lunes, 3 de julio de 2023

 


EL VALLE DEL ARCO IRIRS.

 

Irregular musical dirigido en sus comienzos (hay controversia por el número que ocupa este en su filmografía, pues hay trabajos que los dirigió sin obtener crédito en lo que era norma laborando para la factoría serie B de Roger Corman) por un director que en la década siguiente de los 70 crearía cuatro pináculos del Séptimo Arte (“El Padrino”, “La Conversación”, “El Padrino II” y “Apocalypse Now”), pero aún estaba verde a sus 29 años. Francis Ford Coppola hizo su primer film para un gran estudio como la Warner Bros encuadrado en un musical, género por el que ha demostrado a lo largo de su carrera con films como “Corazonada” “Cotton Club” o el videoclip de Michael Jackson “Capitán EO”. Aunque su presupuesto era muy ajustado, lo que se nota y mucho en los decorados del 95 % (igual me quedo corto; Filmada en Napa Valley, en un estudio de sonido y en nueve acres de un lote que se transformó en el Rainbow Valley de la película; Las escenas del ferrocarril se filmaron en Sierra Railroad en el condado de Tuolumne- California), brillando lo falso del césped, notándose alfombras verdes. La Warner pretendía ir a rebufo del éxito de “My Fair Lady” (1964) y “Música y lágrimas” (1965), pero al final solo será recordado por ser el último musical del icónico Fred Astaire, pues es una cinta sin número de baile que se queden en la memoria, y la el tema principal “Look To The Rainbow” y el “How Are Things In Glocca Morra?”, resto se pierde en la memoria antes que termine el metraje. Queda un aire de alegría que se transmite, una jolgoriosa vitalidad, queda algún momento divertido aislado (como ese criado negro obligado racistamente a comportarse como una caricatura perezosa Tio Tom), pero en su tono general es una arrugada propuesta. Habla bien de esto que para Coppola fue un suplicio de problemas, comentó que él era el hombre equivocado para el trabajo en todas las formas imaginables, ejemplo es que el director pretendía filmar en exteriores y la Warner le dijo que nones, reciclando los del musical “Camelot· para la peli. Coppola contrató al coreógrafo Hermes Pan, gran colaborador durante décadas de Astaire, pero lo despidió a mitad de la filmación por su estilo antiguo de la era de la Depresión.

 

El guion es de EY Harburg y Fred Saidy basado en su musical de Broadway homónimo de 1947, con canciones escritas por EY Harburg (escribió los temas del musical “El Mago de Oz” con otro mítico tema con el arco iris, “Somewhere Over the Rainbow”; por haber estado alistado en el partido socialista y no dar nombres al Comité de Actividades Antiamericanas fue incluido en la Lista Negra de 1950 a 1962, de esta mentalidad sus ataques al racismo) y compuestas por Burton Lane (“Bodas Reales”). Relato donde se dan cita un coctel de temas como el tradicionalismo folclórico irlandés traducido en el caldero de oro robado a un duende con sus inherentes tres deseos, el espíritu hippy comunal, y el ataque al racismo (Coppola dijo que no conoció a una persona negra hasta los 22 años), ello en medio de la lucha de los derechos Civiles en USA, pero su crítica resulta demasiado complaciente, caricaturescamente bufa, incluso para ser una comedia, igual cuando se escribió la obra en 1947 fuera transgresora, pero dos décadas después resultaba pueril, tengamos en cuenta que USA estaban en auge los Panteras Negras o las soflamas de Mohamed Ali, con lo que esta peli resulta muy paternalista en el modo guiñolesco ligero en que se aborda. Obra que sobre todo tiene de eje la eterna lucha entre el Bien vs Mal, tocando a demás temas como la solidaridad vs el egoísmo, el altruismo vs avaricia, tolerancia vs prejuicios sociales. En la mezcla también están los estilos musicales donde hay cabida para la música tradicional irlandesa, el góspel y el pop.

 

Un pícaro adorable llamado Finian McLonergan (Fred Astaire) se fuga de su Irlanda natal (partiendo desde el inicio del Arco Iris) con una vasija de oro robada a un duende, se marcha con su hija Sharon (Petula Clark). Tras deambular por toda USA (esto se ve durante los créditos iniciales en que padre e hija son vistos en varios lugares turísticos estadounidenses sin orden alguno, primero frente a la Estatua de la Libertad, de ahí pasamos a la otra costa con el puente Golden State, de ahí al Momument Valley, pasando por el monte Rushmore, por el Cañón del Colorado, Alaska, y terminando en el Raimbow Valley). Rainbow Valley en el estado (ficticio) de Missitucky, donde planea enterrar su tesoro con la creencia errónea de que, dada su proximidad a Fort Knox, se multiplicará. Pisándole los talones a Finian está el duende Og (Tommy Steele), desesperado por recuperar su vasija robada antes de que se convierta en humano. Entre los involucrados en los chanchullos que siguieron se encuentran Woody Mahoney (Don Francks), un soñador fracasado que corteja a Sharon; Susan (Barbara Hancock), la hermana muda de Woody, que se expresa bailando; El buen amigo y socio comercial de Woody, Howard (Al Freeman Jr.), un botánico afroamericano decidido a desarrollar un híbrido de tabaco y menta; y el racista senador Billboard Rawkins (Keenan Wynn), que luce su intolerancia como si fuera una insignia de honor.

 

Es un film agradable de ver, vistoso, colorido, con una fulgente fotografía de Philip Lathrop (“La Pantera Rosa” o “Driver”), con algunas apreciables tomas, con gusto por las tomas elevadas y los travellings, aunque sesgada por una edición algo errática en los números musicales. Con el acicate de que su desarrollo resulta muy infantiloide, muy ingenua, cargada de candidez. La química entre los personajes resulta impostada, no digamos ya el doble romance, solo posible en su devenir por imperativo del guion. Tenemos el gancho de ver a Astaire bailando juvenilmente a sus 69 años, pero esto no es suficiente para levantar una arrítmica, cinta, donde los números musicales en grupo resultan (siendo benévolos) poco estimulantes, destilan vigor y entusiasmo, pero no son gráciles. No ayudan unos escenarios acartonados en su falsedad rural-campestre. Posee un metraje desproporcionado para lo que cuenta, demasiado pretenciosa, incluso con su intermisión. No hay jugo que exprimir `para tanto minutaje, esto incide en tramos en que miras el reloj y apenas ha pasado tiempo parece. Demasiadas sub tramas se cruzan y a penas tiene interés alguna de ellas, llama la atención (obre todo vista hoy día) que el gran sueño de esta comuna es crear tabaco con sabor a menta (¿?). Adolece de solidez narrativa, saltando sin ton ni son de un lado a otro.

 

El gran reclamo del film es el Tótem Fred Astaire, el mito del musical clásico, el que en el comienzo del cine sonoro llenaba las salas durante la Gran Depresión de los 30 para hacer olvidar un rato a los espectadores sus problemas, creando magia en sus fantásticas coreografías. Llevaba oncees años sin hacer musicales en cine, desde “Stock Silkings” (1957), donde incluso su último baile y canción fueron a modo de despedida rompiendo su legendario sombrero de copa. Se había concentrado en especiales de televisión en ese tiempo. Pero supongo que tuvo morriña y volvió ya con 69 primaveras a deleitarnos con su jovialidad de piernas arqueadas, se le notan los años. Pero es capaz de hacerlos invisibles en sus jolgoriosas danzas, como el número "When the Idle Poor Become the Idle Rich" que tiene en granero con un bastón saltando por alturas por cajas y escaleras de forma elegante. Exhibió agilidad, simpatía, encanto, un placer para todos los nostálgicos del cine, para un papel lejos de sus caracterizaciones encasilladas pretéritas, siempre un jovial sabelotodo que tiene un romance con la más bella, aquí es un anciano, padre de una chica, que busca sus sueños más allá del arco iris, tipo picarón y truhan que busca su Sueño Americano. Este si fue su última película musical, aunque bailó con Gene Kelly durante secciones de enlace del documental “That's Entertainment, Part 2”.

 

Entre los secundarios destaca Keenan Wynn en el rol de villano guiñolesco Billboard Rawkins, en su comportamiento avieso de racista contra los negros, inspirado en el senador segregacionista Theodore G. Bilbo de Mississippi (1877-1947). Se nota divirtiéndose en su histrionismo ridículo, con un giro aun más bufonesco cuando se convierte en negro, pretendiendo el guion darle una lección, probablemente los afroamericanos no les sentó bien otro ‘blackface’: Un viraje que lo lleva por varios estados de confusión, hasta que lo vemos cantar de modo chancesco en un cuarteto de góspel alabando a Jesús; Tenemos a la exitosa cantante Petula Clark (con más de 70 millones de discos vendidos en el mundo, es la artista británica más prolífica, según el Libro Guinness de récords mundiales), da vida a la hija de Finian sin mucha chispa, solo parece a gusto cantando, entonando uno de los grandes temas del film, "How Are Things In Glocca Moora" y junto a Astaire canta “Look To The Rainbow”; Tommy Steele (estrella pop británica menor de la década de 1960) cumple con energía como el duende, aunque en un rol muy infantilizado, con un romance prefabricado, sin poso, incluso grotesco en la forma en que el duende confunde a dos mujeres, y como la otra no le corresponde pues a por la otra (¿?); Al Freeman Jr., interpreta a un joven botánico negro, inane, solo reseñable por la caricatura del criado afroamericano; Don Francks, como Woody Mahoney, el interés amoroso de Sharon, resulta un apósito sin la menos compenetración romántica, actuación para apilar en el baúl del olvido; La bailarina Barbara Hancock derrocha dulzura en su rol de chica muda Susan the Silent, sin más, aunque muy bonita con ese vestidito corto con vuelo;

 

La mejor frase del film, por lo paradójica y descriptiva de los rancios conservadurismos es cuando alguien saca la constitución y habla de que si la ha leído otro personaje y este responde: "No tengo tiempo para leerla... Estoy demasiado ocupado defendiéndola!"

 

‘La ironía de El arcoíris de Finian: se adelantó a su tiempo en 1947 y se atrasó irremediablemente en 1968. Estaba pidiendo dócilmente un lugar en la mesa para los negros en un momento en que los negros levantaban los puños y exigían airadamente derechos sociales, políticos. y poder económico. En 1947, el público cinematográfico aparentemente no estaba preparado para un esquema de redistribución de la riqueza, incluso si estaba arraigado en la sólida base de la magia de los duendes. Finian's Rainbow probablemente fue un poco demasiado progresista y alborotador por su propio bien. Con un héroe basado en Woody Guthrie, una subtrama satírica en la que un senador racista llega a comprender los males del racismo después de transformarse en un hombre negro, y héroes mágicamente izquierdistas que tratan de consolar a los afligidos y afligir a los cómodos, la obra es muy claramente el producto de una mentalidad New Deal/Popular Front que imaginaba una utopía cuasi-socialista sin pobreza o desigualdad social/financiera paralizante. En 1947, eso fue suficiente para incluir a un compañero en la lista negra como compañero de viaje en el mejor de los casos, y en el peor de los casos a un comunista sucio y apestoso que cantaba "Kumbaya". No parece en absoluto una coincidencia que los primeros intentos del creador de Mr. Magoo, John Hubley, de adaptar el musical como un largometraje de dibujos animados con Frank Sinatra y Louis Armstrong en papeles clave fueran aplastados después de que el legendario animador se negara a dar nombres ante la Casa Un -Comité de Actividades Americanas.’

 

Ninguno de los miembros del elenco es de Irlanda, aunque Astaire pone el acento irlandés en falsete, y el duende parece no tener otro propósito que caricaturizar el folk Irish.

 

‘Durante años NUNCA se mostró a Fred Astaire bailando en películas a menos que se mostrara TODO él. Sintió que le restaba valor al baile si no se le mostraba de pies a cabeza. Bueno, él NO negoció tal contrato con la gente que hizo "Finian's Rainbow", ya que SÍ baila y no lo ves de pies a cabeza en canciones como "The Idle Rich". Quizás esto se debió a su edad y a que se estaba ralentizando un poco, lo que podría explicar por qué este fue su último musical.’

 

Dado que el musical fue un éxito en el escenario, existió un interés en filmarlo desde el principio. MGM se interesó en filmarlo en 1948 como vehículo de Mickey Rooney. Sin embargo, Harburg fijó el precio de los derechos en $ 1 millón y quería el control creativo. Durante un tiempo, una empresa alemana quiso hacer la adaptación cinematográfica. En 1954, Distributors Corporation of America intentó convertirla en una película animada. Varias estrellas grabaron una banda sonora de la partitura, pero la película no se completó. En 1958, los autores del musical se asociaron con Sidney Buchman para producir una película de forma independiente, pero este proyecto no prosperó. En 1960, los derechos de la película estaban en manos de Marvin Rothenberg, quería que Michael Gordon la dirigiera y Debbie Reynolds la protagonizara. Se anunció que la película tendría un presupuesto de $ 2 millones y sería estrenada por United Artists, pero la película no se llevó a cabo.Harburg declaró en 1960 le dijeron que parte de la razón por la que era tan difícil hacer una versión cinematográfica era que Hollywood tenía miedo de los musicales de fantasía. Otra razón fue el macartismo de la época. En 1965, Harold Hecht compró los derechos de la película y contrató a Harburg y Saidy para escribir un guión y algunas canciones nuevas. Hecht dijo que tenía la intención de filmar en nueve meses. "Esta vez vamos en serio", dijo Harburg. "Conseguimos un trato sustancial y participamos en el dinero y la producción. Hasta ahora, Finian ha estado ganando tanto dinero en la carretera que no queríamos matar a la gallina de los huevos de oro. Pero te vuelves más idealista a medida que avanzas". te haces mayor y tiendes a dejar de pensar en ti mismo". Se consideró que Dick Van Dyke interpretaría el papel de Finian, pero los problemas financieros hicieron que la filmación se pospusiera y Van Dyke dejó de ser considerado.

 

En septiembre de 1966, Warner Bros anunció que tenía los derechos y que haría una película producida por Joseph Landon y protagonizada por Fred Astaire, con objetivo de conseguir a Tommy Steele como duende irlandés. Se esperaba el presupuesto fuera de $ 4 millones. Francis Ford Coppola fue contratado como director. La película fue nominada a dos Premios de la Academia, cinco Globos de Oro y un Premio del Sindicato de Escritores de Estados Unidos.

 

Debido a que el público de la vista previa encontró la película demasiado larga, el número musical "Necessity" se eliminó antes de su lanzamiento, aunque la canción permanece en el álbum de la banda sonora. Se puede escuchar como música de fondo cuando el senador Rawkins aparece por primera vez en Rainbow Valley en su intento de comprar a Finian.

 

Para el recuerdo queda un delicioso final, ojalá el resto del film hubiera emanado este sentido evocador, cuando vemos a Finian alejarse del pueblo bailando alegremente, dirigirse a la puesta de sol en solitario en busca de nuevas aventuras, fundiéndose el personaje con el actor, el Mito Astaire mítico dirigiéndose a la Eternidad.

 

Film que una vez acabado te queda que su atractivo está más en la anécdota del cruce de dos Leyendas del Cine, por un lado, asistimos al Ocaso del Icónico bailarín Fred Astaire y por el otro somos testigos del primer trabajo de estudio del que será uno de los mejores directores de cine de la Historia, Francis Ford Coppola, esto la hace tener interés. Gloria Ucrania!!!

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