sábado, 29 de junio de 2024

 


CIUDADANO X.


Esta critica es un tributo a un gran actor que a todo buen cinéfilo nos ha hecho pasar buenos ratos, como es el canadiense Donald Sutherland, recientemente fallecido (20/Junio/2024 a los 88 años) papel en este film que le valió el Emmy al mejor actor de reparto en una miniserie o película. Este es un telefilm de la HBO que relata los esfuerzos de un detective de policía en de la Unión Soviética que intenta capturar a un desconocido asesino en serie de mujeres y niños en la década de 1980, donde el caduco régimen no hace más que ponerle obstáculos. Dirigida y guionizada por (tiene un cameo como miliciano) Chris Gerolmo (“Arde Mississippi”), se basa en el libro de no ficción de Robert Cullen “The Killer Department”, publicado en 1993, sobre la historia real del asesino en serie soviético Andrei Chikatilo, condenado en 1992 por el asesinato de 52 mujeres y niños cometido entre 1978 y 1990. El escenario, a 800 kilómetros al sur de Moscú, es Rostov del Don, donde el primer cuerpo fue encontrado por el arado de un granjero en 1982, le siguen muchos más. Protagonizada por unos excelentes Stephen Rea como el atormentado detective, Donald Sutherland como el militar que lo apoya, Max Von Sydow como el psicólogo que hace un retrato de la personalidad del psycho-killer, y Jeffrey de Munn como el asesino (nunca se juega al ‘whudunit’, se sabe desde el inicio).

 

La cinta tiene éxito en entrelazar la decadencia del régimen soviético con la investigación de lustros, donde notamos la transición de la nación (hacoia la glasnost y la perestroika)en como varia la forma de afrontar al maniaco asesino, desde los prejuicios, el fanatismo, la hipocresía, el culto a las falsas apariencias, los privilegios, la corrupción del poder, la arrogancia. Sutil como se muestra un cuadro colgado en la sede del PCUS del premier soviético, imagen que varía con el tiempo, de Leonid Brezhnev al reformista aperturista Mijail Gorbachov. En 1982, durante la cosecha de la tierra, se descubre un cadáver en una granja colectiva. Una búsqueda posterior en los bosques adyacentes, autorizada por el nuevo especialista forense, Viktor Burakov (Rea), da con siete cadáveres más en diferentes estados de descomposición. La película cuenta la historia de la posterior búsqueda, durante ocho años, por parte de Burakov del asesino en serie responsable de la mutilación y asesinato de 53 personas, 52 de ellas menores de 35 años. Burakov es ascendido a detective y finalmente recibe la ayuda, al principio de forma encubierta, del coronel Mikhail Fetisov (Sutherland), su oficial superior y el astuto jefe del comité provincial contra el crimen y, mucho más tarde, de Alexandr Bukhanovsky (Von Sydow), psiquiatra con un interés particular en lo que él llama "psicología anormal". Además de adoptar la forma de un thriller policial, la película retrata la propaganda y la burocracia soviéticas que contribuyeron al fracaso de las fuerzas del orden en capturar al asesino, Andrei Chikatilo (de Munn), durante casi una década. Los crímenes de Chikatilo no se informaron públicamente durante años. Los políticos locales temían que tales revelaciones tuvieran un impacto negativo en la imagen de la URSS, ya que los asesinos en serie estaban asociados con la corrupción moral " decadente y occidental ".

 

Al principio se hace hincapié en la endogamia altiva de superioridad moral de la URSS al querer negar que en el gigante comunista pudiera haber un asesino en serie, pues según los jerarcas soviéticos eso es algo que solo existe en el mundo occidental decadente del capitalismo. Por ello al stajanovista investigador se le negarán los medios necesarios para dar con el criminal. Por suerte, entre los dirigentes que supervisan la investigación el detective tendrá un sibilino aliado que le ayudará entre bambalinas. En este sentido es aleccionadora la escena primera en que Burakov se presenta ante un comité que lo supervisa, estos jerarcas pomposos se burlan del investigador, lo humillan haciendo mención a su olor debido a sus días rodeado de cadáveres. Burakov se lo toma con estoicismo: Lo interrumpen en su informe para hacer las pretenciosas presentaciones, donde cada uno de los varios presentes forma parte (con títulos rimbombantes) de la casta del poder, el clasismo que el comunismo venía a combatir ha pasado a ser el quítate tu para ponerme yo. Estos petulantes engreídos gerifaltes se niegan a hacer caso de las demandas de dar publicidad a los crímenes, preocupados por como se podría ver al aparato del partido sin poder detener a este criminal, ello ayudó a que el vil asesino se moviera en el anonimato aumentando con ello el número de víctimas.

 

Burakov está impotente ante la forma de obligarle a seguir senderos que él sabe sin sentido, como es detener a homosexuales como potenciales sospechosos. Pero al no detenerse el número de asesinatos, la mayoría niños, Burakov colapsa. Y mientras se recupera ve en tv el film “The French Connection”, que parece impulsarle con nuevos bríos, queriendo acudir a colaboración con el FBI, lo que en principio le es negado por considerarse que sería colocarse por debajo de sui gran enemigo estadounidense.

 

El motor emocional de la película es la relación entre Burakov y el Coronel Fetisov, el uno representa el corazón, el alma, el sentimiento, y el otro el cerebro, el maquiavelismo, la manipulación, la sutilidad, la mordacidad, y entre los dos surge poco a poco una entrañable amistad, que con sutileza traspasa la pantalla. Ejemplo de sus personalidades y amistad, es cuando Burakov implosiona y se romper emocionalmente, llora desesperado porque no le dan los medios para detener al psicópata. Uno de los gerifaltes arremete contra él por esto, demostrando estos funcionarios el carácter ataráxico egoísta de estos seres que vivían en sus burbujas. El único que se preocupa de Burakov es Fetisov, ofreciéndole unas vacaciones en un sanatorio. Entre ambos tiene escenas chispeantes donde chocan el pragmatismo del militar, su ‘arte’ para moverse entre hienas para obtener lo que desea, mientras el forense no tiene cintura apara esto. Burakov tiene prisa por detener a la Bestia, pero el régimen soviético es un oso lento y pesado como bien le explica Fetisov, colisionando una y otra vez, pero los dos con el mismo objetivo, donde el cinismo de Fetisov se da de bruces con el rígido investigador. Donald Sutherland borda su rol de cínico oficial con sonrisa pícara, poseedor de un carisma que traspasa la pantalla, con labia fina, despótico, pero con ese modo de actuar tan suyo que lo hacen empático al espectador, con ese modo de moverse disciplinado, muy bueno; Rea es notable como el tipo al que se le viene el mundo encima con el aluvión de cadáveres, demuestra sentimiento, dolor, frustración, personalidad acusada, lo vemos evolucionar con rigor. Y entre ambos (Donald y Stephen) una estupenda química.

 

La historia va dando vaivenes, un paso adelante en la investigación y dos atrás, detiene n a gente que por torturas se autoinculpa,pero sobre todo detienen el a la postre verdadero culpable y terminan soltándolo por un análisis de semen fallido. Detienen a gays por ‘pervertidos’, alguno se suicida en prisión. Todo para en el rush final acelerarse la acción cuando a Fetisov consigue darle los medios a Burakov, deteniendo al principal sospechosos, tenido el clímax del interrogatorio del psiquiatra al ‘Citizen X’. No sin antes ofrecernos Burakov una muestra de su evolución por cómo se camela a Gorbunov haciéndole la pelota para conseguir el objetivo mayor.

 

Vamos viendo goteados crímenes de esta Bestia de apariencia frágil, sus crímenes filmados de modo impactante, con zooms, con primeros planos abrasadores, con slows enfatizantes, con sangre salpicando por todos lados. También nos muestran retazos de la vida familiar del asesino, donde lo vemos un tipo frio, frustrado sexualmente, vejado en el trabajo. Se ve un tipo atormentado, angustiado, muy buena la actuación de Jeffrey DeMunn como Andrei Chikatilo transmitiendo a un ser turbador, malsano, impotente sexualmente se desahoga en sus asesinatos, necrosadismo.

 

La puesta en escena es notable en transmitir el estado de ánimo requerido. Desde la dirección artística de József Romvári (“Evita”), recreando en la ruralidad húngara la deprimente URSS, con sus bosques, sus estaciones de tren, sus oficinas cochambrosas, las tristes viviendas; Ello atomizado por al apagada cinematografía de Robert Fraisse (“Enemigo a las puertas”), en tonalidades macilentas para hacernos sentir en el tiempo y lugar.

 

Entre los secundarios está un siempre destacado Max Von Sydow haciendo de psiquiatra, su temple y mesura calan, sobre todo en el interrogatorio al asesino; Joss Ackland en otro de sus típicos papeles de villano cumple; John Wood tiene su peso en un papel bastante plano de altivo gerifalte.

 

Entre las taras se le puede achacar un ritmo en exceso denso; me falta saber más de la vida íntima de Burakov, se ve, pero solo es un esbozo, desaprovechando en ello a la gran actriz Imelda Staunton como su esposa; También las escenas de Burakov ante el comité que lo supervisa resultan algo reiterativos.  

 

Spoiler:

 

Teniente Burakov: Antes fusilaban a los tenientes que fallaban.

Fetisov: yo no dejaré que le fusilen... al menos sin un juicio

 

Rush final: Introducen al psiquiatra Bukhanovsky en la sala de entrevistas para interrogar al detenido Chikatilo. El psiquiatra se atiene a leerle su extenso análisis, realizado tres años antes, sobre la personalidad y tendencias de este asesino sexualmente frustrado, al que tituló "Ciudadano X". Bukhanovsky finalmente toca la fibra sensible y Chikatilo, llorando, finalmente admite su culpa y responde preguntas específicas sobre los detalles de algunos asesinatos. Luego, Chikatilo lleva a los agentes del orden a las escenas del crimen y a tres tumbas no detectadas. La película concluye con Chikatilo siendo conducido a una celda sin nombre y se lo ve mirando en estado de shock un desagüe central en el suelo de la habitación mientras un soldado uniformado le dispara con la pistola en la nuca al asesino.

 

El filme se llama Ciudadano X porque da referencia al ensayo escrito por un psiquiatra en anonimato, quien sin conocer personalmente a Chikatilo escribió en detalle características personales y sentimientos encontrados que definían al asesino casi a la perfección, esto quebró el silencio del asesino, quien derrumbándose confeso llorando “Soy un monstruo, un monstruo, una aberración de la naturaleza”.

 

Burakov reclutó al Dr. Bukhanovsky para estudiar los asesinatos y elaborar un perfil del asesino. El psiquiatra determinó que el asesino era lo que se conoce como un necrosadista. En términos sencillos, un necrosadista es alguien que obtiene gratificación sexual matando y mutilando cadáveres. Bukhanovsky se dio cuenta de que Chikatilo obtenía placer del acto de apuñalar. Después de que el asesino fuera arrestado por segunda vez, le contó al médico que había asesinado a Lyubov Biryuk, de trece años, y afirmó: “La estaba apuñalando, imitando el sexo”. Explicó que eyacularía al apuñalarlo. Esta fue la única forma en que pudo tener un orgasmo físico desde que mató a su primera víctima, Yelena Zakotnova, de nueve años, a quien intentó violar y luego asesinó después de que no pudo lograr una erección.

 

La película se rodó en Hungría. La estación donde Chikatilo elige a sus víctimas es la estación de tren de Hatvan, al noreste de Budapest. La escena de la parada de tren, más pequeña y arqueada, se rodó en Nagymaros, Gödöllő y Szokolya. Varias otras escenas se rodaron en la estación de tren de Gödöllő.

 

Chikatilo había tenido una infancia y adolescencia lamentables porque sufrió los estragos del Holodomor o genocidio inducido estalinista por hambruna en Ucrania, aquellos horrores de la ocupación alemana durante la Segunda Guerra Mundial, las subsiguientes privaciones del período postbélico, el maltrato sistemático de su madre, loca importante que para colmo habría sido violada por los nazis y solía aseverar que un hermano mayor de Andréi fue canibalizado por vecinos en el Holodomor, y finalmente una serie de padecimientos como la miopía, la impotencia, la misantropía extrema y la enuresis nocturna o incapacidad para contener la orina estando en la cama, lo que lo llevó a soportar la ridiculización tanto dentro como fuera de su domicilio. Miembro del Partido Comunista y habiendo terminado su servicio militar de tres años en 1960, el futuro homicida se muda de su Ucrania natal a la ciudad de Rostov del Don, en la Rusia europea, donde accede a un matrimonio arreglado por su hermana menor Tatyana con una tal Feodosia Odnacheva, con la que efectivamente engendra dos vástagos aunque eyaculando en el exterior e introduciendo el semen en su vagina con los dedos. Luego de un período de agresiones sexuales en la década del 70 como profesor en escuelas primarias gracias a un título por correspondencia en filología y literatura rusa, etapa bizarra en la que comienza con sus arrebatos pederastas y sus episodios voyeuristas, masturbatorios y de frotismo y manoseo sobre nenas, Chikatilo consigue un trabajo que le permitiría recorrer la Unión Soviética sin despertar sospechas, el de encargado de suministros en una fábrica de implementos para la construcción que lo obligaba a viajar a lo largo y ancho del inmenso país para negociar contratos y garantizar materias primas. El crimen de Zakotnova, suceso que derivó en la condena a muerte en 1983 de un inocente con antecedentes delictivos llamado Aleksandr Kravchenko, patentó el modus operandi de Andréi y pronto se dedicó a repetirlo en homicidios reemplazaban a los intercambios sexuales inexistentes con su esposa del mismo modo que las puñaladas sustituían a las erecciones, ataques que se daban en bosques e incluían barro en las bocas de las víctimas, ropa destruida, evisceraciones, mutilaciones de pechos en el caso de las hembras y del pene y los testículos en los machos, actos lúgubres de antropofagia y mordidas, laceraciones en los globos oculares, diversos golpes, estrangulamientos, orgasmos sobre los cadáveres e intentos precarios de enterrarlos con hojas y ramas antes de marcharse hacia la estación de trenes o ómnibus donde encontró a la presa en cuestión, muchas veces jóvenes vagabundos, sin hogar o muy pauperizados que eran proclives al engaño y desconocían el laberíntico sistema de transporte público de la nación. A pesar de que fue arrestado por primera vez en 1984 terminó en libertad por un error en su análisis de sangre, ya que supuestamente la suya no concordaba con la del psicópata, por ello continuó matando durante la administración de Gorbachov hasta que fue identificado como sospechoso por un policía encubierto, Ígor Rybakov, lo que condujo a su arresto y eventual confesión frente al psiquiatra que lo estudió en ausencia, Bukhanovsky, y después a un juicio bastante circense en la etapa postsoviética del que salió como culpable, siendo ejecutado a través del procedimiento estándar en Rusia, un raudo tiro en la cabeza.

 

Donald McNichol Sutherland CC (17 de julio de 1935 - 20 de junio de 2024) fue un actor canadiense. Con carrera abarca seis décadas, recibió numerosos elogios, incluido premio Primetime Emmy y dos premios Golden Globe, una nominación al premio BAFTA. Considerado uno de los mejores actores nunca nominados a un Oscar, recibió un Premio Honorífico de la Academia en 2017. Saltó a la fama después de sus papeles en las películas de guerra The Dirty Dozen (1967), M*A*S*H (1970) y Kelly's Heroes (1970). Posteriormente apareció en muchos papeles principales y secundarios, incluidos Klute (1971), Don't Look Now (1973), 1900 (1976), Fellini's Casanova (1976), Animal House (1978), Invasion of the Body Snatchers (1978), Gente común (1980), Una estación blanca y seca (1989), JFK (1991), Seis grados de separación (1993), Sin límites (1998) y Orgullo y prejuicio (2005). Interpretó al presidente Snow en la franquicia Los juegos del hambre (2012-2015). En televisión, la actuación de Sutherland en la película de HBO Citizen X (1995) le valió el premio Primetime Emmy al mejor actor de reparto en una miniserie o película. Por su interpretación de Clark Clifford en la película de HBO Path to War (2002) obtuvo el Globo de Oro al Mejor Actor de Reparto - Serie, Miniserie o Película para Televisión. También actuó en Uprising (2001), Human Trafficking (2005), Trust (2018) y The Undoing (2020). Sutherland fue nombrado Oficial de la Orden de Canadá (OC) en 1978, incluido en el Paseo de la Fama de Canadá en 2000 y en el Paseo de la Fama de Hollywood en 2011. Es el padre de Kiefer, Rossif y Angus Sutherland, todos actores.

 

Chikatilo fue objeto de escrutinio por primera vez al principio de la búsqueda, cuando lo vieron en una comisaría y lo encontraron sosteniendo una bolsa que contenía un cuchillo. Fue arrestado de inmediato. Desafortunadamente, se lo protegió de la investigación y fue liberado debido a su afiliación al Partido Comunista. Los laboratorios forenses soviéticos informaron erróneamente que su tipo de sangre no coincidía con el encontrado en los asesinatos.

 

Buen thriller, aun con sus defectos, cala en el espectador el clima enfermizo. Gloria Ucrania!!!

 

PD. Hay dos películas más inspiradas en este asesino: La co-producción ruso-italiana “Evilenko” (2003), de David Grieco, y “Child 44” (2015), de Daniel Espinosa.

 


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