EL CUARTO PODER.
Notable film que homenajea con vigor a
la reivindicable profesión del periodismo como ese poder que debe ser crítico
con el poder, el que debe destapar sus corruptelas. Siendo una obra que no ha
perdido potencia en sus 70 años desde su estreno (14/05/1952), siendo su idea
transportable a nuestros días, donde ya los periódicos a papel están en desuso,
y son las webs las que han tomado el poder, pero su idea de cómo los poderosos
intentan manipular para que sus vergüenzas no salgan a la luz sigue siendo
actual, y como frente a ella están los sensacionalistas, los ‘abrazafarolas’ del
poder, o el dique de la pureza del periodismo independiente de investigación
que no se deja manosear, la Libertad de Información, la imparcialidad vs La
Prensa Paniaguada. Advirtiéndonos (diáfanamente en el febril discurso del protagonista
ante el juez del peligro de que la prensa se concentre en unas pocas manos, y
es que en la diversidad está la competencia por buscar la Verdad, los Monopolios
(en este caso el mediático) no son buenos.
Film escrito y dirigido por Richard Brooks (Brooks,
quien en sus inicios fue periodista en prensa y radio) en un tono de cine negro
que riega el metraje de diálogos y monólogos incisivos, con secuencias
vibrantes, con humor, drama, intriga, y un desarrollo fluido, muy ingenioso en cómo
va entrelazando sub tramas para unirlas luego. Historia de un editor de un
periódico que encarna de modo magno por Humphrey Bogart, embarcado en el
probable último día de su periódica ‘The Day’, mientras debe lidiar con un caso
de un sindicalista mafioso (al que da vida con fuerza Martin Gabel, aunque hay
una escena en que me da la impresión en que durante una llamada telefónica desvía
la mirada a la cámara en repetidas ocasiones), con que su amada ex (buena Kim
Hunter) está prometida a otro, mientras el periódico pende de un hilo al estar
pendiente de la decisión de un juez para su venta aun magnate de los medios o
que se lo quede la viuda (gran Ethel Barrymore) del dueño y con ello mantenerse
en pie el “The Day”.
Arranca de forma ágil, con el
objetivo en la redacción del ‘The Day’, saltando de un periodista a otro,
exponiendo el caos que allí se vive, presentando a los secundarios, hasta
desembocar en el despacho del protagonista Ed Hutchenson (Humphrey Bogart). Y
es que es una cinta muy dinámica que no llega a la hora y media, sintetizándolo
todo de forma estupenda para tener al espectador (ósea, yo) imantado a la
pantalla, con una descripción del mundillo periodístico formidable en como
muestran las redacciones como una aparente anarquía maravillosa, con reporteros
yendo y viniendo, el repiqueteo de las máquinas de escribir, con contrastes de opiniones,
con peleas, con llamadas telefónicas, con tensiones, donde el árbitro el
redactor jefe que pone orden en este aparente desbarajuste. También exponen las
interrelaciones en las redacciones, sus roces, pero sobre todo su camaradería,
y nunca más espléndida que en la escena coral del ‘funeral’ al ‘The Day’ en el
bar, con los periodistas allí de forma mordaz haciendo su particular panegírico
por el ‘recién fallecido’, una devastadora farsa muy al estilo irlandés entre
alcohol y risas que esconden el drama.
‘The Day’, un periódico en el
que el director es nuestro protagonista principal, Ed Hutchenson. ‘The Day’ es
uno de los pocos periódicos donde se busca una visión que vaya más allá de la
mera información, sin amarillismo (epítome cuando Ed coge un periódico de la
competencia y en portada tienen la foto de un cadáver, él dice que venderá
muchos, pero ese no es su estilo, no son sensacionalistas; esto no ha perdido
un ápice de vigencia con hoy día) y podríamos decir que practican el periodismo
libre.
Hay una muy buena sub trama
sobre como los herederos del dueño del periódico deciden venderlo a la muerte
de su padre (y con ello siendo engullido por un poderoso de la competencia que
lo hará desaparecer), enfrentándose a su madre, mostrando con ello el choque
generacional, donde los mayores se atienen a principios morales y la juventud
se acoge a lo material crematístico. En el lado de los mayores está Margaret
Garrison a la que da vida con gran carácter Ethel Barrymore, que mantiene
excelentes ententes con Ed/Humphrey. En esta sub historia queda patente como el
dinero intenta torcer la información, anulando al rival y con ello imponiendo
una idea menos que confrontar, y esto es muy peligroso.
Está la sub trama criminal,
centrada en el mafioso Tomas Rienzi, tipo con poder que intenta mover los hilos
para que no se le investigue, para anular que vayan a por él, como otra vez el
dinero compra voluntades, en este caso de políticos y con ello pretenden
autopistas de corrupción y crímenes impunes.
La sub trama romántica no
estorba como en muchos films que se nota metida con calzador, aquí sirve para
limar la personalidad del protagonista, para veamos su nobleza, y a la vez
veamos su enorme vocación por el periódico, expuesta en los comentarios que una
Kim Hunter punzante hace a Ed.
