FENCES.
Notable tercera realización
del afamado actor Denzel Washington (después de Antwone Fisher en 2002 y The
Great Debaters en 2007), una incisiva adaptación
cinematográfica de la homónima obra teatral, escrita por el dramaturgo August Wilson en 1983, ganadora
del Pulitzer y probablemente el
trabajo más célebre del autor dentro de su ciclo de Pittsburgh, una obra vigorosa y vibrante en la fuerza de sus diálogos y de sus
fascinantes actuaciones. Film que denota su origen teatral en sus pocos escenarios
pues casi todo acontece en una casa de un suburbio obrero de Pittsburgh- Pennsylvania (aunque se intenta dar dinamismo cambiando a diferentes
lugares como la calle, el patio, la casa, un bar...), en sus
pocos personajes en pantalla, y en como la fuerza está en sus sólidos, intensos
y poderosos diálogos de compleja profunda carga psicológica, todo esto
potenciado por la sobriedad tras la cámara de Denzel, ello para realzar la
garra de las interpretaciones, deleitando al público que guste sobre todo de
personajes compactos y eléctricos. El centro es una afroamericana familia humilde,
los Maxson, siendo su título (“Fences”, rejas en castellano) una metáfora de
cómo el protagonista Troy intenta protegerse de sus temores y de los fantasmas
de su pasado, ello entroncando con un fuerte
componente racial. Los intentos anteriores para adaptar “Fences” de August Wilson a la gran pantalla habían sido
infructuosos, debido en parte a la insistencia de Wilson en la utilización de
un director afroamericano. En 2013 Denzel
Washington expresó su
intención de protagonizar y dirigir la adaptación, repitiendo su papel de Broadway
de la obra (en una reposición), al igual que en la película, Washington y Viola Davis , retoman sus papeles de la
reactivación de 2010 que cosechó a los actores los premios
Tony. El dramaturgo y guionista Tony Kushner ayudó
al borrador escrito por Wilson antes de su muerte en 2005. Sin embargo,
Wilson es el único acreditado guionista de la película, Kushner recibió crédito
de co-productor. Washington insiste en permanecer
fiel a la obra de Wilson. Cinta que ha sido un gran éxito de crítica como lo
demuestran sus cuatro nominaciones importantes a los Oscars: Mejor Película , Mejor Actor(Denzel Washington), Mejor actriz de reparto (Viola Davis) y mejor guión adaptado (August
Wilson.
Década de 1950 en Pittsburgh (Pennsylvania), un cincuentón Troy
Maxson (Denzel Washington) casado
desde hace 18 años con su esposa Rose (Viola Davis) y con un hijo Cory (Jovan Adepo), viven en una casa del extrarradio
obrero. Trabaja en el camión de la basura municipal junto a su amigo Jim Bono (Stephen Henderson). El hermano mayor de Troy,
Gabriel Maxson (Mykelti Williamson),
sufrió una lesión en la cabeza en la Segunda Guerra
Mundial que lo dejó con discapacidad mental. Tiene un hijo de una relación
anterior, Lyons (Russell Hornsby ), que se dedica a buscarse la
vida tocando en una banda de jazz. Troy es un tipo autoritario que con su
fuerte carácter intenta imponer su ley en su hogar, ello influenciado por su
duro pasado, chocando esta personalidad con sus hijos y con su estoica luchadora
esposa.
Un penetrante drama que te
atrapa desde su arrollador arranque con esa charla entre los dos amigos
mientras echan cubos de basura al camión, respirándose realismo, veracidad,
frescura, de cómo la cámara les sigue cual voyeur, como recogen su paga, y
caminan hasta la casa de Troy y allí continua la verborrea que entre anécdotas,
miedos, resquemores y bromas se va describiendo la personalidad ambigua de
sobre todo un atronador Troy Maxson. El guión sabe imprimir los diferentes
tonos que requiere el momento, desde el combativo racismo sutil en que no dejan
a los negros conducir los camiones de basura, o que Troy aduce que no le dejaron
triunfar en el base-ball por ser de color, pasando por los tramos jocosos y
divertidos, llegando al drama punzante cuando el protagonista relata su
doloroso pasado con su padre, llegando a una crudeza que duele, ello en un
increscendo dramático angustioso, donde a
pesar de la controvertida personalidad despótica de Troy, tipo que maneja su
prole cual jefe feudal, siempre echándoles en cara que lo que tienen es por el
dinero ganado por él, no queriendo cariño, si no vasallos
obedientes, pues aún así te sientes empatizado con él, pues dentro de su dureza
áspera se siente frágil, vulnerable, atormentado cual rol trágico shakesperiano.
Temas como el sentido de la vida la muerte, las complicadas relaciones
paterno-filiales, con ello el choque generacional, el racismo manifestado de
modo sibilino, el cansancio de una vida ordinaria, el peso rutinario del tiempo
y como nos va oprimiendo en nuestra inanidad, la trastienda del Sueño Americano,
todo tratado de modo punzante, entretejiendo minuto a minuto una capa densa que
te atrapa en sus redes,
El realizador en su austera
dirección pretende dejar todo el campo libre a lo importante que es el material
original, no desviando la atención de lo primordial que es la expresión de este
guión a través de los actores, y estos lo bordan: Esto reflejado por una fuerza
de la naturaleza como Denzel Washington, su actuación se funde con la persona,
hace suyo su tormento interior, sus múltiples matices psicológicos, sus
carencias afectivas, sus defectos, el abuso familiar, sus fracasos, sus
anhelos, creando un aura omnisciente a su alrededor que se apodera de la pantalla,
con una impronta aciaga que lo hace conmovedor incluso en sus peores momentos
sabe traslucir humanidad, aristas, una enorme dimensión, ello alternando entre
chanzas, historias sobre su dura infancia, monólogos jugosos, traumatizado por
su violento padre, su agrio y problemático crecimiento que le llevó a la cárcel,
todo envuelto en un halo funesto que lo ha marcado a fuego, un tipo
intransigente hecho a sí mismo, cansado de la rutina que le ha tocado vivir, un
hipócrita (como todos) que predica la honestidad que él se demuestra no tener,
y a pesar de eso, por lo bien que se muestra se comprende (que no acepta). Espléndido en sus soliloquios batalladores
contra la muerte, a la que espera dejar al otro lado de la verja (fences),
mostrando su rol indómito y de superviviente; Le acompaña una Vila Davis
sublime, manteniendo duelos actorales con Denzel apoteósicos, donde el
espectador es el gran ganador, con chispas brotando de modo soberbio, emitiendo
toda una gama de emociones al espectador, primero con una contención mesurada deja
grietas de dudas y de asunción de la situación, pero a medida que avanza el
metraje su volcánico carácter proyecta una personalidad de una fuerza vital
impresionante, estallando su ira de modo que te cala, sin caer en el maniqueísmo
histriónico, de modo natural nos gana, con su dolor, su amor, su estoicismo, magna
durante la confesión de la infidelidad de Troy, y estremecedora cuando recoge
la hija a Troy diciéndole al bebe “Has ganado una madre y Troy ha perdido una
esposa”, otra superviviente; Stephen Henderson como el mejor amigo de Troy, su
fiel compañero de curro, entre los dos existe un formidable química , se
respira cariño fraternal entre los dos, esas charlas en el patio, el modo en
que intenta reconducir a su colega, estupendo; Jovan Adepo como el hijo menor Cory,
demuestra un gran futuro con una actuación racial, impetuosa, manteniendo el
tipo con Denzel, exponiendo sentimientos encontrados, fenomenal su tour de forcé
con el protagonista, brutal su pelea con el padre; Russell Hornsby como el hijo mayor Lyons, está bien en su rol de buscador
de su sueño jazzístico, sabiendo amoldarse al rigor de Denzel, mostrando la debilidad
de un padre que no acepta su vocación; Mykelti Williamson hace de Gabriel, el
hermano menor de Troy, en un rol que en cierta medida recuerda al suyo mismo de
“Forrest Gump”, cumple con su función poner contra la pared la demagógica del
protagonista, además de guardarle el guión el protagonismo para el clímax del
film.

La tara que cabría ponerle es
que a su tramo final llega algo alargada, falta de ritmo, quizás exhausta de
tanta energía gastada, quizás esto en un teatro se note menso por la conexión
más personal entre actores y público, en una pantalla quizás algo menos de
metraje hubiera cercenado esta sensación de languidez conclusiva, que en cierto
modo atenúa la pétrea fuerza emocional mostrada hasta entonces, aunque esta impresión
queda aminorada por su clímax final, una nota de esperanza que significa un
rayo de luz que reconforta, recordándome en cierta medida (salvando las distancias)
al de “La palabra” (1955) de Dreyer.
La puesta en escena resulta
sobria, construida para dar relevancia a las actuaciones, con un asceta diseño
de producción de Charlotte Bruus (“La caza”), filmándose íntegramente en
Pittsburgh, aún así deja Denzel constancia de sus buenas formas en el rodaje
gracias a la fotografía de David Gropman (“La vida de Pi”), ello con largas
tomas para dar realismo a las actuaciones, con ultraexpresivos primeros planos,
con encuadres singulares, jugando con los claroscuros en el bar, mostrando a
Troy en las sombras (alegoría de donde está su alma), pero sobre todo la cámara
potencia la labor interpretativa. El score es obra de Marcelo Zarvos (“Los amos
de Brooklyn”), que aparece en pocos momentos para relevar el dramatismo, pero
sin resultar invasiva, tampoco dejando huella.


La épica de Wilson se llama The American Century Cycle (10 capítulos de
Wilson "Pittsburgh Cycle"), compuesta por
diez dramas sobre la experiencia afroamericana, uno en cada década del siglo
XX. En ese periodo de tiempo, Wilson recorrió la traumática resaca de la esclavitud (Gem of the Ocean, Joe Turner's Come and Gone) a la Gran Migración del Sur rural al Norte urbano (Ma Rainey's Black Bottom, The Piano Lesson) a la agitación política y económica de la Guerra de Vietnam y los
años de los derechos civiles (Two Trains Running, Jitney) a la
desolación que visitó los barrios negros durante la epidemia de crack (King Hedley II). Con su perspicacia, Wilson concluyó el ciclo, en Radio Golf, mostrando un retrato de la llegada del
proceso que él percibía como la culminación de la erradicación de la historia
de los negros estadounidenses. Ninguna obra de este ciclo superó el impacto y
la accesibilidad de Fences, estrenada en 1985. drama familiar ambientado en la década de 1950, Fences estuvo en cartelera durante 525 representaciones en Broadway, la mayor
estadía de cualquiera de las obras de Wilson, y obtuvo el
triplete de honores máximos al que puede aspirar una obra de teatro: Pulitzer, Premio
Tony y Premio del Círculo de Críticos de Teatro de Nueva York. Una reposición
de la obra en 2010, protagonizada por Denzel Washington y Viola Davis, ganó Premios Tony a la mejor reposición, a la mejor actriz en una
obra teatral para Davis, y al mejor actor en una obra teatral para Washington. Ahora, claro está, Fences se convertirá en la primera de las obras de Wilson que llega a la gran pantalla, en un largometraje dirigido por Washington y protagonizado por él mismo y Viola Davis. Como obra de historia lírica, el Ciclo del Siglo Americano entrelaza
las vidas individuales para mostrar una panorámica integral afroamericana,
desde la esclavitud a la libertad, desde la recogida de las cosechas en el sur
hasta el chabolismo en el norte, desde la lucha de la clase trabajadora a la
desesperación postindustrial. Y no obstante, todas estas grandes fuerzas, como
la estructura de poder blanco que las orquesta, merodean casi siempre entre
bambalinas, apartadas del escenario. El foco de atención principal de Wilson se fija en la vida cotidiana de la gente negra que puebla las casas de
huéspedes, los estudios de grabación, los patios, las paradas de cundas o las
barras de los bares de su mundo. Wilson transmutó el oscuro y negrecido paisaje urbano de Hill, el barrio de
Pittsburgh en el que creció Wilson, y lo convirtió en el proscenio para explorar la condición humana. Es
innegable que "negro", como descriptor, se ajusta a Wilson, de la misma
manera que "irlandés católico" se ajusta a O'Neill, "judío" se ajusta a Miller y "sureño" y "gay" se ajusta a Williams.
En conjunto queda una muy estimable y recomendable
drama que dejando excelentes capas de subtexto reflexivo, lo que más sobresale
son unos imperiales Denzel y Viola. Fuerza y honor!!!
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