miércoles, 1 de febrero de 2017



EL SARGENTO NEGRO.

Resultado de imagen de sergeant rutledge filmInfravalorado film del maestro John Ford, una más que notable obra que demuestra la madurez y economía de medios con el director de origen irlandés, un western atípico en que mezcla su pasión por la caballería fronteriza del SXIX con un thriller judicial, sumado a la acción remanente de sus ingeniosos flash-back, derivando en una cautivadora película, en  la que se hace una incisiva loa a la integración racial, y se arremete contra los prejuicios étnicos, ello en un contexto en que USA estaba en efervescencia por la lucha de los negros por los derechos civiles. “Sergeant Rutledge” (título original) surgió de una idea del guionista Willis Golbeck (“El hombre que mató a Liberty Balance”), que se propuso exaltar la contribución de los afroamericanos a la historia de los Estados Unidos, después de contemplar un cuadro del Frederic Remington (New York, 1861-Connecticut, 1909), donde aparecía un soldado negro de Caballería encaramado sobre su montura, componiendo una estampa heroica. El popular ilustrador de la frontera había esculpido al personaje sobre una llanura pedregosa e inacabable, con un horizonte desnudo y un cielo malva que sugería la fusión del polvo y un aire abrasador. Bajo el sombrero de ala ancha, aparece un rostro endurecido y parcialmente en sombra, que mira hacia un lado con el gesto del hombre de acción, familiarizado con el riesgo y las privaciones. Con un pañuelo rojo anudado al cuello y un bigote que delata su veteranía, la mano derecha no se separa de la culata del rifle y la izquierda sujeta las riendas, mientras el caballo levanta las orejas expectante, revelando que jinete y montura se hallan perfectamente compenetrados. El guión se dice que tiene una base histórica en la que el 9º de y 10º de caballería USA de soldados negros, comandado por oficiales blancos, libraron escaramuzas con los apaches en Arizona después de la Guerra Civil. Escrito por el propio Willis Goldbeck junto a James Warner Bellah (“Fort Apache”), se basa en un relato de este último, publicado (1958-59) en el "Saturday Evening Post".

Resultado de imagen de sergeant rutledge film
La acción tiene lugar en Arizona en 1881. El sargento primero de Caballería Braxton Rutledge (Woody Strode), es un soldado de color que lleva siete años ejemplares como soldado, pero ahora se encuentra arrestado y va a ser juzgado ante un Consejo de Guerra por el asesinato de su superior, el mayor Dabney, y de violación y asesinato de su hija Lucy (Toby Michaels). Intervienen en él como defensor el teniente Cantrell (Jeffrey Hunter), testigo principal Mary Beecher (Constance Towers) y como presidente del Tribunal el coronel Otis Fosgate (Willis Bouchey).

Resultado de imagen de sergeant rutledge filmEl ingenioso guión desarrolla un puzle en el que las piezas parecen desordenadas en su estructura alambicada de idas y venidas, del juicio a los flash-back, en sus diferentes puntos de vista donde los narradores van cambiando según el testigo pase por el estrado, creando intriga y misterio a cada paso, ello en un increscendo de tensión latente entre los dos escenarios, el del pasado con la patrulla contra los apaches, como en la sala de juicio, ello con un ritmo fluido y de constante inquietud por lo grácilmente que se nos dosifica la información, por los enfrentamientos que se dan en los diferentes niveles, y todo promoviendo la emoción y la atención del espectador, sumándose jugoso goteo de humor típico fordiano, fruto este de dar relevancia a los secundarios, este produciéndose por el juez (sirve para hacer una incisiva crítica a la justicia y su arbitrariedad), su esposa marujona y el secretario de él, todo desembocando en un clímax final muy bien hilado, que te tiene atrapado, te absorbe, estallando en una conclusión brillante.

Resultado de imagen de sergeant rutledge filmResultado de imagen de sergeant rutledge filmLa cinta se convierte con un valiente (sobre todo en su tiempo) relato apasionante en una oda a la tolerancia racial, frente a los prejuicios xenófobos, exaltando con brío y fulgor la figura del sargento ejemplar Rutledge, haciendo un lindo canto a la integración, esto llama la atención porque muchos tildan a Fiord de racista y retrógrado, bueno, pero estos siempre podrán decir que si, los negros son bien tratados, se les da honor, integridad, nobleza, pero los nativos indios son vistos como sobras maléficas, bestias a exterminar si rostro, olvidando que Ford hizo grandes loas al honor y nobleza india en muchos de sus films.. Además Ford riega la cinta con su habitual enaltecimiento de la caballería fronteriza, su sentido del deber, su sacrificio por los demás, su idealismo, su compañerismo, su lealtad, camaradería, valores sobre los que Ford asienta la grandeza y espíritu de cómo los colonos americanos poblaron la vasta nación, incluso en sus lugares más agrestes. Esto el cineasta lo suma a su visión idealizada de cómo el ejército sirvió a la nación tras la cruenta Guerra de Secesión como elemento de cohesión, de unión entre antiguos enemigos, demostrando el director simpatía por el perdedor, con alusiones sutiles y sibilinas al conflicto, aquí quedan remarcadas en algún comentario (de humor negro) sobre como los yankis arrasaron y saquearon Atlanta durante la marcha de Sherman, o como se hace una subrepticia alabanza a la unión cuando se hace el gag del libro del código que rige los juicios militares.

Resultado de imagen de sergeant rutledge filmWoody Strode como el ejemplar sargento Rutlegde compone el rol de su vida, una carismática presencia, imponente tanto física (fue pentatleta en su juventud, y luego jugador de futbol americano profesional, pionero entre los de color), como expresiva, regia figura que Ford explota de modo soberbio con contrapicados que elevan espiritualmente su fenomenal planta, y el actor demuestra mesura y contención, exhibiendo un mundo interior de sufrimiento estoico, espléndido. Jeffrey Hunter cumple en su rol de abogado defensor, con momentos de emoción, y con una buena química con Strode. Constance Towers está correcta en su rol de asistente a un juicio que le repudia por la acusación que ella comprenda injusta, aportando además su cándida belleza. Willis Bouchey como el presidente del jurado resulta entrañable y muy divertido, sobre todo en su interrelación con Billie Burke, la actriz que hace de su esposa, entre los dos hay unos escasos pero sabrosos y mordaces diálogos, y también con Judson Pratt, su ayudante Lt. Mulqueen (chispeante el running-gag del agua). Carleton Young como el fiscal Capt. Shattuck resulta un tanto plano pero incisivo en su representación del racismo de las instituciones.

Resultado de imagen de sergeant rutledge filmResultado de imagen de sergeant rutledge filmLa puesta en escena resulta sugestiva por lo bien que se maneja para emitir emociones encontradas, empezando por una destacable dirección artística de Eddie Imazu (“El hombre que mató a Liberty Valance” o “La taberna del irlandés”), rodando en los interiores de los Warner Studios, y en exteriores entre los estados de Utah (Mexican Hat) y Arizona (Kayenta) , donde se encuentra el lugar fetiche y que encumbró John Ford, el Monument Valley, con sus singulares montañas, sus pináculos, sus planicies áridas,  esto potenciado por la fenomenal fotografía de Bert Glennon (“La diligencia” o “Rio Grande”), que en las espléndidas tomas generales dota de un gran colorido terroso las mesetas, en contraste con los infinitos cielos azules, emitiendo sofoco y calor constante, transmitiendo una belleza hosca, de esos lugares de una belleza turbadora y a la vez inhóspitos, esto alternado y contrapuesto a la claustrofobia de la sala del juicio maximizando los primeros planos para enfatizar la expresividad actoral, o jugando hábilmente con la luz, como en la declaración crucial (que describirá la ejemplaridad del sargento Rutledge) de Mary Beecher, iluminándola fuertemente al tiempo que oscurece el resto de la sala, o cuando la cámara se sitúa tras el público de la sala, haciéndonos sentir entre ellos, como especial es el modo sublime en que filma al sargento Rutledge, en contrapicados que engrandece y dan misticismo épico al personaje, Magno ese plano a modo de lienzo en que lo vemos con el fondo del horizonte crepuscular. Se suma la música de Howard Jackson (“El secreto de vivir” o “Invasión en Birmania”), alusiva y sugerente, con melodías que acunan cada momento notablemente, destacando la canción escrita para el film por Mark David y Jeremy Livingstone, la homérica "Buffalo Soldiers", cuando se oye estremece.

Resultado de imagen de sergeant rutledge film 
Resultado de imagen de sergeant rutledge filmResultado de imagen de sergeant rutledge filmResultado de imagen de sergeant rutledge filmMomentos recordables: Comienza con un plano general del desierto de Arizona. Un pequeño carromato avanza entre el polvo, mientras se escucha la letra de “Captain Buffalo” anunciando el protagonismo de unos soldados pionero por su color de piel; El primer interrogatorio en que Ford remarca el flash-back con el modo en que deja la sala a oscuras y sobreiluminado a la testigo; El sibarita momento en que se mitifica al sargento Rutledge por parte de sus compañeros. Ford la escenifica con apolínea silueta de Rutledge recortándose en el crepuscular horizonte del Monument Valley mientras su tropa le canta “Buffalo soldiers”; Braxton no esconde su intención de fugarse a la primera oportunidad. Cuando el teniente Cantrell, le comenta que vivirá atormentado si huye, Rutledge replica: “Olvida usted señor que el destino de los míos es vivir siempre atormentados. Muy bonito lo que dijo el señor Lincoln de que éramos libres, pero no es cierto. Posiblemente lo seremos, pero aún no”; El sargento Mathhew Luke Skidmore (Juano Hernández) le dice que no cree en su culpabilidad, incluso aunque se autoinculpara. Sin embargo, admite que le extraña su deserción y le pide explicación, Rutledge le dice “Huí (mirando sus grilletes) porque me metí en algo contra lo que no podemos luchar. Asunto de mujeres blancas”; El fiscal pregunta a Rutledge por qué regresó, si sabía que le costaría la libertad, le acusa de comerciar con su valentía para lograr el perdón del tribunal. Visiblemente emocionado, el sargento no consigue explicarse con claridad “Sólo sé que en mi interior algo me iba obligando a volver... Sentía que el ejército era mi hogar, mi verdadera libertad y mi propia estimación. Y el modo en que iba a desertar me convertía en una fiera dañina que huye acosada (termina levantándose ante las acusaciones del fiscal). Y yo no soy eso. Soy un hombre”. Ford filma un primer plano de Rutledge desde un ángulo contrapicado, ensalzando su aura majestuosa; El fiscal recurre al color de la piel del acusado como acicate, provoca la reacción indignada de Cantrell: “Si se va a incluir el color de la piel de un hombre como prueba o como tema de discusión en este tribunal, entonces diré que es a este tribunal a quien hay que juzgar y no a ese soldado”; Sergeant Rutledge finaliza con varios planos generales de la Caballería avanzando en hilera por Monument Valley. Se trata del Noveno encabezado por el sargento de primera Braxton Rutledge, exonerado de los cargos, sonriente y con una autoestima contagiosa. De fondo, se escucha la música y la letra de “Captain Buffalo”; El interrogatorio que Cantrell somete a Chandler Hubble (Fred Libby), el ímpetu y rabi me recordó el que Topm Cruise somete a Jack Nicholson en “Algunos hombres buenos”.

Resultado de imagen de sergeant rutledge film 
El soldado negro Moffat sabe que va a morir y se angustia al pensar en sus tres hijas

Moffat: “Qué va a ser de ellas?”
Sargento Braxton Rutledge: “Algún día se sentirán orgullosas de ti”
Moffat: “Algún día, siempre estás hablando de algún día como si fuera a bajar el paraíso a la tierra. Somos tontos de luchar en la guerra por los blancos”
Sargento Braxton Rutledge: “No luchamos por los blancos. Luchamos por nuestro porvenir” (su compañero muere y no puede escuchar sus palabras)

Resultado de imagen de sergeant rutledge film
John Ford
Resultado de imagen de sergeant rutledge filmResultado de imagen de sergeant rutledge filmResultado de imagen de sergeant rutledge filmGolbeck se puso en contacto con el coronel James Warner Bellah, autor de cuentos y novelas del Oeste por entregas (Western Pulp Fiction), sugiriéndole trabajar juntos para escribir un guión sobre los soldados negros de la Caballería. Warner Bellah aceptó, sin ignorar los problemas que planteaba cualquier trabajo para la industria cinematográfica. John Ford había utilizado algunos de sus relatos para realizar su “trilogía sobre la Caballería” (Fort Apache 1948; She Wore a Yellow Ribbon [La legión invencible], 1949 y Río Grande, 1950), modificando aspectos de la trama y alterando el trasfondo ideológico. Las trifulcas entre el director y el escritor se habían resuelto siempre con espléndidas borracheras en el más puro estilo del cine de Ford. Bellah y Golbeck, que dos años más tarde elaborarían conjuntamente el insuperable guión de “The Man Who Shot Liberty Balance” (El hombre que mató a Liberty Valance, 1962), escribieron la primera versión de Sergeant Rutledge y se la enviaron a Ford, que acogió el proyecto con la condición de introducir notables cambios. Golbeck había concebido un final abierto, donde la acción acababa poco antes del juicio, otorgando al espectador la responsabilidad de decidir sobre la culpabilidad del acusado. Ford consideró que ese final abierto podía interpretarse como racismo y prefirió disipar cualquier duda con un desenlace sin cabos sueltos, que contenía un mensaje inequívoco contra la segregación. A fin de cuentas, América se hallaba sumida en la lucha por los derechos civiles y había que tomar partido. No sin discusiones, Ford impuso su criterio, apaciguando la frustración de Golbeck y Bellah con una descomunal borrachera y unas fintas de boxeo. Producida por Warner Brothers, Sergeant Rutledge comenzó a rodarse en julio de 1959 y se estrenó el 28 de mayo de 1960. Al parecer, John Ford concibió el título, inspirándose en Ann Mayes Rutledge, primer amor de un joven Abraham Lincoln. Rutledge aparecía fugazmente en su extraordinaria “Young Mr. Lincoln” (1939), concebida como homenaje al Presidente asesinado. En la película, un caracterizado y magnífico Henry Fonda visitaba la tumba de su prometida, prematuramente fallecida a causa del tifus y le manifestaba sus dudas sobre su futuro, preguntándole si debeía probar suerte en el terreno de la política o escoger otro camino. No parece casual que Ford eligiera el apellido Rutledge, asociado a Lincoln, libertador de los esclavos, para rodar un film que exaltaba el valor de los soldados negros.

Conviene recordar que entre 1882 y 1968, se linchó a 5.000 afroamericanos, a veces por supuestos delitos sin probar y, en muchas ocasiones, por mostrarse insolentes con los blancos. Lejos de avergonzarse, los blancos consideraban que era la mejor forma de mantener a los negros en su sitio. De hecho, circulaban fotografías de los linchamientos, que se vendían como recuerdo al precio de medio dólar.


Resultado de imagen de sergeant rutledge filmUna muy buena película, que conviene ensalzar, pues parece perdida entre la filmografía fordiana, y para mí es reseñable por sus valores fílmicos, y por su coraje de elogiar como los negros han contribuido a engrandecer los Estados Unidos. Fuerza y honor!!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario