EL PUENTE SOBRE EL
RIO KWAI.
Clásico imperecedero del inglés David Lean, obra con la que comenzó su exitosa
senda por las superproducciones épicas, fusionando su estilo intimista con el
épico, en esta aborda desde el cine bélico una historia con curiosamente pocas
escenas bélicas de acción, todo enfocado a la complejidad del ser humano, hacia
un análisis de personalidades, provocando enfrentamientos entre los roles que
son la salsa del relato, haciendo un punzante análisis sobre el honor, la dignidad
y el sentido del deber (castrense), aparte de la fascinante puesta en escena.
Basada en novela de “Le Pont
de la Rivière Kwai” (1952) de Pierre Boulle (“El
planeta de los simios”), que fue
prisionero de guerra en Tailandia, obra de ficción, inspirándose en la
construcción ferrocarril
de Birmania entre 1942-1943, por parte de prisioneros de guerra esclavizados, el
guión es de Carl Foreman (“Hombres” o “Solo ante el peligro”), Lean no quedó
satisfecho y fichó a Michael
Wilson (“Un
lugar en el sol” o “El planeta d los simios”) para reescribirlo, ambos escritores tenían tuvieron que escribir en
secreto, estaban en Lista Negra
de Hollywood, derivando
en que en los créditos oficialmente estaba Boulle (no hablaba Inglés), siendo
el que recibió el Oscar al mejor
guión adaptado, en 1984
Foreman y Wilson recibieron póstumamente el premio, en las versiones restauradas
ya aparecen los dos verdaderos guionistas en los créditos. Aún con todo lo
bueno, que es mucho, detecto en su revisión algunas arrugas que merman un poco
el resultado final. La cinta fue nominada a 8 Oscars, obtuvo 7 Oscars (película, director, guión
adaptado, actor, fotografía, música y montaje).
Estamos a principios de 1943, en plena WWII, en medio de la selva Birmana los invasores
japoneses realizan un ferrocarril con mano de obra de los prisioneros de guerra
británicos, bajo unas condiciones trabajo extenuantes, las obras son comandadas
por el Coronel Saito (Sessue Hayakawa ), con la llegada de un nuevo destacamento de prisioneros el Coronel
informa que deben realizar la decisiva construcción de un puente sobre el río
Kwai, y que los oficiales también deben currar, el Tte. Col. Nicholson (Alec
Guiness) reniega de que los oficiales trabajen, alegando la Convención de
Ginebra, Saito nohace caso a este tratado, y ante la negativa recalcitrante de
Nicholson es encerrado en un estrecho cubículo de chapa como castigo hasta que
ceda. También tendrán importancia en la historia el comandante estadounidense
Shears (William Holden), un descreído prisionero, el Major Clipton (James
Donald), es el oficial médico del campamento de prisioneros, el Major Warden (Jack
Hawkins), un oficial británico de operaciones especiales, y el canadiense Tte.
Joyce (Geoffrey Horne), otro de operaciones especiales.

La historia se puede dividir
en tres parte: La primera enmarca el duelo psicológico y físico entre los
Coroneles Nicholson y Saito, dos tipos rectos, inquebrantables, que chocan en
sus cerrados conceptos castrenses, la firmeza de ambos deriva en una batalla
increscente sofocante, colisionan la flema británica de afrontarlo todo con
impasibilidad frente al bushido japonés impuesto a los militares nipones, con
momentos de una enorme tensión. Aquí se tocan temas como el sentido del deber,
el servicio a unas normas, o la inflexibilidad como arma moral; La segunda, en
este tramo el duelo Nicholson-Saito desaparece, Saito pasa a ser un espectador
del trayecto ambiguo y complejo, el modo en que Nicholson toma la construcción
del puente como un medio de desterrar lo ociosidad en las presas tropas
inglesas y poco a poco esto se convierte en un reto narcisista para él, algo
que de sentido a su vida, esto a pesar de que cruce la línea hacia el
colaboracionismo. Aquí se toca el tema de cómo el sentido marcial puede ser
pervertido de modo que lleve a la confusión; La tercera parte nos acerca a
Shears, nihilista militar estadounidense, harto de la contienda intenta ser
licenciado, y en cambio es reclutado a la fuerza a una misión británica para
destruir el puente, comandada por el Major Warden. Aquí asistiremos con un tono
de aventuras al radicalismo por conseguir un objetivo, a lo duro que puede ser
matar a sangre fría; Y está el clímax final donde todas estas tramas se funden
en una épica conclusión. Donde la locura que grita un personaje explota ante el
espectador, la locura extremista de Nicholson, Saito y el Major Warden.

El film reflexiona con
mordacidad sobre como el sentido militar puede llegar a distorsionar la
realidad de modo tan siniestro, reflexiona sobre el sentido de la palabra
honor, sobre el sin sentido de las guerras, sobre los sacrificios que estas
acarrean, sobre la soberbia, sobre el orgullo, sobr5e el clasismo militar, sobre
el enfrentamiento no solo bélico, sino cultural entre occidente frente a Japón.
Este choque es el combustible de la primera hora, reflejado en los dos
Coroneles, Saito vs. Nicholson, dos obsesionados, obcecados, rígidos, que
poseen un caustico sentido del honor y del deber, que con tal de ganar la
partida al otro son capaces de autodestruirse en sus torticeros métodos de
pugna. Es curioso como Nicholson utiliza retorcidamente el hecho de que le ordenaron
sus superiores rendirse, y de este modo tienen excusa para no rebelarse contra
sus captores. Por otro lado está Shears, la antítesis de estos dos coroneles,
un militar cínico, ajado, individualista, harto de la guerra, una mirada
egoísta del conflicto. Y está el Major Clipton, el doctor es un tipo
pragmático, humanista, idealista, espectador equidistante de los
acontecimientos que lo único que intenta es que sobrevivan los más posibles y
que asiste perplejo al desvarío del Coronel Nicholson. Ello en un increscendo de
tintes psicológicos notablemente construido y desarrollado, donde la fuerza de
voluntad de uno y otro es puesta a prueba, un combate humanista donde los
límites de la razón (de la locura) son puestos a prueba.
Lean imprime un ritmo fluido,
apoyado en un guión rico en situaciones y diálogos sugestivos, con momentos de
gran intensidad, atomizándose en un final maravilloso de los que recordaras por
siempre, con una delineación de personajes muy matizados, con aristas , con
defectos, humanos, con los que es fácil empatizar. Asimismo el film no cae en
lo facilón de representar a los malos (los japoneses) como villanos
caricaturescos, Saito es tratado con respeto, con dignidad, integridad. Llama
la atención que siendo un film bélico apenas hay escenas de acción, apenas un
par de tiroteos en escaramuzas, pero nada de batallas, la historia está más
enfocada a los duelos psicológicos, a los diferentes modos de afrontar la
Guerra.
En su debe está que el tiempo
ha dejado traslucir algunas de sus costuras; Uno de los motores del film
debería ser el sufrimiento de los presos, de hecho el ferrocarril se llamó el
de la muerte por los cientos que fallecieron en su construcción, pues aquí ese
padecimientono se deja traslucir, no se aprecia hambre, penalidades, penurias
físicas, no vemos crueldad alguna de los japoneses hacia los reos (solo la de
Saito frente al intransigente Nicholson), de hecho en una secuencia vemos a los
ingleses en pleno caos en el puente bañándose alegremente, en la enfermería no
se refleja gran dolor, no hay ensañamiento alguno de los japos hacia los
británicos, es que apenas se ven muertos, queda algo acartonado esto al no
poder el espectador identificarse con dolor alguno de los prisioneros; En el
comando que mandan a hacer volar el puente hay incoherencias como que Shears
sea reclutado, primero con su personalidad nunca hubiera aceptado, ni siquiera
la amenaza de la cárcel, la misión era prácticamente suicida; Tampoco se
entiende sea reclutado, sin preparación, mayor y metido con calzador con la
excusa de que él sabe la ruta, cosa que sobre el terreno se deja a un lado;
Pero es que si mayor era Shears mucho más lo era Warden, otro metido con
calzador, viéndose que no está preparado para la misión; Luego está el equipo
de “sherpas” que llevan el equipo del comando, que este compuesto en su mayoría
por bellas señoritas orientales chirría bastante, máxime cuando se no s
muestran escenas tan estridentes, propias del paraíso con una de ella lavándole
el pelo a Shears, cruje; Luego está su clímax,
Nicholson se da cuenta del cable y se lo dice a Saito, y los dos solos
van a investigar, en vez de ir acompañados de un séquito de militares, y en la
cumbre de la incongruencia, el tren cae tras la explosión al río y de pronto
han desaparecido todos los soldados nipones, es que todos estaban sobre el
puente? La guinda es que hay un plano final aéreo en que vemos la zona zero sin
rastro del tren y sus vagones se han evaporizado. Tampoco es desdeñable el feo
que le hacen a los japoneses, estos se quejaron del film, y no sin razón, de
exponer que los ingenireros nipones no estaban preparados para hacer un puente,
cuando esto estaba muy alejado de la realidad, siendo muy biuen organizados en
sus obras y grandes arquitectos en sus infraestructuras.