Teniendo la cinta escenas de
una gran consistencia emocional, siendo uno de los clímax la visita al ‘The Day’
que una anciana madre (maravillosa Kasia Orzazewski) de una mujer asesinada
(mujer emigrante). Siendo uno de los mensajes del poder de la prensa y como es
parte de la sangre de las venas que corre por USA, esta mujer le dice a Ed que
ella aprendió a leer leyendo su periódico, conoció las formas del país a través
de leer las noticias, y si estaba allí y no ante la policia u otro medio, es
porque el ‘The Day’ trató con respeto la muerte de su hija, y no la sacó en
portada asesinada. Ed le pregunta que si no tiene miedo, y ella le responde: ‘Usted
no tiene miedo. Su periódico no tiene miedo. Yo no tengo miedo’. Devastadora
muestra de orgullo y dignidad. Todo en un crescendo dramático muy bien llevado
hasta su satisfactorio final, de los que te deja con una mueca de placer, sin
ser complaciente.
Humphrey Bogart da vida al
editor jefe Ed, con un carisma y personalidad tremendos, íntegro,
incorruptible, honesto, se sabe con la responsabilidad hacia sus 1500 trabajadores
del ‘The Day’, pero sobre hacia sus fieles lectores, a los que nunca da basura
amarillista, brillante actuación con varios picos impresionantes, como el
discurso que le suelta al juez ponderando la valía atemporal de la Prensa Independiente
como contrapeso a los tejemanejes de los corruptos en las altas esferas, como
en el encuentro en el coche con Tomas Rienzi, en la visita nocturna a su ex, o
como un feroz interrogador con el hermano (notable Joseph De Santis). de una
víctima, siendo el colofón la llamada telefónica con Rienzi al final,
sensacional actuación. Siempre con un punto de cinismo sardónico peculiar (ejemplo
la frase referida al pretendiente de su ex: "No me gusta. Pensaré en una
razón más tarde"); Entre los secundarios, aparte de los ya mencionados
destacar al siempre buenísimo Ed Begley.
Se le puede achacar cierto
tono patriotero que deja caer durante el metraje (los discursos ante el juez,
se escuchan notas del Himno de la República, o en los comentarios de la Sra. Schmidt
ensalzando USA), pero yo lo siento como un aviso a navegantes para salvaguardar
la esencia de una nación que tiene ese enorme Cuarto Poder de los medios de comunicación,
sobre todo en un tiempo oscuro en USA con el daño que hizo la ‘Caza de Brujas’
del siniestro senador McCarthy, entonces en su ferviente candor, siendo uno de los
más beligerantes contra esta ‘tiranía paranoica’ precisamente el protagonista de
este film, Humphrey Bogart.
El periódico utilizado como
fondo de la película, llamado The Day, se basa libremente en el antiguo New
York Sun, que cerró en 1950. El periódico Sun original fue editado por Benjamin
Day, lo que hizo que el nombre del periódico de la película de 1952 (que no
debe confundirse con el periódico de la vida real New London, Connecticut del
mismo nombre) un juego de palabras; Tough as Nails, biografía de Brooks escrita
por Douglass K. Daniel, cita la muerte en 1931 del periódico New York World
como base para la película, incluida la decisión de los hijos de Joseph
Pulitzer de vender el periódico en lugar de ejecutarlo ellos mismos. The World
se vendió a Scripps Howard, que lo fusionó con su New York Telegram para formar
New York World-Telegram. Veintiún años después, Scripps-Howard también adquirió
el New York Sun para formar World-Telegram y The Sun.
Gran parte del metraje se filmó en las salas de prensa
del NY Daily News.
Spoiler:
Momentos recordables (aparte
de los ya mencionados): El reportero deportivo Harry Thompson (buen Paul
Stewart) está retenido por unos peligrosos tipos, este dice no ser poli, que es
periodista, el tipo que le amenaza con una pistola con el ‘The Day’ en las
manos le pide que reproduzca la crónica que supuestamente ha escrito, y
Thompson toma aire, tras lo cual recita al pie de la letra su artículo; Cuando
falsos policías sacan detenido a Herman Schmidt del despacho de Ed, lo llevan
por la nave donde imprimen los periódicos, el reo se resiste sabiendo n o son
polis, entonces le disparan, cayendo sobre las rotativas en una imagen con
mucho simbolismo con un cadáver sobre el papel del periódico.
Me ha agradado ese final donde en la última edición se trabaja a contrarreloj
para dar la noticia de acusación contra Rienzi, nada de nostalgia o melancolía,
el sentido del deber ante todo con sus lectores, ello mientras ‘charla’ por teléfono
con Tomas Rienzi que le coacciona para no publique lo que sabe, en un momento
dado coge el teléfono y lo pone fuera de la cabina para se oigan las rotativas
a pleno rendimiento imprimiendo los periódicos, Rienzi pregunta a gritos que es
lo que se oye, tras lo que Ed le dice que ya n o hay vuelta atrás y cuelga.
Fin.
No he entendido bien la escena donde Ed llega al
periódico por la acera y observa (de forma triste) en grande las palabras ‘The
Day’, y vemos como un coche de los ‘malos’ en la distancia lo vigilan, pensaba
le iban a disparar y con ello tener un final dramático, pero sin embargo no
ocurre nada.
Más que apreciable
film, que se podría ver en una doble sesión con la película del año anterior de
Billy Wilder “El Gran Carnaval” (1951), que aborda el periodismo
sensacionalista de forma extraordinaria. Son dos caras de la misma moneda.
Gloria Ucrania!!!
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