miércoles, 15 de junio de 2016



CIUDAD DE DIOS.

Resultado de imagen de cidade de deus filmResultado de imagen de cidade de deus filmLos realizadores brasileiros Fernando Meirelles y Kátia Lund nos regalan una Magna radiografía del submundo que se esconde en los patios traseros de las grandes ciudades, el lugar donde se tira lo que no sirve o estorba, en Rio de Janeiro estos lugares toman el nombre de favelas, allí residen las miserias de nuestro mundo, las vergüenzas, el germen del crimen. Los directores se acercan de modo vibrante a este collage de personajes al límite, lo hacen claramente influenciados por el cine de Scorsese, el de Tarantino, el de Guy Ritchie, David Fincher, Peckinpah, o por el film “Amores perros” de Iñárritu,  e incluso el neorrealismo italiano, es una mirada deprimente a estas barriadas de la periferia, el componente geosocial marca a fuego a los allí residentes, envolviéndolos en una espiral de violencia de la que parece casi imposible escapar, una jungla donde prima el darwinismo social, o sea, la ley del más fuerte, en lo que incluso podría entenderse como una alegoría del capitalismo salvaje, con un enfoque prístino hacia como ya desde niños esto se va inoculando en los infantes, como lo van mamando y al final para avanzar su horizonte es convertirse en criminales, como los referentes a los que ven a diario. Adaptación del best-seller homónimo (Cidade de Deus) de 1997 de Paulo Lins, residente habitante en Ciudad de Dios relata hechos reales, el cineasta Meirelles contó con la colaboración de Katia Lund, documentalista de las favelas, con guión de Bráulio Mantovani (“Tropa de élite”), sintetiza formidablemente las más de 600 páginas del libro, con más de 300 personajes y ningún protagonista claro, lo hace de modo trepidante, desarrollando un relato seco, desprovisto de juicios morales, dejando al espectador como ente inteligente al que no hay que dárselo todo masticado, sin acudir  maniqueísmos sensibleros, y ello los realizadores lo evolucionan de modo eléctrico, palpitante, vertiginoso, manejando de modo magistral recursos modernos que imprimen vigor y atrapan al espectador en este descenso a las cloacas de nuestra deprimente sociedad. Contado de modo no lineal, con continuos saltos temporales, con mucha mordacidad y humor negro, aderezado por unos actores no profesionales que bañan de naturalidad el relato. Resulta paradójico que la favela se llame Ciudad de Dios, cuando más bien es la puerta al Infierno, donde como bien he leído Dios está bastante lejos de estar presente aquí, si fuera allí no aguantaba un paseo.

Resultado de imagen de cidade de deus filmEl escenario es un barrio pobre de Río de Janeiro, Ciudad de Dios, creado en la década de los 60, allí germinó el crimen organizado comandado por chicos imberbes, se narra el crecimiento y auge de las violentas bandas que dominan el lugar, y de cómo se enfrentan entre ellas por el monopolio del tráfico de drogas. La historia es vista a través de los ojos de Buscapé (Luis Otávio de niño, Alexandre Rodrigues de mayor), un niño que crece en medio de las miserias y salvajismo atávico. Personajes importantes son el Trío Ternura Marreco (Renato de Souza), hermano de Buscapé, Cabeleira (Jonathan Haagensen) y Alicate (Jefechander Suplino), conformaban trío ternura, el violento desde niño Dadinho (Douglas Silva), de mayor Zé Pequenho (Leandro Firmino) tomará el liderazgo criminal de la favela, su socio Bené (Michel de Souza de niño, de adulto Phelipe Haagensen), su enemigo en la favela, Cenoura (Matheus Nachtergaele), Mané galinha (Seu Jorge), un chico de buen corazón que sufre la maldad de la favela, y la chica de la que se enamora Buscapé, Angelica (Alice Braga).

