martes, 10 de mayo de 2022

 


OPERACIÓN CICERON.

146/06(05/05/22) Con motivo del 70 aniversario del estreno de este film (22/02/1952) me lo he revisionado. Ganando con el tiempo, siendo un notable thriller de espías, dirigido con pulso elegante por Joseph Leo Mankiewicz, una muestra de cine hitchcockiano sin estar detrás el orondo londinense, y es que la película huele a AH por muchos elementos entre ellos que la música es de uno de los músicos de cabecera del ‘maestro del suspense’ como es Bernard Herrmann; como se manejan los intensos momentos en que el protagonista hace las fotos; la escena de la apertura de la caja fuerte apagando la corriente eléctrica y como la aparición por azar de una limpiadora da un vuelco a todo; la persecución por Estambul [filmada en los lugares reales que sucedió]; o su cínico final con esa sonrisa que nos retumba). La historia está basada en hechos reales, con el guión del propio director junto al ‘Blacklist’ Michael Wilson, adaptando el libro “Operation Cicero” (original alemán: Der Fall Cicero) de1950 de Ludwig Carl Moyzisch, agregado comercial nazi en la embajada alemana en Ankara (1943-1944). En la película James Mason interpreta a Ulysses Diello (Cicerón), el personaje basado en el albanés Elyesa Bazna, siendo su interpretación arrolladora de personalidad, con el resto del elenco con Danielle Darrieux, Michael Rennie, Herbert Berghof y Walter Hampden. El espía trabajó para los nazis entre 1943-1944 mientras trabajaba como ayuda de cámara del embajador británico en Turquía, Sir Hughe Montgomery Knatchbull-Hugessen. Usó el nombre en clave ‘Cicerón’ (nombre éste, el del célebre orador y filósofo romano), puesto por los alemanes, fotografiaba documentos de alto secreto y entregaba las películas a Franz von Papen, el ex canciller alemán, en ese momento embajador alemán en Ankara, a través del intermediario Moyzisch.


Produciéndose un cautivador juego del gato y el ratón, entre los alemanes que no terminan de creerse al que le pasa las fotos y los británicos intentando dar con el misterioso espía, y en medio ‘Cicerón’ que con una sofisticación y flema sublime se mueve entre estas ‘pirañas’ de modo exquisito. Ello enmarcado en un exótico lugar, con reminiscencias a “Casablanca”, lugar de bazares, cafés, bullicio, fiestas, embajadas, mansiones, todo entrelazado a la trama de modo estupendo, trasladándonos a este lar neutral. Adornando la narración de personajes bien descritos en apenas unas puntadas, con diálogos mordaces, cargados algunos de brillantes dobles sentidos, con acerado humor negro (epítome su final), aportando mucha intriga y tensión, con un ritmo fluido, con  mucha agilidad, en un crescendo dramático maravillosamente llevado, siendo muy acelerado en el tramo final de la persecución por Estambul a ‘Cicerón’.

 

Moyzisch era un agregado militar nazi durante 1944 y participó en la aventura de espionaje cuando el misterioso Diello (James Mason) se le acercó y se convirtió en su contacto. Un ciudadano británico naturalizado nacido en Albania que es ayuda de cámara del embajador inglés en la Turquía neutral durante la Segunda Guerra Mundial. Diello planea obtener dinero vendiendo los archivos secretos de los nazis que fotografía mientras trabajaba para Sir Frederic (Hampden) en la embajada británica en Ankara. Antes de trabajar en la embajada, Diello era el ayuda de cámara del esposo de la condesa Anna Staviska (Danielle Darrieux), y ella lo despidió después de la muerte de su esposo polaco titulado porque nunca se sintió cómoda con él. Siendo el clímax del film una información crucial sobre el Dia-D, el saber donde desembarcaran los aliados

 

Ankara en este tiempo es retratada de modo tenso, donde su neutralidad puede dejar de serlo, en este escenario es ideal para el trasiego de información entre ambos bandos vía espías que se ofrecen para darla. Esto reflejado ya en el inicio (tras el prólogo en el parlamento británico en Londres, donde un parlamentario pregunta sobre la reciente publicación de un libro en que se relatan impactantes experiencias de un antiguo miembro del servicio de la embajada británica en Turquía en relación con la venta de secretos a los nazis, para pasar al flash-back que será el film), con una fiesta donde se dan cita varias diplomacias de países, entre ellas las de Alemania y Japón, teniendo que dejar de tocar el piano a Wagner para no molestar (este era el compositor preferido de Hitler). Tras lo que en medio del sarao una condesa polaca venida a menos (se lo han requisado todo los nazis en su país, teniendo que huir del mismo) se ofrece al embajador germano von Papen para hacer de espía y sacarle información sobre la guerra a los ingleses, una charla avispada, con dardos entre una y otro, para acabar con la negativa del diplomático. Tras ello aparece el protagonista Diello estableciendo la relación comercial con los teutones, ello expuesto con incisiva flema. En la tangente queda la relación del protagonista con la condesa (inventada por los guionistas, no existió en realidad), que aporta el tema de como este criado pretende ascender y no solo con ganancias pingües, también emparejándose con una aristócrata, quiere lo que ha visto toda la vida, no solo el lujo de la plata, quiere ser uno más de la nobleza, dejando claro el tema del arribismo social, la grieta de clases. Un romance con tintes de cine negro, ella una femme fatale, y el un ‘gangster’ que trafica con microfilms, una relación cargada de ambigüedad.

