickey muer con Jenny deambulando en busca de él. Llega la poli justo cuando todo ha terminado. Hoy busca refugio con la `policía para que lo detengan y así impidan de con él Dumbo, pero este se acerca y lo mata a bocajarro ante la presencia policial, que termina deteniéndolo.

 

Woo ya estaba en su segunda década tras las cámaras, habiendo dirigido previamente todo tipo de películas, desde adaptaciones de ópera cantonesa hasta películas de kung-fu y comedias. Estas últimas se convirtieron en una especialidad para Woo, pero también habían empezado a reportarle rendimientos decrecientes. La película de Woo de 1986, “A Better Tomorrow”, cambió eso, revelándolo como un magnífico director de escenas de acción con la capacidad de aportar peso temático y grandeza operística al cine policial. La película fue notable por sí misma, pero también sentó las bases para futuros desarrollos, emparejando a Woo con el protagonista habitual Chow Yun-Fat y ayudando a despertar el interés por las historias ambientadas en el submundo criminal de las tríadas. Con un mayor presupuesto, una audiencia más amplia y mayores expectativas.

 

Quizás se no se hubiera tomado tan en serio a si misma la película la habría disfrutado, pero la solemnidad la hace bajar enteros. Gloria Ucrania!!!

jueves, 13 de marzo de 2025

 


EROTIKON

 

Turbador melodrama mudo checoslovaco, que con una valentía asombrosa muestra secuencias de una fuerza erótica nunca vistas hasta entonces, ello con un poderío sensual incisivo gracias a las alegorías visuales, ello ensamblado orgánicamente para un relato de pasiones desbordadas. En 1993 se descubrió una frágil copia en nitrato de la última película muda de Machaty (ex pianista de cine), “Erotikon”, restaurada minuciosamente. Dirige en su tercer largo Gustav Machatý (último mudo) adaptando el guión de Vítězslav Nezval, al igual que su famoso “Extase” en 1933 (lanzó la carrera internacional de Hedy Lamarr al exponer sus encantos desnudos) ganó fama internacional por su escena de desnudo, aunque en la versión que he visto no aparece. Machatý y su DP Václav Vích crean una sinfonía de simbolismos de calado apoyándose en una labor prodigiosa de edición, que ha sido tildada por su vigor expresionista con los montajes soviéticos, que proyecta una sensación inmersiva en sensaciones de lujuria desbordante, con superposiciones y yuxtaposiciones (gotas de agua deslizándose húmedamente por cristales empapados, locomotoras de vapor avanzando a toda mecha, …), para provocar el fotograma oculto en el subconsciente del espectador. Una narración sin sorpresas, se la puede tildar de previsible, de frágil historia, en un relato sobre deseos, lujuria, amores núbiles, celos, embarazos no deseados, adulterios, traición, y ansias de redención. "Erotikon" del título encaja con tema general de la pasión, solo aparece en la película en etiqueta de frasco de perfume el desconocido da a Andrea, primer paso en su seducción.   

 

Al comienzo de la película, George Sidney (Olaf Fjord) corre para alcanzar un tren. Lo pierde y termina en la puerta del jefe de estación, Ihr Vater (Karel Schleichert). Lo admiten a regañadientes. Su baúl está cubierto de pegatinas de todo el mundo. Parece ser un hombre rico y de buen gusto. Soborna al jefe de estación con una botella de whisky y un encendedor de plata para pasar la noche. El jefe de estación llama a su hija, Andrea (Ita Rina), para que prepare la sala de invitados. Las chispas saltan entre George y Andrea. El jefe de estación se va a trabajar en los patios y los dos jóvenes se quedan solos en la casa.