Resultado de imagen de cidade de deus filmLos directores dotan de gran intensidad la narración, construyendo personajes tridimensionales, carismáticos, matizados, empujados por el entorno, saben manejar con magna habilidad el guión para que sus muchísimos personajes queden delineados en pocos trazos, impregnándolos de fondo dramático, es un pesimista fresco sobre la vida en las favelas, un cuasi-inframundo del que es complicado escapar a las garras del delito y la amoralidad, parece la única salida a la pobreza, ello aderezado con diálogos punzantes, cínicos, irónicos, con voz en off del que será un espectador imparcial de la vida en esta favela, Buscapé, que nos relata con gran acidez y tono sarcástico la odisea en este submundo. Los directores tienen la inteligencia para distanciarse de los personajes, no glorificar a estas víctimas de la sociedad. El retrato abarca tres décadas en Ciudad de Dios, cómo mientras crece en población la favela, crece el delito, y los antihéroes en ella se reproducen en esta marginal cloaca, explora con sagaz bisturí los orígenes y las repercusiones que tiene tanto en los que caen en la delincuencia, como en los que la padecen y como algunos son arrastrados sin querer. Esto contado con pulso firme, arrollador, fulgurante, no te da respiro, componiendo secuencias de un alto valor, de las que emocionan, conmueven, te turban, con un montaje memorable te magnetiza, entrecruzando fenomenalmente las subtramas, siendo todas importantes, haciendo el espectador este absorbido por una narración brutal, donde se dan cita todos los excesos y patetismo de nuestro mundo, las armas, las drogas, los asesinatos, las venganzas, los crímenes pasionales, violaciones, robos, y ello con los niños mamando o siendo artífices.

Resultado de imagen de cidade de deus filmSe muestra una sociedad marginada y paradójicamente en un “Paraíso” turístico como Río de Janeiro, lugar que nos venden de fiesta infinita, bailes samberos, promiscuidad, playas edenísticas, pero aquí se la trastienda, el basurero humano que es esta favela, lugar donde prima la incultura (el líder Zé Pequenho no sabe ni leer), la degradación social, la pérdida de valores, de referentes a los que agarrarse, donde la corrupción moral provoca la putrefacción más siniestra. Film de denuncia social, exhibiendo un microcosmos desalentador donde reina la impunidad, el más salvaje y sin sentimientos tiene el poder.

Resultado de imagen de cidade de deus filmEl modo de afrontar este Averno de situación en la barriada se puede entender mediante cuatro personajes: Buscapé, un idealista, que sueña con dejar el barrio y dedicarse a la fotografía, su gran pasión, ante los primeras adversidades decide hacer criminal, pero él no está hecho para eso, ni tan siquiera la muerte del hermano, Marreco, consiguen que entre en la espiral, es la brújula moral de la cinta; La antítesis es Ze Pequenho, que es seducido desde muy niño por la violencia y el mundo del crimen, chico analfabeto, un sádico que disfruta infringiendo dolor y matando, un asocial sociópata sin más horizonte que cual depredador tener más y más territorio; Bené es el socio de Zé, su contrapeso, chico jovial, inquieto, coqueto, que intenta con poco éxito hacer pensar a Zé que no hay que matar a todo el que te molesta; Y Mané Galinha, quizás el ejemplo más notorio de la fuerza demoniaca de esta favela, tipo noble, pacífico, trabajador, pero que es empujado al lado oscuro por venganza, por haber sufrido las fauces del mal decide revolverse embarcándose en ser el también un lobo desalmado.

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Resultado de imagen de cidade de deus filmResultado de imagen de cidade de deus filmLa puesta en escena es antológica, con un diseño de producción de Tulé Peak (“Tropa de élite”), diferenciando los escenarios entre los tres periodos tratados, para la década de los 60, filmado en Nueva Sepetiba, Rio de Janeiro, segunda parte de los 70, rodado en una urbanización construida en el momento, Ciudad Alta,  la tercera y última se rodó en estudios con escenarios mugrientos feistas, alejados de las postales icónica de Rio de janeiro, esto atomizado por la fascinante fotografía de César Charlone (“El jardinero fiel”), dotando de una tonalidad distinta a cada segmento temporal, evocando espléndidamente cata época, manejando con gran reflejo expresionista filtros de imagen (Naranja, dorados, marrón, arenosos, macilentos) , con iluminación por momentos hiperrealista para acentuar algunas situaciones claves, utilizando de modo prodigioso recursos como la cámara lenta, las superposiciones temporales, pantalla dividida con escenas en paralelo, cámara al hombro, ello adaptándose al modo neurálgico de la acción. A esto se suma la maravillosa edición de Daniel Rezende (“El árbol de la vida” o “Robocop”), una lección majestuosa de saber manejar los tiempos, acelerando y decelerando cuando la narración lo requiere, sublime. El músico Ed Côrtes  (“El Señor de la Guerra” o “Seduciendo a un extraño”), y Antonio Pinto (“El Señor de la Guerra” o “Collateral”), componen una puntuación excitante, muy rítmica, con reminiscencias samberas, con sonidos de tambores, flautas, en un alarde de soberbia simbiosis con las imágenes.

Resultado de imagen de cidade de deus filmLa galería de decenas de actores rezuman frescura chispa, naturalidad. Destacaría a Douglas Silva como Dadinho, tremenda su sonrisa mientras dispara, también buena la actuación de Leandro Firmino con el mismo personaje de mayor, transpira amoralidad y psicopatía misántropa. Phelipe Haagensen está muy bien como bené, el delincuente que intentará escapara a la espiral, emite empatía y buen rollo.

Resultado de imagen de cidade de deus filmResultado de imagen de cidade de deus filmEl film en su no lineal desarrollo se divide en tres partes, separadas más o menos por décadas: Tras un fulgurante arranque la cinta nos sumerge en el largo flash-back que será el grueso del metraje. Primer tramo en los 60, nos presentan el nacimiento del barrio Ciudad de Dios, nos acerca al Trío Ternura, tres jóvenes delincuentes de poca monta que son el referente de la chavalería del barrio, roban camiones del gas, a incautos y en su golpe estrella un motel, y de fondo la contraposición de otros dos, el narrador, Buscapé, un niño que convive con la violencia y el crimen, pero que intentará eludirlo con su sueño de ser fotógrafo, por otro lado está otro niño, Dadinho, un niño sádico, un amoral que disfruta matando, su sueño es ser un capo dominador del barrio, para ello no duda en asesinar a todo cuanto le moleste lo más mínimo. En este tramo el estilo visual es más clásico, de fotografía en tonos ocres arenosos; El segundo tramo se inicia con la muerte del último de los trío ternura, Cabeleira ( Jonathan Haagensen ), es el segmento más rico en detalles, profundidad y desarrollo de personajes, refleja el salvaje ascenso al poder de Dadinho, ahora convertido en Ze Pequenho, un sanguinario que aspira a acabar con todos los traficantes de Ciudad de Dios y tomar el control, el centro de acción es una decrépita vivienda, cuartel general de Dadinho, y que los realizadores nos muestran su evolución de modo magistral, de cómo fue pasando de unas manos a otras hasta llegar a Zé, ayudado por Bené, el delincuente de buen corazón que intentará escapar de la espiral de crimen y muerte, entre los edifican la jerarquía de esta “industria” del narcotráfico, siempre con niños. Buscapé mientras sondea su lugar en el mundo, con escarceos vanos en el mundo criminal, o con otros intentos de dejar de ser virgen. En este tramo a imagen rebosa colorido, con recursos de cámara brillantes, a mano, o fija para exponer el recorrido vital del cuartel general de Dadinho a cámara fija, o dividiendo la pantalla con secuencias a tiempo paralelo para imprimir tensión dramática; La tercera y última parte es una montaña rusa repleta de ritmo trepidante. Arranca en la fiesta de despedida de Bené ( impresionante esta secuencia narrada con un pulso y una intensidad formidables), que deriva en el nacimiento de otro anti-héroe a la fuerza, Mané Galinha (Seu Jorge), ejemplo de cómo la espiral de violencia puede arrastrar a los más buenos, este por venganza se involucra en una guerra de la que solo se puede escapar muriendo, la guerra latente ya en el segundo tramo entre las bandas de Zé y Cenoura, que pugnan por el monopolio del barrio, desembocando en un increscendo magnífico en un clímax portentoso, donde los niños vuelven a ser secundarios necesarios en esta historia.

Spoiler:

Resultado de imagen de cidade de deus filmResultado de imagen de cidade de deus filmResultado de imagen de cidade de deus filmResultado de imagen de cidade de deus filmResultado de imagen de cidade de deus filmMomentos recordables: Buscapé “En Ciudad de Dios si corres te cogen y si paras te matan.”; Se inicia de modo penetrante, vemos un inquietante montaje de un afilamiento de cuchillos en una piedra, otro cuchillo corta verduras, otro cuchillo decapita a un pollo, es desplumado, una gallina escapa, veloz sortea a sus cocineros, corre por las calles del barrio mientras varios chavales se unen para intentar atraparla, están armados con pistolas, el animal esquiva con tremenda agilidad a sus cazadores, visionado con un vibrante montaje y adornado por música que dota de vigor la secuencia, se llega al clímax, la gallina llega frente al joven Buscapé, los perseguidores del ave le exigen a este que la coja, se agacha y de pronto aparece tras él la policía, y la panda de perseguidores sacan sus armas, encontrándose Buscapé… y la gallina en medio de una batalla, alegoría de la inocencia atrapada en la espiral de violencia; El atraco al motel-burdel por parte del Trío Ternura, narrado de forma fenomenal, en tres segmentos, uno el robo en sí, otro el momento en que vemos un carrusel de asesinados en el recinto, y el tercero más tarde cuando vemos quien produjo estos asesinatos, un niño de escasamente 10 años, con una pistola más grande que él, que entró en el local tras el Trío y fue con el arma disparando de modo sonriente a los que allí había, escalofriante su frialdad y asentimentalidad; El tramo magno en que se nos cuenta de forma original la trayectoria del piso cuartel general de Zé, una lección magistral de síntesis y lenguaje visual moderno para mostrar en un poco tiempo la evolución de la favela a través de este recinto criminal, mediante una cámara fija y superponiendo flash-back uno encima de otro, brillante; El espacio para el humor tiene su punto álgido en Buscapé, con sus escarceos torpes por dejar de ser virgen, ejemplo cuando una chica le da su número de teléfono y este sin despistadamente se hace se lía un porro con él, "Y mientras, yo seguía perdiendo oportunidades de perder la virginidad", o sus escarceos estériles en el mundo del crimen, dando idea de que no todos valen para el latrocinio; Cuando la banda de Zé atrapa a dos de los raterillos, entonces Zé les dice que elijan donde quiere que les dispare en la mano o el pie (por castigo por haber robado en el barrio), ellos responden sollozantes que en la mano, entonces les disparan en el pie, los dos gritan de dolor, Zé en el colmo de la amoralidad le ordena a otro niño, Filé, que mate a uno de los dos, el niño apunta a uno, este llora de modo desconsolado (con mocos incluso), Zé ríe cínicamente, y tras unos segundos cambia de parecer Filé y dispara al otro en la cabeza, Zé felicita al verdugo, y el que ha quedado vivo (y cojo) huye llorando, tremebundo; Todo el colosal tramo de la Fiesta de despedida de Bené, otra lección del manejo del tempo narrativo, del montaje ágil, del uso trémulo del increscendo, de las miradas, impresionante; El tramo enérgico en que se muestra la evolución hacia la criminalidad de Galinha, de cómo matar era la excepción al modo de atracar y al final la excepción se convirtió en la regla; Otro momento de humor negro se da cuando Zé tras un tiroteo, es acompañado por uno de su banda que no hace más que “rayarle” y termina Zé disparándole; Como vemos el asesinato de Zé desde la visión escondida de Buscapé, siendo el violento líder acribillado por los raterillos, una panda de niños, dando a entender subliminalmente que la espiral criminal vuelve a empezar desde abajo, justo como Zé comenzó.

 
Obra Maestra a todos los que gusten de gran cine, de cine que te remueve, del que te hace reflexionar, del que te deja grandes momentos, del que te entretiene, CINE. Fuerza y honor!!!


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