UN SACRILEGIO.
Despierta en mi sensaciones
encontradas este film, por un lado está mi admiración por Orson Welles y por
tanto mi curiosidad en ver este material rodado por él, y por otro está el
sacrilegio que es que este esté montado por otra persona, insultando los deseos
del creador, y encima el montador es un mediocre, que encima aporta el guión. Si
Orson Welles hubiera levantado la cabeza para ver este ejercicio de ensayo en
modo chapuza perpetrado por el español Jesús Franco se hubiera vuelto a morir,
y es que si OW no quiso jamás terminar de montar el film, con todo el material
acabado nadie debió escupir sobre su legado recomponiendo a su antojo y sin
referencia alguna, y una gran lástima porque el realizador Wiscosin nos podría
haber regalado una muy refrescante y original enfoque de la historia del
hidalgo creado por Cervantes, pero lo que es valorando su calidad queda un
Monstruo de Frankenstein inconexo, caótico, disperso, orgánicamente errático.
Asimismo el director gris Jesús Franco no puede ser más pretencioso e
irrespetuoso al aprovecharse de un muerto para poner su nombre al lado de un
mito, OW un individualista que tras “Ciudadano Kane” no quiso unir más su
nombre, ni tan siquiera a un guionista, y va este vulgar realizador pone une el
suyo al gran Welles, menuda jeta, ni tan siquiera respeta la idea primigenia,
añadiendo por su cuenta escenas opuestas a lo que pretendía OW, ejemplo es la
escena de los molinos tomados por gigantes, que OW pretendía hacer una alegoría
de Don Quijote en un cine viendo una película, y cuando acontece en pantalla
una lucha con caballos el hidalgo arremete con su espada contra la tela
rasgándola a mandobles mientras el público lo improperia, en un prodigioso
ejercicio de metacine, pero ni corto ni perezoso Franco se inventa otra cosa,
como es sangrante para alguien que conozca un poco la obra wellesiana su gran
gusto por el montaje vibrante, cosa que aquí pasa a ser algo manso y sin ritmo,
asincrónico.
Con apenas una docena de
obras terminadas, muchas de ellas, como “El cuarto mandamiento” (1942),
“Macbeth” (1952), o “Sed de mal” (1958), adulteradas por
cambios y recortes impuestos por los productores, sin el consentimiento del
propio director, las películas, proyectos, guiones o borradores que se quedaron
por el camino fueron muchísimos, OW gustaba de estar en varios proyectos a la
vez, seguramente nunca llegaremos a conocerlos todos, pero sirva de ejemplo el
inventario que hizo Jonathan Rosenbaum al morir Orson Welles en 1985,
contabilizó hasta diecinueve proyectos que se quedaron en diversas etapas de
producción. Entre ellos, por la importancia en el mundo de las letras
universales de la novela que se intentaba llevar a la pantalla, “Don Quijote de
la Mancha”, por los años que Welles invirtió en el mismo (desde 1955 hasta su
fallecimiento), por sucesivas vicisitudes iban surgiendo, posiblemente sea la
obra inconclusa más famosa de Welles [Dixit].
Nada más engañoso que el título del film, encargado por
los organizadores de la Expo 92, “Don Quijote de Orson Welles”,
el realizador madrileño, Jesús Franco, elaboró un largometraje de 116 minutos,
con suma de escenas de distintas procedencias, filmadas en su día con
finalidades dispares, con autorización de la que fue la última compañera de
Orson Welles, la actriz croata Oja Kodar, heredera de los derechos de sus
inconclusos films. Al final queda un rompecabezas mal engarzado de filmaciones
correspondientes al proyecto original de OW, imágenes tomadas de la serie “Nella terra di Don Chisciotte”,
que OW produjo para la tv italiana en 1961, incluso incorporando filmaciones
del NO-DO.
Orson Welles: “Nunca voy al
cine a ver mis películas una vez que están terminadas, porque ya están impresas
en celuloide, almacenadas en una lata de metal y ya no pueden ser cambiadas. En
cambio, si diriges una obra de teatro y laves durante su temporada, y algo no
te parece, siempre puedes reunir al reparto y decirle ‘Bueno, mañana vamos a
ensayar. Voy a reescribir tal escena y la interpretaremos de otra manera’. Pero
un filme está cerrado para siempre, no puedes cambiar una película ya
terminada. Asi es que nunca veo mis películas, porque me pone nervioso no poder
cambiar nada… Don Quijote era un ejercicio privado mío, y será
terminado como un autor debe terminar sus obras: en el tiempo que sea
necesario, cuando sienta que ya está bien concluido. No es que esté inconcluso
por razones financieras”, para OW donde más disfrutaba era
editando sus películas, dándoles forma y ritmo, llegó a decir que si por él
fuera seguiría editando el Ciudadano Kane, si el
estudio no lo hubiera obligado a terminarlo.

La cinta he de tomarla como esbozo-recopilación de
diferentes secuencias rodadas por Welles, un homenaje a su obra, pero
incatalogable como película, posee el encanto de una obra a medio acabar, pero
como relato es un desorden errático. Se puede ver como un juego en el que
intentar discernir que queda de lo quiso hacer OW. Quedando algo muy
esquemático, comienza engañosamente fiel al texto cervantino, con la elegante
voz de Constantino Romero de narrador omnisciente (el icónico arranque: "En un lugar de La Mancha..."), pero en cuanto aparece la vespa, todo
se desmadra, derivando en píldoras de una idea en la que Don Quijote y Sancho
Panza con la mentalidad del SXVII son incrustados sin explicación alguna en
medio del SXX, en una España con su costumbrismo, y aquí chocan las
mentalidades de estos dos siglos, quedando un relato revestido de un delirante
surrealismo, esto en la primera parte, apoyada sobre todo en diálogos entre los
dos protagonistas, que comparten aventuras el escuálido hidalgo y su escudero
Sancho Panza, inspirándose libremente en situaciones de la novela de Cervantes,
recreando de modo atropellado tramos del libro, estos llegan a hacer densos,
aunque quedan unos preciosos travellings de los dos mitos a caballo por las
llanuras. Pero en la segunda mitad la cinta cambia, aquí con la excusa d eque
Sancho lleve una carta a Dulcinea el protagonista pasa a ser únicamente Sancho
alejándonos del relato cervantino, acompañaremos al fiel y orondo escudero a
través de España, en medio de un refrito de fiestas nacionales, desde Gigantes
y Cabezudos en Cataluña, a Moros y Cristianos en Novelda o los Sanfermines de
Pamplona, descubre el mundo del SXX, la radio, la televisión, cohetes lanzados
a la luna, armas bélicas poderosas, llegando a verse un inteligente ejercicio
de metacine, cuando Sancho Panza interviene en una película que rueda nada
menos que Orson Welles haciendo de sí mismo, en un turbador híbrido de realidad
dentro de ficción, un juego de espejos influenciado por el de la propia novela
en que Cervantes, hacer gala de una gran modernidad forja meta-literatura, hizo que sus
personajes se dieran cuenta de que se estaba escribiendo un libro sobre ellos, y
esto a Welles le sirve para innovar.
Queda la idea de que Welles toma al hidalgo cervantino
para hacer un homenaje al libro mezclado con una loa a España, no es un film
que pretenda ser fiel a la novela cervantina, pero si rezuma, se entrevé, que
si mantiene vivo su espíritu, el de un hombre fuera de lugar, un soñador
idealista desconectado del mundo, y a su lado un tipo inocente pero racional,
quedando al igual que en el libro claros los temas sobre el idealismo, el
romanticismo, la nobleza, el honor, la valentía, y el sentido aventurero,
envuelto todo en la locura, esto entrecruzado con un canto enternecedor a la
España de mitad del SXX, demostrando OW un gran amor a nuestro país, de hecho
sus cenizas reposan por deseo propio en una finca sevillana.
Pero sus defectos son un insulto a la memoria del
genial Orson Welles, un desarrollo enmarañado, confuso, difuso, un puzle con
piezas encajadas forzadamente, material claramente dañado en sus fotogramas,
desgastado, ajado, con nefasta disonancia de imágenes, con formato distinto de
fotografía de una escena a otra, o en la misma, con saturación lumínica en
algunas tomas, y en otras faltas de luz, ejemplo es Don Quijote arremetiendo en pleno día contra una procesión religiosa
filmada de noche, alternativamente imágenes nocturnas y diurnas en la misma
secuencia, un desatino, o el uso reiterado de fotos fijas usadas como torpe recurso en diversas
ocasiones por no disponer de material adicional sobre las que se hace zoom o
contraplanos con que trabajar para lograr “coherencia” narrativa, con elipsis
morosas de ingenio, sumado a momentos sonrojantes como el patético ataque a los
molinos por parte del Quijote, parido por Jesús Franco, ultrajando la idea de
Welles, que no tenía pensado hacer esto, si no sustituirlo por la escena
referida arriba (esta está en youtube bajo el nombre de “Los seis minutos más
bellos de la historia del cine”), diálogo inconexo con las imágenes,
discordante, con un ritmo anárquico, desequilibrado, discurre a trompicones, provocando
curiosidad para los seguidores de OW, pero como film es un desbarajuste
recopilatorio extraído de un cajón desastre de OW.