 

El juego de atracción sexual hasta llegar al clímax, ello sin mostrar desnudez o caricias en partes erógenas, todo un neurálgico juego de insinuaciones: Durante una torrencial tormenta. Hay ese primer plano punzante de los ojos de Andrea que ya seducen al ‘invitado’. Está el juego sexual sobre como George quiere aplicar con sus dedos unas gotas de perfume en el cuello de ella, Andrea se resiste y termina quedándose el frasco regalado por él. Arrolladora representación de la sexualidad, con foco en la femenina. Andrea se va a la cama no sin antes mojarse los dedos en Erotikon, y puede esto tenga efectos afrodisiacos. Pues se sume en sueños calientes, la cámara acoge la parte superior de su cuerpo, el cuello y brazos sensualmente dilatados sobre su cabeza, sus rodillas desabrigas prevalecen debajo de las cubiertas. Por la mañana se levanta ella con su bata para contestar el teléfono y George mira sonriendo sus rodillas que poya en una silla distraídamente. Tras lo que hay un juego de miradas pícaras entre ellos, algo se dicen. Hasta que él decide coger su dedo en el que ella se ha puesto ‘Erotikon’, ella se deja y él lo besa y chupa, la cámara muestra en ardiente primer plano como ella se excita con sus ojos cerrados dejándose ir. Él le coge la cabeza sensualmente con sus dedos entre sus cabellos, la aprieta y besa apasionadamente. El objetivo se deleitas en planos subjetivos extasiados de ambos, ella ya tumbada en la cama lamiéndose un dedo, hay una edición maravillosamente fragmentada, con imágenes en subjetivo cimbrando la habitación por la mirada. Ella le coge de los cabellos hacia ella (en lo que puede parecer un cunnilingus). Hay un fundido en elipsis. Vemos él la besa en el cuello, aparentemente ya han culminado. En una escena pionera de reflejo del sexo más tórrido en pantalla, tuvo que ser para el espectador de entonces rompedor el momento. Tras ello vemos una gota de agua deslizándose por un cristal, entiendo que es un espermatozoide. Hay un plano de una ventana por la que se ve una intensa lluvia exterior. Volvemos a los amantes, ella sentada en la cama le pone un cigarro en la boca de él que le acaricia el cabello. Tras ello saltamos a unas ruedas de tren poniéndose en marcha, está el humo de la locomotora y está Andrea que se despide de su amor furtivo en un plano contrapicado muy Eisenstein, con las nubes al fondo marcando el dramatismo emocional del momento. Tras ello un montaje de catenarias de tren pasando a toda prisa contra el cielo nuboso. Tras ello George está duchándose, se seca, se sienta en la cama y se pone un cigarro encendido en la boca y fuera de plano aparece una mano que se lo quita de la boca. Hay un corte y vemos el rostro melancólico de Andrea tras una ventana. No ha pasado ni 20 minutos y la cinta ya ha dejado huella por su garra emocional en delinear con cincel pétreo a los personajes. Ella una joven pura marcada por ese primer amor, y él un Don juan viajero con amantes aquí y allí.

 

Hay una deconstrucción políticamente incorrecta de instituciones ‘sagradas’, desde la familia, donde el padre de ella es tan ingenuo de dejar a su virginal hija con un desconocido mientras él va al trabajo, se adentra en los embarazos fuera del matrimonio, muestra un abuso sexual, hay un matrimonio por inercia, donde no se muestra amor, y se expone a la mujer como una promiscua (hay dos mujeres en la película y ambas son infieles a sus maridos), y hay una muestra de esposos bobalicones y necios (uno de ellos no se da cuenta de que ha emitido al lobo en el gallinero).Es una representación hedonista y decadente de los amores, que parecen solo son posibles con pasión cuando son clandestinos.

 

Hay otros momentos primorosos en el juego de metáforas que bajo lo que se ve dicen otra cosa. Ejemplo de esto es la partida de ajedrez entre el marido de Andrea y George, con ella junto a su esposo, pero deseando que gane el ‘amante’, varios minutos de tensión, donde lo importante es el sutil juego de miradas, de como ella ayuda escondidas a George, hasta que no aguanta y hace por coger con sus manos piezas para que no pierda George, cual si el ajedrez fuese una competición de hombría.

 

La historia en si resulta algo empalagosa en su reflejo de amores fatales, creando una telaraña de amantes e infidelidades que solo pueden acabar pasiones descontroladas. Para ello entra en acción una sub trama con Gilda (Charlotte Susa) como una libertina amante de George, esta casada con un celoso tipo, Hilbert (Theodor Pistek) que descubre el engaño. Esto deriva en un tenso tramo en el rush final, con el amante aparentemente descubierto, donde una polvera desencadena el drama final.

