martes, 10 de mayo de 2022

 


LA BATALLA DE LAS ARDENAS.


Fallido film bélico (estreno mundial el 16 de diciembre de 1965, el 21 aniversario de la batalla), aunque entretenidillo, pero es que esperaba mucho más de esta superproducción. Denota ser de gran presupuesto en los medios que dispone en pantalla, así como en la galería de actores famosos que participan, Henry Fonda, Robert Shaw, Telly Savalas, Robert Ryan, Dana Andrews y Charles Bronson. Estando en la ola de los sesenta y setenta donde se producían épicas cintas de guerra donde se recreaban grandes acontecimientos de la WWII, ello para llenar los cines con los espectáculos que suponían estas batallas rodadas en formatos grandiosos, en este caso en Ultra Panavision 70 y exhibido en Cinerama 70 mm. Una de estas fue “El día más largo” (1966), dirigida por varios, Andrew Marton, Bernhard Wicki y Ken Annakin. Y supongo que por el éxito de esta cinta se le dio el mando de esta al último de los nombrados que demostró ser un artesano bastante funcional y sin chispa alguna. Ello para un relato donde cuasi cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Si le pones el título de un hecho histórico, y te pones solemne en el tratamiento de la narración no puedes inventarte el 95 % de lo que vemos, no puede justificarte en pos del ritmo y el dramatismo para meter tropecientas morcillas, y lo peor es que todas cantan más que David Bisbal en la ducha. Annakin intenta condensar la Contraofensiva de las Ardenas, una batalla (16-12-1944 a 25-01-1945) crucial de la WWII, la última ofensiva alemana en el frente occidental, que se extendió por Alemania, Bélgica y Luxemburgo y duró casi un mes, con 800.000 soldados aliados, 500.000 alemanes y miles de tanques en liza, sintetizándolo para que parezcan apenas unos dos o tres días. Ello montado de modo megalómano con 167 minutos de duración, con una obertura de varios minutos con la música, un intermedio, y un epílogo, cual se estilaba en esa época: pero la historia no da de sí para sus aspiraciones, siendo todo muy monocorde, sin querer mostrar la crueldad deshumanizante de la guerra (si acaso, lo que más se le acerca es la real Masacre de Malmedy, 84 prisioneros de guerra estadounidenses desarmados fueron asesinados por sus captores alemanes, pero esto reflejado de modo genérico, sin emocionar realmente). De hecho ni tan siquiera hay sangre en los heridos o muertos, todo muy aséptico e irreal cuando los soldados se contorsionan sin rastro de heridas, y estamos ya en 1965. Donde prima el heroísmo y la sed de venganza frente al dolor de la guerra. Solo está la relación entre el Col. Martin Hessler y su ayudante Conrad para dar algo de profundidad a lo que es realmente la Guerra. En el bando americano todo son coraje, ingenio, arrojo, y fe inquebrantable.

 

No puedes filmar lo que aconteció entre montañas y bosques nevados, en la meseta de España, con planicies secas que son antagónicos a lo real; No se comenta la importancia del General Patton en la batalla; No puede ser que no aparezcan soldados ingleses cuando fueron miles los que participaron en la contienda; Hay mucho más (pero mucho), pero ya en el colmo nos cuelan un final penoso, chusco lamentable donde todos los clichés posibles se amontonan de forma en que los yankis son muy valientes y listos frente a los alemanes que son torpes  idiotas (spoiler), donde nos vemos al rol al que da vida Henry Fonda que resulta que está en todas partes cual Zelig, capaz de intuir (porque sí) el atraque nazi, capaz de intuir la dirección de los tranques tigres (por otro lado muy fácil de saber), y ben el colmo estar en el lugar del epicentro del clímax, siendo el que comanda el choque contra los Tigres nazis.

 

Aparte de esto, las pretensiones de epopeya bélica se exponen, pero la narración se desarrolla a modo contrarreloj, donde los nazis deben llegar cuanto antes a unos depósitos de combustible para poder avanzar, siendo esto inverosímil, que todo dependa de esto y si no se consigue pues no hay siquiera petróleo para volver. Tampoco es que las escenas de guerra sean muy bien coreografiadas, con estrategias un tanto chirriantes por aparte de unos y otros. Aunque son vistosas las secuencias de las masas de tanques enfrentándose.

