THE TRIALS OF MUHAMMAD ALI.
Notable
documental del realizador Bill Siegel que aborda la figura del icónico boxeador
Mohammad Ali a través de los acontecimientos que elevaron al más famoso púgil
de la historia a la altura de mito más allá de las cuerdas del ring, posicionándose
políticamente en su lucha contra su reclutamiento militar para ir al Vietnam en
1967, apoyado en su visión religiosa y objetora de la violencia, que tenía más
que ver con la opresión que sentía sufrían los negros en su país, era campeón
del mundo de los pesados y fue desposeído del título, siendo condenado a 5 años
de prisión el 20 de junio de 1967 por evadir la mili, esto fue recurrido por él ante el supremo,
comenzando una larga travesía en la que no podía boxear, ni podía salir del
país, pero esto no doblegó sus ideales. Siegel estuvo dos décadas indagando los
hechos, recopilando archivos e información para regalarnos este lienzo de un
luchador arrogante, activista furibundo, converso musulmán, con sus defectos y
virtudes un Mito.
Es un ágil y
trepidante film que con un enérgico montaje hace un repaso por el mencionado
epicentro de Ali. Nos pone en antecedentes mostrándonos sus inicios en
Louisville (Kentucky), como fue campeón olímpico en 1960 de los pesos pesados
en Tokyo 1960, tras este éxito unos empresarios locales decidieron formar un
grupo de patrocinadores para esta emergente figura de la ciudad, como fue
subiendo y consiguió enfrentarse en 1964 con Sonny Liston por el cetro mundial
de los pesados, ganando contra pronóstico, mientras vemos como su carismática y
lenguaraz personalidad iba tomando fama, en ese mismo que ganó el trono “cayó”
bajo la influencia de la Nación del Islam, un controvertido movimiento de
reivindicación negro, regido por el Ministro Supremo
líder Islam Elijah Muhammad, que pedían una separación del estado, y decidió la
polémica decisión de cambiarse el nombre de Cassius Clay, considerado por la Nación
del Islam (por tanto por él) su nombre de esclavo, pasando a llamarse Mohammad
Ali, derivando en ser un Héroe para la comunidad negra, todo enmarcado en una
época convulsa, con manifestaciones en contra de la guerra, con la lucha por
los derechos civiles liderada por Martin Luther King, con las tensiones
internas en la Nación del Islam que hizo que Malcolm X se escindiera de ellos.
El director sigue una
estructura cronológica de los acontecimientos, con fascinantes imágenes de
archivo, con sus combates, con las bravuconadas de Ali, con entrevistas de la
época, alternándolas con testimonios contemporáneos de su hermano Ali Rahman (habla de su hermano de modo reverencial), con su segunda esposa Khalilah
Ali, con su hija Hannah (lo define como “La Octava
maravilla del Mundo”), con el actual líder de la nación del Islam, Louis
Farrakhan, con el único patrocinador de sus inicios que quedaba vivo, Gordon
Davidson, o a Tom
Krattenmaker, el periodista Salim Muwakkil, el secretario de la corte suprema en el
momento de la apelación, dando entre todos una visión poliédrica de los
acontecimientos y de la atronadora personalidad de Ali. A través de este
fresco se nos muestra los sacrificios personales y familiares que el icono tuvo
que hacer por mantener sus convicciones, de cómo tuvo que cambiar su medio de
vida para seguir sobreviviendo, dando conferencias en universidades, o en
espectáculos de Broadway. Esta lucha contra el Goliath Estado se nos presenta
como el gran combate de Ali, en el que el boxeador debió cambiar los guantes
por sus creencias, pasando a defender con orgullo su raza, su fe y su renovada
identidad (Ali), con la que le atacaban llamándolo por su renunciado nombre
anterior.

Se
examina la personalidad del mito y del hombre, se nos muestra en público
racial, visceral, seguro de sí mismo, pero por el retrato en tercera persona
que se hace de él se exhibe dubitativo, paradójico, ingenuo, demagogo,
narcisista, vulnerable, y siendo una marioneta del movimiento Nación del Islam.
El film hace un análisis tridimensional de estos años, un tiempo en que vemos a
Ali evolucionar, con sus contradicciones, con sus dudas, sin caer en la
hagiografía, pero tampoco queriendo hacer sangre. Entre sus contradicciones más
evidentes es que desprecie el nombre por ser de esclavo, Cassius precisamente,
según se nos dice era puesto por sus padres en honor a un abolicionista de
Kentucky, sus padres eran esclavistas? El nombre era un insulto para los
negros? Arremetía contra los blancos de modo bastante racista, llamando a
todos, y remarcaba sin excepción, a todos, como Demonios, si esto lo dice un
blanco de los negros que se diría? Pero es que además el era patrocinado por un
puñado de empresarios de Kentucky, TODOS BLANCOS, menuda coherencia! Tampoco se
entiende no se rebelara ante la corrupción moral a que estaba llevando Elijah a
la Nación del Islam, es más, en unas pésimas declaraciones oímos decir a Ali
que Malcolm X se ganó su asesinato por rebelarse ante Elijah, despreciable. Al
parecer años después Ali ha reconocido equivocarse y que debió ponerse del lado
de Malcolm X.
Hoy
día Ali es una figura cuasi-deidificada, pero hubo un tiempo en que no fue así,
fue un tipo polémico, despreciado, insultado, vejado, humillado laboralmente, tildado
de antipatriota, con mucha prensa en contra, solo la figura del periodista
deportivo le apoyó, con muchos queriendo atacarle llamándole Cassius Clay como
señal de racismo. Además de
radiografiar a Ali se enfoca hacia el movimiento desestabilizador de la Nación
del Islam, se aborda su compleja relación su líder Elijah Mohammad y con
Malcolm X, de cómo tuvo que elegir entre uno y otro cuando se separaron, aunque
esto se toca de modo bastante superficial, no se quiere ahondar en como Ali fue
manipulado por Elijah, no queriendo mencionarse la corrupción en la
organización o como Elijah estuvo implicado en el asesinato de Malcolm X.



Momentos recordables: Su
impactante y paradójico arranque que dan idea de cómo evolucionan las
mentalidades de las sociedades, primero una entrevista en 1968 desde la televisión británica vía satélite el
periodista David Susskind, lo llama "... una desgracia
para su país, su raza, y lo que irrisoriamente describe como su profesión,.. un
tonto simplista y un peón...”, Ali aguanta estoicamente el ataque, saltamos a
casi cuatro décadas más tarde, en 2005 el presidente estadounidense George W.
Bush le está concediendo a Ali (con párkinson latente), y afirma "… el pueblo USA está orgulloso
de llamar a Muhammad Ali uno de los nuestros…”, Louis Farrakhan
dice entonces que Ali le murmuró "Todavía soy un negro”; Las imágenes del combate entre Ali y Floyd Patterson en que según se
remarca fue alargado deliberadamente por el de Louisville para infringirle
dolor por sus comentarios hirientes; Los cálidos encuentros de Ali con Malcolm
x, contrastan con otras imágenes en que Ali justifica el asesinato de este por
alejarse de la Nación del Islam; El enérgico modo en que se justifica por no
querer ser reclutado por el ejército <El Vietcong no me ha llamado
negro...>Cuando su segunda esposa Khalifa comenta que Ali pensó en aceptar
el reclutamiento, pues como le pasó al campeón Joe Louis en la WII no iría a
primera línea, y ella le incitó a rebelarse por principios, dejando entrever lo
sugestionable que era Ali; Ali está testificando en la
corte cuando un político condescendiente sigue refiriéndose a él por su
"nombre de esclavo "Cassius Clay", y el interpelado asevera
“Muhammad Ali, señor!"; L secuencia en que ali es entrevistado en un
programa televisivo por el cómico Jerry Lewis, y este lo interpela riéndose de él; No sólo los
blancos conservadores estaban en contra su postura anti-reclutamiento, estrellas
del deporte negras, como Jackie
Robinson o Joe Louis, son vistos en declaraciones atacándolo por su posicionamiento
anti-sistema; Cuando oímos a un promotor
pugilístico Henry Winston y sus
extravagantes ideas (sin éxito) para que
Ali pudiera volver a a subir un ring,
intentando organizar un combate evento en Alcatraz (indios americanos ocuparon la isla de 1969 a 1971), intentó
vender 200 boletos de ultra-alto precio y montar un combate en el interior de
un avión de pasajeros 757 adaptado, que se produciría a siete millas de altura
sobre espacio aéreo internacional; Ali, ante la polémica con su cambio de nombre dice que a John Wayne o
Rock Hudson no se les cuestiona su nombre verdadero; Las desconcertantes
imágenes en 1969 de Ali en un espectáculo musical de Broadway, “Buck White”,
con baraba poblada y un gran pelo afro, cantando temas pro reivindicativos negros; Cuando
oímos los inteligentes sermones de Martin Luther King jr atacando al racismo de
la Nación del Islam, pues esto los hacía iguales a los racistas blancos, en
contrapunto las iracundas palabras que escuchamos de Ali; Las tiernas imágenes
de Ali con la viuda de Martin Luther King jr.; El tramo en que vemos a John
Carlos y Tommie Smith recoger una medalla olímpica en 1968 y estos con un
guante negro alzan el puño haciendo el saludo “Black Power”, y como estos
reconocen que lo hicieron en parte inspirados en la rebeldía de Ali; Solo
veremos a Ali en tres momentos después de su etapa de boxeador, una es la susodicha
entrega de la medalla, otra es cuando en 1996, en la ceremonia de inauguración
de los Juegos Olímpicos de Atlanta, fue el encargado de encender el pebetero,
esto con su temblorosas manos, el otro momento es pocos días después del
fatídico 11-S de 2001, hablando en una entrevista de que el Islam no es
representado por la violencia del ataque a las Torres Gemelas, que esta
religión es Paz.
Como defecto echo en falta
alguna declaración actual de Ali, es como si fuera un documental póstumo. Asimismo
me hubiera gustado se hubiera hecho algo de recorrido en el después de la
sentencia y como la opinión pública estadounidense fue cambiando, vemos que 40
años después era un clamor en su favor, pero que ocurrió entre medias? La gran
motivación de Ali para no ser reclutado fue su adscripción a la Nación del
Islam, la manipulación a que fue sometido por esta, y no se analiza en
profundidad esta polémica organización que nos daría un más amplio registro de
lo acontecido.
El juicio por evadir el
reclutamiento se celebró el 20
de junio de 1967, jurado deliberó menos de 30
minutos para dar el veredicto de culpabilidad, siendo condenado a 5 años de
prisión y una multa de 10.000 $. Ali recurrió la sentencia, el juicio se prolongó hasta 1971, Tribunal Supremo decidió por
unanimidad revocar su condena, basándose un tecnicismo legal, en palabras de un
secretario de la Corte Suprema que trabajó en el caso, el sistema de justicia
legal en USA es "arbitrario y caprichoso". Y Ali finalmente pudo volver al
boxeo, si nos hubiéramos perdido sus épicos combates Ali-Frazier, Ali-Foreman, Ali-Norton.
Recomendable
a los que gusten retratos sobre figuras deportivas que han trascendido su
deporte al nivel de Mito. Fuerza y honor!!!
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