 

La cinematografía de Václav Vích resulta un protagonista más en su poder de transmitir emociones, una cámara como no recuerdo en el cine mudo, muy ´ágil, fluida, con mucho subjetivo, aparentes tomas a mano, travellings, con secuencias de la naturaleza como reflejo de alegorías, con primeros planos de objetos y manos para expresar tensión dramática, pero sobre todo esos trémulos juegos de miradas.

 

Andrea interpretada por Ita Rina, ex Miss Eslovenia de 1926, cuyo puente de la nariz parece unirse a su rostro en algún lugar en medio de su frente, dándole un perfil dramático. Posee unos enormes ojos que seducen que otorgan un semblante magnético. Tiene una actuación prodigiosa en su expresividad estremecedora, sublime en las escenas de sexo, su faz es de los que recuerdas en su exhibición del orgasmo, con ese sutil arqueo de espalda, esto duplicado en la secuencia que da a luz, como si placer y dolor fueran lo mismo. En 1931 Ita se convirtió del catolicismo a la ortodoxia serbia para casarse, y su nombre pasó a ser Tamara Đorđević. El mismo año recibió una oferta de Hollywood que su nuevo marido vetó; aunque ella continuó actuando en películas checas); Olaf Fjord como el mujeriego George cumple con creces, sin histrionismo, pero diciendo mucho con su lenguaje gestual y de mirada, sin ser una caricatura de malvado. Aunque maquillado de modo grotesco con los cánones de hoy día, con labios y ojos pintados para remarcar su expresividad; Theodor Pištěk como Hilbert, expone gran fuerza dramática en su sufriente actuación; Luigi Serventi como Jan, el esposo sin pasión, más bien de conveniencia acomodaticia, un manso que incluso se da cuenta de una potencial infidelidad de ella y se comporta de modo flemático con ella, me cruje su aséptica personalidad; Charlotte Susa tiene poca cancha, aun así deja sello de libidinosa calurosa; Karel Schleichert como el padre de Andrea, el guardián del paso a nivel. Desconcertante como nos lo muestran en el tramo inicial con pendencias con los compañeros de curro por su hija, pero de esto se olvida la película de modo grosero. Por otro lado, notable el actor derrochando carácter.

 

Una de las peculiaridades de la narración muda es la importancia que se da a los objetos, como una botella de whisky, un mechero, un frasco de perfume (Erotikon), un cigarro, un piano, una llave, una carta, una polvera, etc.  

 

Spoiler:

 

El final el cuento moral queda en que el mujeriego George obtiene una muerte por bala de uno de los ‘cornudo’, Hilbert, este cree tiene a su esposa escondida en le dormitorio, cuando en realidad es Andrea. Escena esta rodado con gran pulso dramático, con tensión con misterio, con punch en su edición enérgica. Andrea termina huyendo ante el jaleo, para ‘hipócritamente’ volver a caer en los brazos (acomodados) de dejan, no sin antes quemar la carta donde exponía que huía con George. Al final el cuento moral salva a las mujeres, pues Andrea retorna con la vida fácil de su esposo y Gilda probablemente se quede con la ‘fortuna’ de Hilbert que o entrará bastante tiempo en prisión o será condenado a muerte.

 

Gustav Machatý se fue a Hollywood, pero sin disfrutar de un éxito comparable: cuatro contribuciones no acreditadas a grandes producciones como The Good Earth fueron seguidas por un descenso al departamento de cortometrajes y luego a películas de serie B. Aun así, eso lo sacó de Checoslovaquia durante la guerra, por lo que puede haberle salvado la vida. Al regresar a Europa, logró un largometraje más, diez años después, en 1955, y trabajó como profesor en una escuela de cine alemana. Sin duda, merece ser recordado por sus dos famosas y cinematográficamente sofisticadas exploraciones del amor y el sexo, pero no puedo evitar preguntarme cómo serán sus otras películas.

 

Melodrama a reivindicar en electrizante modernidad, aunque con un débil relato, si es potente en su filmación y, y sobre todo en como expone el sexo. Gloria Ucrania!!!

 

PD. Las escenas exteriores se rodaron en Praga y Karlovy Vary.