lunes, 24 de julio de 2023

 


OPPENHEIMER.

 

"Padre de la bomba atómica"

 

Vigoroso biopic es la esperada última dirección y guion de Christopher Nolan, ello adaptando la novela biográfica de 2005 “American Prometheus” de Kai Bird y Martin J. Sherwin, abordando la compleja figura de del científico teórico Julius Robert Oppenheimer, fundamental en el desarrollo de las primeras armas nucleares como parte del Proyecto Manhattan y, por lo tanto, marcó el comienzo de la Era Atómica. Cillian Murphy interpreta al personaje principal, acompañado por un sensacional elenco de secundarios, con Emily Blunt como la esposa de Oppenheimer, Katherine "Kitty" Oppenheimer, Matt Damon como el general Leslie Groves, el controlador militar de Oppenheimer, y Robert Downey Jr. como Lewis Strauss, miembro senior de la Comisión de Energía Atómica de USA. Otros miembros del elenco de apoyo incluyen a Florence Pugh, Josh Hartnett, Casey Affleck, Rami Malek y Kenneth Branagh.

 

Esperaba una cinta hagiográfica previsible plana sobre el protagonista, pero Nolan es capaz de dar una energía vibrante a sus tres horas, volviendo a su estilo de jugar con los tiempos, saltando atrás y adelante continuamente, esta vez añadiendo el elemento de saltar de blanco y negro al color con un sentido dramático, gracias al DP fetiche de Nolan desde “Interstellar”, Hoyte van Hoytema, filmando con cámaras de gran formato Panavision e Imax de 65 mm, siendo antológico en la secuencia de la explosión (sin efectos CGI). Todo para una narración ágil, fundamentada en tres tiempos, especie de fragmentación inspirada en la fusión y fisión atómica.  

 

La primera parte, acercándonos a su docencia en Europa, su interacción con otros científicos, aquí vemos que su mente es teoría y poca práctica, como lo demuestra cuando no acepta la noticia de la división del átomo por no entrar en los parámetros de la teoría. En este apartado me hubiera faltado saber porque Oppy se sintió atraído por la física teórica, pue lo conocemos ya obsesionado con ella. También entraremos en sus relaciones amorosas con la comunista Jean Tatlock (buena Florence Puough), con tormentosas idas y venidas en su relación, con ella nos enteramos de las inquietudes de Oppenheimer sobre la literatura hindú, lee el “Bhagavad Gita” en el sánscrito original. Y la que sería su esposa Kitty (buena Emily Blunt, tiene su gran momento en el enfrentamiento con el pseudo-fiscal encarnado por un ardiente Jason Clarke, y como este le interpela por su pasado comunista y ella le contrarréplica de modo punzante), en una extraña relación, en la que parece haberse perdido metraje entre las tijeras, pues pasamos en su maternidad verla como una alcohólica que tiene abandonado a su bebe, Oppy lleva al hijo a un amigo para que lo cuide, de esta situación del bebe no sabremos más, pero si pasamos a que la madre en la parte final es una mujer orgullosa y soberbia guardiana de su marido, algo falla aquí, no hay sentido orgánico, como no hay calor humano entere ellos. Ni mucho menos todo en esta cinta es perfecto, como lo atestigua esta subtrama coja.

 

Segunda parte sería el Proyecto Manhattan (iniciativa ultrasecreta que tras cuatro y más de 2.000 millones de dólares de inversión, permitió desarrollar las primeras bombas nucleares), demostrando iniciativa en la construcción de Los Álamos, ello junto al líder militar de la misión, Leslie Groves (notable Matt Damon, con el que tiene ententes chispeantes, varios con humor sardónico, como cuando Oppy le comenta de que hay casi nulas posibilidades de que con Trinity produzca una reacción en cadena que acabe con el mundo y este le da una caustica respuesta), reclutando científicos, resolviendo conflictos internos entre los egos de las mentes preclaras allí residentes. Entre ellos hay ganadores del Premio Nobel, como su viejo amigo Isidore Rabi (notable David Krumholtz), o el racial magiar Edward Teller (excelente Benny Safdie), empeñado este en desarrollar una bomba de hidrógeno. Las dudas sobre si está bien o mal lo que hacen se resumen en este pensamiento de Oppy: ‘No sé si se puede confiar en crear tal arma… pero sé que en los nazis no podemos confiar que la tengan’. Alemania ha capitulado y aun no se ha utilizado la Bomba (Oppy llega a de modo pérfido decir en un discurso que le gustaría haberla utilizado contra los nazis, como si la bomba pudiera seleccionar quien era hitleriano y quien no. Oppenheimer justifica el lanzamiento de los artefactos sobre Japón, no con la motivación de salvar vidas americanas por la invasión, espeta que, al usar un arma nuclear, crearíamos una demostración horrible de por qué nunca podría volver a utilizarse, una maquiavélica justificación, sería como decir que voy a matar con una ametralladora a unas cuantas personas para que la sociedad vea los peligrosas que son estas armas y porque no utilizarlas (¿?).

 

Aquí tendremos la mítica prueba de la Bomba Trinity. Me resulta extraño que en la tercera parte se analicen los sentimientos de culpa de Oppy por el daño que sui creación causa, pero sin embargo no nos muestran ninguno de los efectos de las dos bombas sobre Japón. Solo sabremos de ello por la radio, y de las consecuencias por declaraciones del propio Oppenheimer. Se da por sobrentendido el dolor de “Liittle Boy” y “Fat Man”, pero haber mostrado el Horror habría otorgado más dimensión dramática a los hechos.

 

Y tercera parte el periodo convulso post-Trinity, centrado en el testimonio de J. Robert Oppenheimer ante un (planeado por su enemigo en un claustrofóbico lugar) consejo de autorización de seguridad en 1954, y donde se ahonda en los sentimientos de culpa, y como terminó estando en contra de los avances en el campo atómico que el mismo inició, siendo ferviente opositor a la Bomba de Hidrógeno. Enfrentándose aquí en un duelo sibilino contra Lewis Strauss, desde su primer saludo en 1947 en Princeton, y como su relación degeneró en enfrentamiento soterrado por la humillación que Oppy le espetó en una ocasión en una audiencia en el Congreso, lo que se arrastró hasta 1959 en una audiencia en el pleno del Senado sobre el nombramiento de Strauss como secretario de Comercio por parte del presidente Eisenhower. Esta parte de thriller está bien llevada, con testimonios dramáticas en su fuerza emocional, en las reacciones de unos y otros, pero saca el foco de lo importante, de Robert Oppenheimer, para abrirlo a un tipo que la historia ha barrido como es Lewis Strauss, dándole un peso que desnivela en la película, por ser un ‘Don Nadie’ en la Historia.

 

Potenciando el ritmo la electrizante música del islandés Ludwing Goransson (sustituyendo al músico fetiche ‘nolaniano’ Hans Zimmer), un metrónomo que me recuerda a la neurálgica banda sonora de “Dunkirk”, con neurálgicas melodías de violín otorgando un clima inquietante.  Un recorrido por los años cruciales de Oppenheimer en su gran ‘aportación’ a la humanidad, así como se tomó las consecuencias de ‘su arma’. En un tiempo posterior en que es atacado por izquierdista (esta subtrama me recuerda a la del film ‘eastwoodiano’ “Sully”), especie de juicio orquestado por un pseudo Antonio Salieri, Lewis Strauss (Downey).

 

Una película que se aleja de la canonización del titula, sacando a la luz sus debilidades, sus aristas, sus dudas, su frustración, sus contradicciones, humanizando al Mito, un ser abocado a un gran dilema moral. Y es que difícilmente se puede encontrar a un personaje histórico más complejo que Oppenheimer, es un héroe por con su mortífera arma acabar con la WWII? O es un Demonio por haber sido responsable de la creación del arma más mortífera jamás imaginada (responsable de matar a cientos de miles de personas en Japón)? El arma que supuso abrir la Caja de Pandora de los Infiernos, la entrada en la era Atómica, el genio ya no podría volver a meterse en la Lámpara, un tiempo donde accionar el ‘botón rojo’ podría suponer la extinción humana. Y con ello se lanza la pregunta de si un científico es responsable del uso de su creación, yo pienso que sí, para bien y para mal. Aunque el film nos coloca una escena brillante en que Oppy tiene un encuentro (tras caer las bombas sobre Hiroshima y Nagasaki) con el presidente Truman (encarnado por un estupendo sin acreditar Gary Oldman; como le gustan los maquillajes) en el despacho oval, allí el llamado ‘Padre de la Bomba Atómica” dice lamentarse por tener las manos manchadas de sangre, y el POTUS le responde: “No importa quién inventó la bomba atómica, sino quién la lanzó”. Y mientras se marcha dice a su secretario que no vuelva más ese llorón. Héroe y Villano y viceversa. Es película que se basa en la fuerza de los diálogos, pues carece de acción (algo que siempre estaba presente en el cine ‘nolaniano’), con ententes intensos, tensos, feroces, cargados de sustancia

 

Nolan etiqueta las dos partes narrativas (separadas por Trinity) entre "Fisión" (en color) y "Fusión" (filmada en IMax en b/n), en esta segunda se suma la perspectiva del almirante Lewis Strauss (Robert Downey Jr.) durante sus audiencias de confirmación para convertirse en Secretario de Comercio en 1959. Ello en un crescendo dramático en que nos deconstruye a Oppenheimer, desde ese tipo egocéntrico, judío, lacónico, simpatizante comunista, el director de “memento” nos mete en la mente de Oppenheimer, a través de una espléndida edición de Jennifer Lame (“Blonde”), con insertos de figuraciones siderales, chispas y partículas brotan por el espacio en la mente del protagonista. Así como gran labor en como alterna de modo que muelle las idas y venidas temporales, haciendo que este artificio no descoloque y a la vez se retroalimente de las comparaciones entre situaciones. Oppy se codea con científicos de la talla de Albert Einstein (correcto sin más Tom Conti), el que se convierte en una especie de ‘Rosebud’ para Lewis Strauss con su encuentro a orillas de un estanque en Princeton, o con el danés Niels Bohr (buen Kenneth Branagh), que tiene una didáctica charla con Oppy en Los Álamos.

 

Uno de los puntos discutibles en la filmografía de Nolan es su gusto por la sobrexplicación, y aquí podría ser farragoso por el tema del denso lenguaje de la física atómica, pero esto lo salva con buena nota el guion sin querer hacer un docto en la materia al espectador, pero ofreciéndole asideros mínimos, como por ejemplo la forma de explicar la diferencia entre plutonio y uranio mediante el llenado de una gran copa y una pequeña. Aunque más que esta vertiente, puede desorientar el numeroso y nutrido elenco de personajes que parecen, decenas, y es complicado no perderse entre esta marea.

 

El irlandés Cillian Murphy borda su papel de protagonista con la imagen típica del científico con su sombrero de copa de ala ancha, imprimiéndole matices a un tipo ambiguo, llevando el peso de casi todas las escenas, un tour de forcé arrollador, tipo que pasó de héroe a villano en su país, fue el Prometeo moderno. Un mujeriego, con inquietudes de izquierdas, y todo ello siendo una persona íntegra que creía por encima de todo en sus ideas, que evolucionaron con los tiempos, expuesto de forma tridimensional. Tras esta cinta nos damos cuenta que él en realidad solo fue el coordinador de las mentes que hicieron posible esta endemoniada creación, no era el impulsor de ideas, si no el líder que engrasaba la ‘máquina’. “Oppenheimer” marca la sexta colaboración entre Nolan y Murphy, y la primera protagonizada por Murphy como protagonista.

 

Robert Downey Jr. da una gran interpretación como el ladino Lewis Strauss (miembro fundador y más tarde presidente de la Comisión de Energía Atómica), resentido vengativo dispuesto amover todos los hilos a su alcance para la vendetta. Un político artero y retorcido que se manipula en la sombra, borda su rol con una fuerza contenida fenomenal. Lástima que su rol se a parte de una trama reduccionista con Oppenheimer, este fue responsable máximo de Trinity, estas pendencias posteriores carecen de peso dramático ante la magnitud de la Bomba Atómica. Downey Jr. considera esta cinta "la mejor película" en la que apareció; También destacaría a Josh Harnett con su físico Ernest Lawrence, mantenido duelos con Murphy notables.

 

Spoiler:

 

El momento parteaguas y clímax del film es sin duda la detonación de la bomba prueba, Trinity, momento Homérico de cine emocional trascendental, con una liturgia previa cargada de tensión, el traslado de la bomba esférica, la ascensión a la torre, la visita que le hace Oppy en la cima, el Dr. Frankenstein ante su creación, pero aun falta darle ‘vida’. Vemos las leve encendiéndose para iluminar el ‘Armaggedon’, los ‘afortunados’ se congregan lo más cerca posible para asistir en asiento de primera al evento. Vemos a los diferentes asistentes prepararse, que si con gafas, con cristales velados, con parabrisas, o en el bunker. Hasta que llega la cuenta atrás, y aprietan el botón, y la Caja de Pandora se abrió el lunes 16 de julio de 1945 a las 05:29:45 hora local en Alamogordo (Nuevo México). Oinos los pensamientos de Oppy con las líneas de Vishnu de la escritura hindú, el Bhagavad-Gita: “Ahora me he convertido en la Muerte, el destructor de mundos…”, y sorpresivamente la explosión se nos expone en silencio, y cuando ya todo parece haber pasado ante nuestros ojos, la magnitud Pandemonium es la visión del Averno abriéndose nante nosotros, nos hunden en el interior de las magnas llamas, llega la aparente calma y de pronto el ruido y la onda expansiva llega como un huracán pantagruélico. Asistimos a los rostros reaccionado ante el Boom. Tras el asombro llega el éxtasis por el éxito de Trinity, aunque la faz de Oppy expresa turbación ante el camino sin retorno que acaba de poner en marcha.  

 

La cinta tiene en su rush final como Oppy es acosado y acusado de espía soviético, siendo empujado a dimitir de cualquier función pública. En esta parte me ha resultado electrizante el interrogatorio que Roger Robb (Jason Clarke) hace a Oppy sobre su cambio de parecer, estando en contra de la carrera atómica, pues hurga con ingenio en las incoherencias del `personaje. Esto orquestado por el Lewis Strauss, que tendrá su cumplida ración de Karma cuando quiera pasar el filtro para Secretario de Estado. Acabando el film con Oppy recibiendo la Medalla al Mérito.

 

Es la primera película de Nolan que no es distribuida por Warner Bros Pictures a nivel nacional o internacional desde Memento (2000), así como la primera en recibir calificación R desde Insomnia (2002). En diciembre de 2020, Warner Bros. Pictures anunció planes para dar sus películas de 2021 estrenos simultáneos en cines y en HBO Max, citando el impacto de la pandemia de COVID-19 en la industria cinematográfica. Nolan, que se había asociado con el estudio en cada una de sus películas a partir de Insomnia (2002), estaba indignado con la decisión, ya que había sido un defensor de las salas de cine. En enero de 2021, los informes de los medios mencionaron la posibilidad de que la próxima película de Nolan podría ser la primera en no ser financiada o distribuida por Warner Bros. A mediados de 2021, el cineasta ya había dejado Warner Bros y se había estado reuniendo con otros estudios para desarrollar su nuevo proyecto. Nolan se acercó a varios estudios para el proyecto, incluidos Sony Pictures , Universal Pictures ,Paramount Pictures y Apple Studios debido a su tensa relación con Warner Bros. Según los expertos, Paramount quedó fuera de la selección desde el principio tras el reemplazo del director ejecutivo y presidente Jim Gianopulos por Brian Robbins, un defensor del aumento de los lanzamientos de servicios de transmisión. Nolan tenía conexiones con Donna Langley, presidenta y directora de contenido del grupo de estudio NBCUniversal , quien estuvo de acuerdo con la postura del cineasta sobre la industria cinematográfica. Como tal, Universal acordó financiar y distribuir la película, y la producción comenzará en el primer trimestre de 2022. El estudio también estuvo de acuerdo con las estipulaciones de Nolan, que incluían un presupuesto de producción de $ 100 millones, un presupuesto de marketing igual, una ventana teatral exclusiva que oscilaba entre 90 y 120 días, el veinte por ciento del primer dólar bruto de la película y un período de tres semanas antes y después del estreno de la película en el que Universal no podía estrenar otra película nueva.

 

El dispositivo de encuadre de la historia se había extendido desde la audiencia de autorización de seguridad de Oppenheimer en 1954 hasta la audiencia de confirmación del Senado de Strauss en 1959 para convertirse en el Secretario de Comercio del presidente Dwight D. Eisenhower. También había optado deliberadamente por alternar escenas en color y en blanco y negro., explicando que quería que la película se transmitiera desde una perspectiva objetiva y subjetiva. Elaborando sobre la dicotomía de color y blanco y negro, explicó que la mayor parte de la película sería la línea de tiempo en color de las experiencias subjetivas de Oppenheimer, mientras que una "visión más objetiva de su historia desde el punto de vista de un personaje diferente" estaría presente en la línea de tiempo en blanco y negro. Con el deseo de hacer la película lo más subjetiva posible, el equipo de producción decidió visualizar las concepciones de Oppenheimer sobre el mundo cuántico y las ondas de energía.

 

La hija mayor de Nolan, Flora, también había filmado una escena en la que interpretaba a una mujer joven en una explosión como parte de una visión de Oppenheimer. Su intención de incluir la escena era transmitir que "el punto es que, si creas el máximo poder destructivo, también destruirá a aquellos que son cercanos y queridos para ti" y sintió que hacerlo era la mejor manera de expresarlo.

 

La película utilizó una combinación de película de gran formato IMAX de 65 mm y 65 mm. También es la primera película en filmar secciones en película fotográfica en blanco y negro IMAX.

 

La filmación involucró el uso de explosivos reales para recrear la prueba nuclear Trinity, renunciando al uso de gráficos generados por computadora. Se creó un conjunto especial con gasolina, propano, polvo de aluminio y magnesio. Mientras usaba miniaturas para el efecto práctico, el supervisor de efectos especiales de la película, Scott R. Fisher, se refirió a ellos como "grandes aturas", ya que el equipo trató de hacer los modelos lo más grandes posible. También se construyó desde cero una ciudad al estilo de la década de 1940 para la película. También se filmaron escenas en la cabaña original de Oppenheimer, que había sido restaurada pájaro kai también había estado en el set y quedó impresionado al ver la actuación de Murphy como Oppenheimer durante la filmación.

 

Durante la posproducción, la edición estuvo a cargo de Jennifer Lame, quien previamente editó Tenet. Los efectos visuales fueron manejados por DNEG, marcando su octava colaboración con Nolan. Andrew Jackson fue el supervisor de efectos visuales.

 

El rodaje tuvo lugar en el Instituto de Estudios Avanzados de Princeton, Nueva Jersey. La filmación también ocurrió en California, principalmente alrededor del campus de la Universidad de California, Berkeley. El equipo de producción había filmado escenas en Belén, Nuevo México, con Murphy escalando una torre de acero de 100 pies, una réplica del sitio original utilizado en el Proyecto Trinity, con mal tiempo.

 

En diciembre de 2020, Warner Bros. Pictures anunció planes para dar sus películas de 2021 estrenos simultáneos en cines y en HBO Max, citando el impacto de la pandemia de COVID-19 en la industria cinematográfica. Nolan, que se había asociado con el estudio en cada una de sus películas a partir de Insomnia (2002), estaba indignado con la decisión, ya que había sido un defensor de las salas de cine. En enero de 2021, los informes de los medios mencionaron la posibilidad de que la próxima película de Nolan podría ser la primera en no ser financiada o distribuida por Warner Bros. A mediados de 2021, el cineasta ya había dejado Warner Bros y se había estado reuniendo con otros estudios para desarrollar su nuevo proyecto. Nolan se acercó a varios estudios para el proyecto, incluidos Sony Pictures , Universal Pictures ,Paramount Pictures y Apple Studios debido a su tensa relación con Warner Bros. Según los expertos, Paramount quedó fuera de la selección desde el principio tras el reemplazo del director ejecutivo y presidente Jim Gianopulos por Brian Robbins, un defensor del aumento de los lanzamientos de servicios de transmisión. Nolan tenía conexiones con Donna Langley , presidenta y directora de contenido del grupo de estudio NBCUniversal , quien estuvo de acuerdo con la postura del cineasta sobre la industria cinematográfica. Como tal, Universal acordó financiar y distribuir la película, y la producción comenzará en el primer trimestre de 2022. El estudio también estuvo de acuerdo con las estipulaciones de Nolan, que incluían un presupuesto de producción de $ 100 millones, un presupuesto de marketing igual, una ventana teatral exclusiva que oscilaba entre 90 y 120 días, el veinte por ciento del primer dólar bruto de la película y un período de tres semanas antes y después del estreno de la película en el que Universal no podía estrenar otra película nueva.

 

La película recibió una calificación R de la Motion Picture Association por "algo de sexualidad, desnudez y lenguaje", lo que la convierte en la primera película de Nolan en recibir esa calificación desde Insomnia (2002).

 

Notable film, de los que cala en su ambigüedad, de los que te hace pensar. Gloria Ucrania!!!

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