 

Llama la atención que ningún nombre es real, tratándose de supuestos hechos reales. Las actuaciones de los que les encarnan resultan en su mayoría sin chicha alguna, y esto con la categoría de los actores resulta delito. Robert Ryan da vida al  General Grey, ello de modo pasable, su presencia siempre es fuerte, pero sin alma; Henry Fonda al Tte. Col. Kiley en un papel de héroe omnipresente y sabelotodo que siempre va por delante de sus superiores, pues por imperativo del guión, otro que carece de fondo humano; Telly Savalas da vida a un típico personaje suyo de cínico soldado buscavidas con algo de vis cómica, pasado de vueltas en su comportamiento (abandonan la sub trama de romance con una francesa, la bella Pier Angeli); Charles Bronson haciendo de Charles Bronson, inexpresivo y siempre seguro de sí mismo, con un enfrentamiento bastante poco verosímil con el Coronel Hessler; Dana Andrews en un rol de los que pasaba por allí, no se sabe que pinta en la cinta; Los únicos que aprovechan el envite son un magnífico Robert Shaw como el alemán Coronel Martin Hessler, al que aporta dimensión humana en sus defectos y virtudes, como guerrero orgulloso, con argumentos de soldado de profesión hacer la guerra, sabe de que la guerra no la puede ganar, pero cual tiburón de continuar para no morir, muestra enorme carisma y un gran carácter. Manteniendo duelos sensacionales con su ayudante Conrad encarnado por Hans Christian Blech, tipo afable que no quiere guerrear más, el ejemplo de los alemanes cansados de pelar en una guerra sin sentido, los mejores diálogos del film los mantienen ellos dos, el actor le da vida con gran personalidad.

 

La cinta peca de reduccionista para hacerlo todo muy de contrarreloj, todo es que los panzers lleguen a unos depósitos de combustible y así poder avanzar, cuando en realidad el giro de la batalla fue simplemente que llegó el buen tiempo y con ello la aviación aliada pudo volar de nuevo y al no tener oposición la victoria cayó como fruta madura de su lado. Pero En esta película toda realidad es apartada en pos de generar supuesta emoción manufacturada con falsedades.

 

Tiene un buen comienzo con la presentación del oficial Martin Hessler, y como su superior le expone el plan de ataque, no sin antes comentarle de modo victorioso que las nuevas armas que tienen los germanos (los antecedentes de los misiles) voltearan el sentido de la guerra a su favor. Tras ello habrá una jugosa charla entre Hessler y su ayudante que hará dudar al oficial de tanques. Llamando a poner ante él a los que comandarán los tanques, todos ellos muy jóvenes, lo cual en el rostro de Hessler hace dudar, entonces los jóvenes se arrancan a cantar un enfervorecido tema militar enardecedor, ‘Panzerlied’, lo que hace emocionar a Hessler que ordena a su escéptico ayudante a cantarla, luego le dice que más alto, y él se une al tema, de las mejores escena del film (si no la mejor). Indicando a la vez la superficialidad en que se apoyaban los ideales nazis. Luego nos meten en diferentes sub tramas que emponzoñan lo importante (epítome la de Guffy con el estraperlo y su relación con Pier Angeli, inverosímil).

 

Nos muestran la infiltración nazi tras las líneas aliadas para imponer la confusión y el caos, por supuesto no se dice que fue comandada por mítico Otto Skorzeny. Pero lo más grave es que parecen unos pocos los que están allí disfrazados de soldados estadounidenses, no se sabe por qué de Policía Militar, cuanod la unidad de Skorzeny era de unos 80 soldados que hablaban inglés fluidamente, pero también llevaban 14 jeeps estadounidenses y 60 carros armados camuflados como tanques Sherman, cosa que no se ve en la pelívcual. También Skorzeny disponía de unos 3500 hombres que pasarían detrás de los soldados camuflados. Cuandoi esta operacín  intrépida se muestra como algo de unos poquitos nazis.

 

Apenas se hace una pasada por la Batalla de Bastogne, donde el General Patton fue crucial para su liberación, pero este choque apenas es un apunte de pie de página, con el jugo y lo bien que se filma en la icónica serie “Hermanos de Sangre” (2001).

 

La fotografía es de Jack Hildyard ("El puente sobre el río Kwai"), en lo que es una buena labor en colocación cámara en tomas generales, labor torpedeada por nefastas  trasparencias en primeros planos en batalla donde se nota lo que hoy sería croma; La música es de Benjamin Frankel (“Noche en la ciudad”), de melodías dramáticas que remarcan el dramatismo, pero sin ser una partitura para trascender.

 

El clímax con epicentro en el depósito de combustible resulta un insulto a la inteligencia, con ese recurso manido del ‘ultimo segundo’, donde por un segundo los nazis no se hacen con el lugar. Que causalidad que lleguen al depósito justo en el último segundo un tanque nazi con heridos, donde uno de ellos conoce al infiltrado nazi que los recibe. Luego el penoso enfrentamiento contra los ‘Tigres nazis’, Los americanos les lanzan bidones de petróleo incendiados cual cocteles molotov y los alemanes se quedan quietos esperando convertirse en teas, venga ya! Que les impiden apartarse o disparar a los bidones, o a los que están en el depósito, es un despropósito sin pies ni cabeza, aderezado por el modo risible en que los tanques explotan, cuando estos acorazados es físicamente imposible revienten de esta forma, están preparados para esto y más. Un ridículo, coronado por como muere Martin Hessler, puaj! Por supeusto este Martin Hessler, que se basa en el verdadero coronel de las Waffen-SS Joachim Peiper, no murió en esta batalla, pero queda bien como colofón victorioso (puaj!!!). Tras finalizar la guerra fue juzgado y condenado a muerte en el Tribunal de Crímenes de Guerra por su papel en la masacre de Malmedy, pero fue puesto en libertad después de cumplir doce años de prisión. Vivió hasta 1976, cuando fue asesinado en Francia en un incendio.