Francisco Reiguera como Don Quijote (José Mediavilla como Voz del Quijote “restaurado”), compone por su especial fisonomía y
su carisma un muy creíble hidalgo de la triste figura, declamando con gesto
sentido, aunque no es su voz la que oímos, OW dio el rol de Don Quijote al actor
español, exiliado en México desde la Guerra Civil, no pudiendo desplazarse a
España para completar el rodaje. Akim Tamiroff como Sancho Panza (Ene Carlos Ordóñez su voz en la “restauración”), despliega su gran vis cómica, un gran
talento, con una tremenda naturalidad, muy bueno el actor georgiano, aunque de
origen armenio.
Momentos recordables: Cuando
nos enteramos que no estamos en tiempos cervantinos, si no en pleno SXX, cuando
por la indumentaria y modo de hablar eso creíamos, sorprendiendo al espectador,
Don Quijote a lomos de Rocinante decide ir al rescate de una a dama presa de
una “endiablada” criatura, entonces descubrimos que la joven viaja sobre una
moto Vespino, esta arremete ferozmente contra su “salvador” continuando esta su
camino por la carreta; Cuando sigue pervirtiendo la imaginación de Don Quijote
y este ataca un paso de Semana Santa, y los nazarenos le atcan con varas de
madera al grito de "rojo"; Don Quijote es repelido por unos pastores que lo
insultan y apedrean cuando Quijote ataca sus ovejas al considerarlas parte de
un ejército de guerreros que lo abordan en mitad de la polvorienta llanura
castellana; Durante un ayuno del Quijote por honor,
Sancho mata un ave y lo asa, Sancho perversamente tienta con el olor al Quijote,
y tras resistirse lo que puede, el hidalgo sucimbe a su hambre y lo muerde; Las
visitas a la feriada España de Sancho en busca de Don Quijote, encierros de San Fermín, corridas de toros, fiestas de moros y
cristianos, y en el colmo de lo hilarante Sancho Panza se marca unos pasos de
sevillanas.
Al final quedan un puñado de
secuencias rodadas con mimo por Welles, mal aprovechadas por Jess Franco,
hubiera sido quizás mejor dejar en la imaginación lo que pudo haber sido y no
estropear el atronador potencial que tenía el material, pero “maliciosamente”
me digo prefiero haberlas visto, pues aunque maltratado el metraje es de visión
obligatoria para todo amante al cine y por ende a ORSON WELLES, también a los
que gusten de enfoques refrescante de la novela cervantina. Fuerza y honor!!!
PD. El final que al parecer
tenía previsto Welles para este film era que el mundo desacabara con una bomba
atómica y los únicos que sobrevivieran fueran Don Quijote y Sancho Panza, esto
tiene un punto de conexión con “El proceso” (1962) del propio OW y que acaba
con una explosión que produce una nube hongo cual bomba atómica.

Don Quijote es un proyecto de la película sin terminar producida, escrita y rodada
por Orson Welles . La fotografía principal se llevó a cabo entre 1957 y 1969. Imágenes de
prueba filmadas en 1955, terminándose en 1972, Welles estuvo trabajando en la
película de forma intermitente hasta su muerte en 1985. La película fue editada
finalmente con ayuda de Jesús Franco y lanzado en 1992. No se incluyen todas las imágenes filmadas. Don Quijote fue concebido
inicialmente en 1955 como película de 30 minutos de la CBS titulado “Don Quijote Passes By”. En lugar de ofrecer adaptación literal
de la Miguel de Cervantes novela, Welles optó por llevar
a los personajes de Don Quijote y Sancho Panza a la era moderna como anacronismos vivientes. Welles explicó idea en una entrevista:
"Mi Don Quijote y Sancho Panza se dibujan con exactitud y tradicionalmente
cervantinos, pero son, sin embargo contemporáneos". Welles filmó pruebas de color en el Bois de Boulogne con el actor estadounidense de origen ruso Mischa Auer como Don Quijote y el georgiano Akim Tamiroff como Sancho Panza. Auer
había actuado previamente en “Mr. Arkadin” de OW . Tamiroff había trabajado primero con
Welles en “Cagliostro” y había aparecido en la película de Welles “Mr.Arkadin”, iba a aparecer en sus películas posteriores “Sed de mal” y “El proceso”. Iba a ser la primera vez que Welles filmara
en color, sin embargo, cuando los representantes de la CBS vieron imágenes sin
editar, no estaban conformes con el concepto de Welles y cancelaron el
proyecto.

Las imágenes de prueba
originales en color con Auer se han perdido y ya no se cree existen. OW decidió
ampliar la producción en una película en blanco y negro. Viejo amigo de Welles, Frank Sinatra invirtió $ 25.000 en la nueva película, con Welles proporcionando
auto-financiación adicional derivada de su trabajo como actor. El 29 de junio de 1957, después de
haber sido retirado de su propia película “Sed de mal”, Welles fue a la Ciudad de México para comenzar a trabajar en la versión del largometraje de Don Quijote. La parte del Quijote había sido
ofrecida a Charlton Heston, acababa de terminar el rodaje de “Sed
de mal” con Welles, y Heston
estaba interesado en el papel, pero sólo estaba disponible dos semanas, Welles
temía sería insuficiente. El
actor español Francisco Reiguera fue escogido para el papel de
Don Quijote y Akim Tamiroff sería Sancho Panza. Welles
trajo a la actriz infantil Patty McCormack para Dulcinea, chica americana, visitó la Ciudad de México, allí se
encontraría con Welles (interpretándose a sí mismo) en el vestíbulo de un
hotel, en el patio del hotel y en un carro tirado por caballos, y él le decía
la historia de Don Quijote. Welles
trabajó sin guión terminado, disparando secuencias improvisadas en la calle. Gran parte de la película filmada con
equipo de 16 mm en silencio, Welles planeaba doblar diálogos en una fecha
posterior.
A medida que evoluciona la
producción, Welles dijo al crítico de cine André Bazin que vio a su Don Quijote creando en estilo improvisación inspirándose
en las comedias mudas. La mayor
parte de la filmación fue en México en dos bloques a finales de 1957. El rodaje
en México acontecio en Puebla, Tepoztlán, Texcoco y Río Frío. La producción se
paró debido a problemas de financiación. Welles
en intento de recaudar más fondos, se lanzó a tareas de toma de dinero,
actuando en películas como “El largo y cálido verano”, “Compulsión” y “El ferry
a Hong Kong”, la narración de películas como “Los Vikingos” y “Rey de reyes”. Cuando dispuso de dinero, cambió el lugar de rodaje a España.
Durante la década de 1960,
Welles rodó fragmentos de El
Quijote en España (Pamplona, Málaga y Sevilla) e Italia (Roma, Manziana y Civitavecchia) cuando su agenda y finanzas lo permitían. Encontró tiempo para filmar
secuencias (como "el prólogo
y el epílogo") mientras estaba de vacaciones en Málaga desplazándose al
mismo tiempo a París para supervisar el trabajo de post-producción de “El
proceso”. Welles colocó a Don
Quijote y Sancho Panza en el día de hoy, reaccionando con desconcierto a
invenciones tales como motocicletas, aviones, automóviles, radio, televisión,
pantallas de cine y misiles. Welles
nunca filmó una versión literal de la famosa escena en la el cual Quijote
duelos con molinos de viento, en lugar de eso hizo una versión moderna de la
misma en la cual Quijote entra en una sala de cine. Sancho Panza y el carácter de Patty
McCormack se sentaron en la platea, mirando la pantalla con asombro silencioso. Una escena de batalla hay en pantalla,
y Quijote la toma por real, tratando de batallar contra la pantalla, rompiéndola
en pedazos con su espada.
La producción llegó a ser tan
prolongada que Reiguera, que resultó gravemente enfermo a finales de la década
de 1960, pidió a Welles terminar el rodaje de sus escenas antes de que su salud
dejara de funcionar. Welles completó
las escenas con Reiguera antes de la muerte del actor en 1969. Sin embargo, como Welles disparó mayor
parte del metraje en silencio, rara vez filmó el diálogo de los actores
originales. Tenía intención
copiar él mismo las voces (como en muchas de sus películas, entre ellas Macbeth, Otelo , El
Juicio y The Deep ). A pesar de que la fotografía
principal terminó después de la muerte de Reiguera, Welles nunca dio a luz a
una versión completa de la película.
