Pam & Tommy
Atractiva serie que va de más a menos,
sintiéndose que va decayendo conforme avanza, sintiéndose que 8 capítulos son
excesivos para lo que se cuenta, seguramente con la mitad o incluso con una
película se podría haber dado más solidez narrativa. Comedia gamberra con
ribetes de reflexión que son los primeros capítulos, dejarse llevar por el
drama seco en su devenir. Cuenta la historia del convulso matrimonio (desde que
se conocieron hasta que se casaron tardó 4 días) de famosos (la playmate
vigilante de la playa) Pamela Anderson y (el batería de los Mötley Crüe) Tommy
Lee, y de cómo le sustrajeron una cinta con material íntimo (el primer video
viral de la historia), como afectó esto a sus vidas, a la par que se da un
retrato del tipo que robó dicha cinta. Basándose en el artículo de Rolling
Stone de 2014 "Pam and Tommy: The Untold Story of the World's Most
Infamous Sex Tape" de Amanda Chicago Lewis, la serie fue creada para Hulu
por Robert Siegel. Pamela Anderson no quiso participar en la serie, Tommy Lee
tampoco lo hizo, pero si la apoyó (mal asunto, pues esto resto saña con este
más que violento tipo).
La irregularidad del devenir de la serie seguro tendrá
mucho que ver que los tres episodios son dirigidos por un mordaz realizador
australiano, como Craig Gillespie (“I, Tonya”), aportando un ritmo trepidante
(muy a lo Scorsese), en los que demostraba un sentido del humor vitriólico
(epítome, por supuesto, la muy comentada escena de Tommy con su [aclamado]
pene, escena sacada de su auto-biografía), mucha comedia sexual, mezclado con
el drama ingenioso y agudo, humanizando a los protagonistas. Mientras que el
resto de los 8 capítulos los dirigen de modo desigual Lake Bell (4º y 7º),
Gwyneth Horden-Payton (5º y 8º), y Hannah Fidel (6º), dejando la esencia de lo
que quieren contar en su deconstrucción de las celebridades endiosadas, y a
pesar de ello son humanos que sufren, entrando por supuesto en la violación
absoluta de la intimidad y como se le da Patente de Corso al que desee
invadirla, una ácida crítica a como por ser famosos se llegan a difuminar los
límites entre vida pública y vida privada. Pero cuando Gillespie deja la serie
parece que se dispersan en el tono, no sabiendo si es comedia o drama, si tirar
por la sátira en que se hace una semblanza narcisista de las celebrities o
poner todo para ser seria. Asimismo, vale como lienzo del cambio de los tiempos
en los 90 que supuso la llegada de internet y como lo cambió todo. Serie que
habla de egolatría, complejos, traiciones, pornografía, nuevas tecnologías, machismo.
Tiene entre sus méritos las notables caracterizaciones
del trio protagónico. Tenemos a una sensacional Lily James como la sex symbol
canadiense Pamela Anderson, transmutada tras un formidable maquillaje en la
mítica vigilante de la playa, te olvidas de la actriz y ves a la Anderson. Pero
es que esto lo adorna con un rol que derrocha empatía en su fragilidad e
ilusión vitalista, una dulce espectacular mujer, se la ve con virtudes y
defectos, con energía sensual, pero también sufriendo en su avatar
‘videocaseril’ (estremecedora durante el interrogatorio, con preguntas
humillantes; también excelente durante la entrevista de Jay Leno). Se erige en
imprevista defensora de los derechos de las mujeres, intentando que la tomen
por actriz y no como mujer florero. Donde en lo que respecta al viral video de
marras, él es un ‘machote’ y ella un ‘putón’ (¿?); Su partenaire es un
electrizante Sebastian Stan (conocido por ser en la factoría Marvel ‘soldado de
Invierno’) dando vida la arrollador Tommy Lee, un ‘Bigger Than life’ en su
personalidad desbordante, altiva, egocéntrica, clasista, al igual que la James,
su metamorfosis en el baterista de Mötley Crüe es impresionante en su imagen.
Pero es que a esto le acompaña como se hace con el rol real, con sus gestos,
poses, manera de moverse, forma de hablar, con su visceralidad, impulsividad,
nervio, componiendo un carácter poliédrico, capaz de lo peor y de ser cariñoso
(muy buena la escena en el avión tras casarse y se preguntan por sus gustos). Teniendo
un gran momento (el que da sentido a la serie) cuando se enfrenta a Rand (con
una valla por medio) y le dice que él si se merece lo que le pase, pero y ella?
(Aunque la serie evita la polémica del consumo de drogas, que no aparece por la
serie, cuando era algo sabido que Tommy era un drogadicto); Y entre ambos hay
una excelente química, con ententes chispeantes, inundando la pantalla con su
carisma, haciendo creíbles sus momentos de amor y sus enfrentamientos, dos
seres que residen en una burbuja que parece infinita de felicidad, pero que los
pecados de uno de ellos hace que su Edén se agriete.
El tercer vértice de esta historia es Rand Gauthier, el
tipo que al sentirse estafado (y con razón, según vemos en pantalla) roba la
caja fuerte de Tommy, y esta lleva ‘premio’. Seth Rogen está maravilloso como
ese perdedor al que todo le sale mal, un bonachón del que todo el mundo se
aprovecha, el actor borda el personaje con una gran vis cómica, proyectando el
patetismo de su carácter, actúa por venganza, mientras el mismo cava su propia
fosa arrastrado por cómo no es capaz de dominar la Caja de Pandora que ha
abierto y que amenaza con aplastarlo. Estupenda actuación. Cercenable la metida
con calzador historia con su ex.
Resto son secundarios que aprovechan sus momentos. Andrew
Dice Clay aterrador como el violento prestamista Butchie; Nick Offerman como el
tío Miltie, es una serpiente ladina y traicionera avarienta; Taylor Schilling
como la ex de Rand, actriz porno orgullosa y soberbia, sobre todo parece estar
para el discurso final que da a Rand sobre la diferencia entre un video porno
que ella hace y el video robado de entidad sexual, un alegato bueno, pero se
nota algo artificioso; DeMike Seely como Hugh Heffner, dueño de Playboy, en una
sola escena con una tierna conversación con Pam Anderson se erige en especie de
guía espiritual de ella, le dice: conversación con Hugh Hefner (Mike Seeley)
en Pamela in Wonderland (T1E6): "La gente te pagará por ser la Pamela que
quieren ver. Pero esa cifra nunca representará lo que vales", le dice el
dueño de Playboy. (sabiendo lo que sabemos del ‘pájaro’, estos e antoja
inventado)
Curiosamente, el primer episodio se centra en Rand Gauthier,
un ex actor porno, que ahora se dedica a la carpintería, estando en un trabajo
para Tommy Lee en su dormitorio, este no hace más que cambiar sobre la marcha
lo que desea: Tommy se pasea por su casa como la imagen de un narco, en
gayumbos, con un batín y armado con rifles de asalto, tremendo. Rand tiene que
aguantar todos los caprichos de la estrella del rock, incluso deben escuchar el
sexo que tiene con la Anderson. Todo esto en un tono de comedia negra. Con la
catarsis de cuando Tommy humilla a Rand despidiéndolo por llamarle (más o
menos) un chapucero en su trabajo, y echándolo a punta de arma de la mansión.
Esto provoca la ira de Rand que decide robar la enorme caja fuerte que hay en
el garaje. Ello en una secuencia muy bien trabajada mezclando suspense y humor,
pues los métodos de Rand no son parecidos precisamente al Ethan Hunt de “Misión
Imposible”; El segundo capítulo es sobre cómo se conocieron y casaron (en una
playa de Cancún) Pam & Tommy, cada uno con su carácter, los dos realmente muy
infantiles en su comportamiento travieso, con una jocosa escena en la disco,
luego el cortejo feroz de Tommy que acaba con ambos en México (Tommy a Pam:
"A tu lado, Carmen Electra es una bruja!" ¿?), tenemos la escena de
la disfuncional (y descacharrante) charla entre Tommy y su ‘Dick’ (v.o. de
Jason Mantzoukas), implorándole no le falle, y por supuesto fornicando
salvajemente (necesaria escena para sintamos la electricidad sexual que había
entre ellos); en el tercero se mezclan las dos sub tramas. Por un lado Rand intenta
vender sin éxito la cinta a medios para adultos y todos reniegan por los
peligros de ser demandados, pero Rand descubre internet. Por otro lado está Pam
Anderson que está cansada de la serie “Baywatch”, de cómo la denigran en sus
aspiraciones dramáticas, solo es un cuerpo que lucir en bañador rojo, y prepara
su salto al cine con “Barb Wire”; Pero entonces los mandos los deja Gillespie y
la cosa, sin ser mala, si se nota cierto bajón. El nivel bizarro tipo ‘habalr
con el pene’ se deja a un lado, se empieza a tomar en serio. Donde las
desventuras de Rand resultan desequilibradas y alargadas, aun teniendo sus
buenos momentos (Rand psicoanalizándose sobre como todo el mundo se aprovecha
de su bondad y decide romper con ello para ser ‘cobrador de deudas’), y donde
la batalla de la pareja de celebrities emprende una odisea por conseguir no se
emita la cinta, y teniendo buenos momentos (me encanta en el 7º cuando Pam
& Tommy van a ver de incógnito a un cine “Barb Wire”, y escuchan al público
ridiculizar el film; o la entrevista que Jay Leno [un pasadísimo de maquillaje
protésico Adam Ray]), también hay mucho michelín a liposuccionar (sobrándome la
idealización de la Mansión Playboy); Llamándome la atención como justifican (subliminalmente)
que no le den a Pam los papeles que le dieron a Kim Basinger y a Liz Hurley
respectivamente en “L.A. Confidential” y “Austin Powers”, por el susodicho
video erótico (no cuela!).
Y todo acaba de modo un tanto in media res.
Spoiler:
Tommy acepta presionado por Pam vender los derechos de
la cinta a un ‘tiburón pornográfico’, Seth Warshavsky (notable Fred Hechinger,
sobre todo en el enfrentamiento con Pam & Tommy, muy seguro de sí mismo en
su diabólico plan) de internet, para que este pueda cobrar por ver el video, y
de este modo lo vea menos gente. Pero esto fue poner puertas al campo. Lo que
no nos cuentan es que Pamela Anderson tuvo el bebe que se ve en la serie, pero
otro más. Y lo más importante, que la relación Pam & Tommy no fue precisamente
una balsa de aceite, pues la violencia de Tommy con ella fue la nota
predominante, siendo incluso encarcelado Tommy por ello (acusado de pegar a Pam
con uno de los hijos en brazos de ella). Por lo que uno se siente un poco
(siendo benévolo) estafado por el reflejo buenista de esta tormentosa relación.
Seth Warshavsky, pionero de
internet dedicado a la industria pornográfica vendió los derechos del video
casero a Vivid Entertainment por 15 millones de dólares.
Serie recomendable, pero que podría haber sido mucho
más si se hubiera sintetizado más y haber puesto más mordacidad en la segunda
mitad, donde pierde fuelle. Gloria Ucrania!!!
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