 

La estrella absoluta es un homérico James Mason dando vida a este nihilista gentleman, un tipo sin ideales políticos, no le importa la guerra más que para sacar créditos monetarios, un ambicioso arribista que no duda en vender lo que tiene a mano para obtener el botín necesario para escalar socialmente hasta la cima. Tipo con una retórica y labia finísima, nunc ase pone nervioso, siempre sabe ir por delante de sus perseguidores, siempre con una sonrisa pícara, pero tiene la debilidad de estar prendado de la condesa, a la que intenta seducir con sus encantos y con dinero. Es un ser con encanto, con sofisticación, capaz de hacer el actor que un tipo tan rastrero y traicionero como su Diello nos caiga bien y queramos le salga todo bien. A esto ayuda que nunca vemos la consecuencia de sus informaciones, como pudiera ser la muerte de soldados aliados, al mantener el foco fuera del conflicto bélico todo resulta un cuasi-juego, quizás deberían haber mostrado como influyen estas informaciones directamente en muertes, pero hubiera ido en contra de la simpatía de Diello, que parece un cuasi James Bond, de hecho el actor optó al papel del 007. Una actuación cargada de matices, de sutilidad, de vis cómica oscura.

 

El resto son secundarios. Danielle Darrieux resulta sugerente como la condesa, dota a su rol de complejidad, de ambigüedad, nunca sabemos si ama a Diello o a su dinero, manteniendo una buena química con Mason, con duelos de réplicas y contrarréplicas, una mujer cínica pero con el encanto de su frialdad a lo mujer fatal; Michael Rennie (el eterno Klaatu de “Ultimátum a la Tierra”) está muy bien como ‘el gato’ enviado por Londres a Ankara para dar con el ratón/espía, añadiendo carácter y fuerza a su contra-espía; Oskar Karlweis como Moyzisch está muy bien, como timorato y temeroso, dubitativo y expectante receptor del material; Herbert Berghof como el nazi Col. von Richter, resulta buenísimo como ese aristócrata pérfido (ayuda el pomposo monóculo), siempre al ataque, siempre agresivo, siempre renegando de la información (su momento troceado de papel es épico por su significado).

 

Quizás (por ser un pejigueras) se le puede achacar que el guión es tan bueno como rígido, se le puede achacar que falta algo de frescura, de no parecer todo tan medido como cuadriculado, pero esto por buscar la perfección.

 

Spoiler:

 

Maravilloso el rostro de Mason cuando se entera que la condesa ha volado a Suiza cuando habían planeado irse al día siguiente en barco a Rio de Janeiro, se entera le ha traicionado, y más cuando preguntar en el banco y le dicen que se ha llevado todo su dinero (el que él había amontonado con su espionaje); Maravilloso el final, de esos que me recuerda al de “Atraco perfecto”. Diello ya establecido en Rio como un play boy viviendo a cuerpo de rey en una vivienda frente a la bahía. Recibe la visita de un banquero y un agente del estado, este le dice que todo su dinero ingresado se ha descubierto es falso. Fabricado por los alemanes (de esto se hizo un film austriaco en 2007, “Los falsificadores”, siendo judíos en campos de concentración quienes lo falsificaron, en el marco de la llamada Operación Bernhard u Operación Krüger.). Le dicen que han encontrado libras de estas falsas en Turquía, Rio (el de él) y en Suiza (el de la condesa), Duiello se levanta de la mesa y tras darse cuenta de que también la condesa que creía haberlo tomado ha sido estafada, le produce una sonora sonrisa de las que se te clavan. Grandiosa conclusión.

 

Diello cuando le entrega a  Moyzisch la información sobre el Día del desembarco: "Por qué estás tan nervioso, Moyzisch? Este es el mejor día de tu vida. Cuando mueras, Hitler te sumergirá en bronce y pondrá tu nombre en las calles".

 

Los exteriores de la película se rodaron en locaciones de Estambul, Turquía, utilizando hábiles dobles para que pareciera que los actores principales se fueron al extranjero.

 

Al guionista Michael Wilson se le prohibió trabajar casi inmediatamente después de esta película y del clásico A Place in the Sun de George Stevens . Wilson se mudó a Europa pero aún tuvo que escribir de forma anónima debido al acoso del Departamento de Estado; su pasaporte fue rescindido durante una década completa mientras acumulaba créditos "invisibles" en películas como The Court-Martial of Billy Mitchell , Friendly Persuasion y The Bridge on the River Kwai . El Screen Actor's Guild otorgó a Wilson el crédito por estas películas a título póstumo.

 

De la historia  se hizo una serie de televisión, al parecer alteraron el material de origen hasta convertir al anti-héroe espia que trabajaba para los alemanes en un tipo con ideales políticos (¿?).

 

Historia real: Al finalizar la guerra Elyesa Bazna se dedicó a los negocios, invirtiendo las libras esterlinas que le habían dado los alemanes, pero quebró al descubrirse que estas eran falsas. Entonces, el ex espía se trasladó a Alemania Occidental y en 1954 pidió al canciller Adenauer una indemnización por los servicios prestados a su país durante el conflicto, cosa que no logró. Luego, con ayuda de un conocido abogado, demandó al gobierno federal pretendiendo ser resarcido por los daños causados por la «estafa urdida contra él por los servicios secretos del Tercer Reich», pero tampoco tuvo éxito. Pasó sus últimos años en la pobreza, en Múnich, trabajando como comisionista.  Murió el 21 de diciembre de 1970.

Film nominado a dos Osca: Mejor Director para Mankiewicz y Mejor Guión para Wilson. Ganó el Globo de Oro al Mejor Guión.

Sugestivo film de espías con mucho de Hitchcock. Gloria Ucrania!!!

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