EL CIRCO. (1928)
Chaplin
también intenta hacer una reflexión sobre el humor, sobre el humor que emana de
su icónico personaje Charlot, emparejándolo a los clown del circo, y es que
estos intentan hacer reír haciendo payasadas exageradas y Charlot no es así, de
hecho su cariz humorístico brota de la cotidianidad, de su patetismo, de su picardía,
de su necesidad de supervivencia, es por
ello que el humor del clown es efímero, mientras el de Charlot perdura por su
humanización, por sentirnos empatizados con su sufrimiento.
La puesta en escena resulta de
gran dinamismo, aportando fluidez narrativa visual, con una brillante dirección
artística de Roland Totheroth (“La quimera del oro”, “Tiempos modernos” o “El
Gran Dictador”), rodándose en los Studios Chaplin en Los Ángeles, el final
filmado en Glendale (California), recreando con mimo el microuniverso de las
ferias y el bullicio circense, realzado por la excelente fotografía de Charles
D. Hall (“Sin novedad en el frente”, “El Doctor Frankenstein” o “Drácula”), con
sugestivos travellings, contrapicados fabulosos como el de la escena
funambulista, todo en pos de sacar lo mejor de humor del slapstick. El film fue
reelaborado por Chaplin y Hanns Eisler en 1948, Günter Kochan escribió una partitura para musicalizarla, Chaplin escribió la letra de la música y cantó él
mismo "Swing little girl" sobre los créditos deapertura, con Merna Kennedy
balanceándose de fondo en un trapecio, para el reestreno de la película en 1970. Chaplin
compuso nueva bso para la película en 1967 estrenada en 1969-1970. 1947, Hanns Eisler trabajó en la música, utiliza la música para compuso para su septeto Nº 2 (“Circo") para flauta y flautín, clarinete en
si, fagot y cuarteto de cuerda bemol.
Spoiler:
Momentos recordables: La escena
de apertura sobre los créditos de inicio Chaplin canta “Swing, Little girl”
mientras la protagonista del filme se balancea en tiernamente en un trapecio; Todo
el tramo inicial es trepidante, hasta que Charlot aparece en el circo, un
encadenado de slapstick prodigiosos, con el carterista que le coloca sin
saberlo la cartera a Charlot para rehuir a la policía, vemos al Vagabundo en su
hambre le mordisquea a escondidas de su padre a un niño su comida, queda
retratada la pícara y necesitada personalidad del protagonista; o cuando los
gags desembocan en un Antológico plano, cuando Charlot huye de la policía por
una calle, vemos aparece este por la izquierda corriendo y a la vez vemos al
carterista aparecer por la derecha, y los dos corriendo en paralelo hacia la
cámara, sublime plano de los dos mirándose en su huida,y Chaplin saludándolo, y
los dos se vuelven a separa cada uno por un lado de la cámara, un prodigio de
coordinación; desembocamos en la huida con Charlot en una sala de espejos, un
poli aparece y lo detiene, pero los múltiples reflejos lo despistan chocando
con los reflectantes cristales (puede ser antecedente de la Icónica escena de
“La Dama de Shanghái” de Welles); luego está el delirante gag del protagonista
y el carterista fingiendo ser unos autómatas de feria para despistar a la
policía, con Charlot dando golpes con una porra en la testa del ladrón,
formidable los movimientos mecánicos; acabando Charlot tropezando con el circo,
con el jocoso gag de desmontar todos los trucos del mago “Profesor Bosco”
(George Davis), tramo tsunami de inventiva encauzada al humor; El enternecedor
momento en que Merna y el Vagabundo se conocen, a través del hambre de ella, y
él compartiendo en un bello gesto; El divertido tramo en que Charlot hace la
prueba para clown, ve entusiasmado a mandíbula batiente un número de payasos
parodiando el clásico momento de la manzana sobre la cabeza de Guillermo Tell,
en contraste con la seriedad de los otros que la observan, quedando patente la
candidez del Vagabundo; El impactante momento en que Charlot se queda atrapado
por accidente dentro de la jaula del león, un alarde de pantomima; El apoteósico
clímax funambulista de Charlot, este pretende ganar el amor de Merna, para ello
sustituye al especialista en la cuerda floja, pero ante el temor a la altura se
coloca un arnés con un cable de seguridad que un operario manejará desde el suelo,
esto los espectadores lo percibirán, entonces Charlot realiza acrobacias sobre
la cuerda tremendas, haciendo incluso el pino, pero el arnés se le suelta y
Charlot no se da cuenta y sigue feliz en la cuerda, hasta que se da cuenta y
comienza su miedo, el peligro se acentúa
cuando un grupo de monos del circo le acosan y lo atacan, delirante como
intenta mantener la verticalidad mientras los simios le hacen caer los
pantalones. Chaplin practicó durante semanas para poder rodar esta escena. No
usó dobles, él mismo se subió al alambre, en ocasiones llegó a estar a 12 m
altura, durante la edición se deterioró el negativo y tuvo que volver a
grabarse la escena. Según el propio Chaplin, la primera versión era más
graciosa que la que finalmente hemos podido ver; Su final, toda una oda al amor
puro, al sacrificio por lo que amas, por la felicidad de a quien quieres, hace
de Celestina Charlot, uniendo a Merna y al funambulista, y él decide, aunque
ella ha intercedido para que lo vuelva a contratar su padre para el circo, él
mira como la caravana del circo se aleja, se da la vuelta y se aleja
alegremente, la vida continua...
Citas de Charles Chaplin que
lo definen: “Un día sin reír es un día perdido”; “La primera obligación del
hombre es ser feliz y la segunda hacer felices a los que lo rodean”; “Haz de
los obstáculos escalones para aquello que quieres alcanzar”; “La vida es una
obra de teatro que no permite ensayos. Por eso, canta, ríe, baila, llora y vive
intensamente cada momento de tu vida antes que el telón baje y la obra termine
sin aplausos”; “Toda la vida seré un clown,
nada más ni nada menos, lo que me sitúa a mucha más altura que cualquier
político”.
Clásico imperecedero del gran
Charles Chaplin, comedia con unos cuantos gags excelsos. Muy recomendable a todos los
que gusten de pasar un rato ameno. Fuerza y honor!!!
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