Magallanes: la primera vuelta al mundo.
Cautivador
documental francés abordando la mayor aventura que jamás el ser humano haya afrontado,
ni tan siquiera la llegada de Colón a América o el Hombre a la Luna se puede
comparar. El primero fue mucho menos tiempo y en el segundo iban sobre seguro,
con muchísimas misiones de aproximamiento. Este viaje comandado por el
portugués Magallanes y financiado por la corona española, supuso la primera globalización,
la primera definición real de la tierra como esfera con sus medidas, definir la
odisea de este viaje sería limitarlo, y no sería justo para la magnitud de la
empresa. Es una vergüenza que en el 500 aniversario de la llegada de lo que
quedaba de la expedición a España (Sevilla, 8 de septiembre de 1,522), no se haya
celebrado como se merece tal hazaña. La España de no hoy no se merece a la
España que fue. Que sea una producción gala la que homenajee con vigor este hecho
Épico sublime es para hacérselo mirar. Dirigen François de Riberolles & Ugo
Bienvenu, haciendo un seguimiento ingenioso de 4 episodios de casi una hora
cada uno, que va siguiendo cronológicamente los hechos alternando testimonios
de historiadores internacionales, uno luso, otro francés y un español, así como
muy sentida y regia la voz de narración del gran Joe Coronado. Mezclándolo con documentos
de archivo, imágenes de los lugares actuales, y sorteado en vez de chirriantes
dramatizaciones teatrales con actores, tienen el buen gusto de escenificar
eventos cruciales con dibujos creados por el artista gabacho Loïc Fontimpe (“Ballerina”
o “Oficina de Infiltrados”), que se sienten realistas en su expresividad. Toda
una fantástica labor didáctica que se adentra en esta epopeya asombrosa que llevó
a estos hombres al límite. Sentimos a través de que Antonio Pigafetta creo un
diario de abordo, y con la suerte de que fue uno de los 18 supervivientes que volvieron
de los 239 que zarparon en la ida, de las cinco naves (Trinidad, San Antonio,
Concepción, Victoria y Santiago) solo una (la Victoria) circunnavegó (una de
ellas, la san Antonio se rebeló y volvió desde el Estrecho de magallanes). Y
mediante sus crónicas sabemos de la pasión de Magallanes en su proyectó, de las
rebeliones de capitanes hispanos contra el portugués, del motín, de las
dificultades en salir del laberinto que era el estrecho de Magallanes, con
cientos de islas unas contra otras sin saber por donde salir, sabemos de cómo
afrontaron la salida al mayor de los océanos, el inexplorado Pacífico, sus problemas
de abastecimiento en islas con nativos caníbales, su llegada al archipiélago de Filipinas que supuso la
muerte en batalla de Magallanes al presionar para evangelizar a los aborígenes,
el banquete masacre (por mor del traicionero esclavo), su exótico encuentro con
el Sultán de Brunei, el mando del sádico Carvallo, el secuestro de mujeres, el
pirateo por el Índico, la llegada a la Tierra Prometida de las Molucas, la
partida de las dos naves que quedaban, la Trinidad por el Este y la Victoria
(comandada por Elcano) por el Oeste, la navegación alrededor de áfrica sin
tocarla por miedo a los portugueses, su desesperación de hambre al querer
víveres en la colonia lusa de Cabo Verde, y su llegada tras tres años a Sanlúcar
de Barrameda.
Me ha gustado mucho
encontrar datos que desconocía, como el modo maquiavélico en que Magallanes
sofocó el motín, el castigo que impuso al líder del mismo, las dificultades
para sobrepasar el archipiélago al sur de la Tierra del Fuego, como quisieron cristianizar
las Filipinas, como tras la muerte de Magallanes el mando de la expedición recayó
en un sanguinario amoral, no sabía de qué los marinos más intrépidos de la
Historia, se dedicaron por un tiempo entre las islas de la actual Indonesia al
pirateo, que incluso secuestraron mujeres como pasatiempo sexual, y más
elementos que me han arrojado luz y sombras sobre esta Kolosal Aventura. Todo
narrado con ritmo fluido, entreteniendo, haciendo amenos los diferentes
pasajes. Ello adornado por una luminosa y dramática fotografía Vincent Mathias (“Nos vemos allá arriba”) y Maxime
Beauquesne, y esto punteado por una climática música de Quentin Sirjacq (“El
hermano”) y Nicolas Becker (“Sounds of metal”). Todo ello hace muy vivida la Magna
Hazaña.
Aunque me hubiera
gustado que tuviera más información sobre Juan Sebastián Elcano, al que se ve como uno más en la expedición, no se le
da la importancia que debe al que comandó la llegada, quizás por ser español y
el doc francés, pero debería tener más acercamiento al marico vasco; También se
pasa demasiado rápido por la fase de vuelta desde las Molucas, con el gusto por
el detalle que la serie detentaba hasta entonces, da la sensación se le agotara
el tiempo y debiera apresurarse, saltando de forma atropellada por miles de
leguas en un plis plas; Asimismo no habría estado de más tener una coda con lo
que pasó con estos 18 héroes.
‘Hace apenas 500 años,
una tripulación de 237 hombres repartidos en cinco barcos partió de Sevilla en
el Océano Atlántico, rumbo al oeste, hacia los confines del mundo conocido. Al
frente de esta expedición, el capitán portugués Fernando de Magallanes hizo la
apuesta insensata de encontrar un paso por el continente americano para llegar
al Océano Pacífico y, al otro lado del mundo, llegar a la India. El objetivo de
este gran viaje era llegar a las Islas Molucas en Indonesia, llamadas Islas de
las Especias, objeto del deseo de los reinos rivales de España y Portugal. Tres
años después, el 8 de septiembre de 1522, solo 18 debilitados marineros
regresaron a casa sin su capitán Magallanes, a bordo del único barco que
quedaba, luego de lograr la mayor proeza marítima de todos los tiempos: una
circunnavegación completa del globo por mar.’
‘Finalmente el 6 de
septiembre de 1522 los expedicionarios arribaron a Sanlúcar de Barrameda
completando así la primera circunnavegación del globo. El mismo día de la
llegada tomó a su servicio un barco para remolcar la Victoria por el
Guadalquivir hasta Sevilla, por el mal estado en que se encontraba la nave. Los
oficiales de la Casa de la Contratación de Indias de Sevilla prepararon una
lancha con doce remos, cargada de provisiones frescas. Dos días después
atracaba en Sevilla la Victoria. En el muelle esperaban las autoridades de la
ciudad y los miembros de la Casa de la Contratación en pleno, junto a un
numeroso público que contemplaba la llegada de la desvencijada nave. Aquel día
los navegantes no desembarcaron. Solo lo hicieron a la mañana siguiente, en
camisa y descalzos, con cirios en las manos y en procesión. Se dirigieron a la
iglesia de Nuestra Señora de la Victoria y a la capilla de la Virgen de la
Antigua de la Catedral de Sevilla,40 como habían prometido hacer en momentos
de angustia.13 La nao Victoria fue descargada.’
<<Gracias a la
Providencia, el sábado 6 de septiembre de 1522 entramos en la bahía de San
Lúcar [...] Desde que habíamos partido de la bahía de Sanlúcar hasta que
regresamos a ella recorrimos, según nuestra cuenta, más de catorce mil
cuatrocientas sesenta leguas, y dimos la vuelta al mundo entero [...] El lunes
8 de septiembre largamos el ancla cerca del muelle de Sevilla, y descargamos
toda nuestra artillería.>> Antonio Pigafetta. Relación del primer viaje
alrededor del mundo.
José Martínez de la
Puente escribió en su Compendio de las Historias de la India Oriental en 1681: Los
fragmentos de esta nao Victoria se guardan en Sevilla por memoria de haber sido
ella quien dio vuelta entera a todo el orbe de la tierra y el agua.
La carga de especias que
trajo en la nao Victoria cubrió con creces los gastos de toda la expedición
(cinco naves en total); El rey del momento, Carlos I, otorgó en recompensa a
Elcano la hidalguía y un escudo que añadía un orbe con una leyenda que decía
"Primus circumdedisti me" en la parte superior.
Supervivientes de la
expedición
Pérdidas humanas
De los 239 hombres que
salieron de Sanlúcar de Barrameda en la flotilla capitaneada por Fernando de
Magallanes, solamente a dieciocho les cupo la suerte de poder regresar a España
al mando de Elcano después de haber vencido los temporales de toda la
circunnavegación de la Tierra.
Primeros
circunnavegantes: Placa conmemorativa en la fachada del antiguo ayuntamiento de
Sanlúcar de Barrameda con los nombres de los hombres que retornaron a la ciudad
tras la primera circunnavegación.
Estos dieciocho hombres
recalaron en Sanlúcar de Barrameda a bordo de la Victoria el 6 de septiembre de
1522.
Nombre Puesto
Juan Sebastián Elcano,
de Guetaria Capitán
Francisco Albo, de Axio
(Grecia)44 Piloto
Miguel de Rodas, de
Rodas (Grecia) Piloto
Juan de Acurio, de
Bermeo Piloto
Antonio Lombardo
Pigafetta, de Vicenza (Italia) Sobresaliente
Martín de Yudícibus, de
Savona (Italia) Marino
Hernando de Bustamante,
de Mérida Marinero y barbero
Nicolás el Griego, de
Nauplia (Grecia) Marinero
Miguel Sánchez de Rodas,
de Rodas (Grecia) Marinero
Antonio Hernández
Colmenero, de Ayamonte Marinero
Francisco Rodríguez, de
Portugal Marinero
Juan Rodríguez, de
Huelva Marinero
Diego Carmena Gallego,
de Bayona Marinero
Hans, de Aquisgrán
(Alemania) Artillero
Juan de Arratia, de
Bilbao Grumete
Vasco Gómez Gallego el
Portugués, de Bayona Grumete
Juan de Santander,45 de
Cueto Grumete
Juan de Zubileta, de
Baracaldo Paje
Otros supervivientes
Los doce hombres de la
Victoria retenidos como prisioneros en Cabo Verde que regresaron algunas
semanas más tarde a Sevilla, vía Lisboa:46
Martín Méndez,
secretario de la flota;
Pedro de Tolosa,
despensero;
Richard de Normandie,
carpintero;
Roldán de Argote,
artillero;
Mestre Pedro,
supernumerario;
Juan Martín,
supernumerario;
Simón de Burgos,
preboste;
Felipe Rodas, marinero;
Gómez Hernández,
marinero;
Bocacio Alonso,
marinero;
Pedro de Chindurza,
marinero;
Vasquito, grumete.
Los cinco supervivientes
de la Trinidad, que habían emprendido una ruta de regreso distinta desde las
Molucas, también completaron la vuelta al mundo, aunque no regresaron a Europa
hasta 1525 o 1526:
Gonzalo Gómez de
Espinosa, alguacil mayor de la flota;
Leone Pancaldo, piloto;
Juan Rodríguez el Sordo,
marinero;
Ginés de Mafra,
marinero;
Hans Vargue, artillero.
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