miércoles, 15 de junio de 2016




EL GRAN SALTO. (THE HUDSUCKER PROXY)


Resultado de imagen de THE HUDSUCKER PROXYNotable film del binomio de los hermanos Coen, esta vez con la ayuda en el guión y en la dirección (de segunda unidad) de un amigo, Sam Raimi (Trilogía “The Evil Dead”), los tres escribieron el guión, siendo dirigida oficialmente por Joel Coen, un homenaje espléndido al cine optimista de Frank Capra, de Preston Sturgess, y al film de Hawks “Luna Nueva” (1940), ello enmarcado en una Nueva York que parece salida de la mente del Fritz Lang de “Metrópolis” (1927), por lo la ciudad de grandiosos rascacielos y abajo se asientan la maquinaria que los obreros deben hacer funcionar para beneficio de los que viven en la cima de estos edificios. Una oda al individualismo y a la fe del hombre (mujer) común, una historia con un entrañable halo esperanzador, arremetiendo con mordacidad contra el capitalismo despiadado que representa esa sala de gerifaltes de Hudsucker Proxy. Una cinta que con un ritmo trepidante nos habla de cómo los poderosos manipulan a la incauta clase baja en su favor, lo hace hundiendo su desarrollo en el genuino screw-ball, donde las réplicas y contrarréplicas resultan sabrosas, incluso con ingeniosos momentos de slapstick físico delirante, recordando a los Chaplin, Keaton o Lloyd.

Resultado de imagen de THE HUDSUCKER PROXYArranca en la Nochevieja de 1958 en Nueva York, vemos a un tipo, Norville Barnes  (Tim Robbins), en la cornisa de un gran rascacielos a punto de saltar, entonces se produce un flash-back en el que veremos como Norville llegó a esta situación. El protagonista es un ingenuo muchacho que llega a Nueva York de Muncie (Indiana) en busca de trabajo. Lo encuentra como repartidor de correo en una gran compañía, Hudsucker Proxy, con residencia en un enorme rascacielos. La empresa acaba de perder a su presidente por suicidio, Waring (Charles Durning), tomando el control Sidney J. Mussburger (Paul Newman), este trama un pérfido plan para hacerse con las acciones de Waring. En la historia tendrá gran importancia una periodista, Amy Archer (Jennifer Jason-Leigh), reportera del Manhattan Argus, donde su jefe (John Mahoney) a investigar a Hudsucker Proxy.

Resultado de imagen de THE HUDSUCKER PROXYCinta que te atrapa desde su potente y sugestivo inicio, de una riqueza visual extraordinaria, luego viene una construcción de personajes perfilados de modo formidable, en una miscelánea deliciosa entre el clasicismo de los años 30 y 40 con el toque corrosivo de los Coen, evolucionando con diálogos sabrosos, que emanan cinismo, ironía, mala baba, con punzantes duelos dialécticos, jugando con los dobles sentidos, con los montajes paralelos, en un abordaje cáustico de temas como la codicia, la fe en uno mismo, la lucha de clases, el poder de los medios, o el mencionado capitalismo desalmado. Un relato que construye con fluidez narrativa situaciones delirantes, emocionantes, tensas, y muy divertidas, mezclando el humor de todo tipo, el gag físico, el oral, el negro, e incluso tramos de humor cercano al toon. Una obra que es diáfano tributo al cine de los 30 y 40.

Resultado de imagen de THE HUDSUCKER PROXYResultado de imagen de THE HUDSUCKER PROXYTim Robbins borda su inocentón rol, lo dota de bonhomía, de torpeza, de alma, de frescura, cierto que su físico se asemeja a Gary Cooper por lo desgarbado, y en la comedia física resulta aún más divertido por lo aparatoso, el productor Joel Silver propuso en principio a Tom Cruise de Norville. Paul Newman resulta sublime en el papel del villano, una poderosa presencia que desborda carisma, temple, astucia, denota autosuficiencia, manipulación sibilina, excelso el modo regio en que fuma puros, un Titán, Clint Eastwood fue la primera opción de los Coen para este papel, que lo rechazó por problemas de agenda. Jennifer Jason Leigh sobresaliente como la impetuosa, radiante, visceral periodista, pícara, con una atronadora chispa, con ingenio, con matices, con arrogancia, emulando con un vigor tremendo a las Jean Arthur o Katherine Hepburn, con una rapidez oral formidable, con unos toma y daca fenomenales con Bruce Campbell y John Mahoney, Winona Ryder y Bridget Fonda fueron barajadas para el rol.

Resultado de imagen de THE HUDSUCKER PROXYResultado de imagen de THE HUDSUCKER PROXYEl protagonista es una fenomenal mezcla de personajes de Frank Capra, un inocentón, cándido, idealista, provinciano, y que en principio parece maleable por el poder, el James Stewart de “Caballero sin espada” (1939), el Gary Cooper de “Juan nadie” (1941) o el mismo de “El secreto de vivir” (1936), el alter ego en este film es Norville Barnes, que como estos mencionados llega a la gran ciudad que engulle sus incorruptibles ideales en la corrupción moral de esta jungla de ambiciones desmedidas, que caerá en el abismo, levantándose con coraje, fortaleza y con más sabiduría parta afrontar los males esta nuestra putrefacta sociedad. La protagonista Amy Archer está claramente sacada de este universo de personajes, una chica resabiada, arrogante, pícara, valiente, hastiada del mundo decadente que le rodea, en clara sintonía con la Jean Arthur  de “Vive como quieras”, periodistas que intentará desenmascarar a un gerifalte (como en esta), y que al final termina enamorándose del infeliz, o la misma de “Luna Nueva”, una reportera cansada de la podredumbre que la asfixia, que mantiene cruces verbales eléctricos con sus compañeros de profesión,  o la Barbara Stanwyck de “Las tres noches de Eva” (1941), la forma en que Amy traba relación con Norville es la misma que Barbara tiene con su “presa” Henry Fonda. El villano en este caso es encarnado por Paul Newman, está claramente inspirado en los malos malísimos de Frank Capra, es listo, ingenioso, millonario, malvado, codicioso, amoral, manipulador, e intentará manejar a su antojo al protagonista, como los villanos de “Caballero sin espada”, “Juan nadie”,  o que “Qué bello es vivir” (1946), o su principio en que vemos a alguien a punto de suicidarse (apunto algo más en spoiler). Asimismo el film tiene algo de “El apartamento” (1960) de Billy Wilder, en exhibir la inmensidad de un espacio cuasi-infinito donde trabajan personas anónimas, emitiendo insignificancia, ser un eslabón más de una maquinaria engrasada para despersonalizarnos.


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Resultado de imagen de THE HUDSUCKER PROXYResultado de imagen de THE HUDSUCKER PROXYLa puesta en escena resulta prodigiosa, con un deslumbrante  diseño de producción de Dennis Gassner  (“Muerte entre las flores”, “El show de Truman” o “Big Fish”), con una escenografía que bebiendo de la arquitectura nazi, especialmente del trabajo de Albert Speer, influenciada por el film de Terry Gilliam “Brazil” (1985), asimismo de la obra arquitectónica de Frank Lloyd Wright y por el movimiento Art Deco, curiosamente no grabando en Nueva York, se filmó bastante en Chicago, en un centro comercial para la entrada y vestíbulo de Industrias Hudsucker y en el Hotel fue el salón de baile de Navidad, asimismo se rodó en Carolco Studios en Wilmington, Carolina del Norte, allí se creó la impresionante maqueta de la ciudad de Nueva York, conjunto diseñado por los supervisores de efectos especiales Michael J. McAlister (“El Imperio contraataca” o “Indiana Jones y la última cruzada”) y Mark Stetson (“Eduardo Manostijeras” o la Trilogía “El Señor de los anillos”) , con efectos adicionales proporcionados por The Computer Film Company (manipulaciones del zoom de Norville al principio, el CGI nieve y las escenas de caídas del rascacielos), supervisado por Janek Sirrs (“Matrix” o “Marvel: Los vengadores”), en una figuración no real, si no idealizada, los Coen querían algo más estilizado.  Se necesitaron tres meses y 27 especialistas para crear la ciudad en miniatura a la escala de 24: 1, el edificio Hudsucker, hecho a escala 6: 1 para planos más estrechos entre ellos el largo zoom de Norville al principio, todo en pos de unos f/x al servicio de la historia. Todo esto bajo la excelsa fotografía de Roger Deakins (“Cadena perpetua”, “No es país para viejos” o “Skyfall”), en exquisitas tonalidades que evocan la época tratada, jugando con la luz tenue, con la semioscuridad, con las sobras, con angulaciones, picados y contrapicados, con sibaritas travellings, con fulgurantes cenitales, con alegóricas profundidades de campo. Se suma una deliciosa puntuación del músico de cámara de los Coen, Carter Burwell (“Muerte entre las flores”, “Rob roy” o “Como ser John Malkovich”), imprime sensación mágica al relato, se añade música clásica, el "Adagio de Espartaco y Frigia" del ballet Spartacus de Khachaturian base del tema principal y música adicional de pistas de ballet en la secuencia de Hula-Hoop, o el tema  popular de la época "Memories Are Made of This", cantado por Vic Tenetta (Peter Gallagher), inspirándose en Dean Martin, el trepidante  “Sabre dance” de Gayané (tema del film “Un, Dos, Tres” de Billy Wilder) se oye mientras un niño hace malabares con el hula-hop.