 

El asesor técnico de la película fue el Mayor General (entonces Coronel) Meinrad von Lauchert, quien comandó la división de tanques alemana que logró el mayor avance en la batalla real. Que no ganó la batalla pero si puso la saca para la plata e hizo su ‘victoria’ sobre los americanos de la producción al aceptar tanto desatino.

 

Por un precio económico y sin restricciones, el ejército español proporcionó aproximadamente 500 soldados totalmente equipados y 75 tanques y vehículos, algunos de los cuales eran de la Segunda Guerra Mundial.

 

Inexactitudes históricas: La narración de apertura de la película de William Conrad afirma incorrectamente que "al norte, estaba el Octavo Ejército de Montgomery ..." De hecho, el Octavo Ejército Británico, el comando anterior de Montgomery, estaba en Italia en ese momento; El comando norte de Montgomery era el 21º Grupo de Ejército . La narración continuó: "... Al sur, el Tercer Ejército de Patton". Aunque el Tercer Ejército de Patton estaba de hecho al sur, no tenía la tarea de defender las Ardenas. En cambio, se atrincheró en la orilla oeste del río Rin, un componente de una fuerza mucho mayor de cuatro ejércitos estadounidenses del 12º Grupo de Ejércitos bajo el mando del general Omar Bradley que estaba a punto de cruzarlo hacia Alemania; Después de la introducción, no hay referencia a las fuerzas británicas en el área, aunque en gran parte se mantuvieron detrás del río Mosa y, por lo tanto, casi por completo fuera de la lucha. En consecuencia, no se menciona la decisión del general Eisenhower de dividir el frente de las Ardenas en dos, transfiriendo el mando temporal de dos ejércitos estadounidenses al mariscal de campo Montgomery en la mitad norte de las Ardenas. Como resultado, la película implica una operación totalmente estadounidense; La película se rodó en locaciones de la Sierra de Guadarrama y Madrid, España, que no se parecen en nada a las escarpadas y boscosas Ardenas de Bélgica, Luxemburgo y el oeste de Alemania. Aparte de los encuentros estadounidenses iniciales con la ofensiva alemana, el clima durante la filmación también estuvo en desacuerdo con la batalla real, que se libró durante olas de fuertes nevadas. La principal escena de batalla de tanques de la película, y algunas escenas de batalla, se libraron en un territorio plano, desnudo y árido; Las escenas de reconocimiento de aviación con Henry Fonda se filmaron con uno o más aviones Cessna L-19, que no volaron hasta diciembre de 1949, en lugar del Piper L-4 que fue ampliamente utilizado durante la Segunda Guerra Mundial; La batalla final de tanques es una descripción aproximada de la Batalla de Celles el 26 de diciembre de 1944, donde la 2.ª División Acorazada de EE. UU. aplastó a la 2.ª División Panzer alemana. La película crea la falsa impresión de que un gran número de tanques estadounidenses se sacrificaron contra los pesados ​​Tiger II y, en el proceso, desviaron al enemigo de su curso, lo que provocó que se quedaran sin gasolina. En realidad, ya estaban varados. Aunque los tanques ligeros M24 Chaffee utilizados en la película en lugar del omnipresente M4 Shermanse introdujeron durante la Segunda Guerra Mundial, no se usaron en la escala que se muestra en la película, pero fueron relativamente raros; Los M47 Patton estadounidenses se utilizaron para representar los tanques King Tiger alemanes (de los cuales no existía ninguno para usar), a pesar de ser más de 20 toneladas más livianos; Ausente en la película está la respuesta del Tercer Ejército de los EE. UU. bajo el mando del general George Patton en apoyo de la ciudad de Bastogne, pasada por alto pero rodeada, un esfuerzo famoso pero de poca importancia para el éxito o el fracaso de la ofensiva alemana: Tampoco se menciona el punto de inflexión clave en la batalla, que no fue un esfuerzo de armadura e infantería, sino que el poder aéreo aliado golpeó con fuerza la punta de lanza alemana a la primera señal de tiempo despejado, solo el cuartel general alemán recibió la noticia de que el tiempo estaba listo limpiar; Los personajes de Kiley, un teniente coronel estadounidense, y Hessler, un comandante regular de tanques de la Wehrmacht, se basaron libremente en el coronel Benjamin Abbott "Monk" Dickson y el teniente coronel de las Waffen-SS Joachim Peiper.

 

Segunda película sobre la batalla de las Ardenas, la primera, "Fuego en la nieve" (1949).

 

Me queda una película que puede entretener a ratos, pero debes suspender los niveles de realismo y historicidad. Gloria Ucrania!!!

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