Rambo II.
Este es uno de esos
films que hubiera sido mejor no haber revisionado, y es que forma parte de mi nostálgica
e idealizada adolescencia cuando lo vi en cinta betamax y me quede salivando
ante su historia directa al mentón, con un héroe semi-dios omnipotente, tenía músculos
sobre los músculos, tipo de pocas palabras, pero cuando lo hacía sentenciaba, máquina
de matar malos, sin dudas morales, ejército de una persona que defendía a los
débiles frente al villano comunista, una mole que detestaba la burocracia y las
nuevas tecnologías, hierático, un Icono del Séptimo Arte apecho descubierto,
con melena y cinta roja en su cabeza, con boca torcida, siempre triste, parece
llevar sobre sí cual Jesucristo el peso de los pecados de la nación USA, esto
lo embestía para mí el John Rambo al que da vida Sylvester Stallone. Un mártir
que intenta salvar vidas de compatriotas mientras tiene que lidiar con el hediondo
politiqueo.
Pero desgraciadamente
verla casi 40 años después de su estreno me ha supuesto una decepción épica,
las costuras que no veía mi mente juvenil son ahora tsunami, el paso de las
décadas la ha arrugado hasta convertirla en una parodia de sí misma en muchos
aspectos, lo que antes me eran secuencias espectaculares de acción, hoy me son
algunas risibles, encima su trama está sacada del film del año anterior “Desaparecido
en combate” (1984) con el Tótem Chuck Norris, me ha sido una experiencia
frustrante, ha sido como sentarme frente al yo de hace 38 años mientras ve esta
peli y sentirme avergonzado de que le apasionara tantísimo.
Es una película de
acción dirigida por el desconocido George P. Cosmatos (volvería a trabajar con Stallone
un año después en “Cobra”) y protagonizada por el mencionado Sylvester Stallone,
también repite su papel como el veterano de la guerra de Vietnam John Rambo,
siendo una secuela de “First Blood” (1982), segunda entrega de la franquicia
Rambo, coprotagonizada por Richard Crenna, repite su papel como el coronel Sam
Trautman, junto con Charles Napier, Julia Nickson y Steven Berkoff. La historia
es de Kevin Jarre (“Tiempos de Gloria”), con guion nada menos que de James Cameron
(entre medias de escribir “Terminator” y Aliens, el regreso”, libretos que él
mismo dirigiría y que le elevaron al Olimpo de Hollywood), y añadiendo los
toques políticos fue la reescritura de Sylvester Stallone, en una trama inspirada
en el problema POW/MIA («prisionero de guerra» POW o «desaparecido en combate» MIA)
de la Guerra de Vietnam.
Fue un tremendo éxito de
taquilla mundial, con un estimado de $ 150 millones recaudados en USA, siendo la
segunda película más taquillera en la taquilla nacional y la tercera película
más taquillera en todo el mundo en 1985. La película ganó solo $ 73,000 menos
que el otro éxito de taquilla de Stallone de 1985, Rocky IV. Derivando en una
franquicia que casi 40 años después de su estreno continua (“Rambo V” en 2019).
Se ha convertido en la entrega más reconocida de la saga, habiendo inspirado
innumerables plagios, parodias, videojuegos e imitaciones. En esta entrega es
acción pura, saltos de avión terroríficos en paracaídas, rescates, traiciones,
torturas, huida (precedido de su amenaza a su traidor de turno Murdock,
mientras coge fuerte el micro), una tensa escena de tiroteo, machete, y explosión
en un barquito de rio, un romance exprés, venganza sanguinaria, guerra de guerrilla
del monocomando, con ataques camuflado (la de Rambo oculto tras el barro es un icono),
con todo tipo de armas, arco con putas explosivas, con su mítico machete, con
armas de repetición militares a tropel (no se tanto como para saber los
nombres, llámense metralletas), planes ‘extrordinarios’ de despiste (el de la
gallina es digno de Napoleón), el popular contraataque con helicóptero, y el clímax
de David contra Goliat en forma de helicópteros, resuelto de una forma que
visto hoy día es entre ridícula y risible (siendo benévolo), para llegar al
chistoso epílogo (siempre con el filtro del tiempo). Acción violenta, salvaje, incluso
hiperrealista, un festín de muertos a doquier (59 he leído que hay), falto de
imaginación visual; todo ello sumado con un poquito de crítica low cost contra
los tejemanejes politiqueos que se olvidan de lo esencial (al menos eso
entiendo quiere exponer el film), como que los políticos americanos deseaban quitarse
de encima las críticas por no traer de vuelta a los supuestos presos de guerra
en Vietnam, y para ello montan un teatrillo para sacar fotos de un campamento
de prisioneros en la jungla en la que no debe haber americanos, pero oh,
Sorpresa!
En la película, Rambo es
liberado de prisión en un acuerdo con el gobierno USA para documentar la
posible existencia de prisioneros de guerra desaparecidos en Vietnam, pero
recibe órdenes estrictas de no rescatar a ninguno. Cuando Rambo desafía sus
órdenes, es abandonado y obligado una vez más a confiar en sus brutales
habilidades de combate para salvar a los prisioneros de guerra.
Un producto onanista
para el lucimiento exclusivo del anabolizado Stallone, falto de expresividad
(ganó un Razzie por su actuación, de los cuatro del film, aunque en algunas
ocasiones estos anti-premios me han resultado una falta de respeto), lo suple
con mucho amor propio, de su esculpida musculatura, de sus bíceps, de su
cincelado torso, la cámara se desvive por mostrar su sudoroso y cuadrificada figura,
Sylvester tiene la autoestima por encima del avión del que se tira. Incluso el
preso que rescata primero iba a tener algunos diálogos, pero el protagonista no
quería sombra alguna y lo recortó. Para más inri, el que en la primera parte tuvo
gran peso, como es Richard Crenna pasa aquí a ser un personaje residual, solo
aparece en escasas ocasiones y sin peso emocional su presencia
cuasi-testimonial, la trama habría sido la misma sin él, y eso que es un gran
actor.
El inicio de la saga se basaba en una novela de David Morrell y que dirigió Ted Kotcheff, donde se exponía a un veterano traumatizado de la guerra de Vietnam repudiado por sus compatriotas, se le daba un fondo de crítica social a como gente que había sido enviada (idealizadamente) enviada a Indochina a luchar por su país, al volver fueron tratados como asesinos, y con ello lo que hacía Rambo era defenderse de los que le acosaban. Esta secuela fue posible a que alteraron el final del libro en que Rambo no sobrevivía. En esta continuación pervierte el mensaje de la original y pasa al ataque y se convierte en adalid reaccionario, y donde en la primigenia mataba a un solo hombre y casi por accidente defendiéndose, aquí es Rambo es un arma andante de destrucción masiva matando a diestro y siniestro.
Tiene sus momentos
épicos que han resonado en el tiempo como iconos del cine palomitero de los 80,
como esas torturas con Rambo desnudo metido en el fango con los brazos extendidos
cual Jesucristo, y cuando sale lo vemos lleno de sanguijuelas por todo su
cuerpo y como un militar soviético (eran los nuevos nazis en los 80) le
arrancaba una con su machete, luego le daban descargas eléctricas, tenemos ese
salto fantástico de Rambo del barco fluvial a punto de chocar contra otro barco
en llamas, tenemos como se venga del militar vietnamita (Tay encarnado como acartonado
por George Cheung; no contaré el motivo de sus ansias de vendetta), está la utilización
nunca antes vista en cine de puntas de flecha explosivas, tenemos el duelo
desigual entre el enorme helicóptero soviético frente al débil (incluso
averiado) de Rambo, y tenemos el furioso epílogo donde Rambo deja claro el poco
agrado que tiene al progreso tecnológico, tenemos cuando rompe su palabra (¿?),
y solo (asustando) espeta que ha cumplido su misión. Tras ello una de esas
frases lapidarias para el fin (spoiler). Y tras ello, Sylvester deja claro que
su sangre cuenta en la película y regala durante los créditos finales a su hermano
Frank Stallone el lujo de adornar con una canción estos minutos con el
chirriante tema romántico “Peace in Our Life”, grimante.
Aquí los personajes
carecen de matices, o son buenos o malos, entre los primeros está por supuesto el
legendario prota, está el Col. Trautman (aquí cuasi un convidado de piedra, que
poco hace en realidad por ayudar a su ‘amigo’), y la que le ayuda en Vietnam,
la lugareña Co (correcta Julia Nickson), pero en esta se puede ver cierto interés
por que se le saque de allí y la lleven a la Tierra Prometida USA. En los
segundos hay niveles, están los politicuchos que son arteros traicioneros (aquí
el símbolo es Murdock encarnado por un plano Charles Napier, la comparación con
su paralelo en la primera parte Bryan Dennehy es sangrante en favor del
segundo; teniendo aquí de mano derecha a Ericson, al que embiste Martin Kove,
pasó a la fama por su villano en “Karate Kid”), y luego los comunistas malos
horribles (Steven Berkoff [clásico villano de los 80, hizo de malo en la bondiana
“Octopussy” y en “Beverly Hills Cop”) como caricatura se lleva la palma, le
sigue el fornido doppelgënger de Rambo, el verdugo al que da vida el bosnio Vojislav
Govedarica), sin más carácter que ese, meros clichés con patas, fruto de la
Guerra Fría pujante en la era Reagan, fácil de estar con unos y contra otros,
todo tan simple como el mecanismo de un martillo.
Entre lo bueno y que al
menos nunca la hacen aburrida está su ritmo fulgurante, trepidante, apenas
llevas unos minutos y Rambo ya está tirándose en paracaídas desde el avión y a
partir de aquí la acción se desboca que pequeños paréntesis para tomar respiro,
una vibra narrativa impulsada por una notable edición. Ello proyectado por una
vigorosa cinematografía del maestro inglés Jack Cardiff (“Los vikingos”, “La Reina
de África, “Guerra y Paz”), cuatro veces nominado al Oscar y una vez ganador
por la hípercromática “Narciso Negro”, aquí dejando destellos de su buen hacer
con tomas vibrantes de la selva, planos preciosistas resaltando los verdes que
inducen a humedad ambiental al espectador. Se suma la neurálgica música compuesta
por el genial Jerry Goldsmith (con 13 nominaciones al Oscar y un premio por “La
Profecía”, entre sus composiciones están: “EL Planeta de los Simios”, “El otro”,
“Patton”, “Chinatown”, “Alíen”, “Papillon”, “Los Gremlins” o “L.A. Confidential”),
dirigiendo la Orquesta Filarmónica Nacional Británica, aunque Goldsmith también
hizo un uso intensivo de elementos electrónicos sintetizados, creando un halo
épico cutáneo en el espectador con su epopéyica melodía, que escucho mientras
escribo.
Film con nominación al Mejor
montaje de efectos de sonido (perdió ante los de “Regreso al futuro”).
Spoiler:
El clímax se da con el
helicóptero de Rambo haciéndose el derribado en el río, el helicóptero que
lleva el malo malísimo se comporta de forma estúpida no, lo siguiente, en vez
de bombardearlo de lejos con sus grandes proyectiles de los lados se pone
frente a Rambo lo más cerca posible, entonces Rambo que se hacía el muerto, se
incorpora y coge un bazuca y dispara contra el soviético por un agujero en el
parabrisas y lo explota antes de que pueda estornudar el malísimo, de una estulticia ridícula este
enfrentamiento, que al parecer les gustó a los responsables de la saga, pro que
lo atomizaron para su secuela; Luego tenemos el epílogo, con Rambo llegando en
un helicóptero atrofiado, notándose claramente que en realidad es un proyector
de humo lo que hay, se lo podrían haber currado algo más, aunque visto el duelo
de helicópteros tampoco se puede exigir más. Aterriza en la base americana en
Tailandia con los rescatados del campo de prisioneros, da un sopapo a Ericson, entra
armado con una gran ametralladora en el cuartel general y dispara contra los ordenadores
(Abajo el progreso!). Tras lo que va a por Murdock, ya solo armado con su
machete, se acerca a un temeroso jefe de misión, lo coge de la solapa mientras
este se excusa por haberlo abandonado, entonces cuando todos podemos pensar que
va a cumplir su amenaza de matarlo (lo hizo desde el campo de prisioneros por
la radioemisora), le coge contra la mesa, alza su machete afilado y lo clava en
la mesa junto a su cabeza y dice ‘Misión Cumplida!’, y sale de allí. Sale al
exterior y tras una perorata cargada de eslóganes de crítica al abandono de los veteranos de
guerra, Trautman le pregunta que como vivirá a partir de entonces (ya libre), y
Rambo deja la frase del film: ‘Día a día’ y Fin; Por cierto, rambo tras su
aventura sanguinolenta tiene una sola herida, es en la mejilla, provocada por
su propio machete, se la hizo el verdugo soviético con el filo al rojo vivo
(por supuesto, Rambo no hizo gesto de dolor).
Luego, el prometedor
guionista Kevin Jarre había escrito un tratamiento de la historia que gustó
tanto a los productores como a Stallone. Jarre recordó más tarde en una
entrevista en el documental Tinsel – The Lost Movie About Hollywood: Escribí el
primer borrador de Rambo . Y simplemente lo hice, vivía de comida para perros
en ese momento y yo, ya sabes, necesitaba un trabajo y quería terminar un guión
de especificaciones que estaba escribiendo. Y sabes, me llamaron, Stallone me
llamó y tenían esta idea sobre lo que deberían hacer en la secuela de First
Blood y dije: "Bueno, qué tal si tal vez busca prisioneros de guerra en el
sudeste asiático y luego en Vietnam? Él dijo: "Genial, hagámoslo".
Luego se contrató a
James Cameron para escribir un primer borrador del guión, que estaba
escribiendo al mismo tiempo que The Terminator y Aliens los cuales luego dirigiría.
Cameron había sido recomendado por David Giler, quien hizo un trabajo de guión
no acreditado en la primera película. El primer borrador de Cameron se tituló
First Blood II: The Mission. Según Cameron, su guión tenía la misma estructura
básica de la primera película, pero era más violento que su predecesor. Cameron
fue citado en una edición de octubre de 1986 de la revista Monsterland:
"Era una película bastante diferente de First Blood", además de la
continuación del personaje de Rambo. La primera estaba ambientada en un pueblo
pequeño, tenía una conciencia social diferente a la segunda, que era una
aventura muy amplia y estilizada. Fue un poco más violento en su ejecución de
lo que tenía en mente en la escritura".
Después del borrador
inicial de Cameron, Stallone se hizo cargo de las tareas de redacción de
guiones y creó un borrador final. Jarre recibió el crédito exclusivo de la
historia, mientras que Stallone y Cameron fueron acreditados por el guión.
Stallone recordó más
tarde: Creo que James Cameron tiene un
talento brillante, pero pensé que la política era importante, como la postura
de derecha de Trautman y su némesis, Murdock, contrastada con la evidente
neutralidad de Rambo, que creo que se explica en el discurso final de Rambo. Me
doy cuenta de que su discurso al final puede haber causado que a millones de
espectadores se les revientan las venas de los globos oculares al rodarlos
excesivamente, pero muchos veteranos me transmitieron el sentimiento expresado.
... [Además] en su borrador original, se necesitaron casi 30 a 40 páginas para
iniciar cualquier acción y Rambo se asoció con un compañero tecnológico. Así
que fue más que solo política lo que se puso en el guión.
La película se rodó
entre junio y agosto de 1984 en locaciones del estado de Guerrero, México y
Tailandia. Mientras estaba de vacaciones en Acapulco, Ron South fue contratado
como editor asistente y comenzó su carrera cinematográfica. Durante la
filmación, el hombre de efectos especiales Clifford P. Wenger, Jr. murió
accidentalmente durante una de las explosiones de la cascada de la película,
cuando perdió el equilibrio y cayó y murió.
A pesar de los defectos
muy mencionados, no puedo combatir contra la nostalgia quizás la sobrevaloro
con la puntuación que le doy de un 6 sobre 10. Pero es que también es un
producto de entretenimiento y eso lo consigue con creces. Gloria Ucrania!!!
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