FIGURAS OCULTAS.
Reivindicativo, ingenioso,
entretenido y buenista film de Theodore Melfi, obra que se puede enmarcar en la
corriente moderna de denuncia del racismo imperante en USA, como "12 años de esclavitud", "Selma", "El
mayordomo" o "Criadas y señoras", y con más importancia teniendo
en cuenta el boicot de parte de la industria afroamericana del cine intentó
imponer en la ceremonia de los Oscar del año anterior, es por ello que este año
han proliferado en las nominaciones cintas con temática y protagonismo de
negros (“Moonlight”, “Fences” y esta que
me ocupa), y más bien parece que sus nominaciones sean fruto de una forma de
expiación (terrada de culpas) de la Academia. Es una cinta agradable de ver, te
deja buenas sensaciones, buen regusto, un mensaje de fraternización, de
tolerancia, con unas muy buenas interpretaciones, sobre todo de las
protagonistas, una bonita ambientación que nos retrotrae a la década convulsa
de los 60, en su debe está su predecibilidad, su falta de riesgo, su inocuidad,
que en sus ganas de abrir el abanico de público se queda en la superficie, loa
el espíritu de superación de modo muy
condescendiente, muy amable, creando un microcosmos de clichés, donde las
mujeres negras son todas muy buenas e inteligentes, y todos los de raza blanca
(excepto Al Harrison, que encarna a la típica figura de blanco comprensivo) son
unos (sutiles, sin ser crueles) racistas subterráneos, además de unos
arrogantes machistas los hombres. Pone en valor a tres mujeres afroamericanas
científicas pioneras en su campo (por ser negras y mujeres), ello en un tiempo donde aún existía en muchos
estados USA (del sur) la segregación racial, y por supuesto el hetero
patriarcado marcado la hegemonía de los hombres en el trabajo. Cinta con valioso poder didáctico. El guión del propio director junto
a Allison Schroeder (“Superfumados”) basado muy libremente en el libro homónimo
de no-ficción de Margot Lee Shetterly sobre las tres mujeres Katherine Johnson, Dorothy
Vaughan y matemática Mary Jackson, que rompieron obstáculos inherentes a su
género y raza dentro de la NASA, digo libremente por que hace un totum
revolutum de fechas, comprimiendo en un tiempo todas las “aventuras” de las
heroínas, creando la ilusión (falsa) de suceder todas las “batallitas”
paralelamente, cuando esto no fue así. El éxito de crítica la ha llevado a
tener tres nominaciones al Oscar: Mejor película , mejor guión adaptado y mejor actriz de reparto para Octavia Spencer.

El contexto de la guerra fría
de fondo, con su episodio de la carrera espacial entre los EEUU y la URSS,
narra la historia de tres mujeres afroamericanas empleadas en la NASA que
logran vencer prejuicios y barreras preconcebidas, biopic basada en el libro
homónimo de Margot Lee Shetterly, relata la vida de Katherine Johnson, Mary
Jackson y Dorothy Vaughan, tres brillantes matemáticas que lucharon por abrirse
paso dentro de la NASA, agencia en la cual tanto su raza como su condición de
mujeres hacían improbable pudieran aspirar a ocupar puestos de gran jerarquía.
No obstante, a pesar de vivir en plena época de segregación racial, el
coincidir con uno de los puntos más álgidos de la Guerra Fría caracterizado por
la carrera espacial entre la Unión Soviética y los Estados Unidos propició que
el talento triunfara sobre los prejuicios. Tras el término de la Segunda Guerra
Mundial, las tensiones internacionales entre la Unión Soviética y Estados
Unidos crecieron hasta desembocar en lo que se conoció como la Guerra Fría, siendo
campo de batalla crucial la carrera espacial entre las dos potencias
antagonistas, donde los soviéticos llevaban ventaja a los americanos, siendo
icono de esto el lanzamiento a la órbita de la Tierra a finales de 1957 del
satélite Sputnik 1, primer satélite artificial. Esto provocó pánico en USA por
sus derivadas militares, con lo que los yankis pusieron en marcha el 'Proyecto
Mercury', con el objetivo de poner a una persona a la órbita terrestre, ello
antes que lo hicieran sus rivales comunistas. Las mujeres que durante la WWII
habían entrado en muchos puestos de trabajo que los hombres dejaron vacantes a
ir a primera fila, con lo que ya habían entrado en puestos antes reservados al
otro género, esta puerta abierta hizo que años después muchas de estas mujeres,
en este caso de color, con la NASA con falta de gente de conocimientos en
matemáticas, fueron estas profesionales requeridas y se mudaron a Hampton,
Virginia, pasando a formar parte del Laboratorio Aeronáutico Langley Memorial,
esto mientras imperaban en el estado las leyes de Jim Crow, que les obligaba a
estar separadas de sus homólogos blancos, el grupo de mujeres afroamericanas
(conocidas como las 'Computadoras del Oeste').
Estamos en 1961, en Katherine
(Taraji P. Henson), Dorothy (Octavia Spencer) y Mary (Janelle Monáe)
son computadoras (mujeres encargadas de hacer cálculos para distintos
tipos de proyectos) en la NASA. Las 3 tienen aspiraciones altas, su condición
de mujeres y afroamericanas las limita a un rol secundario. La carrera espacial
está en plena ebullición y las hazañas soviéticas no hacen sino echar tierra a
los esfuerzos estadounidenses. Al Harrison (Kevin Costner) encabeza el equipo para
intentar poner en órbita a John Glenn (Glenn Powell). Tendran importancia en el
relato la supervisora Vivian Mitchell (Kirsten Dunst), el ingeniero Paul Stafford (Jim Parsons), y
el coronel Jim Johnson (Mahershala Ali).

Con un ritmo fluido discurre
esta epopeya sobre como a base de empeño, de obstinación, de inteligencia, se
pueden romper los techos de cristal impuestos por nuestra caduca sociedad, todo
contado con un aire entre simpático y cariñoso, donde las aristas se pulen en
pocos trazos, dejando algunas dosis de comedia y algún goteo de romanticismo
(algo forzado). Si subrayar el tiempo convulso de la lucha efervescente de los
Derechos Civiles impulsada por Martin Luther King, o el combatismo de Malcolm
X, esto se despacha en una trivial escena en que se ven a unos cuantos
manifestantes negros clamar por acabar con el segregacionismo, y es que en la cinta (quizás para no molestar) no hay discursos ni soflamas incendiarias
contra la xenofobia de aquel tiempo, estas féminas se dedican a trabajar y a
vivir, no se meten en política alguna. Este trío de heroínas se valdrán de su
dignidad, orgullo, y sobre todo inteligencia para ir superando las vallas, como
la del racismo visualizado físicamente en los baños para cada raza, café
distinto para unos y otros, oficinas separadas por grupos de razas, etc, y el
social reflejado sutilmente (sin remarcados caricaturescos) en la rígida
supervisora Vivian, de modales sureños fríos con las afroamericanas, y en los
celos del ingeniero Stafford; el machismo reflejado un pretendiente de una de
ellas, o en que ninguna mujer había asistido nunca a una reunión secreta de la
NASA; ello a través de picos en algunas emocionadas escenas cargadas de
emotividad y rabia, tres personajes que crean una agradable conexión con el
espectador, por estar henchidas de empatía, simpatía, y nobleza, que tienen que
compatibilizar su profesión con su vida familiar, con su amistad, con ser
madres, con tener novio. Producto prefabricado para no molestar, para dejarnos
unas sonrisas, para dejar buen regusto tras finalizar, para salir del cine
sintiéndonos un poquito mejor de cuando entremos, lo que se llama en USA “feel-good movies” (películas para sentirse
bien), ello con recursos ya manufacturados.

Lo malo es que la cinta hace
un reduccionismo un tanto cándido de la situación de la raza negra en los
segregacionistas estados del sur USA, un puñado de obstáculos que el trío
supera con poco esfuerzo, todo banal, muy bien expuesto de modo que llega a punzar,
pero que si lo piensas un poco son meras anécdotas que se salvan muy
trivialmente, con un arranque de dignidad remarcado que deja sin palabras a los
blancios y nivel superado, son victorias que se sienten poca cosa en
comparación con lo que sufrían el resto de los negros del sur, donde el arco de
desarrollo de los racistas (y machistas) queda muy banal. Quedando todo muy bonito de ver pero en su conjunto complaciente, todo muy bienintencionado, pero
falto de garra, sin profundizar en el drama, simplificando lo que fue una ardua
y costosa batalla por los derechos, almibarando la propuesta tanto como para
rozar el absurdo, pues llega a parecer que sin las tres mujeres la NASA no
podría haber funcionado, algo que caricaturiza la labor de estas mujeres, al
poner como unos memos a los responsables blancos de la agencia espacial, pues
cada vez que estas actúan frente a estos, ellos se quedan estupefactos cual
idiotas, no es creíble; Y en esto el relato avanza por terreno previsible,
donde la capacidad de sorpresa se reduce a la nada, donde los personajes de
apoyo son acartonados, sin fuste y si con autosatisfacción, meros puntos de en
que las protagonistas vierten su rabia e ingenio, desembocando en un final
acomodaticio que cumple pero no deja huella perecedera; Lo de Katherine yendo
al servicio de los negros con los libros en el retrete es pasarse tres
pueblos, absurdo y muy forzado para dar
más lástima.
Taraji P. Henson como la decidida matemática Katherine derrocha encanto y carisma, en un rol que borda, eléctrica cuando
explota ante Harrison por lo de los wc segregados. Octavia Spencer está
maravillosa, muy marujona y racial en su rol de “echá p’alante”, manteniendo un
duelo notable con Kirsten Dunst, ganadora de un Oscar hace cinco años, este
vuelve a estar nominada. Janelle Monáe, cantante que ha debutado en cine este
año con dos films, “Moonlight” y este, aporta simpatía, energía, vitalidad, teniendo
su momento épico frente al juez espetándole un emocionado monólogo de porque
debe dejarla inscribirse en la Universidad para blancos. Kevin Costner como a Al Harrsion, derrocha fuerte personalidad,
empatía, don de gentes, un moderno James Stewart, su gran momento es cuando
rompe a porrazos el cartel de wc para negros, frente a la mirada sorprendida de
las afroamericanas. Kirsten Dunst es Vivian Mitchell, supervisora con evidente
aunque disimulado aliento racista, despliega con mesura y contención estos
prejuicios. Jim Parsons encarnar al misógino
racista Paul Stafford, actor que tras una década con el catódico personaje de
Sheldon (de “Big Bang Theory”) no puede quitarse de encima su chistoso rol. Mahershala Ali como el Coronel Jim Johnson,
pretendiente de Katherine, realiza un papel florero de niño bonito que cumple
las expectativas románticas del film.
La puesta en escena resulta
estimable para trasladarnos a los años sesenta, con un sobresaliente diseño de
producción de Wynn Thgomas (“Mars Attacks!”), filmándose en el estado USA de
Georgia (Canton, Atlanta, Morehouse College, East Point, y Monroe), con sus
viviendas, autos, instalaciones de la NASA, con su tecnología vintage, la
plataforma de despegue del cohete, se suma un colorido vestuario obra de Renee Ehrlich Kalfus (“Chocolat”), potenciado
esto por la cromática fotografía de Mandy Walker (“Australia”), impregnando de
vigor poli coloreado los fotogramas, ello en consonancia con el espíritu grácil
del film. El score es obra de Hans Zimmer (“El Caballero Oscuro”), y Benjamin Wallfisch (“12
años de esclavitud”), que ayudan a remarcar sensiblemente los momentos “homéricos”,
asimismo se añaden varios temas originales de temas de Pharell Williams
(también productor del film), y más, entre otros de Ray Charles, Miles Davis, o
Smokey Robinson, que ayudan a la inmersión en la época.
Por una parte tenemos a
Katherine Johnson (de soltera Goble), nacida en 1918 y aún con vida, física y
matemática de vital importancia en el programa espacial de la NASA. Por otra
parte está la matemática Dorothy Vaughan (1910 –2008) que supo introducir el
uso de las primeras computadoras IBM de forma efectiva y eficiente en el
trabajo cotidiano del programa espacial. Finalmente, la matemática Mary Jackson
(1921-2005) que se convirtió en la primera ingeniera negra contratada por la
NASA.

Alteraciones históricas: Ambientada
en la NASA 1961, representa instalaciones segregadas unidad West Area de
Informática, grupo da matemáticas femeninas de color, obligadas a utilizar
instalaciones de comedor y cuarto de baño segregado por raza; Dorothy Vaughan ascendió
a supervisora del West Computing en 1949, convirtiéndose en la primer
supervisor negra en la NACA;
En 1958, cuando la NACA hizo transición a NASA, las instalaciones segregadas, incluyendo la oficina
de West Computing fueron abolidas. Dorothy Vaughan y muchas
antiguas del equipo de West fueron transferidos a una nueva División de
Análisis y Computación (ACD), un grupo racial y de género integrada; Mary Jackson completó sus cursos de ingeniería y ganó una promoción de
ingeniera en 1958, convirtiéndose en la primera ingeniera negro de la NASA; Katherine
Johnson fue asignada a la División de Investigación de Vuelo, en 1953, un
movimiento que pronto se convirtió en permanente; Cuando el Grupo de trabajo del
espacio se formó en 1958, los
ingenieros de la División de Investigación de Vuelo forman el núcleo del Grupo
y Katherine se traslada junto con ellos. Ella fue coautor de un informe de investigación
en 1960, la primera vez que una mujer en la División de Investigación de Vuelo
había recibido crédito como autor de un informe de investigación; Como se ve
nada ocurre en 1961, se toman una licencia temporal muy metida con calzador; El Grupo de trabajo del
espacio fue dirigido por Robert Gilruth, no Al
Harrison, creado para simplificar la gestión un personaje standard y con más
libertad; Vivian Mitchell y Paul Stafford son compuestos de varios miembros del
equipo que reflejan puntos de vista y actitudes de la época sociales comunes; Karl Zielinski se basa en el mentor de Mary Jackson Kazimierz
"Kaz" Czarnecki; John Glenn pidió específicamente para Johnson
para verificar los cálculos de IBM, pero no fue el día del lanzamiento, sino varios
días antes de la fecha.
En conjunto queda una amena cinta, que gusta
más durante su desarrollo que en el poso superficial que deja. Fuerza y
honor!!!
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