En un momento de la década de
1960, Welles planea poner fin a su versión con Don Quijote y Sancho Panza sobreviviendo
a un cataclismo atómico, pero la secuencia no se rodó. A principios de 1980,
estaba buscando completar el film como una "película de ensayo" a estilo
de su “F para falso” y “Filming Othello”, con uso de imágenes de Don
Quijote y Sancho Panza comparando los valores de Cervantes 'España, de Franco España (cuando se creó la película), y hoy en día con la España
posfranquista. Welles explicó
"sigo cambiando de perspectiva, el sujeto se apodera de mí y crece
satisfecho con el material antiguo. Una vez tuve una versión terminada donde el
Don y Sancho ir a la luna, pero entonces [los Estados Unidos] llegó a la Luna,
lo que arruinó, así que deseché diez bobinas [100 minutos]. Ahora voy a hacer
un ensayo fílmico sobre la contaminación de la vieja España. Pero es personal
para mí". Nunca se filmaron metros necesarios para esta variación. Una posible
explicación para la falta de finalización de la película fue ofrecida por comentarios
de Welles a su amigo y colega Dominique Antoine - le dijo que sólo podía
completar el Quijote si un día decidiera no regresar
a España, ya que cada nueva visita le dio una nueva perspectiva, con nuevos
conceptos para la película. En el
momento de su muerte, seguía discutiendo cómo hacer más rodaje de Don Quijote, y se habían producido más
de 1.000 páginas de guión para el proyecto.
El material de archivo
sobreviviente completo rodado por de Welles se divide entre varios lugares
diferentes. Oja Kodar ha
depositado algún material en el Museo de Cine de Munich, pero en el
curso de hacer Don Quijote de
Orson Welles (1992) había vendido
anteriormente gran parte del material de archivo a la Filmoteca Española en Madrid, cuyas propiedades incluyen alrededor de 40 minutos editados y doblados
por Welles. Propia copia de
trabajo de edición de Welles se lleva a cabo por la Cinemateca Francesa en París. Metraje adicional está
en manos de Mauro Bonnani en Italia, y en al menos otra colección privada.

Don Quijote de Orson Welles es una versión de 1992 editado por el
director Jesús Franco. En 1990, el productor español Patxi Irigoyen y Franco adquirieron los
derechos de algunas de las imágenes existentes del proyecto Quijote. Material proporcionado a ellos por
numerosas fuentes, entre ellas Oja Kodar, actriz croata amante y colaboradora de Welles en sus
últimos años, y Suzanne Cloutier, canadiense actriz que interpretó a Desdémona en la versión de la película de Welles de “Otelo”. En
su testamento, Welles dejó a Kodar los derechos de todos sus proyectos de películas
sin terminar (incluyendo el
Quijote). Pasó a finales de 1980
de gira por Europa en una caravana con su metraje
del Quijote, y se acercó a varios directores notables para completar el
proyecto. Todos ellos se negaron,
por diversas razones, excepto Franco. Franco
parecía una elección lógica, había trabajado como director de segunda unidad de
Welles en su “Campanadas a
medianoche”. Sin embargo, Irigoyen y Franco fueron incapaces de obtener el material
de archivo con McCormack, incluía una escena en que Don Quijote destruye una
pantalla de cine que está mostrando una película de caballeros en la batalla. Este material, junto con todo el
material que está Patty McCormack, se llevó a cabo por el italiano editor de cine Mauro Bonanni (había trabajado en la película en Roma en
1969), estaba en disputa legal con Kodar sobre los derechos de la película. Se negó a permitir su incorporación en
el proyecto de Irigoyen-Franco, más tarde permitio algunas escenas se mostraran
en la televisión italiana. Como
consecuencia de este litigio entre Kodar y Bonanni, Kodar insistio en que ninguna
de las imágenes con Patty McCormack debia ser utilizado. La falta de guión
obstaculizó los esfuerzos. Welles
registró menos una hora de la banda sonora, donde leyó una narración y
proporcionó el diálogo de los personajes principales, el resto del metraje se
quedó en silencio. Un nuevo guión
creado por Franco y actores de voz en off se trajeron para llenar el silencio
dejado por el trabajo incompleto de Welles. Welles temía una repetición de la
experiencia de tener la película re-editado por otra persona (tal como le había
sucedido en El cuarto mandamiento, El extranjero, La dama de Shanghai, Macbeth, Mr. Arkadin y Sed de mal), por lo que divide todos los rollos de película de Don Quijote y deliberadamente mal etiquetados
muchos de ellos, diciendo Mauro Bonanni, "Si alguien los encuentra, no
deben entender la secuencia, porque sólo yo sé."
El trabajo Irigoyen y Franco
se estrenó en el Festival de Cine de Cannes 1992 como Don Quijote de Orson Welles, con versiones
en inglés y español. La reacción inicial fue predominantemente negativa, y esta
versión nunca fue lanzada en cines en los EE.UU. En septiembre de 2008, una
edición en DVD de Estados Unidos fue lanzada como Orson Welles 'Don Quijote por Image Entertainment”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario