LA NOVIA DE
FRANKENSTEIN.
Por Un Nuevo Mundo De Dioses Y
Monstruos.
Un clásico imperecedero del
terror, una excelente secuela que ha creado como la primera Iconos del Séptimo
Arte, como la Novia, con su moño cónico con rayos a los lados del peinado, y
con sus peculiares chillidos. Tras el éxito de la primera, 4 años después
repite equipo, con mismo realizador, James Whale, mismo Dr. Frankenstein, Colin
Clive y mismo impresionante Monstruo, Boris Karloff. Los guionistas cogen
material de la novela de Mary Shelley "Frankenstein: or, The Modern
Prometheus" (1818), que no tomaron en la primera, para hacer una versión
libre de la historia. En esta se vuelve a profundizar
en similar temática sobre las fronteras que no hay que rebasar en la ciencia
intentando jugar a ser Dioses, además se aborda la soledad, la necesidad de
compañía, el ostracismo social, la amistad o la lucha contra la muerte. Lo hace
superando en belleza gótica a su antecesora, con alegorías visuales que han
dado que hablar, con imaginería religiosa, necrófila y homosexual.
Arranca una tormentosa noche en
una mansión, allí están reunidos Percy Bysshe Shelley (Douglas Walton ) y Lord
Byron (Gavin Gordon)
y Mary Shelley (Elsa Lanchester), la afamada escritora tras una diatriba
sobre la lección moral que era su popular relato sobre el Monstruo creado por
Frankenstein , les conmina a seguir escuchando la segunda parte. Entonces nos
adentramos justo en la continuación de “El Doctor Frankenstein”, la Criatura
(gran Boris Karloff) ha sido quemada en el molino, la muchedumbre observa cómo
se calcina, mientras se llevan en camilla al Doctor Henry que creen muerto.
Pero cuando la turba de gente se marcha, el Monstruo emerge de un pozo bajo el
molino, dejando a su paso 2 víctimas. El Doctor es llevado a su residencia
junto a su novia Elizabeth (inane Valerie Hobson), el Doctor revive milagrosamente.
Ha visitar a Frankenstein llega su antiguo mentor, el siniestro Doctor Septimus
Pretorius (gran Ernest Thesiger ). Este está obsesionado con dar vida a
una mujer, para lo que intenta recabar la ayuda de Henry, este se niega, pero los acontecimientos se precipitan con la
relacón que consigue Pretorius con la Criatura, viéndose forzado por chantaje
Henry a ayudar a Pretorius.
Whale en esta secuela ahonda en el drama del Mosntruo,
lo humaniza, le da sentimientos, le hace hablar, incluso llora, pero cuanto más
aprende menos le gusta lo que ve, será consciente del Monstruo que es y se
odiará, sus reacciones violentas serán conscientes, no como en la primera. Aquí
el Dr. Frankenstein se arrepiente de lo hecho, y entonces la cinta necesita un
villano nuevo, y aquí aparece el formidable Dr. Pretorius, el nuevo “Doctor
Loco”, un malvado sibilino, elegante, sutil, manipulador, maravillosa
encarnación de Ernest Thesiger, un obseso de la recreación de vida. Esta cinta
además posee un substrato más subliminal de sugerencias que la primera, dotando
a la historia de más ambigüedad moral, de más complejidad, por ejemplo, el
Monstruo comienza matando a una pareja en el molino, pero sin embargo a
continuación salva a una pastorcita de morir ahogada. Los personajes están muy
bien definidos, la historia fluye a un ritmo trepidante, quizás demasiado, no
deja aposentarse lo que sucede, con destellos de suspense, intriga, horror,
miedo, humor o romance.

Posee un inicio atractivo y sugestivo, una cámara se
acerca en una tormentosa noche a una mansión (Villa Diodati-Suiza), nos
adentramos por un ventanal donde charlan distendidamente Lord Byron, el poeta Percy
B. Shelley y su amante Mary Shelley, Lord Byron loa a Mary por su
“Frankenstein”, y esta les dice que su relato no ha terminado, Lord Byron la
incita <Cuéntanos tus infiernos mientras el cielo
brama>, ella se dispone
a continuar su Homérico cuento de terror, antes Lord Byron nos refresca la
memoria sobre lo antecedido con flashes de la primera parte, y Mary comienza
<Una noche perfecta para el misterio y el horror, el aire mismo está lleno
de monstruos> y Lord Byron remarca <Somos todo oídos. Mientras el cielo
hace estallar la noche ahí fuera, ábrenos los abismos del infierno...>, vemos el molino de viento ardiendo y ya nos
tiene enganchados la narración. Curioso que empiecen con Mary Shelley puesto
que el film no es fiel al libro, pequeña licencia concedida.

La puesta en escena es aún más brillante que en la
primera, con una gran dirección artística de Charles d. Hall (“Drácula” o “Sin
novedad en el frente”), con un estupendo sentido gótico, con la mansión de Mary
Shelley, con la mansión de Frankenstein, el dormitorio de Henry, con la celda
en la que encierran al Monstruo, con la cripta, o con la torre y el
laboratorio, esto fotografiado espléndidamente por John J. Mescall (“El
Príncipe estudiante” 1925) en glorioso b/n, con un remarcado toque
expresionista alemán, con tenebroso patinado, acentuando las sombras los
claroscuros, con angulaciones, ejemplo la lúgubre escena del primer encuentro
Pretorius y el Monstruo, picados, contrapicados, tomas que dan amplitud
infinita, todo ello nos da una gran expresividad de decorados, canalizando sensaciones,
a esto se añade algo no presente en la primera, música, la de Franz Waxman (“Capitanes
intrépidos”), construyendo 3 temas leitmotiv, para el Monstruo, para Pretorius
y para la Novia, con unas melodías adecuadas para imbuirnos del drama, Constantin
Bakaleinikoff (“Encadenados”) con 22 músicos grabó la puntuación en una sola
sesión de nueve horas.
Pero no todo es redondo, hay desequilibrios, están sus
toques de humor, sobre todo a cargo del personaje de Minnie (histriónica Una
O´Connor), grotescos y chirriantes, así como la escena en que Pretorius enseña los
homúnculos (humanos diminutos), al Dr. Frankenstein, me ha sido fuera de lugar,
no se sabe que pintan ahí, que importancia tienen, descolocan, desvían la
atención de lo primordial, es un número de fantasía mezclado con humor que cruje,
parece como si tuvieran que meter los avances en f/x como fuera, aunque he
leído que Mary Shelley hace referencia en la novela, aún así desafinan. Tampoco
la subtrama entre Elizabeth y Henry tiene fuerza alguna, resultan más fríos que
el hielo. Otras taras tienen que ver con el final, las cuento en spoiler, esto
me implica que sea más una historia de momentos que de relato sólido, estas
irregularidades la torpedean.
De las interpretaciones los más destacable es un
conmovedor Boris Karloff con su evolución del personaje atormentado, con
apariencia de Monstruo, pero que solo es un espejo donde se reflejan las
verdaderas bestias, los humanos, aportando el actor sutil sensibilidad que hace
nos duela lo que le pasa. Ernst Thesiger compone a un malo malísimo sibilino,
sofisticado, mordaz, de sonrisa perversa, un hedonista retorcido y manipulador,
movido por sus obsesiones. O.P. Heggie como el ciego dota a su breve rol de un
tremendo encanto y empatía.
Momentos para el recuerdo: La irr5everente crucifixión
sobre un palo del Monstruo, con un plano contrapicado inquietante; Cuando el
Monstruo está en el calabozo, formidable el asiento que tiene y como se desata
su furia volcánica; Cuando vagando por el bosque oye la hermosa música de
violín del “Ave María” y sigue su melodía hasta una cabaña, allí un ciego
ermitaño (gran O.P. Heggie), el ciego no le teme y lo toma por una bendición
para remediar su soledad, estableciéndose entre los dos una tierna amistad, el
ermitaño le enseña a pronunciar algunas básicas palabras, además de a comer
pan, vino, y has a fumar, haciendo brotar del Monstruo emociones de amistad; La cena furtiva que se
da el Monstruo con Pretorius en las catacumbas, perturbadora, utilizando un
ataúd de mesa, fascinante; o por supuesto su clímax final en la torre
(spoiler).
El tramo final resulta
conmovedor, primero las cometas captando los rayos en la torre, la Novia es
dada a la vida, la plataforma donde reposa (inspirada en “Metrópolis” de Lang)
se verticaliza, y la vemos a modo de momia (inspirada en Nefertiti) , y en un
juego fotográfico precioso la vemos metamorfoseado con la túnica y con el
peinado cónico con rayos, mítico, se mueve a modo de robot, intenta andar, y
entonces ve al Monstruo, y ella entra en pánico, grita (Elsa dijo que
inspirándose en cisnes que vio en un estanque, tanto gritó que quedo dolorida
en la garganta), el Monstruo se frustra, ella se coge a Henry asustada, y el
Monstruo dice compungido <Ella me odia>, a él lo vemos lagrimear, y se
coge a la palanca de autodestrucción de la torre, y dice a Henry que se vaya
que va a matar a los 3, al Dr. Pretorius, a la Novia y a él mismo, emocionante,
acabando el sonido con un acorde disonante, indicación de Whale, remarcando el
momento explosión.
Las taras a las que me
refería en el final: No entiendo porque el Monstruo tira a Karl de la torre,
que ataque de furia le ha dado?, Tampoco entiendo como se ha escapado Elizabeth
de la cueva, se nos ha hurtado información, seguramente en un torpe montaje,
tampoco sé donde aparece de la nada una palanca de autodestrucción, menuda
fantasía atemporal, y para rematar tampoco entiendo porque el Monstruo deja
escapar a Henry, el causante de todos los males, incoherente, de hecho
Pretorius es el único que ha querido comprenderle y darle compañía.
Referente a los homúnculos
hay quién ha querido darles un sentido, cada uno de ellos representaría
estereotipos diferentes, de índole del poder, con la reina y el rey, de índole
sexual, la bailarina y la sirena, y de índole moral-religiosa, el arzobispo y
el demonio.
La Universal Pictures con el
éxito de “Frankenstein” (1931) planeó una secuela, pero problemas con el guión
hicieron post-poner el rodaje. James Whale no deseaba dirigirla, pensaba no
daba más de sí la historia, el productor Carl Laemmle Jr. (“Frankenstein”), insistió en que la realizara tras triunfar Whale con
“El Hombre Invisible” (1933), esto lo aprovechó Whale para obtener carta
blanca. El primer guión fue de Robert Florey (“Doble asesinato en la calle
Morgue”), se titulaba “Las nuevas aventuras de Frankenstein”, rechazado en
1932, Tom Reed hizo en 1933 otro llamado “El retorno de Frankenstein”, título que se iba a mantener, se presentó a
la oficina censora del Código Hays para su revisión, pero a Whale no le gustó
como quedó y se contrató a Lawrence G. Blochman (“Fascinación”) y Philip MacDonald (“Rebeca”), pero no dejó satisfecho al director que echó mano en 1934
de John L. Balderston (“Drácula” o “Frankestein”),
y este incorporó el elemento crucial de la nueva compañera para la Criatura, en
el libro lo destruyen antes de tener vida, además incorporó el singular prólogo
con Mary Shelley, al perfeccionista Whale no le agradó del todo y los
dramaturgos William J. Hurlbut (“Imitación a
la vida”) y Edmund Pearson (“El Lobo
Humano”), quedando al final como una amalgama de un poco de todos. El final de
la primera parte fue modificado, en ella Henry es recogido con vida tras la
caída del molino, y llevado a su residencia junto a su padre, en esta es
recogido aparentemente muerto y rvitalizado sorpresivamente, además de no
aparecer el padre.
En noviembre de 1934 fue pasado a la oficina Hays, el
censor principal de la oficina de Hays, Joseph Breen se opuso, al igual que en la primera a una frase en que Henry se
compara con Dios, también recortó el número de asesinatos del Monstruo,
asimismo suprimió una escena en que el sobrino Glutz mata a su tío y culpa al
Monstruo, se eliminaron tomas de Elsa Lanchaster como Mary Shelley en que la
cámara se acercaba su escote pronunciado, un plano del Monstruo corriendo por
un cementerio y chocando este con un Jesucristo se censuró, pero dejó pasar por
alto la escena en que el Monsttruo es preso a un tronco e izado cual figura
cruciforme.
Bela Lugosi y Claude Rains se
consideraron para el papel de Dr. Pretorius. Mae Clarke fue la novia de Henry
en la primera, pero su mal estado de salud hizo cambiar a la actriz por Valerie
Hobson en el rol. Brigitte Helm y Phyllis
Brooks fueron pensadas para rol de
Mary Shelley, antes que Elsa Lanchaster, que Whale decidió una vez empezado el
rodaje haría también de Criatura femenina, Elsa estaba en Londres tras
acompañar a su marido, Charles Laughton, a Hollywood, Whale la reclamó para el
film. Boris Karloff y Colín Clive repitieron papel, este último con problemas
graves de alcoholismo. Karloff no quería que el Monstruo hablara, creía que si
hablaba perdería encanto, que hablara provocó un cambio en la mandíbula del
Monstruo, para que pudiera pronunciar debía tener una placa dental. Un experto
en la materia seleccionó con niños las 44 palabras que la Criatura. Dwight Frye
repitió en el film, en la anterior hizo de ayudante del Dr. Frankenstein y
muere estrangulado por el Monstruo, aquí será otro ayudante, pero del Dr.
Pretorius. Elsa Lanchester aparece en los créditos iníciales solo como Mary
Wollstonecraft Shelley, en un guiño al film anterior, la novia del Monstruo
aparece como "?".
El mítico peinado de “La
Novia”, con su cabello cónico y betas zigzagueante blancas a los lados, fue
creado por Jack Pierce (repetía) con sugerencias de Whale, inspirándose en Nefertiti
y en María de “Metrópolis”, este además innovó con el Monstruo, añadiéndole
secuelas por ser quemado en molino, con cicatrices, y pelo chamuscado, además
de ropa raída, asimismo fue moderando los daños a medida que avanza el relato
como si fueran sanando. Kenneth Strickfaden volvió a encargarse de de los mecanismos de la creación, con un
fascinante laboratorio, con toda una serie de máquinas que han influenciado a
tantos, como las bautizadas por él “Cosmic Ray Difusor", y el
"Nebularium”. Los f/x fotográficos fueron cosa de John P.
Fulton (“Los 10 mandamientos” o
“Vértigo”), junto con David S. Horsley, efectos ópticos (“Regreso a la Tierra”
1955) crean los seres diminutos del Dr. Pretorius, los homúnculos, en el
contexto del tiempo, extraordinariamente buenos.
En el final original Henry
muere cuando huye de la explosión del castillo, pero Whale se arrepintió y lo
dejó vivir, aunque Henry si se fija uno se podrá ver en el castillo en momento
del estallido. En diferentes lugares, Ohio, Inglaterra y China los censores
arremetieron contra una escena de reminiscencias necrófilas en que el Monstruo
mira con cariño a la mujer inanimada. Además el film posee subliminales
alegorías cristianas, la referida del Monstruo encontrándose con el Cristo en
el camposanto, o la de su cuasi-crucifixión el ermitaño ciego tiene un
crucifijo en la pared de su cabaña, o la “parodia” de última cena del Monstruo
con la comida con el ermitaño con vino y pan, que se repite con el Dr.
Pretorius. Hay críticos que dicen que Whale identificaba al Monstruo con
Jesucristo, otros dicen que Whale solo pretendía burlarse de la religión, por
ello lo de un Hombre creando vida de la nada, sin Dios de por medio, incluso
con lo de que se revierten los elementos, el Monstruo primero se levanta de
entre los muertos para ser crucificado. Los exégetas también han rascado y
encontrado un subtexto gay, Whale era gay, hay quien cree que el Monstruo es
una alegoría gay, un ser perseguido por los demás por ser diferente, además el
Monstruo nace de un hombre, sin intervención de mujer, asimismo está la figura
del Dr. Pretorius, un amanerado, que es capaz de separar a unos novios la noche
de bodas con sus artimañas seduciéndolo hacia el lado oscuro, en este caso de
la ciencia, además Pretorius explica que fue echado de la universidad por ser
diferente (quizás alegoría de por ser gay), también está la relación del
Monstruo con el ermitaño, hay quien ha visto tendencias homosexuales en su
asociación, dos hombres disfuncionales viviendo lejos marginados de la gente en
un bosque, eso es lo bueno de una película que de para tantas visiones distintas,
esto hace que tenga vida propia.

Como curiosidad, existe en la
cultura popular la impresión de que Frankenstein es el Monstruo y no su
creador, a esto contribuye el mismo título del film, “La Novia de
Frankenstein”, supongo que “La Novia del Monstruo” o “La Novia del Monstruo que
creó Frankenstein”, no tenian marketing, también se suma esto el comentario de
Lord Byron al principio, que llama al Monstruo Frankenstein, y el Dr. Pretorius
cuando han dado vida a la mujer la nombra como “La Novia de Frankenstein”. También
aquí es donde se dice <Por un mundo nuevo de Dioses y Monstruos> (Dr.
Pretorius), de donde se extraer el título para el film de Bill Condon “Dioses y
Monstruos” sobre James Whale.
En conjunto un notable
clásico, con Icónicos momentos que han trascendido al tiempo. Fuerza y honor!!!
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