Spoiler:

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Estamos forrados>, mientras hace este balance el presidente Hudsucker parece tener la mirada perdida en la gran ventana con visión a los rascacielos, entonces este coge el reloj de bolsillo, le da cuerda y lo deja sobre la gran mesa, falta un minuto para las doce, de sonido de fondo tenemos el tic-tac del reloj, hace un carraspeo, todos le miran, se levanta y da una chupada a su puro, lo deja en el cenicero, se apaña los gemelos de la camisa, se sube en sus sillón, para después ponerse de pie sobre la enorme mesa, todos le miran desconcertados, toma carrerilla y justo cuando el reloj da las 12 comienza a correr sobre la mesa hacia la ventana, en un esplléndido plano desde abajo lo vemos salir por la ventana disparado, justo en lo alto tiene el grandioso reloj del edificio, entonces los planos cambian viéndolo caer gritando y con los brazos abiertos, un toque coeniano cuando pasa por una ventana abierta con una oficinista escribiendo a máquina y con la velocidad de la caída del suicida los folios de la mesa vuelan, la música de fondo es sacra coral, mientras lo vemos acercarse a la calle pide a la gente de abajo que se aparte, y oye un “plof” seco, con la elegancia de que no vemos el desparrame en el suelo, y hay otro toque coeniano con un contrapicado de una mujer oronda gritando a mandíbula batida, descacharrante humor negro; Las delirantes normas que un operario le da a Norville con la coletilla mantra de <... te reducen el sueldo...>; El jocoso tramo en que un operario aparece en la sal de correos con el sobre azul, y como todos desaparecen; Cuando Norville le lleva el sobre azul a Mussburger y le enseña su gloriosa idea, un papel con un círculo (un desternillante running-gag), tras esto se produce un homenaje al cine mudo de humor, con Mussburger en primer plano hablando por teléfono y Norville en segundo plano intentando apagar un fuego en una papelera y como su torpeza encadena desastre tras desastre, acabando el estropicio con Mussburger cabeza abajo fuera de la ventana, con el abismo bajo él, sostenido por Norville de los pies, las costuras se empiezan a romper de los pantalones de Mussburger, y entonces se produce un fascinante montaje paralelo flash-back en que vemos como el sastre de Mussburger le salvará la vida;  El modo en que Amy Archer despliega su ingenio para simpatizar con Norville, viendo la escena en uyn bar a través de dos taxistas que relatan en off lo que va a ir sucediendo; Cuando otro miembro de la junta de Hudsucker Proxy decide saltar como el presidente y el cristal ha sido reforzado con plexiglás, quedando estampado cual toon;  Todo el tronchante proceso de fabricación del hula-hop; El tramo en que el hula-hop estirado a la calle y este rueda hasta un niño que lo baila de modo extraordinario, lo ve una jauría de niños que quedan abortos ante la danza y corren en manada a comprar aros, vibrante esto bajo los frenéticos acordes de la música “Sabre Dance " de Gayané; El clímax final, vemos caer al vacío al desolado Norville desde lo alto del rascacielos y de modo sorpresivo para en seco, entonces vemos al encargado del gran reloj del edificio que ha puesto el palo de la fregona para frenar el engranaje del susodicho, y este habla a cámara que no se le está permitido hacer eso pero es lo mejor que se le ha ocurrido, una luz blanca se aproxima a lo lejos entre la nieve que cae, está cantando, hasta que vemos que es un ángel tocando una guitarrita, en realidad es Waring Hudsucker, entonces el ángel le habla de la carta azul que no entregó, devolviendo la ilusión a Norville, pero en paralelo vemos Moses y  Aloysius pepelar tras el mecanismo del reloj que puede hacer que el tiempo corra y Norville muera estrellado contra el asfalto.

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Los hermanos Coen

El ángel que aparece para salvar al protagonista, es un claro tributo al también ángel Clarence de “Qué bello es vivir”. Sam Raimi director segunda unidad, rueda la secuencia del suicidio de Waring Hudsucker y la del virtuoso niño con el hula hoop.


En conjunto una notable película de las que te hace pasar un rato ameno, de las que recordaras por su bello envoltorio homenaje al cine de oro, y por su vitalista moraleja. Fuerza y honor!!!

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