La puesta en escena es una de
sus grandes bazas, con un extraordinario trabajo en la dirección artística de
Donald M. Ashton (“La fragata infernal”, “Indiscreta” o “Oh, qué guerra tan
bonita”), rodándose en hermosos escenarios naturales cerca de de Kitulgala , Ceilán (hoy Sri Lanka ), el puente fue real y no una
maqueta, tardaron seis meses en construirlo (250.000 $ costó), necesito 500 obreros y 35 elefantes para construirse, el tren también real fue comprado a los descendientes de un
coleccionista, todo esto enaltecido por la fotografía de Jack Hildyard (“Cleopatra”, “Casino Royale” o “Topaz”) en color y cinemascope, de un fulgor naturalista impresionante,
resaltando el aislamiento del entorno del puente, su verdor, su humedad, su
calor, captando imágenes de gran belleza, resaltar que la espectacular
destrucción del puente se filmó con cinco cámaras. Otro elemento memorable es
la mítica música del film, un icono es la melodía silbada a coro por los
militares presos mientras desfilan, la marcha "Colonel Bogey", oída cuando entran en el campo, marcha escrita en 1914 por Kenneth J. Alford , seudónimo del Maestro de
Banda británica de Frederick J. Ricketts, idea de que sonara este tema fue de David Lean, en principio, no gustó al
productor fuera silbada la melodía mientras entraban al campamento de
prisioneros japonés, Lean veía (acertadamente) le daba al grupo sentido de
unidad, camaradería y sobre todo dignidad moral, afortunadamente Lean se salió
con la suya y el tema q para siempre al film, tema con los arreglos musicales del compositor Malcolm Arnold (“El déspota”,
“Whisky y gloria” o “Trapecio”), que compuso para el film el vibrante tema “La
marcha del Río Kwai”, interpretado por una orquesta fuera de pantalla, que se
oye durante los créditos finales, durante el film la música en off es
inexistente, la historia se surte de sonidos ambientales de la naturaleza que
hacen meterse al espectador en la acción.
Spoiler:


Momentos recordables: La
llegada de los presos ingleses al campamento japonés al son coral de los
silbidos con el pegadizo tema "Colonel Bogey", demostrando gran dignidad los soldados mientras vemos sus pies
descalzos, ensangrentados, hinchados, con botas hechas jirones, y ellos
mantienen orgullosos el paso; El duelo entre Saito y Nicolson, primero con la
amenaza de ametrallamiento, y después teniendo que soportar de pie todo el día
con el sofocante calor pegando en sus enjutos cuerpos, para acabar con
Nicholson aguantando estoicamente su estancia en un pequeño cubículo, con
intensos duelos dialécticos, acabando con la victoria moral de Nicholson,
celebrada con alborozo por las tropas presas; L huida de Shears, un tramo muy
bien desarrollado para empatizar en el espectador el sufrimiento del escapado;
Cuando el Tte. Joyce no es capaz de apuñalar a un soldado japonés, duda y tiene
que ser Warden quien lo asesine, esto entroncando con el final en que si es
capaz de hacerlo Joyce; Cuando Nicholson demuestra haber perdido la razón, para
su orgullo y soberbia decide que el puente se acabara para la fecha marcada por
los japoneses, rechazando en su alterada dignidad la ayuda de estos, y rompe su
regla de que no trabajen los oficiales, y en el colmo del despropósito, decide
sacar a los enfermos ingleses de la enfermería para ayudar en las obras,
realizando tras Nicholson un desfile tétrico de maltrechos humanos entre las
tumbas de los muertos; El tenso tramo de la colocación de los explosivos en el
puente, aportando gran suspense y tensión latente con el sonido de las botas de
los vigilantes japoneses sobre los tablones del puente, ello con la paradójica
celebración de los presos ingleses de la finalización del puente a tiempo; El
monólogo que vemos de espaldas de Nicholson que le da a Saito sobre el puente,
dando entender el orgullo por tener sentido haber realizado el puente; Todo el
clímax final, primero con la sorpresa
mañanera de que el cauce del río ha bajado y deja al descubierto gran parte del
cableado del detonador, luego con con Nicholson dándose cuenta de que algo pasa
con los cables, avisa a Saito y tras intensos segundos siguiendo el cable
estalla la acción con un Nichoslson desorientado que nunca sabremos si recuperó
la conciencia o fue fruto del azar cayera sobre el detonador; En el epílogo el
Major Clipton gritando “Madness! Madness! Madness!” (Locura!...) ante el dantesco
panorama de destrucción y muerte.
Alec Guiness realiza una formidable
actuación, da vida con temple y carisma al Col. Nicholson, lo dota de mesura,
contención, flema, elegancia en sus modos, y sobre todo de enorme carisma, con
un arco de desarrollo complejo y rico en tridimensionalidad, Final del formulario

Charles
Laughton originalmente el elegido como
el Coronel Nicholson, pero el lugar de rodaje selvático, calor, hormigas, le
hizo desestimar el rol. Sessue Hayakawa da muy bien con la pose del asceta
Coronel japonés, imprimiendo a su rol inquietud, carácter, crueldad y dejando
emitir fragilidad y debilidad. William Holden da bien con el individualista
egoísta que a la fuerza debe volver al infierno, sintiéndose forzado al sentido
del deber. Jack Hawkins está notable en su Major Warden, un estoico militar
capaz de sacrificarlo todo por completar una misión. James Donald como el
oficial médico aporta raciocinio, temple, observa turbado el proceder de
Nicholson, para él son las últimas palabras del film.


La novela está inspirada en
una historia real, soldados británicos bajo las órdenes de los japoneses
construyeron ese puente durante la Segunda Guerra Mundial con el resultado de
más de 200 muertos, la aviación americana lo destruyó y luego fue construido
otra vez en metal (el puente existe a día de hoy). La construcción fue en 1943
de uno de los puentes de ferrocarril sobre el Mae Klong,
renombrado Khwae Yai en la década de 1960, en un
lugar llamado Tha Ma Kham, a 5 km de la tailandesa ciudad de Kanchanaburi. El famoso ferrocarril de
Birmania-Siam, construido por la Commonwealth , holandés y prisioneros de guerra, era un proyecto japonés impulsado
por la necesidad de mejorar las comunicaciones para apoyar el gran ejército
japonés en Birmania. Durante su construcción, aproximadamente 13.000
prisioneros de guerra murieron y fueron enterrados a lo largo de la vía férrea.
Se estima que entre 80.000 y 100.000 civiles también murieron en curso del
proyecto, mano de obra, principalmente forzado trajo de Malaya y las Indias
Orientales Holandesas, o reclutados en Siam (Tailandia) y Birmania. Dos fuerzas
de trabajo, una con sede en Siam y otra en Birmania, trabajó desde los extremos
opuestos de la línea hacia el centro. Los
incidentes retratados en el film en su mayoría son ficción, aunque
representa las malas condiciones y sufrimiento causados por la construcción del ferrocarril de Birmania y sus puentes,
históricamente, las condiciones eran mucho peores de lo reflejado. La destrucción
del puente como se muestra en la película es ficticio, se construyeron
dos puentes, un puente de madera temporal y uno de acero permanente, con hormigón
meses más tarde, ambos se utilizaron durante dos años, hasta que fueron
destruidas por los bombardeos aliados, el puente de acero fue reparado y se
encuentra todavía en uso hoy en día. El verdadero oficial británico en el puente era el teniente coronel Philip Toosey. Toosey era muy diferente de Nicholson
y no fue colaborador, hizo tanto como fue
posible para retrasar la construcción del puente. Nicholson desaprueba los actos de
sabotaje y otros intentos deliberados para retrasar el progreso, Toosey animó a
esto, ejemplo fue la recogida de termitas para incrustarlas en el puente de
madera, o hacer mala mezcla de hormigón. En la película se medio da a entender
que el coronel recupera la cordura. En la novela, Nicholson intenta matar a los
dos oficiales británicos, volviéndose contra su propio ejército y al final son
alcanzados por el mortero del otro, muriendo los tres, de hecho en el libro el
puente no es destruido. El Coronel Saito realmente
existió, a diferencia de la película, era un personaje culto, inteligente y
humano que respetaba y trataba con compasión a sus prisioneros. Tossey le salvo
de la horca tras un consejo de Guerra gracias a sus declaraciones. Cuando
Tossey muere en el año 1975 Saito visito su tumba.
Película relativamente fiel a
la novela, con dos excepciones importantes: Shears, pasó de inglés a marinero
estadounidense en el film, imposición del estudio que quería a un protagonista
estadounidense; Además, en la novela, el puente no es destruido, el tren cae al
río de una carga secundaria colocada por Warden, pero Nicholson (sin darse
cuenta de "qué he hecho?") No cae sobre el émbolo, y el puente sufre
daños menores. Boulle disfrutó de la versión de la película, aunque no estaba
de acuerdo con su punto culminante.
El rodaje de la explosión del
puente era el 10 de marzo de 1957, en presencia de SWRD Bandaranaike, primer ministro de Ceilán, y un equipo de dignatarios del gobierno. El cámara Freddy Ford fue incapaz de
salir del camino de la explosión a tiempo, y Lean tuvo que dejar de filmar. El tren chocó contra un generador en
el otro lado del puente y se hundió.
Fue reparado a tiempo para ser utilizado a la mañana siguiente, con
Bandaranaike y su séquito de espectadores. Mil toneladas se utilizaron de explosivos para volar
el puente.
En conjunto, sumado lo bueno y
malo, un notable film bélico que da un visión ambigua del patriotismo, el
orgullo y la dignidad. Fuerza y honor!!!
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