MUSTANG.

Buen film denuncia de la
represión femenina en la cultura islámica actual, feliz debut de la realizadora
francesa de origen turco Deniz Gamze Ergüven (hace el guión junto a Alice Winocour, de hecho la
historia se basa en las experiencias de ella, una producción gala pero rodada
íntegramente por un elenco turco y territorio otomano. Un drama que radiografía
con gran gusto estético la vida de cinco hermanas adolescentes, arrancando en
el último verano que perdieron su infancia y empezó el despertar de su
inocencia en un micromundo que se les va cerrando física y anímicamente a
medida que avanza el metraje, convirtiéndose el relato en un grito de rebeldía ante
las injusticias a las que son sometidas estas cinco ninfas. El título del film es bastante alegórico,
mustang proviene de la palabra castellana mesteño, referido a los caballos que
no tienen dueño, animales salvajes, llenos de energía que viven en libertad,
que no aguantan se les encierre, o se les intente domesticar, se rebelaran ante
sus captores, clara reflejo de lo que son estas hermanas, intentaran con toda
vitalidad escapar a la prisión y destino que se les quiere imponer. El casting
de las hermanas es uno de los grandes aciertos, cinco chicas que rebosan
espontaneidad, naturalidad, alegría, vitalidad, belleza, son fascinantes en su
picardía y frescura. La directora en su temor al tema (tabú) tratado, para
poder rodarlo con libertad ocultó el guion al equipo técnico por miedo se
negasen a filmar, da idea de que la libertad está coartada en Turquía,
resultando que ha recibido amenazas por su película. La directora dijo sobre el
mensaje de su film "Yo
quería decir lo que significa ser una mujer de hoy en Turquía, dijo el
director. El país se ha dividido entre dos corrientes, una progresiva y
otra hacia atrás, pero en los últimos años gana este último”.

El escenario es un pueblo
turco a orillas del Mar Negro, viven cinco hermanas adolescentes (entre los 12
y 16 años), huérfanas y a cargo de su religioso y ultraconservador tío, Erol (Ayberk Pekcan), y su abuela (Nihal G. Koldas), las hermanas
tras el él último día de clase en el verano celebran un día festivo en la
playa, allí juegan en el agua con los compañeros de clase subiéndose a hombros
de ellos para hacer peleas de “caballitos”, cuando vuelven a casa su abuela se
ha enterado de este juego que ella considera inmoral, temiendo incluso que
hayan perdido la virginidad ante tanta espiral de “perversión”. Entonces su tío
decide encerrarlas en casa retirándole cualquier artículo que las pueda
pervertir (teléfono, ordenador, móviles, peines, maquillajes, etc...), ya no
irán más al colegio, cuando salgan de casa será acompañadas del tío o abuela, y
vestidas con la túnica musulmana, su única misión a partir de entonces por
parte del tío y abuela es prepararlas para ser amas de casa, siguiente paso es
concertarles un matrimonio. La hermanas no se quedaran quietas e intentan por
todos los medios rebelarse, se escaparan a hurtadillas cuando puedan, tendrán
novios a escondidas, e incluso intentaran ir al futbol, ello en un clima de
represión increscente en su “hogar”. La historia es contada voz en off por la
hermana menor de doce años, Lale (Günes Sensoy), la más
rebelde, sus hermanas son Ece (Elit İşcan), la mayor, Sonay (İlayda Akdoğan),
Selma (Tuğba Sunguroğlu), y Nur (Doğa Doğuşlu), la que tiene más relación con
Lale. También tiene importancia un joven conductor de una camioneta, Yasin (Burak
Yigit), que entabla amistad con Lale.
Con un inteligente guión,
transpira realismo, conmueve, la historia te atrapa en su bucólico comienzo, la
inocencia, la cándida juventud, la vitalidad, la felicidad quien tiene toda una
vida por descubrir, rodado con preciosismo esto en clara contraposición al
mundo que se cierne sobre ellas, los
nubarrones en forma de integrismo religioso-costumbrista. Para bañarnos con la
pureza de la inocencia la realizadora recurre hábilmente a la menor de las
hermanas, ella será nuestros limpia mirada sobre la rigidez machista impuesta a
las mujeres, un totalitarismo arcaico anclado en la noche de los tiempos, todo
desarrollado de modo ágil, con diálogos frescos y que rebosan naturalidad,
introduciendo momentos de dureza dramática mezclado con dosis de humor que
resultan muy fluidos. Un lienzo donde tras el velo de cerrazón se haya la
energía vital de estas chicas, sus ansias de libertad, el marco es un
patriarcado machista que intenta cercenar a la mujer para dejarla en mero objeto
que solo servirá para ama de casa y tener hijos, ante ello se rebelan estas
ninfas, contra esto las ganas de vivir, de experimentar, de hacer lo prohibido,
la juventud como forma de oponerse a lo mohíno, a lo vetusto, el motor que hace
que el mundo avance.

La realizadora nos muestra la
evolución de estas hermanas, cada una con sus sueños, anhelos, frustraciones,
curiosidades, esperanzas, dudas, desolación, tristezas, complicidades, miedos,
en un increscendo sofocante, donde a cada “travesura” se les pone una barrera
física más (una puerta, una valla, una reja, etc...), para frenar sus ansias de
individualismo se las intenta controlar, manipular, lavar el cerebro, ello salpicado con mordaces gotas de ironía,
frente a una sociedad cerrada que intenta impedir que amen a quien quiera, e
incluso que rían. Es una batalla desigual, por un lado una dictadura patriarcal
que pretende someterlas con rancias reglas morales que hacen por asfixiarlas,
algo que puede asemejarse a un drama con tintes carcelarios, más y más rejas
para impedir huyan hacia la libertad, y
por otro la efervescencia adolescente, su voluntad de no ser prisioneras de un
orden establecido anacrónico. Es un retrato deprimente de una sociedad
conservadora, en un país laico, que en las comunidades rurales sigue
persistiendo la ignominia del patriarcado apoyado en la pervertida
interpretación ajada del Islam, donde cualquier atisbo de reflejo de impulso
femenino es visto como algo pecaminoso y condenable. Es también una lucha por
la liberación sexual de la mujer, de su sensualidad, reflejada sobremanera en
sus infinitos cabellos ondulados por el aire, símbolo de libertad indomable,
asimismo la obsesión por la castidad y virginidad hasta extremos nauseabundos,
con momentos que dan grima, ejemplo cuando una de las chicas tras no “sangrar2
en la noche de bodas es llevada a un doctor para compruebe si es “mercancía
defectuosa”, o sea, si ya no es virgen, esto emparentado con lo que debe ser el
“honor de la familia”, un honor vomitivo cuando está apoyado en momentos
vergonzantes como cuando sacan a las chicas a exhibirlas por el pueblo como
mercancía vendible al mejor postor.
La cinta se convierte en una
miscelánea entre la obra de Federico García Lorca “La casa de Bernarda Alba”,
donde una mujer tras enviudar por segunda vez decide enclaustrarse en su hogar
durante 8 años, encerrando con ella a sus cinco hijas, en una obra donde el
costumbrismo arraigado somete a las mujeres a seres secundarios frente al
hombre, asimismo recuerda al film de Sofia Coppola “Las vírgenes suicidas” (1999), donde
cinco hermanas adolescentes en los años setenta son enclaustradas en su casa
tras un hecho trágico, siendo coartadas por sus déspotas progenitores, con esta
cinta “Mustang” se empareja por la visión turbadora-hermosa con que presentada
su ambientación, que no hace más que perturbar en el contraste de represión
frente a estas preciosas “lolitas”.
Se agradece que se alejen de
un tono oscuro y lúgubre, no es drama sórdido y cerrado, se da luz y esperanza
a través del túnel (el que da acceso a Estambul), se muestra un hermanamiento
muy bien trenzado, se ven personajes buenos que intentan ayudar a las chicas,
ejemplo Yasin, no se hace caricatura de los integrista musulmanes, se exponen
en su tradiciones, pero sin caer lo facilón de ponerlos como desalmados
violentos, ejemplo es que tras una travesura de las chicas, hay una elipsis y
vemos que se pone una barrera física a sus escapadas, pero no hay vejaciones
físicas de tipo alguno, tampoco vemos una sociedad monolítica turca de
radicales, estos se mezclan con gente que emite modernidad, hay un partido de
futbol con solo público femenino, no se criminaliza de forma monocorde al país,
como tampoco tira de recursos dramáticos extremos simplistas, hace veamos
rendijas por donde entra la luz, luz representada e idealizada en la ciudad
cosmopolita y multicultural de Estambul.
No es una cinta redonda,
falta desarrollo para algunas de las hermanas, bastante difusas,
despersonalizadas, llegando a verse por momentos como grupo monolítico, a
algunas cuesta distinguirla en su personalidad. Tampoco resulta creíble que las
chicas no sepan que su tío y abuela son unos integristas, que no estén su
tutores vistiéndolas con túnicas con su pensamiento cerrado resulta un tanto
inverosímil, un corte muy abrupto que pasen de estar de fiesta con chicos,
vestidas con falda al modo occidental, con consentimiento tutorial, a estar
“condenadas” por indecencia, encierro donde solo podrán salir casándose con
quien les escoja el tutor, falta orgánicamente solidez. Asimismo su excelsa
factura visual va en su contra en algunos momentos, le hace perder fuerza
dramática y hondura.
La puesta en escena es uno de los pilares del film para impulsar su mensaje vitalista de rebelión contra la opresión, la luminosidad contra el avasallamiento, con un gran diseño de producción de Turker Isci, rodando en İnebolu, población turca junto al mar Negro, enclavada en un bello entorno rural que contrasta con la “prisión-hogar” donde están “presas” las cinco hermanas, asimismo se filmó un poco en Estambul, esto enaltecido por la formidable fotografía de David Chizallet y Ersin Gok, con mucho uso de la granulación, con hermosas postales de las chicas, excelsas en su imágenes en la casa aburridas, unas encima de otras, emitiendo claustrofobia, moviéndose la cámara entre ellas de modo cuasi-hipnótico, difícil no enamorarse de su candor, con muy expresivos primeros planos. Se suma la evocadora música del australiano Warren Ellis (“La proposición”, “La carretera” o “El asesinato de Jesse james por el cobarde Robert Ford”), con evocadoras melodías de violín, envolviendo los fotogramas en sugestivas estampas.

Momentos recordables, algunos ya
mencionados: Tras el juego con los chicos en la playa comienza el calvario de
estas en casa, y como el tío y abuela no se fían, las llevan a las cinco a un
médico para compruebe si aún son vírgenes, esto entroncará con algo que sucede
tras una boda; Como planean las chicas y llevan a cabo su escapada para ir a
ver un partido de futbol solo para espectadoras féminas, derivando en que una
tía de ellas las ve en la previa por la tele y decide ayudarlas rompiendo
primero el aparato emisor para la casa y a continuación el de el pueblo, se
pasa en su celo y deja sin luz a todo el pueblo; Cuando las visten a las
lolitas con túnica y las sacan a lucirlas cual ganado por el pueblo; La familia
que les visita para acordar el matrimonio con Sonay, ella se da cuenta y se
rebela ante la abuela, que decide pasar al plan b, o sea, a la siguiente en
edad, Selma sufrirá por defecto; Están comiendo en la casa, de fondo en la tele
se oye un machista discurso (real del vicepresidente turco), adoctrina sobre
como su retrógrada visión debe ser la mujer, entonces Sonay comienza a hacer
carantoñas y bufonadas, las hermanas la miran y sonríen, una de las cosas que
se oyen es que las mujeres no deben reír, sin embargo ellas ríen, aunque les
cueste un castigo; La boda
conjunta de las dos hermanas, Sonay se ve feliz y satisfecha, se ha casado con
quien ha querido, Selma se ve distante y triste, se ha casado con alguien que
no quiere, encima en la noche la familia del novio de Selma espera en la puerta
del dormitorio a que saquen la sábana manchada de sangre tras el fornicio, pero
no hay, entonces Selma es llevada a un médico para que certifique si es o no
virgen, ella se ve hundida, le da todo igual, el doctor le dice que el himen no
se ha roto; La realizadora confiere gran simbolismo a varios elementos, primero
está el mar como metáfora visual de la
libertad, donde las chicas juegan libres al principio, esto entronca cuando al
final las dos hermanas que han escapado al yugo ven el mar de Estambul como su
libertad, esta entrada a la gran ciudad viene precedida de una entrada en un
oscuro túnel, síbolo de sus vivencias, y apareciendo a la luz de Estámbul,
símbolo de la susodicha libertad.
Las actuaciones
resultan fenomenales, sobresaliendo por supuesto su quinteto de hermanas, donde
despunta Günes Sensoy como Lale, una enternecedora y carismática joven,
deslumbra en su desparpajo, alegría, ímpetu, gracia innata, una ninfa que
desborda la pantalla con su arrojo credibilidad. İlayda Akdoğan como Sonay, la
mayor, derrocha personalidad y carácter, estupenda. Tuğba Sunguroğlu como Selma, sufrirá con estoicismo y frialdad su
matrimonio concertado, excelente. Elit İşcan
(única no debutante, actriz de 21 años con 4 filmes) como Ece, le falta algo de
de desarrollo. Doğa Doğuşlu como Nur,
meritoria como la hermana más cercana de edad a Lale y su apoyo moral. Y entre
todas mana una fabulosa química que es la que hace nos emocione e importe lo
que les ocurra. Ayberk Pekcan como el tío Erol, notable interpretación, no
cayendo en el guiñol, dándole alma al opresor extremista. Nihal Koldaş como la
abuela protectora de las rancias tradiciones, da un perfil veraz. Burak Yigit
como el joven Yasin exhibe gran compenetración con Lale.
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La segunda por la derecha es la realizadora |

Turquía concede derecho de
voto a las mujeres mucho antes que Francia 12 , país oficialmente laico en el que las mujeres votan desde los años 30. Desde 1982 a 2002 , el movimiento de mujeres se
convirtió en una fuerza en Turquía. En 1983, una ley autoriza al aborto hasta la décima semana de embarazo. Pero desde que llegó al poder en 2003 el AKP , partido de Recep
Tayyip Erdogan, el patriarcado va recuperando poco a poco terreno, bajo la
apariencia de la tradición, la moral o la religión. En 2012, Erdogan comparó el aborto el "asesinato" y
su voluntad para que limitar el aborto a las cuatro semanas de embarazo. Sus
exhortaciones a tener más niños, el aumento de la población para permitir que
Turquía este entre las diez economías más poderosas del mundo. Una de las cosas que el gobierno actual, dijo Deniz Gamze
Ergüven, es transformar las escuelas seculares en las escuelas religiosas, tratan
de torpedear el secularismo en su origen. Esto con
intención de dar forma a una sociedad muy religiosa para poder dirigir a la población como ovejas en una
dirección u otra. Esto no es un
propósito espiritual, es con el fin de generar la cohesión social de la
identidad. El 29 de de julio de 2014, Bülent Arinç ,
viceprimer ministro, dijo: "Una mujer debe mantener una rectitud moral, no debe reírse
en voz alta en público. El
24 de de noviembre de 2014 Erdogan, convertido en
presidente de la República, asegura apoyándose
en el Corán, que la mujer no
puede verse como igual al hombre. "Nuestra religión, ha definido un lugar para las mujeres; la
maternidad. Ambos sexos no
pueden ser tratados de la misma manera, es contra la naturaleza humana. No se puede poner
en el mismo plano una mujer amamantando a su hijo y un hombre".
Sobre el disfuncional partido
al que asisten las hermanas: En julio de 2011 , durante un partido amistoso,
los seguidores del equipo de fútbol Fenerbahçe invaden el campo. En lugar de imponer
una multa al club o un partido a puerta cerrada, la Federación de Fútbol de Turquía decidió prohibir la asistencia de público masculino de más
de 12 años, el partido era el Fenerbahçe- Manisaspor, fue el 20 de septiembre
en el estadio Şükrü Saracoğlu en Estambul, siendo un hecho
insólito, el público se fue de 41.000 mujeres y
niños.
Film muy recomendable por su
didáctico mensaje de oponerse a la coartación de la libertad, en contra del
machismo recalcitrante apoyado en el ajado costumbrismo que a su vez se apoya
en la religión, siendo el marco Turquía, un pueblo laico, pero con el peligro
de convertirse en islamista, con lo que el film se convierte en un aviso contra
el retroceso que puede sufrir esta nación. Fuerza y honor!!!
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